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Introducción a la Biología Molecular y

Celular
Clase 1- Actividad 4. El agua

El agua, esa molécula chiquita pero potente

Por Natalie Angier.

Artículo en la versión en español de The New York Times, 21/7/2007

Hace unos 380 millones de años unos cuantos vertebrados dieron, por primera
vez, el salto del agua a la tierra. Hoy, cada verano decenas de millones
de descendientes humanos dan el salto en la dirección opuesta en busca de
diversión veraniega. De acuerdo con la industria del turismo, cerca del 90 por
ciento de los vacacionistas escogen como destino un océano, un río, un lago u
otra pintoresca extensión de agua. Puede que tengamos pulmones en vez de
branquias, y que los nadadores más débiles entre nosotros sean perfectamente
capaces de ahogarse en cualquier costa más profunda que una bañera, pero aun
así sentimos el tirón primitivo de la marea. En nuestra etapa de fetos nos
gestamos en bolsas de agua. En nuestra etapa adulta, somos bolsas de agua,
aproximadamente el 50 por ciento de nuestro peso corporal proviene del agua, el
equivalente líquido de 43 litros. Nuestras células necesitan agua para funcionar y
debido a que perdemos partes de nuestras reservas internas con cada
traspiración, cada respiración y cada excreción que expulsamos, debemos
consumir constantemente más agua, o de lo contrario moriremos en tres días. La
vida en la Tierra surgió en el agua, y los científicos no pueden imaginar que la vida
surja de otro lugar que no sea la gracia cristalina del vital elemento. En opinión de
Geraldine Richmond, profesora de química en la Universidad de Oregón, quien a
menudo da charlas sobre las maravillas del agua, Mark Twain lo expresó de la
manera más clara “El whisky es para beber, el agua es para ser peleada”.

Detrás de la incomparable fuerza del agua y la razón de que sirva como el elixir
de la vida en vez del alcohol o cualquier otro lubricante, está el personaje de tres
cabezas cuyo nombre químico todos conocemos: H2O.

Los científicos observan que cuando dos átomos de hidrógeno se unen con uno
de oxígeno, la molécula resultante muestra una espectacular gama de poderes, al
obtener la fuerza de un gigante molecular mientras conserva la velocidad y
conveniencia de una miniatura molecular.

“El agua se comporta muy diferente a otras moléculas pequeñas”, dijo Jill Granger,
profesora de química en Sweet Briar College, en Virginia. Debido a la arquitectura
atómica del agua, la tendencia del oxígeno a adherirse ávidamente a los
electrones al mismo tiempo que se junta con sus compañeros hidrógenos más
dóciles, la molécula entera termina polarizada. Con ligeras cargas
electromagnéticas adelante y atrás. Esas cargas moderadas, a su vez, permiten a
las moléculas de agua, enlazarse en apacible comunión masiva, al unirse unas
con otras y también con otras moléculas a través de una conexión esencial
llamada enlace de hidrógeno (también llamada puente de hidrógeno).

Con sus lazos de hidrógeno, las moléculas de agua se vuelven pegajosas,


adhiriéndose unas a otras como una fila que baila conga. Tal cualidad pegajosa
significa que el agua es atraída a la tubería interna de las plantas y avanzará por
los conductos fibrosos para hidratar incluso las coronas de las secoyas, que se
elevan a más de 60 metros sobre el suelo. Dependemos en un sinfín de maneras
de la indulgencia fluida del agua. Los océanos y lagos de la Tierra absorben
enormes cantidades de radiación solar y ayudan a moderar el clima. A medida que
el sudor se evapora de nuestra piel, se lleva consigo grandes cantidades de calor
excedente. El agua también sirve como un solvente casi universal, capaz de
disolver más sustancias que cualquier otro líquido. Al mismo tiempo, la cualidad
altamente sociable del agua, su viscosidad ligada al hidrógeno, ayuda a darle a la
célula un sentido de comunidad. La extravagancia química del agua no tiene fin,
como también queda demostrado por la manera en que se congela de arriba hacia
abajo y adquiere la capacidad de flotar al calentarse. La mayoría de las sustancias
se contraen y se hacen más densas y más pesadas a medida que se enfrían, y se
expanden y aligeran a medida que se derriten. El agua es más ligera y más liviana
en su modalidad como hielo que cuando está líquida y así, en el invierno, la vida
marina puede encontrar un refugio líquido debajo del manto flotante de hielo, y así,
en el verano, los cubos de hielo flotan y tintinean en su vaso de limonada.

Cuestionario
1. ¿Por qué se habla de la molécula de agua como un personaje de “tres
cabezas”? ¿A qué átomos corresponderían cada una de esas “cabezas”?

2. En el texto se menciona que la molécula termina polarizada. Explicá con tus


palabras qué quiere decir esto y a qué se debe esta característica.

3. Los lazos o puentes de hidrógeno a que hace referencia el texto permiten unir
una molécula de agua con otra. Buscá información que te permita explicar cómo
ocurre esta unión, en qué casos se presenta, y si puede ocurrir con otras
moléculas.

4. “Tal cualidad pegajosa significa que el agua es atraída a la tubería interna de


las plantas y avanzará por los conductos fibrosos para hidratar incluso las coronas
de las secoyas”.

Esta oración hace referencia a una de las propiedades del agua: ¿cuál es el
nombre que se le da a esta propiedad? ¿Por qué es de gran importancia para las
plantas?

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