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LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO

Como afecto el pecado al hombre


Hay tres maneras en que el pecado cometido por Adá n afectó a la humanidad completa, estas
serían:
El pecado imputado sobre toda la humanidad nacida después de Adá n.
La corrupció n que el hombre hereda debido al pecado.
El pecado personal de cada ser humano.

El Pecado Imputado
El pecado de Adá n ha sido imputado (imputar - Atribuir a alguien la responsabilidad de un
hecho, atribuir a una persona un delito o acció n) a la raza humana completa. La Biblia enseñ a
que cuando Adá n peco el pecado entro al mundo y todos los hombres fueron contados como
pecadores así Adá n cosecho la muerte para sí y la muerte paso a todos, porque todos fueron
contados entre los pecadores, Rom.5:12. El mismo grupo que cosechó la muerte es el mismo
grupo que cometió el pecado; y sin haber cometido el pecado, no se pudo haber cosechado la
muerte.
Romanos 5:19 nos dice que por la desobediencia de un solo hombres los muchos fueron
constituidos pecadores. La palabra traducida al españ ol como ‘fueron constituidos’ es la
palabra griega (kathistemi). Esta palabra da la indicació n de una acció n impuesta sobre los
hombres y no de una acció n hecha por parte de los hombres.
Segú n Pablo, los hombres no solo se constituyen pecadores a sí mismos cuando pecan, sino
que han sido constituidos pecadores por Dios quien los ha declarado como tales a causa de
Adá n, y esto, antes de ellos cometer el primer pecado personal.
Es obvio que los niñ os mueren antes de llegar a tener conocimiento del pecado. Esa muerte
de los niñ os nos confirma que ellos pecaron y son contados como pecadores. La Biblia nos
dice en 1ª. Corintios 15:56 que el aguijó n de la muerte es el pecado lo cual nos enseñ a que, si
no existiera el pecado, tampoco existiera la muerte, pero la muerte existe porque el pecado
existe. Cristo vino a eliminar la fuente del problema, el pecado.

La Naturaleza Pecaminosa
Otro efecto negativo del pecado de Adá n es que la naturaleza de todos los seres humanos ha
sido corrompida y manchada por el pecado.  Esta naturaleza caída es la responsable de la
predominante tendencia hacia el pecado en todos los hombres Gn.6:5, 8:21, Ef. 2:3.  A esto se
le conoce como muerte espiritual, todo hombre nace espiritualmente muerto, separado de
Dios, Rom. 3:23.
Es de esta naturaleza caída de donde procede todo lo malo del hombre, Mr. 7:20-23, Jesú s
estaba haciendo referencia a la depravació n total que existe en el hombre. De acuerdo a ello,
el hombre, en su voluntad (Ro. 1:28), su conciencia (1 Ti. 4:2) y su intelecto (Ro. 1:28; 2 Co.
4:4), está corrompido y depravado, y su corazó n y entendimiento está n cegados (Ef. 4:18). En
esa condició n el hombre no puede sujetarse a Dios y tampoco agradarle, Rom. 8:7-8.
El Pecado Actual
A causa de la naturaleza caída el hombre practica el pecado llegando de esta manera a ser
culpable de su propio pecado 1ª. Jn. 3:8-10 y cosechando la muerte para sí mismo Rom. 6:20-
23.

El pecado en los niños


Aunque la idea de que los niñ os no tienen pecado y sean tan puros como Adá n y Eva suena
impresionantemente agradable al oído y a las emociones humanas, está muy lejos de ser la
verdad de la Biblia. 

Pecadores de Nacimiento – por Naturaleza


De la experiencia sabemos que todos los niñ os desde muy temprana edad mienten «como por
instinto», toman lo ajeno, y algunos muestran cierto grado de egoísmo en su relació n con
otros niñ os, etc.  Y eso, nos es muestra de que son pecadores y que tienen una naturaleza
pecaminosa la cual se hace clara aú n antes de que ellos lleguen a lo que se considera una edad
de conocimiento entre lo malo y lo bueno, la cual se cree que mayormente oscila entre los 11 o
12 añ os.
En Sal. 58:3-4 David nos dice todo ser humano se ha descarriado, debido a eso la maldad en
los niñ os no es producida por el medio ambiente, ni es adquirida cuando estos llegan a un
cierto “supuesto” conocimiento del bien y del mal.  David afirma que la maldad y la
perversidad está n en los niñ os desde su formació n. 
Como el veneno está en las serpientes desde su formació n y no lo obtienen má s tarde en el
desarrollo, ni les es inyectado, ni lo obtiene con la primera mordida, así también los seres
humanos. De la misma forma que trae la serpiente el veneno desde su nacimiento y su
conducta es conducta de serpiente desde su principio, así también, dice David, los impíos
nacen con la mentira y el engañ o, con la insensatez y la pre-disposició n a pecar entretejidas a
su naturaleza carnal y humana. Como la serpiente es serpiente por naturaleza desde que
nace, de la misma manera, el niñ o es pecador por naturaleza desde que nace. La serpiente no
es venenosa cuando muerde, sino que es venenosa aun antes de morder, y el niñ o no es
pecador cuando peca, sino que es pecador antes de pecar. A esto alguien dijo que “los
hombres no son pecadores porque pecan, sino que pecan porque son pecadores”.
Sal. 51:5, en este Salmo David afirma que el pecado y la maldad estuvieron presentes en él
desde el momento de su concepció n. Esto significa que cuando el ó vulo en la madre de David
fue fecundado y ella «concibió », en ese mismo momento la naturaleza pecaminosa estaba
presente “en pecado me concibió mi madre”. Luego David dice, “en maldad he sido formado”. La
concepció n ocurre antes de la formació n, David dice que no solamente fue concebido teniendo
pecado, sino que durante su formació n en el vientre la maldad también estaba presente.
Esta verdad no es solo cierta en David, sino que es cierta en todos los hombres que son
nacidos de mujer y cuyo nacimiento ha sido por intervenció n de hombre por la relació n sexual
entre seres humanos, Sal.14:2-3, Job 15:14.
Los niños e infantes contados entre los pecadores
Un hecho que no podemos pasar por alto tiene que ver con la realidad bíblica de que Dios
contó los niñ os pequeñ os y los de pecho como impíos junto con sus padres y no solamente
eso, sino que trajo juicio sobre ellos al igual que los adultos.
En el diluvio solo Noé y su familia se salvaron Gn. 6:18.
Sodoma y Gomorra, Dios concedió a Abraham que perdonaría la ciudad si allí se encontraban
por lo menos diez justos. Es ló gico pensar que en estas ciudades había niñ os pequeñ os, pero
estos sin embargo no calificaron para ser contados como «justos» por Dios y por lo tanto
perecieron junto con sus padres siendo consumidos por fuego del cielo, Gn. 18:32-33.
Dios le ordena a Saú l acabar con Amalec acabando con «hombres, mujeres, niñ os, y aun los de
pecho» 1ª. Sam. 15:2-3.
Le ordeno a Israel que al tomar la tierra prometida no dejara a nadie con vida ni aun niñ os, Dt.
20:16-17.
En Jericó Dios salvo a una prostituta que había puesto su confianza en É l, aparte de ella y su
familia nadie má s se salvó , Jos. 6:21-23.
Los hijos de los hombres y mujeres creyentes cuentan con bendiciones que no cuentan los
hijos de los incrédulos. Dios dice que los hijos de los cristianos son «limpios» porque
pertenecen a la familia de Dios y son santificados por É l, pero no así los hijos de los incrédulos
de quienes Dios dice que son inmundos (akathartos - en un sentido moral: inmundo en
pensamiento y vida) 1ª. Cor. 7:13-14.

¿Dijo Jesús que el reino de los cielos es de los niños? Mat. 19:13-15
Contrariamente a la enseñ anza de algunos grupos cristianos, Jesú s no dice que los niñ os
estaban en el reino, ni llegaban para ser salvos, ni mucho menos para ser bautizados. Lo que sí
enseñ a es que los niñ os poseen algunas cualidades que caracterizan a los miembros del reino:
dependencia, disposició n de aprender, rapidez para confiar. El decir que de los tales es el
reino de los cielos no era declarar la salvació n automá tica de todos los niñ os, sino má s bien
(como en 18:1-5) establecer su estado humilde como el modelo para el discipulado.

¿CÓMO SE SALVAN LOS NIÑOS?


¡Por Gracia! Por ser pecadores ante Dios, tanto los adultos como los niñ os pequeñ os
dependen totalmente de la misericordia de Dios y la obra redentora de Cristo en la cruz del
Calvario para su salvació n eterna. Jesú s dijo «dejad los niñ os venid a mi» indicando la
necesidad que tienen estos de venir a Cristo para salvació n. Los ú nicos que tienen esta
necesidad son los pecadores y los niñ os ciertamente califican para eso. ¿Son salvos todos los
niñ os? basados en la revelació n bíblica podemos asegurar que solo aquellos que han sido
escogidos por el Padre pueden llegar a ser salvos, sea bebe, niñ o, adolecente, adulto o viejo,
nadie es salvo por méritos propios Ef. 1:3-4. Confiamos y creemos que Dios es justo y castiga
el pecado, pero también creemos que Dios es misericordioso má s que todos nosotros y que ha
de hacer siempre lo que es correcto y ha de obrar misericordiosamente. En eso confiamos.
¡AMEN!

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