Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
de El Ponderal 1: 7
Gonzalo de Luis Asociación Cultural El Ponderal.
Fotografías de Gerardo Gómez García.
Del final del siglo XIII data la primera
mención a un lugar llamado Colmenar pal. El arquetipo propio es un cercado de
del Foyo, que muy probablemente fue piedra para albergar las colmenas, unas
el origen del actual Hoyo de Manzana‐ construcciones rústicas, toscas, pero de
res. Pronto se deja de mencionar y sur‐ soberbia factura, que vienen a ser, quizás,
ge la de El Hoyo. Exista o no una vincu‐ de las más antiguas que conservamos. A
lación exacta entre uno y otro lugar, pesar de su importancia histórica, a pesar
ambos estaban radicados en la presie‐ de su evidente antigüedad y su indudable
rra madrileña, una comarca de campos atractivo para el amante de la etnografía
duros y paupérrimos para los cultivos local, poco sabemos de su pasado y su
pero que, generosos en plantas cistáce‐ datación exacta resulta complicada, por
as, reclamaban y aún reclaman el peco‐ ahora. No obstante, disponemos de fuen‐
reo de las abejas. tes documentales que, si bien de las mis‐
De los viejos pleitos entre madrileños mas no podemos colegir datos concretos
y segovianos se desprende que existía la para todos y cada uno de los restos, sí son
explotación de la miel, un uso ancestral, aptas para establecer una antigüedad
una labor agradecida de la que, con pocos factible de gran parte del conjunto.
medios invertidos, resultaba un alimento En estos breves apuntes expondremos
prolijo en virtudes y de fácil conservación. dos fuentes que hemos tratado, conscien‐
El propio nombre de Colmenar del Foyo y tes de que hay otras muchas localizadas
el de nuestro vecino Colmenar Viejo, han pero aún no tratadas, e, incluso, posibles
dejado la impronta de la afectación de veneros de información a la espera de su
estos lugares a la actividad apícola. descubrimiento. Como ejemplo: reciente‐
El reflejo más evidente de esta indus‐ mente, por cortesía de nuestro socio,
tria son los restos de los colmenares que Juan Manuel Blanco, El Ponderal dispone
se reparten por nuestro término munici‐ de una copia de la ingente documenta‐
Apuntes de El Ponderal 1: 8
de una copia de la ingente documenta‐ los 300 y 450 habitantes. El número de
ción del Archivo de la Nobleza referida a colmenares en este periodo llegó a cifrar‐
Hoyo entre los siglos XV y XVIII. Así mis‐ se en diecisiete. Traemos a colación estos
mo, en el Archivo Municipal se custodian datos tan primarios para recalcar que no
escrituras privadas de los siglos XVII y tiene que existir una equivalencia entre
XVIII y la administrativa desde mitad del población y número de colmenares, sino,
XIX, de la que su responsable, nuestra en todo caso, entre éstos y la capacidad
también socia, Pilar García, no hace más económica y el entorno natural idóneo.
que aleccionarnos sobre su importancia. La propiedad del suelo y las explotacio‐
De toda esta documentación y de la que nes, aunque queda mucho por discernir al
pueda surgir en otros archivos, es muy respecto, correspondía mayormente al
posible que encontremos referencias a propietario seglar/lego, y, de estos, a mu‐
colmenares concretos que nos sirvan para chos vecinos del cercano Colmenar Viejo.
perfilar con mejor definición su antigüe‐ Por ello, no sólo hay que considerar las
dad. características socioeconómicas de la
Es preciso tener en cuenta, antes de población de Hoyo como una referencia
nada, que los colmenares no solían consi‐ del número de explotaciones apícolas,
derarse como propiedades independien‐ sino también a la del industrioso Colme‐
tes, sino que eran anexos de una propie‐ nar, que ya a mitad del siglo XVIII contaba
dad mayor. Y aunque hay casos en Espa‐ con más de treinta colmenares.
ña de grandes explotaciones apícolas, En el año 1752 se fechan las respues‐
sobre todo conventuales, lo normal era tas generales al interrogatorio para el
que sirviesen de aprovechamiento acce‐ llamado Censo de Ensenada relativas a
sorio a una labor principal, un comple‐ nuestro pueblo. A la pregunta 19 sobre si
mento en la economía rural. Así nos cons‐ hay colmenas en el término, cuántas y a
ta que debía ser en nuestro entorno. Por quién pertenecen, se responde que exis‐
ello, no es fácil que podamos encontrar ten tres colmenares: uno pertenece a don
documentación específica sobre los mis‐ Miguel Cobeña , vecino de la villa de Col‐
mos, pues si se transmitían, se gravaban o menar Viejo, el cual está al sitio de las
se arrendaban, era bajo el conjunto de Oteras (sic), a distancia de cien pasos de
una finca o explotación mayor. la población y en el colmenar contienen
La población de Hoyo osciló entre como ciento y cuarenta colmenas; otro, a
finales del siglo XVI y mitad del XIX entre Felix, el Campanero, vecino de la misma
Apuntes de El Ponderal 1: 9
villa, que contiene como ciento y sesenta Hoya del Pajar lo ha identificado nuestro
colmenas, y está al sitio de la Hoya del tenaz compañero e inagotable Secretario,
Pajar; y el otro a don Manuel Rodríguez, Antonio Tenorio, con los restos de un
procurador de dicha villa de Colmenar muro en el paraje del mismo nombre
Viejo, y está al sitio de Navatornera y en donde nace el Manina. El referido al sitio
él se contienen como ciento y noventa de las Oteras, desconocemos a cuál pue‐
colmenas, a las cuales no regulan produc‐ de corresponder.
to alguno en atención a que se deben El Censo de Ensenada, prolijo en da‐
tos, de minuciosa y larga confección, es‐
taba encaminado a servir de fuente para
la liquidación de un tributo denominado
Única Contribución, fundamentado en
datos estadísticos de bienes y mano de
obra sobre los que poder tasar una renta
presunta. Desde un punto de vista estric‐
tamente técnico no era desacertado, y
desde luego resultaba mucho más justo
que los múltiples y caóticos impuestos
Entrada original del colmenar de las Viñas,
hoy destinado para el ganado. fijos que soportaba la población, pues lo
que se pretendía era gravar al propietario
regular en el domicilio de sus dueños final de la renta. Aunque fue fallido en su
según las ordenes expedidas en este fin. propósito tributario, quedó como una de
(Versión cortesía de Gloria Tena) las fuentes históricas más nutritivas de las
De los tres colmenares citados, de que disponemos para el siglo XVIII.
entre los conocidos hoy en día, sólo pode‐ A la inefable compañera Gloria Tena,
mos identificar con seguridad el de Nava‐ que tan profundamente está investigando
tornera y el de la Hoya del Pajar. El llama‐ nuestro siglo XIX, debo los datos sobre
do de Navatornera o del Tío Matías, estu‐ colmenas que se desprenden del amilla‐
vo ubicado en el paraje del mismo nom‐ ramiento, o reparto de la contribución
bre, junto al recogedero municipal de entre los vecinos propietarios del pueblo,
ganado. Se empleó como basurero y final‐ entre los años 1854 y 1884. Existían 17
mente se cubrió con escombros, forman‐ colmenares que albergaban inicialmente
do un cerrete tristón y desabrido. El de la un total de 763 colmenas, aunque llega‐
Apuntes de El Ponderal 1: 10
ron a censarse 850, correspondiendo 9 común y propios que se desarrolló a lo
colmenares a propietarios de Colmenar largo de último tercio del siglo XIX dio
Viejo y 8 a vecinos de Hoyo. Como deta‐ lugar al nacimiento de las grandes fincas
lle, decir que el legendario Colmenar del que todos hoy conocemos, y que muchas
Sevillano pertenecía a doña Saturnina de ellas se mantienen en una configura‐
García, y que hoy vuelve a recobrar la ción semejante a la original. Algunos de
vida para la que fue levantado gracias al estos predios se destinaron a recreo,
entusiasmo de nuestro compañero Juanín otros, a explotaciones varias, pero en
Santos. cualquiera de los casos era habitual que
Cuando hablamos de colmenares tra‐ se desarrollasen aprovechamientos de
dicionales, nos referimos en todo mo‐ menor entidad, aunque fuesen sólo para
mento a las cercas de piedra que cobija‐ uso de los empleados o propietarios. Ca‐
ban las colmenas. En estas dos fuentes be, por lo tanto, que también con este
históricas citadas se habla de colmenas y motivo se levantasen nuevas cercas para
colmenares, y debemos entender que las uso como colmenares.
colmenas siempre se guardaban en los Así, nos encontramos con dos datos
colmenares, por cuanto era la forma habi‐ históricos: tres colmenares ya existían en
tual de proteger la explotación. Sin em‐ 1752, y 17 en 1854. Por lo tanto, si los
bargo, en el primer tercio del siglo XX, la tres colmenares que se levantaron antes
apicultura alcanza un momento álgido de 1752 seguían en pie en 1854, signifi‐
con motivo de la escasez de azúcar, y se caría que de los otros 17, 14 de los mis‐
empieza a desarrollar la explotación a mos se construirían entre mediados del
gran escala con las modernas colmenas XVIII y mediados del XIX.
móviles. Para entonces, ya habían perdi‐ Si tomamos estas fuentes como certe‐
do uso gran parte de las viejas cercas. Por ras e inamovibles, es este el largo periodo
eso, los datos que podamos disponer de de datación de los 17 colmenares. Actual‐
las explotaciones apícolas a lo largo del mente hemos localizado casi una treinte‐
pasado siglo no son determinantes como na de cercas en el término municipal, lo
referencia de la vigencia de los colmena‐ que supondría que de la diferencia con
res tradicionales, aunque, lógicamente, y los 17, es decir, de entre 10 ó 13 colme‐
como luego veremos, pudieron o tuvieron nares se construirían en las últimas déca‐
que levantarse cercas en este periodo. das del siglo XIX o a principios del XX.
La desamortización de bienes del Hasta aquí los datos históricos, datos
Apuntes de El Ponderal 1: 11
Apuntes de El Ponderal 1: 12
Apuntes de El Ponderal 1: 13
monte, tan pródigo en piedra con que entre esta fecha y el primer tercio del
levantar muros, tan generoso en alimento siglo XX, para cuando languidece el uso
para abejas, tan limitado para muchas de los colmenares tradicionales, transcu‐
explotaciones extensivas bien por su con‐ rren siete décadas, sin que conozcamos
figuración natural o jurídica, tuviese un datos intermedios sobre los que estable‐
censo tan ridículo de colmenares, pues cer una evolución. Poco a poco podremos
por pobre que fuesen los hoyenses, o completar las piezas del puzle, incluso la
precisamente por eso, las colmenas eran datación de algunos colmenares, o la
un sólido y rentable recurso para una existencia de otros, hoy ignotos o recon‐
economía de subsistencia. Si damos por vertidos. Sabremos entonces si nuestras
válido que hasta 1752 sólo existían tres conclusiones son prudentes o atrevidas.
colmenares propiedad de vecinos foráne‐ A mayor abundamiento sobre la anti‐
os, debemos pensar que nuestros ances‐ güedad de algunos colmenares, cabe pen‐
tros vivían en unas condiciones que ni sar en cercas anteriores, muy anteriores
al siglo XVIII, con pruebas plausibles, co‐
mo el caso de los restos que existen en
las fincas Casablanca y el Pendolero, hoy
comprendidas en nuestro término muni‐
cipal. Traigo a colación la hipótesis que
mantiene sólidamente Antonio Tenorio y
que me participa durante la elaboración
de este trabajo, y es que pueden tratarse
de vestigios del poblado medieval de las
Mojón que delimita el vedamiento para la
Casas de las Paparriellas, población/
caza conforme Ordenanzas de 1781 de Carlos
paraje reivindicado por Madrid frente al
III. Puente Nuevo sobre el Guadarrama. Gala‐
pagar. Real de Manzanares, "que daba la miel a
Madrid y era y siempre había sido de
siquiera les permitía mantener colmenas Madrid". Así lo trata pormenorizadamen‐
en propiedad, o que, pudiendo, eran muy te Antonio en un artículo en esta misma
poco industriosos. Pero lo dudamos. revista, con una conclusión que se nos
Entre 1752 (Censo de Ensenada) y los antoja factible e ilusionante, y es que,
primeros datos de amillaramientos con‐ aunque los restos que nos han llegado no
sultados (1854) distan más de cien años, sean los originarios medievales, se cons‐
Apuntes de El Ponderal 1: 14