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Mariana Soledad Schemberger

ÑEÌ. &.JQXÓ
E14000006144249

///gre, 09 de febrero de 2022.

AUTOS Y VISTOS: Para resolver en el presente Incidente de


Recusación correspondiente a la I.P.P. nro. 14-08-002093-20.

Y CONSIDERANDO: Que esta incidencia tuvo inicio a partir


de la pretensión articulada por el Dr. Mario Raul Baudry, letrado patrocinante
de la particular damnificada, Sra. Verónica Carolina Ojeda, en cuanto impetró
la recusación de los Sres. Agentes Fiscales, Dres. Laura M. Capra, Cosme S.
Iribarren y Patricio Ferrari, y el consecuentemente apartamiento, en los
términos de los arts. 47 inciso 13, 50, 54, 79 inciso 5to. y ccdtes. del CPP, en
base a los argumentos de hecho y de derecho esgrimidos a fs. 2/83, como
también en la profusa documentación respaldatoria de su petición, a las cuales
me remito brevitatis causae.
Que obran a fs. 88/89, 92/96 y 99/102vta. presentaciones
formuladas espontáneamente por algunas de las partes litigantes, dejando
sentada su postura sobre el particular.
Que habiéndose celebrado la audiencia establecida por el
art. 54 del digesto procesal, el recusante mantuvo el requerimiento de
apartamiento de los Sres. Agentes Fiscales motivo de esta incidencia,
pretensión ésta objeto de rechazo por los titulares de la acción penal pública
Dres. Cosme S. Iribarren y Patricio Ferrari, tal como fuera plasmado en el acta
de audiencia y el soporte digital correspondiente.
Ahora bien, frente al dictamen articulado por los
acusadores obrante a fs. 299/317vta., el letrado ha formulado su responde, el
cual luce a fs. 331/333. Expresó en la ocasión, en primer término, que debe
darse por caído el derecho de la Dra. Laura M. Capra, toda vez que no ha
comparecido a la audiencia fijada por este órgano jurisdiccional, conforme el
art. 54 del ordenamiento adjetivo. Fundó su petición en la afirmación que la

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recusación impulsada era personal, y no genérica, extremo que determina su


obligación de asistir a la diligencia; concluye así que la incomparecencia de la
acusadora pública determina su inmediato apartamiento de la causa.
A continuación formula el Dr. Baudry argumentos
relativos a las circunstancias que a su juicio ameritan la recusación -punto III-,
los cuales aquí doy por reproducidos.
Que encontrándose estos obrados en condiciones para
resolver, entiendo que:

PRIMERO: Dada la multiplicidad de cuestiones que habrán de


ser objeto de tratamiento en la presente, aparece pertinente abocarme en primer
lugar al estudio de la problemática que versa sobre la inasistencia de una de las
fiscales actuantes, Dra. Laura M. Capra, a la audiencia del art. 54 del ritual.
Desde ya adelanto que la queja no tendrá favorable
acogida.
El art. 3 de la Ley 14442 reza en su párrafo segundo,
marcando los principios rectores del Ministerio Público en el ámbito
provincial, que: “… Su organización es jerárquica y está regida por los
principios de: unidad, flexibilidad y descentralización.”
De este modo, afirmado por la ley correspondiente el
principio de unidad del Ministerio Público Fiscal, se impone concluir que,
como en el caso, la ausencia de uno de los fiscales en la diligencia lejos se
encuentra de determinar, sin más, el alejamiento de la causa de la acusadora,
quién conforme fuera referido por sus colegas en la audiencia, se hallaba en uso
de su licencia anual.
No comparto la afirmación del letrado, en cuanto
expresara que la solicitud de apartamiento era personal respecto de la titular de
la acción penal. De la lectura de los extensos argumentos vertidos en las
presentaciones de fs. 2/83 y 331/334, como también de lo verbalizado en la
audiencia de mención, no se aprecia del discurso esbozado tópico alguno que,
de manera singular, puntualice sobre la actividad funcional de la Dra. Capra,
Proceso:
sino que, por el contrario, la crítica ha sido PP-14-08-002093-20/00
direccionada al actuar conjunto dePag. 2 de 23
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audiencia de mención, no se aprecia del discurso esbozado tópico alguno que,


de manera singular, puntualice sobre la actividad funcional de la Dra. Capra,
sino que, por el contrario, la crítica ha sido direccionada al actuar conjunto de
todos los fiscales intervinientes.
Frente a ello, la ausencia de uno de los funcionarios del
Ministerio Público Fiscal en modo alguno afecta, bajo mi parecer, el desarrollo
y adecuación normativa de la audiencia producida, como tampoco deriva en el
reemplazo directo de la titular de la acción penal -respuesta que, por otro lado,
la ley no brinda-, habida cuenta que, insisto, ninguna reprobación de las
articuladas exige una respuesta exclusiva por parte de la Dra. Laura M. Capra,
que no pudiera ser contrarrestada por quiénes sí participaran activamente del
acto procesal.

SEGUNDO: Despejada tal cuestión, entiendo necesario poner


de manifiesto que el tratamiento del sustrato de la reclamación exige, debido a
la naturaleza y modalidad argumentativa de los contendientes, un análisis
global y conjugado de cada uno de los aspectos que lleva a los planteamientos
en estudio, en aras de alcanzar una mayor claridad explicativa.
Sentado ello, debo adelantar que no aprecio
circunstancia fáctica alguna que me permita colegir que los acusadores
públicos se han apartado de los principios que deben regir su actuar -arts. 1, 29
inciso 2do., 73 y ccdtes. de la Ley 14442 y art. 56 y ccdtes. del CPP.-, no
vislumbrando que la situación particular ingrese dentro del art. 47 inciso 13 del
cuerpo legal de forma.
Los cuestionamientos del recusante dan cuenta de una
disconformidad con el sentido que se ha impuesto a la IPP, afirmando que no
se ha investigado a lo que denomina “entorno” de la víctima y la incidencia que
éstos podrían haber tenido en el desenlace fatal.
Pone el acento en dos personas puntualmente, los Sres.
Matías Edgardo Morla y Christian Maximiliano Pomargo. Considera
imprescindible que se profundice la pesquisa respecto de la posible
Proceso:
intervención de aquellos en el fallecimiento PP-14-08-002093-20/00
de quien fuera en vida DiegoPag. 3 de 23
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Matías Edgardo Morla y Christian Maximiliano Pomargo. Considera


imprescindible que se profundice la pesquisa respecto de la posible
intervención de aquellos en el fallecimiento de quien fuera en vida Diego
Armando Maradona y los réditos económicos que ello les habría redundado.
El tópico en cuestión, aunado a otros eventos que
describe detalladamente, tales como, la negativa a la producción de medidas
probatorias propuestas por su parte, obstáculos ilegítimos para acceder a las
actuaciones y diversas irregularidades que, a su parecer, evidencian una
animosidad de los acusadores respecto de su persona; funda a partir de allí una
sospecha de inobservancia de los deberes de objetividad y persecución de la
verdad histórica, en contradicción con el principio de legalidad procesal y de
oficialidad, afirmando además una voluntad -oculta claro está- de protección
judicial de los individuos antes sindicados.
Como primer punto de examen, centra su repudio a la
actuación fiscal en la ausencia de objetividad de los investigadores,
beneficiando con ello a personas que considera deben ser sometidas a pesquisa
para determinar la existencia o no de un plan criminal concertado para lograr el
deceso de la víctima y despojarlo de tal modo de sus bienes.
Han afirmado los Agentes Fiscales que el objeto
procesal fijado en la encuesta está restringido a los aspectos médicos que
rodearon el fallecimiento; en otras palabras, todo aquello relacionado al
accionar que habrían desarrollado los profesionales de la salud que
intervinieran de algún modo, durante la estancia de la víctima en esta Ciudad,
en la atención y tratamiento de las dolencias que lo aquejaban.
A partir de la materialización de principios
constitucionales y convencionales, de la exigencia supralegal de una tajante
separación entre las funciones estatales de perseguir y acusar, por un lado, de la
de decidir y juzgar un caso, por el otro, es el Ministerio Público Fiscal quien
impulsa la acción penal pública y direcciona de acuerdo a su criterio -claro
está, siempre ajustado a derecho la investigación penal -arts. 266, 267 y ccdtes.
del CPP y arts. 29, 73, 74 y ccdtes. de la Ley 14.442-.
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está, siempre ajustado a derecho la investigación penal -arts. 266, 267 y ccdtes.
del CPP y arts. 29, 73, 74 y ccdtes. de la Ley 14.442-.
En este sentido, el establecimiento de un hecho histórico
a pesquisar constituye resorte exclusivo de los representantes del Ministerio
acusatorio.
Ello, huelga decir, no implica desconocer las facultades
cada vez más amplias otorgadas a las víctimas en los procesos penales -arts. 77,
79, 334 bis párrafo primero, entre otros, del código de forma, Ley 15232-,
como tampoco que ese poder seleccionador de la acusación pública pueda ser
ejercido de modo discrecional, deliberado y fuera del marco de la ley, siendo
pasibles en tal caso no solo de las sanciones administrativas disciplinarias
correspondientes -Ley 13661-, sino además de incurrir en delitos de acción
pública.
La obligación legal de realizar una debida
argumentación de los requerimientos acusatorios, como de las decisiones
jurisdiccionales, está íntimamente vinculada a la protección contra la
arbitrariedad estatal y el acceso a la tutela judicial efectiva -arts. 18 y 75 inciso
22 de la Constitución Nacional, art. 25 CADH y art. 15 de la Constitución de la
Provincia de Buenos Aires-. La exigencia de debida fundamentación constituye
un escudo infranqueable contra la discrecionalidad de los órganos estatales
integrantes de la Magistratura y el Ministerio Público Fiscal, dentro del marco
de un estado republicano de derecho -arts. 1 y 5 de la Constitución Nacional-, y
como lo establece el sistema de enjuiciamiento acusatorio.
Resulta sustancial también la efectiva y correcta
fundamentación de las decisiones que se adopten, dado que posibilita a los
sujetos procesales que tengan interés en la solución de un pleito, o sufran la
afectación de sus derechos a partir de la injerencia que se disponga, a emplear
los remedios legales que entiendan adecuados a los fines de cuestionar por ante
instancias judiciales superiores tales declaraciones, a través de los medios
impugnativos previstos en la normativa -arts. 201, 202, 334, 421, 439, 448 y
ccdtes. del digesto adjetivo-.
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impugnativos previstos en la normativa -arts. 201, 202, 334, 421, 439, 448 y
ccdtes. del digesto adjetivo-.
Frente a ello, a partir de la observancia de las
actuaciones labradas en el marco del legajo principal, considero que los
Agentes Fiscales no han transgredido los principios de objetividad, legalidad
procesal y oficialidad que deben acatar estrictamente en el ejercicio de su
función, no abrigando este juzgador duda alguna acerca del profesionalismo,
probidad y honestidad que caracteriza su labor.
Es que la selección del objeto de imputación a los
incusos, materializado en las audiencias a tenor del art. 308 del ordenamiento
de forma, no aparece como caprichosa o incompatible con las constancias
recabadas por el momento en la encuesta, la cual insisto versa sobre la
actividad médica desplegada sobre la víctima; en otras palabras, la selección
del hecho imputativo no se erige como ilegitima e infundada.
Así las cosas, y más allá del trámite de los procesos
atinentes a posibles ilícitos de naturaleza patrimonial que se hallan en curso en
extraña jurisdicción -a saber, la IPP nro. 06-00-007794-21 del registro de la
U.F.I. 15 del Dpto. Judicial de La Plata y la causa nro. 11.155/21 del Juzgado
Nacional en lo Criminal y Correccional nro. 43, Secretaría nro. 109 de Capital
Federal-, no puede soslayarse que, al momento en que me encuentro adoptando
esta decisión, la investigación lejos se encuentra de haber concluido, no
pudiendo de tal modo descartarse de plano posibles mutaciones o ampliaciones
en la imputación.
En este punto, debo clarificar que las causas a las que
hiciera referencia en el párrafo que antecede se encuentran siendo objeto de
tratamiento por sus jueces naturales, de acuerdo a la materia y presunto lugar
de comisión de los eventos; sucesos estos totalmente ajenos al entendimiento
de este Magistrado y, en esta instancia, al objeto procesal fijado en la encuesta.
A la luz de lo actuado en esta incidencia y los eventos
acontecidos durante la audiencia celebrada, el descontento con el lineamiento
trazado por los investigadores es uno de los aspectos primordiales del
Proceso:públicos.
requerimiento de apartamiento de los acusadores PP-14-08-002093-20/00
No obstante, el Dr.Pag. 6 de 23
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acontecidos durante la audiencia celebrada, el descontento con el lineamiento


trazado por los investigadores es uno de los aspectos primordiales del
requerimiento de apartamiento de los acusadores públicos. No obstante, el Dr.
Baudry ha formulado un sinfín de consideraciones relativas a diversos aspectos
fácticos y jurídicos que, por imperativo legal, deben encontrar respuesta -art.
168 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires-.
Sin perjuicio de ello, estimo necesario recordar sobre el
tópico que la Corte Suprema de Justicia de la Nación tiene dicho que los jueces
no están obligados a tratar todos y cada uno de los argumentos de las partes,
sino sólo aquellos que estimen que sean conducentes para la solución del caso -
CSJN Fallos 314:1366; 318:2678; 319:2016-.
Afirmó el letrado patrocinante que se le ha cercenado el
derecho de acceder a las actuaciones, que ha recibido un trato desigual e
injustificado respecto de aquel dispensado al resto de las partes, y que se le ha
imposibilitado -todo ello por parte de la fiscalía- la consulta irrestricta del
legajo de prueba.
De las constancias de los autos principales, no se
vislumbra que el recusante hubiera recibido un tratamiento diverso de aquel
que se propendiera al resto de los actores procesales -defensores y otros
particulares damnificados-, y que ello respondiera a una actitud ilegítima de la
fiscalía hacia la parte que representa. No debe olvidarse en este sentido el
considerable volumen del legajo -el cual a la fecha cuenta con casi cuarenta
cuerpos-, el tiempo que insume la digitalización íntegra de la totalidad de las
actuaciones para su remisión vía correo electrónico -tal la modalidad adoptada
en la causa ante una solicitud de copias- y primordialmente, las dificultades
pragmáticas que a los operadores judiciales nos opone la pandemia de COVID-
19 desde su inicio, relativas a limitaciones para la concurrencia normal de
personal a las dependencias, la proliferación de aislamientos por contagio y/o
contactos estrechos y el elevado ausentismo que ello conlleva.

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De la mano de la queja esbozada, se afirmó también que


se ha vulnerado la manda de la Ley 15232. Tal como lo expusiera, no observo
de autos extremo alguno que me conduzca a colegir que el Ministerio Público
no hubiera respetado la normativa de la ley de víctimas provincial, cercenando
los derechos que detenta la parte que representa -art. 7 "a contrario" y ccdtes.
de la Ley 15232-.
Se ha agraviado también el Dr. Mario Baudry en la
ausencia de notificación acerca de la recepción de declaraciones testimoniales,
concluyendo a partir de allí que se ha violentado el derecho de la parte que
representa de participar en la producción y control de la prueba -arts. 79 incisos
1ero. y 3ero. del CPP-.
La calidad de reproducibles o reeditables de medidas
probatorias como las referidas ha determinado que el ordenamiento adjetivo no
exija, como recaudo previo y bajo sanción de nulidad -a excepción de algunos
supuestos puntuales-, la notificación con antelación a cada uno de los sujetos
procesales, para que intervengan y vigilen, de así considerarlo, su realización.
De tal modo, y más allá -reitero- de no vislumbrarse en
el trámite de la encuesta un tratamiento indebido o discriminatorio de los
Agentes Fiscales a alguna de las partes en detrimento de otras, las
declaraciones testificales objetadas por el recusante pueden ser reproducidas de
estimarse necesario -en este estadio procesal o en etapas venideras- con la
participación activa del letrado.
A mayor abundamiento, no puedo dejar de recordar que
la instrucción de las causas en general, de acuerdo el rito, resulta una etapa
predominantemente escrita e indiciaria, tendiente a la afirmación de una mera
probabilidad positiva acerca de los presuntos acaecimientos de hechos ilícitos y
la supuesta responsabilidad en ellos de sujetos determinados, no constituyendo
-en cambio- el ámbito de la producción probatoria y de su valoración definitiva
propiamente dicha, con la excepción de lo previsto por el art. 323 del digesto.

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Vehemente ha sido la queja del Dr. Baudry acerca de las


peculiaridades que rodearon la declaración testimonial receptada a Matías
Edgardo Morla. Ha señalado que la fiscalía actuante cercenó la prerrogativa de
la parte que representa a efectuar preguntas, de acuerdo al pliego de
interrogantes que presentara con antelación a la realización del acto procesal.
Tal como puede advertirse en el acta que ilustra la
diligencia a fs. 7448/7457 del legajo principal, finalizadas las preguntas de la
fiscalía, las partes que presenciaban el acto, entre ellos los representantes de
uno de los particulares damnificados Dres. Mario R. Baudry y José Elias Alvite
Galante, pudieron comenzar a efectuar su examen.
Se consignó expresamente al finalizar el acta de
audiencia que “… el Dr. Iribarren… preguntó puntualmente al Dr. Baudry si,
teniendo en cuenta el escrito presentado en el día de la fecha, y a que no se
habían realizado la totalidad de las preguntas allí consignadas, si desistía de las
mismas o si deseaba realizarlas en este mismo acto. El Dr. Baudry respondió:
´En virtud de las agresiones del testigo, y a que no están dadas las condiciones,
no voy a preguntar más´. Acto seguido, el Dr. Alvite Galante, como colega de
su ministerio, agregó que, a su juicio, el Ministerio Público Fiscal debió haber
reconducido el pliego por ellos presentado. Ante tal situación, se señaló a
ambos letrados que las condiciones no eran propicias, pese a las restricciones
propias de la pandemia, y que habían sido debidamente garantizadas y que
contó y cuenta con la posibilidad de realizar las preguntas que estime
pertinentes, como en la totalidad de audiencias celebradas en el marco de la
presente. Asimismo, se le hizo saber al Dr. Alvite Galante que conforme se
entienda pertinente, es cada parte la que debe canalizar sus interrogatorios en la
audiencia, quedando únicamente el análisis de su pertinencia reservado a este
Ministerio Público Fiscal. En este sentido, el testigo fue preguntado por la
Fiscalía de las cuestiones que se entendieron relevantes y vinculadas al objeto
procesal. Que, puesto que las preguntas del pliego responden al interés legítimo
del Particular Damnificado, cuyos motivos particulares desde el Ministerio
Público Fiscal se desconocen, es a ellos a quien les atañe su canalización. En
Proceso:
virtud de ello, se pregunta nuevamente a aquella PP-14-08-002093-20/00
parte si deseaba formular lasPag. 9 de 23
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del Particular Damnificado, cuyos motivos particulares desde el Ministerio


Público Fiscal se desconocen, es a ellos a quien les atañe su canalización. En
virtud de ello, se pregunta nuevamente a aquella parte si deseaba formular las
preguntas pendientes del pliego, a lo que los Dres. Alvite Galante y Baudry
respondieron que no y que desistían de las mismas, sin perjuicio de los planteos
que decidan, si correspondieran tomar al respecto…” (el destacado es original).
Reproducido antes parte de lo sucedido, y que fuera
objeto de cuestionamiento por el presentante, resulta ciertamente atendible lo
expresado por éste en la oportunidad en relación a los agravios que fueran
volcados por el testigo hacia su persona y las dificultades que ello ofrecía al
normal desarrollo de la declaración; expresiones que motivaran que los
Agentes Fiscales dieran intervención al Colegio de Abogados de La Matanza,
organismo donde se encuentra matriculado el Dr. Matías E. Morla -ver fs.
7493/7495 párrafo primero-.
Sin embargo, la afirmación del Dr. Baudry relativa a que
no tuvo posibilidad o se vio impedido por el MPF a continuar con sus
interrogantes no encuentra apoyatura en lo documentado en el acta de
audiencia. El Dr. Cosme Iribarren explicó acabadamente a las partes las
formalidades del procedimiento, que se hallaban plenamente facultados para
llevar adelante su indagación -sujeta al filtro acerca de su conducencia por estar
vinculado al objeto procesal investigado- y fueron los propios letrados quienes
optaron por no continuar con su inquisición, renunciando al derecho que les
asiste, aún pudiendo ejercerlo. Carece de total apoyatura legal la afirmación
atinente a que son los funcionarios del Ministerio Público Fiscal quienes deben
formular o reconducir las preguntas que alguno de los actores procesales desee
realizar, indagación signada por un interés particular de la parte, ajeno a aquel
pudiera perseguir la acusación pública.
Menciones aparte me merecen las afirmaciones del
recusante vinculadas a la divulgación de información de la causa en diversos
medios periodísticos. A excepción de la denuncia penal oportunamente
efectuada por los titulares de la acción penal respecto de la intervención del
perito de parte de una de las imputadas,Proceso: PP-14-08-002093-20/00
luego de Pag. 10 de 23
la realización de la junta
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medios periodísticos. A excepción de la denuncia penal oportunamente


efectuada por los titulares de la acción penal respecto de la intervención del
perito de parte de una de las imputadas, luego de la realización de la junta
médica, no observo en autos indicio alguno que permita afirmar una inconducta
en tal sentido por alguno de los actores intervinientes.
Ha controvertido también el profesional la información
brindada por el Sr. Fiscal General Dtal., Dr. John Broyad, el día de acontecido
el deceso de Diego Armando Maradona, a su salida del barrio donde ello
tuviera lugar, ante la presencia de incontables corresponsables de cadenas de
noticias; sembró a partir de ello un manto de duda acerca del camino que se
imprimiera a la pesquisa que, conforme su parecer, contribuye a demostrar la
ausencia de objetividad de los titulares de la acción penal.
No puedo compartir la postura del letrado. Las
expresiones vertidas en la ocasión por el Dr. Broyad deben mensurarse dentro
del inusual contexto en que tenían lugar: la imprevista y sorpresiva noticia del
fallecimiento de una personalidad destacadísima del fútbol, conocida a nivel
mundial. Frente a ello, resulta atendible que el Sr. Fiscal General brindara a la
prensa una mínima aproximación de aquello que se habría verificado en esa
instancia incipiente de la investigación, escasas horas después del deceso,
informando a la población, máxime teniendo en consideración la conmoción
pública y el dolor que el evento generó.
Tampoco se aprecia que tal circunstancia hubiera
gravitado ni condicionado el desarrollo de la investigación.
Prosiguiendo con la exposición, ha puntualizado el
recusante que la notaria Dra. Sandra Iampolsky habría incurrido en delitos,
emparentado ello a una escritura pública que habría sido rubricada en el mes de
agosto de 2020, instrumento respecto al cual fuera preguntada en momentos de
prestar declaración testimonial a fs. 7490/7491vta. del legajo principal.
Tal como puede advertirse, la escritura pública de
mención guarda estrecha vinculación con la causa nro. 11.155/21 que tramita
ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional nro. 43, Secretaría nro.
Proceso:
109 de la justicia capitalina. De tal modo,PP-14-08-002093-20/00 Pag. 11 de 23
resultando lo apuntado
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mención guarda estrecha vinculación con la causa nro. 11.155/21 que tramita
ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional nro. 43, Secretaría nro.
109 de la justicia capitalina. De tal modo, resultando lo apuntado
absolutamente ajeno al conocimiento de este órgano jurisdiccional, considero
necesario remitir copias de lo referido por el Dr. Mario R. Baudry a
conocimiento de la judicatura de mención, dejando además a consideración de
los Agentes Fiscales acerca de la posible comisión de delitos de acción pública
en este ámbito territorial -art. 287 del CPP-.
Funda también su queja el Dr. Baudry en la respuesta de
los acusadores ante la petición de investigar el delito de suministro gratuito de
sustancias estupefacientes por parte de quien luego fuera identificado como
Carlos Orlando Ibañez, en instancias que el Sr. Diego Armando Maradona
residía en el Barrio Campos de Roca I de la Ciudad de Brandsen, aludiendo
además a una considerable e injustificada demora en remitir, finalmente, las
actuaciones al Magistrado que por territorio debía entender en el evento.
En este sentido, y si bien asiste razón al patrocinante en
cuanto al tiempo que habría transcurrido entre el requerimiento que formulara y
la posterior intervención del órgano jurisdiccional competente, advierto que
ello no habría constituido una dilación indebida. Por el contrario, se practicaron
desde la acusación medidas investigativas tendientes a verificar, mínimamente,
la posible comisión de un ilícito de acción pública, y recién luego de ello se
remitieron las copias correspondientes.
En consonancia con lo expuesto, peticionó también se
investigue la posible comisión del delito de encubrimiento calificado, atinente
al período de tiempo en que quien luego fuera identificado como Carlos
Orlando Ibañez -prófugo por entonces de la justicia- habría prestado servicios
para el fallecido, en momentos que se domiciliaba en la Ciudad de Brandsen -
ver presentación de fs. 2/83 p. III.3-.
Ante ello, en el dictamen labrado por los Dres. Iribarren
y Ferrari glosado a fs. 299/317vta. punto c), puntualizaron en relación al
gravamen esbozado por el Dr. Baudry, que "...
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y Ferrari glosado a fs. 299/317vta. punto c), puntualizaron en relación al


gravamen esbozado por el Dr. Baudry, que "... c) Encubrimiento sobre la
situación de contumacia de Carlos Orlando Ibañez... Amén que la investigación
al respecto se encuentra en manos hoy de la Justicia Platense...".
De tal modo, ante lo apuntado por los acusadores, no
puedo más que poner de resalto que por ante el fuero penal del Dpto. Judicial
de La Plata, ya se encuentra en trámite una I.P.P. relativa a la posible comisión
del ilícito objeto de denuncia por el letrado presentante, tópico que me exime
de formular mayores consideraciones.
Continuando con los cuestionamientos, apunta el
quejoso que pudo haber acontecido una filtración -desliza la posibilidad de
“venta” en el punto III.6. de su pretensión- de las medidas de registro
domiciliario emanadas desde esta judicatura, describiendo para ello varias
circunstancias fácticas que habrían tenido lugar en ocasión de los allanamientos
que, a su criterio, resultan sospechosas de criminalidad.
De las actuaciones labradas con motivo de las
injerencias en los domicilios, las declaraciones testimoniales tomadas y el
resultado que arrojaran no permiten, aún mínimamente, presumir que aquellos
estuvieran teñidos de irregularidades.
Repárese respecto de los registros en las fincas
vinculadas al imputado Luque -consultorio en la Ciudad de Buenos Aires y su
vivienda particular- que no se observa indicio alguno que pudiera fundar la
postura del letrado, en cuanto no habría sido ejecutada de acuerdo a la orden
dictada por este juzgador y, vale señalar, la normativa legal vigente.
El mandamiento de allanamiento debe observar estrictos
parámetros constitucionales, convencionales y de legislación de forma -arts. 18
y 75 inciso 22 de la Constitución Nacional, art. 17 de la Constitución de la
Provincia de Buenos Aires y arts. 220, 221, 226 y ccdtes. del CPP-. Si bien no
abrigo propósito alguno de extenderme innecesariamente, recuérdase que uno
de los aspectos esenciales que deben cumplir disposiciones como la analizada,
para abastecer las exigencias legales, es la de describir el fin perseguido con la
Proceso:
intromisión de manera precisa y detallada, PP-14-08-002093-20/00
al igual que debe individualizarPag.
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de los aspectos esenciales que deben cumplir disposiciones como la analizada,


para abastecer las exigencias legales, es la de describir el fin perseguido con la
intromisión de manera precisa y detallada, al igual que debe individualizar -
como en el caso- el lugar físico donde habrá de practicarse. Es decir, cualquier
corrimiento de lo establecido por el juez en la orden, sea que se practique en un
domicilio diverso o que persiga una finalidad distinta a la autorizada, siempre
que no mediaren razones de urgencia debidamente justificadas y dispuestas por
las autoridades facultadas para ello -vgr. arts. 56 párrafo 2do., 220, 226 y
ccdtes. del ordenamiento de forma-, conlleva una injerencia ilegítima a la
intimidad y al ámbito de reserva de las personas, constitucionalmente
protegidos, debiéndose fulminar de nulidad.
Así las cosas, teniendo en consideración las diligencias
llevadas a cabo respecto del imputado Luque, las cuales permitieran el
secuestro del material que este juzgador ordenara, cualquier cuestión que no
estuviera incluida en la manda -y no mediando razones de urgencia
debidamente verificadas- se hubiera traducido en una transgresión de la
normativa vigente, susceptibles no solo de sanciones disciplinarias a los
funcionarios actuantes, sino en su caso, de reproches de índole penal.
Tal sería el caso que se hubiera requisado el automotor
propiedad de la esposa del incuso Luque, cuando tal accionar no estaba
comprendido dentro de la disposición de allanamiento por este órgano librada.
A mayor abundamiento, el secuestro de los elementos descriptos en la orden -
documentación, historia clínica, dispositivos electrónicos- determinó el
agotamiento del permiso jurisdiccional de intromisión a la propiedad e
intimidad, constituyendo todo aquello que extralimite los términos de la
manda, una vulneración de derechos constitucionales, con entidad convicta
nula a partir de la aplicación de la regla de exclusión -art. 211 y ccdtes. del
CPP-.
Tampoco se colige de lo actuado en el registro de las
fincas vinculadas a la coimputada Cosachov irregularidad alguna. Apuntaron
los fiscales que el lugar fue debidamente asegurado por el personal policial de
Proceso: PP-14-08-002093-20/00
aquella jurisdicción -recordemos se desarrollaron Pag. 14 de 23
en la Ciudad de Buenos
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fincas vinculadas a la coimputada Cosachov irregularidad alguna. Apuntaron


los fiscales que el lugar fue debidamente asegurado por el personal policial de
aquella jurisdicción -recordemos se desarrollaron en la Ciudad de Buenos
Aires-, con la intervención del juez nacional de rogatorias, no apreciándose de
la mera presencia del letrado que luego sería su defensor ilegalidad alguna,
máxime cuando la ya por entonces sindicada de un delito, Agustina Cosachov,
cuyos derechos se restringieran a partir de la injerencia dispuesta, tenía
absoluto derecho a ser asistida por un abogado de su confianza.
El código de procedimiento en el ámbito local, en
respuesta al principio rector que marca el monopolio estatal en la persecución
penal, reserva para el Ministerio Público Fiscal la potestad de requerir la
imposición de medidas de coerción personal a un sujeto sometido a proceso,
excluyendo al resto de los actores -entre ellos, acusadores privados-.
A partir de tal regla, la negativa de los Agentes Fiscales
de acoger favorablemente el requerimiento de detención articulado por el
representante de la particular damnificada, Sra. Verónica Carolina Ojeda, se
vislumbra fundado en el derecho vigente, superando de tal modo el filtro de
razonabilidad, legalidad y debida fundamentación.
En conclusión, el criterio dispar al propuesto que
adoptaran los titulares de la acción penal no permite afirmar, sin más, que lo
decidido responda a una intencionalidad velada de favorecer a alguna de las
partes en litigio, alejándose del principio de objetividad que debe regir su labor,
sino tan solo evidencia una divergencia de pareceres.
Prosiguiendo con la exposición, el letrado recusante se
agravia en relación a una multiplicidad de medidas probatorias que ha
impetrado y no fueron receptadas por la acusación pública, en tanto además
aduna otras peticiones en igual sentido por primera vez.
En pocas palabras, el Dr. Mario Baudry cuestionó el
temperamento de los Agentes Fiscales referentes a la profundización de
aspectos vinculados a los beneficios económicos derivados del deceso de Diego
Armando Maradona a personas no imputadas en autos. Expuso su desacuerdo
con el procedimiento adoptado para el Proceso: PP-14-08-002093-20/00
análisis de Pag. 15 de 23
los equipos tecnológicos
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aspectos vinculados a los beneficios económicos derivados del deceso de Diego


Armando Maradona a personas no imputadas en autos. Expuso su desacuerdo
con el procedimiento adoptado para el análisis de los equipos tecnológicos
secuestrados, deslizando sobre el particular irregularidades acerca de la
mensajería extraída de los teléfonos celulares, o por caso, su ausencia.
Plasmó su disconformidad respecto de la modalidad de
remisión de informes por parte de la empresa prestataria de servicios de salud
Swiss Medical y la Clínica Olivos, toda vez que las respuestas giradas desde
las firmas tuvieron lugar a través de un profesional de la abogacía que luego
asumiera la calidad de letrado defensor de una de las coimputadas, la Sra.
Nancy Edith Forlini; propicia por ello la obtención de la documental por otra
vía. Da cuenta también que no se profundizó la investigación en relación a la
calidad y condiciones académicas y profesionales del incuso Diaz, como
tampoco se ahondó respecto de la determinación eventual de un incremento
patrimonial de los encausados. Adujo que no se solicitaron al Servicio
Penitenciario Federal informes acerca de si las personas que hacían las veces de
seguridad privada del damnificado habían puesto en conocimiento de aquella
autoridad acerca de la actividad ejercida de forma privada, como tampoco se
receptó declaración testimonial de Carlos O. Ibañez.
Hasta aquí he señalado, de forma suscinta, las quejas del
letrado relativas a las medidas de prueba impulsadas desde su ministerio, y
desoídas por la Fiscalía.
No corresponde a este Magistrado, en este estadio
procesal y dada primordialmente la problemática que he sido convocado a
resolver, abrir juicio acerca de la pertinencia o no de las probanzas requeridas
por el particular damnificado -arts. 79 inciso 1ero., 273 y ccdtes. del CPP-,
como tampoco de la corrección o no de los rechazos por parte del Ministerio
Público Fiscal.
La postura de mención tiene apoyatura en el trámite que
atraviesa la pesquisa, la cual lejos se encuentra de haber finalizado, ni han
fenecido aún los términos procesales establecidos por el art. 282 del ritual.
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atraviesa la pesquisa, la cual lejos se encuentra de haber finalizado, ni han


fenecido aún los términos procesales establecidos por el art. 282 del ritual.
Y es frente a ello que puede afirmarse que el letrado
podrá, de considerarlo, impetrar las medidas que estime conducentes y/o
reimpulsar aquellas que no fueran aceptadas por la fiscalía actuante. Más aún,
podrá ejercer las facultades legales que le confiere a su parte -como también al
resto de los actores- el imperativo contenido en el art. 334 párrafo 2do. del
ordenamiento de forma, de excitar la revisión de la razonabilidad del criterio
investigativo por ante el Fiscal General.
Las cuestiones atinentes a las medidas probatorias -
algunas de ellas objeto ya de rechazo y otras pendientes de evaluación- no
permiten, per se, colegir ausencia de objetividad y enemistad respecto del
patrocinante de la particular damnificada.
Pone el acento el Dr. Mario Baudry en la oportuna
admisión -desacertada por cierto- de Christian Maximiliano Pomargo en el
proceso a partir de la designación y posterior aceptación de cargo de dos
abogados como sus defensores particulares. No aparece conducente adentrarme
nuevamente al tratamiento de lo actuado en la ocasión por el Ministerio
Público Fiscal; basta tan solo decir que la problemática de referencia fue
zanjada oportunamente por este órgano jurisdiccional, fulminándola de nulidad
por no hallarse ajustada a derecho -ver decisorio de fs. 5653vta. del legajo
principal-. No obstante, el equívoco de la fiscalía no representa, a mi juicio, la
finalidad de proteger al Sr. Christian Maximiliano Pomargo en los términos de
lo planteado por el Dr. Mario Baudry desde el órgano acusatorio, quién por
entonces y a la fecha de hoy, conserva la calidad de testigo.
Avanzando en el análisis, el Dr. Baudry fundó su
argumentación atinente a la ausencia al deber de objetividad del Ministerio
Público Fiscal, a partir del rechazo a pretensiones por su parte articuladas,
vinculadas a la investigación del delito de falso testimonio de algunas de las
personas que depusieran en el marco del art. 232 del digesto procesal. Ha
mencionado en esta inteligencia la situación particular de la Dra. Sandra
Proceso:
Iampolsky -a la cual me abocara más arriba-, PP-14-08-002093-20/00
Christian Pag. 17 de 23
Maximiliano Pomargo,
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personas que depusieran en el marco del art. 232 del digesto procesal. Ha
mencionado en esta inteligencia la situación particular de la Dra. Sandra
Iampolsky -a la cual me abocara más arriba-, Christian Maximiliano Pomargo,
Romina Milagros Rodriguez y Rocio Geraldine Oliva, requerimientos éstos
objeto de rechazo por la fiscalía actuante.
Sobre el particular, y no abriendo juicio alguno acerca de
los eventos relatados por los testigos -dado que ésta no constituye la instancia
procesal idónea para ello-, no advierto que el criterio trazado por los titulares
de la acción pública carezca de razonabilidad o esté alejado del derecho
vigente, ello claro está sin perjuicio de las decisiones que sobre el tópico
pudieran disponerse con el devenir de la encuesta.
Temperamento de similar tenor resulta aplicable a lo
expresado por el Dr. Baudry respecto de las atribuciones delictivas que pusiera
en cabeza de Nicolás Taffarel, quién depusiera en autos -por el momento- en
calidad de testigo. Es que lo plasmado en el dictamen de fs. 299/317 punto ñ)
por los titulares de la acción penal no se aprecia, en este estadio de la pesquisa
aún no concluida, como carente de razonabilidad o asidero legal.
Tampoco obstaculiza lo afirmado que el letrado efectúe
las peticiones que considere adecuadas por ante las autoridades judiciales
naturales, en caso de así estimarlo y en el momento que considere, solicitando
copias de las piezas procesales necesarias por ante la Secretaría de este
Juzgado.
Cuestionó fuertemente el Dr. Baudry la disposición
fiscal que data del 1 de noviembre pasado, a través de la cual, entre otras, se
dispuso la remisión de copias al Dpto. Judicial de La Plata, a partir de las
expresiones del testigo Matías E. Morla en instancias de deponer
testimonialmente a fs. 7448/7457 del legajo principal, como también a
conocimiento de la Sra. Fiscal a cargo de la Fiscalía Federal de Quilmes, Dra.
Silvia Cavallo, donde se instruiría una causa por enriquecimiento ilícito. La
acusación versó sobre el accionar del letrado recusante en el ejercicio de la
función pública, afirmando a partir de tal temperamento el patrocinante una
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enemistad manifiesta de la fiscalía actuante.
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acusación versó sobre el accionar del letrado recusante en el ejercicio de la


función pública, afirmando a partir de tal temperamento el patrocinante una
enemistad manifiesta de la fiscalía actuante.
Por su parte, los acusadores expresaron que fue el propio
testigo quién denunció al presentante, disponiéndose tan siquiera la remisión de
actuaciones a las autoridades competentes por la materia y lugar de comisión,
en tanto además no se formuló valoración alguna acerca del evento, ni se
produjo prueba.
La discusión planteada por las partes -denuncia del MPF
de forma oficiosa o en respuesta a la atribución de un delito por un particular-
no reviste, bajo mi parecer, relevancia alguna para dirimir la cuestión.
Es que sea en un caso u otro, sobre los Agentes Fiscales
pesan obligaciones legales que en modo alguno pueden desoír o soslayar: al
tomar conocimiento en instancias del ejercicio de su labor de la presunta
comisión de un delito, deben en todos los casos, poner a su vez en
conocimiento a la autoridad correspondiente para su debida intervención,
conforme lo exige el art. 287 del CPP.
Una actitud diversa de aquella constituiría una violación
de las imposiciones legales que deben obedecer, siendo pasibles de incurrir en
el delito establecido por el art. 248 del Código Penal.
Exige un tratamiento especial lo apuntado por el
quejoso, respecto de la reserva a contestar preguntas en el marco de la
deposición testimonial de Matías Morla. Recordemos que el testigo, al serle
formulados interrogantes acerca de aspectos patrimoniales de su relación
profesional con Diego Armando Maradona, se abstuvo de responder,
arguyendo que se hallaba sometido a proceso en causas donde se investigaban
presuntos ilícitos atinentes a su actividad como apoderado de la víctima,
amparándose en la garantía constitucional que veda la autoincriminación
coactiva.

Proceso: PP-14-08-002093-20/00 Pag. 19 de 23


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Considera el Dr. Baudry en su presentación que, ante la


reserva a responder del testigo Morla, debió detenerse el acto y convocar a las
autoridades judiciales que entienden en las otras investigaciones. Puntualizó
sobre el particular “… la falta de objetividad del Ministerio Público Fiscal hizo
que la declaración continue en favor del Dr. Morla como testigo, para evitar
que tenga que contestar lo verdaderamente importante, que era el manejo
patrimonial de Maradona…” -ver punto III.19-.
Puede observarse del instrumento público en análisis,
que ante algunas de las preguntas realizadas concernientes a su actividad
profesional con el damnificado desde el área económica, éste se excusó de
responder, amparado en sus derechos constitucionales.
El art. 232 del CPP establece la obligatoriedad de una
persona de comparecer ante una convocatoria como testigo en un
procedimiento penal, debiendo declarar toda la verdad acerca de cuanto supiera
y fuera preguntado, dejando a salvo excepciones establecidas por la ley.
Cobra aquí virtualidad la jerarquía del orden normativo.
Resulta por todos conocidos que los códigos de procedimiento -en el caso, el
penal- son reglamentarios de las garantías y derechos constitucionales y
convencionales, estableciendo el art. 28 de la Carta Magna Nacional: “Los
principios, garantías y derechos reconocidos en los artículos anteriores, no
podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio.”
Y es a partir de tal lineamiento, que debe entenderse que
la obligación de deponer testificalmente que pesa sobre un testigo, debe ceder
cuando, como sucede en el supuesto que me ocupa, quien comparece puede
culminar imputado de un delito a raíz de sus propias afirmaciones en el acto
procesal, al igual que cuando ya se sustancian procesos en su contra, en los
cuales lo que exponga en la declaración puede tener incidencia negativa para su
situación.
Poseen una entidad insoslayable aquí las formalidades y
ritualismos que deben necesariamente cumplirse al momento de llevarse
adelante la diligencia, establecidas en el ámbito provincial, en lo que aquí
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importa, en el art. 240 del digesto procesal.
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ritualismos que deben necesariamente cumplirse al momento de llevarse


adelante la diligencia, establecidas en el ámbito provincial, en lo que aquí
importa, en el art. 240 del digesto procesal.
Es que la instrucción que debe imponerse al declarante
relativa a las penas del falso testimonio conllevan innegablemente una coacción
moral prohibida por la normativa convencional y constitucional -arts. 18 y 75
inciso 22 de la Constitución Nacional, art. 8.2.g CADH, art. 29 de la
Constitución de la Provincia de Buenos Aires, entre otros- en tanto coloca al
testigo en la disyuntiva de decir cuanto tiene conocimiento de los hechos para
los que fuera convocado a deponer, aún colocándose a sí mismo ante el peligro
de ser sometimiento a juzgamiento, o mentir y ocultar parte de lo que conoce,
habiendo prometido no hacerlo, colocándose en riesgo de ser enjuiciado por
falso testimonio.
De este modo, lo referido por el testigo Morla en su
declaración testimonial, absteniéndose de responder algunas preguntas
escudándose en las causas que se le siguen, no solo se erige como un adecuado
ejercicio de sus derechos fundamentales, sino que además lo contrario
implicaría una transgresión clara a la normativa vigente que podría afectar
seriamente el destino de la averiguación de la verdad en aquellas causas.
A mayor abundamiento, repárese además que
interrogantes de índole patrimonial como los que fueran formulados al testigo
no guardan vinculación alguna con el objeto investigativo fijado por el
momento en autos, tópico sobre el cual me explayé largamente al inicio de esta
decisión. Bajo este lineamiento, la hipótesis de una posible afectación de la
obtención de la verdad a partir de la negativa del deponente carece de
virtualidad alguna.
En último lugar, para dar un cierre al estudio de esta
problemática en particular, debo observar que el mecanismo procesal propuesto
por el quejoso -convocar a las autoridades pertinentes- no solo no se halla
contemplado en la normativa adjetiva, sino que además lejos se encuentra de
constituir una práctica judicial usual.
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contemplado en la normativa adjetiva, sino que además lejos se encuentra de


constituir una práctica judicial usual.
Luego de la extensa exposición, a modo de conclusión,
considero que la actividad desplegada por los Sres. Agentes Fiscales, Dres.
Laura M. Capra, Cosme S. Iribarren y Patricio Ferrari, no se vislumbra como
vulneratoria de los principios de debido proceso legal, de defensa en juicio, de
objetividad, de legalidad procesal, de oficialidad y el derecho de acceso a la
justicia; en tanto ninguna de las circunstancias expuestas por la parte recusante,
consideradas tanto de manera global como particular, permiten apreciar
enemistad o animosidad de aquellos, sellándose de tal modo la suerte adversa
de la pretensión del representante del particular damnificado, Dr. Mario R.
Baudry.
Por todo ello, corresponde y así:

RESUELVO: I) NO HACER LUGAR A LA SOLICITUD


DE RECUSACION impetrada por el representante de la particular
damnificada, Sra. Verónica Carolina Ojeda, Dr. Mario Raul Baudry, respecto
de la actuación de los Sres. Agentes Fiscales, Dres. Laura M. Capra, Cosme S.
Iribarren y Patricio Ferrari, por las razones expuestas en los considerandos
(arts. 18 y 75 inciso 22 de la Constitución Nacional, art. 15 de la Constitución
de la Provincia de Buenos Aires, arts. 23, 47 inciso 13 “a contrario”, 50, 54, 56,
79 inciso 5to. y ccdtes. del CPP y arts. 1, 3, 29 inciso 2do., 73 y ccdtes. de la
Ley 14442).
II) Póngase en conocimiento de lo expuesto por el Dr.
Mario R. Baudry y lo aquí decidido al Sr. Juez a cargo del Juzgado Nacional en
lo Criminal y Correccional nro. 43, Secretaría nro. 109 de Capital Federal, en el
marco de la causa nro. 11.155/21 de trámite por ante dicha judicatura; a tal fin,
líbrese oficio.
III) Denúnciese la posible comisión de delitos de acción
pública cometidos en este ámbito territorial -art. 287 del CPP-, relativos a las
circunstancias expuestas por el Dr. Mario R. Baudry respecto a la declaración
testimonial receptada a la Dra. Sandra Proceso: PP-14-08-002093-20/00
Iampolsky, extremo éste que dejo Pag.
a 22 de 23
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pública cometidos en este ámbito territorial -art. 287 del CPP-, relativos a las
circunstancias expuestas por el Dr. Mario R. Baudry respecto a la declaración
testimonial receptada a la Dra. Sandra Iampolsky, extremo éste que dejo a
consideración de los Sres. Agentes Fiscales.
Notifíquese.

ORLANDO ABEL DIAZ


JUEZ DE GARANTIAS
Ante mí:

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