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Investigación
* Versión corregida del documento preparado para la sesión “Problemas económicos y sociales de
la evolución del agro pampeano en la segunda mitad del siglo XX” presentado ante el Congreso
Mundial de la Asociación Internacional de Historia Económica realizado en Buenos Aires en ju-
lio de 2002.
** Programa Interdisciplinario de Estudios Agrarios (PIEA).
***Centro de Estudios y Promoción Agraria (CEPA).
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La ley 11.170 de arrendamientos del 24 de setiembre de 1921 establecía que la duración de los
contratos debía ser de 4 años y para una superficie no mayor de 300 hectáreas. Además, se obli-
gaba al propietario a indemnizar las mejoras introducidas por el arrendatario y le otorgaba liber-
tad para asegurar y comercializar sus cosechas. Los propietarios trataban de arrendar superfi-
cies mayores de 300 ha para evitar caer en los términos de la ley, mientras los jueces de paz
aducían que no podían fallar sobre estas cuestiones porque la ley no había sido reglamentada,
cosa que nunca ocurrió. (Girbal de Blacha, 1988).
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Por ejemplo la “Ley del Hogar” del 30 de setiembre de 1917 sobre donación de lotes de 20 ha a
200 ha a familias en “tierras vacantes del Estado”, y la Ley 11.380 de cooperativas agrícolas del
30 de setiembre de 1926. (Girbal de Blacha, 1988).
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El 80,5% correspondía a explotaciones agrícolas y el 19,5% a explotaciones ganaderas.
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Las únicas tierras que pudo incorporar en 1940 fueron unas 12.000 hectáreas transferidas en lo-
tes dispersos provenientes de la erradicación de viñedos dispuesta por la ley de Vinos.
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Presentada por el senador socialista Alfredo L. Palacios.
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Prácticamente, todas estas tierras correspondían a los territorios nacionales todavía no provincia-
lizados. El argumento que utilizaron los promotores del decreto (que además propiciaba la refor-
ma del texto legal), fue que la ley aludía a que el CAN debía colonizar “las tierras fiscales aptas”
y que “sólo había 1,5 millones de hectáreas” en esas condiciones, y por lo tanto resultaba inne-
cesario traspasar la totalidad de la Dirección de Tierras. En todo caso, se proponía que el CAN
señalara qué tierras reunían los requisitos para ser colonizadas y la Dirección se las traspasaría.
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Aunque quedaban excluidas la mayor parte de las tierras de la región pampeana, ya que el Es-
tado nacional sólo poseía tierras en el territorio de La Pampa, pero casi no tenía en los ricos dis-
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rio nacional15, sino que esto también portante, es que esto ocurrió como
afectaba la obtención de una parte consecuencia de las decisiones políti-
sustancial de sus recursos financie- cas que se adoptaron a partir del
ros, ya que la ley preveía que los in- golpe militar de 1943 y en los prime-
gresos de la Dirección transferida al ros años del gobierno peronista. La
CAN formarían parte de su presu- etapa del BNA acompañó toda la ges-
puesto. Pero este no sería el único tión del gobierno, el cual había puesto
traspié del nuevo organismo. El 2 de buena parte de sus expectativas ini-
mayo de 1945 el CAN fue intervenido ciales en la transformación de la es-
y pasó a depender de la Secretaría de tructura agraria. Esta postura evolu-
Trabajo y Previsión, por entonces a cionó desde la “revolución agraria”
cargo del ascendente coronel Perón, propuesta por Perón en su campaña
quien aspiraba a utilizar al CAN como electoral, hasta la “reforma agraria
uno de los instrumentos fundamenta- tranquila” que propondría poco tiempo
les de su política agraria. después, cuando ya estaba en la pre-
Tampoco duró mucho esa situación, sidencia. (Blanco, 1999).
ya que el 24 de mayo de 1946 las fun- El BNA creó el Fondo Especial de
ciones del CAN fueron transferidas a Colonización en 1947 el cual se nutrió
la Gerencia de Crédito Agrario del con redescuentos del Banco Central,
Banco de la Nación Argentina (BNA), según el decreto 6.341, una fuente no
donde se mantuvieron hasta 1958. prevista en la Ley de Colonización y
Ello significa que el CAN tuvo, en su que permitió ampliar las disponibilida-
primera época de actuación institucio- des originalmente establecidas. El
nal, menos de seis años de vigencia. BNA mantuvo sus funciones hasta
Fue, no obstante, uno de los períodos 1958 cuando el CAN fue recreado
más relevantes en la historia de este nuevamente, conservando su vigen-
organismo por los debates que se cia, excepto por un brevísimo período
suscitaron sobre sus alcances y atri- en el que pasó a denominarse Institu-
buciones, y por la influencia política to de Colonización y Régimen de la
que generó su sola presencia. Tierra, hasta su liquidación definitiva
La actuación del BNA durante el pe- en 1980.
ríodo en el que estuvo a su cargo la
aplicación de la ley de colonización 3. Desempeño de la política
resultó prolífica, dicho esto en cuanto de colonización del CAN
atañe a la dinámica de incorporación hasta su disolución en
de tierras y la formación de colonias. 1980.
En buena medida, esto tuvo que ver
con la disponibilidad de fondos por
parte del Banco, diversos de los que
a. Primera etapa:
estaban previstos en la ley 12.636, ya 1940 – mediados de 1946
que, sin dudas, la única vía abierta Se han señalado las particulares cir-
para que pudiera desarrollarse la polí- cunstancias que atravesaba el país
tica de colonización era disponer de cuando se estaba tratando de poner
recursos financieros para afrontar la en marcha la actividad específica del
compra de tierras. Pero aún más im- CAN. Primero, la ley había sido elabo-
tritos de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, en los cuales las tierras fiscales esta-
ban bajo el dominio de las respectivas jurisdicciones.
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ron 23, representando el 17,9% del to- 1947-52 y 1953-57, el segundo inte-
tal adquirido a lo largo de la vigencia rrumpido por la sucesión de cruentos
de las leyes de colonización 12.636 y golpes militares acaecidos en 1955.
14.292, los cuales dieron lugar a la di- Durante la primera, desplegó la ma-
visión de 2.685 lotes los cuales, a su yor parte de su acción colonizadora,
vez, representaron el 34,2% del total echando mano a todas las formas de
(CAN, 1977) (cuadro Nº 1). adquisición de tierras que permitía la
Una crítica severa de esa etapa es ley. La mayor actividad se verificó
el costo de la colonización del CAN, a hasta 1948, para ir declinando des-
la que se califica como “de lujo” (SRA, pués, cuando el país ingresó en un
1945). A este resultado se contrapo- período de crisis económica que tuvo
nía que en el período 1936 a 1944, el su mayor profundidad en 1952. Fue la
BNA, a través de la aplicación de la etapa durante la cual el gobierno pe-
Ley de Crédito Agrario, había finan- ronista mantuvo, aunque atemperado,
ciado a 10.216 colonos para la com- un discurso que prometía grandes
pra de tierras, más de la mitad de transformaciones en el sector agrario,
ellos ex arrendatarios, con un costo bajo su consigna “la tierra para el que
de entre un cuarto y un quinto del que la trabaja”.
debía erogar el CAN por unidad de En la segunda etapa, el cambio en la
superficie (Molinari, 1944). orientación de las políticas del gobier-
no y las restricciones que se habían
b. Segunda etapa: mediados
impuesto para la adquisición de tie-
de 1946 a 1958 rras, y especialmente para las expro-
El período de actuación del BNA en piaciones, determinaron un brusco
materia de colonización comenzó a descenso en la actividad de coloniza-
mediados de 1946 y se prolongó por ción. El mayor acento, entonces, se
casi 12 años; durante su mayor parte puso en tratar de aumentar la produc-
estuvo regida por la ley 12.636. En ción agropecuaria, con lo cual cambió
ese lapso adquirió un total de 67 in- el eje de las políticas de tierras. Los
muebles, casi el 56% del total de cam- grandes propietarios dejaron de ser
pos que se destinaron a colonización rentistas ociosos para pasar a ser em-
bajo el régimen de la ley 12.636 y su presarios que era necesario incentivar
continuadora, la ley 14.392 (CAN, para que incrementaran la produc-
1977) (cuadro Nº 1) ción, por el medio que fuera, mientras
El BNA atravesó al menos dos eta- que el gran latifundista resultaba el
pas, coincidentes con los períodos de propio Estado, un sofisma que fue uti-
vigencia de los planes quinquenales lizado por décadas por las clases do-
impulsados por el gobierno peronista, minantes y sus adláteres políticos
con sus inmensas propiedades fisca-
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La Dirección Nacional de Tierras fue intervenida en 1946, “…para iniciar una etapa más ejecuti-
va entregando todas las tierras que en derecho y honradamente correspondan a los hombres
que son poseedores y que han llenado los requisitos fundamentales que impone la ley. En ese
sentido han salido ya en varias direcciones numerosas comisiones que se encargarán de entre-
gar personalmente los títulos previa inspección ocular de los predios” (del mensaje sobre el Plan
de Gobierno). Sin embargo, recién en 1950 se dictó una ley sobre tierras fiscales, pero hacia
1953 no se habían realizado acciones significativas (Lattuada, 1986). A medida que se fueron
provincializando los territorios nacionales las tierras fueron transferidas a las respectivas juris-
dicciones, por lo que la Dirección de Tierras fue perdiendo interés para los sucesivos ministros
de agricultura.
El Consejo Agrario Nacional 107
tar un plan de explotación o, en su de- El año 1967 fue clave para la insti-
fecto, de subdivisión del campo, en un tución del arrendamiento. Como se ha
plazo perentorio, entre otras disposi- dicho, ese año se dictó el decreto-ley
ciones (art. 99 y siguientes). El golpe 17.253 que dio por finalizadas las pró-
militar que derrocó al gobierno consti- rrogas de los contratos que venían
tucional se produjo dos semanas des- produciéndose, por distintos mecanis-
pués del dictado de la ley. Poco tiem- mos legales, desde 1942. Pero a la
po después, en abril de 1967, se san- par de ello ordenó al CAN la formula-
cionó el decreto ley 17.253 que dio ción de planes de colonización dirigi-
por finalizados los contratos prorroga- dos a facilitar la adquisición de lotes a
dos y derogó la ley 16.883. los arrendatarios que no pudieran al-
A pesar de que no se adquirieron tie- canzar acuerdos de compra con los
rras por muchos años, el Consejo propietarios de los campos que labo-
mantuvo su actividad destinada a rea- raban. También se estableció que los
lizar concursos y adjudicaciones de organismos públicos que poseyeran
las propiedades que se encontraban tierras debían transferirlas al CAN.
en su patrimonio. Entre 1960 y 1966 De este modo comenzó un período
el CAN adjudicó 815 lotes en sus dis- de mayor actividad, entre 1967 y
tintas colonias, en su mayor parte en 1969, en el cual el CAN adquirió 24
la región pampeana. (cuadro Nº 3). campos con un total de 172.424 hec-
táreas, de las que 90.542 hectáreas
d. Cuarta etapa (y final): fueron compradas y 81.882 hectáreas
fueron recibidas por transferencias de
1967 -1980
organismos del Estado24. Estas tierras
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En realidad, fueron transferidos más de 70 campos con un total de 291.349 hectáreas, pero ha-
cia 1976 sólo 17 de ellos habían sido convertidos en colonias, asentando a 283 colonos y sus
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permitieron constituir 489 lotes, una fue disuelto, de modo que, segura-
cantidad mínima si se toma en cuenta mente, una parte de esas unidades
que la cantidad de contratos vencidos fue finalmente adjudicada25.
superaba en mucho esa disponibili- Otra actividad realizada por el CAN,
dad. Sin embargo, el CAN seguía dis- que cobró cierta importancia a partir
poniendo de tierras, de modo que las de 1967, fue la celebración de conve-
adjudicaciones en ese período alcan- nios para asistir a las provincias en
zaron a 784 unidades económicas. sus planes de colonización o para
(cuadroNº 3). realizar tareas conjuntas. Entre ese
En la última etapa de adquisiciones, año y 1975 se firmaron 127 conve-
entre 1971 y 1974, el CAN incorporó 5 nios, la mayoría de los cuales tuvieron
campos con 312.838 hectáreas, de como objeto realizar obras de infraes-
las cuales 304.165 hectáreas fueron tructura.
compradas y 8.673 hectáreas fueron Para 1973 aún quedaba una tarea al
recibidas por transferencia. Como de- Consejo vinculada con el permanente
talle singular, debe mencionarse que problema de los arrendamientos. A
la superficie que se cita como com- pesar de la ley de 1967 que terminó
prada en este período, corresponde a con el congelamiento de los alquile-
dos campos ubicados en la provincia res, había muchos conflictos pendien-
de Santa Cruz (“Las Vegas” y “Fuen- tes. Por ese motivo el nuevo gobierno
tes del Coyle”) que dieron lugar a la peronista aprobó la ley 20.543, llama-
formación de 23 lotes con una super- da de Fomento Agrario, dirigida a be-
ficie superior a las 13.000 hectáreas neficiar con créditos de bancos oficia-
promedio por unidad. les y privados, de hasta el 80% del
El último período para la cual se dis- precio, a arrendatarios y aparceros (y
puso de información, entre 1970 y también a profesionales y técnicos
1975, señala que se adjudicaron 614 agrarios) que adquirieran un predio
lotes. A fines de 1975 el CAN aún dis- rural que constituyese, como mínimo,
ponía de 556 lotes sin adjudicar y una unidad económica y que no supe-
105.145 hectáreas en campos aún no rara dos. El CAN debía verificar el
colonizados (CAN, 1977). Si bien pa- cumplimiento de los requisitos previs-
ra este trabajo no pudo disponerse de tos en la ley, efectuando las determi-
la información precisa sobre el desti- naciones técnicas y verificando el
no de esas tierras, cabe consignar cumplimiento de las condiciones que
que se realizaron subdivisiones de los compradores debían cumplir an-
campos, y concursos y adjudicacio- tes y después de la adquisición.
nes en el período que transcurrió en- El Plan Sectorial Agropecuario
tre 1976 y 1980, año en que el CAN 1974-77 del gobierno peronista reser-
familias, y 6 se encontraban en proceso de colonización. Otros 28 campos, cuya factibilidad de
colonización era muy dudosa o nula, fueron devueltos a los organismos que los habían transferi-
do. Del resto, hacia 1977, 15 se encontraban en proceso de venta por remate público y otros con
restitución en estudio. (CAN, 1977).
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Al producirse la liquidación del CAN, los lotes que aún no habían sido adjudicados pasaron a las
provincias y los campos que no llegaron a colonizarse volvieron a los organismos que los habían
transferido o bien fueron entregados a las provincias, entre otros destinos que sería del caso in-
vestigar con mayor detalle. Puede suponerse, no obstante, que aquellos lotes que estaban en
condiciones de ser entregados fueron adjudicados en los años siguientes por las provincias que
los recibieron con ese destino.
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El recurso legal empleado para de- bién para la burguesía urbana que
rogar la ley de colonización y decidir disfrutó de décadas de opulencia-.
la disolución del CAN, fue incluir un Dicho de otro modo, la forma de
artículo en el decreto-ley 22.202 de apropiación y la distribución de la tie-
presupuesto de 1980. La decisión mo- rra no constituyeron obstáculos seve-
tivó escasas resistencias instituciona- ros para la rápida, extendida y profun-
les, incluso de la Federación Agraria da expansión del capital y la creación
Argentina, entidad que había estado de una agricultura relativamente
estrechamente ligada con el Consejo avanzada para la época. Seguramen-
en los últimos años de gobierno cons- te, y sobre esto sólo cabe efectuar es-
titucional. peculaciones, otra forma de apropia-
ción y distribución, por ejemplo la de
4. Auge y decadencia de la la “vía democrática” de reparto de la
colonización nacional en tierra, hubiese determinado un curso
la región pampeana. diverso del desarrollo capitalista de la
Algunos elementos para el agricultura, una estructura distinta de
las clases sociales y, probablemente,
análisis y el debate.
una conformación social y política de
diversa pluralidad.
El desarrollo del capitalismo en el
agro pampeano necesitó nada más En este contexto, la colonización de
que la protección sobre la propiedad la región pampeana, entendida como
privada que brindó el Código Civil de el proceso de apropiación, poblamien-
1869, la incorporación masiva de po- to y valorización de tierras vírgenes,
blación foránea, en las épocas de cri- conquistadas por la fuerza de sus an-
sis profundas disponer del poder del tiguos poseedores nativos, para desa-
Estado para sostener la apropiación rrollar la explotación de su multimile-
de renta y beneficios, incluso a costa naria fertilidad, se ejecutó en la forma
de las fracciones subalternas del pro- que los terratenientes y el Estado dis-
pio capital y, por cierto, de una clase pusieron, sin que los colonos, esto es,
obrera rural sin agremiación ni peso los nuevos pobladores, tuvieran forma
social o político. Se trata, claro, de alguna de participar o establecer las
una simplificación brutal, que sólo in- reglas del reparto de la tierra.
tenta poner el acento en los factores La distribución y apropiación de
que se consideran cardinales de tal grandes extensiones de tierra entre
proceso. un reducido número de propietarios,
El poblamiento del campo no fue se combinaron con la formación de
mayor del que efectivamente se pro- colonias desarrolladas mayoritaria-
dujo, por la forma de apropiación del mente por empresas privadas (in-
territorio durante el siglo XIX, pero, cluyendo las ferroviarias), sobre la ba-
vistos los resultados, es difícil afirmar se de tierras cedidas por el Estado. Lo
que haya sido insuficiente para produ- primero dio origen a la formación de
cir los beneficios -en términos de ren- una poderosa clase terrateniente, y lo
ta, acumulación y valorización de tie- segundo a una masa campesina más
rras y capitales esperados por terra- o menos heterogénea, que ocupó una
tenientes y dueños de grandes y me- parte menor del espacio rural, que
dianos capitales en el campo, y tam- ejerció un importante efecto demos-
tración de la potencialidad de la agri-
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En el capitalismo la propiedad privada de la tierra constituye un monopolio, cualquiera sea la for-
ma en que se encuentre distribuida. Por lo tanto, esta expresión es apenas relativa.
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Bajo el imperio de esta ley se entregaron tierras a 225 compañías colonizadoras de las cuales
sólo 14 cumplieron las condiciones contractuales. En su mayor parte las tierras permanecieron
en poder de las empresas que incumplieron sus obligaciones. Después de la campaña de Roca
se repartieron grandes extensiones a unos pocos, pero las subdivisiones posteriores no favore-
cieron a inmigrantes y agricultores, sino a hombres de ciudad, inversores y especuladores con fi-
nes de arrendamiento.
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Al recordar el episodio del traspaso de la colonización al BNA, Antonio Molinari expresaba: “Le
pedí explicaciones a Perón por la medida y me dijo que se hacía para darle sustentación finan-
ciera al Consejo. Le expliqué que la reforma agraria terminaría siendo capitalista y bancaria y me
fui definitivamente.” (Latuada, 1986, citando a Hugo Gambini).
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Como se dijo en el punto anterior, si bien la información disponible indica que para fines de 1975
aún restaba entregar una cantidad importante de lotes, una parte se adjudicó hasta 1980 y, pos-
teriormente, las provincias completaron las adjudicaciones, de modo que, razonablemente, po-
drían darse por buenas las cifras señaladas.
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En palabras de Bernardino C. Horne, refiriéndose a la intervención estatal, “La Argentina no ha
hecho otra cosa que seguir los pasos de las demás naciones.” (Horne, 1942).
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En 1931 la SRA presentó una nota al gobierno nacional en la cual solicitaba la creación de una
Comisión Nacional para ejercer el control del comercio de carnes, estudiar la reforma de las le-
yes respectivas y la formación de un censo ganadero permanente. (Horne, 1942). Los dos prime-
ros puntos tuvieron respuesta poco tiempo después: en 1933 se sancionó una nueva Ley de Car-
nes 11.747 y se creó la Junta Nacional respectiva. La ley también ordenaba la instalación de un
Frigorífico Nacional.
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Así, por ejemplo, al inaugurar el período de sesiones del Congreso, en 1939, el presidente Ortiz
anunció que la política de las Juntas era transitoria. (Horne, 1942).
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para los sectores de poder y, en este gunas tierras pero, sobre todo, como
caso, era necesario descomprimir los medio para impulsar la subdivisión
conflictos derivados de la profunda privada de la tierra. La prohibición de
desigualdad en la distribución de la realizar expropiaciones constituyó el
tierra. segundo golpe sobre las potencialida-
Aunque la ley de Colonización no des de la ley. Jamás se volvería a uti-
constituyó un instrumento jurídico ori- lizar este instrumento en la segunda
entado a producir una reforma agra- mitad del siglo XX.
ria, establecía limitaciones y restric- La elaboración del anteproyecto de
ciones a la propiedad de la tierra, fa- Ley Agraria en 1974, el cual otorgaba
cultando al Consejo Agrario Nacional al CAN amplias facultades para con-
a expropiar tierras abandonadas o no cretar una transformación agraria, da
explotadas o bajo explotación no ra- cuenta de que los problemas estructu-
cional, que se entregarían en propie- rales del agro permanecían vigentes.
dad a colonos en mérito a la constitu- El fuerte ataque que recibió de los
ción de su familia, su residencia y pre- sectores de poder tradicionales y que
paración técnica. La ley establecía logró abortar el intento de legislar so-
mecanismos de asignación de recur- bre esta materia, señala también que
sos a los efectos de una política de se mantenían incólumes las relacio-
colonización, preveía un régimen de nes de fuerza en el agro. Finalmente,
incorporación de las provincias a un en 1980 se dio el golpe final con la de-
sistema federal de colonización, de rogación de la ley de colonización y la
asentamiento de familias de producto- disolución del Consejo Agrario.
res en campos fiscales, etc. Si hubiera que valorar la verdadera
A pesar de que la ley disponía de un incidencia que tuvieron ambos orga-
conjunto de instrumentos avanzados nismos durante su existencia, y el im-
para desarrollar un amplio plan de pacto en el crecimiento y desarrollo
transformación agraria, como bien lo pampeano, debería apelarse a una
interpretaron sus primeros directivos, apreciación más cualitativa que cuan-
e incluso así lo propuso Perón antes titativa. Así por ejemplo, se debería
de asumir la presidencia, su potencia afirmar que el Consejo Agrario Nacio-
en tal sentido fue erosionada desde el nal, fue tan sólo responsable de la
primer momento. La falta inicial de subdivisión de tierras y de la coloniza-
asignación de fondos y la posterior di- ción de una pequeña porción de la su-
solución del Consejo en 1946, con el perficie agrícola pampeana. Podría
traslado de sus funciones al Banco de decirse otro tanto de la Junta Nacional
la Nación, fue el primer golpe que re- de Granos, sosteniendo que su inter-
cibió la política de tierras. No obstan- vención en el mercado de granos, es-
te, se imponía dar respuesta a tantas tuvo primordialmente referida al trigo
expectativas creadas por el dictado y que incluso en este cereal su parti-
de la ley e incluso porque efectiva- cipación en el comercio interno y ex-
mente, para los propios intereses del terno fue poco significativa en relación
sistema, era necesario impulsar un con el peso que tuvieron siempre las
cambio en la estructura agraria, aun- grandes transnacionales de granos, y
que más no fuera limitado. Así se hizo que nunca tuvo la significación de las
hasta comienzos de los ’50, utilizando juntas de Canadá y Australia.
las expropiaciones para colonizar al- La desaparición de ambos organis-
120 realidad económica 198
mos con tan sólo doce años de dife- mas de desarrollo del país, sino que lo
rencia se produjo durante el extenso sumió en una destrucción de la eco-
predominio del período neoliberal que nomía y de las fuerzas productivas
se inició con el gobierno militar de como nunca antes existió.
1976 y que, con algunas interrupcio- La extrema debilidad y vulnerabili-
nes y contradicciones a mediados de dad de los pequeños y medianos pro-
los ´80, recrudeció desde comienzos ductores agropecuarios, y aún más de
de los años ‘90. En este período, des- los trabajadores rurales, así como los
de el punto de vista estructural, el blo- fenómenos de desocupación y desnu-
que de las clases dominantes logró trición de millones de habitantes del
imponer a buena parte de la sociedad, país, conducen a la necesidad de re-
la certidumbre y la confianza en el pensar un nuevo sendero de organi-
neoliberalismo y condujo a creer que zación social y de desarrollo. En esta
la sola presencia de instituciones co- búsqueda, las políticas, instrumentos
mo las estudiadas aquí, encerraba un e instituciones orientadas a intervenir
"peligro potencial" de intervencionis- en los problemas de estructura agra-
mo y regulación. ria y en la regulación de la producción
Está claro, en esta primera década y comercialización de las principales
del siglo, que el modelo económico y actividades, adquirirán nueva validez
social neoliberal no sólo demostró su y trascendencia.
incapacidad para resolver los proble- Bibliografía (II)
Ex presidente
Juan D. Perón