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Palillos en las manos de Dios

En este preciso momento hay millones de


personas que están comiendo con ellos. Han
pasado la prueba del tiempo y todavía siguen
siendo utilizados por los seres humanos, a
diferencia de numerosas otras herramientas,
utensilios y productos que no lo han hecho.
Son utilizados por los chinos, los japoneses,
los coreanos y otros asiáticos. Se sostienen
con el dedo pulgar y los demás dedos.
Generalmente son hechos de bambú, plástico
o madera. ¿De qué estoy hablando? ¡De palillos, por supuesto!
El filósofo chino Confucio influyó la cultura china de muchas maneras y una de las cosas
que dejó por legado fueron los palillos. Este hombre que de hecho era vegetariano,
realmente odiaba los cuchillos. Una vez dijo que un hombre de honor se mantiene bien
alejado del matadero y no permite el uso de cuchillos en su mesa. No es de extrañar que
debido a su enorme influencia en la cultura china, hizo que la gente guardara los cuchillos
de cocina y empezara a utilizar palillos. En China se han empleado palillos desde el año
1.200 a.C. Es posible que sea desde mucho antes. Los primeros palillos fueron hechos de
bronce y se utilizaron principalmente para cocinar, ya que eran muy útiles para echar la
comida en ollas con aceite o agua hirviendo. No fue sino hasta el año 400 d.C. que las
personas empezaron a comer con ellos y para los años 500 d.C. se convirtieron populares
en toda Asia. Personalmente, los utilizo de vez en cuando, pero solo recientemente me di
cuenta de las lecciónes tan importantes que nos enseñan:
Cooperación: En primer lugar, los palillos funcionan solamente por pares. Representan una
cooperación estrecha y un trabajo en equipo. La Biblia también dice que “mejores son dos
que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su
compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.”
(Eclesiastés 4:9-10) Esta parece ser la directriz que fue dada para el trabajo de los apóstoles
durante el primer siglo. Dos discípulos fueron enviados a buscar un asno. Pedro y Juan
fueron enviados a preparar la Pascua y más tarde fueron enviados juntos a Samaria. Pablo
y Bernabé fueron enviados a Antioquía, y más tarde, después de un desacuerdo entre ellos,
cada uno eligió a un compañero. “Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos
en dos” (Marcos 6:7).
Paciencia: Comer con palillos requiere paciencia y cuidado. Hace unos años atrás, cuando
empecé a aprender a utilizarlos, mis amigos me enseñaron diferentes técnicas. Al principio
yo era bastante torpe y me sentía frustrada porque dejaba caer los pedazos más pequeños
de la comida. En algún momento quise desistir porque no era muy paciente. Sin embargo,
mis amigos me animaron a que sacara tiempo y siguiera practicando. Quizás algunas veces
esperamos en Dios, pero perdemos la paciencia porque sus tiempos no son los nuestros.
Pablo nos recuerda que, debemos estar “gozosos en la esperanza; sufridos en la
tribulación; constantes en la oración” (Romanos 12:12). Una mujer que realmente supo lo
que significa ser paciente fue Elisabeth Elliot. En una ocasión dijo que “esperar en Dios
significa tener la voluntad de soportar la incertidumbre, de llevar dentro de sí mismo una
pregunta sin respuesta, y de acercar nuestro corazón a Dios cada vez que se nos venga a la
mente.”
Desaceleración: Un consejo de salud bastante común es comer con palillos siempre que
sea posible. ¿Por qué? Porque hace que comamos más despacio y permite que el estómago
le avise al cerebro que está lleno antes de que comamos en exceso. Comer con palillos es
un proceso más lento, pero eso no es necesariamente algo malo. Algunas veces tenemos
que ir más despacio y tomar las cosas lentamente, desglosando cada etapa para poder
tener tiempo para analizar. Probablemente vives en una sociedad con un ritmo acelerado,
corriendo de una cita a la otra, pero la Biblia nos recuerda que: “Todo tiene su tiempo, y
todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Eclesiastés 3:1).
Objetivo: Si alguna vez has intentado utilizar palillos, sabes que no puedes recoger lo que
quieres simplemente pinchando comida al azar en el plato. Se necesita tener precisión y no
hay forma de agarrar todo al mismo tiempo. Algunas veces, un poco de concentración hace
la diferencia entre el fracaso y el éxito. El apóstol Pablo también expresó la misma idea
respecto a nuestra vida espiritual. “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento
de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).
Versatilidad: Los palillos son utilizados para realizar varias acciones con la comida, como
por ejemplo revolver, sujetar, separar, mezclar, cortar, prensar y transportar. Los palillos
también son utilizados para muchas otras cosas además de comer. Por naturaleza, su
simplicidad los hace adaptables. Imaginemos que somos como palillos desde este punto de
vista, capaces de adaptarnos a diferentes situaciones y retos. Al ser palillos debemos
innovar, combinando habilidades e ideas en diferentes áreas de interés. Tomemos como
ejemplo a David, mencionado en la Biblia, quien era pastor, músico, soldado, poeta, un
fugitivo y prófugo de la ley, y el mejor rey de Israel. Él es descrito como “un varón
conforme al corazón de Dios” (1 Samuel 13:14).
Eficiencia: Por último, los palillos pueden ser instrumentos útiles y eficientes si la persona
utiliza el método correcto para sostenerlos. La forma más común es colocar el dedo pulgar
sobre un tercio del palillo por la parte más gruesa. Esta posición no solo se ve elegante sino
que permite abrir y cerrar mejor las puntas. Estudios demuestran que al utilizar los palillos,
el ser humano ejercita más de treinta articulaciones y cincuenta músculos de los dedos, de
la muñeca, del brazo y del hombro. Dios te creó de acuerdo a Su plan y propósito. Si eres
como un palillo en Sus manos, puedes ser eficiente y de gran utilidad para todo el que te
rodea. “En una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de
madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles” (2 Timoteo
2:20-21).
M.Di Franca

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