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InTRODUCCión ALA FILOSOFÍA DE LA CIEnCIA
IOCUilERIOS DE IIABAJO
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Programa&morial Universidad del Valk
Guerrero Pino, Germán
Introducción a la filosofía de la ciencia: documentos de
trabajo 1Germán Guerrero Pino. -Santiago de Cali: Programa
Editorial Universidad del Valle, 2009.
234 p.; 24 cm.- (Colección Libros de texto.)
Incluye bibliografía e índice.
l. Filosofía de la ciencia 2. Sociología de la ciencia 3. Teoría del
conocimiento científico l. Tít. 11. Serie.
501 cd21 ed.
A1216364
ISBN: 978-958-670-733-6
Tercera edición
Primera edición: febrero de 2006
Segunda edición: febrero de 2007
Este libro o parte de él, no puede ser reproducido por ningún medio
sin autorización escrita de la Universidad del Valle.
Cali, Colombia
Junio de 2009
A
mis estudiantes miembros del
Grupo de Investigación
Epis teme: Filosofia y Ciencia
CONIENIDO
Reconocimientos ....................................................................................................... 11
Pascal situó al hombre a mitad de camino entre los ángeles y las bestias.
Es de esta posición, pensaba él, de la que surge la «situación humana».
La ciencia, el glorioso logro del hombre moderno, se halla análogamente
situada entre la matemática pura y la experiencia sensorial bruta:
es de la tensión conceptual generada entre estas coordenadas polares
de la que provienen las perplejidades filosóficas sobre la ciencia.
N. R. Hanson
A. PRESENTACIÓN
diversidades temáticas, esto es, una manera única de abordar los problemas
filosóficos. Aun que hablando estrictamente esta es la situación, podemos aceptar
que los distintos métodos empleados en las distintas áreas de la filosofía
comparten un interés desmedido por el análisis conceptual y la fuerza
argumentativa. En esto consiste precisamente lo que normalmente se califica
como reflexión filosófica: clarificar conceptos y proporcionar argumentos
sólidos; de tal manera que estas serian dos características necesarias, aunque
no suficientes, del proceder filosófico. Lo cual es avanzar algo en la delimitación
de este campo. Aunque los conceptos utilizados en las ciencias tienen una
mayor precisión en cuanto a su significado, y usos, que las palabras empleadas
en los lenguajes ordinarios, no están exentos de la ambigüedad y la confusión.
Y es precisamente de esta situación, especialmente cuando las nociones e
ideas (tesis) involucradas juegan un papel fundamental, de la que surge el análisis
filosófico, consistente básicamente en la clarificación conceptual, a través de
una exposición juiciosa de las ideas a defender, sustentándolas en argumentos
firmes. Como dice el filósofo latinoamericano Roberto Torretti: «La filosofía,
ante todo, se ceba en la perplejidad)) 2 o, con las palabras de Jesús Mosterin:
«Lo capcioso de las preguntas [filosóficas] y lo embarazoso de las respuestas
[filosóficas] viene de que en su formulación empleamos conceptos a la vez
excesivamente cargados de valoración y emotividad. Yo no sé que es la
normalidad sexual, el derecho a la vida, la verdad o el bien, sin más. En principio
parecen apuntar hacia algo positivo y valioso; por eso no puedo decir que estoy
en contra. Pero pueden precisarse de muchas maneras distintas, algunas de ·'
las cuales me resultan inaceptables; por eso no puedo decir que estoy a favon) 3•
Hemos dicho que la filosofía de la ciencia es un estudio de segundo nivel; la
realidad (natural, social, etc.) seria el primer nivel, del cual se ocupan las ciencias
particulares, y en el segundo nivel estarían los distintos conocimientos producidos
por las ciencias particulares. Aunque esta imagen de niveles ayuda a entender
una de las funciones centrales de la filosofía de la ciencia, no es del todo
adecuada. A esta le faltaría mostrar la interacción entre ciencia y filosofía, que
efectivamente la hay, aunque esta no sea lo más corriente y permanente. En la
historia de la ciencia uno encuentra que reflexiones filosóficas acumuladas por
mucho tiempo han prestado su ayuda para que un científico (o la ciencia en su
conjunto) produjese un avance significativo en su campo de investigación. La
influencia inversa es más evidente, el progreso científico, en sus distintas áreas,
2
Torretti [2003].
3 Mosterin [2000). Lo del paréntesis es mío.
16 Introducción a la filosofia de la ciencia
5
Véase Diéguez [2005], pp. 30-31.
6 Esta descripción de la actividad científica le he extraído de mi escrito Guerrerro [2008a].
18 Introducción a la fllosofla de la ciencia
*La estructura y dinámica de las teorías científicas: las teorías nacen (se
proponen y aceptan), crecen (se desarrollan y consolidad) y mueren (se dejan
de utilizar, son remplazadas por otras).
* La naturaleza de la explicación científica y su importancia dentro de la
actividad científica.
* Naturaleza y función de las leyes científicas.
7. La filosofía de la ciencia contemporánea (1980)
* La etnometodología
«Literalmente, la etnografía es un estilo de investigación en el que el
observador adopta la postura de un antropólogo que se encuentra por primera
¿De qué y cómo se ocupa la filosofla de la ciencia? 25
B. TALLER No. 1*
Estructura de un escrito y
El origen de la nueva filosofia
4) Procedimiento.
a) Para lograr lo anterior, comienza planteando la diferencia central entre las
pretensiones de un sistema filosófico y las de la ciencia, con la idea de
mostrar que la filosofía tradicional es especulativa, en tanto que la nueva
filosofía debe orientarse por la lógica de los problemas mismos, convir-
tiéndose en un subproducto de la investigación científica. Este es uno de los
tópicos que ocupa la mayor parte del texto.
b) A continuación destaca el trabajo colectivo de la ciencia en contraste con el
individual, propio de la filosofía especulativa.
e) Otra diferencia que subraya es que el filósofo tradicional se hace preso de
su propio sistema filosófico mientras que la ciencia no tiene problema en
recoger de cada sistema lo que mejor le convenga a la hora de solucionar
un problema científico particular.
d) Después se encarga de mostrar cuán tan errado es el enfoque del <<romántico»
sobre la ausencia de una perspectiva histórica y cultural del siglo XIX,
reivindicando nuevamente el trabajo colectivo de la ciencia.
e) Posteriormente caracteriza la ciencia en términos del trabajo abstracto y
muestra cómo este aspecto ha sido descuidado por la filosofía especulativa,
para concluir que la filosofía científica debe tener en cuenta el nivel de
abstracción alcanzado por la ciencia.
f) El autor termina enfatizando, nuevamente, que la filosofía especulativa se
construye al margen de la ciencia y la filosofía científica no.
l. ¿Qué entiende el autor por filosofía científica y qué por filosofía especulativa?
2. Enuncie y explique dos diferencias entre la filosofía especulativa y la filosofía
científica.
3. Para Reichenbach, ¿qué aportan estas dos tendencias filosóficas al desarrollo
de la ciencia? Justifique su respuesta.
4. ¿En qué consiste el trabajo científico y cómo da lugar al surgimiento de la
filosofía científica?
5. Para el autor la base fundamental de los avances del hombre en el siglo XIX
ha sido el desarrollo del poder de abstracción en la ciencia. ¿En qué consiste
esta capacidad de abstracción y cómo ha contribuido a la ciencia?
¿De qué y cómo se ocupa la filosofía de la ciencia? 29
LECTURA*
cuántica de Planck caen enteramente dentro del siglo xx, que, en consecuencia,
ofrece un aspecto filosófico que difiere considerablemente del del siglo XIX. La
revolución del pensamiento científico, por la cual se elogia tanto a la ciencia del
siglo xx, no es, sin embargo, más que una consecuencia natural de los desarrollos
iniciados en el siglo XIX y se la debe considerar, con mayor justeza, una evolución
rápida.
Así como la nueva filosofia se originó como un subproducto de la investigación
científica, los hombres que la elaboraron apenas podrían considerarse como
filósofos en el sentido profesional. Eran matemáticos, fisicos, biólogos o
psicólogos. Su filosofia resultaba de los intentos de dar soluciones a problemas
con los que se encontraban en la investigación científica, problemas que
desafiaban a los medios técnicos empleados hasta esos momentos y que pedían
una revisión de las bases y los objetivos del conocimiento. Rara vez se expresó
esta filosofia de un modo detallado o explícito, ni sobrepasó los límites del
campo de los intereses particulares de sus originadores. Por el contrario, la
filosofía de estos hombres asoma en los prefacios y en las introducciones de
sus libros y en ciertas observaciones ocasionales insertadas en exposiciones
por lo demás puramente técnicas.
No fue sino hasta el advenimiento de nuestra generación cuando surgió una
nueva clase de filósofos, prácticos en la técnica de las ciencias, incluyendo las
matemáticas, pero que se concentraron en el análisis filosófico. Estos hombres
descubrieron que era indispensable una nueva distribución del trabajo, que la
investigación científica no le deja a un hombre tiempo suficiente para el trabajo
de análisis lógico e, inversamente, que el análisis lógico exige una concentración
que no deja tiempo para el trabajo científico, concentración que debido a su
intención de clarificación más que de descubrimiento puede incluso estorbar la
productividad científica. El filósofo profesional de la ciencia es el producto de
este desarrollo.
El filósofo de la escuela tradicional muchas veces se ha rehusado a reco-
nocer al análisis de la ciencia como filosofía, y continúa identificando la filosofia
con la invención de sistemas filosóficos. No se da cuenta de que los sistemas
filosóficos han perdido su significación y de que su función ha sido asumida por
la filosofia de la ciencia. El filósofo científico no teme a este antagonismo.
Deja al filósofo anticuado que siga inventando sus sistemas filosóficos -para
los que puede haber todavía un lugar dentro del museo filosófico que lleva el
nombre de historia de la filosofia-, y se pone a trabajar.
34 Introducción a la filosofía de la ciencia
C. TALLER No. 2*
• Este taller lo elaborarnos conjuntamente con mi alwnno de pregrado Fabián Andrés González.
¿De qué y cómo se ocupa la filosofia de la ciencia? 35
LECTURA*
Aunque poco probable, es posible que alguien conozca explícitamente las reglas
que rigen la argumentación correcta y que, por ejemplo debido a algún tipo de
disfunción cognitiva, no sea capaz de aplicarlas y argumente en general inco-
rrectamente. O, para tomar otros ejemplos menos controvertidos, es claro que
se puede ser un excelente entrenador de un deporte y ser un pésimo jugador
del mismo, o que se puede ser un competente critico de arte y ser un perfecto
desastre como artista.
Estas consideraciones se aplican también, en principio, a esa actividad que
hemos denominado, en sentido amplio, teorizar. Teorizar, como hablar o argu-
mentar, también es una actividad que se puede realizar correctamente sin saber
formular explícitamente las reglas que la guían, ni por supuesto otros hechos
histórico-sociales relativos a ella. Sin embargo, teorizar, a diferencia de proferir
oraciones gramaticales o argumentar, es una práctica que genera un cuerpo de
saber explícitamente formulado acerca de cierto ámbito. El resultado de realizar
correctamente una actividad no consiste en general en la formulación explícita
de cierto saber sobre determinado ámbito. El resultado de realizar correctamente
la proferencia de oraciones gramaticales produce proferencias correctas, y
éstas no tienen por qué consistir en general en la formulación explícita de
saber sobre cierto ámbito; el resultado de argumentar correctamente produce
argumentaciones correctas, y éstas no consisten en saber explícito sobre
determinado ámbito. Esto es todavía más claro de otras prácticas, como las
deportivas o las artísticas; sea lo que sea el resultado que genera practicar
correctamente un deporte, es claro que no consiste en la formulación de un
cuerpo de conocimiento. Pues bien, en este aspecto la práctica de teorizar es
peculiar, pues el resultado que genera es la formulación explícita de cierto
conocimiento sobre determinado ámbito. Así, si denominamos «sabeD> en
sentido estricto a la formulación explícita de cierto conocimiento, entonces
teorizar produce saber en sentido estricto, mientras que proferir oraciones
gramaticales, argumentar o practicar un deporte, no.
En este sentido se puede considerar que teorizar es (genera) saber explícito.
Ahora bien, el contenido del saber explícitamente formulado en cierta teorización
específica no versa (en general) sobre la teorización misma, sino sobre otro
objeto o dominio. El conocimiento formulado explícitamente en cierto teorizar no
consiste en la explicitación de las prácticas seguidas implícitamente en ese teorizar,
ni tampoco en la formulación de sus peculiaridades socio-históricas. Estas cosas
son (o pueden ser) objeto de estudio y de formulación explícita de otro teorizar,
que toma así el primero como su objeto. El resultado de este nuevo teorizar es
también un saber en sentido estricto, pero es un saber de otro orden o nivel.
Decimos que es un saber de segundo orden, un saber que tiene otro saber por
objeto, saber-objeto que se considera en ese contexto un saber de primer orden.
38 Introducción a la filosofia de la ciencia
Los científicos, por regla general, suelen mirar con cierta desconfianza a
los filósofos de la ciencia. ¿Qué más hay que saber de la ciencia que lo que
ellos ya saben?; en cualquier caso, ¿quién mejor para saber lo que es la ciencia
que el que la practica?, ¿quién que no sea un científico consumado puede decir
algo sensato sobre la ciencia? Esta actitud está en parte justificada y en parte
no. Está justificada en la medida en que, ciertamente, no se puede decir nada
sensato sobre la ciencia siendo un ignorante en ella; de hecho, muchos de los
más importantes filósofos de la ciencia han dispuesto de una formación científica
considerable. Pero no está justificada en tanto confunde saber ciencia con
saber qué es la ciencia, saberes que corresponden a niveles o ámbitos dife-
rentes. Hay algo más que saber de la ciencia que sus contenidos, como hay
algo más que saber de una lengua que el hablarla. Hemos visto que en un
sentido importante de 'saber', el saber relativo a una actividad no se agota en
practicarla, queda todavía saber en qué consiste practicarla, ser capaz de
formular las reglas o principios que se siguen. Lo primero no es condición
suficiente de lo segundo, se puede realizar correctamente la práctica sin ser
capaz de explicitar las reglas seguidas, si bien, ciertamente, hay que suponer el
conocimiento implícito o inconsciente de las reglas involucradas; todos hablamos
correctamente antes de recibir cursos de gramática, y la mayoría de gente que
argumenta bien no ha estudiado jamás lógica. Y aunque es obvio que ser un
42 Introducción a la filosofía de la ciencia
específicas. Por lo que sabemos, parece que sólo el ser humano dispone de
estados representacionales con esas características, y por tanto que sólo él es
capaz de desarrollar conductas convencionales (ésta es una cuestión empírica
abierta que, en cualquier caso, no afecta lo que sigue).
Hay muchas actividades humanas convencionales, por ejemplo, el tipo de
saludo específico de cada comunidad, o la mencionada práctica entre los
conductores de indicar mediante ráfagas la presencia de la policía. La actividad
humana convencional más paradigmática es sin duda el uso del lenguaje, el
hablar determinada lengua. El lenguaje es convencional y por eso es normativo,
porque esta sometido a reglas. Hablar un lenguaje es fundamentalmente seguir
reglas, las reglas lingüísticas gramaticales, semánticas y pragmáticas, que son
convencionales en el sentido apuntado (cf. Lewis, op. cit., cap. 5, y también
Grice, 1957). Hablar consiste en (intentar) seguir unas reglas implícitas en la
comunidad en la que se desarrolla la actividad y por ello es una actividad que
se puede desarrollar correcta o incorrectamente, esto es, una actividad sus-
ceptible de evaluación. Hay muchas otras actividades humanas convencionales
relacionadas, en sentido más o menos laxo según el caso, con el lenguaje.
Cada una de esas actividades tiene una fmalidad y está regida por un sistema
implícito de reglas que, de seguirse correctamente, conducen a la consecución
de la finalidad en cuestión. Actividades de ese tipo son, por ejemplo, realizar
proferencias gramaticales (que es parte constituyente de la actividad de
hablar un lenguaje), argumentar, explicar o teorizar.
Como ya señalamos más arriba, en relación a estas actividades regidas por
reglas hay dos sentidos en que se puede hablar del conocimiento de las reglas.
El primero es un conocimiento implícito, que consiste en realizar con éxito la
actividad, en seguir las reglas; a los que practican correctamente la actividad
hay que atribuirles el conocimiento implícito de las reglas. El segundo es
conocimiento explícito, saber en qué consiste practicar correctamente la
actividad, y a él se llega mediante una tarea o investigación de segundo orden.
La función de las disciplinas que llevan a cabo esta investigación (p.ej. parte
de la Lógica, parte de la Gramática) es hacer explícitas las reglas que rigen las
actividades en cuestión, descubrir y describir el conjunto de normas-
convenciones en cuyo seguimiento consiste el desarrollo exitoso de la actividad.
Pero entonces es claro que la función de tales disciplinas es a la vez descriptiva
y normativa (o evaluativa). Al hacer explícitas, al describir, las reglas que
rigen la actividad, permiten evaluar si tales reglas se han seguido o no en un
caso concreto, si la actividad se ha llevado a cabo correctamente. O mejor
dicho, hacer explícitas las reglas y evaluar la actividad son en este caso dos
caras de la misma fmalidad. Resumiendo: describir normas o convenciones en
¿De qué y cómo se ocupa la filosofía de la ciencia? 45
A. PRESENTACIÓN
idea inaceptable de un solipsismo (no puedo dar cuenta de los demás como
seres que piensan) y por tanto sostendrá que dicha evidencia se encuentra en
el mundo de los objetos físicos que experimentamos.
3. Distinción analítico-sintético
3.1. Kant
Lógica -+ ANALÍTICO SINTÉTICO
No supone nada más Tiene un contenido fáctico.
Epistemológica quelas relaciones de signi- Va más allá de los significa-
ficado entre los términos dos de los términos y nos
J.
dice algo del mundo
A PRIORI "Todos los perros son Dice algo acerca del mundo
Conocimiento animales" y lo que dice se sabe con
independiente de la certidumbre, de una manera
experiencia o no es que no requiere justificación
necesario referirse a empírica.
la experiencia para "Por dos puntos pasa una y
justificarlo sólo una recta"
* Las verdades analíticas no dicen nada acerca del mundo, son verdaderas
bajo cualquier circunstancia concebible, son válidas en todos los mundos
posibles. Por tanto, una contradicción es imposible en cualquier mundo posible.
b) Los enunciados sintéticos dicen algo del mundo; esto es, su verdad o
falsedad depende de la experiencia. Lo que dice la negación de un enunciado
sintético es posible; esto es, no es contradictorio. Todos los enunciados de las
ciencias empíricas son sintéticos.
S. Reduccionismo
red pero que eslabonan ciertos puntos de ésta con lugares específicos en el plano de
observaciones. En virtud de aquellas conexiones interpretativas, la red puede funcionar
como una teoría científica: a partir de ciertos datos observacionales, podemos ascender,
vía una cuerda interpretativa a algún punto en la red teórica, desde allá preceder, vía
definiciones e hipótesis a otros puntos, desde los cuales otra cuerda interpretativa
permite un descenso al plano de la observación 1•
Pero en realidad el esquema que está detrás del modelo de lo dos niveles
del leguaje contiene tres tesis, que si bien tienen relaciones entre sí, vale la
pena distinguir.
1) El modelo de los dos niveles del conocimiento: el conocimiento
observacional y el conocimiento teórico.
2) El modelo de los dos niveles de las teorías: leyes empíricas (de baja
generalización) y leyes teóricas.
3) El modelo de los dos niveles del lenguaje científico: lenguaje
observacional (términos y enunciados observacionales) y lenguaje teórico
(términos y enunciados teóricos).
Finalmente, la figura 2.1. es una representación bastante aproximada de la
descripción que hace Hempel de la estructura de las teorías científicas, en la
que también se distinguen los distintos aspectos de la triple interpretación que
puede tener.
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B. TALLER No. 3*
El Circulo de Viena
l. ¿Por qué razón se constituyo como lugar común la compatibilidad entre las
ideas que sostenía el Círculo de Viena sobre la filosofia de la ciencia y los
aspectos inhumanos y fascistas que el Nacionalsocialismo ejecutó?
2. Del apartado <<Desde un punto de vista histórico-filosófico» presente el
problema frente al cual el empirismo lógico reacciona.
3. Enuncie y explique cada uno de los supuestos básicos del empirismo lógico.
4. Explique en qué consiste el proyecto de unificación de las ciencias.
5. Presente y explique la actitud más recalcitrante del empirismo lógico.
6. ¿Según Rainer Hegselmann, qué era la «Concepción científica del mundo»
y cuál era su propósito?
• Este taller lo elaboramos conjuntamente con mi alunmo de pregrado Miguel Hdo. Guamanga.
54 Introducción a la filosofía de la ciencia
LECTURA*
En 1937, Max Horkheimer publicó un trabajo con el título «El ataque más
reciente a la Metafisica» (<<Der neueste Angriff auf die Metaphysik») en el
que arremetía con extrema fiereza contra la filosofia del Círculo de Viena,
conocida también como «empirismo lógico», «positivismo lógico» o <<neopo-
sitivismo»1 Horkheimer aceptaba que, del mismo modo que Mach había sido
«un hombre progresista» (Horkheimer 1937, 134), «muchos de los miembros
del Círculo habían abogado por objetivos liberales» (lbíd.), pero a continuación
consideraba este hecho como un caso de afortunada inconsecuencia. Según
su opinión, la filosofia empirista lógica desemboca en general en una <<renuncia
a la razón>> (Ibíd.). Al admitir como conocimiento sólo aquello que puede
remitirse a la experiencia inmediata, esta filosofia excluye la reflexión sobre
objetivos racionales.
Un pensamiento que se mantiene dentro de tales límites será «siervo de los
objetivos de la sociedad industrial vigentes en cada momento» (Ibíd. 114), no
podría «oponerse a ninguna locura, por divulgado que estuviera» (Ibíd. 123) y
sirve «tan poco de antídoto contra la superstición política como contra la espi-
ritista>> (Ibíd. 134). Esta concepción se contrapone «únicamente a las creencias
puras sobre el más allá» (lbíd. 93). Con su insistencia en que el conocimiento
está vinculado a la observación, el Círculo de Viena defiende un principio «cuya
consideración[ ... ] es particularmente conveniente para un mundo cuya orna-
mentada fachada refleja en todas sus partes unidad y orden mientras que en su
interior mora el espanto. Dictadores, malos gobernadores coloniales y sádicos
comandantes de prisiones siempre han deseado tener contertulios de esta índole
intelectual» (lb íd. 1O1). 2 Horkheimer denuncia algo más que la mera pasividad
adiestrado resultan ser tan sólo una secuencia de sonidos o signos sin
sentido.
Una tercera tesis básica del empirismo lógico concierne al significado y
valor de la lógica moderna --que empieza especialmente con Frege y con
Russell y Whitehead- tanto para el progreso matemático y científico particular
como para la elucidación de cuestiones de carácter 'filosófico', como, por
ejemplo, las que ya se han planteado en relación con las dos primeras tesis
básicas.
A pesar de los diferentes énfasis, se puede constatar en el empirismo lógico
una amplia coincidencia en que la lógica moderna es un instrumento de
análisis irreemplazable para la reconstrucción y explicación de conceptos,
enunciados, argumentos, teorías y particularmente para la identificación
de pseudoproblemas y pseudoenunciados.
Bibliografía
C. TALLER No. 4
La superación de la metafísica
LECTURA*
l. Introducción
Desde los escépticos griegos hasta los empiristas del siglo XIX han habido
muchos opositores a la metafisica. La naturaleza de las críticas expuestas ha
sido muy diversa. Algunos han declarado que la teoría metafisica es errónea
en razón de oponerse a nuestro conocimiento empírico. Otros la han considerado
únicamente incierta en base al hecho de que sus problemas trascienden el
límite del conocimiento humano. Muchos antimetafisicos han declarado estéril
el ocuparse de las interrogantes metafisicas, pudieran o no ser respondidas,
porque en todo caso es innecesario preocuparse por ellas; mejor es dedicamos
enteramente a las tareas prácticas que absorben la diaria actividad del hombre.
El desarrollo de la lógica moderna ha hecho posible dar una respuesta
nueva y más precisa al problema de la validez y justificación de la metafisica.
Las investigaciones de la lógica aplicada o de la teoría del conocimiento, cuyo
propósito es esclarecer por medio del análisis lógico el contenido cognoscitivo
1
Para un estudio de las concepciones lógicas y epistemológicas que, aun constituyendo el
fundamento de nuestra exposición, sólo pueden ser examinadas aquí de un modo breve, véase
Wittgenstein: Tractatus lógico-philosophicus, 1922 [versión española, Revista de Occidente,
Madrid, 1957 (T.)] y Camap: Der logische Aujbau der We/t, 1928.
68 Introducción a la filosofia de la ciencia
desposeída de significado, por ejemplo, «la Idea», «el Absoluto», «lo Incon-
dicionado», «lo Infinito», «el Ser-que-está-Siendo», «el No-SeD>, «la Cosa-en-
Sí», «el Ser-en-y-para-Sí», «la Emanacióm>, «la Manifestacióm>, «la Articu-
lacióm>, «el Ego», «el No-Ego», etc. Con estas expresiones sucede lo mismo
que con la palabra «tago», nuestro ejemplo anteriormente fabricado. El meta-
físico nos dice que no pueden especificarse condiciones empíricas de verdad;
si a ello agrega que a pesar de todo quiere «significan> algo con ellas, sabremos
entonces que no se trata en este caso sino de una mera alusión a imágenes y
sentimientos asociados a las mismas, lo que sin embargo no les otorga
significado. Las pretendidas proposiciones de la metafísica que contienen estas
palabras no tienen sentido, no declaran nada, son meras pseudoproposiciones.
Más tarde inquiriremos acerca de su origen histórico.
Principales tesis del empirismo lógico 71
D. TALLER No. 5
LECTURAS
GODOFREDO G LEIBNIZ
(Monadología, 1720)
DAVID HUME
(Investigaciones sobre el conocimiento humano, 1748, Sección 4)
IMMANUEL KANT
(Critica de la razón pura, 1781, Introducción)
En el caso de los juicios sintéticos a priori nos falta esa ayuda enteramente.
¿En qué me apoyo y qué es lo que hace posible la síntesis si quiero ir más allá
del concepto A para reconocer que otro concepto B se halla ligado al primero
puesto que en este caso no tengo la ventaja de acudir a la experiencia para
verlo? Tomemos la proposición: «Todo lo que sucede tiene su causa». En el
concepto «algo que sucede» pienso, desde luego, una existencia a la que precede
un tiempo, etc., y del tal concepto pueden desprenderse juicios analíticos. Pero
el concepto de causa [se halla completamente fuera del concepto anterior] e
indica algo distinto de «lo que sucede»; no está, pues, contenido en esta última
representación. ¿Cómo llego, por tanto, a decir de «lo que sucede» algo com-
pletamente distinto y a reconocer que el concepto de causa pertenece a «lo
que sucede» [e incluso de modo necesario], aunque no esté contenido en ello?
¿Qué es lo que constituye aquí la incógnita X en la que se apoya el entendimiento
cuando cree hallar fuera del concepto A un predicado B extraño al primero y
que considera, no obstante, como enlazado con él? No puede ser la experiencia,
pues el mencionado principio no solo ha añadido la segunda representación a la
primera aumentando su generalidad, sino incluso expresando necesidad, es
decir, de forma totalmente a priori y a partir de meros conceptos. El objetivo
final de nuestro conocimiento especulativo a priori se basa por entero en
semejantes principios sintéticos o extensivos. Pues aunque los juicios analíticos
son muy importantes y necesarios, solamente lo son con vistas a alcanzar la
claridad de conceptos requerida para una síntesis amplia y segura, como
corresponde a una adquisición realmente nueva.
l. Los juicios matemáticos son todos sintéticos ... Ante todo hay que tener
en cuenta lo siguiente: las proposiciones verdaderamente matemáticas son siempre
juicios a priori no empíricos, ya que conllevan necesidad, cosa que no puede ser
tomada de la experiencia. Si no se quiere admitir esto, entonces limitaré mi principio
a la matemática pura, cuyo concepto implica, por sí mismo, que no contiene
conocimiento empírico alguno, sino sólo conocimiento puro a priori .
. . . De la misma forma, ningún principio de la geometría pura es analítico.
«La línea recta es la más corta entre dos puntos» es una proposición sintética.
En efecto, mi concepto de recto no contiene ninguna magnitud, sino sólo cualidad.
El concepto «la más corta» es, pues, añadido enteramente desde fuera. Ningún
análisis puede extraerlo del concepto de línea recta. Hay que acudir, pues, a la
intuición, único factor por medio del cual es posible la síntesis.
Principales tesis del empirismo lógico 75
LUDWIG WITTGENSTEIN
(Tractatus Logico-Philosophicus, 1922)
4.46. Entre los grupos posibles de condiciones veritativas hay dos casos
extremos.
En uno de ellos la proposición es verdadera para todas las posibilidades
veritativas de las proposiciones elementales. Decimos que las con-
diciones veritativas son tautológicas.
En el segundo, la proposición es falsa para todas las posibilidades
veritativas: las condiciones veritativas son contradictorias.
En el primer caso llamamos a la proposición una tautología, en el
segundo una contradicción.
4.461. La proposición muestra lo que dice; la tautología y la contradicción,
que no dicen nada.
La tautología carece de posibilidades veritativas, dado que es incondicio-
nalmente verdadera; y la contradicción no es verdadera en condición
alguna.
Tautología y contradicción carecen de sentido.
(Como el punto del que parten dos flechas en dirección opuesta.)
(Nada sé, p. ej., sobre el tiempo si sé que llueve o no llueve.)
4.4611. Pero tautología y contradicción no son absurdas; pertenecen al sim-
bolismo y ello de modo similar, ciertamente, a como el cero pertenece
al simbolismo de la aritmética.
4.462. Tautología y contradicción no son figuras de la realidad. No repre-
sentan ningún posible estado de cosas. Porque aquélla permite cualquier
posible estado de cosas, ésta ninguno. En la tautología las condiciones
de coincidencia con el mundo -las relaciones representativas- se neu-
tralizan entre sí, de modo que no está en relación representativa alguna
con la realidad.
76 Introducción a la filosofia de la ciencia
RUDOLF CARNAP
(La antigua y la nueva lógica, 1930-31)
... Una tautología es, por consiguiente, una fórmula cuyo valor de verdad no
depende ya, no solamente del sentido, sino que ni siquiera del valor de verdad
de sus proposiciones componentes ya que siendo éstas verdaderas o falsas, la
fórmula necesariamente es verdadera. Una tautología es verdadera en virtud
de su mera forma. Puede demostrarse que todas las proposiciones de la lógica
y, en consecuencia, según la concepción aquí presentada también todas las
proposiciones de la matemática, son tautología.
Si se nos comunica una proposición compuesta, por ejemplo: «Está lloviendo
(aquí y ahora) o está nevando», por medio de ella aprehendemos algo acerca
de la realidad, porque la proposición, de todas las situaciones objetivas perti-
nentes, excluye a determinadas de ellas y deja al resto abierto, como posibi-
lidades. En nuestro ejemplo, hay cuatro posibilidades. 1) está lloviendo y
nevando. 2) Está lloviendo y no nevando. 3) No esta lloviendo pero está nevando.
4) No está lloviendo ni nevando. La proposición mencionada excluye la cuarta
posibilidad y deja abierta las tres primeras. Si, por otra parte, se nos dice una
tautología, no se excluye con ello ninguna posibilidad, sino que todas quedan
abiertas. En consecuencia no aprehendemos por medio de ella nada acerca de
la realidad, como en el ejemplo «está lloviendo (aquí y ahora) o no está
lloviendo». Por ende las tautologías son vacías, no dicen nada. Tienen por así
decirlo, un contenido nulo. Mas no por eso son necesariamente triviales. La
tautología arriba mencionada es trivial pero en cambio en otras proposiciones
su carácter tautológico no puede reconocerse a primera vista.
.. .la matemática, como rama de la lógica, también es tautológica. En ter-
minología kantiana se expresaría diciendo que las proposiciones de la matemática
son analíticas, que no son proposiciones sintéticas a priori, con lo cual el
apriorismo queda privado de su argumento más fuerte. El empirismo, es decir,
la concepción de que no hay un conocimiento sintético a priori, ha encontrado
siempre su mayor dificultad en la interpretación de la matemática, dificultad
que todavía Mill no logró superar. Esta dificultad quedó eliminada debido a que
las proposiciones matemáticas no son empíricas ni sintéticas a priori sino
analíticas .
... Hay que demostrar mediante el análisis lógico que toda proposición de la
ciencia tiene sentido. Se descubrirá entonces bien que una proposición o es
una tautología o es respectivamente una contradicción (negación de una
tautología) en cuyo caso la proposición pertenecerá al campo de la lógica,
incluyendo a la matemática, o bien que la proposición es un enunciado pleno de
Principales tesis del empirismo lógico 77
sentido, esto es, ni tautológica ni contradictoria, en cuyo caso será una proposición
empírica. Es reducible a lo dado y, por tanto, puede decirse, en principio, si es
verdadera o falsa. Las proposiciones (verdaderas o falsas) de las ciencias
fácticas, son de esa clase. No hay problemas que en principio no puedan
responderse. No existe una filosofia como teoría especulativa, como sistema
de proposiciones por derecho propio al lado de las de la ciencia. Cultivar la
filosofia sólo puede consistir en aclarar los conceptos y las proposiciones de la
ciencia por medio del análisis lógico. El instrumento para ello es la nueva lógica.
A. PRESENTACIÓN
l. Introducción
• El texto de esta presentación aparece publicado, con el mismo título y algunos cambios, en la
revista Discusiones Filosóficas (Año 9, No. 12 Enero-Junio 2008), del Departamento de Filosofia
de la Universidad de Caldas. Agradezco al editor la autorización para reproducír el texto aquí. El
artículo de Discusiones Filosóficas también se publicó ampliado y con autorización, bajo el título
«El problema de la evaluación de las teorías científicas en contexto histórico», en Guerrero, G.
(comp.), Entre ciencia y filosofía: algunos problemas actuales, Programa Editorial Universidad
del Valle, Cali-Colombia, octubre 2008.
80 Introducción a la filosofía de la ciencia
1
Por decirlo con las palabras de Diez y Moulines [1997], p. 437. Véase también Bunge [1985],
pp.14-25.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 81
Que efectivamente hay hombres de ciencia que han defendido que la ciencia
está gobernada por un tal patrón de procedimiento, se deja ver muy bien en las
siguientes palabras:
Si intentamos mirar cómo utilizaría el método científico ... una mente de
poder y alcance sobrehumanos, pero normal en lo que se refiere a los procesos
lógicos de su pensamiento, el proceso sería el siguiente: En primer lugar, se
observarían y registrarían todos los hechos, sin seleccionarlos ni hacer conjeturas
a priori acerca de su relevancia. En segundo lugar, se analizarían, compararían
y clasificarían esos hechos observados y registrados, sin más hipótesis ni
postulados que los que necesariamente supone la lógica del pensamiento. En
tercer lugar, a partir de este análisis de los hechos se harían generalizaciones
inductivas referentes a las relaciones, clasificatorias o causales, entre ellos. En
cuarto lugar, las investigaciones subsiguientes serían deductivas tanto como
inductivas, haciéndose inferencias a partir de generalizaciones previamente
establecidas2 •
Desde muy temprano se cayó en cuenta del doble movimiento que hay en
el proceso del conocimiento: de la experiencia al conocimiento teórico y de
éste a la observación. La misma teoría de la ciencia de Aristóteles los contempla,
aunque hizo una descripción bastante general de ellos en relación cori los
desarrollos posteriores del tema. Debemos a Aristóteles el identificar la vía
ascendente con la inducción y la descendente con la deducción, pero con el
añadido de que para él la deducción es lo característico de la explicación
científica.
Para Aristóteles hay dos tipos de conocimiento, el conocimiento de un hecho
y el conocimiento de la razón del hecho3• Con sus propias palabras: «aprendemos
por inducción o por demostración, y la demostración parte de las cuestiones
universales, y la inducción, de las particulares» (A2 1, 18 81b, 1-3) y «a la
demostración la llamo razonamiento científico; y llamo científico a aquel
razonamiento [silogismo] en virtud de cuya posesión sabemos ... es necesario
también que la ciencia demostrativa se base en cosas verdaderas, primeras,
inmediatas, más conocidas, anteriores y causales respecto de la conclusión»
(A2 1, 2 71b, 18-24, lo del paréntesis es mío).
El primer tipo de conocimiento es una especie de conocimiento empírico
directo e intuitivo por medio del cual aprehendemos lo universal implícito en lo
particular y es el que normalmente se ha entendido como conocimiento inductivo
o inducción intuitiva4 • A través de la inducción intuitiva se obtienen los principios
generales que están implícitos en los fenómenos particulares. De este modo se
tiene un conocimiento profundo y real de un determinado hecho, lo cual sólo se
puede cumplir a través del conocimiento de sus causas que lo hacen ser lo que
es y no otra cosa.
Si bien en esta etapa del conocimiento se está en posesión de las causas o
principios generales, para Aristóteles esto no es suficiente para decir que se
tiene un conocimiento completo del hecho o de la naturaleza. El conocimiento
científico debe dar cuenta además del hecho, debe explicarlo a partir de sus
causas. El hecho queda explicado cuando es deducido, derivado formalmente
de los principios generales o causas. Así, la etapa inductiva debe ser
3
La conferencia del profesor Jean Paul Margot, «l..a idea de ciencia en Platón y Aristóteles»,
Primer Coloquio Episteme: Filosofia y Ciencia, Departamento de Filosofia y Grupo de investigación
Episteme: Filosofia y Ciencia, Universidad del Valle, marzo 12, 13 y 14 de 2008, me ha sido de
gran ayuda en la configuración de las principales ideas que expongo sobre el conocimiento científico
en Aristóteles, aunque claro está, yo soy el responsable de la interpretación que aquí proporciono.
4
Véase Rivadulla [1991], p. 21 y Losee [1972], p. 17.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 83
complementada con una deductiva. El proceso inductivo parte del efecto a sus
causas y el deductivo de estas al efecto. La explicación es un silogismo o
argumento deductivo en sentido lógico estricto, en la que los enunciados
generales o principios figuran como premisas y el hecho (el efecto) a explicar
como conclusión.
La racionalidad o explicación científica la proporciona este último tipo de
conocimiento, pues es el que proporciona las razones, las causas por las cuales
el hecho se da. La ciencia debe estar en posesión de las causas que permitan
realmente explicar los hechos. Por tanto, el conocimiento científico es universal
y demostrativo: es universal porque las causas lo son, el hecho particular queda
explicado a través de las causas que tienen un carácter universal, y es
demostrativo porque efectivamente el hecho ha de ser derivado (demostrado)
a partir de las causas universales.
Esta fonna particular de entender la explicación racional o científica encontró
dos muy buenos aliados en la lógica y en la geometría, asume el conocimiento
geométrico como modelo del conocimiento de la naturaleza. Por una parte, la
geometría posee certeza absoluta y para Aristóteles los primeros principios
formulados por la ciencia son verdades necesarias5; así como en la demostración
geométrica (método geométrico) los axiomas son el punto de partida y se
considera que son autoevidentes y, por tanto, indemostrables, de igual modo lo
son los principios o causas primeras que permiten explicar los fenómenos
naturales. Por la otra, la lógica y la geometría permitieron equiparar la explicación
con un razonamiento deductivo o una demostración fonnal: un hecho queda
explicado cuando se deduce o demuestra a partir de las causas que lo determinan.
En síntesis, tal y como propone Crombie, «la historia del pensamiento griego
sobre el método científico podemos representarla como un intento por parte de
los matemáticos para imponer un esquema claramente postulador, que provocó
la resistencia de quienes poseían, especialmente en la Medicina, una mayor
experiencia de los enigmas de la materia>>6 • En síntesis, el conocimiento científico
para Aristóteles es aquel que se puede demostrar o deducir a partir de principios
primeros indemostrables: la ciencia es ante todo demostrativa.
11
Bacon [1620], p. 33.
12
Véase Losee [1972], p. 73.
13 Newton [1704], p. 349.
88 Introducción a la filosofia de la ciencia
14
Huygens [1679), pp. 34 y 35.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 89
17
Popper [1935/1959], p. 30. H. Reichenbach fue otro influyente filósofo de la ciencia que
defendió esta dicotomía, véase su libro Experience and Prediction (1938) y Giere [1998], pp. 15-
22.
18
Camap [1966], p. 34. La negrilla es mía.
1
9 Hernpel [1966], p. 37.
92 Introducción a la filosofia de la ciencia
5. Confirmacionismo y refutacionismo
20
Véase Diez [2003].
El problema de la evaluación de las teorías científicas 93
que incluso las teorías más firmemente aceptadas resultan siendo limitadas a
la hora de explicar o dar cuenta de nuevos fenómenos y, por tanto, son
reemplazadas por nuevas teorías.
Esta idea de la metodología científica encuentra un firme apoyo en la lógica
(deductiva), en particular en la falacia de afirmación del consecuente. Por una
parte, no es un argumento lógicamente correcto afirmar que todos los cisnes
son blancos del hecho de que todos los cisnes vistos hasta el día de hoy lo sean.
Del mismo modo, el hecho de que las distintas contrastaciones de una teoría
hayan sido exitosas hasta el momento, no garantiza que las futuras también lo
serán. En segundo lugar, se comete la falacia de afirmación del consecuente si
de la verdad de un condicional (p-+q) y su consecuente (q) se concluye la
verdad del antecedente (p). Lo cierto es que en este caso el antecedente no se
sigue necesariamente. El siguiente ejemplo muestra que este tipo de argumentos
son incorrectos o que se comete una falacia: Si llueve entonces me mojo, me
estoy mojando, luego está lloviendo. De igual forma, dada una predicción
(P) de una teoría (1) [a lo que le corresponde el condicional Si T entonces P]
y resulta exitosa la predicción (P), no se puede concluir de manera necesaria la
verdad de la teoría. Esto es, el siguiente argumento es incorrecto: Si T entonces
P y P, luego T.
De ahí que la tesis defendida por Carnap sea que sólo podemos decir que
una teoría o hipótesis es aproximadamente verdadera (o es altamente probable
que sea verdadera) entre más contrastaciones exitosas y significativas tenga.
En otras palabras, las contrastaciones exitosas de una teoría proporcionan un
más o menos fuerte apoyo empírico o, si se quiere, una mayor o menor
confirmación de la teoría. Y esto se corresponde con la forma usual de decir
que las hipótesis son más o menos probables. Pero el caso es que estas ideas
no se dejan expresar dentro de la lógica formal deductiva, aunque Carnap
estaba convencido, como puede verse en la cita de arriba, de que era posible
hacerlo en otro sistema formal diferente al deductivo pero igualmente de riguroso.
Carnap se puso en la tarea de construir dicho sistema, al cual llamó lógica
inductiva, y en el que el concepto principal es el de probabilidad lógica o
probabilidad inductiva o grado de confirmación o grado de confianza o
grado de credibilidad o grado de aceptabilidad o grado de apoyo. Este
concepto representa el grado con el que una información dada apoya una
hipótesis determinada, y tiene la peculiaridad de satisfacer todos los principios
de la teoría de la probabilidad.
La idea básica de esta lógica inductiva es muy sencilla. Así como en los
argumentos deductivos la verdad de las premisas garantiza la verdad de la
94 Introducción a la fi/osofia de la ciencia
21
Tres ideas importantes sobre los argumentos inductivos: son aumentativos, la conclusión
contiene más información que las premisas; sus criterios de validez no pueden ser los mismos que el
de los deductivos; las premisas apoyan o justifican la conclusión en cierto grado: la verdad de las
premisas hace probable la conclusión. Véase Díez y Moulines [1997], pp. 50-59
22
Hempel [1966], p. 74.
23
Para un estudio sistemático de la metodología popperiana, véase García [2006]
El problema de la evaluación de las teorías científicas 95
24
Véase, por ejemplo, Munévar [2006].
96 Introducción a la fi/osofia de la ciencia
25
En ingles, Historical Philosophy of Science. Véase Kuhn [2000], capítulo cinco.
26
El tema del método científico tiene relación con el de la demarcación entre ciencia y
metafísica, esto es, con qué es ciencia, pues si aclaramos lo primero, se tiene una respuesta a lo
segundo. Para una presentación del tema en extenso, pero haciendo énfasis en lo segundo véase
Diéguez [2005], cap. 4.
27
Algunas de las cuestiones aquí planteadas sobre Kuhn las he tratado de manera más sistemática
en Guerrero [2003a].
El problema de la evaluación de las teorías científicas 97
es mucho más compleja que lo supuesto por los empiristas lógicos y Popper, y
esto básicamente por las cuatro razones siguientes.
i) No hay una base empírica (observacional) suficientemente firme, la
observación está cargada de teoría, está condicionada por el contexto teórico.
ii) En la contrastación de una teoría no sólo está involucrada la teoría en
cuestión sino todo un conjunto de presupuestos teóricos adicionales.
iii) La noción de teoría es mucho más compleja que lo que ellos supusieron.
iv) Las teorías se desarrollan pasando por diversos estadios.
Veamos cada uno de estos puntos por separado.
28 Para esta tesis, véase especialmente Hanson [ 1958], cap. 1; Kuhn [ 196211970], cap. X; y
ii) Holismo
En la contrastación de una teoría no sólo está involucrada la teoría (H) en
cuestión sino todo un conjunto de presupuestos teóricos o supuestos auxiliares
(SA) adicionales, además de que se deben garantizar ciertas condiciones
iniciales (Cl). En el caso de las observaciones astronómicas de Galileo con el
telescopio intervinieron supuestos relativos a la estructura del mundo, la óptica
y al uso y características del telescopio, por ejemplo. En la confirmación de la
hipótesis (H) galileana de que la Luna posee montañas, esto es, que las zonas
claras de la Luna son las cimas de las montañas y las oscuras los valles,
intervinieron supuestos auxiliares (SA) relativos a lo siguiente.
* La estructura del mundo: de modo que la Luna siendo de naturaleza distinta
a la de la Tierra no podía estar constituida de los mismos elementos terrestres
y por tanto no podía tener montañas;
* La composición de la Tierra: la atmósfera terrestre afecta, modifica, las
observaciones a través del telescopio, de modo que lo que vemos no se lo
podemos atribuir directamente al objeto observado;
* La teoría óptica: a Galileo se le objetaba, por ejemplo, que aunque era
todo un experto en la construcción de lentes no poseía una teoría óptica
suficientemente bien elaborada para explicar el funcionamiento del telescopio,
lo cual daba poca credibilidad a sus experimentos con el mismo.
*El uso del telescopio: hay que ser un experto para observar a través del
mismo.
De tal manera que, lo cual es el cambio importante respecto a la explicación
empirista lógica y popperiana, ante una contrastación negativa, una refutación,
no podemos declarar automáticamente que la hipótesis es falsa, puesto que
dado que la predicción no sólo es implicada por la hipótesis sino también por los
distintos supuestos adicionales y por las condiciones iniciales, podemos declarar
falso a cualquiera de los supuestos auxiliares o concluir que no se dieron las
condiciones iniciales requeridas.
noción de paradigma con la de teoría científica, o por lo menos con los intentos
por parte de Kuhn de mostrar que la noción de teoría dominante era demasiado
estrecha, en tanto que la de paradigma buscaba introducir nuevos elementos
determinantes29 • En el estado presente de la reflexión filosófica, podemos decir
que Kuhn tenía razón en cuanto a lo primero, pero que fue demasiado lejos en
el segundo punto. Efectivamente la noción de teoría como un conjunto de
enunciados y sus implicaciones lógicas es demasiado estrecha respecto a la
forma como los científicos utilizan este término, tal y como han mostrado los
partidarios del enfoque semántico de las teorías 30 • Pero al mismo tiempo Kuhn
utilizó su noción de paradigma en forma ambigua y cuando la precisó a través
de la noción de matriz disciplinar la exageró mucho en relación con el uso
científico. Defmitivamente los científicos no incluyen en las teorías valores
metodológicos, aunque los otros tres elementos de la matriz disciplinar de Kuhn
están presentes en mayor o menor medida: las generalizaciones simbólicas y
las aplicaciones paradigmáticas son fundamentales, y los compromisos
ontológicos o heurísticos son más bien secundarios. Recordemos brevemente
qué dice Kuhn sobre cada uno de ellos31 •
Para Kuhn un paradigma es el marco de supuestos básicos compartidos
por los miembros de una disciplina, los cuales se pueden agrupar en cuatro
componentes.
*Generalizaciones simbólicas: la propuesta aquí es que leyes como la segunda
ley de Newton no sean vistas como generalizaciones o principios universales
inferidos de la experiencia sino simplemente como constructos teóricos que
funcionan como esquemas de ley que deben ser complementados por leyes
que se aplican a dominios particulares.
* Ejemplares o paradigmas propiamente dichos: refieren a un logro o
realización concreta en cuanto a la solución de un problema particular que
sirve de modelo para otros problemas semejantes o parecidos, y que también
tienen la función epistemológica de mostrar el modo en que los principios teóricos
se aplican al dominio fenoménico particular.
* Modelos heurísticos u ontológicos: tiene que ver los compromisos
ontológicos de una teoría, de modo que los objetos o entidades supuestos por
una teoría pueden ser vistos en unos casos sólo como ficciones útiles para
explicar ciertos fenómenos, mientras que en otros como realmente existentes
en la naturaleza misma.
32
Véase Diez [2003].
33
Esta tesis se desarrolla especialmente en Kuhn [1962/1970], cap. XII.
34
/bid., p. 94.
35
Véase Diez [2003].
El problema de la evaluación de las teorías científicas 101
b) Positiva: tiene dos partes. Una es que la puesta a prueba de una teoría
no consiste simplemente en su comparación con la naturaleza, sino que es un
largo y arduo proceso que queda mejor descrito como el proceso de competencia
entre dos teorías rivales y su relación con la realidad, para obtener la aceptación
de la comunidad científica36 • La valoración de una teoría ya no sólo tiene que
ver con la relación lógica entre datos de la experiencia y teoría, sino que también
incluye una evaluación comparativa entre la teoría aceptada y las teorías
alternativas en competencia. Este punto se basa en el hecho de que la lógica
puede aconsejar no trabajar en una teoría falsa, pero el sentido común y práctico
de los científicos dice que ante la situación de no tener ninguna otra teoría
como alternativa hay que continuar con la supuestamente falsa, pues de lo
contrario la salida (inaceptable) seria dejar de practicar la ciencia hasta no
contar con la nueva teoría.
La otra es que, en términos amplios, una teoría no se pone a prueba durante
los periodos de ciencia normal, sino que más bien lo que está a prueba son las
capacidades del investigador para resolver enigmas o problemas. Cuando la
teoría dominante está pasando por un periodo de crisis, hay un buen número
de problemas recalcitrantes (anomalías) que ocupa la atención de los científicos,
y estos están más dispuestos a cambiar de teoría. Durante estos periodos, hay
un grupo reducido de científicos jóvenes o novatos trabajando en la
configuración de una nueva teoría. Por tanto, no es posible establecer la diferencia
entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación: «no hay manera
de separar los orígenes de la validación»37 • El contexto de justificación no
puede aislarse de consideraciones históricas, depende del estado de desarrollo
de la teoría y de qué tan dispuestos estén los científicos a trabajar en una teoría
nueva. Podemos plantear que en la elección de teoría interviene cierto aspecto
psicológico de los científicos, pues en un mismo momento histórico
encontramos que hay científicos que tienen un temperamento revolucionario,
están dispuestos a arriesgar tiempo, reputación y muchas otras cosas, al trabajar
en una teoría incipiente en vez de hacerlo en la teoría dominante; mientras que
otros tienen un temperamento conservador y ven grandes ventajas (teóricas
y prácticas) en continuar impulsando la teoría dominante.
Kuhn plantea que éste proceso de aceptación de una teoría puede
caracterizarse del siguiente modo: «lo que ocurre, más que la conversión de un
solo grupo, es un cambio cada vez mayor en la distribución de la fidelidad
profesional»38 • La fidelidad la podemos pensar como la confianza o compromiso
36 Véase Kuhn (1962/1970], p. 145.
37 Giere [1998].
38
/bid., p. 158.
102 Introducción a la filosofia de la ciencia
2 1 3 1 4
TIEMPO
Aquí no hay relación lógica formal entre los datos y la teoría como para decimos
qué teoría está mejor justificada, y por tanto no hay manera de separar los
orígenes de la validación. De hecho, no existe cosa tal como la validación en el
sentido más antiguo40 •
Las siguientes palabras de van Fraassen también refuerzan la idea principal
desarrollada en este capítulo: «la justificación de un programa de investigación
dentro de un plazo relativamente corto puede depender más de los recursos
conceptuales de la teoría y de hechos relacionados con las circunstancias
presentes, que de la adecuación empírica o, incluso, de la verdad de esa teoría»41 •
Para terminar, y con muy pocas palabras, la manera como se justifica el
conocimiento científico (el método) no tiene una forma lógica y no es única. La
justificación de una teoría es el resultado de sopesar cuestiones de orden lógico
(racionalidad lógica) con cuestiones de orden práctico (racionalidad práctica),
aunque igualmente considero una exageración afirmar que «no hay método
científicm).
40
Giere [ 1998], p. 20. Lo del paréntesis es mío.
41
van Fraassen [1980], p. 246.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 105
B. TALLER No. 6*
* Este taller lo elaboramos conjuntamente con mi alumno de pregrado Fabián Andrés González.
106 Introducción a la filosofia de la ciencia
como ha habido ideas metafísicas que han puesto una barrera al avance de la
ciencia, han existido otras -tal como el atomismo especulativo- que la han
ayudado» (fmal del apartado 4). Muestre que efectivamente no existe la
aparente contradicción.
LECTURA*
l. El problema de la inducción
De acuerdo con una tesis que tiene gran aceptación -y a la que nos
opondremos en este libro-, las ciencias empíricas pueden caracterizarse por
el hecho de que emplean los llamados «métodos inductivos»: según esta tesis,
la lógica de la investigación científica sería idéntica a la lógica inductiva, es
decir, al análisis lógico de tales métodos inductivos.
Es corriente llamar «inductiva» a una inferencia cuando pasa de enunciados
singulares (llamados, a veces, enunciados «particulares»), tales como descrip-
ciones de los resultados de observaciones o experimentos, a enunciados
universales, tales como hipótesis o teorías.
Ahora bien, desde un punto de vista lógico dista mucho de ser obvio que
estemos justificados al inferir enunciados universales partiendo de enunciados
singulares, por elevado que sea su número; pues cualquier conclusión que
saquemos de este modo corre siempre el riesgo de resultar un día falsa: así,
1 H. Reichenbach, Erkenntnis 1, 1930, p. 186. (q: también las pp. 64 y sig.) * q: los comentarios
de Russell acerca de Hume, que he citado en el apartado *2 de mi Postscript.
108 Introducción a la filosofia de la ciencia
2
Reichenbach, ibíd., p. 67.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 109
•• Empleamos el verno fa/sar y sus derivados (fa/sable, falsación, falsador, etc.) como versión de
to fa/sify y los suyos ifalsifiable, falsification, falsifier, etc.): pues tanto falsificar como falsear tienen
en castellano un sentido perfectamente vivo, que provocaría incesantes malentendidos si se empleasen
aquí para traducir lo fa/sify (que el autor emplea exclusivamente en el sentido de <qx>ner de manifiesto
que algo es o era falso»). Falsar es un término técnico del juego del tresillo, al cual podemos dotar de
este otro contenido semántico sin grave riesgo, al parecer; por otra parte no es inexistente en la
historia del idioma con significado próximo al que aquí le damos: cf. Berceo, Vida de Santo Domingo
de Silos, 114 c.; Milagros de Nuestra Señora, 91 e; Historia troyana polimétrica, poema X, 151 (N.
del T.).
*1Acerca de este término, véanse la nota *1 antes del apartado 79 y el apartado *29 de mi
Postcript.
112 Introducción a la filosofía de la ciencia
4. El problema de la demarcación
Entre las muchas objeciones que pueden hacerse contra las tesis que he
propuesto ahora mismo, la más importante es, quizá, la siguiente: al rechazar el
método de la inducción -podría decirse- privo a la ciencia empírica de lo que
parece ser su característica más importante; esto quiere decir que hago desa-
parecer las barreras que separan la ciencia de la especulación metafisica. Mi
respuesta a esta objeción es que mi principal razón para rechazar la lógica
inductiva es precisamente que no proporciona un rasgo discriminador
apropiado del carácter empírico, no metafisico, de un sistema teórico; o, en
otras palabras, que no proporciona un «criterio de demarcación» apropiado.
Llamo problema de la demarcación1 al de encontrar un criterio que nos
permita distinguir entre las ciencias empíricas, por un lado, y los sistemas
«metafisicos», por otro.
Hume conoció este problema e intentó resolverlo2 ; con Kant se convirtió en
el problema central de la teoría del conocimiento. Si, siguiendo a Kant, llamamos
<<problema de Hume» al de la inducción, deberíamos designar al problema de la
demarcación como «problema de Kant».
De estos dos problemas --que son fuente de casi todos los demás de la
teoría del conocimiento-- el de la demarcación es, según entiendo, el más
fundamental. En realidad, la razón principal por la que los epistemólogos con
inclinaciones empiristas tienden a prender su fe en el «método de la inducción»,
parece ser que la constituye su creencia de que éste es el único método que
puede proporcionar un criterio de demarcación apropiado: esto se aplica, espe-
cialmente, a los empiristas que siguen las banderas del «positivismo».
Los antiguos positivistas estaban dispuestos a admitir únicamente como
científicos o legítimos aquellos conceptos (o bien nociones, o ideas) que, como
ellos decían, derivaban de la experiencia; o sea, aquellos conceptos que ellos
creían lógicamente reducibles a elementos de la experiencia sensorial, tales
como sensaciones (o datos sensibles), impresiones, percepciones, recuerdos
visuales o auditivos, etc. Los positivistas modernos son capaces de ver con
mayor claridad que la ciencia no es un sistema de conceptos, sino más bien un
sistema de enunciados" 1 • En consecuencia, están dispuestos a admitir úni-
camente como científicos o legítimos los enunciados que son reducibles a
1
Acerca de esto (y, asimismo, de lo tratado en los apartados 1 a 6 y 13 a 24), compárese mi nota:
Erkenntnis 3, 1933, pág. 426; *la incluyo aquí, traducida, formando el apéndice *1.
2 Cfr. la última frase de su Enquiry Concerning Human Understandíng. * Compárese con el
próximo párrafo y la alusión a los epistemólogos, por ejemplo, la cita de Reichenbach del texto
correspondiente a la nota 1 del apartado l.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 113
1
• Veo ahora que cuando escribí este texto sobreestimé a los «positivistas modernos». Debería
haber recordado que, este respecto, el prometedor comienzo del Tractatus de Wittgenstein --«El
mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas» - queda anulado por su fmal, en el que ataca
a la persona que «no había dado significado a ciertos signos de sus proposiciones». Véase también
mi Open Society and its Enemies, cap. 11, apartado 11 [vers. cast. de E. LOdel, La sociedad abierta
y sus enemigos, Paidós, Buenos Aires. 1957, págs. 230 y sig. (T.)], así como el capítulo *1 de mi
Postscript, especialmente los apartados *11 (nota 5), *24 (los cinco últimos párrafos) y *25.
•s Creo que siempre es posible una discusión razonable entre partes interesadas por la verdad y
dispuestas a prestarse atención mutuamente (cf mi Open Society capítulo 24).
9 Esta es la tesis de Dingler; cf nota 1 del apartado 19.
11
Cf también: Plank, Positivismus und reale Aussenwelt (1931), y Einstein, «Die Religiositiit
der Forschung», en Mein Weltbild (1934), p. 43; trad. ingl. por A. Harris. The World as I see It
(1935), pp. 23 y sigs. *Véanse, asimismo, el apartado 85 y mi Postscript.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 115
*1 q: el apéndice *X.
1 Schlick, Naturwissenschaften 19, 1931, p. 150.
2 Waismann, Erkenntnis !, 1930, p. 229.
116 Introducción a la filosofía de la ciencia
1
• No me refiero aquí, desde luego, a la llamada «inducción matemática»; lo que niego es que
exista nada que pueda llamarse inducción en lo que se denominan «ciencias inductivas»: que existan
«procedimientos inductivos» o «inferencias inductivas».
2
• En su Logical Syntax (1937, págs. 321 y sig.), Carnap admitía que se trataba de un error (y
mencionaba mis criticas); y todavía avanzó más en este sentido en Testabilily and Meaning donde
reconoció el hecho de que las leyes universales no son solamente «convenientes» para la ciencia,
sino incluso «esenciales.» (Philosophy of Science 4. 1937. pág. 27). Pero en su obra inductivista
Logical Foundations of Probability (1950) vuelve a una posición muy semejante a la que aquí
criticamos: al encontrar que las leyes universales tienen probabilidad cero (pág 571) se ve obligado
a decir (pág. 575) que, aunque no es necesario expulsarlas de la ciencia, ésta puede manejárselas
perfectamente sin ellas .
•, Obsérvese que propongo la falsabililad como criterio de demarcación, pero no de sentido.
Adviértase, además, que anteriormente (en el apartado 4) he criticado enérgicamente el empleo de
la idea de sentido como criterio de demarcación, y que ataco el dogma del sentido, aún más
enérgicamente. en el apartado 9. Por tanto, es un puro mito (aunque gran número de refutaciones
de mi teoría están basadas en él) decir que haya propuesto jamás la falsabilidad como criterio de
sentido. La falsabilidad separa dos tipos de enunciados perfectamente dotados de sentido, los
falsables y los no falsables: traza una línea dentro del lenguaje con sentido, no alrededor de él.
Véanse también el apéndice *1 y el capitulo *1 de mi Postscript, especialmente los apartados *17
y *19.
3
En otros autores se encuentran ideas análogas: por ejemplo en Frank. Die Kausa/itat und ihre
Crenzen (1931). capitulo 1, § 10 (pp. 15 y sig.), y en Dubislav, Die Definition (3' ed., 1931), p. 100
y sig. (Cf Asimismo, mas arriba, la nota 1 del apartado 4).
El problema de la evaluación de las teorías científicas ll7
··Me ocupo ahora más a fondo de esta asimetría en el apartado *22 de mi Postcript.
118 Introducción a la filosofía de la ciencia
método empírico de tal forma que excluya precisamente aquellas vías de eludir
la falsación que mi imaginario crítico señala insistentemente, con toda razón,
como lógicamente posibles. De acuerdo con mi propuesta, lo que caracteriza
al método empírico es su manera de exponer a falsación el sistema que ha de
contrastarse: justamente de todos los modos imaginables. Su meta no es salvarles
la vida a los sistemas insostenibles, sino, por el contrario, elegir el que com-
parativamente sea más apto, sometiendo a todos a la más áspera lucha por la
supervivencia.
El criterio de demarcación propuesto nos conduce a una solución del
problema de Hume de la inducción, o sea, el problema de la validez de las leyes
naturales. Su raíz se encuentra en la aparente contradicción existente entre lo
que podría llamarse «la tesis fundamental del empirismO>) -la de que sólo la
experiencia puede decidir acerca de la verdad o la falsedad de los enunciados
científicos- y la inadmisibilidad de los razonamientos inductivos, de la que se
dio cuenta Hume. Esta contradicción surge únicamente si se supone que todos
los enunciados científicos empíricos han de ser «decidibles de modo conclu-
yente)), esto es, que, en principio, tanto su verificación como su falsación han
de ser posibles. Si renunciamos a esta exigencia y admitimos como enunciados
empíricos también los que sean decidibles en un solo sentido --decidibles
unilateralmente, o, más en particular, falsables- y puedan ser contrastados
mediante ensayos sistemáticos de falsación, desaparece la contradicción: el
método de falsación no presupone la inferencia inductiva, sino únicamente las
transformaciones tautológicas de la lógica deductiva, cuya validez no se pone
en tela de juicio4 •
4
Acerca de esta cuestión, véase también mi trabajo mencionado en la nota 1 del apartado 4,
* que ahora está incluido en el apéndice *1, y, asimismo, mi Postscript, especialmente el apartado*2.
El problema de la evaluación de las teorías científicas ll9
C. TALLER No. 7*
' Este taller lo elaboramos conjuntamente con mi alumno de pregrado Hernando Hemández.
120 Introducción a la filosofía de la ciencia
c. «Resistir durante toda la vida [a una teoría nueva], ... no es una violación
de las normas científicas, sino una indicación de cuál es la naturaleza de la
propia investigación científica» (párrafo once).
Para profundizar
7. ¿Se puede afirmar que para Kuhn no hay buenas razones para la adopción
de un nuevo paradigma?
8. ¿Si la elección entre paradigmas depende de factores sociales e históricos,
puede ser objetiva? ¿Puede la ciencia aspirar a la búsqueda de la verdad,
de acuerdo con Kuhn?
LECTURA*
Los libros de texto de los que hemos estado hablando sólo se producen
como consecuencia de una revolución científica y son el fundamento de una
nueva tradición de ciencia normal. Al abordar el problema de su estructura,
hemos dejado claramente de lado un paso. ¿Cuál es el proceso mediante el
cual un nuevo candidato a paradigma sustituye a su predecesor? Cualquier
interpretación nueva de la naturaleza, sea un descubrimiento o una teoría, surge
en primer lugar en la mente de una o de unas cuantas personas. Son ellas las
primeras que aprenden a ver la ciencia y el mundo de manera distinta, y su
capacidad para realizar la transición se ve favorecida por dos circunstancias
que no son comunes a la mayoría de los demás miembros de su profesión.
Invariablemente su atención se ha centrado intensamente en los problemas
que han provocado la crisis; y usualmente son además individuos lo bastante
jóvenes o lo bastante recién llegados al campo sacudido por la crisis como para
que la práctica no los haya comprometido tan profundamente como a la mayoría
de sus contemporáneos con la visión del mundo y las reglas determinadas por
el viejo paradigma. ¿Cómo pueden ser capaces de convertir a toda la profesión
o al subgrupo profesional pertinente a su modo de ver la ciencia y el mundo?
¿Qué es lo que han de hacer para ello? ¿Qué es lo que hace que el grupo
abandone una tradición de investigación normal en favor de otra?
1
Para un breve bosquejo de las vías principales que conducen a las teorías probabilísticas de la
verificación, véase Emest Nagel, Principies of the Theory of Probability, vol. 1, núm. 6, de la
lnternational Encyclopedia of Unified Science, pp. 60-75.
2
K. R. Popper, The Logic of Scientific Discovery (Nueva York, 1959), esp. caps. 1-IV [hay
traducción española, La lógica de la investigación científica, Madrid, Tecnos, 1962 y reediciones).
El problema de la evaluación de las teorías científicas 123
pleto e imperfecto del acuerdo existente entre teoría y hechos el que, en todo
momento, defme muchos de los rompecabezas que caracterizan a la ciencia
normal. Si todos y cada uno de los desacuerdos entre hechos y teoría fuesen
motivo suficiente para rechazar la teoría, todas ellas deberían rechazarse en
todo momento. Por otro lado, si el rechazo sólo se justifica por un desacuerdo
serio, entonces los popperianos necesitarán algún criterio de «improbabilidad o
de «grado de falsación». Pero si tratan de desarrollarlo, se encontrarán casi
con toda seguridad con la misma maraña de dificultades que ha asolado a los
defensores de las diversas teorías probabilísticas de la verificación.
( ... )
No obstante, esta manera de exponer las cosas hace que la tarea de elegir
entre distintos paradigmas parezca más fácil y más familiar de lo que en realidad
es. Si no hubiese más que un conjunto de problemas científicos, un único mundo
en el que trabajar sobre ellos y un solo conjunto de normas para solucionarlos, la
competencia entre los paradigmas podría resolverse de manera más o menos
rutinaria por algún proceso del estilo de contar el número de problemas resuelto
por cada uno de ellos. Mas, de hecho, tales condiciones nunca se dan plenamente.
Quienes proponen paradigmas rivales siempre mantienen hasta cierto punto un
diálogo de sordos. Ninguna de las partes aceptará las suposiciones no empíricas
que precisa la otra para defender su punto de vista. Como Proust y Berthollet
cuando discutían acerca de la composición de los compuestos químicos, están
abocados en parte a hablar sin entenderse. Por más que cada una de las partes
quiera convertir a la otra a su manera de ver la ciencia y sus problemas, ninguna
de ellas puede aspirar a probar su punto de vista. La competencia entre paradigmas
no es el tipo de batalla que se pueda resolver mediante pruebas.
Ya hemos visto algunas de las razones por las que los partidarios de
paradigmas rivales han de fracasar a la hora de establecer un contacto completo
con el punto de vista del otro. Colectivamente estas razones se han descrito
como la inconmensurabilidad de las tradiciones científicas normales anteriores
y posteriores a una revolución, por lo que bastará con que las recapitulemos
aquí brevemente. En primer lugar, los partidarios de paradigmas rivales estarán
a menudo en desacuerdo acerca de la lista de problemas que ha de resolver un
candidato a paradigma. Sus normas o sus definiciones de ciencia no son las
mismas.
( ... )
No obstante hay más cosas implicadas que la inconmensurabilidad de las
normas. Dado que los nuevos paradigmas nacen de los viejos, por lo común
incorporan gran parte del vocabulario y del aparato, tanto conceptual como
manual, que había usado antes el paradigma tradicional, si bien rara vez utilizan
124 Introducción a la filosofia de la ciencia
3 Para la reacción de las personas comunes a la idea de espacio curvo, véase Philipp Frank,
Einstein, His Life and Times, G Rosen y S. Kusaka (trads. y eds.) (Nueva York, 19471, pp. 142-146
[hay traducción española, Einstein, Barcelona, José Janés, 1949]. Para una panorámica de los
intentos de preservar las ventajas de la relatividad general dentro de un espacio euclideo, véase C.
Nordmann, Einstein and the Universe, J. McCabe (trad.) (Nueva York, 1922), cap. IX.
4
T. S. Kuhn, The Copemican Revolution, caps. III, IV y VII. Uno de los temas principales de
todo el libro es hasta qué punto el heliocentrismo era algo más que una cuestión estrictamente
astronómica.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 125
5
Max Jarnmer, Concepts of Space, pp. 118-124.
6 Charles Darwin, On the Origin of Species ... (edición autorizada de la sexta edición inglesa,
Nueva York, 1889), 11, pp. 295-296 [hay muchas traducciones españolas, una de las más aceptables
es El origen de las especies, Madrid, Espasa-Calpe, 1998, pp. 564-565].
126 Introducción a la filosofía de la ciencia
Estos hechos y otros semejantes son de sobra conocidos como para que
merezca la pena insistir en ellos, pero precisan una reevaluación. En el pasado,
lo más frecuente es que se tomaran como una indicación de que los científicos,
siendo sólo humanos, no siempre son capaces de admitir sus errores, incluso
cuando se les enfrenta a una prueba estricta. Quisiera defender más bien que
en estas cuestiones no viene al caso ni la prueba ni el error. La transferencia
del compromiso de un paradigma a otro es una experiencia de conversión que
no se puede forzar. Resistir durante toda la vida, especialmente por parte de
aquellos cuyas carreras productivas los han comprometido con una vieja tradición
de ciencia normal, no es una violación de las normas científicas, sino una
indicación de cuál es la naturaleza de la propia investigación científica. La
fuente de la resistencia es la seguridad de que el paradigma más viejo terminará
por resolver todos sus problemas, que la naturaleza se puede hacer encajar en
el compartimiento suministrado por el paradigma. En tiempos de revolución,
inevitablemente esa confianza parece obstinación y terquedad, lo que sin duda
acaba siendo algunas veces. Pero es también algo más, pues esa misma
confianza hace posible la ciencia normal o la resolución de rompecabezas.
Además, sólo gracias a la ciencia normal la comunidad profesional de científicos
consigue, en primer lugar, explotar el ámbito de aplicación y la precisión
potenciales del antiguo paradigma, y, en segundo lugar, aislar la dificultad a
través de cuyo estudio puede nacer un nuevo paradigma.
Aun así, decir que la resistencia es inevitable y legítima, que el cambio de
paradigma no se puede justificar con una prueba, no equivale a decir que no
haya argumentos pertinentes o que no se pueda persuadir a los científicos para
que cambien de opinión. Por más que en ocasiones se necesite una generación
para efectuar el cambio, las comunidades científicas se han convertido muchas
veces a paradigmas nuevos. Además, dichas conversiones no se dan a pesar
del hecho de que los científicos sean humanos, sino porque lo son. Aunque
algunos científicos, en particular los más viejos y experimentados, puedan resistir
indefinidamente, la mayoría de ellos pueden ser abordados de una u otra manera.
Las conversiones se producirán de vez en cuando hasta que tras la muerte de
los últimos resistentes, toda la profesión vuelva a trabajar bajo un único para-
digma aunque ahora sea diferente. Hemos de preguntarnos por tanto cómo se
induce la conversión y cómo se resiste a ella.
¿Qué tipo de respuesta hemos de esperar a esta pregunta? Precisamente
porque se plantea acerca de las técnicas de persuasión o acerca de argumentos
7
Max Planck, Scientific Autobiography and Other Papers, F. Gaynor (trad.) (Nueva York,
1949), pp. 33-34 [hay traducción española, Autobiografía científica y últimos escritos, Madrid,
Nivola, 2000, p. 381.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 127
8 Para la función del culto solar en el pensamiento de Kepler, véase E. A. Bwtt, The Metaphysical
Foundations of Modem Phvsical Science (ed. rev., Nueva Yorlc, 1932), pp. 44-49 [hay traducción española,
Los fundamentos metafzsicos de la ciencia moderna, Buenos Aires, Sudamericana 1960, cap. 11 (B)].
9 Para el papel de la reputación considérese lo siguiente: Lord Rayleigh, en un momento en que
su reputación estaba ya bien establecida, presentó a la British Association un artículo sobre algunas
paradojas de la electrodinámica. Inadvertidamente se omitió su nombre la primera vez que se envió
el artículo, y éste fue inicialmente rechazado como obra de algún «paradojista». Poco después, con
el nombre del autor en su sitio, el artículo se aceptó con gran profusión de disculpas (R. J. Strutt,
cuarto barón Rayleigh, John William Strutt, Third Baron Rayleigh [Nueva York, 1942], p. 228).
128 Introducción a la filosofía de la ciencia
10
Para el problema creado por la teoría cuántica, véase F. Reiche, The Quantum Theory
(Londres, 1922), caps. 11, IV-XIX. Para otros ejemplos de este párrafo, véanse las referencias
anteriores de este capítulo.
El problema de la evaluación de las teorías científicas 129
D. TALLER No. 8*
Inducción y deducción
ciencias naturales pasan por los mismos ciclos». Desarrolle esa idea y apóyela
con ejemplos.
9. En el texto se señala que Karl Popper privilegia la teoría sobre la observación,
sin embargo no queda explícito cuál de esos elementos privilegia Camap.
Explique este punto presentando argumentos.
LECTURA*
Inducción y deducciónt
IanHacking (1983)
Ésas son las palabras con las que Humphry Davy (1778-1829) empieza su
texto de química Elements of Chemica/ Philosophy (1812, pp.2-3). Él fue
uno de los químicos más hábiles de su tiempo, al que generalmente se le recuerda
por la invención de la lámpara de seguridad para los mineros, que evitó la
muerte cruel de muchos, pero cuyas contribuciones al conocimiento incluyen
el análisis químico electrolítico, una técnica que le permitió determinar qué
sustancias son elementos (por ejemplo el cloro) y cuáles son compuestos. No
todos los químicos compartían la visión inductivista de la ciencia de Davy. Aquí
están las palabras de Justus von Liebig (1803-1873), el gran pionero de la
química orgánica, quien indirectamente revolucionó la agricultura al promover
el uso de fertilizantes nitrogenados artificiales.
¿Qué tan profunda es la oposición entre las dos citas anteriores? Liebig
dice que un experimento debe ser precedido por una teoría, esto es, por una
idea. Pero este enunciado es ambiguo. Tiene una versión débil y una fuerte. La
versión débil sólo dice que se tienen que tener algunas ideas acerca de la
naturaleza y los aparatos antes de conducir un experimento. Una intervención
totalmente desprovista de propósito, sin la habilidad de entender e interpretar
f./probl.-ma de la I'IQ/Uf/1 üi11 ck lt.h lnllta< <'1<'11/ljlnl\ 135
el resultado, no nos enseña nada. Nadit: disputa esta versión débil. 1hwy
seguréllnente tenía alguna idea cuando llevó a cabo sus experimentos con algas.
Él sospechaba que las burbujas de gas sobre los filamentos eran de cierto tipo
específico. Una primera pregunta era si el gas alimentaba el fuego o lo extinguía.
Encuentra que la cerilla se enciende (¿de lo qut: infiere que el gas es bastante
rico en oxígeno?). Sin este entendimiento el experimento no tendría mucho
sentido. I .a flama de la cerilla sería, a lo mucho, una observación sin sentido.
Lo más probable es que nadie le hubiera prestado atención. Experimentos sin
ideas como ésta no son experimentos en lo absoluto.
Hay sin embargo una versión fuerte del enunciado de Liebig. Dice que un
experimento es significativo sólo si se pone a prueba una teoría acerca de los
fenómenos bajo escrutinio. Sólo si, pro ejemplo, Davy tenía la idea de que la
cerilla se apagaría (o que se encendería) seda valioso su experimento. Creo
que esto es simplemente falso. Uno puede conducir un expc., imeuto por mera
curiosidad, para ver qué pasa. Naturalmente, muchos de nuestros experimentos
están hechos con conjeturas más específicas en mente. Así, Davy se pregunta
si todas las algas del mismo tipo, ya sea en agua fresca o salada, producen este
gas (que sin sospecha que era oxígeno). Hace nuevas pruebas que lo llevan a
una «verdad científica general».
No me interesa saber si Davy realmente estaba haciendo una inferencia
inductiva, como Carnap podría haber dicho, o si está implícitamente siguiendo
en el fondo la metodología de Popper de conjeturas y refutaciones. No es
importante para nosotros que el ejemplo de Davy no sea, como él pensaba, una
verdad científica. ¡Nuestra reclasificación de algas posterior a Davy muestra
que las Conferva no son ni siquiera una clase natural! No hay tal género o
especie.
Sólo me interesa la cuestión generada por la versión fuerte: ¿debe haber
una conjetura puesta a prueba para que un experimento tenga sentido? Creo
que no. Ni siquiera la versión débil está fuera de dudas. El fisico George Darwin
decía que uno debería hacer de vez en cuando un experimento totalmente loco,
como sonarles una trompeta a los tulipanes cada mañana durante un mes. Tal
vez nada va a pasar, pero si algo pasara, sería un descubrimiento estupendo.
E. TALLER No. 9*
LECTURAt
* Este taller Jo elaboramos conjuntamente con Oiga Lucia Gómez, profesora de la Escuela de
Salud Pública, Universidad del Valle, y estudiante de la maestría en Filosofía.
t Trascripción hecha por Oiga Lucía Gómez.
: En Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud, EL desafio de
la epidemiología: problemas y lecturas seleccionadas, Publicación Científica No. 505, Washington,
1988, pp. 43-46.Y la fuente original es: Extracto de Estudios de Snow sobre el cólera. E. Gurney
Clark y Anna Gelman. En: Taller de Introducción a la Investigación Epidemiológica. Vol. 2.
Ejercicios del Colegio Médico de Nueva York. Traducción y adaptación de Dionisio Aceves Saínos.
Xochimilco. México. Universidad Nacional Autónoma Metropolitana, 1981.
Este taller también se puede implementar, de igual forma, con la lectura «Etiología, concepto
y profilaxis de la fiebre puerperah> de Ignaz Semmelweis, en Organización Panamericana de la Salud
y Organización Mundial de la Salud, EL desafio de la epidemiología: problemas y lecturas
seleccionadas, Publicación Científica No. 505, Washington, 1988, pp. 47-62.
138 Introducción a la filosofia de la ciencia
debe propagarse a través de efluvios que emanan del enfermo hacia el aire
que lo rodea y que penetran en los pulmones de quienes los inhalan. Esta
suposición ha producido opiniones muy contradictorias respecto al padecimiento.
Sin embargo, a través de una pequeña reflexión podemos ver que no tenemos
derecho a limitar las vías por las cuales una enfermedad pueda propagarse,
pues las enfermedades transmisibles de las que tenemos un conocimiento
correcto, se diseminan de muy diferentes formas, tal como ocurre con el prurito
y otras enfermedades de la piel, la sífilis y las parasitosis intestinales, todas las
cuales tienen formas de propagación diferente unas de las otras.
Considerando la patología del cólera, es posible encontrar la manera como
se transmite. Si se iniciara con fiebre o cualquier otro síntoma general, no
podríamos obtener ninguna pista sobre la vía de entrada al organismo de la
sustancia mórbida; podría ser que ingresara por el tracto digestivo, los pulmones
o en alguna otra forma; pero este punto debería estar determinado por cir-
cunstancias no relacionadas con la patología de la enfermedad. Por todo lo que
he podido aprender sobre el cólera, tanto a través de observación personal,
como por las descripciones de otros autores, puedo afirmar que el cólera se
inicia invariablemente con trastornos en el aparato digestivo que a menudo son
precedidos de solo un pequeño malestar general, que hace al paciente no darse
cuenta del peligro que corre ni consultar o pedir consejo sobre su estado de
salud, hasta que la enfermedad ya está muy avanzada. En verdad, unos pocos
casos, presentan desvanecimiento, debilidad intensa y abatimiento general antes
de que las descargas gastrointestinales aparezcan; pero no hay duda de que
estos síntomas dependen de la exudación de la membrana mucosa, que es
abundantemente evacuada en seguida. En todos los casos de cólera que atendí,
la pérdida de fluidos del estómago y el intestino fue suficiente para producir el
colapso; debe tomarse en cuenta el estado general previo del paciente, junto
con brusca aparición de la pérdida de fluidos y la circunstancia de que los
procesos de absorción parecen haberse suspendido.
Las enfermedades que se transmiten de persona a persona son ocasionadas
por alguna sustancia que pasa del enfermo al sano, y que tienen la propiedad
de crecer y multiplicarse en el organismo de la persona atacada. En la sífilis, la
varicela y la viruela tenemos pruebas fisicas del aumento de esta sustancia
mórbida, mientras que en otras enfermedades transmisibles la evidencia de
este aumento, derivada de la extensión y gravedad del cuadro, es igualmente
concluyente. Hemos visto que el cólera se inicia como una enfermedad del
tubo digestivo, así como que al iniciarse la enfermedad, la sangre no se encuentra
bajo la acción de ningún veneno; por lo tanto, puede pensarse que el material o
sustancia mórbida que lo produce penetra al organismo por el tubo digestivo,
El problema de la evaluación de las teorías científicas 141
cinco de la mañana para estar listos y empezar a trabajar a las seis y abandonan
el tiro entre las tres y media y cuatro de la carde, permaneciendo dentro de la
mina un promedio de ocho a nueve horas. El minero lleva consigo al descender
su provisión de comida, que consiste en pan y algunas veces carne y todos
llevan una botella conteniendo un cuarto de «bebida». Temo que nuestros car-
boneros no están mejor que otros con respecto a limpieza. El «tiro» es una
inmensa letrina y por supuesto el trabajador siempre consume sus víveres sin
lavarse las manos. De esta manera es evidente que si el minero es atacado por
el cólera cuando está trabajando, la enfermedad se propaga a sus compañeros
de trabajo con más facilidad que en otras ocupaciones. En Northum Berland,
en el invierno de 1831 -1832 he visto sacar de las minas a hombres atacados
ocasionalmente mientras trabajaban y que después de haber tenido grandes
descargas gastrointestinales, estaban cercanos al colapso.
Si el cólera no tuviera otras formas de transmisión que las que se han
expuesto, forzosamente se limitaría casi exclusivamente a las viviendas ates-
tadas de un lugar, por falta de oportunidad para encontrar nuevas víctimas;
pero existe a menudo una vía abierta que le permite extenderse por sí mismo,
y atacar a las clases acomodadas de la comunidad; estoy refiriéndome al hecho
de que las evacuaciones de los enfermos de cólera se mezclan con el agua que
se usa para beber y para el consumo doméstico, ya sea atravesando el terreno
que rodea los pozos o cisternas, o bien corriendo por canales que desaguan en
ríos de donde algunas veces poblaciones enteras se abastecen de agua.
CAPfTULO IV
CONCEPTOS CIENTfFICOS:
TIPOLOGIA, ESTRUCTURA Y NATURALEZA
A. PRESENTACIÓN
l. Introducción
análisis estructural de las teorías, el primer paso debe estar orientado hacia los
conceptos. En este capítulo estudiaremos las formas en que se presentan los
conceptos científicos y su naturaleza. La primera cuestión tiene que ver con la
elaboración de una tipología (clasificación) de los conceptos y la segunda con
precisar las propiedades estructurales de cada tipo de conceptos, esto es, con
su naturaleza. Una fuente importante para la exposición que sigue fue la
presentación que hacen Díez y Moulines en «Capítulo 4. Los conceptos
científicos», Fundamentos de filosofia de la ciencia ( 1997). Las tesis
principales que desarrollo, tanto en contenido como en forma, y muchos de los
ejemplos que presento los he extraído de esta importante obra. Pero también
me han sido de gran utilidad los capítulos V y VI del libro de Rudolf Carnap,
Fundamentación lógica de lafisica (1966), y los tres primeros capítulos del
libro de Jesús Mosterín, Conceptos y teorías en la ciencia (2000).
Veremos que los distintos tipos de conceptos científicos los podemos agrupar
en tres grandes clases: clasificatorios, comparativos (o topológicos) y métricos
(o cuantitativos o magnitudes). Esta tipología surge de estudiar su estructura
formal o matemática y refleja, además, el carácter diverso y el valor metodológico
de cada clase de conceptos.
A continuación aparece un cuadro que sintetiza bastante bien las principales
características de los conceptos que pone de relieve la tipología.
Para llegar a esta clasificación, tal y como haremos más abajo, tenemos
que centrarnos fundamentalmente en los aspectos estructurales y metodológicos
de los conceptos, los cuales tienen que ver con ciertas condiciones formales
y ciertas condiciones materiales'l. Estas dos condiciones permiten ordenar
los tipos de conceptos por su grado de complejidad: los clasificatorios son los
menos complejos y los métricos contienen una mayor elaboración, tal y como
veremos. Esta complejidad también se deja ver en el tipo de operación que
está asociada a cada clase de concepto: clasificar es lo propio de los conceptos
2
Véase Mosterin [2000], p. 22.
Conceptos científicos: Tipología, estructura y naturaleza 147
2. ¿Qué es un concepto?
3
Véase Diez y Moulines (1997], p. 92.
4
La figura la recojo parcialmente de Díez y Moulines [1997], pp. 94 y 95.
Conceptos científicos: Tipología, estructura y naturaleza 149
SISTEMA CONCEPTUAL
IU!.LACIÓN DE
BXPIBSIÓN
Sol
Luna
Objetos concretos
MUNDO REAL
Fig. 4.1. Relaciones conceptos-lenguaje y conceptos-objetos
En segundo lugar, entre un concepto y los objetos del mundo real se puede
establecer la relación de subsunción: un concepto subsume uno o varios
objetos (en general muchos) o, lo que es equivalente, un objeto cae bajo un
concepto o el concepto se aplica al objeto. En tanto que, estableciendo el
contraste con la relación entre lenguaje y mundo, una palabra refiere o denota
uno o varios objetos. Veamos algunos ejemplos.
* La palabra Luna refiere al satélite natural de la Tierra (que es un objeto)
o, lo que es lo mismo, Luna denota un satélite.
* Mientras que, la Luna cae bajo el concepto de astro, esto es, el objeto
Luna queda subsumido por el concepto de astro. Aún más, el concepto
de astro se aplica a la Luna, el Sol, Mercurio, etc.
* Un ejemplo con objetos abstractos: el concepto de número primo se
aplica a los números 1, 2, 3, 5, 7, etc.
Por otra parte, todo objeto cae bajo un concepto, pero hay conceptos vacíos,
esto es, conceptos bien construidos bajo los cuales no cae ningún objeto; ejemplo,
150 Introducción a la filosofia de la ciencia
unicornio, habitante del Sol. Tengamos presente que desde un punto de vista
científico, los conceptos que interesan son aquellos que se usan con la pretensión
de subsumir objetos realmente existentes.
En síntesis, las palabras expresan conceptos, las palabras refieren a objetos
y los conceptos se aplican a objetos.
En general, los términos, o las palabras, que expresan conceptos tienen casi
siempre la forma lógica de predicados n-ádicos, con n> l. Los conceptos
clasificatorios son predicados monádicos (de un lugar) y los conceptos más
complejos se expresan mediante relaciones diádicas, triádicas o, en general,
poliádicas. Algunos ejemplos.
* 'rojo' es un concepto clasificatorio y es un predicado monádico, porque
uno dice: esta manzana es roja. El subrayado indica el lugar.
* El predicado 'es progenitor de' es diádico, de dos lugares, porque uno
dice: Juan es progenitor de María.
* 'estar entre' es triádico, pues uno dice, por ejemplo: la Luna está entre el
Sol y la Tierra.
3. Conceptos clasificatorios
de color; redondo y cuadrado son conceptos de forma; perro, gato, etc., son
conceptos de animal; y mesa, silla y martillo son conceptos de objetos de uso.
Como ya decíamos, los conceptos clasificatorios son predicados monádicos,
de un solo lugar: la manzana es roja; la manzana es redonda; este animal es .!!!!
perro; este objeto sirve de silla. Como vimos en el caso del concepto de rojo, la
extensión de un concepto clasificatorio es un conjunto simple, sin estructura
interna; con otro ejemplo, la extensión del concepto de perro es el conjunto de
todos los perros.
Puesto que todo concepto clasificatorio pertenece a un sistema de conceptos
que clasifica, los conceptos clasificatorios atribuyen propiedades a los individuos
del dominio que clasifican, y la operación asociada a un concepto clasificatorio
es la de clasificar o la de hacer una clasificación. En síntesis, en una
clasificación se obtiene un sistema de conceptos en el que podemos decir que
cada uno de ellos es un concepto clasificatorio.
En la práctica científica se exige que un concepto cumpla unas condiciones
formales o matemáticas de adecuación y ciertas condiciones materiales de
adecuación. Las primeras tienen que ver con aspectos puramente internos al
concepto, en tanto que las segundas se fijan en la relación del concepto con el
dominio de aplicación, esto es, en cuán bien se ajusta el concepto a los objetos
que pretende subsumir. Las condiciones formales se han de cumplir en sentido
estricto, pues se analizan bajo condiciones ideales, mientras que de las materiales
se exige que sean aproximadas; ¿cuán aproximadas?, esto queda defmido por
la comunidad de usuarios o científica.
Para determinar las condiciones formales de adecuación de una clasificación,
veamos cómo se clasifica un dominio de objetos. En condiciones ideales,
estableciendo una partición de acuerdo a criterios sistemáticos. La figura 4.2
muestra un dominio de objetos D y su respectiva partición.
4. Conceptos comparativos
Este tipo de conceptos son una categoría intermedia entre los conceptos
clasificatorios y los métricos. Los conceptos comparativos requieren de una
mayor elaboración porque no sólo permiten clasificar un dominio dado, sino
que además permiten ordenarlo. De ahí que a cada concepto comparativo se
le asocia invariablemente un conjunto de conceptos clasificatorios, pero no a la
inversa.
Algunos ejemplos conocidos son: en fisica, peso y temperatura, antes que
fuesen introducidos en forma precisa como magnitudes fisicas en la mecánica
y la termometría, respectivamente; inteligencia en psicología; adaptación en
biología; dureza en geología; y acidez en química.
A continuación analizaremos la dureza como ilustración de concepto
comparativo. La dureza se introduce en mineralogía asociándolo a la prueba
empírica de la «raya» y los conceptos de dureza y suavidad pertenecen a una
misma clasificación.
Así como la operación intelectual asociada a una clasificación es la de
clasificar, la asociada a un concepto comparativo es la de ordenar. Ordenar
un dominio requiere que primero sea clasificado y después, una vez hecha la
clasificación, ordenado propiamente. En términos lógicos, los conceptos
comparativos se caracterizan porque su extensión es una relación de orden,
es decir que los conceptos tienen un carácter relacional y están constituidos
por dos predicados diádicos estrechamente interconectados.
o
G3
,...
B
•
G2 '2
·=
Relación de precedencia P
S. Conceptos métricos
significado empírico. Esto es, «operamos con los números «como si>> operásemos
con los objetos» 6; así que podemos hablar del proceso de matematización de
la realidad, lo cual consistiría en «identificar los objetos empíricos (sus
propiedades) con números y las operaciones empíricas con operaciones
matemáticas, manejando luego estas últimas para obtener información indirecta
sobre los primeros»7 •
En síntesis, podemos enumerar las siguientes ventajas de los conceptos
métricos8 •
( 1) Las divisiones y diferenciaciones que establecen son más fmas y precisas.
(2) Permiten enunciar leyes empíricas que son más generales y precisas.
(3) Permiten explicaciones y predicciones mucho más exactas y controlables.
Por último, hay que tener presente que la introducción de un concepto métrico,
con su significado empírico, se realiza en el contexto de una teoría, es decir, en
conexión con otros múltiples conceptos de una teoría, y no por el simple hecho
de que cumpla unas condiciones formales, en particular que contenga un
concepto comparativo.
6
Diez y Mou1ines [1997], p. 114.
7
Ibíd. Las cursivas son mias.
8
lbíd., p. 113.
Conceptos científicos: 1ipología, estructura y naturaleza 157
10
lbíd., p. 99.
11
Ibíd.
160 Introducción a la filosofía de la ciencia
• Este taller lo elaboramos conjWitamente con Oiga Lucia Gómez, estudiante de la maestría en
filosofia y profesora de la Escuela de Salud Pública, Universidad del Valle.
Conceptos científicos: Tipología, estructura y naturaleza 161
TEORlA Y LEYES
A. PRESENTACIÓN
1.1. Antiguo
Tenemos dos obras especialmente paradigmáticas. Una es los Elementos
(300 a.c.) de Euclides y la otra es Principios matemáticos de la filosofía
natural (1687) de Newton. La primera sienta por primera vez los elementos
distintivos en la forma de presentar una teoría geométrica. Esta debe contener
definiciones (como por ejemplo, punto es aquello que no tiene partes), postulados
(como por ejemplo, por dos puntos pasa una y sólo una recta) y teoremas
(como por ejemplo, el teorema de Pitágoras). En tanto que los Principia de
164 Introducción a la filosofía de la ciencia
1
Hempel [1952], p. 58.
Teoría y leyes 167
co¡o
entidad lingüística
<lentidad fisica
Formulación
4
Conejo
algebraica
TEORÍA
Rabbit Mecánica newtoniana
Formulación
diferencial
OBJETOS UNGúiSTICOS OBJETO FisJCO OBJETOS UNGúiSTICOS OBJETO ABSTRACTO
3
Van Fraassen, [ 1989], p. 226.
4
Moulines [2002], p. 8.
Teoría y leyes 171
Segundo nivel
Tercer nivel
• Elemento teórico
iv) Los mapas son parciales, privilegian ciertas relaciones y sacrifican otras:
un mapa de una ciudad privilegia relaciones espaciales, en tanto que un
mapa de metro privilegia relaciones topológicas, cruce de estaciones, tal y
como se puede observar en lafigura 5.6, la cual muestra parte del plano del
metro de la ciudad de Madrid (España).
v) Los mapas son aproximados, tienen una exactitud limitada: un mapa no es
isomorfo con (idéntico a) la ciudad (en los aspectos correspondientes) sino
semejante.
mundo (cierto dominio de la realidad) es del mismo tipo de la que existe entre
un mapa y la ciudad que representa. Por tanto:
,_':;! := ~~~o::.
11 ~O
18
MetropoUtano ll f4Wiii$!Mi.i4J ' Avda. de Paz
Guzmán oPL-OI~los
Bueno Rosas a ..
.. Proa~"': XIII
Jmvwa1laria 11 11 Alonao G"'gorio • ~ PolqUe do las
canal Cano Marañón O Cartagona Avenida Bamo do la
:'t:•[BJo'~~ '-. -
"-.
Callao O
/O~~c;:a
c~e:•o"biz• Rol'110
11 ~~ / ' Tlroo ~ña 0 sainz de Baranda
Lago
Atto de
O O
I'B[BJ ~Latina Sol~
doMoUna
Antón Martln
J~roe
Exlrome<hn _. Alocho , EotreRa Artil...,. 1
l..ucem Puol1a do Tol<tdo Wop!OI
ll E> 1!!1 Embajadoreo 1!!1 Atocha Renfo Conde do Cooel Valdt
lii!IIJI! JV:acias_..c:;::::::J..._ e 1!!1 e ell?l 1!!1
v) Las teorías son aproximadas, tienen una exactitud limitada. Los científicos
buscan teorías relativamente precisas respecto a ciertos fines no absolu-
tamente precisos.
¿Es esta ley del péndulo simple un enunciado empírico universal o una
definición?
Un examen sencillo mostrará que las leyes concebidas de este modo, como
enunciados empíricos generales, serán o falsas o completamente inoperantes
en la ciencia. Puesto que, preguntémonos, ¿el movimiento de un reloj antiguo
de pared satisface la ley anterior? A lo cual respondemos que NO, ya que la
ecuación anterior incmpora las siguientes aproximaciones o idealizaciones:
l. El ángulo de oscilación debe ser pequeño.
2. La fuerza gravitacional debe ser uniforme.
3. No puede haber influjo gravitacional de otros cuerpos distintos a la Tierra.
4. No puede haber fuerza de fricción en el punto de articulación de la péndola
del reloj.
5. La resistencia del aire sobre la pesa de la péndola debe ser nula.
de la ecuación. Llegamos así a que, como nos recuerda Giere, «la idealización
y la aproximación son aspectos determinantes de la ciencia empírica».
reales, la cual queda explicitada por la hipótesis teórica. Estas distintas relaciones
se dejan ver en la figura 5.7.
Concepción semántica
Concepción Ungilistic:a
F...._
!+-----_.....¡ .............
•
1
1
v.niM o
'deDU•r::iDII . . . _ _ ......
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Jqllillicaly laRIIIidod u.......um. ...... ......,,.. ......
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B. TALLER No. 11 *
• Este taller lo elaboramos conjuntamente con mi alunmo de pregrado Fabián Andrés González.
Teoría y leyes 177
11. Enuncie y explique (con sus propias palabras y según la concepción modelista)
los elementos de una teoría. Ejemplifique lo anterior con la teoría de Newton
o con una de las teorías tratadas en el artículo de Guerrero [2004], «El paso
del geocentrismo al heliocentrismo».
LECTURA*
2
Herbert A. Simon, «The Axiomatization of Classical Mechanics», Philosophy of Science, 21,
1954,pp. 340-343.
3
Op. Cit., Libro III de Of the System of the world, Hypothesis 1, Prop. XI, y Cor. Prop. XII.
Teoría y leyes 179
LECTURA*
( ...)
Por consiguiente, las cantidades relativas no son las cantidades mismas,
cuyos nombres llevan, sino medidas sensibles de ellas (precisas o imprecisas)
que se usan habitualmente en su lugar. Y si el sentido de las palabras debe ser
determinado por su uso por los nombres tiempo, espacio, lugar y movimiento
debe entenderse propiamente sus medidas sensibles; y la expresión será infre-
cuente y puramente matemática si se significan las cantidades medidas en sí
mismas. En consecuencia, violentan el lenguaje quienes toman esas palabras
por las cantidades medidas en sí mismas, y así deberían precisarlo claramente.
Y no contaminan menos la matemática y la filosofia quienes confunden las
verdaderas cantidades con sus relaciones y medidas sensibles.
Es realmente dificilísimo descubrir y distinguir de modo efectivo los
movimientos verdaderos y los aparentes de cuerpos singulares, porque las partes
del espacio inmóvil donde se realizan esos movimientos no son observables por
los sentidos. Con todo, esta pretensión no es enteramente desesperada; tenemos
algunos indicios a seguir, en parte de los movimientos aparentes, que son las
diferencias de los movimientos verdaderos, y en parte de las fuerzas, que son
las causas y los efectos de los movimientos verdaderos.
( ... )
Pero cómo habremos de deducir los verdaderos movimientos a partir de
sus causas, efectos y diferencias aparentes, y la inversa, será explicado más
extensamente en lo que sigue. Con ese fm compuse el presente trabajo.
Teoría y leyes 183
Elija una teoría con la que esté familiarizada( o) y desarrolle los siguientes puntos.
• Este taller lo elaboramos conjuntamente con Oiga Lucia Gómez, profesora de la Escuela de
Salud Pública, Universidad del Valle, y estudiante de la maestría en Filosofia.
CAPrTULO VI
EL DEBATE REALISMO-EMPIRISMO
EN LA EPISTEMOLOGrA CONTEMPORÁNEA*
A. PRESENTACIÓN
El tema de la verdad en las ciencias tiene que ver, entre otras cosas, con la
cuestión general ¿qué nos dicen las teorías científicas sobre la realidad?, y con
la más particular ¿qué sobre las entidades teóricas que postula? Estas cuestiones
han divido tradicionalmente a realistas y empiristas, y el debate actual en tomo
a estas cuestiones ha tomado una forma nueva, con elementos más técnicos,
pero podríamos decir que el problema sigue siendo el mismo pero con un mayor
número de matices. Una de las discrepancias fundamentales, y ya clásica,
entre empiristas y realistas tiene que ver con la realidad de los objetos que
pueblan el mundo. Podríamos decir que el debate actual realismo-empirismo
asume este mismo problema pero restringido exclusivamente a las entidades
teóricas, dejando de lado los observables.
Actualmente contamos, especialmente, con dos vías nuevas que ha tomado
la discusión: la línea realista representada por el realismo constructivo de
Ronald Giere y la empirista por el empirismo constructivo de Bas Carl van
Fraassen. Estos dos puntos de vista son muy influyentes en el presente en la
• Este escrito recoge en parte la conferencia que ofrecí bajo el titulo La verdad en el realismo
y el empirismo constructivos en Foro internacional: Filosofia, acción y verdad, Universidad del
Valle y Universidad Javeriana, Cali, 6 al 9 de junio de 2006. Algunas de las ideas aquí expuestas están
mejor desarrolladas y presentadas en algunos de los apartados de mi tesis doctoral, Guerrero
[2005c].
186 Introducción a la filosofía de la ciencia
..... ..
• • • • C>bjetos
..
• • •• • •
. .
Espacio
físicos ~ •
• . . .
absoluta • •
•
El espacio sólo es un concepto
El espacio es una entidad real en la
relacional al cual no le
que se encuentran todos los objetos
corresponde nada real
1
Este tema lo amplío más en mis artículos Guerrero [2005a] y Guerrero [2006].
El debate realismo-empirismo en la epistemología contemporánea 187
También decíamos que la hipótesis teórica tiene que ver con la relación
general entre mundo y teoría, y que por tanto esta plantea, en general, que los
modelos construidos a partir de los datos de los fenómenos, los sistemas
empíricos reales, deben tener cierta relación con los modelos teóricos definidos
a través de las leyes. El esquema de la figura 5.7 muestra las diferentes
relaciones entre los distintos elementos de una teoría, desde las concepciones
sintáctica y semántica.
Teniendo presente que la función básica de una categoría semántica es la
de establecer una relación entre teoría y mundo, podemos ver en el esquema,
a la izquierda, que este tipo de relación se presenta directamente entre
enunciados y mundo, es decir, a través de la categoría semántica verdad. En
tanto que a la derecha, en la concepción semántica, la relación básica es entre
un objeto abstracto, un modelo teórico, y un sistema real (un modelo de datos),
de modo que además de la verdad entendida como isomorfismo entre un modelo
teórico y un modelo de datos, es posible considerar por lo menos otra categoría
semántica como la de adecuación empírica. Esta última relación consiste en
que un modelo de datos es isomorfo con una subestructura empírica de un
modelo teórico, sin alcanzar la identidad.
Así, el enfoque semántico sólo destaca la importancia de este tipo de relación
entre la familia de modelos teóricos y ciertos modelos de datos como un elemento
clave en la elucidación de la estructura de una teoría empírica, pero la defensa
de un tipo particular de relación entre modelos y realidad, por encima de otros
tipos de relaciones, cae fuera del terreno propio del enfoque y se ubica en un
dominio enteramente epistemológico. Es por esto que dicho enfoque se considera
190 Introducción a la filosofia de la ciencia
ISOMORFISMO
Los supuestos
objetos inobsenables
Subestructura
empirica
MODELOTEÓRIOO MUNOO
5
Giere [1988], p. 97.
194 Introducción a la filosofía de la ciencia
que están más allá de los fenómenos también lo son. De acuerdo con Giere,
muy en la línea de Popper, las probabilidades hay que interpretarlas como
tendencias o propensiones reales. En otras palabras, el modelo teórico (por
ejemplo uno defmido por la ley del péndulo simple) permite conocer cómo se
comportaría un sistema particular en condiciones diferentes de aquellas en las
que se encuentra de hecho. En este caso dichas posibilidades se encuentran en
el modelo teórico, pero de acuerdo con Giere estas posibilidades o tendencias
causales se las podemos atribuir correctamente a los sistemas reales corres-
pondientes. Por el contrario, para un empirista como van Fraassen, estas posibi-
lidades pertenecen al modelo teórico y no se encuentran en los sistemas reales.
Para van Fraassen las modalidades son una forma de hablar y no pertenecen
al mundo.
Muy en consonancia con su realismo constructivo, éste realismo modal de
Giere contrasta de manera interesante con el rechazo de las leyes científicas
como leyes de la naturaleza. A las leyes de la naturaleza se les atribuye nor-
malmente tres propiedades: universalidad, necesidad y objetividad. Giere hace
un análisis histórico del modo como se ha llegado a concebir las leyes como
verdades universales, para fmalmente mostrar que la ciencia sólo requiere
asumir las leyes como generalizaciones empíricas, las cuales no tienen por qué
ser universales.
De acuerdo con Giere, y el enfoque semántico de las teorías, la función
central de las ecuaciones, que comúnmente calificamos de leyes de la naturaleza,
es describir o caracterizar los modelos teóricos, de modo que las ecuaciones
no están relacionadas de manera directa con la realidad. Por esto es más
adecuado hablar de leyes de una teoría o, mucho mejor, de principios teóricos.
Esto en cuanto las ecuaciones tienen que ver con los modelos teóricos, pero en
lo que tienen que ver con el mundo real, es preferible hablar de generalizaciones
con restricciones. Es decir, generalizaciones que pueden ser necesarias y
objetivas, pero que no son universales.
En definitiva, Giere considera que «para el hombre de ciencia la verdad
exacta y literal no importa. Lo que importa es un grado suficiente de aproximación
para el propósito que se persigue»6 • Aún más, para él, «la idealización y la
aproximación forman parte de la esencia de la ciencia. Y una teoría adecuada
de la ciencia debe reflejar este hecho en sus conceptos más fundamentales» 7 •
Por otra parte, frente a otros realismos, el de Giere sustituye la noción de
verdad por la relación de semejanza o similitud con grados entre los modelos
6
Ibíd.
7
Ibíd.
El debate realismo-empirismo en la epistemología contemporánea 195
teóricos y el mundo, la cual considera más adecuada. Para Giere hay una
diferencia radical entre la relación de verdad y la de similitud: mientras la primera
se da entre un enunciado, una entidad lingüística, y un estado de cosas (el
mundo); la segunda se presenta entre dos entidades no lingüísticas, los modelos
y un sistema real. Véase las dos figuras de arriba.
Así, uno puede preguntarse con sentido por la mayor o menor similitud
estructural entre el modelo teórico y el sistema real que busca modelar, pero
no tiene sentido preguntarse por la verdad del modelo. El modelo es un objeto
abstracto, una entidad lingüística, y como tal no tiene sentido de calificarlo de
verdadero o falso, más bien podría ser más o menos semejante al sistema real.
Ahora bien, podríamos pensar que la verdad se restablece en la propuesta
de Giere a través de las hipótesis teóricas, otro de los elementos de una
teoría científica. Pero no es así, puesto que las hipótesis se limitan a firmar un
grado determinado de semejanza; así que la noción central sigue siendo la
semejanza. Podemos entonces preguntarnos cuán tan novedosa es esta
propuesta de Giere. Filósofos como Niiniluoto y Olivé consideran que tal
propuesta no es revolucionaria, no hay tal abandono de la noción de verdad
como correspondencia, ya que la relación de semejanza propuesta por Giere
contiene en forma encubierta la noción de verdad. Esto es, aquí debe entenderse
que la representación adecuada de un sistema real por un modelo teórico es
equivalente a la noción de verdad aproximada. Sobre este punto no tengo una
posición consolidada, así que aquí sólo lo menciono y lo dejo como un punto
para reflexionar.
196 Introducción a la filosofia de la ciencia
' Este talle• lo elabordmos conjunt.unente con mi estudiante de pregrado Fabián Andrés González.
El debate realismo-empirismo en la epistemología contemporánea 197
8. van Fraassen afirma que «la ciencia se propone ofrecemos teorías que
son empíricamente adecuadas; y la aceptación de una teoría involucra
como creencia solamente que ella es empíricamente adecuada. Ésta es la
enunciación de la posición antirrealista que defiendo; la llamaré empirismo
constructivo». ¿Qué quiere decir van Fraassen con empíricamente
adecuadas o, lo que es lo mismo, adecuación empírica? ¿Por qué denomina
su postura empirismo constructivo?
9. En el contexto de la argumentación de van Fraassen, ¿qué quiere decir
cuando emplea el término reivindicado?
10. Haga un cuadro comparativo (diferencias y similitudes) entre la postura
realista (no-ingenua) y la postura antirrealista de van Fraassen.
LECTURA*
los realistas que examinaré más adelante, sin cargarlos con más que el mínimo
necesario para ello.
La ciencia se propone darnos, en sus teorías, un relato literalmente
verdadero de cómo es el mundo; y la aceptación de una teoría científica
conlleva la creencia de que ella es verdadera. Ésta es la enunciación correcta
del realismo científico.
Permítaseme defender esta formulación mostrando que es totalmente
mínima, y que podría ser aceptada por cualquiera que se considere un realista
científico. La enunciación ingenua decía que la ciencia relata una historia
verdadera; la enunciación correcta dice solamente que el propósito de la ciencia
es hacerlo. El propósito de la ciencia, por supuesto, no debe ser identificado
con los motivos individuales de los científicos. El propósito del juego de ajedrez
es dar jaque mate al oponente; pero el motivo para jugar puede ser la fama, el
oro y la gloria. Lo que el propósito es determina lo que cuenta como éxito en la
empresa como tal; y este propósito puede perseguirse por muchas razones.
Además, al llamar el propósito a algo, no niego que haya otros propósitos
subsidiarios que puedan o no ser medios para ese fm: todo el mundo estará
fácilmente de acuerdo en que la simplicidad, la informatividad, el poderpredictivo
y la explicación son (también) virtudes. Acaso mi formulación -puesto que
deseo dar la formulación más débil de la doctrina que sea generalmente
aceptable-- podría ser aceptada incluso por cualquier filósofo que considere
que el propósito principal de la ciencia es algo que solamente requiere del
descubrimiento de teorías verdaderas.
He añadido «literalmente» para descartar como posiciones realistas las
que dan a entender que la ciencia es verdadera si es «propiamente compren-
dida>>, pero que es literalmente falsa o sin sentido; porque ello sería consistente
con el convencionalismo, el positivismo lógico y el instrumentalismo
( ... )
¿Qué es, entonces, de acuerdo con estas diferentes posiciones, lo que hace
un científico? Según el realista, cuando alguien propone una teoría está
sosteniendo quf; es verdadera. Pero según el antirrealista, el proponente no
afirma la teoría: la despliega y reclama ciertas virtudes para ella. Estas virtudes
pueden no llegar a la verdad: adecuación empírica, quizás; alcance, aceptabilidad
para varios propósitos. Esto tendrá que esclarecerse, puesto que estos detalles
no están determinados por la negación del realismo. Por ahora debemos
concentramos en las nociones clave que permiten la división genérica.
La idea de un relato literalmente verdadero tiene dos aspectos: el lenguaje
debe ser interpretado literalmente, y así interpretado, el relato es verdadero.
Esto divide a los antirrealistas en dos tipos. El primer tipo sostiene que la ciencia
es o trata de ser verdadera si se interpreta correctamente (pero no literalmente).
El segundo sostiene que el lenguaje de la ciencia debería ser interpretado
literalmente, pero sus teorías no necesitan ser verdaderas para ser buenas. El
antirrealismo que voy a defender pertenece al segundo tipo.
No es tan fácil expresar lo que se quiere decir con una interpretación*
literal. La idea viene tal vez de la teología, donde los :fundamentalistas interpretan
la Biblia literalmente, y los liberales tienen una variedad de interpretaciones
alegóricas, metafóricas y analógicas que «desmitificam>. El problema de explicar
que significa una «interpretación literal» pertenece a la filosofia del lenguaje.
Más adelante, en la sección § 7, donde examino brevemente algunas de las
opiniones de Michael Dummett, habré de subrayar que «literal» no significa
«valorado como verdadero». El término «literal» está suficientemente bien
comprendido por el uso filosófico general, pero si tratamos de explicarlo nos
encontraremos de lleno en el problema de dar una descripción adecuada del
lenguaje natural. Sería una mala táctica la de enlazar una investigación sobre
la ciencia con el compromiso de una solución para ese problema. Los
wmentarios siguientes, y los de la sección§ 7, habrán de fijar el uso de «literal»
de modo suficiente para los propósitos actuales.
La decisión de no admitir sino las interpretaciones literales del lenguaje de
la ciencia, deja fuera esas formas de antirrealismo conocidas como positivismo
e instrumentalismo. En primer lugar, en una interpretación literal, las propo-
siciones aparentes de la ciencia son realmente proposiciones, capaces de ser
verdaderas o falsas. En segundo lugar, a pesar de que una interpretación literal
• Aun cuando van Fraassen emplea la palabra «construal», que tiene una conexión muy importante
con su idea de un «empirismo constructivo», se ha optado por traducirla como «interpretación»,
haciendo hincapié, sin embargo, en que se trata de una interpretación literal, la cual es prácticamente
una construcción. [N. del T.]
El debate realismo-empirismo en la epistemología contemporánea 201
puede detallar las relaciones lógicas, no puede cambiarlas. (Es posible detallarlas,
por ejemplo, identificando lo que los términos designan. La «reducción» del
lenguaje de la termodinámica fenomenológica al de la mecánica estadística es
de ese tipo: los cuerpos de gas son identificados como agregados de moléculas,
la temperatura como si significara energía cinética, y así sucesivamente.) En
la interpretación positivista de la ciencia, los términos tienen significado
solamente a través de su conexión con lo observable. Ellos sostienen, por lo
tanto, que dos teorías pueden de hecho decir lo mismo a pesar de que
formalmente se contradigan mutuamente. (Tal vez una dice que toda la materia
está formada por átomos, mientras que la otra, en cambio, postula un medium
continuo universal; sin embargo, según los positivistas, ambas dirán lo mismo si
están de acuerdo en sus consecuencias observables.) Pero dos teorías que se
contradicen entre sí de tal forma pueden «realmente» estar diciendo lo mismo
sólo si no se interpretan literalmente. Más específicamente, si una teoría dice
que algo existe, entonces una interpretación literal puede detallar lo que ese
algo es, pero no suprimirá la implicación de existencia.
Ha habido muchas críticas de las interpretaciones positivistas de la ciencia
y no es necesario repetirlas. Añadiré algunas críticas específicas al enfoque
positivista en el siguiente capítulo.
§ J. 3 Empirismo constructivo
Insistir en una interpretación literal del lenguaje de la ciencia es rechazar la
interpretación de una teoría como una metáfora o un símil, o como algo solamente
inteligible después de ser «desmitologizado» o sujeto a algún otro tipo de
«traducción» que no preserve la forma lógica. Si los enunciados de la teoría
incluyen «hay electrones», entonces la teoría dice que hay electrones. Si además
incluye que «los electrones no son planetas», entonces la teoría dice, en parte,
que hay otras entidades además de los planetas.
Pero esto no soluciona gran cosa. Frecuentemente no es nada obvio cuándo
un término se refiere a una entidad concreta o a una entidad matemática.
Quizá una interpretación defendible de la física clásica sea que no hay entidades
concretas que son fuerzas; que «hay fuerzas tales que ... » puede siempre ser
entendido como un enunciado matemático que afirma la existencia de ciertas
funciones. Esto es discutible.
No toda posición filosófica concerniente a la ciencia que insista en una
interpretación literal del lenguaje de la ciencia es una posición realista. Esto es
así debido a que dicha insistencia no atañe en absoluto a nuestras actitudes
epistemológicas frente a las teorías, ni al fm que perseguimos construyendo
teorías, sino solamente a la correcta comprensión de que es lo que dice una
202 Introducción a la fi/osofia de la ciencia
LA EXPLICACIÓN CIENTfFICA
A. PRESENTACIÓN*
l. Generalidades
• Parte de esta presentación está inspirada en van Fraassen [1980], Capítulo 5. Pragmática de
la explicación, y Diez y Moulines [1997], Capítulo 7. La explicación científica
206 Introducción a la filosofia de la ciencia
ExPuCAR CoMPRENDER
l. Se explican los fenómenos de la l. Se comprenden los eventos que
naturaleza. atañen al dominio de la experiencia
humana, de la libertad humana.
2 Se asocia a la posibilidad de leyes o 2 No queda dentro del ámbito de lo
regularidades estables, implica algo gobernado por leyes o regulari-
cuantitativo. dades, implica algo más bien cuali-
tativo.
3. En síntesis, se explican hechos o 3. Las acciones humanas son eventos
fenómenos que pueden repetirse o singulares, únicos e irrepetibles;
reproducirse, y por tanto predeci- y la comprensión es un modo de
bies. captar intuitivamente los elementos
subjetivos presentes en las accio-
nes humanas.
4. En una explicación se estudian las 4. Se intenta conocer el sentido y la
causas (físicas) puesto que se finalidad de los hechos, de las
supone que el hecho acaecerá de acciones humanas. Este es el mun-
nuevo si vuelve a repetirse la causa. do de lo teleológico (causas finales),
de las intenciones, motivos, razo-
nes, propósitos, interpretaciones o
valores.
5. La causalidad, la ley, implica una 5. Para comprender la acción se acude
relación necesaria o nómica entre a los motivos y razones que el
la causa y su efecto. agente da de su propia acción. Hay
que ponerse en el lugar del otro
(empatía).
Para concluir, Georg Henrik von Wright deja muy clara la diferencia entre
estas dos categorías, en los siguientes términos: «La comprensión se encuentra
además vinculada con la intencionalidad de una manera en que la explicación
no lo está. Se comprenden los objetivos y propósitos de un agente, el significado
de un signo o de un símbolo, el sentido de una institución social o de un rito
religioso» 1•
1
von Wright [1971], p. 24.
La explicación científica 207
b) Descripción y explicación
Efectivamente se puede establecer una diferencia entre descripción y
explicación. Así, por ejemplo, se dice que una teoría describe algunos de los
fenómenos de su dominio de aplicación: algunos fenómenos son admitidos por
la teoría y otros son implicados por ella.
Pero, se continúa, además de una descripción la teoría puede ofrecer una
explicación. Por ejemplo, la ley de la caída de los cuerpos de Galileo describe
la fonna como caen los cuerpos, pero son las leyes de Newton, con su noción
de fuerza gravitacional, las que explican dicha caída.
Ahora bien, de lo anterior se concluye, incorrectamente, que la capacidad
explicativa de una teoría es algo completamente irreducible, una característica
especial que difiere en carácter de la adecuación empírica, y esto porque se
supone que la habilidad de una teoría para explicar ofrece una clara razón para
aceptarla, de modo que la capacidad explicativa es una evidencia a favor de la
verdad de la teoría. En definitiva, por este camino argumentativo se concluyó
que el éxito explicativo de una teoría se debe a que es verdadera o aproxi-
madamente verdadera, o algo por el estilo.
Aún más, en esta misma dirección se planteó que la forma característica de
una explicación es la de una inferencia o de un argumento a partir de leyes o
enunciados iegaliformes que hacen las veces de premisa, y esto añadido a que
la explicación tiene un carácter especial e irreducible, llevó a afirmar la presencia
de relaciones de necesidad en la naturaleza.
Pero esto no es todo, también se afirmó que las verdaderas explicaciones,
las explicaciones científicas, se caracterizan porque sólo aducen a conexiones
causales y procesos causales, en el sentido de la fisica. De modo que, en
definitiva, como el valor máximo de la ciencia es la explicación, la ciencia debe
ir más allá de la descripción de los fenómenos observables, esto es, debe intentar
capturar las relaciones causales y los procesos causales.
El error en la reflexión anterior es que se presupone que la explicación t;S
una relación especial entre teoría y mundo (realidad), que no tiene nada que
ver con la adecuación empírica, ni con otros elementos. Pero, tal y como
veremos a continuación, la explicación es una relación entre tres términos: la
teoría (que explica), el hecho (a explicar) y el contexto (desde el cual se explica).
En tanto que la verdad y la adecuación empírica son relaciones entre teoría y
mundo. Así, que algo sea una explicación es esencialmente relativo, porque
una explicación es una respuesta, y una respuesta es completamente contextua!.
Pero entonces ¿qué significa, bajo estas consideraciones, que una explicación
sea científica? Que la respuesta se da mediante los recursos de la ciencia, en
particular a través de sus teorías. Es decir, lo que hace a una explicación
210 Introducción a la filosofía de la ciencia
2.1. Características
Bajo este modelo, las explicaciones son argumentos en los que se deduce el
hecho a explicar de los otros hechos que lo explican. La relación de explicación
es una relación de inferencia lógica deductiva: el explanandum se deduce del
explanans. En términos más intuitivos: en una explicación el explanans hace
esperable el explanandum o, de manera más precisa, esperable de un modo
necesario.
En este modelo explicativo la estructura lógica de una explicación coincide
con la de una predicción, puesto que parte de que explicar un hecho es mostrar
cómo se presenta. Además, para que esto último sea posible, se debe tener la
condición adicional de que intervenga un hecho general.
Esquema General
L: Leyes (enunciados legaliformes)
h: Hechos o enunciados particulares L
(condiciones antecedentes) h
L y h: explanans (lo que explica)
e: exp/anandum (hecho a explicar)
e
h
a Predicción que cuenta
Ls como explicación
Ls
-~a~ Predicción que no cuenta
h como explicación
d) Irrelevancia
i. Podemos inferir que Juan no se quedará embarazado del hecho particular
de que toma pastillas anticonceptivas, más el hecho general de que ningún
varón que toma pastillas anticonceptivas se queda embarazado. Pero desde
luego que esto no lo aceptamos como una explicación, ya que es irrelevante
que un varón tome o no pastillas anticonceptivas, pues no se embarazan.
ii. Acostumbramos a explicar que el resfriado de Ana terminará en la primera
semana si ésta toma vitamina C en esta semana, pero esto no es del todo una
explicación correcta porque todos los resfriados terminan en la primera semana
sin necesidad de tomar vitamina C. Es irrelevante para acabar con un resfriado
el consumir o no consumir vitamina C.
ii. Las largas orejas del conejo se explican por su función en el control de
la temperatura corporal, pero por el contrario, inferimos determinado fenómeno
de equilibrio térmico corporal a partir del tamaño de las orejas y otras cosas.
Pero también es cierto que podemos deducir (explicar) a partir de la
selección natural de Darwin la función del corazón y de las orejas. Esto es, la
pregunta ¿por qué tiene el conejo las orejas largas?, podemos responderla en
términos funcionales: porque estas funcionan como ventiladores para controlar
la temperatura corporal; pero también desde la teoría evolutiva. Podría decirse
que optamos por la primera respuesta sólo por cuestión de economía lingüística,
ya que la verdadera razón hay que darla en términos de la selección natural:
los conejos con orejas largas existen porque de este modo lograron adaptarse
al medio ambiente.
3. Relevancia estadística
4. Pragmática de la explicación
a) El tema: queda fijado por la pregunta. Ejemplos: «¿por qué Adán comió la
manzana?»; «¿por qué el alcalde contrajo paresis?».
2
Salmon [2002], p.103.
216 Introducción a la filosofía de la ciencia
5.1. Características
De acuerdo con este modelo de la explicación, en la explicación de un
hecho el explanans no tiene por qué asegurar la ocurrencia del explanandum,
ni tampoco por qué hacerlo altamente probable, ni siquiera incrementar su
probabilidad. Así que, en este modelo, explicar un hecho no es mostrar que es
esperable, sino más bien es proporcionar información causal sobre su ocurrencia,
es proporcionar información acerca de su historia causal sin que tenga que ser
la historia causal completa. _
En este modelo sólo se exige información sobre algunos factores causales,
cuya elección o determinación dependen del contexto. El contexto determina
qué parte de la historia causal es la explicativamente relevante. Así, la explicación
causal también tiene una naturaleza epistémica y pragmática, pero al mismo
tiempo no se opone al carácter real y objetivo de la explicación causal: los
factores causales relevantes son parte de una estructura causal objetiva.
Este modelo hace referencia a las leyes de la naturaleza de un modo implícito
ya que las relaciones causales entre hechos particulares se dan en virtud de
que los hechos ejemplifican ciertas propiedades y de que hay una relación
nómica, necesaria, (ciertas leyes) entre esas propiedades.
contuviera una única fuerza que explicase las demás. Pero realmente el modelo
falla cuando partimos de leyes no causales (leyes de coexistencia) y las
deducimos de otras leyes causales (leyes de sucesión) a través de cierta
teorización, ya que dicha deducción no impide que dejemos de pensar el primer
tipo de ley como una verdadera ley. Un ejemplo, la ley de caída de los cuerpos
de Galileo (que es una ley no causal) se deduce de las leyes de Newton (que se
consideran leyes causales), pero seguimos hablando de la ley de Galileo.
6.1. Características
En este modelo, explicar consiste en reducir la cantidad de supuestos básicos
independientes de nuestro cuerpo de creencias.
Ilustración: las leyes de Kepler y la ley de la caída de los cuerpos se
deducen de las leyes de Newton; y, en general, esto es lo que ha sucedido
durante el desarrollo de la fisica.
Ahora bien, si bien hay varios modos de sistematizar un cuerpo de
conocimiento, de acuerdo con este modelo las distintas sistematizaciones son
comparables según la maY.or o menor unificación que produzcan del conoci-
miento, y una inferencia es explicativa si pertenece a la mejor sistematización.
En pocas palabras, una explicación es una inferencia que pertenece a la teoría
más unificada.
B. TALLER No. 14
La torre y la sombra
A. Realice una síntesis del texto «La torre y la sombra» de van Fraassen.
l. ¿Por qué el ejemplo del mástil coloca en graves aprietos al modelo inferencia!
de explicación? Haga una explicación detallada.
LECTURA*
El año pasado, durante mis viajes a lo largo del Saona y el Ródano, pasé un
día y una noche en el hogar ancestral del caballero de St. X ... , un viejo amigo
de mi padre. El caballero de hecho había sido el oficial francés de enlace
asignado a la brigada en que servía mi padre durante la primera guerra; había
desempeñado -si se puede confiar en los recuerdos que evocaban- un papel
nada insignificante en las batallas del Somme y del Mame.
a
El viejo caballero me contó que siempre tomaba el thé 1'Anglaise en la
terraza, a las cinco de la tarde. Fue a esa hora cuando ocurrió un extraño
incidente, aunque sus consecuencias, por supuesto, no me eran todavía
perceptibles mientras oía al caballero dar una sencilla explicación del largo de
la sombra que nos cubría gradualmente en la terraza. Yo acababa de comer mi
quinta rebanada de pan con mantequilla y había comenzado mi tercera taza de
té, cuando volví distraídamente la vista hacia el frente: a la luz desfalleciente
de aquella hora de la tarde, el perfil del caballero se recortaba nítidamente
contra el fondo de la pared de granito que estaba detrás de él; la nariz grande,
aguileña, lanzada hacia delante, y sus ojos fijos en algún punto más allá de mi
hombro izquierdo. Yo no comprendía inicialmente la situación, y debo admitir
que, para comenzar, estaba simplemente fascinado con la vista de aquella nariz
grande y corva, recordando que mi padre pretendía que una vez había servido
como arma efectiva en combate cuerpo a cuerpo con un granadero alemán.
Pero fui despertado de este estudio en sepia por la voz del caballero.
«La sombra de la torre llegará pronto aquí y va a hacer frió en la terraza.
Sugiero que terminemos nuestro té y entremos>>.
Miré alrededor y me percaté de que, en efecto, la sombra de la más bien
curiosa torre que había visto antes en el terreno, se había acercado a un metro
de mi silla. Esta novedad en parte me desagradó, pues aquella había sido una
magnífica tarde; incluso hubiera querido oponerme, pero no supe bien cómo
hacerlo sin contravenir las reglas de la hospitalidad. Exclamé:
«¿Por qué esa torre tiene que proyectar una sombra tan larga? ¡Esta terraza
es tan agradable!»
Sus ojos se volvieron hacia mí y me miraron fijamente. Mi pregunta había
sido retórica, pero él no la tomó así.
222 Introducción a la filosofía de la ciencia
«Como puede que usted ya lo sepa, uno de mis antepasados subió al cadalso
con Luis XVI y Maria Antonieta. Hice erigir esa torre en 1930 para señalar el
lugar exacto donde se dice que él saludó a la reina la primera vez que ella vino
a esta casa, y le obsequió un pavo real hecho de jabón, por entonces una
sustancia rara. Puesto que, si viviera, la reina habría tenido ciento setenta y
cinco años en 1930, hice construir la torre con exactamente ese número de
pies de altura».
Me tomó un momento captar la importancia de todo esto. Nunca fui muy
veloz para las sumas, y en un primer momento estaba únicamente desconcertado
respecto a por qué la medida tendría que haber sido hecha en pies; pero, por
supuesto, yo sabía que aquel caballero era un anglófilo. Él añadió secamente:
«Como el curso del Sol es inalterable, la luz viaja en líneas rectas y las leyes de
la trigonometría son inmutables, usted comprenderá que el largo de la sombra
está determinado por la altura de la torre». Acto seguido nos levantamos y
entramos a la casa.
Esa noche, a las once, yo estaba todavía despierto, leyendo, cuando alguien
golpeó a mi puerta. Al abrirla encontré a la recamarera, que yo había visto ya
ese día rondando por el patio en numerosas ocasiones, vestida con un vestido
negro y un gorrito blanco ya algo pasados de moda. Haciendo una reverencia
gentil pregunto: «¿Querría el caballero que le preparara su cama para esta
noche?».
Me hice a un lado, no queriendo rechazar ese gesto, aunque noté que era
muy tarde: ¿la hacían trabajar hasta tales horas? No, por supuesto, contestó
ella, mientras daba vuelta hábilmente al cobertor, pero se le había ocurrido que
algunas tareas podrían también ser placenteras. En tales reflexiones filosóficas
y otras parecidas pasamos algunas agradables horas juntos, hasta que
posteriormente mencioné, por casualidad, la tristeza que me había producido
que la sombra de la torre sobre la terraza impidiera prolongar aquella tranquila
hora del té.
Al oír esto, la muchacha alzó las cejas. Dio un rápido salto y se sentó.»¿Qué
le dijo él acerca de esto?», preguntó. Contesté inmediatamente repitiendo la
historia acerca de María Antonieta, que ahora sonaba un poco exagerada,
incluso para mis oídos crédulos.
«Los sirvientes cuentan otra cosa», dijo ella con una sonrisa de desprecio que
no correspondía en absoluto, me pareció, a aquel rostro de tal manera joven y
bello. «La verdad es muy diferente», añadió, <<y no tiene nada que ver con los
ancestros de nadie. La torre marca el lugar donde él mató a una doncella de
quien se había enamorado hasta el punto de la locura. ¿Y la altura de la torre? Él
juró que la sombra cubriría la terraza donde declaró su amor por primera vez,
La explicación científica 223
con cada puesta de sol; esa es la razón de la altura tan grande de la torre».
Asimilé todo eso muy lentamente. Nunca es fácil asimilar verdades
inesperadas acerca de la gente que creemos conocer, y yo he tenido ocasión
de comprobarlo una y otra vez.
«¿Por qué la mató?», pregunté finalmente.
«Porque, señor, ella retozó con un brigadier inglés, huésped de esta casa
por una noche.» Con estas palabras se levantó, tomó su vestido y su bonete, y
desapareció atravesando la pared a un lado de la puerta.
Me fui a la mañana siguiente, presentando mis excusas a aquel caballero de
la mejor manera que me fue posible.
LECTURAt
Por tanto, demos por supuesto ahora que las diferencias entre paradigmas
sucesivos son tan' necesarias como irreconciliables. ¿Acaso podemos señalar
de manera más explícita de qué tipo de diferencias se trata? El tipo más visible
ya se ha ilustrado repetidamente. Los paradigmas sucesivos nos dicen cosas
• Este taller lo elaboramos conjuntamente con mi alumno de pregrado 't'11bian Andrés González.
t Trascripción hecha por Pablo Andrés Jiménez.
tEn T. S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de cultura económica,
México, 2004, Capítulo IX, pp. 181-185.
La explicación científica 225
distintas acerca de la población del universo, así como acerca del comporta-
miento de esa población. Esto es, difieren acerca de cuestiones tales como la
existencia de partículas subatómicas, la materialidad de la luz y la conservación
del calor o de la energía. Estas son las diferencias sustantivas que median
entre los paradigmas sucesivos, y no precisan más ilustración. Sin embargo,
los paradigmas difieren en otras cosas aparte de la sustancia, pues no sólo se
dirigen a la naturaleza, sino que también inciden sobre la ciencia que los produce.
Son la fuente de los métodos, los problemas del campo y de las normas de
solución aceptadas por cualquier comunidad científica madura en cualquier
momento dado. Como resultado de ello, la recepción de un nuevo paradigma
exige a menudo la redefinición de la ciencia correspondiente. Algunos de los
viejos problemas pueden verse relegados a otra ciencia o pueden ser declarados
totalmente «acientíficos». Otros, que antes ni existían o eran triviales, pueden
convertirse con el nuevo paradigma en el arquetipo mismo de los logros
científicos importantes. Y a medida que cambian los problemas, cambian también
las normas que distinguen una solución científica real de una mera especulación
metafisica, un juego de palabras o un pasatiempo matemático. La tradición
científica normal que surge de una revolución científica no sólo es incompatible
con lo anterior, sino que a menudo resulta de hecho inconmensurable.
El impacto del trabajo de Newton sobre la tradición normal en la práctica
científica del siglo XVII suministra un ejemplo sorprendente de estos efectos
más sutiles del cambio de paradigma. Antes de que Newton naciera, la «nueva
ciencia» del siglo había logrado al fm rechazar las explicaciones aristotélicas y
escolásticas expresadas en términos de las esencias de los cuerpos naturales.
Decir que una piedra cae porque su «naturaleza» la lleva hacia el centro del
universo empezó a tenerse por un mero juego tautológico de palabras, cosa
que no se había dado antes. A partir de entonces, todo el flujo de las apariencias
sensoriales, incluyendo el color, el sabor e incluso el peso, habría de explicarse
en términos de tamaño, forma, posición y movimiento de los corpúsculos
elementales de la materia básica. Atribuir otras cualidades a los átomos
elementales era recurrir a lo oculto y por ende era salirse de los límites de la
ciencia. Moliere captó el nuevo espíritu adecuadamente cuando ridiculizó al
doctor que explicaba la eficacia soporífera del opio atribuyéndola a una virtud
dormitiva. A lo largo de la segunda mitad del siglo XVII, muchos científicos
preferían decir que la forma redondeada de las partículas de opio les permitía
calmar los nervios en tomo a los cuales se movían 1•
1 Para el corpuscularisrno en general, véase Marie Boas, «The establishment of the Mechanical
Philosophy», Osiris, X (1952), pp. 412-541. Para el efecto de la forma de las partículas sobre el
sabor, véase Ibídem, p. 483.
226 Introducción a la filosofía de la ciencia
2
R. Dugas, La mécanique au XVII siecle (Neuch!tel, 1954), pp. 177-185, 284-298, 345-356.
La explicación científica 227
BIBLIOGRAFÍA