Está en la página 1de 5

¿El Consumismo Nos Está Consumiendo?

Jorge Luis Perdomo Naranjo


Mariana Rojo Hernández
Yesenia Ossa Rojas
Kevin Alonso Rincón Sánchez

Docente
Hernan Andres Carmona Garzón
Desarrollo Humano

Universidad Católica Luis Amigó


Medellín
2022
¿El consumismo nos está consumiendo?

A comienzos del siglo xx la riqueza individual ha aumentado, el consumo


descontrolado de casas, autos, joyas y lujos es cada vez mayor. Todo el tiempo ha habido
ricos y pobres, pero últimamente los ricos son más estrafalarios que en cualquier etapa pasada
y hoy en día es más amplia la brecha entre las clases sociales.
El consumo es natural hasta cierto punto, ya que este crea sociedades, crea organismos
económicos fuertes y sectores privilegiados. Por ende el consumo es la herramienta más
efectiva para crear riqueza y estatus, afectando en gran medida al ser humano. Esto no solo ha
creado distanciamiento, también ha desplazado cultura y valores.
Los objetos sobre los cuales tenemos dominio, todos tienen características físicas y
materiales, pero lo que nos importa son sus propiedades, para poder satisfacer nuestras
necesidades cada vez mayores, cada sociedad se satisface de manera diferente y con símbolos
y objetos diferentes, lo único que nos enlaza es el consumismo desenfrenado. Unos de los
fenómenos llamado “el proceso que conduce a la producción de marcas, más que de
productos” descrito magistralmente por una crítica de esta problemática que es Naomi Klein
(2014) quien ha determinado que “la publicidad de diversos productos se orienta de manera
creciente hacia formas de promoción que venden estilos de vida, experiencias y mitologías,
más que a resaltar las características del producto en sí”. Otro crítico que habla del
consumismo es Vicent Borrás (1998, como se citó en Rodríguez Díaz, 2012), quien en sus
múltiples intervenciones hace énfasis en lo siguiente "Las clases, su posición y sus relaciones
en el mundo de la producción tienen incidencia y evidencia directa en las prácticas de
consumo que, a su vez, reproduce y contribuye a las desigualdades de clase". Esta frase es de
gran importancia para determinar cómo la posición social juega un papel fundamental en este
tema, ya que las comunidades pobres quieren más cada día parecerse a la alta sociedad y allí
es donde radica el principio de este mal llamado consumismo.

Lo expresado anteriormente es también aceptado y defendido por Callejo (1994, como


se citó en Rodríguez Díaz, 2012) quien dice lo siguiente “La génesis de la motivación y sus
formas depende de las posiciones en la estructura social que se ocupan, como consecuencia y
reproducción de las distinciones que en ella se producen”. El consumismo es una
problemática que al parecer no tiene fin, cada día la sociedad en general es más consumista.
Este mismo autor toca este tema de manera crítica y hace referencia a que el consumismo es
la herramienta que distingue las posiciones sociales, haciendo entender que entre más
consumo más estatus tengo.

Si entendemos el consumismo basado en la idea de lo que es consumir bienes sin


necesitar solo por lujo o satisfacer los deseos de mente y cuerpo que nos imponen las nuevas
generaciones y el nuevo consumismo, vemos que Colombia es un país económicamente
posicionado en el tercer mundo donde su sistema económico es paupérrimo al igual que el de
muchos países latinoamericanos como Perú, Argentina, Chile y todos los que complementan
la cordillera central a partir de ahí nos damos cuenta que los consumidores colombianos son
personas que tienen ciertos puntos para tomar una decisión al momento de comprar, cómo el
precio que es uno de los factores más importantes y si en realidad vale la pena la compra y no
solo es una compra por satisfacer las emociones porque teniendo en cuenta lo anterior
mencionado en cuanto al sistema económico la capacidad adquisitiva de los ciudadanos de
este país es baja, sin embargo es evidente que en temporadas altas como navidad, incrementa
este consumismo de compras de artículos como ropa, accesorios de hogar, juguetes, etc.

Actualmente se ha visto que un porcentaje de personas entre los 18 a 35 años están


con el chip de viajar por el mundo y de que es más importante que adquirir cosas materiales,
saciando también emociones que dan más satisfacción y felicidad; sin embargo vemos que
con la pandemia el mundo digital ha abierto un sin fin de unidades de trabajos y a movilizado
la economía, logrando que se pueda activar de una manera potencial, pero a la vez de una
manera más consciente, logrando que este factor impulse al consumidor a reconfigurar su
comportamiento teniendo como resultado una nueva etapa de recuperación luego de la
pandemia. Entre estas están que se mejoró el análisis de precios, el consumo de nuevos
productos, las compras por conveniencia y el uso de dispositivos digitales, tanto para pagos
como para realizar nuevas compras y otras más (Toro, J., 2021). Esto ha mejorado un poco la
situación respecto al consumismo desenfrenado, pero no deja de ser una problemática.

También hemos querido abordar esta problemática desde cómo se experimenta dependiendo
de nuestro género, grupo poblacional, sociodemográfico y de educación a la que
pertenecemos también hemos mejorado nuestros hábitos de consumo aunque sin disminuir la
tasa propia de consumo de bienes y servicios, es así como estudios realizados por el banco
BBVA y el uso de análisis de Big Data, permitió el análisis de los patrones de gasto de los
colombianos: tendencias del consumo según género, momento del tiempo y edad, a lo cual
arrojaron los siguientes resultados (Castañeda, P., Hernández, M., y Reyes, A., 2021):

● En Colombia, el 56% del gasto lo realizan los hombres y el 44% lo hacen las mujeres.
● Las compras con tarjeta de crédito y online tienen mayor penetración en las personas
con mayor educación. Además, las mujeres profesionales o con especialización están
igualando o superando el gasto de los hombres.
● Las personas entre 35 y 44 años son las que más gasto hacen en el país, tanto hombres
como mujeres. Los mayores de 65 años son los que menos aportan al gasto agregado
nacional.

Según lo anterior, en cuanto a los patrones de consumo por género, se evidencia que
los hombres realizan una mayor proporción de gastos del país, aunque entre las grandes
categorías de gasto, las mujeres solo superan a los hombres en vestuario y farmacias. Además
de esto, en las mujeres, el gasto con tarjeta débito es tres veces su gasto con tarjeta de crédito;
los hombres también gastan más con tarjeta débito (Castañeda, P., Hernández, M., y Reyes,
A., 2021). Todo esto indica los roles tradicionales han ido variando y los hombres han ido
involucrándose progresivamente en el consumismo, puesto que éste se ha convertido en uno
de los ejes vertebradores de la vida personal y social, además de que se caracteriza por la
posibilidad de que las personas accedan más fácilmente a los nuevos bienes de producción y
servicios.

Además de esto, un dato relevante es que se obtuvo en este estudio, fue que durante la
pandemia, el gasto promedio por compra se redujo, al tiempo que aumentó
considerablemente el número de transacciones, especialmente las de tipo online, estas últimas
crecieron 93% en los hombres y 63% en las mujeres (Castañeda, P., Hernández, M., y Reyes,
A., 2021). Esto es pues, una evidencia clara de que el internet, las redes sociales y diferentes
medios de comunicación audiovisuales, han abierto la puerta a un sin fin de posibilidades
para que los consumidores puedan tener acceso más fácilmente a realizar sus compras para
diferentes fines, siendo los hombres con más prevalencia para realizar dichas transacciones.

Esto demuestra que el consumismo si bien lo lideran los hombres en Colombia,


ciertamente no tiene un género establecido, puesto que también hay estudios anteriores donde
los papeles eran diferentes, dándoles el posicionamiento a las mujeres como las más
consumidoras. Ahora bien, es una realidad en Colombia que el consumismo ha incrementado
paulatinamente, siendo los hombres quienes llevan la batuta con respecto a este tema, pero
finalmente, ambos géneros, tanto hombres como mujeres, están permeados por el
consumismo, independientemente de su fin (entretenimiento, comida, belleza, aseo personal,
salud, entre otros) se han visto envueltos en una telaraña consumista.

Bibliografía

Castañeda, P., Hernández, M., y Reyes, A. (2021). Patrones de consumo en Colombia.


Colombia. BBVA

Klein, N. (2014). No logo: el poder de las marcas (No. 658.827 K6N6 275).

Rodríguez Díaz, S. (2012). Consumismo y Sociedad: Una visión crítica del "homo
consumens". Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences, 34(2),
189-210.

Toro, J., Agosto (2021) hábitos del cambio de consumo. Colombia. la república.

También podría gustarte