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La Solidaridad Cristiana

Competencia: Construye su identidad como persona humana, amada por Capacidad: Conoce a Dios y asume su identidad religiosa y
Dios, digna, libre y trascendente, comprendiendo la doctrina de su propia espiritual como persona digna, libre y trascendente.
religión, abierta al diálogo con las que le son cercanas
Actúa de acuerdo con las enseñanzas del Evangelio sobre La Solidaridad Cristiana ante las necesidades del
prójimo y de su entorno

I. Definición:
La solidaridad siempre ha sido un valor fundamental dentro del cristianismo, por desdicha
muchas veces ha sido una solidaridad solo de palabra, que no terminaba de traducirse en
acciones concretas hacia los más desfavorecidos y es que la solidaridad cristiana no puede ser
nunca la solidaridad de un espectador pasivo que contempla desde lo alto o desde lejos lo
que, aparentemente sucede a una distancia que no le compromete, por lo tanto, la
solidaridad es una virtud humana, raíz de todas las virtudes sociales.

II. ¿Qué implica ser solidario?


Ser solidario no es un hecho puntual, sino un compromiso tenaz, constante con la propia labor
que a uno se le ha encomendado. Si uno no hace bien su tarea, eso tiene siempre efectos en la tarea de los otros y la
primera norma de solidaridad consiste en sentirse estrechamente unido a los otros y en comprender que lo que yo no
realizo correctamente afecta, directa o indirectamente, a los otros.
En ese camino no estamos solos. Dios inició todo un largo proceso de diálogo y de cercanía con nosotros. Ese largo
camino de cercanía entre Dios y el ser humana está recogido en el Antiguo Testamento. En él encontramos las iniciativas
que Dios ha tomado desde la llamada de Abrahám, la obra de Moisés, el reinado de David, palabra de los profetas y
muchos más, hasta llegar a María, la madre de Jesús. Toda la intención de Dios es restaurar una relación de armonía
entre Él y los seres humanos, y de los hombres entre sí. Pero la más importante de todas las relaciones de Dios con la
humanidad es que Dios envía a su propio Hijo, para restaurar las rupturas y crear una humanidad liberada capaz de
superar todo mal, que es la causa de la división y de la indiferencia. La gran noticia que los primeros cristianos trasmiten
es que Jesús ha traído la liberación y la vida en plenitud. A partir de su muerte y resurrección se restablece para siempre
la relación con Dios, lo cual impulsa una nueva relación con los seres humanos y con la naturaleza. Jesucristo es el camino
para vivir aquella armonía que Dios quería para toda la creación.
Jesús llevó a cabo esta obra haciéndose hombre, solidario de los más pequeños y humildes, es decir, compartiendo la
vida de los seres humanos. Esta es la gran maravilla de la obra de Jesús.
III. Solidaridad y caridad
Es comprensible que luchemos juntos cuando tenemos las mismas necesidades, pero no es fácil comprender que alguien
que no tiene necesidad se una solidariamente con los necesitados y tome su lucha como propia. Para eso se necesita
amor. La solidaridad es por eso una virtud esencialmente cristiana, por lo tanto se nutre de la virtud cristiana de la caridad.
El amor entregado y desinteresado a los demás, es la fuente que vitaliza toda auténtica hermandad entre los hombres. La
solidaridad cristiana es virtud que otorga a los hombres la facilidad para comprenderse y ayudarse mutuamente en la
construcción de una sociedad informada por el espíritu cristiano. Por la caridad, los vínculos naturales que unen a los
hombres en sociedad quedan reforzados con unos lazos más fuertes y una interdependencia mayor y más elevada. “La
caridad anima y sostiene una activa solidaridad, atenta a todas las necesidades del ser humano” ( Juan Pablo II, Exhort.
apost. Christifideles laici, 30 XII 1988, n. 41).
IV. Ejercitar la solidaridad: El ejercicio de la solidaridad no puede quedarse
solamente en palabras, ha de concretarse en la práctica. Se mide por obras de
servicio.
Quienes gozan de bienes de fortuna son administradores y han de sentir la
responsabilidad de hacerlos rendir en beneficio de los demás, especialmente de
las personas indigentes. A los ricos de este mundo ordénales que no sean
arrogantes y que no pongan su esperanza en las riquezas transitorias, sino en Dios
que nos provee de todo con abundancia; que hagan el bien, que se enriquezcan
en buenas obras, que sean generosos al dar y hacer a otros partícipes

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de sus bienes, que atesoren para el futuro unos sólidos fondos con los que ganar la vida eterna (2Tim 6, , 17 - 19). Cada
uno ha de buscar el modo concreto de llevar a la práctica este mandato, según sus circunstancias personales, pero sin
pretender tranquilizar su conciencia dando una pequeña parte de lo superfluo.

Actividad:
1. Escribe acciones que hayas realizado este fin de semana, donde se evidencie gestos de solidaridad.
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2. ¿Por qué la solidaridad está íntimamente relacionado con la caridad? Fundamenta tu respuesta.
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3. Elabora un decálogo donde se evidencie acciones solidarias con tu prójimo que pondrás en práctica.

4. Busca las palabras en la sopa de letras y coloréalas y escribe una frase que trasmita un mensaje de solidaridad.

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