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~

Cómo equiparse, orientarse y ~Sz


alimentarse en plena naturaleu

integral
fSrfCIAL i'IOl'IOGKÁflCO
SUPERVIVENCIA. Primera parte: «Viviendo al aire libre». plantas). Imágenes: archivo Integral, P&M, David Segarra,
Extra monográfico n. 0 5 de la revista «Integral». Santi Gio/. Agradecemos a Ed. juventud la autorización para
Escrito por Lorenzo Mediano (médico). Coordinación y la reproducción de unos dibujos de sus libros «Stoc de Coque
revisión: Alvaro A/tés (biólogo), }osan (geógrafo). y « Tintín en e/ Tibet». Compaginación: Franc Val/ Soler.
Colaboradores: Virginia Aguilar (médica), Víctor Lahuerta Diseño portada: Montse Vilarnau. Fotomecánica: Tecfa.
(ilustración portada), Lorenzo Mediano y amigos (fotografías). © by Oasis, S.L., 1989. P. 0 Moraga//, 371, 08032 Barcelo
A. A/tés y M. Vilarnau (dibujos), Carlos Donoso y Opto. Impreso por Cayfosa, Sta. Perpetua de Mogoda (Barcelona
Botánica de la Universidad de Barcelona (fotografías de /SSN: 0210-0134. O.Legal: B-19468-1989.
la obtención de agua y las distintas posibilidades de
higiene. Las emergencias y los primeros auxilios en la
montaña componen el último tercio de la obra, que
finaliza con un apéndice dedicado al «bote de
Presentación supervivencia» (una diminuta lata que contiene hasta
la tienda de campaña) y las fotografías de las plantas
de una que pueden resultar más útiles.
Una vez detallados todos estos aspectos, que son
eternas asignaturas pendientes para muchos amigos
obra de la naturaleza, el segundo monográfico constituye
un «tratado de botánica» práctica, ilustrado con
cientos de fotografías en color. En ellos se explica
cómo alimentarse de plantas silvestres, a la vez que se
ste extra de supervivencia es la primera parte de enseña a distinguirlas. Árboles y arbustos con frutos y
E una obra de dos volúmenes pensada para
satisfacer las necesidades de la vida en plena
otras partes comestibles, plantas para ensaladas (¡más
de cien!), plantas para condimentar, polen y
naturaleza, así como para desmitificar las dudas y espárragos silvestres, raíces y setas (son muchísimas
los tópicos que corren sobre ella. las comestibles}, plantas venenosas, e incluso algas,
Se trata por tanto de una obra práctica, escrita por componen los extensos y vistosos capítulos.
personas que viven en el campo desde hace años y
oy día proliferan cada vez más los libros sobre la
relatan su prolífica experiencia en él.
Este primer extra empieza abordando el equipo
imprescindible para desplazarse o permanecer en la
H naturaleza que no pasan de ser traducciones de
obras anglosajonas o francesas. Tales libros son
naturaleza, la gama de refugios que pueden adecuados a la hora de generalizar, pero para
construirse en los diversos hábitats y los problemas llevarlos a la práctica quedan lejos de la realidad
con la mente (la eterna compañera). Sigue a ello la mediterránea. Sin embargo, por motivos económicos,
elaboración de útiles, un extenso capítulo de las editoriales prefieren editar dichas obras, ya
topografía y orientación y otro con todo lo referente a realizadas o ilustradas, antes que impulsar o
fomentar el trabajo de los autores peninsulares.
Estos dos extras de supervivencia encierran en
consecuencia una enorme labor, tanto por parte de
sus autores -que han empleado aiios en experimentar
, 1 1
lo que luego escribieron-, como por parte de Integral
en la edición e ilustración de la obra.
Todo este primer extra ha sido e!1Crtto por Lorenzo
Mediano, ayudado en la parte médica por Virginia
Aguilar. Los dos viven en el Pirineo de Huesca, en
una casa que ellos mismos se han construido en pleno
campo con un pequeño huerto. Él imparte allí cada
verano cursos de supervivencia en la naturaleza, por
lo que está familiarizado con las dudas de los
principiantes y las ha tenido muy en cuenta al
decidirse a tomar la pluma -quizá sea uno de los
motivos que hacen tan amena su prosa.
Para terminar, sólo querríamos añadir que las dos
obras, pensadas originalmente como una ayuda o un
complemento de la vida autosuficiente en la
naturaleza, no constituyen una mera recopilación de
conocimientos, ideas prácticas y explicaciones sobre
plantas... Ante todo, y por encima de este pretexto,
son un canto a la Madre Natura y encierran un
propósito de comprensión y comunicación con ella
que revierta a su vez en un mayor conocimiento de
nosotros mismos. Tengamos esto bien presente
cuando, en las largas veladas invernales, sentados
sosegadamente y «contando los carbones del fuego »,
pasemos revista a las vivencias de la jornada.

]
o
SUPERVIVEN~IA (I)
Viviendo al aire libre

6 INTRODUCCIÓN ~8 ORIENTACIÓN Y TOPOGRAFfA


Los puntos cardinales sin brújula. El Sol.
7 EL EQUIPO La Estrella Polar. La Luna. El reloj.
Las botas. Los calcetines. Vestidos. Ropa Las sombras. Otros métodos poco seguros.
interior. El sombrero. El anorak. Guantes. Regresar sin mapa. Orientación con mapa.
La mochila. El saco de dormir. El botiquín. Los errores más frecuentes. La brújula y su
La cantimplora. Navaja, cuchillo, hacha. La empleo. Sobre senderos y caminos.
mosquitera. Las listas. Comida para llevar. Trazado previo de una ruta diurna.
La marcha nocturna. Un ejemplo de
12 EL REFUGIO marcha. La marcha con niebla y un
Clima y necesidades. El lugar. Tipos de ejemplo de ella. El aprendizaje de la
refugios provisionales. El techado. Trucos orientación. Los mejores mapas y dónde
en la construcción. El lecho. El refugio en obtenerlos.
el desierto. El refugio en la nieve. Refugios
improvisados. El fuego en el refugio. La s
cabaña. Construcciones anejas, cuevas y
casas abandonadas. Una técnica en
evolución.

54 AGUA E HIGIENE
El agua. Búsqueda de fuentes. Otras formas
de obtener agua. No beberemos nunca ...
La purificación del agua. Abrigarse. Lavarse
con plantas. Papel higiénico.
25 MENTE Y SUPERVIVENCIA
La voluntad de vivir. La solidaridad. La
reacción ante el peligro. La depresión (la
inactividad, el sabor de los alimentos, la
soledad). El hambre. La noche en solitario.
Valores positivos.

29 (iTILES . HECHOS SOBRE LA MARCHA


Cuerdas. Tejido y redes. La cestería. Nudos
principales. Mochilas y alforjas
improvisadas. Ropas para el frío.
Impermeabilización de las prendas. El 58 LAS EMERGENCIAS
calzado estropeado. Equipo para la nieve. Semana de entrenamiento (ejemplo).
Herramientas de corte. Para hacer fuego. Tormenta eléctrica. Alud. Congelación.
De la cocina y fresquera. Iluminación. El desierto hispánico. Fuego. Agua

4
o o
(ahogados y vadear un río). La actuaoón r:ari1. ~ dd1 ·~ Tétanos Neumonía
razonada. lí!a t t~J.s. i1i -.1-Pll'ría y dolores ::ibdominales
i! , ;L ) ~ . .:. ~. !'a~· t i1. 1:... i. , vntr ul Jel dolor.
64 LOS PRIMEROS i\l'XUIOS (\ ,rn p:'r los cuatro elementos . El ayuno.
ConJuctJ a ~egu a at 1 ~t uL au ick u'. a-:·,.
Respirac1on arnf1cul M~a¡ e carJ.:1;,c· 84 Y PAllA FINALIZAR
Fractura de columna. Hemorragu1'l. Entrevista a los participantes de un
Frac t ur~ E~guinces , luxacione~ y " cursillo de supervi vencia" impartido por
contusiones. Transporte de heridos . el autor de este extra.
El shock y la lipotimia. In toxicaciones .
P1cadur;!!) y mordeduras \e11e11osas 87 El BOTE DE SUPERVIVENCIA
Quemaduras. Electricidad. El calor. El fr íu En una lata cuyo volumen es de un litro
Gangrena. Calamore~ y agujetas. Mal ae pueden caber desde el "saco" y la " tienda
montaña leve. Ojos. Cuerpos extraños en de campaña'' hasta un flotador y los más
diversos e imprescindibles útiles.

91 ALGUNAS PLANTAS CTILES


Apéndice en color con fotografías del
conjunto de plantas que debe
saber rew no1..er el amante de la naturaleza.

99 BIBLIOGRAFfA Y ACTIVIDADES
Una bibliografía comentada junto a una
relación de curstllos y actividades
rea1i ubles ell el pa1s.

SUPERVIVENCIA (II)
Alimentarse de plantas
y frutos silvestres
- UNAS PALABRAS SOBRE DIETA
- D6NDE ENCONTRAR PLANTAS
- LAS DIFERENTES ESTACIONES
- ÁRBOLES CON FRUTOS COMESTIBLES
- ARBUSTOS
- 100 PLANTAS PARA ENSALADAS
- C6MO COCINAR
- PLANTAS PARA CONDIMENTAR
- POLEN Y ESPÁRRAGOS
- RAÍCES
- PLANTAS VENENOSAS
- LAS SETAS
- LfQUENES Y ALGAS
- FRUTALES ASILVESTRADOS
- BIBLIOGRAFÍA

o
5
INTRODUCCIÓN
Existen varios tipos de supervivencia en la Naturale- mina con el regreso a la sociedad material ... o al mundo
za. Agrandes rasgos podemos dividirlas en voluntarias y inmaterial con la muerte. Su duración suele ser corta.
en obligadas o de emergencia. por ejemplo en un accidente , una excursión , una super-
Practicamos las experiencias voluntarias como entre- vivencia voluntaria imprudententemente planeada, un
namiento para una emergencia, para aprender cosas de terremoto que destruya la ciudad,_etc. pero no por eso
nosotros mismos, o simplemente porque nos gusta la descartamos las de larga duración , muchísimo más
sensación de libertad que nos proporcionan. En este ca- complejas y peligrosas: un naufragio , una guerra, etc
so la zona la elegimos nosotros , coritamos con el mate- En estos casos, y más en los que sólo se piensa que son
rial que deseamos y -si hemos sido prudentes- lapo- posibles una vez ocurridos , es decisiva una adecuada
demos interrumpir cuando queramos. Una semi-supervi- preparación.
vencia voluntaria se puede practicar como complemento En el espacio de este extra monográfico se intenta
a nuestra vida normal recogiendo plantas medicinales , sintetizar lo más importante que ha de conocer alguien
preparando platos con plantas del campo que de paso que necesite sobrevivir en un momento dado. Cual-
nos proporcionarán los oligoelementos que suelen faltar quiera de los temas que se tratan : plantas , utensilios
en los alimentos comunes, haciéndonos una hamaca, primeros auxilios , etc. son mundos en los que bucear. S1
etc. Es muy difícil realizar durante más de seis meses os especializáis en alguno de ellos nunca descuidéis lo
una supervivencia voluntaria pura, ya que es mucho otros. Un especialista en la Naturaleza es como un " di-
más cómodo cultivar un huerto y conseguir algo de di- nosaurio " monstruoso: una especie a extinguir, por ese
nero para comprar cuatro cosas. No es que sea imposible es mejor la versatilidad a la exhaustividad (para profun-
materialmente , sino que sabemos que no es necesario dizar ver la bibliografía o seguir un curso sobre cada par-
pasar hambre al final del invierno o tomarse un día en- ticular).
tero para cortar un tronquito con un hacha de piedra. No nos conformemos con un aprendizaje teórico
Sin embargo, poseemos la libertad de elegir , pues sabe- sería como decir que sabemos nadar por leer un libro de
mos que no moriremos aunque se corten los lazos con la natación . No conviene fiarse de los libros , ni siquiera de
sociedad , dominamos la situación y transigimos tan sólo éste; probad y probad. Lo que en la cabeza es redondo
con aquello que nuestra voluntad y momento evolutivo en las manos es cuadrado.
eligen . Nunca emprendáis algo que no seáis capaces de reali
La supervivencia de emergencia es mucho más dura zar y tened siempre preparada la retirada. No seáis pusi-
que la voluntaria. Puede darse en cualquier lugar, inclu- lánimes ¡pero jamás temerarios' Lo más seguro y cómo-
so en el más inhóspito , careciendo de todo salvo del do es contar con alguien que os guíe en las primeras ex-
cuerpo y la mente , e incluso estando heridos . Sólo ter- periencias. Los autores se ofrecen ...

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-· ... -
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6 "SUPERVIVENCIA 1"
Introducción
EL EQUIPO
Antes de salir de excursión es conveniente -no fundamental pero sí
ahorrará sufrimientos- disponer de un material mínimo. Todo lo que aquí
se diga es bastante relativo, ya que cada uno tiene sus propios gustos sobre
calzado , mochilas , dietas , etc, pero en líneas generales puede servir de orien-
tación.
Las botas: Son lo más fundamental. Son capaces de convertir un paseo
maravilloso en un infierno. Las zapatillas de deporte son cómodas para andar
por caminos, aunque un poco caras para lo que duran. Si los caminos son
buenos, caminar descalzo es un placer, aunque acostumbrarse cuesta años y
el entrenamiento ha de ser progresivo. Si las sendas son abruptas , las zapa-
tillas deportivas son una invitación al esguince de tobillo. Por eso no son
aconsejables a no ser que haga mucho frío y no se pueda ir descalzo , en cuyo
caso las empleamos como calzado de descanso para no estar todo el día con
botas, aunque en esto competirían con ellas las cálidas zapatillas de fieltro de
estar por casa si llevan el talón sujeto. Ahora bien, en un clima lluvioso no
sirven ni unas ni otras.
Las botas -el calzado mejor- han de ser cómodas, fuertes y, sobre todo
sujetar bien el tobillo. Jamás emprenderemos una marcha con botas
nuevas ... o tendremos los pies llenos de ampollas. En vez de eso las llevare-
mos un par de semanas antes como calzado normal. Las impresionantes bo-
tas de alta montaña que pesan muchísimo sólo valen para eso , para ir por la
nieve. En marchas nocturnas dan gran seguridad pues te protegen pie y to-
billo totalmente. Pero en general, no merecen la pena. Por supuesto huire-
mos siempre de las botas de plástico para lluvia, porque son malísimas.
Es muy importante que las botas estén siempre bien engrasadas y secadas
cuidadosamente antes de guardarse.
Los calcetines: Parece un detalle sin importancia, pero más de uno ha
sufrido de los pies y ha tenido que abandonar una marcha por eso. Es muy Polainas para la nieve .
Cuanto más largas sean. mejor.
importante que nunca llevemos calcetines de fibra sintética: siempre calceti-
nes gruesos de lana. Si no soportamos el contacto de la lana usaremos debajo
unos finos de algodón, cuidando muchísimo que no se provoquen arrugas.
En tal caso lavaremos todos los días los de algodón -y lo menos posible los
de lana- y con agua fría para que no se estropeen. Las polainas son unas
prendas impermeables que impiden que la humedad penetre por encima de la
bota al andar por la nieve (ver Para ta nieve en el capítulo "Útiles hechos
sobre la marcha").
Vestidos: Han de ser siempre de fibra natural para evitar escoceduras ,
malos olores, frío y accidentes con el fuego (las fibras sintéticas son
horribles). Han de ser cómodos y amplios. Los pantalones bávaros (hasta de-
bajo de la rodilla) son útiles para escalada pero malos cuando hay pinchos de
por medio ... y éstos siempre están ahí cuando hacemos cosas un poco origi-
nales.
Los mejores pantalones son los de pana viejos , bien amplios y acortados
un par de dedos de su longitud .normal, o bien los de lona de algodón , tipo
taller con peto y tirantes . Los vaqueros son demasiado "castrantes" y pesa-
dos si se mojan. Para cuando hace calor y no hay espinas, o para descansar,
unos pantalones cortos de algodón , de deporte , a los que quitamos ese ins-
trumento de tortura que colocan dentro con fines desconocidos o hará roza-
duras. Los bañadores terminan escociendo.
Las camisas de algodón o lana son muy caras. Las camisas usadas del ejér-
cito, compradas en los rastros o de amigos que vengan de la mili son fuertes
-en una vida al aire libre las ropas se desgastan rapidísimo- , son de fibra
natural, con bolsillos, de color sufrido, y sobre todo, baratísimas. Como in-
conveniente: el trauma que queda en la mente de ciertas personas. La prueba
de que son buenas es que siempre que se junta gente para hacer unas prácti-
cas de supervivencia, todo el mundo ha de marcar las suyas. Conviene que
EL EQUIPO
Botas, vestido
7
vayan un poco holgadas.
El jersey es mejor también de lana. Siempre abriga más dos finos holgados
que uno grueso equivalente. Son mejores los de cuello cerrado y que vengan
grandes.
Ropa interior: Esa moderna de fibras artificiales es ¡cómo no! total-
mente perjudicial. Más vale dejarla de lado y volver al algodón , y en invierno
a b
a las camisetas gruesas y los calzoncillos marianos.
El sombrero: En verano, si llevamos el pelo corto, un sombrero de paja
impide insolaciones. En invir.rno un gorro de esquí mantiene calientes cabeza
y orejas. A los de pelo un poco largo y rizado ambas cosas les sobran a no ser
que el frío o el calor sea excesivo.
El anorak: En el mercado hay anoraks calentísimos y carísimos, espe-
ciales para montaña. Lo malo es que al par de abrazos de zarza quedan irre-
conocibles. Un anorak sencillo sirve bien en las circunstancias normales en
invierno; en otra época del año un chubasquero será suficiente. Todos aca-
ban calando más o menos pronto. Vale más que sean baratos porque ya gas-
taremos bastantes si estamos en un Jugar lluvioso. Algo muy económico y
útil son las capas que cubren la mochila además de la persona. Claro que con
ellas no se puede caminar por lugares difíciles, pero ése es un problema co-
mún en mayor o menor grado a toda la ropa de agua.
Guantes: Si hemos de ir por lug~res fríos, unos buenos guantes son
imprescindibles (ver lo dicho respecto al frío en el capítulo de "Higiene"). Las
a) Mochila de ataque. manoplas mantienen mejor el calor y las más eficaces (y más baratas) son las
b) Mochila normal
(siempre sin estructura metálica). de piel de oveja vuelta, c mvenientemente engrasada.
c) Mochila de carga. La mochila: Imprescindible para movernos por ahí. Puede ser de tres ti-
El armazón de la mochila de carga sirve para pos: de ataque, de carga y de tubo. Además existen grados intermedios.
transportar haces de leña o de hierba, cajas,
un bidón de agua de 25 litros, etc. La mochila de ataque es muy pequeña y ligera, sirve sobre todo para esca-
Mochila de tubo Se ha de evitar este tipo, lar o bien para marchas rapidísimas. No nos es muy útil. La mochila normal
pues al inclinarse nos desequilibran. es quizá la que más nos conviene. Puede llevar cargas ligeras, y abriéndola
por arriba cargas de gran volumen. Las llamadas mochilas de tubo se pueden
alargar mucho por arriba para cargas de gran volumen, pero se desequilibran
fácilmente. Las cosas pesadas han de estar en Ja parte de abajo. Algunas lle-
van estructura metálica ligera que en muchos casos puede dar dolores de es-
palda, aunque si está bien hecha puede ser útil (comprobadlo antes de
comprar). Tal vez sean más cómodas las que llevan un acolchado en vez de
metal. Han de ser cargadas cuidadosamente para que los bultos duros no da-
ñen la espalda. Algunas llevan una pequeña colchoneta aislante que desplega-
da se puede emplear para dormir.
Las de carga poseen una especie de L doble con tubos de metal. No sirven
para muchos pues se desequilibran en los pasos difíciles, pero valen para
transportar pesadas cargas quitándoles Ja lona: leña, bidones de agua, cajas
de provisiones ... y para hacer auto-stop, aunque con una normal e ingenio
se pueden substituir perfectamente.
Un cinturón aumenta la comodidad de todo tipo de mochila. Ignoramos
cómo alguien ha conseguido persuadir a los fabricantes de mochilas para que
substituyan las seguras hebillas de tipo cinturón por unas con dientecitos ,
bonitas pero que ceden muchas veces. Si sucede esto doblaremos los dientes
hacia afuera para que se da ven mejor en la correa.
El saco de dormir: Elemento importante. Los sacos finos de una sola
capa no son demasiado calientes y sólo sirven para el verano. Los sacos de
doble capa van bien para el invierno pero son calurosos en verano, aparte de
ser carísimos. Si hacemos sólo salidas en el buen tiempo, con una manta lige-
ra será suficiente además de más bonito y barato. En invierno el de doble ca-
pa es casi imprescindible. Si hemos de pasar en él bastante tiempo preparare-
mos una funda interior con una sábana vieja de hilo o algodón para no tener
Ja piel en contacto con el tejido sintético. Los sacos han de lavarse sólo con
agua fría y lo menos posible, y si no se emplean guardarse fuera de la funda.
Por cierto, aunque parezca raro, es mejor para el saco enfundarlo desordena-
damente que bien plegado.
El saco convencional, rectangular, de cremallera, suele ser más barato,
tiene la ventaja de que se puede abrir y convertir en manta, y juntando dos
a) Saco de cremallera. por las cremalleras hacer un saco doble. Pero presenta el inconveniente de
b) Saco tipo momia. que es mucho más frío y abultado. Es utilizado sobre todo para verano o para

8 EL EQUIPO
Ropa. Saco de dormir
lugares templados. Además si se estropea la cremallera (cosa común) Ja repa-
ración es cara.
El de "momia" en general es más adecuado para conservar el calor, aun- -~----­
que resulta menos cómodo precisamente por ser menos holgado. Los de plu-
mas son más caros y ciertamente guardan mejor el calor aunque normalmen-
te son de guata sintética.
Pero tanto con esto como con todo lo demás -comprar o no saco, llevar
o no tienda. usar camping-gas, etc.- cada uno hace según su conciencia.
No queremos dictar ningún catecismo , tan sólo sugerir ideas prácticas, pero
una cosa sí: respeto y conciencia. Pues no deja de ser chistoso lo de esos que
se vanaglorian de haber subido a un alto monte y resulta que llevaban unas
pieles de foca bajo los esquís, unos cuantos patos desplumados sobre los
hombros y kilos y kilos de sofisticado material sobre la espalda (cuando no se
los llevan unos sherpas).
Si lo que vas a echar al atadillo es una manta vieja, para que guarde más el
calor la puedes coser e incluso dar la forma de un saco de dormir y ponerle
un cordón de cierre y todo.
Uno puede primero intentar hacerse un saco por sí mismo , a la medida y
al gusto propio. Saldrá más barato y no tendrá mucho que envidiar a otro
con etiqueta, y cada noche en que duermas junto a él te encontrarás más
identificado.
En algunas tiendas especializadas venden telas por metro cuadrado del tipo
de las de los sacos de dormir; necesitaremos un rectángulo de unos 2 m. por
1,5 m. Cortaremos dos patrones iguales; el que corresponde a la parte inte-
rior del saco puede ser una tela fuerte de algodón o lino, aunque quizá no tan
práctica es mejor que el nylon. El círculo que cierra por abajo lo podemos sa-
car del recorte de arriba. Entre las dos capas de acolchado podemos meter
guata, esponja o plumas , y aunque sea no corriente, lana bien limpia y algo
cardada -si no tenemos las cardas podemos utilizar unas cardenchas, esas co-
munes y espinosas plantas que muestran en su cúspide unas flores con
muchos pinchos. Si el tipo de material a meter va ya desmenuzado, se darán
unas costuras horizontales y transversales a fin de que no se mueva dentro
del saco y quede bien distribuido y haciendo el efecto de acolchado. Por
dentro pondremos unas tiras de trapo o de dobladillo en las costuras, para re-
forzarlas y evitar que luego se escape el calor por ahí.
Si precisamos un saco muy caliente lo podemos hacer con cuatro capas al
modo de los caros plumíferos. Uniremos dos acolchados como el explicado
anteriormente, de manera que las costuras de los cuadraditos no coincidan , y
cerraremos nuestro doble o cuadruple patrón. La costura de cierre conviene
hacerla por superposición de modo que quede reservada. En cualquiera de los
casos no olvidaremos coser primero un dobladillo en la parte superior, por
donde meternos un cordón para cerrar y abrir la boca del saco iY listo!
El botiquín: Es conveniente llevar un pequeño botiquín, pues aunque en
el bote de supervivencia que se describe más adelante se lleva lo necesario, es
más cómodo tenerlo aparte. De ir varias personas con uno es suficiente. En él
llevaremos alfileres (para astillas clavadas), pinzas, tijeras, tiritas, esparadra-
po, gasas estériles y algodón, venda elástica y tobillera, venda normal, aceite
de hipérico o una cajita de linitul para las quemaduras, un botecito pequeño c) Saco autoconstruido.
de agua oxigenada para lavar heridas con peligro de tétanos y mercromina
para secar rápidamente heridas producidas por ampollas rotas en los pies,
... ...
por ejemplo , un colirio antibiótico para los ojos (no llevará corticoides ni . . : .
calmantes), un colirio para conjutivitis, una barra de labios (las mejores son ........,.--.,....__.. . : : . · ___....,....,
__
de germen de trigo), una crema solar especial de alta montaña , unas pastillas
de antibióticos (Nolotil comprimidos), unos calmantes fuertes (sulfamidas
para infecciones intestinales o urinarias y ampicilina para otras infecciones),
una cinta de torniquete y un botecito con contraveneno universal (ver más
adelante en «Bote de Supervivencia» , pág. 87, y el capítulo «Primeros Auxi-
lios», pág. 64)
La cantimplora: Es conveniente una buena cantimplora. En el mercado
las hay de muchos tipos. En las de lona se recalienta el agua y sabe mal. Las
metálicas son de varios tipos: circulares (tipo lejano oeste y tipo legionario , Secciones de saco simple y doble . El calor y
de 1 y 2 litros en ambas versiones) que son cómodas para llevar colgadas pe- sus escapes al exterior se han representado
ro difíciles de situar en la mochila. Tienen el inconveniente de que la unión con puntos.

EL EQUIPO
Botiquín, cantimplora
9
de la tela con la tira se termina rompiendo y hemos de reforzarla por nuestra
cuenta. También están las de tipo botella alargada o corta, con tapa de botella
de gaseosa y con una capa de pintura aislante (hasta cierto punto). Esta tapa
es la mejor, pues las de rosca metálica pierden agua con el tiempo (se puede
corregir con una arandela de goma) y las de baquelita se terminan por estro-
pear. Finalmente hay unas que llevan cacito incorporado con tela o fieltro
alrededor. Su capacidad es de un litro y tienen la ventaja de poder llenarse
con el cazo en charcos o calentar en él la comida. En todas ellas procurare-
mos colocarles una cinta para llevarlas al hombro si no la tienen y además
un cordel de algodón u otra cinta para atarlas a la cintura y que no se bambo-
leen, pues los golpes acaban siendo incómodos.
La elección es difícil. Para el uso normal son mejores las de un litro; si va-
mos por zonas áridas las de dos . Un cazo siempre viene bien pero un buen
cierre es interesante.
Antes de estrenarlas les tendremos que cambiar el agua cada día durante
dos semanas para quitar el sabor, se guardan destapadas. O si tenemos prisa,
un par de días con ginebra o licor de anís. Sólo llevaréis agua o infusiones ,
jamás vino o zumo de limón o naranja o bebidas artificiales. Para que no se
caliente el agua mojaremos el fieltro cuando la llenemos.
Navaja, cuchillo, hacha ... Es graciosísimo ver a los montañeros en
plan pirata: con cuchillos y machetes enormes ... que no sirven para nada.
Para lo que se usan basta una buena navaja. Las navajas mil usos son inútiles
aunque pudieran parecer lo ·contrario, y las de muelle automáticas sirven pa-
ra peleas callejeras y poco más. ¿Qué buscar en una navaja? Primero que sea
de acero inoxidable. Las navajas de acero inoxidable tienen menos filo que
las de acero normal pero son más convenientes para los que no las usan de
continuo, pues no se oxidan. Llevándolas siempre en el bolsillo las de acero
normal durarán durante decenas de años pues allí nunca se oxidan. En am-
bos casos es conveniente mantener el cierre engrasado o cuando las quera-
Cuchillo de supervivencia .
mos abrir o podremos hacerlo. Segundo que tenga seguro y no se cierre fácil-
mente o de lo contrario nos cortaremos un dedo al emplearla para trabajar
madera. Tercero que sea sólida y no demasiado grande ni demasiado pequeña
(unos cinco o seis dedos de hoja es lo mejor). Si está demasiado afilada es un
peligro para las manos.
Los machetes que se ven por ahí no sirven para gran cosa. El único intere-
sante en el comercio español es el cuchillo de supervivencia Los hay de dos
tamaños pero el grande es demasiado pesado , aunque corta mejor la madera.
Las ventajas a buscar en un cuchillo de supervivencia (y que éste tiene) son:
punta más pesada que el mango para que valga como hacha (importantísimo;
para saberlo basta mover el cuchillo de arriba abajo , si notáis la inercia de la
punta, sirve), sierra incorporada al filo , hoja y mango de una pieza de acero,
funda que se puede atar a la pierna para que no baile, seguro para que no se
Navaja.hacha y sierra de podar plegable . salga de la funda. Inconvenientes son su precio bastante elevado y los tor-
nillos que sujetan el mango , pues se rompen con nada y hay que cambiarlos
por remaches. Un problema común a todos los machetes es que al poder
servir de arma puede haber alguna ligera dificultad en llevarlos ... en ciertas
zonas del país sobre todo.
Por eso una pequeña hacha combinada con una buena navaja no tiene ca-
si nada que envidiar al cuchillo de supervivencia y todo en conjunto es más
barato. Las hachas canadienses son más eficaces y agradables de usar , pero
son más caras y pesadas que las normales. Una pequeña sierra de podar ple-
gable se puede incorporar al equipo, pero difícilmente substituirá al hacha en
tareas como descortezar o limpiar.
Para afilar un hacha, navaja o machete hemos de eliminar en primer lugar
las melladuras con una lima fina o piedra de grano grueso. Luego con una
piedra de grano fino mojada que se pasa tangencialmente por ambos lados,
intercalando pasadas longitudinales. Es importante que la navaja no esté afi-
lada en exceso si la empleamos para cortar hierbas, comida, cuerdas, etc; en
cambio debe estarlo para el trabajo de la madera, cuero o si la hacemos servir
como bisturí. El hacha debe estar siempre afiladísima.
El mosquitero: En verano son un problema los mosquitos si dormimos
al aire libre. Podemos comprar un mosquitero o bien , más barato, unir con
máquina de coser varias gasas de niño. Lo más importante es que proteja ca-

10 EL EQUIPO
Cuchillos ...
ra y manos. Ha de ser amplio (podemos hacer una pequeña tiendecita con
alambre) para que no se pegue a la cara o no lo soportaremos.
Las listas: Para que el excursionista no olvide nada de lo que puede nece-
sitar habitualmente e incluso en caso de emergencia, e-0nviene tener hechos
tres listas-tipo: para verano , invierno e intermedia, ya que ropa y comida son
distintas; para las de comida hay que diferenciar la primavera y el otoño tam-
bién. ¡Haceos vosotros las propias! A

UN EJEMPLO DE LISTA B e

l
- ropa adecuada (detalladamente y lo importante duplicado).
- saco de dormir o manta. - botiquín de primero auxilios.
- mochila. - linterna. ~_.....1·~1
- navaja. - vela, cerillas y mechero.
- bote de supervivencia. - linterna.
- hacha o cuchillo de supervivencia. - comida.
- camping-gas si se va a lugares donde no se puede hacer fuego .
- tienda o plástico de vivac. - dinero y documentación.
- cantimplora. - equipo de aseo, aguja e hilo.
- cazo para cocinar, plato y cubierto.
- litines para el agua si se va a la alta montaña.
- gafas de sol , caso de ir al desierto , mar o alta montaña, y polainas en su caso.
- cordel. - brújula y mapa. e Para afilar un cuchillo, hacha, etc., la piedra
- bolsas de plásticos de basura para proteger el material. no ha de tocar el filo, sino adelgazarlo por los
bordes interiores.
e Si la piedra es pequeña , se mueve ésta en
Sobre la comida para llevar entraremos en detalles, pues es un especta- lugar del cuchillo.
culo denigrante ver las barbaridades habituales. Las fechas entre paréntesis se e Para desafilar un filo excesivamente cortante.
refieren a la duración de los alimentos en lo más caliente del verano , pero te-
niendo la precaución de mantenerlos lo más posible a la sombra. En invierno
los períodos son bastante más largos.
Los alimentos convenientes son: queso seco (de dos a cuatro días) , queso
graso en porciones (una semana), miel en bote, leche en polvo , copos de ce-
reales , pan, galletas y pastas (integrales a ser posible), frutos secos pelados
(nueces, avellanas , pasas, higos secos, almendras , dátiles, etc.) , huevos du-
ros (2 días), tortillas variadas (2 días), alimentos cocinados en general lleván-
dolos en fiambrera como arroz , verduras, etc. (dos días). La fruta se puede
distribuir así: primer día tomates , melocotones , higos , uvas , cerezas y simila-
res. Segundo día albaricoques , peras y plátanos. Tercer día y siguientes: man-
zanas, naranjas y limones. El melón y la sandía sólo se han de llevar si so-
mos varios y aun con todo quizá pesan demasiado si hemos de caminar;
aguantan dos o tres días según su madurez. No hay que llevar demasiada fru -
ta pues pesa mucho, sólo una pieza grande por comida. Los "carnívoros"
pueden llevar algo de embutido o jamón de calidad y carnes empanadas (es-
tas últimas han e consumirse el primer día). Las verduras para la ensalada
siempre las podemos recolectar en el campo. Se pueden llevar unas patatas o
cebollas para hacer a la brasa. La sal y aceite en botes estancos.
Los alimentos no convenientes son las legumbres, cereales y verduras ,
pues exigen una cocción prolongada, a no ser que vayamos a estar en el mis-
mo sitio y no tengamos otra cosa que hacer que dedicarnos a la cocina. Sin
embargo , recurriremos a las legumbres (judías, soja, habas, guisantes, gar-
banzos, lentejas) y cereales (arroz, copos de avena, avena, mijo, harina de
maíz, harina de trigo para el pan , etc.) cuando la expedición sea larga y sin
posibilidad de aprovisionamiento, debido a su poco peso, excelente conserva-
ción y su baratura (¡dos semanas comiendo frutos secos es una ruina!) , ade-
más de que nos permiten integrar verduras silvestres que de otra forma no
tragaríamos. En este caso , las comidas primeras son suaves (muesli, frutos
secos, fruta silvestre, etc.) pasando el día caminando, recolectando, etc. y de-
dicando el anochecer a la cocina: haciendo una merienda-cena fuerte . Es la
única forma de que cunda un poco el día y no terminar aburrido.
Las latas son pesadas e insanas por su elaboración. las mermeladas se estro-
pean fácilmente. La leche condensada y la de almendras suelen estar com-
puestas en un 50 % por azúcar refinado o sacarosa, y mejor es la miel , aun-
que se puede llevar un bote de leche de almendras sin endulzar y si la tapa es
cómoda. La mantequilla, el requesón, el yogur, el queso fresco , los huevos
crudos y la mahonesa se estropean rápidamente. El chocolate posee la cuali-
dad de distribuirse homogéneamente por toda la mochila.
EL EQUIPO
Listas, comida ... 11
EL REFUGIO
Cuando hacemos una excursión pocas veces pensamos en la necesidad de
habilitarnos un lugar apto para dormir. Normalmente llevamos encima una
tienda de campaña o vamos hacia un destino donde nos espera un tejado. Pe-
ro en una situación límite, ya sea voluntaria o forzosa, la cosa cambia.
Muchas veces, antes de que el hambre sea un problema hemos de pensar en
cómo pasar la noche. En invierno es un asunto de vida o muerte , e incluso
en verano saber algunas cosas sobre refugios puede ser la diferencia entre es-
tar bien o tener la moral por los suelos.
Por otra parte, es maravillosa la sensación de libertad que te da el no pre-
ocuparte por dónde dormir y elegir tú mismo el lugar y los materiales apro-
piados. Yno hablemos de las experiencias que proporciona el íntimo contac-
to con la tierra y el cielo.
Si abrís un libro cualquiera de montaña (o de supervivencia) veréis que
existen montones de formas de hacer un vivac o un refugio. Si las experi-
mentáis -es aconsejable que lo hagáis- os daréis cuenta de que en muchos
casos simplemente se han dedicado a copiar las técnicas de las tribus primiti-
vas sin apercibirse de que vuestro clima, vegetación y necesidades pueden ser
muy distintas. Salvo honrosas excepciones , claro está.
Por ejemplo , proponen una copia descarada de un hoggan navajo sin pen-
sar que allí no llueve nunca y no soporta unas buenas lluvias sin inundarse;
o del típico tipi de los indios de las praderas, que es muy bonito pero está di-
señado para ser transportado a caballo ... En fin, es preciso hacer una selec-
ción de estas técnicas mediante la experiencia. Sería muy enriquecedor hacer
distintas pruebas y crear un sistema personal. Como sería demasiado largo
para el carácter elemental de esta publicación describir las distintas casas de
los primitivos , es mejor contar las técnicas que según nuestra experiencia son
más eficaces para nuestros ecosistemas. Pero que quede bien claro que esto
no son dogmas sino sugerencias para comenzar a trabajar. Un poco de imagi-
nación, por favor.

CLIMA Y NECESIDADES
Estudiando los ecosistemas de aquí al lado , desde el punto de vista del re-
Refugio tipo larguero inclinado

12 EL RE FUGIO
El clima
fugio observamos que en la mayoría de las ocasiones hemos de protegernos
del frío durante la noche. Pocos sitios hay donde no se pase algo de fresquilla
de madrugada sin abrigo y en los que durante el día haga un calor infernal
que obligue a pasar la noche caminando.
El calor no supone un gran problema y nadie tiene excesivas dificultades
con un poco de maña para construir un parasol si no hay sombras. En el ca-
so de que no existiese nada de vegetación (lo cual es rarísimo) se busca un sa-
liente que nos proteja; de no encontrarlo se puede cavar un pequeño agujero
y enterrarnos, refrescándonos la humedad del subsuelo. Pero el 99 % de las
veces hemos de protegernos del frío, moderado durante las noches de verano
y muy intenso en invierno. Por tanto haremos un vivac diferente cuando es-
tamos a 10° bajo cero que cuando simplemente se produzca un poco de
rocío. Todos los refugios de los que hablaremos aquí se sobreentiende que
buscan protegernos del frío.
Nuestros climas: marítimo (mediterráneo,
Hemos de considerar la importante división entre la España húmeda y la atlántico, cálido del SW). continental y
España seca. En la seca se dan cambios importantes de temperatura y la vege- montañoso. Isotermas son las lineas de puntos
tación es más pobre. pero tenemos la ventaja de que la lluvia y la humedad con la misma temperatura (media anual en
del suelo son escasas. Un refugio allí se ha de construir poniendo más aten- este caso).
ción en bu~c'!: los materiales. pero es bastante sencillo ya que si no se prevé
lluvia y no hace demasiado frío , normalmente no nos molestaremos en cons-
truir un techado. Sin embargo. excepto en Andalucía y provincias adyacen-
tes, en invierno las temperaturas son muy bajas.
En la España húmeda tenemos todo el material que queramos pero empa-
pado. Elegir el lugar donde acampar es bastante delicado porque muchas ve-
ces todo parece un charco. El techado se ha de hacer sistemáticamente. Pero
los fríos no son intensos.
Es interesante a nivel práctico diferenciar entre refugios provisionales y re-
fugios estables. Si vamos a estar en un sitio unos pocos días sacrificaremos la
comodidad -no la calidad- a la rapidez de construcción, porque evidente-
mente si estamos nomadeando no vamos a dedicar todo el día a construirlo.
Si queremos estar bastante tiempo construiremos en un par de días una caba- lsoyetas (lineas con la misma pluviosidad)
ñita. Es necesario tener un sitio cubierto donde estar cómodo, pornerte en anuales. En blanco: menos de 300 mm.;
pie, etc. No es una necesidad física sino de índole psíquica, pero no por eso punteado: de 300 a 600; rayado: de 600 a
menos importante. 800; cuadriculado: de 800 a 1.200; negro:
más de 1.200 mm.
EL LUGAR
Sea cual sea el tipo de refugio que queramos hacer, existen unas normas
sobre el lugar donde construirlo.
Si estamos en una montaña, buscaremos las caras sur o sudeste, que son
las partes más secas y más calentadas por el sol. No subiremos demasiado al-
to porque el viento nos azotaría duramente¡ ni descenderemos demasiado al
valle debido a que en él aumenta la humedad y los mosquitos se convierten
en adversarios temibles. Así pues el término medio será lo mejor. Si pasa cer-
ca un río, buscaremos que la montaña nos proteja de donde viene él, porque
suele traer aire frío y húmedo. BIEN
Es importante también protegernos de los vientos buscando lugares abri-

<i!'~~
gados. Las vaguadas secas parecen excelentes lugares para resguardarnos de
ellos ... hasta que caen cuatro gotas. Además , aun en tiempo seco suelen estar
algo húmedas. En un llano, pequeños taludes o matas espesas protegen más
de lo que podríamos pensar.
Debemos observar cuidadosamente la vegetación. En principio buscaremos Dónde hacer un refugio.
un lugar con una capa vegetal mullida y seca. Huiremos de lugares con ca-
ñas, juncos, eneas, sauces, chopos, helechos, etc. que nos garantizan amane-
ceres mojados. Un árbol bien frondoso encima nuestro evita el rocío, pero un
bosque espeso carga al aire de fría humedad. Es muy incómodo dormir direc-
tamente sobre una roca desnuda, pero si ponemos una buena capa vegetal se-
ca es un buen sitio si la tierra está empapada.
Además de un lugar físicamente adecuado, debéis buscar que su energía
no sea ''negativa''. Esto no es una mera elucubración sino algo evidente para
cualquiera que se comunica mínimamente con la naturaleza. La energía de
un punto es algo que se ha de sentir y no es materia para explicar. Sin embar-
go, hasta que os sensibilicéis podéis guiaros por estas generalidades.
EL REFUGIO
El luror ll
• Lugares negativos: Algunos menhires camuflados de columnas con cruce-
cita arriba, proximidades de plantas de la familia de las solanáceas o veneno-
sas en general , proximidades de un nogal, antiguos cementerios, etc.
•Lugares positivos: Cercanías de antiguas ermitas, alrededores de plantas
/
/
de la familia de las labiadas o rosáceas , cerca de olivos o encinas, muchas
grandes montañas sagradas, cerca de algunas masas graníticas.
•Lugares variables: Casas y pueblos abandonados (depende del carácter de
sus antiguos habitantes y de cómo te relaciones con ellos), pinos y pináceas
en general (son maléficos para la mayoría de los seres pero con el hombre
Refugio tipo larguero inclinado . suelen tener una comunicación especial), fuentes , cuevas y simas , etc.
Para decirlo de una vez: depende de cómo sea tu relación con sus
espíritus. Incluso los lugares positivos de gran fuerza pueden provocar miedo
a veces si no tienes cierta costumbre de tratar con estas cosas, o producir ner-
viosismo , mareos, dolor de cabeza ... de no poseer unos canales energéticos
purificados. Son inadecuados muchas veces después de una marcha bajo el

-
Modo de trabar tres horquillas y el larguero
sin necesidad de atadura .
sol o para dormir tras un día de estímulos ya que su naturaleza excitante nos
sobrecargará. En estos casos se buscan lugares de descanso que nos relajen ,
equilibrándonos sin robarnos energía. Suelen ser cercanías de fuentes , ríos y
lagos naturales , lugares sombríos y frescos . Dentro de un prado o montaña
que pueden ser globalmente positivos, negativos o relajantes , a pocos metros
tal vez existan puntos con los tres tipos de vibración. Incluso dentro de una
ciudad (globalmente negativa la mayoría de los casos) es posible en-
contrarlos ... con un poquito de sensibilidad. También es factible en el caso de
verse obligados a vivir en un lugar negativo cambiemos la " polaridad"
dentro de una zona de unos SO a 100 metros cuadrados, pero ello ha de man-
tenerse con un cierto esfuerzo diario , y cuando abandonemos el lugar defini-
Refugio de larguero apoyado en un árbol. tivamente volverá a su naturaleza original. También dependen mucho estas
energías del día del año , de la luna y de los planetas , soliendo ser más fuertes
al anochecer.

TIPOS DE REFUGIOS PROVISIONALES


El refugio provisional más normal es el inspirado en el vivac de los tram-
peros canadienses. Es rápido de construir, se puede hacer en cualquier lugar
donde haya palos y resulta muy cálido. Consiste en un larguero inclina-
do que se puede apoyar sobre un árbol o bien sobre un trípode. Para hacer
éste, buscamos tres palos del tamaño adecuado que dejen una horquilla en el
extremo. Las enganchamos entre sí y a continuación colocamos el larguero.
Los dos travesaños laterales han de inclinarse ligeramente hacia atrás para
soportar mejor la tensión si colocamos un plástico. Una vez satisfechos de la
El larguero es sustituible por una cuerda tensa
entre dos árboles ...
forma conseguida, hacemos un pequeño hoyo junto a la base de cada palo,
donde lo metemos para asegurar el conjunto.
Si hace mucho frío se puede tapar la entrada, pero si no lo hacemos hay
que cuidar de orientarla hacia un lugar de donde no sople el viento, a ser po-
sible nunca hacia el norte. Si el terreno no es totalmente llano hemos de ha-
cer que la cabecera quede en el punto más elevado.
Cuando cortéis los palos procurad no dañar los árboles; buscad uno del
que hayan brotado varios vástagos o chupones y de esa forma él sale ganan-
/ / // / / / do porque crece mejor.
... o atada a dos pedruscos con un talud en Más complicado es el tipo tienda de campaña. Es bastante más ineficaz
medio. Las piedras han de ser bien grandes que el anterior: no conviene ponerle lona porque entra el viento y la lluvia
¡recordad la fuerza del viento sobre los barcos
de vela'
por los extremos , y no soportaría un vendaval. Eso sí, techándola completa-
mente es buena -aunque más costosa de hacer- y da más sensación de
amplitud que el anterior. Es una forma de transición hacia la cabaña en dis-
tintos grados según lo grande que la hagamos, y se emplea cuando estando
establecidos en un lugar -no lo hagáis si tenéis poco tiempo-, queremos
un poco más de espacio y no nos compensa construir una cabaña.
Inspirados en este modelo podemos construir una semicanadiense muy
sencilla colocando dos palos inclinados contra un talud o un muro , o sin pa-
los si llevamos un plástico. Tendremos la precaución de quitar las piedras de
la parte superior del muro que estén sueltas y nos puedan caer encima, y ata-
Refugio tipo tienda de campaña (o remos al plástico o estaquillas colocadas a otro lado del muro o bien dos o
canadiense). No son recomendables en zonas
con mucho viento, porque se las lleva al tres palmos alejadas del borde del talud. Si el muro tiene agujeros los tapa-
penetrar fácilmente por los extremos. mos con barro. Es un refugio muy sencillo de construir pero hay que tener

14 REFUGIO
Tipos de refugios
cuidado con que no se meta agua por su parte superior; en los taludes con-
viene hacer una pequeña zanja de desagüe por encima. Es menos sólido, cáli-
do e impermeable que el de larguero inclinado , pero más rápido de hacer si
disponemos de un plástico, lo cual es una ventaja importante en ciertas si-
tuaciones. De no disponer de él y tener que hacer un techado de ramas o pa-
ja, cuesta tanto tiempo ·Como el otro y por tanto no merece la pena. De-
sarrollando la imaginación se podr~a intentar una combinación de los dos ti-
pos.
EL TECHADO
Un buen techado protege no sólo de la lluvia, sino también del viento y Refugio tipo semicanadiense sobre talud y con
del frío. Seguramente os preguntaréis sobre la forma de taparlo todo , porque plástico .
en el monte no hay tejas ni planchas onduladas. Otros materiales como losas
de pizarra no son aconsejables porque son pesadísimas , difíciles de manejar,
necesitan troncos por debajo suyo y sobre todo son peligrosísimas si se
desploma el tejado , que es lo que sucederá las primeras veces con toda proba-
bilidad. Es importante mencionar este sistema precisamente debido al peligro
que ofrece. En algunos sitios se empleaban tejas de madera, pero es fácil de
comprender que un techado mínimo por este sistema puede tardar semanas
en completarse.
Hay una forma mucho más sencilla, realizada con un material que existe
en todos los lugares: la hierba. Existen especies de hierbas mejores que otras ,
pero normalmente no podemos elegir y nos conformamos con la que se nos
presente, prefiriendo la que más seca esté. Primero hemos de colocar hori-
zontalmente sobre la estructura básica una serie de cañas o palos paralelos
separados entre sí más o menos un palmo , dependiendo de la longitud del
material con que contemos. Si no son lo suficientemente fuertes se aplica un
palo de refuerzo perpendicular a todos ellos. Si vamos a emplear algún tiem-
po en este refugio los ataremos con cordel -que podemos trenzar nosotros
mismos- , de lo contrario con un manojito de hierbas retorcidas de las mis-
mas empleadas para tejer, seleccionando las fibras más largas y verdes.
Luego preparamos un buen montón de haces o manojos de hierbas , cada
uno atado por un extremo con otro poco de hierba retorcida. Iremos sujetan-
do estas tejas a los palos comenzando por la hilera de abajo y anudándolas
por debajo de su atadura. Las vamos apretando y sujetando entre sí, peinán-
dolas un poco para que el agua resbale bien hacia abajo. Cuando hemos ter-
minado una fila comenzamos la siguiente de forma que tape más de la mitad
de la teja anterior. No intentemos economizar en esto porque entonces el
agua pasará, aunque si lo construímos sólo para protegernos del frío y hay
prisa podemos ser menos ortodoxos.
Así hacemos hilera tras hilera hasta llegar al final. Para que no cale por
arriba colocaremos una cumbrera abriendo por debajo los haces y colocándo-
los de pie todo a lo largo de-la arista.
Es muy importante que todo tejado de hierba o ramas tenga al menos 45°
de inclinación porque al no ser impermeable el agua ha de resbalar por él.
También conviene cavar una pequeña zanja de desagüe para que el agua e Forma de unir dos palos con un haz de
no encharque el suelo. hierbas. Colocación del haz en diagonal sobre
En lugar de hierbas se pueden emplear juncos , helechos secos , hojas de ca- el cruce de palos .
e Se llevan los extremos hacia dentro del
ña, etc. Pero en el supuesto extraordinario de que no exista hierba ni nada refugio .
parecido, o en el no tan extraño de que estuviese mojadísima tras varios días e Se giran y llevan hacia uno por la otra
de lluvia, podemos emplear ramaje. En la ya descrita estructura engancha- diagonal. y se hace un nudo plano .
mos abundantes ramas obtenidas de árboles o arbustos (el boj es el mejor)
tras una cuidadosa poda para no perjudicarles. Ha de hacerse un tejado
espesísimo amontonando cantidades ingentes de ramas, y aunque no se vea
la luz en el interior, no es seguro del todo que no haya alguna gotera. Por
ello hemos de tener cerca algunas ramas ya preparadas para reparaciones de
urgencia. Sin embargo, es muy útil para resguardarnos del frío , el viento y la
nieve, y rápido de hacer.

TRUCOS EN LA CONSTRUCCIÓN
Habréis observado que los techados que podemos hacer sin tener nada
cuestan bastante tiempo , al menos dos o tres horas trabajando rápido dos Techado de palos para un refugio de larguero
personas. Por eso, y como concesión a la civilización , va muy bien llevar un inclinado .

REFUGIO
El techado , trucos
15
plástico de 2 x 2 metros, que es suf;ciente para tres personas o bien dos per-
sonas con equipo , y que nos permite improvisar un refugio en diez minutos.
En vez de plástico se puede llevar una lona, pero es menos impermeable y
muchísimo más pesada. ¡En ese caso es mejor llevar una llenda y ya está! El
plástico es ideal para el refugio del larguero inclinado. aunque no para el de
upo tienda de campaña pues en éste entrará viento por todas partes y volará
cuando sople un poco fuerte .
Pero no todo es tan ~tncillo , hay 4ue tomar alguna.:> precaucione~. En pri-
mer lugar, alisar perfectamente el palo donde se apoya o el plástico St: llenará
e Modo de ir atando las "tejas" de hacer de agujeros Si hay un saliente que no pueda alisarse, cubridlo con hierba.
hierbas. De no disponer de cuerda se ata cada Por otra parte, superemos la costumbre de colocarlo encima de la mochila
haz independientemente a los
cuando caminamos, haciéndole sufrir las espinas del camino. Es conveniente
palos con hierbas.
ti} Vista en sección de cómo se van colocando
revisarlo al desmontarlo, y tapar con la cinta aislante los agujeritos o de lo
sobre los palos. contrario ya veréis lo divertidas que son las goteras un día de lluvia, cuando
es imposible pegar nada al plástico mojado. Tampoco conviene dejarlo al sol
más de lo imprescindible, para que no se estropee.
Mención aparte merece el problema de cómo unir cuerdas al plástico para
hacer los tensores. El sistema que empleaban los siux para sus tiendas de piel
de bisonte, es el siguiente. cogemos la esquina del plástico , la anudamos con
un cordel y un nudo de ballestrinque y bu/in y ya está: un tensor a toda
prueba. Con una cuerda en casa esquina es suficiente para el refugio inclina-
do , incluso con un plástico de 2 x 4 metros , capaz de cob1¡ar a cinco persu
Cómo enganchar una rama de arbusto (bo¡ p . nas. A no ser que lo montemos en un lugar azotado por el viento en cuyo
e1.) a un palo
caso cuantos más tensores tenga , mejor.
Para sujetar las cuerdas a la tierra se pueden fabricar estaqu!llas en un mo-
mento y hacer un nudo tensor. Si el suelo es demasiado duro para clavarlas o
Jemasiado blando para que se sostengan (arenoso), se puede hacer un hoyo ,
clavar en el fondo la estaca y encajar otra transversal, tapándolo todo con
piedras y tierra. Si hay piedras es preferible atar cada cordel a una piedra con
un buen nudo (corredizo. bu/in o ballestrinque) y una vez colocadas toda~ .
ir tensando suavemente rodando las piedras sobre la cuerda.

EL LECHO
Ya tenemos nuestro flamante techado. Nos tumbamos a dormir
contentísimos y, a media noche, notamos un frescor en los riñones que va
en aumento hasta no dejarnos pegar ojo. ¿Qué ha pasado aquí? Pues que he:
cuatro personas
mos olvidado algo fundamental: encontrar algún método para aislarnos de la
humedad y del frío del suelo. Naturalmente, si llevamos saco de plumas y
colchoneta hinchable no hace falta nada, pero no estamos en ese plan.
En la España húmeda , el lecho no sólo es fundamental sino que además
requiere una técnica compleja. A veces merece la pena buscar un pajar o casa
abandonada. Si la casa ha sido habitada alguna vez , tened la buena educación
de explicar antes de entrar que no váis a coger nada, sino más bien a ayudar
en lo que podáis. Reparar una gotera o limpiar una habitación siempre será
agradecido.
Pero como siempre hay un sitio así donde cobijarse si el tiempo está llu-
vioso, y las cuevas a veces no se encuentran, tendremos que hacer el techado
El plástico en un refugio tipo larguero
primero y luego el lecho. Una buena defensa contra la humedad es clavar
inclinado. El viento le viene por detrás, y ahí cuatro postes y hacer una cama somera colocando ramas, cañas, etc. O lapo-
se tapan las fisuras amontonando hierbas demos tejer con cuerda, comprada o hecha por nosotros mismos (esto último
verticalmente. es trabajosísimo). También podemos clavar ramas de forma que se inclinen
todas hacia abajo y nos mantengan elevados. Si las ramas estuviesen moja-
das , sacudidlas en un lugar protegido de la lluvia, debajo de un árbol o del vi-
vac, antes de colocarlas. No será un lecho de rosas pero podremos dormir
más o menos. De todas formas , si vivimos en una zona muy húmeda nos
vendría muy bien tejer con cordel fuerte una red que nos sirviera de hamaca
o llevar una hamaca de espeleología, ligerísima. Si no os gustan las hamacas,
habréis de usar aislante sintético o plástico para el suelo. Tengamos en cuen-
ta que cuanto más equipo llevemos más cómodos estaremos , pero aprendere-
mos menos y nuestra comunicación con la Naturaleza será también menor.
Sepamos buscar el punto jusfo.
Quitar las ramas y alisar UR larguero Si hace frío, se puede poner hierba, hojas, helechos por encima y por de-
colocándolo boca abajo. bajo de uno, siempre que estén bien secos. De estar húmedos son inservibles

16 ELConstrucción
REFUGIO
. El lecho
(aunque un montón de hierba cuando fermenta da un calor que puede servir-
nos en una emergencia).
En la España seca, el lecho nos defiende de la humedad que siempre hay
en el suelo por muy árido que parezca, pero su misión principal es evitarnos
el frío contacto con la tierra. Podemos amontonar ramas con el centro de la
convexidad hacia arriba de forma que nos separen del suelo , o bien arbustos
y hierba seca. Durante el buen tiempo , un lecho así, con la estructura de pa-
los montada y el plástico al lado por si acaso se desata una tormenta vera-
niega , es suficiente para dormir maravillosamente.
En invierno la cosa no es tan sencilla. Además del lecho , hemos de poner
algo de techado para evitar el viento y la pérdida de calor por radiación. Ysi
colocamos el plástico es imprescindible la estructura de palos porque si está
directamente encima nuestro la transpiración del cuerpo y la condensación
de este vapor sobre el frío plástico , caerá sobre nosotros mojándonos. Ade-
más de eso , si no llevamos un buen saco o nada en absoluto , habremos de
acumular sobre nosotros un montón de paja, hierba seca, hojas , etc. Tam-
bién las podemos meter entre el jersey y la camisa y nos protegerán mucho.
Un detalle que para algunas personas es fundamental: si vais a estar más
de un par de días, llevad un pijama. Es incomodísimo dormir desnudo noche Canadiense improvisada con un plástico y una
tras noche sobre hierbas y ramitas , además de que protege del frío y los mos- cuerda, con capacidad para 14 personas .
quitos. O tendréis que dormir con los pantalones puestos, lo que si se prolon-
ga durante un mes es insoportable. Además de esto , un pijama sirve para co-
locárselo bajo la ropa normal si hace frío , es una ropa de repuesto y si se mo-
jan los vestidos o hay que lavarios, se puede colocar bajo los pantalones para
protegerse de los pinchos, etc.
Cada mañana debemos mullir y airear el lecho para evitar que se formen !)
, ~j
humedades , quitando las piedras que nos puedan haber molestado la noche
anterior , pues a pesar de que lo intentamos limpiar antes de hacerlo siempre
queda alguna en un punto estratégico.

EL REFUGIO EN EL DESIERTO
Ha de ser especial ya que allí no existen palos que nos puedan servir de
estructura. Un método es hacer un lecho y a continuación atar unos fajos de
Cómo arar una cuerda tensora a un plást ico o
hierba con cordel o con las mismas hierbas más largas y verdes que hayamos una lona.
seleccionado. Los vamos colocando subiendo una pequeña falsa-cúpula alar-
gada, rellenando cada piso con hierba suelta. Una vez terminada nos introdu-
cimos en medio ¡calentísimo!
Si hay menos hierba disponible , podemos economizarla haciendo un agu-
jero en el suelo , levantando con la tierra obtenida una pequeña elevación que
nos proteja, rellenando todo con arbustos y guardando la hierba para cubrir-
nos . Si la hierba no se ata nos encontraremos que a la menor brisa volará el
refugio (es experiencia propia). De poseer un plástico se puede colocar e Anclaje de cuerda censora en tierra muy dura
cubriéndolo todo, pero nunca sobre el cuerpo directamente. o arenosa .
Para buscar la hierba que tanto necesitamos exploraremos las vaguadas e Ancla1e de mucha cenSJón.
profundas , sobre todo las más sombrías.
Aunque llueva poco , puede suceder que tengamos oportunidad de ver la
lluvia. Si no tenemos plástico , podemos apañárnoslas inprovisando el techa-
do de paja: apoyando los fajos en la hierba suelta del interior y formando
una especie de almiar para que el agua resbale y no penetre (en teoría). Natu-
ralmente , esto en el caso de que no podamos conseguir palos para hacerlo
bien.
Otro método bastante bueno es aprovechar un pequeño saliente como
techo y cubrir las paredes con piedras por fuera y paja atada por dentro . Se
deja una pequeña puertecita para reptar al interior, luego la taparemos con
unos haces de hierba. No existe peligro de asfixiarnos porque el aire pasa a
través de la hierba. Es mejor porque aunque llueva no nos mojaremos , pero
hay una posibilidad de quedar sepultados si se desprende la roca que nos co- e Refugio de fajos de hierba seca .
bija. Esto no es raro pues la erosión en el desierto es muy intensa, y si a la e El anterior visto en se cción .

lluvia se le suma la vibración de los truenos ... De todas formas hay mayor
probabilidad de coger un constipado y nos arriesgaremos. En verano se busca
el frescor tal como se dijo al principio del tema.
En cuanto a las víboras, nunca está de más mirar atentamente ropas y bo-
tas antes de ponérselas.
EL REFUGIO
En el deSJerto 17
Refugio bajo un EL REFUGIO EN LA NIEVE
saliente.
Es el más difícil, incómodo y peligroso de construir y habitar. Éste sí que
se hace para sobrevivir en casos desesperados y no para dormir. Dentro de
ellos estás dando diente con diente y no pegas ojo, pero al menos no mueres
congelado. Aquí sí que es preciso un buen saco de dormir si no lo quieres pa-
sar mal. Si de todas formas deseáis tener la experiencia es mejor levantarlo al
lado de un refugio de montaña donde tengáis ropa seca y otro saco, además
de un buen fuego listo para encender. En la nieve uno se juega la vida.
Aquí, como en casi todo, se copia a un pueblo primitivo, el esquimal. El
iglú esquimal es amplio y va bien pero tiene una pequeña pega, y es que para
construirlo en un plazo de tiempo razonable hace falta bastante práctica.
Además, levantar su forma espiral una sola persona es bastante dificultoso ,
sobre todo la parte superior de la cúpula. Lo que hayáis visto en las películas
es suficiente y no hace falta describirlo. Sólo un par de detalles: es mejor pe-
queñito, porque costará menos trabajo, y aunque no haya hielo que cortar lo
podemos hacer con nieve que apelotonamos con las manos.
Hay otras maneras de refugiarse mucho más sencillas , más al alcance de
los inexpertos. Lo mejor es buscar el hueco que hace un árbol en la nieve, se
ahonda un poco más, se alarga y se cubre como un iglú alargado; o más fá-
cil: con las ramas se levanta una especie de candiense o larguero inclinado y
se recubre con nieve. Este último· esquema admite múltiples variantes y es
bastante bueno. Conviene recubrir el suelo con ramas .
Si estamos en una pendiente fuerte y por lo tanto no podemos llevar a ca-
bo los refugios anteriores, excavaremos una pequeña cueva en la nieve, utili-
lgloo. Recomendable si se va a estar varios zando la que sacamos para taparla por el exterior. La entrada se ha de obs-
días , para poder moverse algo. Es complicado truir. En un llano, si hay una capa espesa, es posible hacer un agujero que
para una sola persona finalizar la cúpula.
nos proteja. Ysi no queréis que el vivac en la nieve sea el último de vuestra
vida, es muy importante que recordéis lo siguiente:
• No es raro que se desplome o se bloquee la salida. Por tanto al lado vuestro
tendréis siempre el piolet, cuchillo, palo, etc. que os haya servido para exca-
var.
• Dejad siempre un surco interior junto a las paredes para que el agua que
siempre gotea se deposite allí y no os moje sin apercibiros hasta que sea de-
masiado tarde. Un saco mojado en la nieve significa la congelación. Alisad
bien techo y paredes para que las gotas se deslicen por la pared en vez de caer
en medio.
• Si deseamcs ~ale;itar algo para comer, lo haremos con una vela a la que en-
volveremos con papel de plata (sobrepasando en una longitud de tres dedos y
con agujeros para que entre el aire) a fin de concentrar su calor sobre el cazo.
Para sujetar éste, podemos improvisar un trípode con palos o alambre. Si co-
Refugio en la nieve en torno a un árbol.
cinamos con camping-gas, se derretirá todo y nos mojaremos.
• Siempre pondremos en el lecho algo entre la nieve y nosotros (ramas,
mochilas ... ) para evitar que el frío suba y nos cale la humedad. La parte alta
siempre es la más caliente.
• Por mucho frío que haga siempre nos quitaremos las botas o al menos las
aflojaremos, así como el cinturón y todo lo que oprima mínimamente el
cuerpo. De no hacer esto, la circulación se dificultará y tal vez despertemos
con un pie congelado.
• Para evitar el deshielo en primavera debemos buscar una cara norte. Pero
lo más importante es colocarnos fuera de la trayectoria de los aludes. Evitare-
mos sobre todo las vaguadas , especialmente si no crecen árboles en ellas.
• Cuando se hiela la nieve os impide el paso del aire. Siempre mantendremos
una ventilación suficiente vigilando que los agujeros se mantengan libres si
en el exterior nieva.
• Un vivac en la nieve es sólo un último recurso para evitar helarnos durante
la noche. De tener otra opción la preferiremos.
• Estos consejos sí deben seguirse al pie de la letra por nuestra propia se-
guridad.

REFUGIOS IMPROVISADOS
Cómo calentar bajo la nieve • Estas sugerencias generales no han de considerarse como dogmas inmu-
algo para comer. tables. Hay que ser capaces de desarrollar la imaginación y trabajar con los

18 ELEn REFUGIO
lonieve
materiales y circunstancias que tengamos a mano . Improvisar, crear, imagi-
nar ... nunca aplicar mecánicamente unas técnicas aprendidas.
En un bosque es posible refugiarse en el tronco hueco de un árbol , al lado
de un troco caído, bajo un saliente, etc. Todo es cuestión de ir con los ojos
bien abiertos y tener un poco de experiencia. Incluso un simple montón de
estiércol nos puede proporcionar una casa con calefacción incluida en caso
de apuro.
Nuestro mismo cuerpo puede servir también: una buena postura permite
que la superficie de contacto con el suelo y con el exterior sea mínima , el
vientre quede abrigado y el aliento caliente el cuerpo. Es difícil dormir así; to- Un saliente puede servirnos para dormir.
do es cuestión de perseverar si no se puede pegar ojo de otra forma. Normal-
mente despiertas cada hora , te sientes anquilosado , estiras una pierna, sien-
tes frío y la vuelves a encoger. Si tenemos la suerte de disponer de una manta
aumentaremos mucho el calor de que disponemos. Una variante es dormir
sentado en posición fetal ; es asimismo eficaz aunque también incómoda si no
estamos acostumbrados a ella. Duelen menos las piernas pero no sabes qué
hacer con las manos. Elegir una u otra depende de los gustos (personalmen-
te, con la primera y con sólo una manta fina estuve diez días rondando los
quince bajo cero en el Alto Pirineo sin pasar demasiado frío. He procurado no
tener que emplearla nunca más, por motivos obvios). Más vale un buen vivac
y guardar estas posiciones para emergencias.

EL FUEGO EN EL REFUGIO
Indudablemente, si construimos un refugio para conservar el calor, el
fuego puede ayudarnos a estar calientes siempre y cuando respetemos unas
sencillas normas , ya que de lo contrario puede ser ineficaz e incluso peligro-
so.
Posturas para
Lo primero es dirigir el calor hacia nosotros. Esto se consigue reflejando defenderse del frío . Sin
con tierra o piedras la radiación. Detrás nuestro, si no hemos construido na- ropa para ilustrar la
da , haremos otro semicírculo pero más grande, y de esa forma habremos cre- posición, el resto con
ado un microclima cálido. una manta si se puede
disponer de ella.
En cualquier tipo de vivac colocaremos el fuego delante de la entrada, con
el reflector apuntando hacia ella.
Hay que tener siempre muchísimo cuidado con el peligro de incendio de
nuestro colchón , saco o techado , pues basta una chispa para que acabemos
cual herejes. Es muy conveniente programar la mente antes de dormir con la
firme idea de despertar si se reavivase el fuego . Sobre la técnica del fuego , si
llueve, etc. ver el capítulo correspondiente.
Como no podemos estar alimentando la hoguera toda la noche, se apagará
y no tendremos calor cuando más nos haga falta, es decir. en la madrugada.
Así que es mejor desarrollar un buen método para conservar el calor toda la
noche. El óptimo consiste en hacer un fuego fuerte antes de dormir y, sin
que se consuma del todo , taparlo con ceniza y arena. De esta forma arderá en
forma de brasa, lentamente, y emitirá un calor suave y constante. Muy im- Creación de un microclima cálido con un
portante es recordar que así produce siempre el venenoso monóxido de car- árbol caído y una roca.
bono y por tanto no se puede emplear en lugares poco ventilados. Si el frío es
intenso tal vez no podamos dormir a partir de las dos o las tres de la maña-
na. Procuraremos entonces acostarnos pronto y tener algún trabajo manual
que realizar junto a la hoguera, así como leña suficiente.
·Si estamos desesperadamente faltos de calor, cavamos un hoyo poco pro-
fundo y de unos 90 centímetros de largo por 30 de ancho. Allí meteremos
las brasas y los troncos sin consumir del todo , los cubriremos primero con
cenizas y luego con una fina capa de arena o tierra muy seca (de estar moja-
da, cogemos la de debajo de la hoguera). Dormiremos directamente con el
cuerpo sobre ella, sin colocar ningún lecho tanto por el peligro de incendio
como porque nos privaría del calor (sobre nosotros podemos colocar una ca-
pa de hierba seca); nunca con saco o vestidos de tejido sintético a no ser que
la alternativa sea morir congelados . pues éstos son altamente inflamables.
De tratarse de un refugio de nieve , haremos un agujero en medio , coloca-
remos ramas verdes debajo para que la nieve no inunde las brasas y las apa- Microclima cálido en un talud con un arbusto
gue , a continuación una capa de brasas y luego otra de ramas verdes sobre la vivo y ramas cortadas.
que dormimos. Es una técnica muy difícil de dominar porque o se te apaga y
pasas frío , o comienza a salir humo. Como además el peligro del monóxido
EL REFUGIO
Improvisados. El fuego 19
de carbono es altísimo (la ventilación correcta es de vida o muerte) esto sólo
se hace a la desesperada, cuando hemos de calentarnos para dormir sea como
sea.
El fuego tiene otra utilidad más a la hora de dormir: arrojando suficientes
hojas o hierbas verdes encima de las brasas, producirá humo suficiente como
para mantener alejados a los mosquitos durante algún tiempo , siempre deina-
siado escaso por desgracia.

LA CABAÑA
En los refugios de los que hemos hablado tiene más importancia la rapidez
en levantarlos que la comodidad que puedan proporcionar luego, pues para
estar unos pocos días en un sitio no hace falta grandes lujos. Pero si hemos
de habitarlos bastante tiempo (un mes , por ejemplo) el hecho de tener que
meterte en un agujero de hierbas va minando la moral firme y lentamente.
Esto es más cierto en invierno, cuando la estancia a la intemperie es reducida
Refugio de larguero inclinado con media por fuerza. Además , el hecho de la construcción de la cabaña y su perfec·-
entrada tapada y un reflector de fuego hacia cionamiento nos mantiene activos y evita la depresión. ¿Y lo maravilloso que
la abertura.
es tener un hogarcito para cuando queramos y la sensación de libertad que
da?
Lo primero que hemos de hacer es buscar el lugar apropiado: soleado, se-
co, con agua potable cerca y recursos alimenticios próximos. Preguntando a
un pastor (siempre hay alguno cerca) de· quién es el monte que hemos elegi-
do, nos indicará dónde no habrá problemas.
Después de hacer un refugio para pasar los primeros días y darnos una
vuelta por los alrededores a fin de ver de qué material disponemos , hemos
llegado a un punto delicado: no vamos a cortar cien árboles crecidos para pa-
sar unos meses en una cabaña de troncos muy bonita, techada con gruesas
vigas para poner pizarras o losas de piedra que podrían caernos encima o con
corteza de árboles (lo que sería un asesinato en masa). Incluso en ciertos
Delimitación de la circunferencia, clavado de
terrenos excavarse una cuevecita puede ser una alternativa.
postes y sujección de los travesaños que los Hemos de buscar tres condiciones: nula incidencia destructiva en el ecosis-
unen.
tema, técnica sencilla de aprender y relativa rapidez de construcción y, muy
importante, que no haga daño si se desmorona. Existe un modelo de choza
que las reúne y lo podemos encontrar tanto en el África de hoy día como
entre los antiguos pobladores de Europa y Norteamérica, es decir , adaptable a
todos los climas y circunstancias , lo cual es una gran ventaja.
El tamaño está limitado por los materiales disponibles, por el tiempo a
emplear, el uso a darle y la propia destreza técnica. Hacerla muy grande no
es práctico , y merece la pena comenzar construyendo antes otra más pe-
queña al lado, ya que con la mayor surgirán grandes problemas técnicos. Un
tamaño muy manejable es el de tres metros de diámetro , pero va bien hacer
antes un prototipo menor con la misma técnica para ver qué dificultades te-
nemos.
La mejor forma es la circular, ya que evitará los problemas del tejado a dos
Estructura de palos que llegan hasta el nivel vertientes. Además es la forma geométrica que nos da mayor superficie con
del suelo y colocación de los principales menos pared construida. Normalmente no haremos ventanas puesto que la
travesaños sobre éstos.
misma puerta -orientada hacia el sur- nos sirve para que entre la luz. Si
abrimos alguna ventana la tapamos con tela o papel para que entre claridad
pero no el viento. Desarrollamos la vida fuera y sólo estamos dentro cuando
hace mucho frío, llueve o para dormir. No son necesarias ventanas panorá-
micas porque estás harto de luz y sol, y sólo deseas penumbra y un sitio
cerrado para descansar e interiorizarte. Esto es algo que a la gente de la
ciudad hambrienta de aire y luz les puede parecer mentira, pero basta hacer
la prueba para darse cuenta.
Una vez elegido el sitio , marcad un círculo con un palo clavado en el
centro y un cordel. Trazarlo a ojo implica una choza-fantasía.
De estar en una zona donde haya piedras planas y de gustaros las aparien-
cias sólidas y el trabajo difíéil , podéis construir con ellas una pared circular
de un metro de alto. Es preciso cavar un pequeño cimiento , y el muro así edi-
ficado ha de ser ancho , pues cuanto más ancho más estable será. Los huecos
Travesaños finos y zócalo de losas con surco
de vierteaguas a la izquierda. A la derecha ya se rellenan con barro.
recubierta. Pero esto es muy complicado y resulta más simple clavar postes en el

20 REFUGIO
Lo coboño.
suelo cada cuarenta centímetros y unirlos en su parte superior con un trave-
saño para dar más fortaleza a la estructura. Luego podemos ir entretejiendo
ramas (de avellano , sauce, chopo, etc.), mimbres, plantas de tallos alargados ,
juncos, cañas, etc. Una vez tejido , se recubre con barro arcilloso por dentro y
por fuera. También se puede emplear los excrementos frescos de vaca amasa-
dos con agua, queda muy bien y el olor casi desaparece a los pocos días. Una
variante es realizar un doble trenzado separado entre sí un palmo o dos y
rellenado con tierra ligeramente humedecida; es sólido pero más trabajoso.
Una forma muy sencilla y casi diríamos que la mejor , es construir las pa-
redes igual que el techo: con una estructura básica de palos y sobre ellos ha-
ces de hierba superpuestos, asegurando la hilada inferior con otros haces ho-
rizontales o cualquier otro sistema para que no pase el viento. Da tanto o
más calor que las otras cabañas y suele ser menos trabajosa en muchas oca-
siones.
Tampoco podemos dejar de mencionar la típica pared hecha de terrones de Versión con pared . La cumbrera ya ha sido
tierra con su propio césped hacia el exterior. Pero debido a que hemos de puesta.
arrasar un prado no podemos emplearlo en un lugar que no sea nuestro - y
aunque lo fuese es un poco destructivo.
No es muy purista ni estético , pero es lo más cálido y rápido -aparte de
muy barato- hacerse unas pocas balas de paja de un campesino cercano y
construir con ellas las paredes.
El tapial y el adobe son más complicados y necesitan algo de técnica y ma-
terial , por lo que no lo explicamos.
Si deseamos que la cabaña dure años , antes de clavar los postes recubri-
mos la parte que vaya a ser subterránea con resina , o los tostaremos ligera-
mente en la hoguera (también existen productos químicos que las protegen ,
pero no va por ahí la cosa). Lo más importante es el tipo de madera que elija-
mos. Si los postes son de nogal, roble , encina, boj , olivo o maderas duras , en
general aguantarán muchísimo . Si son de pino o abeto bastante menos, y Agua Calzado
chopo o saúco un par de años como mucho. No se necesitan troncos muy
gruesos; para una choza normal bastan unos cinco centímetros de diámetro. Distribución del espacio interior.
Si ampliamos el tamaño de la choza, aumentan con gran rapidez los proble-
mas de sustentación. Por ejemplo , con un diámetro de seis metros (casi trein-
ta metros cuadrados) necesitaríamos ya vigas tan gruesas como postes telefó-
nicos y contrarrestar los empujes laterales del techo. Es una obra difícil y
fuera del ámbito de la supervivencia o vida nómada, para entrar en la autosu-
ficiencia rural.
Siempre, sea cual sea el sistema empleado , intentaremos evitar que lapa-
red entre en contacto con la humedad del suelo , para lo cual colocaremos
entre los postes unas losas de piedra inclinadas hacia afuera.
Para el tejado no emplearemos cualquier hierba como en un vivac rápido ,
sino que buscaremos alguna con un poco de calidad, larga y con mucha celu-
losa. El carrizo es la mejor y Sé6uramente durará más que nosotros; la paja
de cereales cultivados es buena también pero difícil de encontrar ya que las
segadoras actuales la cortan en trozos muy pequeños; peores opciones son
juncos, eneas o hierba común. Para atarlas ya no empleamos un fajito retor-
cido , sino cuerda de hierba trenzada o cordel. Para aumentar su duración , se
puede encerar pasando éstas por una bola de cera o grasa.
Levantar la estructura del tejado no es tarea fácil. A partir de tres metros
de diámetro las dificultades aumentan vertiginosamente. Hasta esa medida
clave, frontera en la que se detiene el fiel de la balanza entre el lógico deseo
de disfrutar de espacio y el no menos lógico deseo de que no existan dema-
siadas complicaciones , podemos muy bien manejarnos sin andamios de nin-
gún tipo y también , cosa muy importante, hacer el tejado aparte de los mu-
ros , lo cual faciiita el trabajo (es decir , terminarlo a un lado y luego colocarlo
sobre las paredes), desgraciadamente para colocarlo hacen falta varias perso-
nas o mucho ingenio. Incluso podemos comenzar la casa por el tejado y de
esa forma edificar el muro después sin complicarnos en cálculos de la rela-
ción entre longitudes y diámetros.
He aquí las medidas necesarias para una cabaña de tres metros. Los postes
de las paredes serán de 1,20 metros para que la altura sea de un metro y los
largueros del tejado , 3,SQ metros. Podemos prolongar el tejado hasta el suelo ,
en cuyo caso no construimos paredes aunque sí su estructura para ayudar a
REFUGIO
La cabaila. 21
sostener el tejado; entonces los largueros serán de 4,50 metros aproximada-
mente. Si deseamos más espacio para estar de pie, se puede subir la pared sin
RAMILLA!:> ATAOA'!I
ALR'EOEOOP. OEL
E.NTRAMAOO COMO
variar las medidas del tejado. El tejado ha de tener siempre cuarenta y cinco
BA$E PAR.A. TEC.MAOO
EN P.A.JA grados de inclinación para estar seguros, y ha de sobresalir de la pared al me-
nos dos palmos a fin de que no se mojen las paredes cuando llueva, sobre to-
do si éstas son de barro.
Una vez cortados los palos a medida atamos someramente las puntas de
tres de ellos dejando que sobresalgan un par de palmos por arriba. Trazamos
un círculo de dos palmos más de radio que el de los muros , y hacemos que
las bases de los palos atados lo toquen, quedando equidistantes entre sí y for-
mando un trípode. Colocamos entonces el resto de los largueros y atamos
sus bases entre sí mediante fuertes palos, y luego anudamos fuertemente la
cima. De esa forma se obtiene una base poligonal. A continuación , sujetare-
mos el resto de los travesaños más o menos distanciados entre sí según la
D I AMIETRO OE LA C>5A : 8 · LOM . ALTVRA : 8M . largura del material con que contemos, el clima y el tiempo que deseemos es-
tar. Cuanta más humedad y más años queramos que aguante , más juntos
hay que colocarlos. La distancia mínima para que sea impermeable es tal que
la gavilla superior cubra al menos las dos terceras partes de la inferior, y és-
tas han de quedar fuertemente aseguradas siguiendo el sistema explicado en
el apartado del techado, y teniendo buen cuidado de que los extremos
gruesos de las pajas queden hacia arriba. Es posible darle mayor seguridad
empleando una atadura en peine (cada fajo se ha de apoyar en tres rastreles;
en el superior se ata normalmente, y una ·vez dispuesta la paja como dese-
amos , se ata fuertemente otro palo por encima de los fajos al segundo rastre! ,
comprimiéndolos). También se podrían coser al rastre! pero es una técnica
un poco más complicada. Todo el trabajo se facilita si mojamos previamente
la paja.
Al ser la casa circular, no tiene cumbrera. De todas formas , como puede
que os guste hacer otros diseños, aquí va un sistema para hacerla y quede
duradera y estética (también podéis emplearla para los vivacs , aunque nor-
las cabañas de pa1a se han empleado tanto en
países fríos como cálidos por sus inigualables
malmente cuando los hacemos no pensamos en la estética). Consiste simple-
cualidades. mente en colocar sobre el larguero superior toda una serie de brazadas de pa-
ja sin atar en sentido transversal a él , que sujetaremos con dos peines, uno a
cada lado. Aquí pondremos paja en grandes cantidades , pues es el lugar don-
de más probable es que gotee cuando llueva. Es imposible construirla si sopla
una ligera brisa.
En la cabaña circular sólo será un punto lo difícil de impermeabilizar. Po-
demos taparlo simplemente con una gruesa gavilla abierta o tal vez mejor
con un tejadillo de cestería tapado luego con hierba y colocado aprovechando
lo que sobresale de los largueros. Dejamos aquí un agujero en la cima de la
choza, que nos permitirá hacer fuego dentro y nos facilitará cocinar cuando
llueva -cosa aparentemente banal pero que puede ser importante si no para
de llover en una semana- o para calentarnos en invierno.
Para la puerta dejaremos simplemente un agujero por el que poder entrar
agachado. Cuanto más pequeña, menos frío pasará. Es importante que esté
levantada del suelo , para evitar que el frío entre por debajo. Para taparla bas-
ta un lienzo tejido con cuerdas de hierbas , o un bastidor hecho con palos y
sobre él tejas de hierba, un trozo de manta vieja con piedras atadas al extre-
mo, etc; aquí la imaginación puede correr. Hemos de poder dejarla más o me-
nos abierta para que el fuego no eche humo. Haciendo las .pruebas pertinen-
tes no habrá ningún problema.
En el suelo hay que extinguir la vegetación debido a la humedad que da.
Podemos arrancarla y después pisar mucho o dejar que muera sola por la ac-
ción combinada de la falta de luz y nuestras pisadas. En el centro de la caba-
ña cavaremos un agujero profundo donde colocar el fuego . Cuidado con el
peligro de incendio; las hogueras han de ser pequeñas y no soltar chispas.
Para rematar el trabajo es precisa una pequeña zanja circular entre el lugar
donde cae el agua procedente del tejado y la pared, con un desagüe en la par-
te más baja para evitar que se encharque el interior.
De los palos del andamiaje de las paredes podemos colgar las herramientas
y todo lo que se pueda para que no ocupen sitio, pequeñas estanterías de
cestería, etc.
He aquí un ejemplo de distribución de una choza de tres metros para dos
REFUGIO
22 La cabaña .
personas. El fuego, que si fuese individual lo haríamos en el centro , lo
desplazamos hacia la puerta para que haya sitio en el fondo para una cama
doble , ya que para el calor y aprovechamiento de ropas es más eficaz dormir
los dos juntos (desde luego, no tanto que sea peligroso para el tejado). Distri-
buimos en torno a las paredes, por donde es demasiado bajo para caminar, la
despensa, los utensilios de cocina, el agua, los útiles de trabajo , la leña para
el fuego de una noche y la ropa (colgada de perchas). Lo que usemos poco ,
debajo de la cama. Para estar sentados junto al fuego podemos emplear la
misma cama o cualquier lugar del pasillo. De tener visitas se pueden acomo-
dar en el pasillo para dormir.
CONSTRUCCIONES ANEJAS,
CUEVAS Y CASAS ABANDONADAS
Complementos indispensables de la cabaña son un pequeño techado para
la leña (si no lo hacéis ya notaréis las dificultades al cocinar si ha llovido).
Una letrinas alejadas consistentes en una zanja alargada de forma que se
puedan poner los pies a ambos lados de ella y que se tapan con un poco de
tierra cada vez que se emplean , son algo que parece superfluo pero si estáis
dos o tres personas durante un mes , acabaréis con un cerco de excrementos
alrededor de la vivienda. También es útil un pequeño agujero para las basu-
ras no quemables que podamos originar excepcionalmente.
Si tenemos provisiones almacenadas, como trigo, arroz , legumbres , etc. o
recogidas por nosotros mismos , como bellotas , castañas , etc, las pocurare-
mos colocar en un lugar inaccesible a los ratones , como colgadas del techo ,
aunque es más eficaz envolver los sacos en tela metálica muy densa. Una me-
dida que les puede disuadir es colocar un cerco de espinas bien apretadas en
torno a la choza; poniendo arena por el interior para ver sus huellas y saber
por dónde consiguen pasar podremos tapar la brecha o poner una trampa.
En la parte más alta de la chimenea, por dentro de la choza puede dispo-
nerse un emparrillado donde se irán ahumando alimentos en tiras finas.
Y para finalizar , si sois varios , es mejor dedicar una choza a vivienda y co-
cina (con una despensa mínima) y otra para los útiles , material , ropa y des-
pensa principal. De quedarse a vivir mucho tiempo , se puede ir edificando se-
gún las necesidades , pero eso ya entraría dentro de un manual de autosufi -
ciencia rural.
Aprovechar la entrada de una cueva si no existe demasiada humedad es
una buena idea. Tendremos que cubrir con hierba seca el suelo del lugar ha-
bitado especialmente donde se duerme , y sobre todo en invierno levantar
unos pequeños muros (con piedras , tierra o hierbas) que nos protejan del
viento. Las ventajas sobre la choza son: trabajo mínimo , sin problemas de
goteras (a veces hay) , más espacio , sin problemas legales ni destrucción del
entorno , y se puede habitar desde el primer día. Las desventajas: encontrar la
cueva (la principal), posible alejamiento de los puntos de abastecimiento de
agua y alimentos , humedad a veces, peligro aunque remoto de desprendi - Tienda de campaña simple.
mientos en las tormentas (procuremos evitar las que veamos en estado de A partir de la técnica básica es fácil crear
descomposición con bloques caídos recientemente). En conjunto la vida variantes adaptadas a nuestras necesidades .
troglodita es más satisfactoria que la cabaña, y si se encuentra una cueva Por ejemplo en esta foto, se ha añadido un
mosquitero hecho con gasa de niño y tela de
adecuada siempre la preferiremos. sábana vieja; así como otro plástico debajo
La otra alternativa es aprovechar cabañas. casas o pajares abandona- para el suelo y unido al del techo con pinzas
dos. Las ventajas: poco trabajo , mucho espacio , normalmente proximidad de de ropa . Para facilitar el transporte se han
agua , nula destrucción del ecosistema. Las desventajas: parásitos (a veces es- sustituido la mayoría de los palos por cuerdas
tensadas . El resultado no tiene nada que
tán llenas de pulgas), posibilidad de que se hunda pues suelen estar en bas- envidiar a una tienda de campaña clásica. y el
tante mal estado , y el problema del propietario , que es importante (es aconse- coste del material es bajísimo.
jable pedir permiso al dueño pagando algo simbólico , de 100 a 500 pesetas al
mes, por ejemplo o arreglándosela a cambio). Debido a esto es delicado refu-
giarse en alguna construcción más de unos pocos días , a no ser que sea muy
solitaria y apartada. Si nos hacemos amigos de un pastor, nos puede decir en
cuáles no habría problema.

UNA TÉCNICA EN EVOLUCIÓN


Si dentro de algunos años volviésemos a escribir esto seguramente habría
.nucho que añadir y suprimir. Por eso , una vez más , no os conforméis con lo
que os ofrecemos: buscad y trabajad por vuestra cuenta.
REFUGIO
Cuevas, casos abandonadas 23
Pero existe una progresión que hay que respetar S nunca habéis salido de
la ciudad y os vais a la alta montaña con na mama al día siguiente estaréis
de regreso y sin querer saber nada más de aire re en toda vuestra vida. Es
aconsejable experimentar una progresión, con las variantes individuales ne-
cesarias en la construcción y habitación de ~vacs y chozas, como por
ejemplo la siguiente.
De no haber practicado montaña nunca, id a pasar unos días en un refu-
gio de montaña, pero no de los que tienen camas y otras comodidades. Una
vez hecho esto, haced excursiones con tienda de campaña ¡nunca a cam-
pings! Después ya se puede hacer vivac de verano con lecho y plástico al la-
do, llevando un saco. Acontinuación, se suprime el saco y se lleva una man-
ta. Seguimos construyendo un vivac inclinado con techado de paja, habitán-
dolo en primavera y otoño. Ya podemos entonces probarlo en invierno, con
Las ilustraciones de estas páginas y la 22 un buen saco. Después, una pequeña cabañita de metro y medio de diámetro
proceden del libro "Cobijo" de H. Blume para aprender, inhabitable por su pequeñez pero útil como experiencia. Tam-
Ediciones. bién estaremos preparados para improvisar· un vivac llevando una manta en
invierno y para construir, ahora sí, una choza de tres metros de diámetro.
No habitéis nunca un iglú en la nieve por probar si no estáis en una emergen-
cia, aunque sí pueden construirse para aprender; ni tampoco chozas de ma-
yor medida pues son peligrosas.
Cada uno sabrá cual es su ritmo de aprendizaje. Si seguís esta progresión y
no vais a marchas forzadas, es difícil que lo paséis mal , aunque pequeñas in-
comodidades son inevitables. Ánimo y recordad que podemos ser libres como
los pájaros. En este capítulo habéis visto cómo construir nuestro pequeño,
humilde y libre nido.

Reconstrucciones de cabañas de la Edad de


Piedra en las Islas Británicas.

24 REFUGIO
Té<nicos.

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