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Concepto: “La economía es el estudio de la manera en que las sociedades utilizan los
recursos escasos para producir mercancías valiosas y distribuirlas entre los diferentes
individuos” (Paul Samuelson) concepto dominante según el capitalismo
La Economía se ocupa de las cuestiones que surgen en relación con la satisfacción de las
necesidades de los individuos y de la sociedad. La satisfacción de necesidades materiales
(alimentos, vestido o vivienda) y no materiales (educación, ocio, etc.) de una sociedad obliga
a sus miembros a llevar a cabo determinadas actividades productivas. Mediante estas
actividades se obtienen los bienes y los servicios que se necesitan, entendiendo por bien todo
medio capaz de satisfacer una necesidad, tanto de los individuos como de la sociedad. La
Economía se ocupa de la manera en que se administran los recursos escasas, con el objeto de
producir diversos bienes y distribuirlos para su consumo entre los miembros de la sociedad.
Por eso algunos autores la han denominado también la Ciencia de la elección. (MYB)
La Microeconomía estudia el modo en que toman decisiones los hogares y las empresas y la
forma en que interactúan. La Macroeconomía estudia los fenómenos que afectan al conjunto
de la economía.
Primer concepto de Economía: Se divide en dos palabras Eco: casa Nomos: Administración.
El origen etimológico de la palabra economía se encuentra en la palabra griega oikonomos,
que significa administración del hogar.
Los factores o recursos productivos (inputs) son los recursos empleados por las empresas o
unidades económicas de producción para producir bienes y servicios. Los inputs se combinan
con el fin de obtener los productos. Los productos (outputs) consisten en la
amplia gama de bienes y servicios, cuyo objetivo es el consumo o su uso posterior en la
producción.
Los factores productivos, esto es, el trabajo, la tierra, las máquinas, las herramientas, los
edificios y las materias primas, se utilizan para producir bienes y servicios.
La clasificación tradicional de los factores productivos los divide en tres categorías, aunque
también es frecuente considerar al empresario, en cuanto promotor y gestor de las empresas,
como un factor productivo:
● La tierra (o recursos naturales): todo lo que aporta la naturaleza al proceso productivo.
● El trabajo: el tiempo y las capacidades intelectuales dedicadas a las actividades
productivas.
● El capital: los bienes duraderos no dedicados al consumo sino a producir otros bienes.
El hecho de que los factores productivos estén disponibles en cantidades limitadas y que las
necesidades humanas sean prácticamente ilimitadas plantea la inevitabilidad de la elección.
La necesidad de elegir se evidencia al considerar los tres problemas fundamentales a los que
toda sociedad debe dar respuesta: ¿Qué producir? ¿Cómo producir? ¿Para quién producir?
● ¿Qué producir?:La respuesta a cuáles son los bienes y servicios que se producen
depende de las elecciones de cada uno de nosotros, de nuestros gobiernos y de las
empresas que producen los artículos que compramos. Cada una de estas elecciones
involucra un intercambio. Todos nos enfrentamos a un intercambio cuando elegimos
cómo gastar nuestros ingresos
● ¿Cómo producir?: La manera en que se producen los bienes y servicios depende de las
elecciones que hacen las empresas que fabrican los artículos que compramos
● ¿Para quién producir?: Para quién se producen los bienes y servicios depende cómo
está distribuido el poder de compra. El poder de compra puede ser redistribuido, es
decir, transferido de una persona a otra, de tres maneras: a través de pagos
voluntarios, mediante el robo o a través de los impuestos y las prestaciones
establecidas por el gobierno. La redistribución lleva consigo un intercambio.
Costo de oportunidad
El costo de oportunidad de una decisión es aquello a lo que se debe renunciar para obtener
algo. Más concretamente, el costo de oportunidad de un bien o servicio es la cantidad de otros
bienes o servicios a la que se debe renunciar para obtenerlo.Si una economía se encuentra
sobre la frontera de posibilidades de producción, y todos los recursos se están utilizando
plenamente, se enfrenta a una disyuntiva: producir una cantidad mayor de un bien exigirá
producir menos de otro. La opción que debe abandonarse para poder producir u obtener otra
cosa se asocia al costo de oportunidad.
En términos más precisos, si estamos obteniendo una combinación determinada de bienes
empleando eficazmente todos los recursos de que dispone la sociedad, y quisiéramos producir
algunas unidades más de uno de los bienes, esto tendrá que hacerse a costa de reducir la
producción de otro. Esta elección entre los dos bienes indica que el costo de obtener más
unidades de uno es precisamente dejar de producir algunas unidades del otro.
● Existen dos sectores de la economía: las empresas quienes producen y venden bienes
y servicios, y contratan y usan factores productivos; y los hogares quienes demandan
y consumen bienes y servicios, y poseen y venden factores productivos.
● Existen dos mercados: el de factores donde las empresas demandan y las familias
ofertan; y mercados de bienes y servicios donde las empresas ofertan y las familias
demandan.
● Este modelo representa al mercado macroeconómico
Instrumentos
La política monetaria
Los gobiernos suelen recurrir a la política monetaria para tratar de estabilizar la actividad
económica y evitar, o al menos paliar, los inconvenientes derivados de los ciclos económicos.
Para ello controlan la evolución de la cantidad de dinero, el crédito y, en general, el
funcionamiento del sistema financiero.
Mediante el control de la cantidad de dinero, el Banco Central puede influir en las tasas de
interés, en la inversión (y, por lo tanto, en el PIB), en el nivel general de precios, en los tipos
de cambio (por consiguiente, en las exportaciones netas), en los precios de las acciones y en
los precios de las viviendas.
Así, si la economía está experimentando una fuerte presión alcista sobre los precios, y se
lleva a cabo una política monetaria restrictiva, la reducción de la oferta monetaria hará que
suban las tasas de interés, se reduzca la inversión y disminuyan el PIB y la inflación. Por el
contrario, si la actividad económica ha entrado en una recesión, el Banco Central puede
aumentar la oferta monetaria y reducir las tasas de interés para reactivar
la economía.
La política monetaria, a través del control de la oferta monetaria por parte del Banco Central
y su capacidad de incidir sobre las tasas de interés y las condiciones crediticias, afecta el
gasto de los sectores de la economía que son sensibles a las tasas de interés, como la
inversión empresarial, el consumo y las exportaciones netas. De esta forma, la política
monetaria influye tanto en el PIB efectivo como en el potencial, así como en los precios.
La política fiscal
La política fiscal se refiere a la utilización del gasto público y de los impuestos para ayudar a
determinar la distribución de los recursos entre los bienes privados y los públicos. Incide
sobre los ingresos y el consumo de los individuos y ofrece incentivos a la inversión y otras
decisiones económicas.
La política fiscal se refiere a las decisiones del Gobierno sobre el nivel de! gasto público y los
impuestos. El gasto público incluye dos tipos de gasto: las compras del Estado, esto es, el
gasto en bienes y servicios, como, por ejemplo, la construcción de carreteras, la compra de
ferrocarriles, el pago a los funcionarios, etc., y las transferencias del Estado. Éstas aumentan
los ingresos de determinados grupos de individuos, como los jubilados o los desocupados. Al
determinar la cuantía y composición del gasto público, se determinan las dimensiones
relativas del sector público y del sector privado, esto es, qué parte del PIB se consume
colectivamente y no en forma privada. El gasto público es uno de los componentes que
integran el nivel global de gasto de la economía y uno de los determinantes del nivel del PIB.
Los impuestos constituyen el otro instrumento de la política fiscal e inciden en la economía
de dos formas. En primer lugar, reduciendo los ingresos de los individuos, lo que influye
tanto en la cantidad que estos gastan en bienes y servicios como en la cantidad de ahorro
privado. De esta forma, los impuestos, al condicionar el consumo y el ahorro privados,
influyen en la producción y en la inversión tanto a corto como a largo plazo. En segundo
lugar, los impuestos inciden sobre los precios de los bienes y de los factores de producción y,
por lo tanto, afectan los incentivos y la conducta de los individuos. Así, los impuestos sobre
los ingresos de las personas físicas influyen sobre los incentivos que éstas tienen para trabajar
y para ahorrar. Lo mismo puede decirse en el caso de las empresas: los impuestos sobre los
beneficios inciden en sus incentivos para invertir en nuevos bienes de
capital. Esto explica por qué los gobiernos interesados en propiciar el crecimiento económico
conceden a las empresas deducciones fiscales por inversión.
La política fiscal, a través del gasto público, influye en la magnitud relativa del consumo
público frente al consumo privado y, mediante los impuestos, reduce los ingresos e influye
en el gasto privado y en el ahorro privado. La política fiscal, debido a su impacto sobre el
ahorro, la inversión y los incentivos para trabajar, suele utilizarse para incidir en el
crecimiento económico.
En párrafos anteriores, al comentar los objetivos de la política macroeconómica, destacamos
el equilibrio del sector exterior y el tipo de cambio. Todos los países están cada día más
inmersos en la economía mundial y se encuentran ligados a los otros a través del comercio y
de los flujos financieros. Los responsables de la política económica vigilan la evolución de
las ventas de bienes y servicios al resto del mundo, esto es, las exportaciones, como así
también las compras o importaciones. Una variable especialmente relevante es el
saldo o diferencia entre el valor de las exportaciones y el valor de las importaciones, que se
conoce como exportaciones netas. Cuando las exportaciones son mayores que las
importaciones, el saldo es positivo y hay un superávit, mientras que si el saldo es negativo,
habrá un déficit.
El comercio internacional propicia la eficiencia y, por lo tanto, estimula el crecimiento
económico.
Las autoridades económicas se ocupan del sector exterior mediante la política comercial y la
gestión financiera internacional. La política comercial, a través de los aranceles, cuotas y
otros mecanismos, trata de estimular las exportaciones netas. En la gestión financiera
internacional, una variable clave es el tipo de cambio. Generalmente, los países adoptan,
como parte de su política monetaria, diferentes sistemas para regular sus mercados de divisas.
Las políticas de tipos de cambio son muy distintas: algunos países optan por dejar que los
tipos de cambio se determinen libremente por la oferta y la demanda en el mercado de
divisas, como sucede con los integrantes de la Unión Monetaria Europea (UME), mientras
que otros establecen un tipo de cambio fijo frente a otras monedas, como ocurrió en la
Argentina durante el régimen de convertibilidad.
Los responsables de ta política económica también se preocupan por las condiciones de oferta
de la economía. Este tipo de iniciativas se integran en lo que se denomina políticas de oferta.
Su objetivo es propiciar los incentivos al trabajo y a la producción, así como la incorporación
de mejoras tecnológicas que eleven la eficiencia y la productividad del trabajo.
Los resultados de las políticas de oferta se concretan en reducciones de la tasa de desempleo,
disminución de los precios y aumentos en la productividad media del trabajo y en el PIB
potencial.
Ciclos económicos:
Los sistemas económicos están ligados a determinados objetivos. El primero que surge está
constituido por lo que se denomina en forma general desarrollo y se manifiesta a través del
aumento del ingreso per cápita y la riqueza nacional. Este objetivo indica el grado de
eficiencia de la economía. Sin embargo, sin datos sobre otro gran objetivo: la equidad, es
imposible afirmar que la economía efectivamente se desarrolló. Puede existir crecimiento sin
convergencia, es decir el ingreso crece pero no logra mejorar el poder adquisitivo de la
mayoría de la población, sino que es apropiado por una elite.
La economía utiliza para evaluar las repercusiones de las estrategias y políticas que se
implementan, un sistema denominado de cuentas nacionales (SCN), que divide al
sistema en unidades y sectores institucionales y utiliza los registros de las unidades,
justamente denominado cuentas, como la base empírica. La sumatoria de estos registros
o cuentas individuales constituyen las cuentas sociales o nacionales. Las cuentas básicas
que proveen información al sistema de cuentas nacionales son el balance general y el estado
de pérdidas y ganancias de las unidades económicas.
El sistema de cuentas regionales (SCR): Las regiones presentan particularidades que deben
ser zanjadas respecto al SCN. La primera y más importante se encuentra en relación a los
productos comerciados fuera de los límites de la jurisdicción. En el caso nacional el tema es
sencillo porque existe una aduana con registros de exportaciones e importaciones. Para las
regiones la situación es de apertura y libre circulación, por lo tanto los productos que se
encuentran en la región (oferta) es imposible captarlos con los registros existentes al igual
que los productos elaborados dentro de la frontera pero consumidos fuera.
Otro inconveniente es el fuerte peso en las regiones de instituciones de nivel central, tal como
oficinas de nivel nacional enclavadas en la provincia (universidades, de la seguridad social,
de la salud, administrativas), empresas supraregionales (en comercio, construcción,
agricultura, industria, financieras, etc.) que obliga en casos a adoptar criterios particulares de
imputación.
Pero más allá de la problemática que plantea la medición del sistema de las cuentas
regionales (SCR), el mismo es de utilidad indiscutida. Proveen un esquema sólido para la
aplicación de fondos nacionales, ya que permite analizar las performances de las políticas y
comparación entre regiones, evitando la imputación.
La oferta total está compuesta por productos nacionales e importados y los usos se pueden
dividir en productos de consumo, bienes de inversión y los destinados a la exportación. A su
vez el consumo se desdobla en consumo final (C) y consumo intermedio (CI). El primero está
constituido por todos los bienes y servicios destinados a cubrir las necesidades básicas y
sociales de las unidades institucionales, familias, gobierno y ONG que proveen a las
familias. Se agotan en el primer uso.
Las compras y construcción de viviendas se encuentran excluidas (se ubican con la
formación bruta de capital (FBK)). El consumo intermedio (CI) por otra parte, es el costo
de los bienes y servicios (insumos) utilizados en la producción, por lo que responde a la
unidad institucional llamada empresa.
La producción local (OL) es el valor de todos los bienes y servicios que son elaborados por
una economía en un período de tiempo. Se valora a precios básicos. En el SCN se la
denomina valor bruto de producción (VBP), es decir OL=VBP.
Diferencia entre producto (todo lo que las empresas le agregan valor) y producción (es todo
lo que las empresas producen).
Ecuación que también expresa el valor agregado bruto (VAB) que mide el valor de todos los
bienes y servicios producidos menos el valor de todos los bienes y servicios utilizados en el
proceso productivo es decir el valor adicional de los productos que se elaboran en la
economía. Por lo tanto la producción en cuentas nacionales representa todo lo producido, y el
término producto difiere, ya que es solo lo añadido por cada establecimiento en el proceso
productivo. El VAB es semejante al PBI .
La cuenta de producción tiene por función estimar los valores de estas variables, mediante
el agregado de todas las actividades económicas detectadas en la economía y los sectores
institucionales definidos, en suma: el PBI . El indicador más relevante que se puede
obtener de esta cuenta es la del crecimiento de la economía que operativamente es la
tasa de cambio del PBI. Si la cantidad de productos aumenta, entonces sus usos: el CF tanto
de las familias como del gobierno y la FBK se estimulan.
La otra variable que integra el lado de los usos se denomina formación bruta de capital
(FBK). Es la Inversión en bienes de capital, y está compuesta por dos categorías analíticas: la
formación bruta de capital fijo y la variación de existencias. La primera es el aumento
del capital fijo nuevo y las mejoras que se producen para prolongar su vida útil o su
capacidad de producción y la restante es la variación de inventarios o stock de
materiales, suministros, productos y bienes terminados en manos de los
establecimientos. Los activos fijos se denominan así dado que son bienes que no se
consumen en el primer uso, que se utilizan para elaborar otros productos y que tienen una
vida útil mayor de un año. Los activos fijos tangibles están constituidos por edificios
(viviendas, fábricas, etc.), obras de ingeniería civil, máquinas y vehículos, mejoras de activos
materiales, producción de ganado y árboles productivos. Los inmateriales se componen de
programas informáticos y prospecciones mineras.
Los usos CI, CF y FBK, se miden desde la óptica del comprador, a precios de compra que
incluye impuestos (Im) y subvenciones (Sv) a los productos. Los impuestos implican
mayores precios, e inversamente los subsidios reducen los precios para el consumidor. En
cambio la producción (CI Y VBP) se calcula tomando los precios vigentes para el
productor sustrayendo impuestos netos. Es necesario uniformar el criterio de valoración en
la fórmula del VAB , ya que el VBP y el CI se calculan con distinto método valorativo, para
lo cual al valor de la producción hay que sustraerle las subvenciones y agregarle los
impuestos sobre los bienes y servicios.
PBI = CF + FBK + E – I
PBI = CF + FBK + (SBC) el saldo de la Balanza comercial.
Equilibrio entre oferta y demanda agregada (todas las ofertas=produccion de las empresas sumadas de
la nación)
En términos del modelo clásico, dado que los precios son flexibles y todos los mercados están en
equilibrio, el pleno empleo es la situación normal de la economía y no tiene sentido la intervención
del Estado vía políticas económicas. Además, el dinero es neutral y solo incide en las variables
nominales.
El detonante del abandono de las ideas clásicas fue la obra de J. M. Keynes, quien ideó un modelo
macroeconómico cuyo objetivo primordial era intentar sacar de la depresión a la economía mundial.
El modelo se conoce como modelo keynesiano y vio la luz en el año 1936, cuando se publicó con el
título de Teoría general del empleo, la tasa de interés y el dinero.
En términos del modelo clásico, el equilibrio siempre se da con pleno empleo. Sin embargo,
desde una óptica keynesiana, se puede dar el equilibrio del ingreso sin pleno empleo. Los
modelos clásico y keynesiano también discrepan en la consideración sobre las peculiaridades
del equilibrio en los mercados. Para los clásicos todos: los mercados están siempre en
equilibrio porque todos los precios son siempre flexibles. En el modelo keynesiano, sin
embargo, el mercado de trabajo puede permanecer en una situación de desequilibrio. debido a
que algunos precios suelen ser rígidos.
Los modelos clásico y keynesiano también se diferencian por el régimen de competencia que
incorporan. Los clásicos suponen que los mercados están en competencia perfecta, mientras
que los keynesianos suponen que, al menos en el mercado de trabajo, no rige la competencia
perfecta, debido a la existencia de los, sindicatos y al poder de negociación de los
trabajadores, de forma que los salarios son rígidos a la baja.
La curva de oferta agregada keynesiana es horizontal, lo cual indica que las empresas
ofrecerán la cantidad de bienes que se demande al nivel de precios vigente. La OA
keynesiana se basa en la idea de que como hay desempleo, las empresas pueden conseguir
tanto trabajo como deseen al salario vigente. Por lo tanto, se supone que sus costos medios de
producción no varían cuando varían sus niveles de producción. En consecuencia, están
dispuestas a ofrecer todo lo que se demande al nivel de precios vigente. A esta idea se le
llama “rigidez de los precios a corto plazo”. A corto plazo, las empresas son reacias a alterar
los precios (y los salarios) cuando se desplaza la demanda. Lo que hacen, por el contrario, al
menos durante un tiempo, es aumentar o reducir la producción. Como consecuencia, la curva
de oferta agregada es muy plana a corto plazo.
Cualquiera sea la naturaleza de la perturbación que provoque un desplazamiento de la curva
de demanda, dado que en el muy corto plazo la OA es una línea recta paralela al eje de
abscisas, no tendrá ningún efecto sobre los precios.
En ninguna circunstancia, en el contexto del modelo keynesiano (esto es, en el corto o muy
corto plazo), la demanda puede provocar presiones inflacionarias, sino que éstas vendrán
siempre del lado de la oferta.
La oferta en el corto plazo es inalterable para este enfoque, porque está dada, es fija. Es
inelástica a nivel de precios. Pero si se puede modificar la demanda de las familias. Consumo,
crédito, impuestos, etc.
En términos gráficos, la función de demanda de trabajo para una empresa es la función de
productividad marginal del trabajo en la rama decreciente, si consideramos los salarios en
términos reales y suponiendo competencia perfecta en los mercados de bienes y trabajo. Para
toda la economía, la función de demanda de trabajo (Ld) se obtiene a partir de la función de
producción agregada de la economía y es la suma de las funciones de demanda de trabajo de
todas las empresas que la integran. Así, pues, la función de demanda agregada de trabajo
es decreciente con el salario real, de forma que ante un aumento del salario real, la
cantidad demandada de trabajo se reduce y, sí el salario real disminuye, la cantidad
demandada de trabajo aumenta.
Para los clásicos o neoclásicos, la función de oferta de trabajo se deriva, para cada
consumidor-trabajador, de la elección entre ocio y consumo, esto es, trabajo, como
generador de ingreso que posibilita el consumo. Según este enfoque, la función agregada
la oferta de trabajo es creciente con el salario real, en el sentido de que los trabajadores
estarán dispuestos a ofrecer una cantidad mayor de trabajo cuando el salario real
aumente.
Desde una perspectiva clásica, si existiera desempleo este sería voluntario, pues una
reducción de los salarios reales aumentaría el empleo y la producción. En este sentido el
desempleo se debe, en última instancia, a una inadecuada política de salarios, ya que
éstos no se ajustan a los cambios en función de la demanda real de mano de obra.
Para los clásicos, dado que el desempleo se produce porque los trabajadores piden un salario
real superior al de equilibrio, cualquier aumento de la demanda agregada no lograría reducir
el desempleo, pues las empresas no estarían dispuestas a aumentar el empleo a los salarios
reales vigentes. Los posibles aumentos de la demanda agregada sólo se traducirían en
aumentos de precios y, posteriormente, de salarios nominales, para evitar pérdidas del poder
adquisitivo. En este sentido, se dice que los trabajadores no tienen ilusión monetaria..
El empleo sólo aumentará si descienden los salarios reales o si se reduce el costo real de
algún otro factor productivo. En definitiva, para los clásicos la solución al problema del
desempleo descansa básicamente en una política de salarios lo suficientemente flexible como
para que éstos se ajusten a las condiciones cambiantes de la demanda. En otras palabras, para
los clásicos el empleo por encima del friccional se debe a una inadecuada política salarial y
puede calificarse de voluntario.
Esta curva no tiene elasticidad ya que, según las hipótesis clásicas o neoclásicas, el equilibrio
del mercado de trabajo se determina mediante la intersección de la oferta y la demanda de
trabajo; el resultado es un nivel de salario real y un nivel de empleo de equilibrio.En el
modelo clásico, el nivel de empleo de equilibrio es una constante, pues en este modelo el
nivel de ocupación sólo puede ser igual al nivel de pleno empleo, ya que no existe desempleo
por encima del desempleo friccional. La flexibilidad de los precios garantiza que se alcance
el pleno empleo.
El nivel de producción agregada en el modelo clásico es independiente de los precios, de
forma que la función de oferta agregada en el modelo clásico es una línea recta vertical al
nivel de la producción de equilibrio.En el modelo clásico, la curva de oferta agregada es una
línea recta vertical al nivel de la producción de pleno empleo.
La curva de oferta agregada clásica es vertical, lo cual indica que se ofrece la misma cantidad
de bienes cualquiera que sea el nivel de precios. Si la demanda es elevada en toda la
economía y todos los factores de producción ya están trabajando, no es posible aumentar la
producción total, por lo que lo único que ocurre es que todos los precios suben (naturalmente,
los salarios también).
En el modelo keynesiano, algunos mercados de factores pueden estar en desequilibrio
(generalmente, el de trabajo) debido a que algunos precios suelen ser rígidos. Los salarios
nominales son rígidos a la baja, pero no al alza y , la oferta de trabajo es creciente con el
salario nominal.
De acuerdo con el enfoque keynesiano, dada la función de producción agregada, una vez que
los consumidores determinan el nivel de producción demandado (el gasto total), solo se
empleará la cantidad de trabajo necesaria para producir justo el nivel de producción requerido
por los consumidores, al margen del deseo de los trabajadores de trabajar más o no. En este
contexto se puede alcanzar el equilibrio del ingreso, estando en equilibrio los mercados de
bienes y dinero. Sin embargo, el mercado de trabajo podría estar en desequilibrio y no
alcanzar el pleno empleo. En otras palabras, es posible que en el mercado de trabajo exista no
solo desempleo voluntario o desempleo friccional, sino también desempleo involuntario, pues
una parte de la población, estando en edad de trabajar y deseando incorporarse al mercado de
trabajo, no puede hacerlo porque no hay demanda para ello. El factor determinante es un
nivel de la demanda agregada insuficiente. Este tipo de desempleo también se conoce como
desempleo cíclico, pues se origina cuando la demanda total de trabajo es baja debido a que la
actividad económica ha caído en una recesión.
Las economías domésticas compran bienes y servicios en función del ingreso disponible. Por
lo general, las compras de consumo representan entre el 80% y el 90% del ingreso disponible.
La parte de este que no se consume se destina al ahorro, de forma que, cuando las economías
domésticas deciden lo que desean consumir, simultáneamente están determinando lo que
desean ahorrar.
La relación funcional existente entre el consumo y el ingreso disponible se denomina función
de consumo.
En el eje de ordenadas se representa el consumo, y en el eje de abscisas, el ingreso
disponible. De hecho, dados los supuestos introducidos, los conceptos de ingreso disponible,
ingreso o PIB son equivalentes.
El concepto de la función de consumo fue introducido por Keynes y se basa en la hipótesis de
que existe una relación empírica estable entre el consumo y el ingreso. En cualquier punto de
la recta de 45°, el consumo es exactamente igual al ingreso y la familia media no ahorra.
Cuando la función de consumo está por encima de la recta de 45", la familia tiene un ahorro
positivo, mientras que si está por debajo, la familia “ desahorra” . La cantidad de ahorro o “
desahorro” se mide por la distancia vertical entre la función de consumo y la recta de 45°.
Ahorro: parte del ingreso que no se consume. También depende del ingreso
La función de ahorro muestra la relación entre el nivel de ahorro y el ingreso y es la otra cara
de la moneda de la función de consumo.
Así, pues, la función de consumo, al indicar el nivel de consumo para cada posible nivel de
ingreso, muestra también (y en forma simultánea) el nivel de ahorro.
Los valores de ahorro correspondientes a los distintos niveles de ingreso se calculan teniendo
en cuenta que la suma del consumo y el ahorro es igual al ingreso.
Ingreso = Consumo + Ahorro
A partir de esta ecuación, despejando el ahorro, tendremos que:
Ahorro = Ingreso - Consumo
A=Y-C
A= Y-(Co-PMC x Y)
A= -Co + Y(1-PMC)
A= -CO + (PMA x Y)
Al igual que en el caso del consumo, cabe definir la propensión media al ahorro {PMeS)
como el resultado de dividir al ahorro total por el ingreso total, para un nivel de ingreso
cualquiera.
Inversión: empresas
Depende de las decisiones de las empresas en torno a la tasa de interés, impuestos (costos
en general), ingresos o producción, expectativas.
La demanda de inversión procede de las economías domésticas y de las empresas. Este hecho
permite clasificar la inversión en tres categorías: inversión en vivienda (llevada a cabo por las
economías domésticas), inversión en capital fijo y en existencias (realizada por las empresas).
La demanda de inversión viene dada por los aumentos deseados o planeados por las empresas
de capital físico (fábricas y máquinas) y de existencias.
Los factores más relevantes que inciden en la demanda de inversión son: las tasas
de interés, los ingresos (o producción) y las expectativas. En lo que respecta a las tasas de
interés, cuando estas se reducen, resulta más fácil financiar los proyectos de inversión y, en
consecuencia, se incrementa la demanda de inversión.
La decisión de invertir depende de las tasas de interés y de los impuestos que inciden en los
costos de inversión, de los ingresos que genera la situación de la actividad económica general
y de las expectativas empresariales sobre la situación económica.
La demanda de inversión está relacionada inversamente con las tasas de interés, pues, cuando
éstas se reducen, se incrementa la demanda de inversión Téngase en cuenta que un
comportamiento lógico por parte de los empresarios consistirá en ordenar los proyectos de
inversión según las tasas de rendimiento.
A medida que descienden las tasas de interés, habrá un mayor número de proyectos que
cumplan el requisito de presentar una tasa esperada de rendimiento mayor que el costo del
dinero. Piénsese que hay un número reducido de proyectos que presentan una tasa de
rendimiento elevada, mientras que son numerosos aquellos en los que ésta es baja.
De este modo, si las tasas de interés del mercado son elevadas, solo unos pocos proyectos
serán viables y, en consecuencia, el volumen de inversión será reducido; mientras que si las
tasas de interés descienden, habrá un mayor número de proyectos que podrán llevarse a cabo
y la demanda de inversión será más elevada.
Como la rentabilidad de la inversión varía inversamente con las tasas de interés, puede
obtenerse una curva de demanda de inversión de pendiente negativa. Esta curva muestra la
cantidad de inversión que se realizaría a cada tasa de interés, y se obtiene sumando todas las
inversiones que serían rentables a cada nivel de de éstas.
Juega el tiempo.
Inversión inicial
Curva IS
A lo largo de esta línea, en todos sus puntos, el mercado de bienes de nueva producción está
en equilibrio (/ — S).
A la relación AS podemos derivarla gráficamente (Figura 14.A.I). En el panel a) se
representa la demanda en el eje de ordenadas, y la producción en el eje de abscisas.
El equilibrio en el mercado de bienes tiene lugar en aquellos puntos en los que la producción
del mercado es igual a la demanda agregada (DA = C + I + G + X) y dichos puntos se
encuentran situados sobre la bisectriz del primer cuadrante o línea de 45°. Las líneas D A
(rx), DA(r0) y DAfr^) representan la demanda agregada en función de la producción para
diferentes valores de las tasas de interés real. El equilibrio entre oferta y demanda en el
mercado de bienes se produce para los pares de valores de tasas de interés e ingreso real.
La gráfica recoge la tasa de interés real en el eje de ordenadas y la producción (ingreso), en el
eje de abscisas. Trasladando los puntos del grafico a) al grafico b), tenemos derivada la
relación IS como una línea decreciente entre el ingreso real y la tasa de interés real que
equilibra el mercado de bienes.
Los aumentos en la ordenada en el término kA hacen que la IS se desplace hacia la derecha y
las disminuciones hacia la izquierda.
Los aumentos de b hacen que la IS sea más rígida y la desplazan a la izquierda, y las
disminuciones de b hacen la IS más plana y la desplazan hacia la derecha.
(B): Curva IS
Equilibrio en el mercado de
productos
El dinero es la suma del efectivo, las monedas y los billetes, más los saldos de las cuentas
corrientes, es decir, los depósitos de los bancos. El efectivo es el dinero legal emitido por el
Banco Central, mientras que los depósitos bancarios constituyen el dinero bancario.
El valor del dinero papel actual descansa en la confianza que los individuos tienen en que este
será aceptado como medio de pago por los demás y en que es legal y sirve para pagar
deudas públicas y privadas.
El dinero bancario es una deuda de un banco, el cual tiene que entregar al depositante una
cantidad de dinero siempre que la solicite. Funciona como medio de cambio.
Debe señalarse que un cheque no crea dinero; simplemente es una forma de movilizar o
trasladar el dinero.
Las tarjetas de crédito, por su parte, se excluyen de todas las medidas de la cantidad de dinero
bancario, porque constituyen un método de pago diferido. Cuando, por ejemplo, pagamos un
traje con una tarjeta de crédito, el banco que la emitió paga al negocio la cantidad debida.
Más tarde, tendremos que devolver el monto al banco.
El saldo de la cuenta corriente sí forma parte de la cantidad de dinero bancario.
Así pues, estamos en condiciones de establecer una nueva clasificación del dinero: dinero
legal y dinero bancario. La aceptación del dinero bancario no se debe a norma legal alguna,
sino a la confianza de la gente en que en todo momento los bancos cumplirán su obligación
de convertir los depósitos en dinero legal a petición del titular del depósito.
Oferta Monetaria
Los agregados monetarios son variables que cuantifican el dinero existente en una economía
y que los bancos centrales suelen definir para efectuar análisis y tomar decisiones de política
monetaria. El Banco Central de la República Argentina define los siguientes agregados
monetarios:
M1:Está compuesto por los billetes y monedas en circulación (electivo en circulación) y por
los depósitos a la vista.
M 2: Está compuesto por los pasivos incluidos en M1, más los depósitos en caja de ahorros.
M3: Comprende los pasivos incluidos en M2 más los depósitos a plazo fijo. El agregado
monetario Ai, es el que elige el Banco Central para definir metas de crecimiento de la oferta
monetaria por entender que es el que mayor correlación guarda con la evolución de los
precios.
La base monetaria
El efectivo en manos del sistema crediticio constituye las reservas bancarias, y la suma de
éstas con el efectivo en manos del público forma la base monetaria del sistema o dinero de
alta potencia.
Demanda de dinero
El dinero no se demanda por ser un bien que se desea por sí mismo. Demandamos dinero,
fundamentalmente, porque nos sirve de manera indirecta para el comercio y el intercambio, si
bien también lo utilizamos como depósito de valor.
El dinero es un medio de cambio generalmente aceptado por la comunidad para la realización
de transacciones y la cancelación de deudas.
El dinero facilita el intercambio porque elimina el trueque y, por lo tanto, la necesidad de que
exista una doble coincidencia de deseos: con dinero no es necesario que un vendedor de
videojuegos encuentre un comprador que, además de desear comprar un videojuego, venda a
su vez algo que le interese, por ejemplo, un libro. Con el uso del dinero se reducen los costos
asociados a toda transacción. De las distintas funciones del dinero, esta es la más importante.
El dinero se usa también como unidad de cuenta, entendiendo por tal aquella en la que se
fijan los precios y se llevan las cuentas. Se utiliza como unidad porque sirve de medida de
valor, esto es, para calcular cuánto valen los diferentes bienes y servicios.
Asimismo, el dinero es un depósito de valor. No solo es un medio para realizar transacciones,
sino también un activo financiero que sirve de depósito de valor y permite transportar valor a
lo largo del tiempo. El dinero es una manera de mantener la riqueza y, de hecho, tanto las
familias como las empresas suelen conservar parte de sus patrimonios en forma de dinero,
pues en comparación con otros activos, como las acciones o el oro, es relativamente menos
arriesgado al tener liquidez plena. Es de destacar, sin embargo, que el poder de compra del
dinero, es decir, la cantidad de bienes y servicios que con él se pueden adquirir, varia cuando
se altera el nivel general de precios. Así, durante períodos de inflación, el poder de compra
del dinero disminuye. Resulta, además, que una persona que guarda el dinero no gana
intereses, por lo que en condiciones normales la riqueza no se mantendrá generalmente en
esta forma, a excepción de una cantidad relativamente pequeña para atender a los gastos
esenciales derivados de la necesidad de realizar transacciones y cubrir usos imprevistos.