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Edad del Cobre

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Pepita de cobre.

Mineral de cobre.
La Edad del Cobre, también llamada Calcolítico (gr. χαλκός, jalkós 'cobre'; gr.
λίθος, líthos 'piedra') o Eneolítico (lat. aenĕus 'cobre'; gr. λίθος, líthos
'piedra'), es un período de la prehistoria ubicado entre el Neolítico (Nueva Edad
de Piedra) y la Edad de Bronce.

El cobre fue uno de los primeros metales que usó el hombre, utilizándolo
inicialmente en su estado natural, el cobre nativo, ya que desconocía los
mecanismos por los cuales se podía fundir el mineral. En estos primeros tiempos lo
moldeaba gracias a las técnicas del martillado o del batido en frío, por lo que
esta fase no es considerada todavía calcolítica sino neolítica. El
perfeccionamiento de las técnicas cerámicas le permitió la experimentación con los
procesos metalúrgicos, comenzando así a comprenderlos. Cuando ya los controlaba
empezó a realizar diversas aleaciones con otros minerales, siendo las más
habituales la mezcla con arsénico, primero, y la posterior con estaño, la cual dio
lugar al bronce. También fueron usados el oro y la plata.

Índice
1 Introducción
2 Contextualizando el Calcolítico
3 Calcolítico inicial en el Próximo Oriente
4 Balcanes en el IV milenio a. C.: primeros protoestados europeos
4.1 Karanovo-Gumelnitsa
4.2 Vinça
4.3 Cucuteni-Tripolje
4.4 Tiszapolgar
5 Pueblos de los kurganes
6 El Egeo entre el IV y el III milenio a. C.: el alba de las culturas clásicas
6.1 Heládico inicial
6.2 Cicládico inicial
6.3 Minoico inicial (o antiguo)
7 Malta: primeros templos megalíticos
8 Foco autóctono peninsular: Vila Nova y Los Millares
8.1 Vila Nova
8.2 Los Millares
9 Mediodía francés
10 Herederos de los protoestados balcánicos
10.1 Cerdanova
10.2 Pecel-Baden
10.2.1 Boleraz
10.2.2 Vucedol
11 Vaso campaniforme
12 Cerámica cordada
13 Expansión del megalitismo
14 Véase también
15 Referencias
15.1 Bibliografía
16 Enlaces externos
Introducción

Cobre nativo.
Anteriormente al VI milenio a. C. se han encontrado artefactos de cobre en el sur
de Turquía y norte de Irak, pero, posiblemente, habían sido trabajados en frío o
calentados ligeramente para conseguir algo de ductilidad. En la cueva de Shanidar
(montes Zagros, Irak) se han hallado colgantes hechos con cuentas de cobre en
niveles correspondientes al 9500 a. C., o sea, del Neolítico inicial.1 Pero las
primeras evidencias claras de fundición (señaladas por la presencia de escorias de
cobre) se han hallado en Çatalhöyük, en Anatolia, y corresponden a un momento
cercano al 6000 a. C. A lo largo del VI milenio aparecen más pruebas metalúrgicas
por todo el sur de Anatolia, Irak y los Zagros iraníes, de lo cual se ha deducido
que el sur de Anatolia y el Kurdistán (zonas ricas en minerales de cobre) pudieron
ser las áreas nucleares donde se consiguió su fundición por primera vez.2 En
Pakistán se fundía el cobre hacia el 4000 a. C. y, poco después, también en el
norte de la India, Israel y Jordania.3 En Egipto y en los Balcanes se encuentran
artefactos de cobre nativo no fundidos correspondientes al V milenio a. C., pero es
durante el IV milenio a. C. cuando se produjo el auge de la metalurgia calcolítica
balcánica, en un proceso de características autóctonas que terminó por expandirse a
la Grecia continental y, posteriormente, a buena parte del resto de Europa, gracias
a las redes de intercambio (de objetos e ideas) existentes desde el Neolítico. En
el sur de la península ibérica se han detectado también procesos metalúrgicos de
origen autóctono durante el III milenio a. C., relacionados con las culturas
arqueológicas de Los Millares y Vila Nova.2

En América hay constancia de la fundición del cobre desde principios del I milenio
a. C., en los altiplanos boliviano y peruano, realizándose aleaciones con plata y
oro desde el 500 a. C. en las actuales Colombia y Perú. Casi siempre sirvió para
fabricar objetos rituales o de prestigio, siendo pocos los artefactos utilitarios
encontrados. Solo a partir de la fase Chimú se comenzó a usar el cobre arsenicado
(su forma y textura es como excremento duro y brillante).1

Contextualizando el Calcolítico
Aunque el Calcolítico debe su nombre y siempre se ha identificado con el uso de los
primeros metales por parte del hombre, hay muchos otros procesos de cambio
asociados que son incluso más importantes que la propia metalurgia:

la intensificación de la producción;
los nuevos modelos de ocupación del territorio;
la especialización artesanal;
el incremento de los intercambios;
la estratificación social.
Todos ellos juntos provocaron a partir del V milenio a. C. en el entorno del
Mediterráneo oriental un fenómeno que se ha denominado emergencia de las primeras
sociedades complejas. Dentro de este conjunto de procesos la metalurgia fue
únicamente una innovación tecnológica relativa, ya que fundir minerales cupríferos
no requiere de técnicas especiales, sino solo de un cierto perfeccionamiento de los
métodos utilizados para la fabricación de cerámica: la fusión del cobre se realiza
a 1083 ºC, temperatura que había sido casi alcanzada por algunas comunidades
ceramistas en el Neolítico.2

El aumento de la productividad en la agricultura se debió conseguir gracias al uso


del arado; en el Mediterráneo, además, con las técnicas de regadío y la
domesticación de la vid y del olivo, de todo lo cual se han encontrado indicios.
Así, se pudieron ampliar las superficies en explotación y, gracias a la aparición
del carro, transportar los excedentes producidos para su intercambio. En la
ganadería se produjo lo que se ha venido a denominar revolución de los productos
derivados, consecuencia del aprovechamiento de la fuerza motriz del ganado, de la
leche (y sus derivados) y de la lana.4

Lingote de cobre minoico. Hallado en Zakros.


Para Renfrew, Chapman y sus seguidores, la complejidad social fue el resultado del
incremento y diversificación de la producción y los intercambios. Marginados
actualmente los modelos difusionistas, el debate se ha centrado últimamente en la
importancia que tuvieron en la transmisión cultural los contactos entre grupos
humanos, probados por abundantes evidencias. Gracias a los intercambios se
generalizó el uso de la rueda y del carro por Europa central y occidental, mientras
que la metalurgia del cobre se extendió acompañando la expansión del vaso
campaniforme. La uniformidad y extensión de los fenómenos campaniforme, cordado y
globular suele ser interpretada como resultado del comercio a larga distancia.5

Todos estos cambios provocaron el paso del modo de producción doméstico neolítico,
autárquico y dirigido por grandes hombres, a una serie de economías integradas e
interdependientes, controladas por jefes estables, que, ejerciendo la coerción, se
apropiaban de los excedentes, con lo cual comenzaron a generarse las primeras
grandes desigualdades en el seno de las sociedades. Asimismo se produjo un claro
crecimiento demográfico, que provocó la expansión, estabilización y nuclearización
de las poblaciones, que, sobre todo en el área mediterránea, alcanzaron niveles
considerados como proto-urbanos, con estructuras suntuarias, cierto urbanismo y una
incipiente jerarquización de los asentamientos. A estas sociedades se les ha dado
el calificativo de pre-estatales.64

El carácter transformador de la metalurgia probablemente debió incidir en las


mitologías calcolíticas generando divinidades demiúrgicas (modificadoras de la
materia), y la estratificación social se debió reflejar también en unos panteones
más jerarquizados, regidos por deidades masculinas y guerreras, que desplazaron a
las diosas madre neolíticas.4

Virtualmente cada aspecto de la vida en el calcolítico está asociada a lo ritual.


Se llevaban adelante ceremonias para honrar a los Dioses y a los cuerpos
celestiales. Es en esta Edad que emerge el concepto de "santuario" —la morada
terrenal de los Dioses—. Tres santuarios del calcolítico han salido a la luz: al
Oeste del mar Muerto, en Ein Guedi, en Teleilat el-Ghassul, Jordania, y en Gilat,
parte Norte del desierto del Néguev.

Calcolítico inicial en el Próximo Oriente

Área de difusión del uso del cobre nativo en el Calcolítico:


7500 a. C.
7500 – 7000 a. C.
7000 – 6500 a. C.
6500 – 5500 a. C.
El cobre comenzó a ser fundido en el sur de Anatolia durante el VI milenio a. C.
para realizar adornos y/o complementos mientras se seguían utilizando las mismas
herramientas líticas (o de otros materiales) del Neolítico, ya que los artefactos
fabricados en este metal (sin ningún tipo de aleación) eran menos eficaces que los
de sílex u obsidiana. Las primeras evidencias proceden de Çatalhöyük, pero en
niveles correspondientes a los años centrales del milenio aparecen también en
Hacilar algunas piezas de cobre fundido como punzones, agujas y adornos.

En Mesopotamia la metalurgia del cobre (y del plomo) se detecta en las culturas de


Samarra (Irak) y Tell-Halaf (Siria), hacia mediados del VI milenio a.C. En ambas se
había empezado a practicar la agricultura de regadío y se elaboraron cerámicas
hechas a mano de alta calidad, sobre todo los grupos halafienses, que construyeron
santuarios, realizaron pequeñas esculturas y utilizaban sellos. En el sur
mesopotámico destaca el yacimiento de Eridu (para los sumerios la ciudad más
antigua, con estratos pertenecientes al principio del V milenio a. C.) que
participó inicialmente de las anteriores culturas y donde se construyó un templo de
pequeño tamaño. De la misma época El Obeid nos ha legado cerámica hecha a torno,
armas y adornos de metal, así como templos monumentales que anticipaban los
posteriores zigurat.7
Desde el 5000 a. C. en Ugarit (Siria) y desde el 4500 en Palestina y Biblos
(Líbano) comenzaron a manufacturarse pequeñas cantidades de objetos metálicos que
en el caso de Biblos no solo fueron de cobre sino también de oro y plata.

En el valle del Nilo se desarrolló a partir del 4000 a. C. la cultura de Nagada,


correspondiente al período predinástico y conocedora ya de la metalurgia, aunque la
mayoría de los objetos encontrados se fabricaron en piedra. Ha sido considerada un
protoestado, con agricultura de regadío y una extensa necrópolis con claras
diferencias sociales. Durante esta época aparecieron las convenciones artísticas8 y
los signos religiosos (de inicial carácter totémico) que estructuraron
posteriormente el Egipto faraónico. Asimismo, se desarrolló una importante
artesanía que utilizó de manera limitada los minerales de cobre, oro y plata
(procedentes seguramente de la península del Sinaí) para crear alfileres, amuletos
y otros adornos.9

Balcanes en el IV milenio a. C.: primeros protoestados europeos

"Cabeza de un ídolo" correspondiente al grupo de Gumelnitsa.


Hasta los años 70 del siglo XX los modelos difusionistas establecían que la
metalurgia llegó a Europa como consecuencia de la influencia de Troya, Eutresis o
las Cícladas, ligadas a las civilizaciones orientales, supuestamente más
desarrolladas. Pero las series de carbono-14 demostraron que la metalurgia
balcánica era casi un milenio más antigua que la de sus supuestos inspiradores.10
Así, en el 2008 se encontró un hacha de cobre en el yacimiento de Plocnik (Serbia),
en un contexto del V milenio a. C.11 Las investigaciones establecieron que, hacia
el 4000 a. C., en los Balcanes había surgido de manera autóctona una potente
industria minero-metalúrgica del cobre, asociada a una orfebrería impresionante, en
un entorno social que algunos autores han llegado a denominar la primera
civilización europea. Situados entre el Danubio y Tesalia, los focos principales
fueron Vinça, Gumelnitsa, Salcuta, Cucuteni y Tiszapolgar, contemporáneos de los
grupos neolíticos griegos. El grupo de Vinça se extendió por la actual Serbia; el
de Gumelnitsa por Bulgaria y Rumania; el de Salcuta, muy ligado al anterior, por el
oeste de Bulgaria; Cucuteni por Besarabia, Moldavia y Ucrania; Tiszapolgar por la
cuenca de los Cárpatos.10

Los elementos de cobre más fabricados fueron herramientas tipo hachas, perforadas y
de doble uso (hacha-pico, martillo o azada), así como adornos (anillos, brazaletes
y alfileres). Mas todo ello era únicamente para la ostentación de sus poseedores,
no de uso utilitario, ya que los artefactos fabricados en piedra eran mucho más
fuertes y duraderos. Los metales sirvieron básicamente para afianzar la posición de
las élites emergentes, como expresión de su estatus social, de su poder, algo que
refleja claramente la necrópolis calcolítica de Varna. Allí se han encontrado hasta
3000 objetos de oro, la mayoría de pequeño tamaño; unos cincuenta elementos de
cobre; millares de cuentas y brazaletes de conchas; hojas de sílex; cuentas de
cuarzo; ídolos de hueso y cerámicas pintadas tipo Gumelnitsa. La gran mayoría de
estos objetos estaban asociados a unas pocas tumbas y cenotafios, denominados
principescos, más ricos los masculinos que los femeninos; un segundo grupo de
enterramientos que cuentan con unas pocas piezas preciosas y útiles de cobre han
sido asociados con una élite de artesanos especializados; un tercer grupo más
numeroso dispone de un único adorno o pieza utilitaria, además de cerámica;
finalmente, la mayoría de las sepulturas solo tienen como ajuar un solitario vaso
cerámico o incluso nada. En esta necrópolis se advierte la estructura piramidal de
una sociedad compleja, en la cual unos pocos individuos ostentaban el liderazgo del
grupo, acaparaban las riquezas y lo manifestaban a través de unos símbolos
exclusivos de su clase social: el oro, el cobre y las conchas procedentes del mar
Egeo.12

La excavación de numerosos asentamientos de nueva creación hace suponer que la


demografía experimentó un importante auge: se ha estimado que solo en la actual
Bulgaria hubo unos 1000 poblados, de muy distintas dimensiones, habitados por cerca
de 100 000 personas. Además, la planificación previa de muchos de estos
asentamientos, con planta rectangular o circular, fortificaciones, orientados a los
puntos cardinales y con dos calles principales que se cruzan en el centro, nos
indica que estamos ante un estadio social protourbano. La aparición de viviendas
singulares (diferenciadas de las demás) y de edificios reservados al culto
(abundantes en ofrendas, tesoros y figurillas), además de talleres cerámicos y/o
metalúrgicos, nos aproximan a un escenario definido como propio de una
civilización. Por si esto no fuera suficiente, se han hallado en Vinça y Gumelnitsa
tabletas de arcilla, cerámicas y un sello grabados con ideogramas, considerados el
primer intento europeo de escritura. Pero todo este brillante proceso cultural
quedó bruscamente interrumpido hacia el 3000 a. C. sin que se sepan exactamente las
causas: quizás una crisis ambiental o las "invasiones" kurganas, o una mezcla de
ambas.13

Karanovo-Gumelnitsa
Artículo principal: Cultura Gumelnita

Vaso cerámico de Gumelnitsa.


En el territorio de las actuales Bulgaria y Valaquia, se desarrolló desde mediados
del V milenio a. C. la cultura arqueológica de Karanovo-Gumelnitsa, en la cual se
aprecia un cierto urbanismo con el diseño y construcción de redes de calles y
estructuras defensivas. La vivienda seguía en la tradición danubiana de casas
hechas con postes y arcilla, tejados a doble vertiente y ventanas redondas,
albergando en ocasiones talleres domésticos de herramientas, bisutería y tejidos.
Las industrias del sílex, cerámica y cobre aparecen muy desarrolladas, lo que
denotaría una fuerte especialización tanto artesanal como minera que, a su vez,
requeriría de una clara jerarquización social.

Esta se evidencia en necrópolis como la de Varna (ver supra), datada hacia el 4500
a. C.11 y en cuyas tumbas encontramos grandes diferencias entre los ajuares, que
evidencian caracteres hereditarios y denotan la existencia de una élite
principesca. Por lo general las inhumaciones mantenían el rito tradicional (en
posición fetal), aunque aparecen algunos cadáveres en posición estirada, así como
cenotafios (tumbas simbólicas sin cuerpo, pero con ajuar).

La religión aparece reflejada a través de ciertos edificios considerados templos,


que albergan en su interior altares decorados en rojo sobre blanco con motivos
solares y espirales. Se supone que sería una religión solar, asociada al culto de
la Diosa madre, cuyos ídolos (muy esquematizados) aparecen en abundancia. También
se encuentran figurillas votivas con rasgos individuales, tanto femeninas como
masculinas y de parejas.

En la fase Karanovo VI (hacia 3600 a. C.) se explotaban las minas de calcopirita de


Ai Bunar en Stara Zagora, de las que se conocen 11 pozos de 20 m de profundidad. Se
utilizaba el fuego para resquebrajar las rocas y extraer el mineral. Este era
convertido en polvo en las aldeas cercanas, para después transportarlo a los
lugares donde se fundía.11 La cerámica es como la de la última fase de Boian,
pintada al grafito, apareciendo después nuevas formas como copas de borde grueso
sin decorar, recipientes finos de dos asas y los "askoi".

Vinça
De la fase Vinça-Plocnik se conocen las minas de Rudna Glava en Bor, donde se
explotaban durante el IV milenio a. C. unos 30 pozos mediante sistemas similares a
los de Ai Bunar. Están consideradas como las evidencias europeas más antiguas de la
minería del cobre. El urbanismo muestra continuidad con la fase neolítica anterior,
con la salvedad de que los poblados suelen estar fortificados. Se han encontrado
figurillas antropomorfas de terracota y depósitos de artefactos metálicos.14
Cucuteni-Tripolje
Artículo principal: Cultura de Cucuteni
En las actuales Ucrania occidental, Moldavia y parte de Rumania, se desarrolló esta
cultura arqueológica identificada a través de sus recipientes globulares y sus
enormes poblados rodeados por fosos y terraplenes. En ella se practicaba el
enterramiento en postura extendida. Los cultos a la Diosa madre y a las divinidades
animales adoptaron formas más definidas, construyéndose templos y altares al aire
libre, así como fosas rituales en las que aparecen (junto a restos animales, vasos,
cenizas y trozos de adobe) huesos humanos, lo cual hace pensar en posibles
sacrificios rituales de personas. La aparición de cerámica impresa a cordón
evidencia contactos con Sredny Stog.

Los grandes asentamientos del sur de Ucrania solían estar en lugares estratégicos y
protegidos por trincheras y terraplenes, llegando a acoger entre 5000-8000
personas. Los edificios seguían un plan urbanístico, ordenados en círculos
concéntricos sucesivos, con callejones radiales que partían del centro y
aprovechaban al máximo el espacio disponible. Hay documentados barrios enteros de
artesanos especializados, que disponían de hornos complejos y del torno alfarero,
lo que les permitiría producir en serie su cerámica. En Rumanía y Moldavia los
asentamientos fueron algo menores, pero aun así, de dimensiones considerables, como
el de Petreny, que pudo tener entre 2000 y 4000 habitantes.15

Tiszapolgar
La cultura de Tiszapolgar, de tradición tesalia, desarrolló la metalurgia y con
esta la estratificación social, visible a través de sus ajuares, que incluyen
hachas "mágicas", nódulos de sílex importado y hachas martillo de cobre.

Pueblos de los kurganes


Artículos principales: Cultura de los kurganes e Hipótesis de los kurganes.
Los grupos de los kurganes fueron asociados por Marija Gimbutas a la expansión por
Europa de los idiomas indoeuropeos. Estos grupos eran una amalgama de pueblos
diferentes que habitaban las estepas euroasiáticas al norte del mar Negro y que
compartían algunos rasgos culturales comunes como los enterramientos en túmulos
(kurganes), el uso del caballo o una economía ganadera.

La cultura yamna, también conocida como cultura de las Tumbas de Fosa, se


caracterizaba por sus tumbas en forma de túmulo o "kurgán", apareciendo hacia 3500
a. C. al este del Volga y por todo el Turquestán. Instalaban sus pueblos en
alturas, fortificándolos a menudo. Su economía era mayoritariamente agropecuaria,
con rebaños de ovejas sobre todo. Desarrollaron la metalurgia del cobre y una
cierta especialización profesional, aunque las jerarquías no se reflejan con
claridad antes del 3000 a. C. Enterraban a sus difuntos bajo túmulos o kurganes
(que a veces están rodeados de lajas de piedra) en posición flexionada sobre su
espalda, espolvoreando los cadáveres con ocre o yeso y acompañándolos de ofrendas
de carne y vasos cerámicos. Cada túmulo suele contener varios enterramientos, lo
que les daría carácter de mausoleos familiares.

Simultáneamente, al oeste del Volga se produjeron considerables transformaciones


que afectaron a la cultura de Sredny Stog II: a la gran importancia que adquirió el
caballo, habría que añadir una clara jerarquización social y la aparición de la
decoración cerámica mediante la impresión de cuerdas (cerámica cordada, ver infra).
En Crimea y el Cáucaso se distinguen facies regionales, y un ejemplo excelente de
una tumba principesca, la de Maykop, quizás un caudillo que dominó una amplia
región. En la cuenca del alto y medio Dniéper se diferencia el grupo de Sofijevka,
caracterizado por sepulturas de incineración a menudo muy próximas entre sí con una
ocasional presencia de ocre en las tumbas.

El Egeo entre el IV y el III milenio a. C.: el alba de las culturas clásicas


Figurilla femenina cicládica, hecha en mármol, conserva restos de ocre.
A finales del IV milenio a. C. comenzaron a producirse una serie de cambios en el
ámbito del mar Egeo:

aparición de la metalurgia del cobre poco antes del 3000 a. C.;


incremento de la demografía;
incremento de los intercambios entre islas y de éstas con las costas continentales;
aparición de edificios tipo megaron y de murallas;
estratificación social.
Estos procesos provocaron un claro aumento de la complejidad social, siendo
achacados por Arthur Evans a la presión minoica, condicionada, a su vez, por sus
relaciones con Egipto y el levante mediterráneo. Otros autores los han explicado
como resultado de unas supuestas colonizaciones procedentes de Anatolia o de los
Balcanes. Pero las evidencias arqueológicas indican una clara continuidad con los
asentamientos neolíticos anteriores, aunque fueron siendo creados otros de nueva
planta como consecuencia del aumento de la población. Las fortificaciones, los
edificios singulares y los indicios de estratificación tienen también precedentes
en el Neolítico (por ejemplo en Sesklo), lo que lleva a suponer que la mayoría de
estos cambios fueron de carácter interno.16

En estas transformaciones debió desempeñar un papel importante la red de


intercambios que conectaba las Cícladas con Anatolia, el Ática, el Peloponeso,
Creta y Rodas, y a través de la cual se movían manufacturas líticas, sal y algunos
elementos metálicos, así como ideas.17

Los poblados fortificados fueron, inicialmente, de modestos tamaños, no llegando a


una hectárea de superficie la mayoría: Troya I, Lerna, Dímini, Jalandriani (isla de
Siros), Panormo (en Naxos), Termí o Poliojni.16

Heládico inicial
Artículo principal: Período heládico
Dímini, situada en Tesalia, cerca de la ciudad de Volos, resulta interesante por su
precocidad, ya que la fortificación está documentada durante todo el IV milenio a.
C.: estructurada en seis recintos amurallados sucesivos y concéntricos, en el
interior fue excavada una casa tipo megaron, que sugiere un precedente de los
"palacios" en época muy temprana.18

Cicládico inicial
Artículo principal: Civilización cicládica
El considerable aumento demográfico en las islas Cícladas no pudo deberse a una
intensificación agraria, ya que sus suelos son, en general, relativamente pobres,
sino, más bien, a su riqueza en materias primas: plata, cobre, obsidiana, mármol,
etc. El yacimiento de Jalandriani, en la isla de Siros, ha sido considerado el
arquetipo del momento, con muralla y bastiones semicirculares, viviendas
rectangulares separadas por callejones, tumbas colectivas, pero con ajuares
diferenciados y abundantes ídolos femeninos de pequeño tamaño, con los brazos
cruzados, sentadas o de pie y con el sexo muy evidente.16

Minoico inicial (o antiguo)


Artículo principal: Civilización minoica

Labrys minoico: doble hacha simbólica utilizada para usos ceremoniales.


Ya desde finales del Neolítico en Creta habían aparecido viviendas rectangulares
compartimentadas y con almacenes, en las cuales se han hallado algunos objetos de
cobre. La continuidad con el período anterior en Cnosos y Festos es indudable,
aunque no en el resto de la isla. Se siguió usando la cerámica incisa neolítica,
pero también otras tipologías nuevas decoradas con motivos lineales y geométricos,
apareciendo las jarras-pitorro y los característicos vasos tipo cáliz. Aunque en
los primeros momentos los elementos de cobre no fueron abundantes, siendo de piedra
la mayoría de las herramientas utilizadas, hacia el final del período se
generalizaron, consiguiéndose probablemente hacia el 2300 a. C. realizar la
aleación con estaño.19

Se han encontrado inhumaciones individuales bajo los suelos de las casas, en cuevas
o en abrigos, pero también aparecen (sobre todo en la región de Mesará)
enterramientos colectivos en tumbas circulares de hasta siete metros de diámetro,
construidas en piedra y con ricos ajuares.19

Hacia finales del período la sociedad minoica aparecía claramente estratificada y


con un sistema de jerarquización territorial en el cual asentamientos como Cnoso,
Festo y Vasilikí funcionaban como centros principales. No tenían estructuras
defensivas ni edificios comunales, pero sí casas diferenciadas, que todavía no
pueden considerarse palacios. La base económica era la agricultura, diversificada
gracias al cultivo del almendro, olivo y la vid. El comercio y la artesanía estaban
todavía poco desarrollados, aunque se importaba obsidiana de Milo, marfil de Egipto
y, posiblemente, también de allí metales preciosos.19

Malta: primeros templos megalíticos


Artículo principal: Prehistoria de Malta

Nichos en el ábside del templo de Ggantija, Malta.


El inicio del Calcolítico en el archipiélago maltés es sincrónico al del Egeo y
corresponde con la construcción de los, hasta ahora, primeros templos del mundo
realizados en piedra. Mientras que los asentamientos nos son prácticamente
desconocidos (aunque se han identificado algunas cabañas de forma oval), las
estructuras funerarias y rituales alcanzaron una monumentalidad sin parangón para
la época. Según Renfrew, los templos debieron tener, además de su función
religiosa, un carácter referencial, sirviendo a cada una de las jefaturas que los
levantaron como símbolo de su poder. Ggantija, Hagar Qim, Mnajdra o Tarxien, por
mencionar los principales, están construidos siguiendo la misma tipología, aunque
unos presentan mayor complejidad que otros: un corredor como eje principal que
atraviesa distintos espacios de forma ovalada y en conjunto tienen una planta
similar a un trébol. Además de los templos se ha de destacar el hipogeo de Hal
Saflieni, excavado bajo una colina en cuya parte superior se situaba la puerta de
entrada a las cámaras, antecámaras y corredores que, dispuestos en tres niveles,
ocupan unos 500 metros cuadrados y contenían unas 7000 inhumaciones.20

Foco autóctono peninsular: Vila Nova y Los Millares


Artículo principal: Calcolítico en la península ibérica

Cuenco oculado de Los Millares


El Calcolítico se abrió en la península ibérica con dos culturas enraizadas
respectivamente en la tradición megalítica portuguesa y en la neolítica cultura de
Almería. Son características sus poblaciones fortificadas, que alcanzaron en los
casos de Los Millares o Zambujal un considerable tamaño. En los años de su
descubrimiento se habló mucho de fortificaciones levantadas por colonos del mar
Egeo, debido a su relativa proximidad al mar y a sus supuestas similitudes con las
civilizaciones egeas de la Edad del Bronce. Pero las modernas dataciones con
carbono-14 han establecido su anterioridad a estas últimas y, además, todavía no se
ha encontrado un solo objeto de procedencia oriental, aunque algunos ídolos tienen
ciertas semejanzas formales.

Entre ambos grupos se extienden las regiones andaluza y extremeña en España, y el


Alentejo y Algarve portugueses, muy influidos por los grandes centros de los
Millares y Vila Nova, apareciendo poblados fortificados y abundantes megalitos:
dólmenes de corredor, tholoi, cuevas artificiales, etc. Como en la fase anterior,
las importaciones de materiales africanos y escandinavos (ámbar) eran habituales,
ya no solo en Portugal sino también en el sur ibérico.
Vila Nova
Artículo principal: Cultura arqueológica de Vila Nova
En la Estremadura portuguesa y la península de Setúbal, comenzó a desarrollarse
desde el 3100 a. C. aproximadamente, una gran complejidad cultural cuyo referente
principal ha sido el yacimiento epónimo de Vila Nova de São Pedro (VNSP),21 un
pequeño asentamiento fortificado al norte del estuario del Tajo, donde se
encontraron miles de puntas de flecha. La población conocida más grande fue, sin
embargo, Zambujal, situada justo en el centro de la península de Estremadura y que
parece acumular en su secuencia estratigráfica hasta seis niveles consecutivos,
manteniendo siempre un recinto amurallado con escasas entradas. En esta región
aparecen un total de 21 asentamientos fortificados, siendo habituales los
enterramientos en cuevas artificiales, de los que se conocen una decena. En cambio,
no se ha encontrado ningún tholos.

A partir del 2900 a. C. es característica de este grupo cultural la cerámica


campaniforme, así como la presencia de innumerables ídolos, tanto antropomorfos,
como placas de piedra decorada, báculos de pizarra, betilos (columnillas
troncocónicas de piedra con carácter votivo), lúnulas de arcilla y simples falanges
de toro.

Los Millares
Artículos principales: Cultura arqueológica de Los Millares y Los Millares.

Maqueta de un tholos característico del poblado de Los Millares (Santa Fe de


Mondújar, Almería, España).
Luis Siret descubrió a finales del siglo XIX el otro gran centro de complejidad
cultural de la península: el asentamiento de Los Millares, situado sobre el río
Andarax, que en aquella época debía tener mayor caudal que en la actualidad, siendo
posiblemente navegable. Este gran poblado almeriense empezó a configurarse a partir
del 3100 a. C. y duró hasta el 2200 a. C. aproximadamente,21 diferenciándose de
otros asentamientos de su entorno por sus grandes dimensiones. Los enterramientos
de esta población eran colectivos y se realizaban en sus característicos tholoi
(esta sería la principal diferencia con Vila Nova), donde se han recuperado
idolillos con motivos oculares, en forma de violín o cruciformes, así como cerámica
campaniforme (algo posterior a la de Vila Nova).

Mediodía francés
El Mediodía francés tiene una alta densidad demográfica, pero de poblados pequeños
que albergaban casas con muros de piedra en seco y tejados a doble vertiente.
Algunos de los pueblos de Provenza estaban fortificados, habiéndose encontrado
además dos fortalezas de esta época en Hérault.

El hallazgo de puntas de flecha en algunos esqueletos, junto a la práctica exitosa


de trepanaciones para curar traumatismos craneales, inducen a pensar en que los
conflictos eran habituales. Además, está comprobada la interrupción del comercio de
sílex melado y de obsidiana, diversificándose los puntos de extracción de piedra.
El cobre utilizado se extraía localmente.

Los enterramientos eran de carácter colectivo, en megalitos tipo tholos, en cuevas


artificiales y también naturales, así como en hipogeos y en galerías abandonadas de
minas. La abundante cerámica encontrada, dividida en cinco tipologías, sufrió
inicialmente un empobrecimiento formal en comparación con la época anterior, así
como la pérdida de toda decoración.

Herederos de los protoestados balcánicos


Al esplendor de Vinça, Gumelnitsa, Salcuta, Cucuteni y Tiszapolgar les sucedió una
serie de grupos cuyos poblados perdieron las características protourbanas
anteriores, desapareciendo todo rastro de ideogramas y cuya producción metalúrgica
se vio reducida a una décima parte. Este brusco declive fue relacionado por Marija
Gimbutas con unas supuestas invasiones de los pueblos de las estepas nordpónticas;
según Nandor Kalicz, con la entrada de grupos anatólicos. Actualmente, a las viejas
explicaciones difusionistas se prefieren unos modelos menos rupturistas y con más
matices, aunque se reconoce una cierta aculturación externa: en esta época la
mayoría del cobre era de procedencia caucásica y un porcentaje significativo de
recipientes cerámicos seguían modelos orientales (cerámica cordada) o egeos (piezas
lisas o acanaladas).22

Cerdanova
En el área de Gumeniltsa se desarrolló el grupo de Cerdanova, cuyos yacimientos más
característicos son Ezero y Ezerevo, los cuales presentan estructuras de vivienda
tradicionales y elementos cerámicos de ascendencia foránea.23

Los ritos fúnebres se asociarían a los pueblos orientales, ya que la presencia de


ocre en las tumbas es habitual. Entre los objetos rituales se han encontrado
imágenes de la Diosa Madre, hachas rituales y unos característicos ídolos de
arcilla en forma de ancla, de origen egeo, aunque propios también de otras culturas
balcánicas. El asentamiento de Ezero, aparece fortificado, albergando en su
interior viviendas que, en lo esencial, siguen la tradición local y donde se han
encontrado objetos de cobre arsenicado.

Pecel-Baden
Artículo principal: Cultura de Baden
En el área de Tiszapolgar se desarrolló un característico grupo, denominado Pecel
en Hungría y Baden en Croacia y Serbia, cuyas distintas fases han sido denominadas
Boleraz, Kostolac y Vucedol, sucesivamente. Los poblados se situaban en alturas o
al borde de ríos, estando formados por casas hechas con barro y madera, de pequeño
tamaño y parcialmente excavadas en el suelo. Las tumbas conocidas son tumulares y
solo de individuos masculinos, acompañados habitualmente de animales
sacrificados.22

El hecho de fortificar los poblados evidencia una gran continuidad de poblamiento.


El culto parece que estaba centrado en la Gran Madre exclusivamente, apareciendo
también algunas estatuillas humanas, posiblemente ofrendas. El ritual fúnebre era
muy variado, con grandes necrópolis en las que se encuentran enterramientos
individuales en posición flexionada junto a sepulturas colectivas, en las cuales
algunos cuerpos aparecen en posición sentada, con los rostros quemados y con los
primeros torques de la arqueología europea. También hay incineraciones diversas,
tumbas múltiples, sepulturas simbólicas (cenotafios) y tumbas rituales con animales
(tanto aisladas como asociadas a enterramientos humanos).

Boleraz
La gente de Boleraz habitaba en pueblos fortificados con fosos y terraplenes,
veneraban a la Gran Madre y a los dioses animales y poseían una cerámica de boca de
embudo, bruñida con brillos metálicos, de excelente calidad. Pero su rasgo más
característico era su ritual funerario de incineración en pequeños círculos de
piedras conocidos como crómlech, aportando un ajuar repetitivo consistente en:
jarra, copa, hachas de piedra dura y adornos de conchas.

Vucedol
En Vucedol (cerca de Vukovar), se excavó en el centro de la población una
ciudadela, o «gradac», en cuyo interior se halló una vivienda de tipo megaron, con
taller metalúrgico, así como una sepultura de catacumba, similar a las
‘nordpónticas’. La cerámica, de excelente calidad, adoptó un nuevo estilo de
acabado pulido con fondo negro; la decoración siguió siendo de motivos lineales
(puntillado-acanalado, incisiones, impresiones), trazando también espirales y
círculos concéntricos (que podrían tener significado solar) e incrustando pasta de
colores rojo-blanco-amarillo. El asta se utilizaba para la producción de hachas
rituales y el cobre en la fabricación de diversos tipos de hachas. En el culto ya
no se encuentran imágenes de la Gran Madre, sino solo pequeños altares cerámicos,
ídolos con aspecto de rueda y recipientes zoomorfos rituales.

A través de los ajuares de este momento final del Calcolítico se percibe una fuerte
estratificación, consecuencia de que los procesos metalúrgicos estaban ya dominados
con carácter exclusivo por los jefes de esta sociedad.22

Vaso campaniforme
Artículo principal: Cultura del vaso campaniforme

Vaso campaniforme con motivos geométricos incisos rellenos de pasta blanca,


procedente de un ajuar de Ciempozuelos (Madrid, España).
El vaso campaniforme fue una manifestación cultural calcolítica que se expandió por
casi toda Europa occidental, llegando a utilizarse hasta la I Edad del Bronce. Ha
sido relacionado con la difusión de la metalurgia del cobre hasta tal punto que se
ha convertido en su fósil director. Su denominación proviene de las especiales
características de estas vasijas o vasos de cerámica, con forma de campana
invertida y profusamente decoradas que han sido encontradas generalmente en
contextos funerarios.24 Actualmente y gracias a la revisión sistemática de los
datos proporcionados por el radiocarbono en vasos campaniformes de toda Europa, se
ha podido establecer que los más antiguos serían los encontrados en el área del
Bajo Tajo, en Portugal, con una cronología que iría del 2900 al 2500 a. C.25

Estos vasos cerámicos son de excelente calidad, de color rojo o marrón-rojizo,


decorados profusamente con bandas horizontales incisas (grabadas), excisas o
impresas, con temas geométricos, rayados, ajedrezados, etc. Los vasos más tempranos
han sido descritos como de estilo internacional, que incluiría los grupos Marítimo
y AOO (all over ornamented/ornamentado y encordado completamente), mientras que los
estilos posteriores se enmarcan en distintos desarrollos regionales.26

Aparte de la cerámica, lo que mejor define a este horizonte arqueológico son los
ajuares funerarios, que suelen consistir, casi invariablemente, en un vaso
cerámico, adornos manufacturados en hueso, botones con una característica
perforación en V, colgantes de arcilla en forma de creciente, espirales de oro,
abundantes flechas denominadas de Palmela, puñales triangulares de cobre y unas
placas perforadas de esquisto que suelen considerarse brazales de arquero. Aunque
en las áreas de Vila Nova y Los Millares no hubo ruptura con las tradiciones
funerarias megalíticas anteriores, en el resto de Europa, según fue avanzando el
III milenio a. C., fueron generalizándose los enterramientos individuales en cistas
y fosas simples, en las cuales los cuerpos femeninos y masculinos eran depositados
de manera diferenciada.

La relativa unidad del vaso campaniforme en Europa a finales del tercer milenio
podría explicarse como consecuencia de la gran interacción comercial provocada por
unas élites ávidas de bienes de prestigio, entre los que destacaba el vaso
campaniforme. Así, se podría interpretar como una moda, una vajilla de lujo usada
por las jefaturas europeas en ceremonias sociales en las que se asociaba a la
bebida, empleada también en pactos políticos, transmisión de conocimientos,
alianzas matrimoniales, etc. Se sabe que sirvió para beber cerveza o hidromiel,
según lo demuestra el análisis de los posos de la pieza escocesa de Ashgrove. Pero
también fue usado en algunos casos como recipiente de reducción para fundir
minerales de cobre. Hay vasos que conservan restos orgánicos asociados con comidas
e, incluso, algunos fueron empleados como urnas funerarias.27

Cerámica cordada
Artículo principal: Cultura de la cerámica cordada

Cerámica con impresiones cordadas del cementerio de Lilla Bedinge (Skåne, Suecia).
La cerámica cordada identifica un vasto horizonte arqueológico europeo que abarca
el Calcolítico y el principio de la Edad de Bronce (o sea, entre el 2900 y el
2450/2350 a. C.).28 Asociada inseparablemente a la denominada cultura del hacha de
combate/guerra o de los sepulcros individuales, recibe unos u otros nombres en
función de las distintas escuelas arqueológicas. Tanto la cerámica decorada con
cuerdas como las hachas de combate (simbólicas, ya que estaban pulidas en piedra,
lo que las convertía en armas poco eficientes para esa época) eran típicas ofrendas
funerarias masculinas, depositadas en tumbas individuales, por lo que los tres
elementos forman una asociación recurrente.29 Es contemporánea del vaso
campaniforme, solapándose en su área de distribución más occidental con este.
Aunque adoptaron una organización social y patrones de asentamiento similares, los
grupos de la cerámica cordada carecían de los refinamientos de aquellos, solo
posibles mediante el comercio y la comunicación por el mar y los ríos.30 La
cerámica cordada está asociada con la introducción del metal en el norte de Europa
y, según algunos investigadores, con ciertas lenguas de la familia indoeuropea.

Se conocen pocos poblados, quizá por ser demasiado precarios, pero hay pruebas de
la práctica de la agricultura y el pastoreo, así como de la presencia de caballos y
carros de cuatro ruedas macizas. Los enterramientos solían ser inhumaciones
individuales, aunque en algunos casos se dio la incineración. Los ajuares fueron
muy uniformes e incluían un vaso, un ánfora, útiles líticos u óseos y hachas
rituales para los hombres, mientras que las mujeres eran enterradas con objetos
suntuarios en vez de armas. También se diferenciaban los sexos acostando los
cuerpos femeninos sobre su lado izquierdo y los masculinos sobre el derecho. Podía
haber un pequeño túmulo o no, y en el caso de Dinamarca los túmulos contenían dos y
hasta tres enterramientos sucesivos; en Polonia se mantuvo la tradición anterior de
las tumbas-nicho en catacumbas.

Expansión del megalitismo


Artículo principal: Megalitismo

Dólmen de Anta Cerqueira, Couto Esteves, Portugal.


A partir del 3200 a. C. comenzó a levantarse el templo megalítico de Hagar Qim en
Malta (ver supra). Desde el 3100 a. C. en los focos calcolíticos portugués y
almeriense aparecieron importantes innovaciones en la construcción funeraria:
cuevas artificiales y tholoi, ligados al desarrollo de las poblaciones fortificadas
ibéricas, que formaron las primeras y únicas sociedades complejas conocidas
implicadas en el fenómeno megalítico: las culturas de Vila Nova y Los Millares (ver
supra).31

A partir del 3000 a. C., en Gran Bretaña fueron siendo sustituidos los campos
atrincherados anteriores por los complejos círculos de ortostatos conocidos como
henges.32 Hacia 2800 a. C. se alcanzó el punto álgido del megalitismo en Dinamarca
y comenzó la construcción del círculo de Stonehenge. Cerca del 2500 a. C. se llegó
al clímax del megalitismo ligado al vaso campaniforme (ver supra) en la península
ibérica, Francia, Alemania y las islas británicas, con la construcción de
centenares de pequeños círculos de piedra en estas últimas.

Véase también
Calcolítico en la península ibérica
Calcolítico en Mesopotamia
Edad del Bronce
Edad de los Metales
Referencias
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