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TEMA 22. EL II MILENIO A.C.

(I): LA EDAD DEL BRONCE Y LAS SOCIEDADES JERARQUIZADAS

TEMA 22. EL II MILENIO A.C. (I): LA EDAD DEL BRONCE Y LAS


SOCIEDADES JERARQUIZADAS

LA INTRODUCCIÓN DEL BRONCE


Frente a la utilización del cobre puro, durante el Calcolítico, la tecnología metalúrgica introduce a
comienzos del II milenio aleaciones con otros metales, primero arsénico, y luego estaño, para producir un
nuevo metal, el bronce. El uso del bronce supuso un gran impacto en las estructuras sociales.
Durante gran parte del Calcolítico, el uso del metal estaba restringido a “objetos de prestigio”. La
generalización del uso del metal y la demanda de objetos realzó la importancia de las regiones ricas en
mineral y las convirtió en polos de atracción de gentes que, al no disponer de las materias primas
necesarias (cobre y estaño), estaban obligados a acercarse a ellas para conseguirlas. Así se generó un
movimiento comercial y fecundos contactos, con el consiguiente intercambio de ideas y experiencias.

LAS NUEVAS SOCIEDADES


Los grupos poseedores de yacimientos metalíferos experimentaron un avance sobre los que no los
poseían, con lo que se vieron obligados a defenderse de la codicia de sus vecinos. Surgen así sociedades
más belicosas, que levantan sus poblados sobre alturas fáciles de defender y los rodean con murallas. En
el interior de estos poblados, la posesión de los conocimientos y habilidades que requiere la metalurgia
por parte de ciertos individuos generó una tendencia a la estratificación social y propició el surgimiento
de una clase dominante, de un grupo social, desvinculado del trabajo productivo, que se apropió de los
excedentes. Esta estratificación también fue producto de la intensificación del trabajo de la tierra y el
desarrollo de la ganadería.
Elementos importantes de la Edad del Bronce son:
 Progreso de la técnica metalúrgica
 Desarrollo del comercio
 Base de la economía: actividad agropecuaria. La metalurgia contribuye al desarrollo económico
 Proceso de estratificación social
 Aumento demográfico
 Extensión de ritos y creencias y colonización de nuevas tierras

CRONOLOGÍA Y FOCOS
Se extiende aproximadamente entre el 1800 y el 750 a.C. con una falta de sincronía entre las
diferentes regiones. Se distinguen dos grandes periodos en el desarrollo del Bronce. El más antiguo se
sistematiza en dos fases: Bronce Antiguo (1800-1500) y Medio (1500-1250); el más reciente es el Bronce
Final (1250-750).
La más brillante manifestación del Bronce Antiguo y Medio se encuentra en el Sureste, la llamada
cultura del Argar, pero existen otras como el foco del Suroeste, el Bronce Valenciano o la cultura de
las Motillas.

LA CULTURA DEL ARGAR

EXTENSIÓN Y ORIGEN
El Argar (Almería) es un yacimiento que ha dado nombre a una cultura del bronce extendida por
las provincias de Almería y Murcia, sur de Alicante y buena parte de Granda y Jaén.
El grado de evolución de esta cultura, si la comparamos con las precedentes del Calcolítico, hizo
pensar durante mucho tiempo en un origen extrapeninsular, en concreto del oriente mediterráneo. Esta
teoría está hoy abandonada a tenor de la continuidad de parte de los yacimientos, con substratos del
Neolítico y Calcolítico, y de los instrumentos presentes en su mayoría (excepción de la típica copa
argárica) en el horizonte eneolítico local de tradición campaniforme. El Argar es por tanto una fase
avanzada de una vieja tradición metalúrgica autóctona, no exenta de problemas en lo que respecta a su
proceso de evolución y al radical cambio en las costumbres funerarias.

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CRONOLOGÍA
Blance estableció en 1960 a partir del estudio tipológico de los ajuares funerarios una división
cronológica de El ARgar en dos etapas, A y B.
Argar A (1800-1500). Se caracteriza por la presencia de elementos acompañantes del vaso
campaniforme, pero ya sin esta cerámica: botones con perforación en V, brazales de arquero, puñales y
punzones de cobre y como novedad, alabardas de cobre (tipo de arma defensiva de forma más o menos
triangular, con orificios para remaches); cerámica de cocción reductora (pastas oscuras), formas: cuencos
cerámicos simples, tacitas de carena baja (carena próxima a la base). Los enterramientos son realizados en
cista, caja de piedra, o en fosa; el cadáver en posición fetal, contraído.
Argar B (1500-1100). Suponía la etapa de apogeo, con los elementos más definidores de la cultura
argárica:
 aparición de largas espadas con remaches de plata (en la fase A eran de oro),
 diadema en plata
 cuentas de collar (de fayenza o pasta vítrea)
 el tipo de alabardas varía, no son alabardas argáricas como en la fase anterior, sino una especie de
alabarda fabricada en bronce, con perfil romboidal y remaches para el enmangue que se denomina
alabarda tipo Montejicar. Las alabardas son consideradas fósiles directores del mundo argárico.
 Cerámica. Es de calidad extraordinaria, de color negro muy intenso, de pastas muy finas, hecha a
mano, con decoración bruñida (brillo metálico). Las formas más frecuentes son: cuencos parabólicos,
vasos de carena baja y lo más característico son las copas de pie alto (características del Heládico
medio)
 Los enterramientos varían, apareciendo el enterramiento en pithoi, jarra muy grande, frecuente en el
Mediterráneo Oriental; estos enterramientos alternan con los de cista.
El mundo Argar debió mantener relaciones con el mundo mediterráneo, con el Heládico Medio,
que se manifiesta en los elementos metálicos, en la cerámica, y en los enterramientos pithoi.

LOS ASENTAMIENTOS
Los asentamientos se emplazan por lo general en lugares de fácil defensa, en ocasiones
fortificados, en las cumbres y laderas de los cerros, cerca de cursos de agua, en posición dominante sobre
las rutas de paso y los campos de cultivo, aunque no faltan pequeños núcleos situados en el llano. Las
casas tienen planta rectangular o absidal, se construyen sobre terrazas escalonadas en las laderas de los
cerros, generalmente a base de muros con zócalos de piedra y resto de tapial, cubiertas con techumbres de
ramas y barro. En líneas generales, durante El Argar se produce un aumento del número de asentamientos
y de su tamaño.

LOS COMPORTAMIENTOS FUNERARIOS


Una de las novedades de la edad del Bronce es la progresiva generalización de los enterramientos
individuales, lo que no excluye la reutilización de algunos sepulcros megalíticos. Este abandono se
interpreta como consecuencia de cambios ideológicos y sociales en los que se prima la individualización
de la persona y la familia nuclear como unidad social básica, frente al reconocimiento de lo colectivo y de
los lazos de parentesco más amplios de las etapas anteriores.
Los enterramientos individuales se realizan en el interior del poblado, generalmente en el subsuelo
de las casas, renunciando a la monumentalidad y visibilidad después del entierro. La inhumación, en
posición encogida, se realizaba en fosa, cista, covacha o pithos.
Ajuares. El cadáver se acompaña de un ajuar funerario en el que abundan los objetos de metal (de
cobre, bronce, plata y oro), armas (espadas, cuchillos, alabardas y hachas planas), utensilios, objetos
personales y adornos (anillos, brazaletes, diademas y colgantes). Es típica la copa de alto pie, de color
negro y superficie bruñida y lisa sin decoración, así como cuencos de carena baja.
Presentan diferencias de riquezas y de sexo, pues algunos objetos se relacionan con ajuares
masculinos o femeninos; así, la espada y la alabarda aparecen en los masculinos, el punzón en los
femeninos, mientras que el puñal y determinados objetos de adorno pueden aparecer en ambos.

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El estudio de los ajuares permite una clasificación en cinco categorías que corresponderían a cuatro
clases sociales: la clase dominante, los miembros de pleno derecho, servidores y esclavos. Se sospecha
que no todos tuvieron acceso a este tipo de enterramiento.

ACTIVIDADES DE PRODUCCIÓN: AGRICULTURA, GANADERÍA Y METALURGIA


Fue la riqueza minera del Sureste la que determinó el principal cambio cualitativo en los intereses
de producción. Las actividades agrícola y ganadera, básicas para la subsistencia, comenzaron a alternar
con una incipiente metalurgia, que con el tiempo fue ocupando un lugar más importante en el sistema
económico. Aumentó el número de objetos metálicos así como una mayor diversidad tipológica que
abarca utensilios (punzones, cinceles, anzuelos, sierras, clavos, cuchillos, hachas), armas (puñales, puntas
de flecha, alabardas y espadas) y objetos de adorno y de uso personal (cuentas de collar, brazaletes,
anillos, diademas, pendientes, botones). Como contrapartida se redujo la tipología de los instrumentos
líticos que consisten en hojas de hoz y hachas pulimentadas. Otra novedad es el uso de objetos de oro,
muy escasos, y de plata, más numerosos. Algunos objetos concretos parecen tener un significado especial
como símbolo de estatus social; tal es el caso de la espada, el puñal, la alabarda y el hacha.
En las actividades agropecuarias no se aprecian cambios en cuanto a especies vegetales y
animales. En la alimentación vegetal se documentan los mismos cereales y una mayor presencia de
leguminosas (habas, lentejas, guisantes) y linos. En cuanto a especies animales también se documentan
las mismas pero con incidencia diferente. Ovicápridos y cerdo siguen siendo importantes, pero aumenta la
presencia de bóvidos y caballo cuyo sacrificio en edad adulta demuestra su uso como fuerza de trabajo y
para el transporte.
En la producción artesanal destaca la cerámica y la metalurgia. La cerámica argárica se caracteriza
por la ausencia de decoración y por un tratamiento bruñido de las superficies que le dan un aspecto
metálico. Las formas más representativas son las copas o los vasos de carena baja “en tulipa”.

PRODUCCIÓN Y RELACIONES SOCIALES


En los yacimientos se observan diversos asentamientos con producciones complementarias. Con el
desarrollo de la metalurgia se produjo un cambio en la producción que dio vida a nuevas relaciones
sociales. Así de las comunidades autosuficientes originales se pasó a comunidades con producciones
complementarias que necesitaban para sobrevivir de un intercambio de productos. Ello conllevó el
desarrollo de las comunicaciones y del transporte y la aparición de jerarquías directoras responsables de
su control, que se separaron de la producción directa para pasar a ocuparse de la organización del
territorio y de la defensa de sus intereses. Se ha supuesto que quizás los territorios pudieron estar
organizados de forma autónoma, estructurados en dos niveles jerárquicos, con una subordinación de los
asentamientos pequeños a los mayores.
La complejidad de las actividades minero-metalúrgicas lleva a admitir la existencia de una
aristocracia guerrera que controlaba la explotación, distribución e intercambios mediante un fuerte poder
político y un “comercio”. La división de trabajo introduciría el control de los medios de producción y
daría lugar a una mayor complejidad social, que repercutiría sobre las viejas estructuras familiares,
favoreciendo el paso de la estructura de clan a la de familia nuclear. Frente a las relaciones sociales de
parentesco comunal surgen ahora relaciones de dependencia debidas a las nuevas funciones sociales del
individuo.

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OTRAS CULTURAS DEL BRONCE

La extraordinaria fuerza de expansión de la cultura de El Argar afectó a su entorno inmediato,


pero en otras regiones peninsulares las culturas eneolíticas evolucionaron de forma independiente.

EL SUROESTE
En el resto de Andalucía y en Portugal el poblamiento de la Edad del Bronce era prácticamente
desconocido, habiéndose llegado a proponer para el bajo Guadalquivir una crisis demográfica o una
continuidad de grupos calcolíticos. No obstante, las excavaciones de yacimientos como Setefilla (Sevilla),
el Cerro del Berrueco (Cádiz) o el Llanote de los Moros (Córdoba) ponían en evidencia la existencia de
poblados estables.
El Bronce del SO se puede dividir en tres etapas paralelizables a El Argar:
Horizonte de Ferradeira (1800-1500 a.C.) caracterizado por la presencia de los objetos metálicos
relacionados com el campaniforme, aunque sin la aparición de esta cerámica.
Horizonte de Atalaya o Bronce del SO I (1500-1100 a.C.), paralelizable al antiguo Argar B.
Horizonte de Santa Vitoria o Bronce del SO II (1100-900/800 a.C.) paralelizable a una fase postargárica
ya de Bronce final y caracterizada por las estelas funerarias alemtejanas.
La existencia de ricas minas de cobre en el área, extendida por la provincia de Huelva y las
regiones portuguesas del Algarbe y el Alemtejo, supuso el desarrollo de un complejo cultural,
denominado Bronce del Suroeste, con personalidad propia y evidentes paralelismos con la cultura de El
Argar.

LOS POBLADOS
El conocimiento de los asentamientos es muy precario e insuficiente. En líneas generales se podría
hablar de una continuidad en la ocupación de algunos poblados, junto con la aparición de nuevos, pero
sobre todo en lo referente a los enterramientos, con la reutilización o construcción de estructuras
megalíticas, de cuevas artificiales o como novedad, de enterramientos en cista.

ACTIVIDADES DE PRODUCCIÓN
De nuevo sorprende la escasa documentación de actividades metalúrgicas y de objetos metálicos
en el resto de Andalucía, en el sudoeste y en Portugal, dadas las posibilidades mineras de Sierra Morena y
sobre todo de Huelva y sur de Portugal. El volumen de objetos metálicos disminuye y sólo
excepcionalmente se constatan las actividades metalúrgicas. Sin duda ello es debido en buena parte al
deficitario conocimiento arqueológico de estas zonas.
En cuanto a las tipologías hay algunas formas similares a las argáricas, como los puñales de
remaches que sustituyen a los anteriores de lengüeta. Otros son propios como algunas hachas planas con
rebordes, la espada de Setefilla, de hoja puntiaguda, o las alabardas tipo Carrapatas y Montejícar
diferentes de las argáricas.
En estos territorios occidentales, la información disponible para explicar las prácticas económicas
es casi nula. Sin embargo se insiste en una incidencia cada vez mayor de la ganadería, lo que podría
explicar la fragmentación del poblamiento y la invisibilidad de sus asentamientos, lo que no implica un
abandono de la agricultura.

COMPORTAMIENTOS FUNERARIOS
La individualización de los enterramientos se documenta tanto en estructuras megalíticas como en
necrópolis de cuevas artificiales, o bien en necrópolis de cistas individuales. Son muy excepcionales los
hallazgos funerarios en el interior de los poblados.
Las primeras cistas portuguesas, del horizonte de Ferradeira, son de planta alargada para
inhumación extendida, mientras que las posteriores son de menor tamaño y a veces pueden aparecer
varias cubiertas con un túmulo. El hallazgo de puñal, alabarda, espada y representaciones de las estelas
alemtejanas, interpretadas como símbolo de jefes guerreros, permiten hablar de presencia de elementos de

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prestigio, pero no se pueden llevar a un contexto más amplio que permita definir el grado de
diferenciación entre individuos.
Por tanto, la sociedad del SO y territorios portugueses no desarrollaron el grado de complejidad de
la argárica, lo que no significa la inexistencia de desigualdades.

EL BRONCE VALENCIANO
El Bronce Valenciano se inicia en torno al 1700 o 1600 a.C., coincidiendo con un Argar ya
plenamente formado. Se establece la frontera en el río Segura por el sur y en el Ebro por el norte. Las
características son:
 Poblados pequeños en alturas de difícil acceso con murallas reforzadas por torres rodeando todo el
poblado o sólo las zonas más desprotegidas
 Casas de planta cuadrada o rectangular con zócalo de piedra
 Cultura material pobre, con cerámicas generalmente lisas, metalurgia representada por puñales de
remaches, alabardas, puntas de flecha, hachas planas, punzones y algunos objetos de adorno como
brazaletes y aros
 Enterramientos individuales, o de muy pocos individuos, en cuevas y abrigos pero sobre todo en
grietas en las laderas de los asentamientos.
A pesar de su individualización cultural con respecto al sudeste, se reconocía una influencia
argárica en las producciones metalúrgicas.

POBLADOS Y ENTERRAMIENTOS
Los poblados alicantinos de San Antón y Laderas del Castillo responden al modelo de ocupación
argárico. En ambos casos se desconoce prácticamente todo del poblado pero sí se han documentado las
tumbas. La tipología de los enterramientos (cistas, fosas, pithos, y excepcionalmente túmulo y cromlech)
y de los ajuares (formas cerámicas, objetos de cobre, puntas de flecha, alabardas, puñales de lengüeta y
joyas de plata y de oro) es argárica, mostrando también diferenciación de riqueza tanto entre las tumbas
de cada poblado como entre ellos mismos, siendo los ajuares de San Antón más ricos que los de Laderas
del Castillo.
En el resto del territorio, hacia el norte, la mayoría de los asentamientos responde al tipo de
poblado, por lo general pequeño, situado en alto y defendido por una muralla a veces con torres. Las
casas, con basamento de piedra y alzado de barro, tienen plantas rectangulares, absidales o trapezoidales y
están dispuestas en la cima y dispersas por las laderas. Las prospecciones y excavaciones más recientes
han puesto de manifiesto la existencia de diferencias de tamaño y posible funcionalidad. También se
conoce un buen número de cuevas habitadas, por todo el territorio pero abundantes en Castellón.
El tipo de enterramiento característico de esta cultura es la inhumación individual o doble
practicada en grietas o covachas localizadas en las cercanías del poblado.
Respecto a las actividades de subsistencia, a pesar de los escasos datos, se puede afirmar que no
hay grandes cambios en relación a la etapa anterior. Presencia de cereales, trigo y cebada, de
leguminosas, plantas silvestres; la cabaña animal está formada por ovicápridos, bóvidos, cerdo y caballo.
También se documenta la caza, aunque en menor medida que en el Calcolítico. Los recursos marinos
están presentes en algunos asentamientos costeros.
En suma, se pueden atisbar algunas diferencias de comportamientos económicos que impliquen
complementariedad y que junto con las diferencias de tamaño de los poblados y la preocupación por la
defensa y el control de lugares estratégicos permite apuntar hacia una jerarquización. En la organización
del trabajo se incorpora la metalurgia, documentada en mayor cantidad en los poblados alicantinos de
donde procede mayor número de objetos metálicos procedentes de tumbas argáricas.

Bibliografía:
- Prehistoria de la Península Ibérica. Ignacio Barandiarán. Editorial Ariel
- Historia Antigua de España I. José Manuel Roldán Hervás. Uned

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