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GILLES DOSTALER (1946-2011), que ha sido muchos años pro

fesor de Economía en la Universidad de Québec, en Montren!


(Canadá), es un especialista internacionalmente reconocido
en Historia del pensamiento económico, y en particular en ln
figura de Keynes. Autor, entre otros, de Keynes et ses combuts
y de La pensée économique depuis Keynes (con Michel Benud),
analiza en este libro la ideas de Keynes en relación con ln
cuestión del desempleo. Para ello, estudia en la primera parte
el legado de los autores clásicos y neoclásicos contra los que
reacciona Keynes, partiendo de su propio rechazo a la ley de

MEYNES
Say. La segunda parte, centrada en Keynes y el desempleo, se
GILLES DOSTALER

KEYNES Y EL DESEMPLEO > GILLES DOSTALER


caracteriza por un recorrido muy detallado de la evolución
de las ideas de Keynes sobre esta materia, desde su aten-
ción por la política económica de los años 1920 y sus críticas
al «punto de vista del Tesoro», pasando por su relación con el
New Deal, hasta llegar a elaborar las ideas que componen la
Teoría general del empleo, el interés y el dinero.

Y EL DESEMPLEO
IBIC: KCA

798492 "7 BRIONES


colección CLAVESPARA COMPRENDER
a
Gilles Dostaler

Neynesy el desempleo
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wenw.cedro.org) si necesita fotocopiar
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de esta obra. DIEGO GUERRERO

(O GILLES DOSTALER, 2011

O DIEGO GUERRERO, 2012


de la edición y traducción

O MAIA EDICIONES, 2012


Calle del Gobernador, 18
28014 Madrid
Tel.: 91 429 6882
Fax: 91429 7507
www.majaediciones.com

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producción GUADALUPE GISBERT

ISBN 978-84-92724-48-2
IBIO KCA
depósito legal M-15729-2012

o
preimpresión EscazoLa Leczinska Daria 3

impresión LAvEL EDICIONES


¡El trabajo humano! Es la explosión que cada cierto
tiempo ilumina mi abismo.
Arthur Rimbaud, Una sesión en el infierno

Pero que a veces pueda haber mano de obra privada


de trabajo, y que a la vez todo el mundo desee más
bienes, es una aberración que no puede resultar más
que de un embrollo que podría remediarse a condi-
ción de reflexionar y actuar con lucidez.
«Política cambiaria y desempleo», 1923

Que haya 250.000 obreros de la construcción en paro


en Gran Bretaña mientras que tenemos una gran nece-
sidad de nuevas viviendas, ésa es la paradoja. Debería-
mos instintivamente dudar del juicio de cualquiera que
afirme que no hay ningún medio, compatible con unas
finanzas sanas y con la sabiduría política, que permita
emplear a los primeros en construir las segundas.
«Los medios de restaurar la prosperidad», 1933

Los dos vicios fundamentales del mundo económico


en el que vivimos son, en primer lugar, que en él no
está asegurado el pleno empleo, y en segundo lugar
que la distribución de la fortuna y de la renta son arbi-
trarias y faltas de equidad.
Teoría general del empleo, el interés y el dinero, 1936
1. INTRODUCCIÓN

La palabra «trabajo» nos remite originalmente a la


idea de esfuerzo, de tormento, de fatiga. «Trabajar»
procede del latín tripaliare, que significa torturar con
un instrumento llamado trepalium. Sólo a partir del
siglo XV adquiere su significado como actividad
productiva, manual o intelectual. Pero la idea de
esfuerzo, de fatiga, incluso de castigo, sigo estando
asociada con ella. Ya se sabe que la historia comenzó
en el paraíso terrenal, cuando, para castigarlos por
haber probado los frutos del árbol del conocimiento
del bien y del mal, Dios condenó a Adán y Eva a
ganarse el pan con el sudor de su frente. «Quien no
trabaja, no come», predicaba San Pablo. El ciudadano
griego escapó siempre de esta maldición, pues el
esclavo se dedicaba a la tarea de subvenir a las necesi-
dades materiales de su amo. Por su parte, Jesús, hijo
de un carpintero, que se rodeó de doce trabajadores,
da valor al trabajo manual. En el siglo X11I, Tomás de
Aquino fija la doctrina de la Iglesia hasta hoy, conde-
nando la esclavitud y describiendo el trabajo como
una actividad natural del hombre libre que, además,
aleja del pecado y expulsa los malos pensamientos.
Eso no impidió que naciones muy cristianas tolerasen
la esclavitud durante varios siglos”.

|. Y sabemos que esta institución está lejos de haber sido erradi-


8 KEYNES Y EL DESEMPLEO 1. INTRODUCCIÓN 9

Siguiendo a William Petty (Tratado de impuestos tes de la teoría tratarán de la igualdad exacta, precisa,
y contribuciones, 1662), la mayoría de los economis- independientemente del sentido del signo, entre el
tas políticos clásicos hicieron del trabajo el funda- placer que procura la posesión de un objeto y el mal
mento del valor de cambio de las mercancías. Para que se requiere para adquirirlo» (Jevons, 1871, p. 97).
Adam Smith, «el trabajo es la medida real del valor También Keynes confiere al trabajo un lugar cen-
de cambio de cualquier mercancía», y este trabajo se tral en su concepción económica:
asocia con «el esfuerzo y las molestias (...), el sudor
de la frente» (Smith, 1776, vol. 1, p. 99). Por otra «Nuestras preferencias van, pues, a la doctrina pre-
parte, el salario del trabajo varía «según que el clásica de que es el trabajo el que produce todo. (...)
empleo sea fácil o penoso, limpio o sucio, honorable Es preferible considerar al trabajo, incluidos por
o despreciable» (ibid., p. 174). Ricardo afirma que «el supuesto los servicios personales del empresario y
valor de una mercancía, o la cantidad de cualquier sus ayudantes, como el único factor de producción,
otra mercancía por la que se cambia, depende de la constituyendo la técnica, los recursos naturales, el
cantidad relativa de trabajo necesario para su pro- equipo y la demanda efectiva el marco determinado
ducción» (Ricardo, 1821, p. 51). Para Marx, «todo en el que opera ese factor. Esto explica en parte por
trabajo es por una parte gasto de fuerza humana en qué hemos podido adoptar la unidad de trabajo
el sentido fisiológico, y forma el valor de las mercan- como la única unidad física necesaria en nuestro sis-
cías en cuanto tal trabajo humano igual» (Marx, tema económico, más allá de las unidades de dinero
1867, p. 574). y de tiempo.» (1936, 1982, p. 221).
No todos los economistas del periodo clásico
hacen del trabajo el fundamento del valor. Así, Say Keynes utiliza, pues, en la Teoría general, como
anticipa la revolución marginalista y anuncia el enfo- unidades de medida, cantidades de dinero y cantida-
que neoclásico al hacer de la utilidad el factor explica- des de empleo. El salario hace de puente entre
tivo del valor. Pero en este último enfoque el trabajo ambos. A una unidad de trabajo, medida en tiempo,
sigue estando presente como servicio productivo, hora, día, semana o año, corresponde un salario
factor de producción al que se asocia precisamente la monetario. Keynes llama «unidad de salario» a este
idea de «desutilidad»: «los elementos más importan- salario nominal, y es en esta unidad como se mide la
cantidad de empleo de la economía.
cada de la superficie de la tierra, incluso en los llamados países
desarrollados.
II. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES

Hay, pues, una larga tradición que considera el tra-


bajo como esfuerzo y dolor. Y, sin embargo, es una
desdicha mayor estar privado de él, a menos que se
disponga de rentas que permitan escapar de esta
forma moderna de esclavitud. Para la mayor parte de
la población, el trabajo es en efecto el medio casi
exclusivo de acceso a una renta y por tanto al con-
sumo. Un calor intenso puede impedir al hombre,
como a los animales, trabajar. Ése es el origen etimo-
lógico de la palabra «parar»”. A partir del siglo XIII,
el desempleo [«chómage»] viene a significar el hecho
de no trabajar. Pero sólo en el siglo XIX comienza a
designar la ausencia de trabajo asalariado por parte
de quienes lo necesitan. Se está en paro cuando se
está privado de toda actividad asalariada. Parece que
la palabra inglesa «unemployment» fue utilizada por
primera vez por Alfred Marshall en una memoria
preparada para la Comisión Real sobre los valores
del oro y de la plata, que funcionó durante 1887 y
1888 (Marshall, 1926, p. 93)'. El desempleo aparece

2 [Nota de la edición española.- En francés, «chómer», que tiene


una evidente conexión con «chaud» (caliente)].
3 Marshall contrapone la «irregularidad en el empleo» suscitada
por las formas modernas de la industria con la característica de
12 KEYNES Y EL DESEMPLEO ll. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 13

como un mal, un problema económico, social y polí- pleo natural», cuya tasa está determinada por «fuer-
tico. La figura del «parado» aparece en medio de los zas reales» como la estructura del mercado de tra-
movimientos revolucionarios de 1848 en Europa. Su bajo, la naturaleza del sindicalismo o las modalida-
definición como «trabajador que se encuentra pri- des de las. prestaciones de desempleo. Existe
vado de empleo involuntariamente» aparece en fran- también un desempleo estacional, en actividades
cés en 1876. como laagricultura,
la pesca o la construcción,
Y.al
Conviene resaltar, en esta definición, eLadjetivo desempleo estructural se contrapone
a. yeces.un-des-
de lainición
que forma partedef
«involuntario» del empleo coyuntural,
Más tarde se contrapondrá el desempleo
desempleo, Como ocurre siempre, la realidad se expresa
involuntario al desempleo voluntario, que sería antes que las palabras que la designan. Eldesempleo
resultado de la voluntad de sus víctimas. Un parado aparece efectivamentea la vez. que.el trabajo.asala-
voluntario sería por ejemplo un trabajador que riado, por tanto antes del nacimiento del capitalismo.
rechaza un empleo al salario que le proponen. Este Había desempleados en Roma y en las ciudades de la
desempleo puede estar ligado al tiempo de búsqueda Edad Media, Pero es al comienzo de la acumulación
entre dos empleos: es el desempleo friccional, cuya de capital, en el siglo LV], cuando se extiende £ldenó-
importancia deriva entre otras cosás de 1 disponibi- meno. Desde el principio,
suscita
en quienes lo,obser-
lidad de información en la economía. Mientras que ES una reacción contradictoria.
El desempleo es
el desempleo friccional es un desempleo.de.corto uente de miseriay ociosidad. En cuanto
tal, repre-
plazo, el desempleo estructural deriva del desequili- senta un peligro, de)- que eran muy conscientes.los
ores
brio entre las aptitudes de los trabajady.la.na tu- de desorden social, de levan-
uutores mercantilistas,
raleza de los puestos de trabajo, desequilibrio que se tamiento de las clases populares. Las revueltas cam-
debe a las transformaciones de.la.economía. Tam- pesinas y otras insurrecciones seguían estando fres-
bién se liga a Jas característicassinstitucionales del cas en la memoria. En 1615, en su Traité déconomie
merc ado,
de trabaj oEn este último caso, ha apare- politique, «Tratado para el Rey y la Reina madre
cido más recientemente, en 1968, una nueva deno- sobre los medios de devolver la prosperidad al reino
minación, debida a Milton Friedman, la de «desem- de Francia», Antoine de Montchrestien escribe que,

los tiempos antiguos, en particular en la Edad Media, cuando la 4% Véase Friedman (1968). El desempleo natural se caracteriza por
mayoría de la gente trabajaba en su casa. no poderse reducir con las políticas monetarias habituales.
4 KEYNES
Y EL DESEMPLEO ll, EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 15

en un reino próspero, los hombres deben estar acti- 11.1. La ÉPOCA CLÁSICA
vos y en interacción. Subrayando los peligros de la
ociosidad, justifica el proteccionismo. porque esti- Con la revolución industrial, que se desencadena a
mulaa.el empleo.en. la. nación. . Contra la1 opinión habi- finales del siglo XVIII, el desempleo se convierte en
tual que se atribuye.a los mercántilistas, lala verdadera un fenómeno cada vez más masivo y generalizado.
riqueza “de una nación no viene por tanto ligadaa la Se comienza a percibir la recurrencia de las fluctua-
ntidad de aro.que poseg.sino al trabajo. que.se.rea- ciones cíclicas de la economía, en el curso de las cua-
liza en £lla, les varía el número de desempleados al mismo
Pero al mismo tiempo que proponen medios tiempo que otros datos que se llamarán más tarde
para estimular el empleo, lo que les vale los elogios indicadores económicos. La introducción de máqui-
de Keynes al final de la Teoría general”, los mercan-
tilistas son conscientes. de..que. una. situación.de masivos de trabajadores. que, al verse dedesgualifica-
pleno empleo ejerce una presión al alza de los sala: dos, no pueden. encontrar leo. Esta situació
si n
rios. desfavorable para.la.prosperidad. de los merca- e e en el Curso de los
deres, eindustriales. Bor eso son Poblacionistas. cuales los trabajadores. las toman. con las, Xmáquina
m s y
Aparte de que una población abundante garantiza la las rompen.. Así, el movimiento de los luditas',
disponibilidad de la carne de cañón ind lispensable nacido en Nottingham en 1811, se expande por toda
para las : agresivas políticas exteriores de esa época, Inglaterra hasta 1816. David Ricardo, cuya primera
constituye un medio de ejercer presión a la baja edición de los Principios de economía política y tri-
e Es una idea central que vuelve'a
los salarios.
sobr butación apareció en 1817, pensaba entonces que los
r en Marx y en Keynes sino en una
no sólo
aparece obreros se equivocaban al creer que la mecanización
construcción de la teoría económica moderna como de la producción causaba desempleo. Pero modifica
la curva de Phillips. su punto de vista sobre esta cuestión y añade en la
tercera edición de su libro, en 1821, un nuevo capí-
tulo sobre las máquinas en el que se muestra «ahora
convencido de la substitución de trabajo por máqui-

5 Véase el capítulo 23 de la Teoría general, «Notas sobre el mer-


cantilismo, las leyes contra la usura, el dinero sellado y las teo- El nombre viene de John Ludd, que destruyó máquinas utiliza-
rías del subconsumo». das en la producción textil alrededor de 1780,
16 HEYNES Y EL DESEMPLEO ll. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 17

nas atenta a menudo contra los intereses de las cla- basa en la teoría cuantitativa del dinero, en virtud de
ses trabajadoras» (Ricardo, 1821, p. 401). Mientras la cual el dinero sólo sirve para hacer circular a las
que sus amigos y sus discípulos se ven consternados mercancías: «el dinero.no es.más s que el vehíc
vehíc ulo del /Y
pubs
por este cambio, Marx en cambio alabará la honesti- valor de los productos» (Say, 1803, p. 138). fo a 9
dad científica de este economista «burgués». Incluso si se lo entierra, «el objetivo último
no
es siem- a
pre comprar algo con él» (ibid. ; No se producesi no Cot de
A. La ley de Say es para cambiar por otros productos ele dinero obte»- o
nido cón lá venta de nuestros bienes. La producción “LO
Siguiendo a Smith, los economistas clásicos no tie- constituye
una demanda para otros productos. Un Cde
nen una explicación para el fenómeno del desem- aumento de la producción produce un crecimientos. cut;
pleo, al que por otra parte no han puesto nombre. En de las rentas que genera a su vez un aumento igual, cor.
1803, en su Tratado de economía política, Jean-Bap- del gasto. Todo ahorro.se transforma
en inversión ....,,
tiste Say publica la primera formulación de la célebre destinada aa aumentar £Lconsumo.futuro. Es inútil .
ley que lleva su nombre, que también se conoce estimular artificialmente la demanda: «el e.
como «las ley de los mercados», en virtud de la cual, puro y simple (...) no contribuye en absoluto a la cia
a escala de la economía en su conjunto, la oferta crea riqueza del país» (ibid., p. 144).
su demanda”. Hay varias formulaciones del propio En virtud de esta concepción, imposible.el
es
Say, pero también de James Mill, Ricardo y otros. Un fenómeno de lasobreproducción.general,-que-los
de ellas se enuncia así: «es la producción lo que abre ingleses llamaban «general glut».
[ Sólo son posibles
mercados a los productos» (Say, 1803, p. 138). A su los desajustes ; parciales, desequilibrios s sectoriales
principal crítico, Malthus, le escribe Say: «Creo entre la ofertayy Ta
la demanda, unun mal funcionamiento
haber probado en miprimera carta que los produc- del mercado. Ricardo, que acepta la ley de SSay, consi-
tos no pueden comprarse más que con productos; dera que las crisis son 1 provocadas por lo que llama
sigo sin ver los motivos para aabandonar esta doctrina «cambios bruscos « en los canales del comercio». Así,
de que es la producción 1la que abre mercados a la el final de las guerras ; napoleónicas, en1815, había
producción» (Say, 1820, p. 245). Esta proposición se_ producido un desorden grave de los circuitos econó-
TT
er
e
micos, que se había traducido, entre otras cosas, en
7 Desde su formulación por Say, la ley de los mercados ha susci-
tado una inmensa literatura. Véase en particular Lange (1942),
Patinkin (1948), Sowell (1974), Kates (1998) y Denis (1999). 8 Esel título del capítulo 19 de sus Principios.
18 KEYNES
Y EL DESEMPLEO il. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 19

un aumento importante del desempleo a causa de la Say, la teoría cuantitativa del dinero y la determina-
desmovilización de los soldados. Ni el concepto de ción del salario en el mercado de trabajo. La teoría
pleno empleo ni el d sentes en clásica admite un desempleo.«por fricción», un des-
_. Say y sus contemporáneos, pero se puede interpretar, empleo voluntario, pero en su opinión «los postula-
su enfoque en términos modernos diciendo que.una dos clásicos no admitenla posibilidad de una,tercera
economía en equilibrio tiende, en ausencia de cho- categoría, que definiremos ; a partir de ahoranebdes-
ques externos y malosfuncionamientos de los mer- empleo involuntarig' » (1936, 1982, p. 32).
cados, hacia el pleno empleo.
Este argumento macroeconómico se refuerza B. Malthus contra Say
con una concepción microeconómica nueva, que Say
contrapone a las de Smith y su amigo Ricardo. Para Sin, embargo, entre los contemporáneos de Say y
Say, el valor no deriva del trabajo, sino de la utilidad. Ricardo distaba mucho de haber unanimidad. Varios
Se determina pc
por “la interacción entre la oferta y lala - economistas y pensadores sociales, observando la
demanda en el mercado. Esta determinación
no se presencia simultánea de masas de mercancías inven-
aplica solamente '4 1ág mercancías producidas por los didas y de desempleados dispuestos a trabajar a cual-
empresarios, sino tambiépa los | servicios producti- quier salario para no morirse de hambre, no podían
vos alquilados a,estos últimos por los agentes econó- aceptar el argumento que se les proponía. Entre
micos. Entre estos servicios productivos se cuenta el ellos, dos nombres célebres, ¿el primero a la derecha
trabajo, que Say llama «industria». El precio de este. en el. tablero.político-ideológico..El. segundo..a | la
servicio es el salario, que se determina pues por la izquierda..El reverendo Thomas. Robert Malthysy.
.
oferta y la demanda, Say no ofrece una demostración Simonde de Sismondi contraponen a la ley de los...
q

rigurosa, pero..si.el.salario..se determina..de.esta mercados y al análisis clásico” tesis que “anuncian las
manera y ningún obstáculo impide la negociación de Marx y Keynes. a
entre El sippresario. demandante dettrabajo, y quien. Malthus comparte con Say, contra Ricardo, la
ofrece su trabajo, el equilibrio entre la oferta y la concepción del valor y de la distribución. Considera,
demanda de trabajo significa lá'dúséncia de desem- como aquél, que la remuneración de los servicios
pleo mvoluntamo y, portánto, elel pleno empleo. productivos se fija de la misma manera que los valo-
“No es sorprendente, pues, que en el capítulo 2 de res en dinero de las mercancías, que «se determinan
la Teoría general, consagrado a lo que llama «postu- por su demanda en comparación con su oferta»
lados de la economía clásica», Keynes ligue la ley de (Malthus, 1820, p. 62). Pero en cambio se opone radi-
20 KEYNES
Y EL DESEMPLEO M. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 21

det elements a la ley de los mercados formulada por Say biografías de economistas. Lo presenta como «el
ud¿ Juno y adoptada por Ricardo. Para garantizar un mercado primero de los economistas de Cambridge». La ver-
la. producción, considera que. hace. falta” una sión inicial de su retrato fue presentada en el Oxford
demanda efectiva (effectual demand), que define Political Philosophy and Science Club el 2 de mayo
e/¿¿Hutcomo «el sacrificio que los.demandantes «deben hacer de 1914, después revisada para el London Political
para realizar una oferta continua
de la mercancía en Economy Club en 1922. La última versión la preparó
la cantidad requerida en las circunstancias actuales» para sus Essays in Biography, publicados en 1933.
(ibid., p. 80). No se trata sólo de la presencia de un Los pasajes relativos a la concepción del ahorro, la
poder de compra, sino también de una voluntad de inversión y la demanda efectiva en Malthus se aña-
compra, de «una demanda hecha por quienes son dieron al corregir las pruebas del libro, a comienzos
capaces y quieren pagar el precio adecuado por ellas» de 1933””. En esa fecha, como veremos más adelante,
(ibid., p. 328). Keynes había desarrollado los principales elementos
Por consiguiente, el ahorro, que desde Adam de su propia teoría de la demanda efectiva. En el
Smith es considerado como el motor de la acumula- mismo momento, Sraffa, que había comenzado el
ción y del crecimiento económico, se convierte trabajo de edición de las obras de Ricardo, había
ahora en un freno a la producción si es demasiado puesto en manos de Keynes la correspondencia
grande. El crecimiento de.la producción exige el entre Malthus, cuyas cartas había descubierto en
aumento de la demanda, mientras que para Say lo 1930, y Ricardo, «la correspondencia más impor-
lleva consigo automáticamente. Por tanto, la pobreza tante de toda la evolución de la economía política»
de los hombres es posible en medio de la abundancia (1933a, p. 96). Como repetirá Keynes en la Teoría
de bienes. Para combatirlo, Malthus propugna las general, la victoria de Ricardo sobre Malthus en su
obras públicas, el comercio exterior y el estímulo de controversia constituye una catástrofe que lanzó a la
los gastos improductivos, en particular de los aristó- teoría económica por una vía equivocada durante un
cratas, propietarios y miembros del clero. siglo. Como explica en una alocución pronunciada
No es, pues, sorprendente, que Keynes viera en con ocasión del centenario de su muerte, Malthus
Malthus a un precursor”. Retomado en varias ocasio-
nes, su retrato de Malthus figura entre sus célebres
10 Keynes tenía la costumbre de hacer correcciones múltiples y
repetidas en las galeradas de sus libros. Podía permitirse esta
9 Sobre las relaciones entre Malthus y Keynes, véanse Lambert mala costumbre desde el punto de vista del impresor porque era
(1962), Rutherford (1987), Hollander (1996) y Martin (2003). él quien pagaba la producción de sus obras.
22 KEYNES
Y EL DESEMPLEO ll. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 23

habría comprendido perfectamente los nefastos C. Sismondi, precursor de Marx y de Keynes


efectos de un ahorro excesivo sobre la producción:
Ignorado por Keynes, el economista
A ee historiador
«Durante la segunda parte de su vida, estaba preocu- suizo Simonde de
rc 2 A AIN
Sismondi propone, un año antes
pado por el desempleo de postguerra, que en primer que Malthus, en sus Nouveaux principes déconomie
lugar era entonces de gran magnitud, y encontró su politique (1819), un análisis heterodaxa
del capita-
explicación en lo que llamó insuficiencia de la lismo que llamaba la atención sobre po lasA fluctuaciones
demanda efectiva; para remediarlo, apelaba a la cíclicas que. engendrañ subempleo0,y, pobreza.-Al
voluntad de promover el gasto sin límites, obras principio, en su primer libro, De la Richesse comér-
públicas y una política expansionista. (...) Han hecho ciale (1803), discípulo de Smith, Sismondi se con-
falta cien años para que alguien lea, con una sospe- vierte en un crítico radical del liberalismo clásico y
cha de simpatía y de comprensión, sus convincentes un oponente resuelto de la ley de Say, que sustituye
críticas a Ricardo, carentes de réplica por parte de por un análisis macroeconómico en términos de
éste.» (1935, p. 107) desequilibrio y un primer modelo de crecimiento
formulado algebraicamente. Para Sismondi, el capi-
En la Teoría general, Keynes añadirá que Mal- talismo es un sistema histórico transitorio
A
y contra-
a

thus no pudo contradecir lá afirmación dé Ricárdo, dictorio en el que chocan


ATA a
os
losAe,intereses. de los ricos y
de que es imposibleque la demanda efectiva Sea los de los individuos que no tienen para sobrevivir
insuficiente, porque no fue capaz de proporcionar más que su renta salarial, que > él es uno de loss._prime-..
una explicación alternativa convincente, más allá de ros en llamar proletarios. Hay una tendencia inevita-
una apelación a los hechos. Por esa razón «Ricardo ble a la depauperación de los proletarios. Contra Say
conquistó Inglaterra de forma tan completa como la y Ricardo, con Malthus,Sismondi
afirma que puede
Santa Inquisición había conquistado España» (1936, haber sobreproducción general de.mercancías.en-..
1982, p. 56). Le correspondió a Keynes dar esa expli- una economía:
cación alternativa a la de Ricardo y los economistas
clásicos. «Por otra parte, el señor Malthus, en Inglaterra, sos-
tiene, como yo he tratado de hacer en el continente,
que el consumo no es una consecuencia necesaria de
la producción; que es verdad que las necesidades y
deseos humanos n no "tenen limito, pero que hos
a a o CTS IA, fc
24 KEYNES Y EL DESEMPLEO ll. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 25

deseos EX necia no se satisfacen por el con- D. Marx y el desempleo como ejército industrial
de reserva
o. Cer o

otros afirmamos que no basta con crear. esos medios


de cambio para. hacerlos s |llegar aa manos de
de quienes Precursor de Keynes, Sismondi también lo es de
tienen esos deseos y necesidades; que ilincluso ayeces Marx. Contrariamente..a.eyngss
Mars tiens..eo.
ocurre que aumentan los medios de cambio en una cuenta las tesis.de Sismondi. en varias ocasiones,
sociedad mientras que la demanda. “de trabajo y el normalmente, para. criticarlas. Es por otra parte sin-
salario disminuye; queen ese caso, los deseos:y nece- gular ver como Marx trata con mucha más conside-
sidades de una parte. de la población no pueden ración a Ricardo que al historiador ginebrino. Dicho
ó 7 satisfacerse y el consumo, también. disminuye. Por eso, Marx forma con Malthus y Sismondi el trío de
Brama Ca último, mantenemos que el signo inequívoco de la los principales aponentes de la ley de Say. Alérgico,a
do S A prosperidad social no es la creciente producción de la obra de Marx”, Keynes le reconoce sin embargo el
riqueza sino la creciente demanda de trabajo, o la mérito de volver a poner enn evidendirarenor de
oferta creciente del salario con que se paga.» (Sis- Say: «el gran enigmade la demanda
, efectiva, al que
jo E podi
A . .mondi, 1824, p. 343-344). se dedicó Malthus, desapareció de Tatiferatura eco-
nómica. (...) Sólo pudo contifiiar a hureraittas, al
Pares da Obsérvese en la cita. anterior la expresión abrigo y en la PONURRBES de Karl Marx;'Si
poh «demanda de trabajo»: |las crisis son pues generado- y el mayor Douglas» (1936, 1982, p. 56). Pero este
ras de desempleo. Para
ara Sismondi, es por hacer abs- reconocimiento se parecía al beso de Judas, pues
tracción del| tiempo.por Jo que Ricardo, Say y sus dis-
cípulos no perciben esos fenómenos de los que los
hombres de. negócios : son perfectamente conscien-
A

tes Es La conjunción “de los desequilibriolos tempora- 11 «¿Cómo puedo admitir una doctrina cuya Biblia, sustraída de
les entre la producción y el consumo y la distribu- toda crítica, es un manual de economía caduco, del que sé que
no sólo es falso desde el punto de vista científico sino además
ción desigual
Va
de la renta en la sociedad lo que causa
er desprovisto de interés y que no puede tener ninguna aplicación
las Crisis recurrentes, Los proletarios no reciben bas- práctica en el mundo moderno?» (1925a, 2002, p. 39). Apreciaba
tantes.rentas para garantizar una demanda efectiva más a Engels: «la semana pasada, hice un nuevo intento con el
viejo K. M. leyendo la correspondencia entre Marx y Engels que
ana E acaba de publicarse, sin hacer realmente progresos. De los dos, a
quien prefiero es a Engels» (carta a George Bernard Shaw, 1 de
enero de 1935, en JMK 28, p. 42).
26 KEYNES Y EL DESEMPLEO l . EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 27

Keynes pone a Marx a la misma altura que a dos sus discípulos'*, de la relación entre la presión de los
oscuros economistas”, salarios y el desempleo. Paxa.Marx, el ejército indus,
Es con Marx con quien el desempleo entra de trial es.esencial para el. mantenimiento, de la tasa.de
lleno en el análisis económico y se presenta como ganancia y E por tanto para la propia existencia del
uno de los principales fenómenos del capitalismo, capitalismo: Te
que ilustra las contradicciones de un sistema econó-
e ¿ETde R

mico y social transitorio, ineluctablemente conde- «Así pues, si la acumulación,. el. progresa. de. la
nado a desaparecer. Lejos de.ser unaccidente coyun- riqueza sobre una base capitalista, » produce necesa-
tural, el desempleo, como las crisis económicas a las riamente una.sobre il » Ésta.se con-
que aparecece ligad ES vierte a su vez en la palanca máss poderosa dela acu-
consustancial al mulación, en una congición de existencia <de la
asalariado capital, Vía producción capi
capitalista
A
en su estadoe de desarrollo
A APT aaa
industrial a a la quese libran lclos ca; italistas 6). tiene integral: Forma yn ejército industrial de,feserva que
de particular que no Seqaña Tereclutan
mp
0.sino Mdespi- pertenece. Di Psoe Ara
diendo a los ejércitos de abaje
ajadí res», Marx, 1848, comoo si éste lo hubiera-e
p. 226). Obsérvese se Ta PA Tacasi veinte años po Y “proporciona. a sus suegros de io
antes de la publicación del primer libro de El capital, “fuctuauantes, independientemente del creci-
del término «ejército». La descripción
del desempleo ies natural Le la población, la materia humana
como.seiórcito industrial
de reservo» 55.una de 25,
A ii reja 1

siempre explotable y uenpes disponible, » (Marx,


cidas hare. Capta la idea, 1867, PL
ya presente en los Hisrcantillcas y luego en Keynes y
La continua transformación de una parte de la
clase obrera en desempleados parciales o totales es
12 Clifford H. Douglas (1879-1952) es el inspirador de un movi-
miento populista, el crédito social, que tuvo cierto éxito en Aus-
tralia, Canadá y Nueva Zelanda. De Silvio Gesell (1862-1930),
autor de L'Ordre économique naturel, promotor del «dinero 14 «Desde el primer momento, veo que Keynes presenta el desem-
sellado», escribe Keynes que es el constructor de un socialismo pleo como un problema muy grave, porque no se trata de un
antimarxista (1936, 1982, p. 350). acontecimiento accidental, sino que cumple una función. En
13 Sin embargo, esta expresión es anterior a Marx. Nació en Ingla- resumen, Keynes me metió en la cabeza esa misma idea del ejér-
terra en la década de 1840y se utilizó, entre otras, en la literatura cito industrial de reserva que mi director de tesis puso mucho
cartista. cuidado en dejar de lado» (Robinson, 1953, p. 265).
28 KEYNES Y El DESEMPLEO ll. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 29

un componente esencial del movimiento de acumu- El esfuerzo principal de Keynes, en el planode la.
lación de capital: «Como las mismas causas que des- teoría económica, consiste en intentar demostrar r «que .
arrollan la fuerza expansiva del capital llevan a la se puede resolver el problema del desempleo en el
disponibilidad de la fuerza de trabajo, la reserva marco. del | ca
capitalismo mo, dándole und Explicación dife
industrial debe aumentar con los resortes de la rente que pone en entredicho. el enfoque neoclásico”.
riqueza. (...) Ésta es la ley general, absoluta, de la En esta empresa, se sirve a veces de Marx, a pesar de
acumulación copttallita, » (ibid., p. 1162, énfasis en el la negativa opinión que tiene sobre su obra.«Keyxnes.....
reconoce. que Marx había.c:captado correctamente la
Capo gos función de o e rergnda rad papel diferencia entre una economíaía real y una. economía
Srdterde regulador del salario. La crisis, provocada por la monetaria, con su distinción entre la fórmula de la
baja de la tasa dde ganancia, gen | ada Por una
u plétora circulación de las mercancías, 'M-D-My JA.Cir-
de capital, una SSi lación,.s'
se-traduce por: una culación del Capital, D- -M- -D; don
AS
e. D designa.
E

desvalorización, inutilización, 9 incluso una, destruc- dinero y M la mercancía. Keynes toma prestadas
ción parcial de
de e capital. El aumento del desempleo que incluso las fórmulas de Marx ¿núno de losherado.-
provoca almismo tiempo permite > restaurar los bene- res de la Teoría general, exp Que la as a
ficios y esa acarrea. un aumento ulterior dela. produc- entre D' y D, el plusvalor es minegirassep pesiedos
ción, El ejército industrial de reserva se mantiene así depresión y de crisis'*: «Sin em! bargo, Marx se nn
maba a la verdad intermedia al añadir que el exceso
ld a it y 000 joa Bn
en equilibrio con el progreso d de la acumulación. La
sobrepoblación relativa es selel pivote : sobre el cual gira continuo de D' se vería inevitablemente interrumpido
la ley delas oferta-y.la demanda de trabajo» (ibid., p. por una serie de crisis, cada vez más intensas, con
1156). Marx considera que con el crecimiento del quiebras de empresas y subempleo, durante las cuales
capitalismo el ejército de reserva crece de forma más 1) sería probablemente excesivo» (1933b, p. 82). Con-
que proporcional con la población: «acumulación de sidera que su propia teoría
A
reconcilia la de Marx y la
riqueza en un polo, que significa acumulación de de subconsumistas como A
el mayorANDDouglas”,
pobreza, de sufrimiento, de ignorancia, de embruteci-
miento, de degradación moral, de esclavitud en el
polo opuesto, del lado de la clase que produce el pro- 15 Vid. infra.
lb Se encuentra una idea análoga en Malthus.
pio capital» (ibid., p. 1163). El derrocamiento del Y? Sobre las relaciones entre Marx y Keynes, véase en particular De
capitalismo y la instauración del socialismo son la Villé y De Vroey (1985), Duménil (1977), Lagueux (1985), Latou-
única salida de este punto muerto. che (1985) y Mattick (1972).
30 HEYNESY El DESEMPLEO 11. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 31

Autora de An Essay in Marxian Economics 11.2. La ÉPOCA NEOCLÁSICA


(1942), Joan Robinson considera. que Keynes habría
llegado más.fácilmentey más rápidamente a la teoría Keynes toma prestada de Marx la expresión «econo-
de la demanda efectiva si hubiera partido .de Marx mía clásica», modificando su definición para incluir
más. que de la teoría. ortodoxa. En..su.-opinión, en ella lo que se comenzó a llamar, alrededor de
Kalecki i tuvo la “suerte | de no haber estado expuesto 1900, la teoría neoclásica, salida de la revolución
nunca a la teoría clásicas de.no conocer más quea marginalista realizada en la década de 1870 por
Marx. ya Rosa L Luxemb , Por eso llegó más rápida- Jevons, Menger y Walras'*. La ruptura entrelclos clá-
mente auna tegría análoga y en cierto sentido supe- sicos y los neoclásicos se.sitúa sobre todo en el plplano
rior a la, de Keynes, teoría que publicó primero en de la teoría del valor y de la distribución, aunque -
Cami
polaco en 1933. Por su parte, Richard Kahn, tratando varios grandes nombres del mundo clásico creían,
de explicar el mecanismo del multiplicador a sus % como los marginalistas, que el valore está liga
amigos de Cambridge, redescubrió los esquemas de " utilidad y determinado.por, el mecanismo dela oferta
/ —.
la reproducción de Marx: no
vend y-la.demanda. Pero, para Keynes, es en el plano delral:
análisis macroeconómico donde encontramos conti- La e
«Kalecki tiene una gran ventaja sobre Keynes: nunca
loo *-nuidad y no ruptura. La teoría clásica se apoya €en OPA
aprendió le
la economía €ortodoxa. C:-) Laúnica econo- de - dos.pilares, Que son la teoría cuantitativa del dinero: Y Ce
mía que estudió es la de] Marx. Keynes no compren- la ley de los mercados, que llevan a negar rlala existen-; be
dió "nunca nada.de Marx (..:) Si hubiera partido, sin eh ele de cualquier. desempleo involuntario. Sud y
embargo, de Marx, ¡cuánto tie
Hiempo habría ganado! Lo que aporta de novedad la teoría neoclásica es ,
Kahn, cuando discutíamos el Treatise, en 1931, una presentación del funcionamiento del mercado
explicó el problema del ahorro y de la inversión ima- basada en. las hipótesis.de, la po la productivi-
ginando una delimitación en torno a las industrias
e
que producen bienes de producción, y estudiando a
continuación sus intercambios con las industrias que nista y racional, calculador de placeressy penas quque
producen bienes de consumo; buscaba reencontrar L_ sopesa en una balanza. Esto puede tomar la forma de
los esquemas de la reproducción de Marx. Kalecki Sn e A
Se
comenzó por ahí.» (J. Robinson, 1964, p. 126). Ñ e Prayy haa Ya Cerrar at po al
E O INet,
A id. Lal,
18 Sobre el tratamiento dado por Keynes a la escuela ica, Ese e Cy:
D. Diatkine (1985, 1995). is pad al,
32 MEYNES Y EL DESEMPLEO 1. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 33

un modelo abstracto, formalizado y 1 matematizado, bajo,.es-decir, al.uumento de la producción tatal.que.


en el que se busca integrar las relaciones entre! todos produce. la adición.de.una
unidad de-tsabajo. Así
los mercados-de una econopuja.Es el modelo de pues, mide la contribución de los trabajadores a la
equilibrio general elaborado por Walras en la década producción, igual que el interés mide la del capital y
de 1870 —pero que se encuentra esbozado en Ques- la renta la de la tierra. El Economista; mericano John
nay y en Say-, que se impone en el siglo XX como el Bates Clark es.quien más lej or larabim
enfoque dominante. O es el modelo de equilibrio ción de la legitimidad de un, sistema en el guesade
parcial desarrollado por Marshall. factor productivo recibe. SIA EÍADMENES $
is

Entre estos e el que nos interesa aquí es que.ha.cseado””. Por su parte, Knut Wicksell. que
a ett

lonen en el Tómo
ie

desarrollóésta teoría de
« 1 forma independiente? 2on-
Fear poslbncatioda a trabajart tanto más.
individuos siderabaque este modo de distribución no ti-
- sea el salario.real que se.les.ofrezca, y,
! cuanto mayor.sga. zaba en absoluto]la e quidad y La Justicia. Para Walras,
vcd como compradores, empresas que sustituirán tra- se llegaa p! OY hte 1n proceso
¡ bajo por capitala. medida que.aumente.ese salario. de tanteo el alada uoipeend en la
| Tenemos, pues, 1 una curva de oferta de trabajo de produggión, es decir, por una parte, libertad de los
'* pendiente. positiva y. una curva de demanda de pen- empresarios para desarrollar la producción en caso
diente, negativa. Estas "dos curvas tienen normal- de beneficios y reducirla en caso de pérdidas, y por
-fnente un punto de intersección, correspondiente 2 a otra parte libertad de los propietarios de la tierra, los
un nivel del salario real y del empleo que se llama trabajadores y capitalistas y los empresarios de ven-
nivel de equilibrio, Para Marshall, si estas curvas tie- der rebajado o comprar al alza los servicios y los pro-
nen las pendientes que acabamos de describir, pen- ductos» (Walras, 1874-77, p. 231).
dientes normales que expresan la racionalidad de los La existencia de sindicatos que negocian colecti-
empresarios y los trabajadores, cualquier movi- vamente salarios
os superiores ¡al salario « de equilibrio, o
miento que nos aleje del equilibrio pone en marcha una legislációnque, fije un suelo a, los.salarios, son
fuerzas que conducen de nuevo a él. En definitiva, es obstáculos a esta libre competencia y causas de des-
un equilibrio sstable. Esto significa, en el caso del o

trabajo, que sino hay obstáculos al libre funciona-


miento de. los, mercados, la oferta iguala a la
19 Véase en particular The Distribution of Wealth (1899).
demanda al nivel Leo . ET salario..es- 20 Véase Valor, capital y renta (1893) y Lecciones de economía polií-
entonces igual a la productividad marginal del tra- tica (1901 y 1905).
e]
ns
PE Bn 4 E dE it a PRE e FR a
E A pa | ¿
y ”
34 KEYNES Y EL DESEMPLEO ll. EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 35

empleo. En esta perspectiva, la solución para reab- pleo en una situación. de


equilibrio a corto delo
sorber el desempleo consiste en, encontrar el medio que la teoría clásica no podía explicar. ESOS VS.
de reducir los sal, arios. Ése el por ejemplo el análisis testimonio de su ¡ honradez,intelect nal como
que propone Pigou en Unemployment, publicado en Lionel Robbins, oponente, decidido de : Keynes ep
en los
1913. Sucesor de Marshall en la cátedra de economía años treinta, realizará una revisión similar, final de
política de Cambridge, Pigou era entonces un colega su vida. -
y amigo de Keynes. Repite en 1933, en pleno corazón
de la depresión, con una obra mucho más considera-
ble, The Theory of Unemployment, que da una ver- 11.3. KEYNES CONTRA LA TEORÍA CLÁSICA
sión sofisticada de la teoría de la productividad mar-
ginal. Keynes elaboraba en esos momentos su La Teoría general se abre con un anos en regla con-
|
explicación del desempleo, y la publicación del libro tra la llamada teoría clásica delempleo, , tal como se
de Pigou llegaba como anillo al dedo para permitirle construyó de Say y Ricardo a Marshall y Pigou. Para |
ilustrar los errores de la teoría clásica. Pigou será la Keynes, su defecto cardinal es que« considera cOmO. ES
A NO a a

cabeza-de-turco de Keyn eneral. En dato un nivel dé émple: E L!

ella describe The Theory of. Unemployment como un cisamentelas


libro en el qu Causas de” lo que opinaba Ricardo, : el obj A

variación dele volumen


er Ra
de.empleo hajoJa hipótesis « de nomía política no es la distribuciónsiulde acc p
que no haya desempleo invaluatasio»(1936, 1982, p. nacional sino la explicación cde qué es. lo Gue.deter-
A
200). Pigou reaccionará vivamente a los ataques de mina el nivel de ésta. En Preste ' Marco general, la teoría
Keynes sin que eso afectara a su amistad”. Después. clásica se apoya, €en lo que se,> refisre” al empleo; en
se acercará a las posiciones dde Keynes, en Employ- dos postulados, El primero afirma « que sel salario es A

ment and Equilibrium (1941), pero sobre todo en A igual al producto marginal del trabaajo »; el segundo
Retrospective View, conferencias publicadas en 1950, que «la utilidad aer salario” cuan: lo se emplea. un
algunos años después de su jubilación. Admite en determinado volumen de trabajo.es igual ladesuti- ¡
ellos la posibilidad de un importante nivel de desem- lidad marginal de ese volumen de -grapleo» (Keynes,
1936, 1982, p. 31; énfasis
en eltexto)..El primer pos-
tulado ¿permite construir
PA
la curva de demanda. de, Z de
21 Sobre el debate entre Keynes y Pigou, véase Aslanbeigui (1992), trabajo por. Ts Empresas; el segundo, la. curva dé —
Béraud (2003) y Brady (1994). oferta. de los trabajadores. El cruce de estas dos cur-
36 HEYNES
Y EL DESEMPLEO Il, EL DESEMPLEO ANTES DE KEYNES 37

vas en de empl ele 3


trabajadores son capaces de determinar la tasa sala-
utilidad de la prod
margi
uc nal igual
ci a laón
desutil” rial real correspondiente al pleno empleo. En la reali-
dad del empleo marginal» (ibid., p. 32). Según Key-
dad, se.comprueha.en.cambio que si se produce una
nes, este modelo permite la existencia de un desem-
pleo friccional o de un empleo voluntario, pero no bajada del salario real, no,poruna.hajada defsatario
un desempleo involuntario”,
nominal sino por una subida delos. precios, la oferta
de trabajo.no. disminuye, contrariamente al segundo
Esta-construcción-no-sé-tieno-en-pie. pues no
postulado de.la teoría clásica. Son pues factores dis-
existe curva de oferta de trabajo-tal como la postulan
tintos de la oferta y la demanda de trabajo los que
los clásicos. Keynes admite la existencia del primer
determinan el salario real. Las conclusiones de este
ls, , Postulado de la teoría clásica, pero no del segundo.
E Ego LOS trabajadores no negocian-un-salario-reakycomo análisis invalidan las prescripciones políticas de los
economistas clásicos para reabsorber el desempleo:
ie en el modelo clásico, sino
un salar
.io.monetario. Este
be rt salario.es el fruto lación de fuerza entre tra- «Felizmente, los trabajadores se muestran, por ins-
a bajadores normalmente reunidos en un sindicato y como economistas
tinto y sin darse cuenta de ello,
*” empresas. Los trabajadores no están en condiciones clásicos cuando se
E) más razonables que los autores
2, de «hacer que concuerden la tasa de salario real con salarios nominales.
resisten a las reducciones de los
4La ;,. la desutilidad marginal de la cantidad de empleo
(...) Cualquier sindicato se resistirá a una amputa-
med pfrecida por los empleadores 4.es2.tasa» (ibid., p. 37).
ción de los salarios nominales, por débil que sea.
Le, ¿Es más: los economistas clásicos postulan que los Pero, como ningún sindicato piensa en desencade-
TS os A tame Canos! >, nar una huelga cada vez que aumenta el coste de la
VO ute és É
Nr wet Y : pte, Es A
Aa fa.
sd ¿Es J- Less
vida, no puede imputárseles, como hace la escuela
, / 22 Esen su primera Cláse del semestre de otoño de 1933, el 16 de clásica, el obstáculo que se opone a cualquier
de ls octubre, cuando Keynes presenta por primera vez esos dos pos- aumento del empleo global.» (1936, 1982, p. 40)
CALA 05 tulados (1989, pp. 85-86). Nos atenemos aquí a la presentación
¿nde a, ( de Keynes, que por supuesto ha sido posteriormente criticada
Be a PER abundantemente. Entre otras cosas, se le ha acusado de
cons- Los errores
de la teoría clásica tienen su.origen
en una débil concepción del co nocimiento: «Los teó-
40 é%e. 20d er, truir una teoría clásica artificial, con postulad
os que realmente
“os. , y Poson tales. Para algunos, hay desempleo involuntario en
los
ys “9. clásicos fuera del equilibrio; la única diferencia con Keynes es la ricos de la escuela clásica se parecen a geómetras
pe roca Aplicación de los remedios. Sobre la historia del concepto de euclidianos que, encontrándose en un mundo no
¿ Y al desempleo involuntario, véase De Vroey
(2004) y Trevithick euclidiano y constatando que de hecho las líneas rec-
A 2. (1992); sobre los postulados de la teoría clásica, Gislain (1987).
ba Aa
de tas que parecen paralelas se cortan frecuentemente,
At, us
38 KEYNES
Y EL DESEMPLEO
reprochan a las líneas su falta de rectitud (...). En HI. KEYNES Y EL DESEMPLEO
realidad, no hay más remedio que rechazar el postu-
lado de Euclides y construir una geometría no eucli-
diana» (ibid., p. 42). Estageometría no euclidiana es
$ la teoría de la demanda efec a la. que
ti volver
va emos
«- Más tarde. Se opone frontalmentea lamayoría de lo Tenemos que volver atrás antes de presentar la «teo-
elementos de la teoría clásica que ha dominado las ría no euclidiana» de Keynes. Esta intteoría
Dial RR
comienza

3
ME conciencias desde hace más de un siglo: la neutrali-
dad del dinero, la ley de Say, la determinación de los
realmente a tomar forma definitiva a partir de 1932,E e

tres años después del comienzo de una.crisis que...


Koro 1 HIPOS de interés por el ahorro y la inversión. De esta lleva las tasas de desempleo a, más del 20% en la
“+” problemática se desprende un «optimismo gracias al mayoría de los grandes países industriales. Pero a lo
AS

cual se ha terminado por considerar a los economis- largo de los años veinte, en Inglaterra el número de
5

tas como Cándidos que, habiendo abandonado el parados no descendió nunca por debajo del millón.
mundo para cultivar su jardín, enseñan que todo es Desde ese momento, ese fenómeno se le presenta a
para mejor en el mejor de los mundos posibles,
uno de los principales problemas a los
comones
Key
siempre que se le deje ir a su aire. (...) Puede que la
que tiene que hacer frente. el capitalismo.-Rechaza
teoría clásica describa la manera en que nos gustaría los medios propuestos por la mayoría de los econo-
que se comportase nuestra economía» (ibid., p. 57)%, mistas, que aún no llama «clásicos», para comba-
tirlo. Él mismo sugiere medidas diferentes y lleva la
lucha para defenderlas-al-terreno político. Pero-ao
tiene una teoría completa, que le satisfagampara
racionalizar las medidas.No tiene un a
para.combatirala teamda ciósic Esto ilustra bien el
hecho de que la relación entre la teoría económica y
las propuestas políticas asociadas no es tan simple
como se cree. Más que ver las políticas keynesianas
leo
como aplicac
de lucha contra el desemp iones de
la teoríde ala dema: esti Sonsiderar
23 Cándido es el héroe optimista de un célebre cuento filosófico de _aesta teoría <oma.un. intento-de-servir-de-base a
Voltaire, que era uno de los autores predilectos de Bloomsbury. dichas políticas. Vamos, pues, a reconstituir esta
40 KEYNES Y EL DESEMPLEO HI. KEYNES Y EL DESEMPLEO 4r

génesis de la teoría del empleo de Keynes, situándola Estados Unidos como en Europa. De las depresiones
en su contexto. escribe que sus causas son complejas y múltiples,
pero que las expectativas
y la incertidumbre desem-
peñan un papel fundamental en su desarrollo:
111.1. Los AÑOS VEINTE: LAS POLÍTICAS ANTES
DE LA TEORÍA «Que exista entre consumidores y productores una
seriede comerciantes e intermediarios es una parti-
Inglaterra sale de la Primera Guerra Mundial en un cularidad de la organización económica del mundo
estado de debilidad económica y de agitación social. contemporáneo. Estos comerciantes e intermedia-
Tras una breve euforia, la economía se encuentra en rios, tomados en su conjunto, compran y. cierran.con-
profunda depresión entre 1920 y 1922, con una tasa tratos de compra antes de vender y de cerrar-contra-
de desempleo que supera el 20% en la primavera de tos de venta. Además, cierran, contratos.
de venta para
1921.A. pesar de que se sale de esta depresión en comprar bienes con dinero. Por consiguiente, su
1923, la tasa de desempleono baja del 10% salvo un negocio exige de el dos. cosas,..la
breve periodo en 1924, Los esfuerzos de los empre- demanda
de. los consumidores y,el valor del dinero
sarios para revisar los salarios a la baja chocan con (es decir,
el nivel de los precios). Cuando.se equivo-
una viva resistencia del Trades Union Congress can en sus previsiones a gran escala, se despilfarra *
(TUC), que agrupa entonces a 6,5 millones de afilia- energía, se pierden fortunas y la empresase desorga-
dos. Las huelgas se multiplican entre 1919 y 1922, La niza; en resumen, el comercio decae.» (1921, p. 261).
más importante se desencadena el 15 de abril de
1921 por los sindicatos de mineros, ferroviarios y Estos temas no son sorprendentes en la pluma de
transportistas. Este movimiento se ve reforzado por quien estaba a punto de publicar el Treatise on Pro-
la influencia de la revolución rusa, que activa en las bability. Recordemos que Keynes defiende,en.él la
clases dirigentes inglesas, como en el resto de Occi- idea de queela incertidumbre ante. al futuro.no.debe
dente, el «miedo a los rojos».
Keynes aborda estas cuestiones en el tercer y es su pelin frenteala
a depresión y r al desempleo.
cuarto artículos de una serie de cinco bajo el título Los poderes públicos, en particular. -
general de «Europe's Economic Outlook», publica- caria, tienen el deber de practicar r una política es-
dos por el Sunday Times en agosto y septiembre de tión racional destinada a a contrarrrestar los efectos de<
1921. Estos artículos causan sensación, tanto en la incertidumbre.
re. Dicho eso, Ke eynes defendía.enton-
42 KEYNES Y EL DESEMPLEO lll, KEYNES Y EL DESEMPLEO 43

ces, tanto en lo que concierne.alos tipos de interés Sigue pensando que la persistencia del desempleo
como a los salarios, una. opinión 1 más bien oortodoxa. está ligadaa un, nivel demasiado elevado delos sala-
Los salarios han alcanzado en 1920 un nivel real cla- rios reales. Pero estima ahora queno se _puede.sedu-
ramente superior al de antes de la guerra, en particu- cirlos háctendo bajar los salarios monetarios. Sólo se
lar debido a una reducción del 13% en la duración de puede conseguir reducir los salarios reales por la vía
la semana de trabajo por un periodo de dos años. de un alza de los precios. Hay que ajustar el tipo de
Ahora bien, lo mismo que hay que evitar dar un cambio y el nivel de prprecios en función del salario
carácter permanente los
a niveles salariales fijados en real más que al revés.
lo más hondo de una depresión, igual hay que hacer Esta mane ver las cosas está ligada a una:
con los que se establecen en la cima de un boom. En concepci “opuesta a la concepeión
su siguiente artículo del Sunday Tilimes,escribe
cribe que, aal económica ortadoxa..Para. esta. última, las rentas
están determinadas por la productividad de los fac-'
lua Ni ;
resistirse a las bajas salariales, , los diriger
dirigentes obreros,
o!
«han pretendido ampliar su influencia, promover stsu tores y la posibilidad de "substituciónde unos por ¡Cuerva
idealismo y aumentar $us recursos
de cara a un Pro- le la primera,
otras. Desde “el punto de" vista “de «la Jo Ln
yecto irrealizable» (1921a, p. 269). En La Reforma situacióna está determinada en primer, E o las
monetaria, construido a partir de artículos publica- influencias históricas gradualmenteé1 modificadas por ASn

dos en 1922 en el Manchester Guardian Commercial, las fuerzas sociales y. políticas contemporáneas»
ds
P A AS

escribe a propósito de la depresión de 1921-1922: «El (1930a, p. 6). En toda sociedad, las rentas evolucio-
periodo de crisis pasa factura a la clase obrera más en nan, pues, muy lentamente, salvo en periodos. de
forma de desempleo que en forma de descenso de los cambios revolucionarios. Sólo gobiernos de tipo bol-
salarios» (1923, 1924, p. 47).
A a
chevique o fascista "puéden imponer bruscamente
El 5 de diciembre de 1922, en una conferencia una baja salarial del orden del 20%. En un país demo-
pronunciada en el Institutó' de los banquéros, crático, un gobierno que elija esta vía está conde-
x «Comienza a desarrollar. la idea de que los salarios nado a perder las elecciones o se arriesga a provocar
os.que los precios, y que es una revolución. El sistema está amenazado cuando la
-- inútil esperarrestablecer
1 loss. equilibrios económicos población juzga que ciertas rentas.no responden a
«-, pretendiendo. modificarlos dde manera rápida y sus- ninguna norma de justicia:
tancial: «El intento de reducir ciertos niveles salaria-
«Ub des, y así sucesivamente, al equilibrio" es casi imposi- «Ningún nOMmMbre. EDS gico. ; L jendo
ble, obien llevará mucho tiempo» (1922a, p. 66). pobre si supone que.sus see han enrique-...
A!
111, KEYNES Y EL DESEMPLEO 45
44 KEYNES Y EL DESEMPLEO

cido con especulaciones exitosas. La transformación principal del capitalismo contemporáneo es que no
del comerciante en “especulador supone un golpe ha encontrado solución a este problema. Keynes
para elel capitalismo. que destruye el equilibrio psico- pone de nuevo la incertidumbre ] y la falta de.con-
lógico qque permite la existencia continua de ventajas fianza en el futuro en primera fila entre, las causas del
desiguales. La doctrina económica de los beneficios desempleo, falta de confianza qué tiene múltiples
normales, subconscientemente adoptada por todos, causas, tanto políticas comó' '+conómicas. Éntres las
es una condición necesaria para la justificación del causas económicas, las fluctuaciones i im ida en
capitalismo. Sólo se puede sostener al hombre de
A
el patrón de valor - desempeñan un papel
A
fundamen-
PEGA

negocios en la medida en que sus beneficios parecen tal. Debe ser la tarea principal de los poderes públi-
guardar relación con la aportación que su actividad cos controlar esas fluctuaciones,. sometiendo el valor
procura a la sociedad» (1923, 1924, p. 43). de la moneda a decisiones voluntarias.
Fruto del mal funcionamiento delARE siste
a
macapita-
Durante el verano de 1923, la tasa de desempleo lista, el desempleo puede. ser erradicado. Al | control
llega al 11.4% de la mano de obra, afectando a 1.3 ! | racional del dinero.hay. que. añadir también el deda..
millones de trabajadores. El 7 de julio, el tipo de des- población, pues, «de ahora en adelante el oa , a :

bs
cuento del Banco de Inglaterra se eleva del 3% al 4%. del desempleo es €n.. parte. un ¡Problema de pobla- rcó UEds
Keynes critica esta medida: «El Banco de Inglaterra lo puues la idea a de la
ción» (1923b, p. 79). No es sólo A
considera que es más importante subir unos puntos demanda efectiva lo qué le interesa en Y sino A $
ta
también su teoría.de-la,población: Está enden efes
Ti

el tipo de cambio en dólares que ayudar a un comer- hast £

cio en declive» (1923c, p. 101). El 8 de agosto, pre- convencido, de que, incluso.si se.reabsorbe el S6I0- Ai
senta en la universidad de verano del partido liberal pleo. mediante. una polític a: , el ALA

y una exposición sobre el tema «Currency Policy and estado de desarrollo.técnica.yda.disponibilidade


q e Unemployment», que se publica el 11 en The Nation productos agrícolas n no permiten mantener sl mismo
y contiene en forma condensada varias intuiciones ¡co quue en. elsiglo
nivel de crecimiento, demográl ico
que serán desarrolladas en la Teoría general. El des- XIX. Por tanto, no basta con abandonar el laissez
empleo no está ligado a la 1 imperfección de los mer- faire en el terreno económico. Respondiendoa
_cados o a salarios demasiado eleva William Beveridge, que se oponía al control de los
6 “de un mal funcionamiento de «la organización eco- nacimientos, Keynes escribe en las columnas de
ed a en.la:sociedad» (1923d, p. 113), lo...
que existe
nómic Nation and Atheneum: «Se comprende fácilmente la
de Mo 2que| han comprendido bien los-sacialistas. El defecto repugnancia que suscitan ciertos métodos particula-
uds des ui

Coplas AO
46 KEYNES
Y EL DESEMPLEO MI. KEYNES Y EL DESEMPLEO 47

res, y el temor que inspira todo proyecto que pre- por primera vez, Lloyd George llama a los liberales a
tenda alterar el laissez faire de la naturaleza y colocar reflexionar sobre el futuro económico de Inglaterra,
bajo control social un mecanismo típico de un ins- y en particular sobre los medios de estimular la pro-
tinto básico. Sin embargo, es extraño mostrarse indi- ducción. Keynes responde, en un artículo publicado
ferente o también negar que esto plantea un pro- el 24 de mayo en Nation and Atheneum, «Doa
blema para nuestra generación» (1923e, p. 124)”, Unemployment Need a Drastic Remedy»?”..Se
declara.en él deacuerdo.con el liberal Lloyd George,
- A. La aparición de las obras públicas el conservador. Stanley. Baldwin y. elJaboris ta Sydney
ni el Jugaro
Webb en que «no-eséste elmoment para
+] Del 25 al 27 de mayo de 1924, la Sociedad de Nacio- para el des-
el Jaissezfaize» (1924, p. 220). El remedio
A A
nes organiza en Londres una conferencia sobre el empleo se encuentra en la refórma monetarla Ero y e

desempleo, en el curso de la cual Keynes toma la


me
también. en, RAR desvío. del. ahorro naciona que se
palabra. Afirma entonces la importancia de los fac- invierte de forma relativamente bue rentable en el
tores monetarios, , ligados a losfactores psicológicos.
o ct

extranjerohacia iniciativas S CORS uctivas" sostenidas A


)
a

1 1 bajada
de los.precios.lo por.el Estado» (ibid. p. 223): Há :
que causa
el desempleo. El 12 de abril de 1924, idea delas. obras, públicas" NEUE pinapaasl la
cuando los laboristas acceden brevemente al poder construcción «de yiviendas,Ja renovación de los siste-
mas de transporte y. de electricidad. Subraya qe
estos “estímulos «engendrarán, una”
24 A excepción del libro de Toye (2000), que reproduce notas de cumulativa» (ibid.) Es una primera aparición de la
clase inéditas de 1914, poco se ha escrito a propósito de las ideas
idea del multiplicador, palabra que Keynes introdu-
de Keynes sobre población, tema que él abordó frecuentemente
(ver por ejemplo 1922, 1923a, 1937a, sin contar los numerosos cirá en 1933. Para Harrod, este texto muestra que,
pasajes en publicaciones consagradas principalmente a otros desde 1924, Keynes había dibujado claramente las
temas). Fascinado por la teoría económica de Malthus, también grandes líneas de la política pública que se ha aso-
lo estaba por su teoría de la población, y formaba parte, como
Wicksell, de la Liga maltusiana. Pero dimitió en 1943 de la vice- ciado luego específicamente a su nombre» (Harrod,
presidencia de esta asociación porque estaba en desacuerdo con 1951, p. 350). En una respuesta a las críticas suscita-
la decisión de su consejo de proponer medidas para restringir la
fecundidad de los pobres. Las experiencias hitlerianas habían
enfriado su entusiasmo juvenil por el eugenismo. También había . : 25 Hay un error en el título de este artículo tal y como se reproduce
tomado distancia frente a las tesis demográficas de Malthus y en el volumen 19 de las Collected Writings, donde se lee
veía de forma más positiva el crecimiento de la población. «employment» en lugar de «unemployment».
48 KEYNES Y EL DESEMPLEO ll. KEYNES Y EL DESEMPLEO 49

das por su artículo, Keynes repite que una baja puede ya depender solamente del impulso de la
importante de los salarios no es una solución Prác-... expansión; debe dedicarse a la tarea científica que
1 desempleo
tica del desempleo y afirma lo que desde enton ces consiste en perfeccionar la estructura de su aparato
llamará su herejía; «Introduzco el Estado;
Estado; xa
abandona: económico» (1925b, p. 200). En The Economic Con-
ellaissez faire» (1924a, p. 228). El 6 de noviembre de sequences of M. Churchill,Aeynes. explica Comoras.
1924, presenta en la conferencia anual de la Sidney
Ball Association, en Oxford, un informe titulado
la vuelta alpatrón oro se esconde una política delibe-
¿The End
LaisofsezaEaizo». Presentado de nuevo en sión sobre los salarios mónsiaios (1925)%, El 15 de
la Universidad de Berlín en junio de 1926, el texto es octubre de 1925, seis meses antes del duro conflicto
publicado ese mismo año por la editorial dirigida en las minas de carbón y del desencadenamiento de
por Leonard y Virginia Woolf, Hogarth Press. En la huelga general, declara en el Manchester Guardian
este folleto afir
que ma
no hay ni ha habido nunca Commercial: «Pero yo simpatizo con la clase obrera
una coincidencia entre el interés privy.elad
interé
os en su resistencia.contra la.reducción general
de 1ós
social. Repite en él que.nymerosos males gconómi- salarios reales. Estoy seguro de que no es posible
cos, como el dese«son.
mple fruto, delo,
riesgo, de la ninguna reducción importante en un futuro cercano
incertidumbre y de la ignorancia. (...) ELremedio
encuentra sin embargo fuera de la esfera de las.
se sin involucrarse en ung, Jucha social cuya Salida A8dte
puede predecir» (1925d, p. 444). Cinco años de man-
acciones individuales» (1926, 2002, pp. 82-83). Es tenimiento de la política actual del gobierno britá-
medianante
te elel control del dinero y el crédito,
el dela nico «pueden llevarnos, si la revolución es posible en
ahorro
y la inversió
y porn,Ja difusión de la informa- este país, al borde de la revolución» (ibid., p. 445).
ción como se puede llegar a reabsorber el desempleo
y corregir los otros problemas económicos. B. El partido liberal contra el punto de vista del
En esa época, el combate ASRETROS contra el Tesoro
dese
está
mp estrec
le hament
o e ligado
al combat e
contra la vuelta al patrón oro. Los banqueros conver-
tidos en heraldos de esta medida no han compren- Keynes no está solo en este combate,
sino dentro del
dido que son los problemas en el sistema crediticio
partido liberal inglés,
en concreto en el marco
de la
universidad de verano del partido. En julio de 1928
los responsables de la paradoja del desempleo en el
seno de la penuria: «El capitalismo individualista en
Inglaterra ha alcanzado un estadio en el que no 26 Véase también JMK 19, p. 772,
50 KEYNES
Y EL DESEMPLEO 11. KEYNES Y EL DESEMPLEO 51

publica en el Evening Standard un artículo titulado ment) del partido liberal y en el solemne compro-
«How to Organise a Wave of _Prosperity?», un ales: miso de Lloyd George, el 1 de marzo de 1929, de
gato a favor delos ggastos públicos para combatir el acometer, si el Partido gana las elecciones, un pro-
desempleo. Ataca en él lo que pronto sé llamará el grama de obras públicas que, además de su utilidad
«punto de vista del Tesoro”», que él] MAmá ehtonces intrínseca, tenga por objetivo «bajar a proporciones
«finanzas saneadas», traducción en términos de normales, en el plazo de sólo un año, las terribles
política económica de la ortodoxia clásic:ca: «Y guanto cifras del subempleo» (citado en 1929, p. 88); véase
más éxito tenga la. gente del Tes también 1929a, p. 804). El objetivo era reducir la tasa
de esta supuesta Economía; en frenar los modos de de desempleo del 11% al 4.7%, lo que implicaba la
expansión 1 del capital€que controlan, como teléfonos, creación de 750.000 empleos.
carreteras, vivienda, etc., tanto mayor será la certeza _Aunque había rechazado ser candidato por la
de que aumentará el desermiled» (1928;p.762). Un Universidad de Cambridge, Keynes sé implicará muy
asalto contra los salarios es tanto más inoportuno, en el
activamente en la campaña electoral. Comentando
estas circunstancias, cuanto que son los salarios ya libro naranja del partido liberal en el Evening Stan-
poco elevados quienes lo pagan, habida cuenta de la dard del 19 de marzo de 1929, retoma su razona-
relación de fuerza de los asalariados que los cobran. miento sobre el efecto multiplicador
lor de una inversión
Se encuentra en este texto un esbozo más preciso de pública, que contraponea Egea intelectual
del argumento del Tesoro (19292) má vez lanzada,
la prosperidad será acumulativa. El 19 de abril de
de pleno empleo tendría un efect ay acumula- 1929 ataca las ideas contra el gasto público desarro-
tivo o OS aad de de innumerables thidustrlas lladas por el canciller del Tesoro ante la Cámara de
yy empleos» ( d., p. 764). im los Comunes. Según los expertos del Tesoro,
mn
estos io.

Sabemos el papel desempañallo por Keynes en la gastos no sólo son incapaces déféducir el | desempleo
sino que lo agravarán al detraer fondos que de otra
aa
producción de los libros amarillo (Britain's Indus-
trial Future) y naranja (We Can Conquer Unemploy- la inversión-pri-
maneraa estarían disponibles. para
lo se llamará más tarde el efecto evicción,
vada. “Es
que Winston Churchill formula así en su discurso del
27 Sobre el combate entre la concepción de Keynes y el «punto de
vista del Tesoro», y los debates político-económicos de los años
veinte y treinta, véase entre otros Booth (1989), Clarke (1988,
1998), Middleton (1985), Peden (1988) y Tomlinson (1981). 28 Véase también JMK 19, pp. 822-823 y 829.
52 KEYNES Y El DESEMPLEO NI. KEYNES
Y El DESEMPLEO 53

presupuesto de 15 de abril de 1929: «La idea de que, común. Se trata en cambio de una teoría extremada-
cualesquiera que sean sus ventajas políticas y socia- mente elaborada. No hay ningún hombre corriente
les, muy pocos empleos adicionales y ningún empleo que crea espontáneamente que sin ningún plan de
permanente adicional pueden crearse de hecho, y vivienda en los últimos años habría habido el mismo
como regla general, haciendo uso del empréstito y el nivel de empleo» (1929b, p. 809). Al suponer que hay
gasto público es un dogma ortodoxo firmemente sos- siempre un nivel de salario real suficientemente bajo
a A ea
tenido por el Tesoro» (discurso de Churchill citado paraa generar pleno empleo, : «la teoría “supone desde
EL
a ts

en 1929b, p. 809). Este dogma, llamado _t:también el principio la inexistencia del mismof fenómeno que
«punto de vista del Tesoro», tiene. nao
An
origén. trata de estudiar» (¿bid., p. 811). Cont
Mn
Hawtrey, único economista profesional.del Tesoro, que afirma ese dogma, el ahorro no se, transforma .

id
por otra parte apóstol y amigo de Keynes, le había necesariamente en inversión, y,cuando
€ la inversión
dado una formulación clásica, en un. artículo ppubli... va por detrás del ahorro, hay desempleo. Es entre
entre
tre « el
cado en 1925, Había intentado de
demostrar que unos. verano de 1' mienzosde 1929 cuando Keynes
gastos públicos” financiados con empréstitos no desarrolla la tesis del desequilibrio entre el ahorro y dur
podían aumentar el empleo sino en circunstancias daa pri: «lao |
“excepcionales; de-realización “poco probable. Lla-
Lli en el Treatise on Money como. en la Teoría. general: he
madoa dar su opinión en 1528 sobre las propuestas Pero la idea, presentada por Wicksell y otros autores A
de Keynes 5 yd
y de sus amigos, subraya su carácterinfla- más antiguos, ya se encuentra en un informe presen- es,
cionista?, Es sobre esa base sobre la que va a elaborar tado al Political Economy Club de Londres el 3 de
el Tesoro el punto de peo Band a la; argu-
pra
diciembre de 1913: «Desde mi punto de vista, una de
e
las características de un boom (...), por oposición a
un periodo de depresión, consiste en quee en el pri-
aPaper de mayo de 1929. mer caso, la inversión supera al ahorro mientras que,
Para Keynes, el punto de vista del Tesoro con- en el segundo caso, la inversiónes in
siste esencialmente en una afirmación no fundada (1913, p. 6).
que contradice cualquier sentido común: «Este Keynes defiende el programa liberal en el folleto
dogma desde luego no tiene su origen en el sentido redactado con Hubert Henderson para las eleccio-
nes, Can Lloyd George do it? (1929). Los dos autores
critican en él, en nombre del sentido común, una
29 Véase Clarke (1988), pp. 52-53. argumentación económica apartada de la realidad. El
ll. KEYNES Y EL DESEMPLEO 55
a

desempleo se explica porque el ahorro es demasiado canciller del Tesoro, Philip Snowden, «debido sobre
/ importante. en rel a los proyectos de inversión todo a la impresión que han hecho en la opinión
o A E A pública las propuestas del Sr. Keynes relativas a estos
ahorro se transforme en inversión productiva. El cre- puntos tal como se enumeraron antes de las últimas
cimiento del crédito e es esencial, pero. insuficiente elecciones en el Liberal Yellow Book» (memorán-
para asegurar una recuperación que debe apoyarse dum de 8 de abril de 1930, citado por Clarke, 1988,
en el gasto público. Además del empleo directo, este p. 103). Nombrado miembro de la Comisión,
O
Keynes.
gasto generará un exipleo| indirecto, pues las fuerzas cie a Lydia, el 255 de de noviembre de 1929:AN «Como
A RA

de la prosperidad tienen, como las de la depresión, dijiste, vuelvo a estar der moda». El primer 1ministro
e. a

unn efecto. acumulativo. No es posible, añaden los lo invita


e
a comer, pero. Keynes r no PEO con-
autores, medir Com precisión. estos ; efectos ds.
rios, pero serán muy importantes. La confesión de... doxa elegida para hacer frente a la crisis.

a— >
esta a imposibilidad alimentará los argumentos contra Keynes es nombrado tambiéñi mtembro del Eco-
las obras públicas.-
A
- nomic Advisory Council, creado el 24 de enero de
1930 para aconsejar al gobierno sobre la situación
económica”. En su primera reunión, el 17 de
111.2. En BUSCA DE UNA NUEVA TEORÍA febrero, este organismo forma, a sugerencia de Key-
nes, un Committee on the Economic Outlook,
Las elecciones de mayo de 1929 dan una mayoría encargado de diagnosticar la situación engendrada
relativa a los laboristas. Es pues un gobierno. labo- por la depresión. reside, propone
rista, dirigido por Ramsay Macdonald, quien debe entonces el establecimiento de un grupo de econo-
afrontar la mayor crisis económica de los. tiempos mistas, formado por Pigou, Robbins, Henderson,
a e a
modernos. .. En lugar de la reducción del desempleo Stamp y él mismo, encargado de hhacer un informe
prometida por Lloyd George, su tasa, que era infe- de entonces a noviembre. de 1930 sobre la situación y
rior al 10% en el momento de las elecciones, pasa a los posibles + remedios”. Este «comité de economis-
14.6% en 1930, y luego a 21.5% en 1931. No descen-
derá por debajo del 20% hasta mediados de 1933. El
5,de noviembre se crea la Comisión Macmillan, ' 30 Este comité se transformará más tarde en el Committee on Eco-
nomic Information.
encargada de una encuesta sobre'lás finanzas y la 31 Henderson ya había comenzado a distanciarse de las ideas de
industria. Se toma esta decisión, según explica el Keynes, de las que llegará a ser uno de los críticos más virulentos.
r

cb fo GUA sa ESA
56 KEYNES
Y EL DESEMPLEO IN. MEYNES Y EL DESEMPLEO 57

tas» a duras penas da a luz.un.informe publicado el entre el ahorro y la inversión. Las decisiones de aho-
24 de octubre. Constituye un compromiso entre las rro y de inversión las toman In personas, diferentes * y
por motivos diferentes, y no hay.ningún mecanismo
A

posiciones de Keynes y l:las de sus colegas. Keynes


abandona las obras. públicas co
con vistas a conseguir que asegure su igualdad. No son los, salarios.reales
un consenso a favor de medidas proteccionistas,A elevados y las prestaciones : de desempleo los. que
pesar de esa concesión, Robbins, decididamente causan la depresión y el desempleo, o.el. queda.
contrario a esas medidas, firmará un
u informe miño- inversión vaya por detrás del ahorro fustzando su
ritario con su voto particular. «parábola del Ata » (ibid., pp. 76-77) y
La Comisión Macmillan se reúne del 21 de lOuna campaña de frugalidad en una
noviembre de 1929 al 31 de mayo de 1931. Keynes es comunidad que no produce ni consume otra eosa que
un comisario muy activo. Pero brilla también como plátanos, Keynes muestra que el ahorro.no aumenta
testigo. Es interrogado durante cinco largas sesiones, la riqueza de una sociedad, sino al contrario. Sólo la
entre el 20 de febrero y el 7 de marzo de 1930. Los ya] la idea de
inversión tiene esa capacidad. Se esboza ya
comisarios, atónitos, tienen derecho a una presenta- que el ajuste entre, el ahorro y la inversión puede
ción detallada de las tesis cuya puesta a punto termi- darse a un nivel inferior al de pleno empleo. Keynes
naba entonces para la publicación de su Treatise on presenta s su teoría como una revolución en las ideas
Money. Mientras que están expuestas de manera (ibid., p. 87). Proponesiete_ medios para salir del
ta

muy abstracta en su libro, se presentan de forma más marasmo. El último, el. estímulo a a 1 la inversión, con o
concreta en respuesta a las preguntas de sus colegas. sin intervención directa del gobie de su pre-
gozarno,
Keynes comienza por retomar su argumento según... fefavorable a
ferencia. A falta de este > medio, se declara
. eL cual las bajas salariales, preconizadasabundante-
O ALI LA
proteccioni
medidas A A
como e mal menor, Por otra
stas cor
” mente entonces, no son el método correcto _para parte, Keynes explica.a. sus. colegas que las. medidas
reducir el desempleo. Los salarioss no.
n han cambiado
he 7 prácticamente ( desde 19244, y ello 1 no es sorprendente: no ha encontrado cómo medir, ese efecto acumula-
a A
sr «La manera en queinterpreto la historia me conduse.. tivo, como habían. escrito, él. y Henderson. en. Can..
t”_.... A pensar que, durantesiglos, toda cuestión
e
relativa
o tm
a Lloyd George do it? 7
NA
cl la reducción del nivel de rentas. monetarias ha sido Es un jovéñ colega y antiguo alumno de Keynes,
objeto de una fuerte.resistencia social» (1930b, p. Richard Kahn, quien encuentra, durante el verano de
cay/ln núcleo de la argumentación que Keynes había redir los. efectos. directos ee indi-
1930, el medio de medir
sácado a la luz pcpoco antes se refiere. a la relación rectos sabre el empleo de un aumento de los gastos.
5
Detdd is for, Ja eds ¡AS!
Q bs rél

NL. KEYNES Y El DESEMPLEO 59

ES
58 KEYNES
Y EL DESEMPLEO
Lal
A Liv? A >

públicos financiados.coo. empréstitos. Aclara lara desemplepg. masivo. Consagrado a la, elucidación de
ción entre estos efectos acumulativos y la proporción las fluctuaciones de precios y de la di
que se gasta de las nuevas rentas. Un primer texto de ria, este libro no trata cepillos de
cuatro páginas, muy técnico, circula desde el verano empleo. Pero al ligar el movimiento de.los.preaias
de 1930, antes de ser publicado en junio de 1931 en con la separación entre. el ahorro, Y la inyersión, al
el Economic Journal, bajo el título: «The Relation of explicar lala depresión por el exceso.de, si-
Home Investment to Employment». Keynes bauti- cología de Jos i inversores, abre la vía a la Teoría. gene
zará en 1933.como.«multiplicador» la relación des- val. En un largo capítulo titulado «Ilustraciones histó-
crita por Kahn, cuya evidencia desempeña un papel ricas», Keynes dibuja un cuadro de la evolución de la
central en el l paso del Treatise on Money a la Teoría _ humanidad poniendo el acento en la oposición entre
AO, GE is o

e
general. Pero se descubrirá que esta idea ya había la abstinencia y la «empresa», motor del crecimiento:
sido explorada, primero por_Wicksell de. nuevo, péro «Si la empresa-estáalerta, la riqueza
se acumula pase

A
también por otro estudiante.de Keynes, F. Lavington, lo que pase con la abstinencia;.si la.empresa, está
así como por N. Johansen, Lo Es. Griffin.e incluso amodorrada, 1lar riqueza declina por mucho que pueda
Hawtrey, el teórico del punto de vista del Tesoro. Es hacerla abstinencia» (1930, vol. 2, p. 132).
en una memoria preparada para el Tesoro sobre el Tras la lectura del Treatise, sus amigos y discípu-
proyecto liberal de lucha contra el desempleo donde los más próximos, Richard. Kahn,. Austin. y. Joan
Hawtrey desarrolla la idea del multiplicador que pre- Robinson, Piero Sraffa y James Meade, le señalan
la
sentará ante la Comisión Macmillan? incongruencia de una construcción teórica qque pos-
El Treatise on Money se publica el 24 de octubre tula el pleno empleo de los factores productivoOS. ED
de 1930, tras siete años de trabajo a menudo inte- la cual los ajustes a las perturbaciones monetarias se A A lo

rrumpido. Las circunstancias de su redacción hacen hacen por medio del imovimiénto de los precios.
que Keynes no esté satisfecho, de lo que advierte a Hawtrey y Robertson plantean varios proble emas. Su
sus autores: «Me siento como quien ha abierto un adversario principal, Hayek, pone en entredicho su
paso en una jungla espesa» (1930, vol. 1, p. xvii). Sin teoría del capital, del beneficio y del interés*, Como
duda tiene.la impresión de no.contar con todos los
elementos teóricos para explicar el nuevo contexto de
33 Sobre la recepción del Treatise, véase Dimand (1989). Sobre las
complejas relaciones entre Keynes y Robertson, veánse entre otros
Mizen y Presley (1995) y Poulon (1987); sobre la crítica del Trea-
32 Véase Cain (1982). tise por Hawtrey, E. G. Davis (1980); sobre el debate entre Keynes
60 KEYN
Y EL DESEMPLEO
ES ll. KEYNES Y EL DESEMPLEO 61
había hecho tras la publicación de la Reforma mone- peter, 1954,.p..1172)”. Joan Robinson , que forma
taria, Keynes se pone inmediatamente manos a la. parte del grupo y no teme plantar cara a Keynes,
obra para corregir su libro. como consecuencia de escribe que la teoría general debe considerarse como
estas críticas y de las que-se le han plantead
en Ja.
o una obra colectiva (Robinson, 1948)”. El artículo
Comisión Macmillan Qtros.sitios.
Eso se conver- «The Theory of Money and the Analysis of Output»,
tiráen otro libro£ del esfuer
,.zo-de-
frreflex
ut iónide
o” que ella publica en octubre de 1933 en el primer
Keynes, pero tambié
de nun conjunto.de-colegas, en número de la Review of Economic Studies*, es una de
particular los jóvenes reagrupados.en.el «Circus» las primeras exposiciones claras de las tesis esenciales
que se réunen en los primeros meses.de-19314 de la Teoría general, junto al documento Public
discutir-el.Treatise. Richard Kahn, apodado el ángel Works in their Internacional Aspect preparado por
Gabriel, sirve de mensajero entre el Circus y Keynes, James Meade para el New Fabian Research Bureau.
que no participa en esas discusiones”. Durante toda Miembro del comité de redacción del informe de

==
la preparación.del likrg, está al lado de Keynes,.entre.

—-
la Comisión Macmillan, Keynes le da una última
otros en los period

>
de vacaci
os ones en Milton, para mano el 29 de mayo y, a pesar de los compromisos
leer, corregir, discuti r las sucesivas versiones, hasta el entre varias concepciones discordantes, se declara
a

punto de que Schumpeter estima qu


se deberí
e a
considerar a Kahn como coautor del libro (Schum-
36 Quizás haya que poner esta declaración en la cuenta de los celos
de Schumpeter, que ya había renunciado a publicar un libro
y Hayek, Cochran y Glahe (1999), Dostaler (1991, 1999), Hayek sobre el dinero debido a la publicación del de Keynes, y cuyo
(1995), Parguez (1982, 1989), Tutin (1988). Se encuentran varios Business Cycles pasó desapercibido tras la publicación de la Teo-
documentos, correspondencia, artículos y otros, sobre estas con- ría general. Para una comparación entre estos dos pensadores,
troversias en el volumen 13 de los Collected Writings de Keynes. véase Arena (1985), Larceneux (1985) y Minsky (1986).
34 La transición del Treatise on Money a la Teoría general ha susci- 37 Ella escribe intencionadamente «teoría general» para distinguir
tado una importante literatura, favorecida por el hecho de que se este corpus respecto del libro de Keynes, que no es sino uno de
han conservado la mayoría de los esbozos, manuscritos, planes sus elementos. Véase sobre esto Asimakopulos.(1991). Aprove-
sucesivos y notas de clase de al menos siete estudiantes de Key- chemos para rendir homenaje al profesor excepcional que era
nes. Se encontrará una parte en JMK 13 y 29 y Keynes (1989). En Tom Asimakopulos, muerto prematuramente en 1990, que nos
la literatura secundaria, véase en especial Cain (1979), Cartelier inició en las obras de Keynes, de Joan Robinson y de Piero
(1995), Castex (2003, vol. 3), Clarke (1988), Dimand (1988), Sraffa, y nos dio la ocasión de reunirnos en varias ocasiones con
Kahn (1984), Laidler (1999), Lambert (1969), Meltzer (1988), los dos últimos.
Milgate (1983), Moggridge (1973), Patainkin (19764), Patinkin y 38 Apodado el «Children's Journal», esta revista se había fundado por
Leite (1977) y Vallageas (1986). jóvenes economistas de Cambridge y de la London School of Eco-
35 Sobre el «Cambridge Circus», véase JMK 13, pp. 337-343. nomics con el objetivo de llenar el hueco abierto por los mayores.
62 KEYNES Y EL DESEMPLEO 111. KEYNES Y EL DESEMPLEO 63

satisfecho: «En conjunto, estoy bastante satisfecho, a de nuevo que no hay necesariamente congruencia
pesar de ser un poco verboso y padecer los defectos entre posiciones políticas y teóricas, pues, en ese
de todos los textos heteróclitos» (carta a Kahn, 29 de mismo momento Pigou daba la última mano a su
mayo de 1931, JMK 20, p. 310). Al día siguiente, por The Theory of Unemployment, que aparecería en el
segunda vez en su vida, pone rumbo a los Estados otoño de 1933 y que Keynes iba a vapulear en la Teo-
Unidos. Está invitado a la Universidad de Chicago ría general. Por otra parte, esta carta es la ocasión
para participar en el encuentro anual de la Harris para poner en escena, ante un público más
2 amplio
Foundation, sobre el tema «Unemployment as a que el. académico, el debate entreaHayek «y Keyoss. y
World Problem». En su texto, «Un análisis econó- más en general entre la London Schoo
mico del desempleo» (1931), Keynes retoma las tesis mics y Cambridge. Hayek,. Robbins y. dos de sus cole:
del Treatise, como hizo ante la Comisión Macmillan. gas se opondrán efectivamente.a los gastos públicos
¡> *-=» Pero va más allá al evocar la posibilidad de una esta-_ | en las columnas del Times, el 19 de octubre (Hayek
8 ez bilización de lala producción a un nivel inferior al de et al., 1932)". Esta carta provocará unaarespuesta de
A A Mi eta.
Ly pleno : em leo. Commprueba con sor resa que. varios Keynes y sus amigos, publicada el
el21d
2 de octubre,
Puceg: economistas americanos, en particular Jacob Vinsry acusando a Hayek y a.sus.compañeros : de armas
as €de
“sus
us colegas de la Universidad de Chicago. que.se basarse en una ilusión enterrada desde Adam, Smith,
ae décadas más tetarde, en sede de la reacción pero. resucitada a. menudo: «Parecen. “pensar que
Me son muy. Tavorables a las obras
públicas como remedio' contra el desempleo”, había publicado en el Times de 5 de julio de 1932, a iniciativa de
El 17 de octubre de 1932, Keynes y otros cuatro Harrod y Meade.
economistas, entre ellos Pigou, publican en el Times 41 Antes de obtener su cátedra en la London School, Hayek, que
entonces enseñaba en Viena, había dado allí una serie de confe-
una carta subrayando la importancia de los gastos, rencias, publicadas después con el título Precios y producción.
públicos y privados, habida cuenta de que, en las También se había aventurado en terreno enemigo, en Cam-
condiciones actuales, «la economía privada no trans- bridge, donde en enero de 1931 había expuesto sus tesis, que
fiere una parte de una renta nacional incambiada del fueron recibidas con consternación. Hubo primero un silencio
glacial, después del cual Richard Kahn se atrevió con la siguiente
consumo a la inversión» (1932, p. 138)“, Esto ilustra pregunta: «¿Opina usted entonces que si salgo mañana a com-
prarme un abrigo nuevo, esto aumentará el desempleo?» A lo
que respondió Hayek, señalando con el dedo a sus famosos
39 Sobre las relaciones entre Keynes y Chicago, véase Leeson triángulos que cubrían la pizarra: «Pero necesitaría una larguí-
(2003). sima demostración matemática para explicarle por qué» (Kahn,
40 Otra carta, firmada por 41 economistas, entre ellos Keynes, se 1984, p. 182).
64 KEYN
Y EL DESEMPLEO
ES 11. KEYNES Y EL DESEMPLEO 65

existe una reserva de.rigueza acumulad


cuya canti-
a empecé. a. pensar en. ella. Y finalmente, tras mucha
dad está determinada independientemente depues-
a confusión y varios intentos, la definición correcta de
la eficiencia marginal del capital ligó las cosas unas
El 28 de septiembre de 1932, Keynes escribe a su
con otras» (MK, 14, p.85), AA
madre: «He escrito cerca de un tercio de mi nuevo
libro sobre la teoría monetaria». Le da a sus cursos Esta carta contradice la extendida opinión según
de otoño el título de The Monetary Theory of Pro- la cual los conceptos de preferencia por la liquidez y
duction. Es durante el invierno siguiente cuando eficiencia marginal del capital estaban disponibles
parece que elaboró la teoría de la demanda efectiva, desde comienzos de 1933. En marzo Keynes publica
en la que el equilibrio económico se realiza, no «The Means to Prosperiry», versión vulgarizada de
mediante fluctuaciones de precio como en el Trea- su teoría en el estado en que se encontraba en ese
tise on Money, sinode la producción”. Así es como momento (1933). Es ahí donde utiliza por primera
Keynes le cuenta a Harrod, e e agosto de 1936, vez la. palabra «multiplicador». Difundido en varias
la manera en que se establecieron sus ideas: lenguas y en varios países, como ocurría con muchos
de sus textos, este artículo produce un importante
«Eso se me ocurrió sólo después de haber enunciado impacto, dado su carácter no académico. Con su lec-
por mí mismo la ley psicológica según la Cual tura, altos funcionarios del Tesoro, como Richard
cuando la renta aumenta,la brecha entre la renta y el» Hopkins y Otto Niemeyer, empiezan a sentir que se
eba = C consumo crece, una conclusión de la mayor impor- tambalean con la argumentación de Keynes.
le tancia para mi propio pensamiento,to, aunque
aunque Ap
aparen- En el otoño de 1934, comienza a enviar capítulos
Mos temente no sea así para cualquier otro. Después, de su libro a la imprenta y usa las galeradas para una
Lts P «l aa más tarde, me vino la, noción. del.interés serie de cursos que titula ya «The General Theory of
como algoque mide
, la preferencia por la liquidez, Employment». Presiente que su libro va a desenca-
Cigua que se hizo muy clara en mi cabeza desde que | denar una revolución, como le escribe el 1 de enero
, e
de 1935 a su amigo George Bernard Shaw, en el con-
42 El momento exacto de elaboración de esta teoría por Keynes ha texto de un debate sobre el marxismo:
sido objeto de varias discusiones. Para Clarke y Skidelsky sería
en el verano de 1932, para Patinkin y Dimand en algún
momento de 1933, para Milgate en 1934. Se encuentra un.
«No obstante, para comprender mi estado de ánimo
esbozo de la misma en las clases de 25 de abril y de 2 de mayo de hace falta que sepas que creo que estoy escribiendo
1932. un libro sobre teoría económica que revolucionará en
66 KEYNES Y EL DESEMPLEO 1. KEYNES Y EL DESEMPLEO 67

gran medida —probablemente no enseguida, sino a lo haber revolucionado la economía. “Dejad que pasen
largo de los próximos diez años— la manera en que la diez años, que impregne la política, la psicología,
gente piensa los problemas económicos. Cuando mi etc., que saquen provecho de él, y veréis todo el sis-
nueva teoría se haya asimilado debidamente y.mez- tema de Ricardo tirado a la basura y todo el conjunto
clado con la política, los sentimientos y lass pasiones, recomenzar de nuevo sobre otra base. Eso es lo que
na puedo predecir qué efecto tendrá sobre la activi- escribía, en esencia. Una fanfarronada colosal, me
dad y loss negocios. Pero se producirá un Eran cambio imagino» (V. Woolf, 1981-90, vol. 6, p. 126).
y. más en concreto, los fundamentos ricardianos del
marxismo se disiparán. No espero que tú o quien- A. El New Deal
quiera que sea toméis esto en serio por ahora. Pero,
por lo que a mí respecta, no hago más que esperar El 4 de marzo de 1933, Franklin Delano Roosevelt
que eso se produzca, yo estoy completamente seguro sucede a Herbert Hoover como presidente de los
de eso»” (JMK, 13, pp. 492-493). Estados Unidos, en el momento en que Hitler accede
al poder en Almania. El New Deal con el que se aso-
Virginia Woolf cuenta una comida con Maynard cia su nombree consiste.en yn conjunto de medidas
y Lydia en la que se discute del trabajo de Keynes. Loc, inspiradas. en particular.por 1los economistas
adhoc,
Así es como describe, en la entrada del 6 de enero de institucionalistas que lo aconsejan. El parecido con
1935 de su diario, la «colosal fanfarronada» de su las propuestas keynesianas, como con las políticas
amigo: puestas en funcionamiento en Suecia desde 1931,
bajo el impulso de los economistas de la escuela de
«En cuanto a la carta de Maynard, indicaba que, en Estocolmo, Lindhal, Myrdal y Ohlin, es sorpren-
su nuevo libro, el que está escribiendo, pensaba dente. No hay que descartar que Keynes pudiera
haberse inspirado indirectamente en los teóricos del
New Deal en su paso por los Estados Unidos en
43 El 15 de enero de 1935, Keynes le escribe a Susan Lawrence,
antigua diputada laborista, a propósito de sus propuestas políti- 1931. Pero no se puede interpretar el New Deal
cas: «Antes de que esta manera de pensar pueda traducirse en la como una aplicación del keynesianismo, pues. la Zeo-
práctica, debe mezclarse con la política y con las pasiones como ría general aún no se había publicado. En realidad,
cualquier otra forma de pensar, y no puedo prever en detalle la
naturaleza de los resultados» (JMK, 21, p. 348). Obsérvese que
uno de los primeros países que harán referencia
Keynes usa los mismo términos que en su carta a Shaw o en su explícita a Keynes es Canadá, que aplicará un presu-
conversación con Virginia Woolf. puesto keynesiano en abril de 1939. El principal
68 KEYNES Y EL DESEMPLEO ll. KEYNES Y EL DESEMPLEO 69

redactor de este presupuesto, Robert. Bryce, ayu- más que hasta ahora, o bien asume usted mismo un
dante del viceministro de Hacienda, había seguido gran número de sus actuales funciones» (JMK, 21, p.
los cursos de Keynes de 1932 a 1935.
Keynes está entusiasmado
por los acontecimien- a ge la
a 6 de Juno de
tos. La producción industrial se duplica entre la emanda efectivay del multiplica ar anteeL Ameris,
toma de posesión de Roosevelt en marzo y el mes de mn. Political Economy Club (1934)*. Su texto.sirve
julio. Sin embar
otoño y seduda
go, el .Moyimiento.se debilita en ables ame-
de base para su discusión con los responspresent a “su
qué.camino seguir. Es entonces ricanos. En febrero de 1935, Keynes
cuando Felix Frankfurter, profesor de derecho
en nueva teoría en Oxford, donde debe afrontar las crí-
Harvard y miembro del brain trust de Roosevelt, le ticas de su aliado Henderson. En junio, su alumno
sugiere a Keynes que intervenga, lo que hace en Robert Bryce la presenta en territorio enemigo, en el
una
célebre carta abierta publicada en el New York Times seminario de Hayek en la London School ofEcono-
el 31 de diciembre de 1933. mics (Bryce, 1935). Las pruebas del libro son leídas y
Se embarca con Lydia el 9 de mayo de 1934, ofi- comentadas por Harrod, Hawtrey, Kahn y Joan
cialmente para recibir un doctorado honoris causa Robinson. El verano y comienzo del otoño los dedica
de la Universidad de Columbia, pero en realidad a las últimas revisiones del libro en Milton.
para observar y, si es posible, intentar influir en el
gobierno americano. El 28 de mayo, se reúne.con
Roosevelt durante uñahora. Ambos. se declaran 111.3. TEORÍA GENERAL DEL EMPLEO, EL INTERÉS
encantados, pero es difícil saber qué ha
pasado. El 1 Y EL DINERO
de febrero de 1938, cuando las economías americana
e inglesa sufren una recaída, Keynes envía una larga La Teoría general del empleo, el interés y el dipero
carta a RooseveltenJa.que.intenta convencerle,
para «bandona les "manos de su autor el 19 de enero de
que haga importantes. inversiones públicas, £ntre el 4 de febrer
1936 para aparecer o,
en una edición
otras en. vivienda, transporte y servicios públicos, por Keynes, La vís-
con un precio muy bajo, fijado
proce diendmin:
bie MD crea
o en caso de necesidad a nacionalizacio-
e error :
nes, Después de una respuesta educada de Roose
+ al
ia A

-
velt, Keynes insiste el 25 de marzo diciéndole al pre- 44 Club del que formaban parte, entre otros, Schumpeter, Hansen,
sidente: Mitchell, J. M. Clark, Berle. En resumen, ¡no se trataba de peque-
«Usted sigue una vía intermedia muy ños expertos! No se sabe si estaban todos presentes para escu-
arriesgada. O bien sostiene al mundo de los negocios char a Keynes.
70 KEYNES
Y EL DESEMPLEO Il. KEYNESY EL DESEMPLEO 7

pera, abría sus puertas el Arts Theatre de Cam- pleo, por ejemplo, así como el de las excesivas, des-
bridge, al que Keynes había consagrado mucho “de Fetitay riqueza, estárde más actuali-
igualdades
dinero, tiempo y energía. Este libro.es sin duda, en el dad que nunca. La segunda tiene.que.ver..con.eb.
ámbito de la. economía..el.más.célebre y el más influ- carácter muy singular de este texto,- voluntariamente
yente del siglo XX. Ha suscitado una inmensa litera- construido para sorprender y desconcertar. La Teo-
tura. Sólo en 1936 se cuentan 125 reseñas del libro ría general es una obra que no pertenece a ninguna
en inglés*”, Hasta los años setenta, lo esencial de la categoría particular, aparte de que Keynes la dirige a
literatura sobre Keynes se refería prácticamente sólo sus colegas economistas. No es por tanto un libro
a este libro. Y hasta ahora se sigue comentando, parael gran público, del tipo de.las Consecuencias
interpretando, criticando y preguntándose por lo económicas de la paz. Pero tampoco es un tratado
que Keynes quería realmente decir*, especializado como el Treatise on Money,.o.el Trea-
hour— Esto no es sorprendente, por dos razones. La pri- tise on Probability, con los que pretendía demostrar
mera es que el libro trata de problemas a los que se Keynes que tenía un estatus de teórico. Por último,
. enfrenta
las sociedad
banes de la época de Keynes,y tampoco es un manual, y Keynes no desea que se
a los que siguen enfrentados. El problema del desem- convierta en eso. No quiere «cristalizar en una forma
4 e
A
A ; ';
A
ts ES definitiva» el «ramillete de ideas esenciales y relati-
vamente simples en que se basa mi teoría» (1937,
45 Véanse los cuarenta artículos reproducidos en Backhouse
(1999). 2002, p. 246). No obstante, esas ideas serán «cristali-
46 Además de los libros mencionados en nuestra bibliografía que zadas», y en particular traducidas a unlenguaje
tratan de él, he aquí una lista de publicaciones relativamente matemático,
muchas veces hasta hoy. No es seguro
recientes sobre la Teoría general que ilustra la multiplicidad de que se trate siempre de sus ideas.
interpretaciones posibles: Asimakopulos (1987), Benetti (1998),
Boyer (1985), Cartelier (1985), Dos Santos Ferreira (1985, 2000), Para la mayoría de los economistas, sobre todo
Favereau (1988b), Frydman (1988), Lavoie (1985b), Parguez los actuales, la forma de escribir de Keynes es
(1985). Más específicamente sobre las cuestiones del empleo y el extraña, indigesta cuando no incomprensible. No
desempleo, consúltense de Vroey (1997a, 1997b, 2004), S. y D.
Diatkine (1975), Erhel y Zajdela (2003), Seccareccia (1987) y sólo se ha escrito de la Teoría general que era un
Zouache (2003). Rivot (2003) examina la política de empleo en libro chapucero, mal organizado, repetitivo, sino
los escritos políticos de Keynes. Sobre la demanda efectiva, también que su lenguaje lo hacía oscuro, opaco, difí-
véanse Amadeo (1989), Asimakopulos (1982), J. Halévy (1984),
Martin (1998). Sobre la cuestión de las unidades de medida y de
cil de comprender y sobre todo de formalizar. Otros
las magnitudes en la Teoría general, véanse Carabelli (1992), S. han escrito que está lleno de hipótesis vagas, argu-
Diatkine (1989) y Rosier (2003). mentaciones ambiguas, demasiado literarias. Muy
72 KEYNES Y EL DESEMPLEO II. KEYNES Y EL DESEMPLEO 73

poco después de su publicación, se comenzó a repro- abras,de Keynes..es.una.obraditeraria. Para describir


char a Keynes que hubiera renunciado a una presen- la economía, su autor se aleja del lenguaje formali-
tación matemática. Se le acusaba de tener una acti- zado de las ciencias físicas y matemáticas para utili-
tud desenvuelta respecto a definiciones y términos zar, simultáneamente, el lenguaje cotidiano y el de
cuyo sentido cambiaba a veces según los contextos. los escritores.
Es por cierto una crítica que Hayek había dirigido ya la Teoría
En cuantoa sy estructura s se refiere,
contra el Treatise on Money. Keynes respondió.a.ese general no sigueuna progresión continua ¡ regular.
género de.críticas y.su.respuesta.ilumina,su.concep- Desde el tercer capituló ésta pres o
ción de la lengua. Paraél no existe una correspon- la teoría, Un largo paréntesis en principio metodolé-
dencia uní ívoca entre una expresión y lo que desigra, gico (libro II: definiciones y conceptos) aborda las
y en economía.como,en otras ciencias morales se cuestiones de fondo, como la de la previsión. Los
puede usar undenguaje.técnico-de Manera.menos libros III y IV tratan respectivamente del consumo y
¿APN

Pa es

rigyrosa,.q4e/-per en.
.ejemp
matemátic
lo,as 0.€R.. de la inversión, por tanto del corazón de la teoría.
física: «Una definición puede a menudo ser vaga
mee: sistemática
Pero, Sde nuevo, no hay,una presentación
dentro-de límites bastante amplios,: y sujeta.
a vanias sino ) muchas idas y vueltas antes de que al capitulo
interpretaciones que difieran ligeramente unas de 18 nos ofrezca un nuevo resumen 1 general de siteo-
otras, y sin embargo ser perfectamente utilizable. ría. El libro IV introduce variaciones de salarios y
(...) Si un autor intenta evitar: toda imprecisión y ser precios, mientras que el último nos presenta una
perfectamente preciso, se hará (...) prolijo y especie de popurrí con comentarios sobre los ciclos,
pedante» (1925c, p. 36). La economía está constante- notas sobre la historia del pensamiento y reflexiones
mente en proceso de redefinición dessus.términos. A de filosofía social.
Keynes le parece que hay también una ventaja esté- Como hemos adelantado las tesis principales de
tica en variar las palabras y expresiones con las que este libro con el relato de su génesis, nos limitaremos
se designa la misma realidad. Hay que evitar fastidiar a poner en orden los elementos clave. El mejor resu-
y aburrir al lector. Para convencer al lector, para lle- men de la Teoría general se debe por cierto a Keynes,
varlo a comprender, no hay que deshacerse sólo del es una respuesta a las críticas que habían formulado,
corsé de definiciones de las ciencias lógico-deducti- en el número de noviembre de 1936 del Quarterly
vas, sino que tampoco hay que temer usar los útiles Journal of Economics, Jacob Viner, D. H. Robertson,
de la retórica, y en primer lugar la metáfora. Desde - Wassily W. Leontief y F. W. Taussig. Publicado en
ese punto de vista, la Teoría general, como las demás
A
febrero de 1937, el artículo de Keynes es más un
74 KEYNES Y EL DESEMPLEO Mi. KEYNES Y EL DESEMPLEO 75

comentario. sobre su.libro que una respuesta a sus este libro, que señala al desempleo como el primer
críticos, Así es como presenta el tema principal: problema de la economía contemporánea. El análi-
sis.se consagra
al primer problema más que al
«Así, lo que propongo es en definitiva una teoría
dirigida a comprender-por qué la producción y
segundo. Pero están estrechamente ligados, Efecti-
el
empleo están sujetos a fluctuaciones. Esta teoría no
vamente, desde el momento
en que se rechaza la
problemática clásica según la cual el crecimiento
pretende ofrecer el remedio milagroso que permita económico deriva del ahorro y, por,tanto, de la abs-
eliminar esas fluctuaciones y mantener en su nivel tinencia de los más pudientes, desaparece.
la justifi-
óptimo la producción y el empleo de forma perma- nómicade las desigualdades de renta. Es
nente. Sin embargo, es, propiamente hablando, UNA. ilusorio y a la vez utópico pretender alcanzar una
teoría del empleo porque explica por qué, en to perfecta igualdad de la renta y la riqueza, pero las
as circundl st vé deanempleoci
es a,
que es. diferencias que existían en tiempos de Keynes le
Por supuesto, no me intereso sólo por IU Enóstico parecían completamente inaceptables. ¿Qué diría
sino también por el remedio, y a él se dedican varias de esto hoy?
páginas de mi Er Fámero sin embargo, que mis Hay que subrayar la distinción que hace Keynes
sugerencias para tratar el problema, que confi entre el diagnóstico y los remedios. Su libro está
eso
que no están aún completamente a punto, se sitúan dedicado casi por completo al diagnóstico. Afirma
en un plano completamente diferente del diagnós- que no tiene recetas válidas en todo momento y
tico.» (1937, 2002, pp. 258-259). lugar para corregir los males que engendra el capita-
lismo. Es pues un error considerar a la Teoría gene-
Se trata, pues, de la teoría de qué es lo que ral, como se ha hecho a menudo, como un conjunto
determinela nivel de empleo en una economía. de propuestas políticas. A este respecto, hay una
Habida cuenta de las hipótesis sobre la organiza- parecido interesante entre Keynes y Marx. Éste insis-
ción_de..la producción y del horizonte de corto tía en que no se trataba, en su opinión, de preparar
lazo. .en-q
piaz0 A
en ue_nos encontramos, la determinac recetas para las marmitas del futuro, sino de analizar
ión
del.nivel del empleo es,simuliáneamente
la del, el presente y prever los movimientos futuros. En la
nivel delaproduc
yla senta
cinacio
ónnales
. . Pero. práctica, en la elección de políticas, uno y otro
está clara que. el empleo es el objetivo prioritario. demostraron toda su vida una adaptación a las cir-
Keynes abre el último capítulo de su libro con el cunstancias y un pragmatismo muy alejados del dog-
texto que hemos situado en el encabezamiento de matismo que caracteriza la acción y el pensamiento
IM. KEYNES Y EL DESEMPLEO 77
76 KEYNES Y EL DESEMPLEO
de sus discípulos. Así, podemos ver a Keynes, Hay también una mano, de obra, Sisporiis. COn.
tiempo después de la publicación ; e- diversas cualificaciones quet también están da:
ral, Poner en aviso contra a
el de un sobregalen formables. >
corto plazo. y.son. difícilmente transto
tamiento. inflacionista, €cuando 19 Lasa de piro dispone de técnicas y conocimientos utilizables, de
aún era muy. pd a formas.de organización industrial, comercial y fans.
ciera, de modalidades de competencia. La economía
A. El diagnóstico está inserta en una estructura social que influye en
particular en la distribución de la renta. Está com-
El médico se interesa por la evolución a corto plazo puesta de individuos, agrupados en clases, que tie-
del estado de salud de su paciente, pues está claro nen costumbres y. gustos relativamente rígidos a
que a largo plazo no podrá escapar de la muerte. Su corto plazo. Por supuesto, nada de eso es constante y
estado futuro, antes de dicho desenlace inevitable, es rígido como el hormigón. Pero en el horizonte tem-
imprevisible. Pero está también influido de forma - poral en el que sitúa su análisis, Keynes considera
importante por un conjunto de actuaciones y deci- dados estos elementos. p pe a pritok.
siones tomadas en el pasado. Si se ha fumado, bebido En ese marco, la interacción de «tres Rp z A
o comido de manera excesiva durante décadas, es psicológicos fundamentales» (1936, 1982, p. 252) ka, ¿00
posible que ciertos órganos estén irremediablemente détermina el nivel del empleo y de la renta nacional.
afectados, aunque no haya en ello ninguna certeza o Son «la propensión psicológica al consumo, la acti-
ley general. Churchill vivió hasta los noventa y un tud psicológica sobrela liquidez y la estimación psi-
años absorbiendo cantidades fenomenales de alcohol cológica del rendimiento futuro de los capitales»
y fumando puros sin parar, mientras que Keynes, (ibid.). Hemos citado más arriba la carta en que Key-
que tenía una salud frágil y soportaba muy mal los nes explica cuándo y cómo se le ocurrieron estos
excesos de ese tipo, se apagó a los sesenta y dos años. conceptos. Son factores estrechamente ligados a la
En el ámbito de la. economía, el pasado nos hace incertidumbre sobre el futuro y alas. expectativas (no
herederos de. cierta.cantidad de capital en forma de racionales) de los ; agentes. A ellos hay que añadir,
edificios, máquinas. herramientas, de los que no se entre las «variables independientes elementales»
puede modificar fácilmente, las condiciones de uso. necesarias para completar el modelo, el nivel de sala-
rio monetario, determinado por la relación de fuer-
zas entre empleadores y empleados, y la cantidad de
47 Véase sobre este tema Hutchison (1981) y Chorney (1987). dinero, determinada por el banco central.
bea gs 2/2 darla, Ag pins e “aia ld, F

GNL. e
78 KEYNES
Y EL DESEMPLEO 11. KEYNES Y EL DESEMPLEO 79 : |
E

La propensión al consumo es la proporción de su puede estar seguro de nada. No, toma. decisiones
renta que consume un individuo. Se caracteriza por comparando ingresos ciertos o probables y costesCr
que, cuando aumenta la renta, el gasto en consumo actuales. La inversión no, .depende.de probabilidades S
des
p
aumenta pero en menor proporción: «Esta ley psico- medibles sino más bien de los «estados de ánimo»
lógica ha desempeñado un papel de la mayor impor- «de.una necesidad espontánea de actuar más queno.
tancia en la maduración de mis propias convicciones hacer nada, y por tanto no de 1na media ponderada
y es un elemento que creo absolutamente fundamen- de heneficios cuantitativos multipli
tal de la teoría de la demanda efectiva expuesta en bilidades cuantitativas (..). Cuando se evalúan las
mi libro» (1937, 2002, p. 257). Esto
sto vale tanto para perspectivas de la inversión, hay que tener pues en
un individuo como para la sociedad, D Dee un aumento cuenta los nervios y los humores, incluso las diges-
¡ + 7 dado de su renta. un 2co-consumirá una parte tiones y reacciones al clima de las personas cuya
be do menor que un pobre. Y las sociedades, a medida qu actividad espontánea gobierna en gran parte» (1936,
He . y 5eenriquecen, ahorran una fracción cada vez ad 1982, pp. 173-174). Esto es un eco de las reflexiones
y - importante de su renta. Esta virtud privada se con- de Keynes sobre las probabilidades. ya munddrbe o|
esnol vierte en un vicio "público, en un obstáculo para La incertidumbre no suspende pues la decisiónsmita
delos “alcanzar el pleno empleo. Determinada por un con- como ya escribía el joven Keynes € en “«Ethics in Rela- Y
diet junto de factores de orden social e institucional, la tion to Conduct», en respuesta a ; Moore. Y en el Hui
A propensión a consumir es relativamente estable a la previsión a largo plazo puede
ámbito económico,
is corto plazo. ser, a pesar de todo, relativamente estable. Es aquí
¡Zunoda
Ue 6 a El segundo componente de la demanda, la inver- donde interviene, para medirla, la eficiencia margi-
” “sión, es en cambio muy volátil. Por esa razón desem- nal del capital. Este concepto sirve para comparar los
flujos de rendimientos futuros esperados de una
ero
. E
peña un papel motor en la dinámica del capitalismo,
” y Keynes le consagra la mayor parte de su libro, los inversión, es decir, de la compra de un bien de capi-
CA

ocho capítulos del libro 4: «Es usual en “un


sistema. tal, y el precio de oferta o costo de reemplazo de ese
complejo considerar como la causa causams el factor. bien de capital: «Más.precisamente, definiremos la
que más sujeto está a variaciones amplias y repenti- eficiencia marginal de un capital [como['eTtipo de
MM (ibid., p. 258). Es aquí donde intervienen los la ie de anualidades
descuento que, aplicado a ser e

otros dos factores psicológicos. El individuo que


invierte lo hace con la esperanza de obtener un flujo
udaly
de rendimientos con cierto
rto horizonte temporal. “No 48 Que Jean de Largentaye traduce por «dinamismo natural».
Aé Po ro : ho
po te La. Vés Be. Ton Po as se mn +8: en
cop Pedir a RA
Ear een E GÉ.: po o E “A

ene A
80 KEYNES
Y El DESEMPLEO 1. KEYNES Y EL DESEMPLEO Br |

constituidas por los rendimientos descontados ducirlo tiende normalmente a hacer que su precio de l
de. S
oferta se eleve»” (ibid., p. 150). Se puede dibujar una] e
e pa

ese capital durante toda su existencis iguala el valor


curva que ligue, para cada bien de capital, la eficien- fu. + Y, ': f
ese capital» (1936, 1982, p. 149). La eficiencia margi- cia marginal y el nivel de inversión, y, sumando el taco 3
nal del capital no debe confundirse, como ocurre a conjunto de curvas, se obtiene la curva de eficiencia' ? cdta.
menudo, con la productividad marginal del capital marginal del capital, llamada también curva de o
de la teoría neoclásica. Esta última reposa sobre la demanda de capital”. : l
Una de las características más importantes del pe de]
hipótesis de que, cuando las cantidades de los demás
factores productivos están dadas, la adición de una capitalismo contemporáneo, sobre la que Keynes ya: «al», ..:
unidad de capital aumenta la producción en cierta había insistido en el Treatise on Money, pero que 4 conta
cantidad y en medida decreciente. Se mide en térmi- Veblen y los economistas institucionalistás habían Yes
: : : j 40, E b
nos reales, lo que «plantea dificultades que nos pare- esclarecido desde principio de siglo, es la separación
cen a la vez insolubles y desprovistas de interés» entre el control y la propiedad del capital: «La esci- ga] y ,
(¿bid., p. 151), y es igual en equilibrio a la renta real sión entre la Al la gestión del capital, que “| |
e NE
e . del captanEn acambio, la eficiencia marginal qdel
sIciencia margina! prevalece en la actualidad, y la extensión de los mer-92x
S
M6 capital se calcula comparando
flujos monetarios de cados
a financieros organizado echo.interuenir d 0!
, |
¿nelumi dos cuales uno es anticipado: «Lo esencial en este un nuevo factor de gran importancia,; ¡li a
que facilita e
.. enténoe . , E e lr

Jerorb. punto es la extrema precariedad de las bases sobre veces la inversión pero que. yeces también
contri-a-ao. Í
¡=)'+- las que nos vemos obligados a hacer nuestras evalua- bl

jr ciones de los rendimientos descontados» (ibid. p. |


Keynes retoma aquí una idea ya anunciada por Adam Smith y
A 162)Si la confianza y.el-dinamismo de los inversores 49
desarrollada, en forma y con explicaciones diversas, entre otros E , ls
¿a-=-lo se debilitan por cualquier razón,
la eficiencia margi- por Ricardo, J. S. Mill y Marx. Para todos, la acumulación de capi- E
(Macanal del capital disminuirá sin que haya cambiado tal y el crecimiento del capitalismo engendran la caída de la renta- : A
bilidad del capital. Mientras que Ricardo se desconsuela por la lle- e sy
3 nada en la productividad física del capital. a a,
gada ineluctable de un estado estacionario, Mill y Marx se alegran
Pumenlo Keynes piensa que, a medida que aumenta la de ello aunque por razones diferentes; el primero porque los -w,
Se ut o ' 2 de vivir, el
pr inversión en cualquier tipo de capital, la eficiencia hom bre
podrán por fin dedicarse
s a la cultura del arte
7a. .
marginal del capital disminuye, por dos razones: «En segundo porque la caída de la tasa de ganancia provocará la caída Ama Se
pa e me del capitalismo. La posición de Keynes es cercana a la de Mill.” E
¿* a e Primer lugar el rendimiento descontado de ese capi-: 50 Keynes no dibuja curvas en la Teoría general, donde sólo hay un
cuy tal disminuye cuando su cantidad aumenta. Además - gráfico, concebido por Harrod, para ilustrar la teoría clásica del
la competencia por los recursos que sirven para pro- tipo de interés (1936, 1982, p. 191).
EA ce s «y ; , a
Ln EL Gl ano Henk im en »Lilal.
e? Lear Ember E A A e.
¿Anar IO

Ca e enptlats y iy lio rr ta Ñ pa 24
82 KEYNES
Y EL DESEMPLEO 4 ¿2 ER II, KEYNES Y EL DESEMPLEO 83
2 y.
buye de forma importante a agravar la inestabilidad >) que a largo plazo la preferencia por la liquidez y, por
del sistema» (ibid., p. 163). Lo más frecuente es que tanto, el tipo de interés tienen tendencia 2, aumentar.
el inversor pida. prestada la . suma de dinero para Además, a a medida que las5 economías progresan y.se.
A nio
hacer la adquisición del bien de capital. El presta- enriquecen, la propensión a ahorrar tiene tendencia
mista no es un filántropo y exige a ambig yun inte- a aumentar. Lo que tiene un impacto,.no sólo sobre
rés. Por suu parte, el prest atario se _y la demanda de consumo, sino sobre.el efecto.de. un
aumentar. la cantidad de su inversión hata e Pd de la inversión. sobe. el. Aumento: de la
momento en que la eficiencia marginal del capital se La relación entre.es Z li Beni
haya redu TdeT tipo de interés: «ElEl flujode desPE el multiplicador de da inversi ión, 4
la inversión
pd e AT
se e llevará. hasta elel punto de la curva de indica que, cuando se produce uunmn aumento.
au de la
demanda de capital « en que 1la eficiencia marginal del
De carre
de inversión global, la renta aumenta en un montante
capital « en e caiga al nivel del tipo de interés de igual a k veces el crecimiento de la inversión» (ibia., '
mercado» (ib p. 150). _ p. 131). Ahora bien, el multiplic:cad
Aormentado Palta por a para completar la explicación, nado por la , propensión al consumo, Es.tantowmás “e
ver de qué depende el tipo de interés. Másigua-—
que | elevado Cuanto mayor proporción consumen los +
¿Dd «Car el ahorro y la inversión, el tipo de
d interés es una individuos « de un crecimiento ) de Ezenta. pu nal la.
Din lia «magnitud. monetaria, que _ iguala la_ofe
la ofoferta y la El ahorro, considerada £g Mae :
y * demanda de dinero. Mientras que laoferta es fijada table definida por la diferencia entre la renta naci
nacio- Q -
quis POLr la autoridad monetaria, la demanda de dinero nal y los gastos de consumo, es por definición iguala A
- está estrechamente ligada a la tercera variable psico-

Ea
la inversión. Pero no sucede: lo mismo con | las ¡ inten---
iones de ahorrar y las intenciones de inve
invertir Son
lasvariaciones de la renta nacional. las. quealustarán
ato * contemporáneo puede establecerse así: «El lector el ninivel de ahorro al de inversión. Es así como la vir-
hol ho debería ver
claramente
ahora las dificultades que se tudd privada del ahorro puede transformarse en un
(40 -"tbponen al mantenimiento de una demanda efectiva vicio público: «Cuanto más ascetas somos, tanto más
Y.) suficiente para garantizar el pleno empleo, por el decididamente economizamos en la gestión de nues-
Mare ¿hecho de que un tipo de i interés a largo plazo. con...
RECmO de tras finanzas personales y públicas, y también más
vencional y bastante estable se. encuentre asociado a deben bajar nuestras rentas cuando el tipo de interés
“e a Le una eficiencia. marginal del capital caprichosa.y muy
se eleva en relación con la eficiencia marginal del
A, inestable» (ibid., p. 213). La situación se agrava por- capital» (ibid., p. 128).
[Ad confio,E — has depre ba
4 E eS
A
A
E
84 KEYNE
Y EL DESEMPLEO
S lll. KEYNES Y EL DESEMPLEO 85

B. Los remedios así, no sólo por razones éticas y políticas,.simertarr-


bién económicas. La ayudaa los parados.les.impide.
Keynes concluye de su análisis que, sin ser violenta- rebelarse pero | también contribuyea relanzar laeco-
mente inestables, las economías modernas pueden nomía. .
manten
por largatiem
ers po.en. e
niveles de activi El estímulo de la inversión es igualmente indis-
muy inferiores al pleno.emplea, «sin. que. haya den: pensable, y se : dispone de unaa panopliaode medidas,
dencia marcada a la recuperación o al hundimiento monetarias, ! fiscales y. de otro tipo,. que. son de.un
Pa a
AAA
C A GI
completo. “Además, se. ve claramen
A
que el te
pleno manejo más rápido y más fácil. El tipo de interés
empleó9 una situación pró
al xim
pleno. empleo.es
a puede ser manipulado a través de la oferta de dinero.
A (ibid. p. 255). Suspresen- Pero también puede actuar directamente.el Estado
tamos la demanda de bienes s de consumo por C, y la como demandante, entre otras formas en el marco
de. bienes de inversió¿por
nporÍ, el nivel de renta nacjo- de las obras públicas. Se puede así añadir un tér-
nal, R, ligado al volumen le
de empleo, puede entonces mino, G 1, A la ecuación de la renta nacional:
venir representado por: nn Q—Q—£<—>
R=C+I1+G
R=C+I1
El comercio exterior también puede ser llamado
No hay mecanismo que lleve automáticamente a al rescate, ya que la diferencia entre el valor de las
esta demanda al nivel de pleno empleo. A los pode- exportaciones y las importaciones, X, es otro ele-
res públicos les corresponde actuar para estimular la mento de la demanda:
demanda efectiva; <En cuanto az a.nmuestra : tarea final,
podría ser la de elegir las variables que la autoridad R=C+I+G+X
central es:s capaz de controlaro gobernar deliberada-
de Td e

mente o ena gi el tipoo de sistemas en el quey: VIVIMOS” réal- Éstos son los instrumentos de lo que se llama la
mente» (1936, 1982, "p. p. 253). Aquí están abiertas «regulación de precisión» de las ; economías que se
todas las opciones,
de las más moderadas a las más pondrá en funcionamiento en todoss sitios a partir de
Apr”
radicales. Se puede, mediante
Sd
políticas la Segunda Guerra Mundial. La propia guerra, será
tránsferencias, red
redistribuir la
la renta de los ricos a los- un-estímulo de la revolución keynesiana, Ea-How.to
pobres y estimular así.la demanda. de consumo. El Pay for the War (1940), Keynes muestra, el papel
qe establecimient bienestar se-justifica
del Estadoo del a que desempeña, en esta empresa,€el estableci-.
Jorlacacióno LLSnóÓnoca cl a laudo QL

bienal.
86 KEYNES Y EL DESEMPLEO lll. KEYNES Y EL DESEMPLEO 87

ilidad nacional moderna. Él hemos conocido recientemente en Gran Bretaña»


mismo tiene un papel activo: ada (ibid., p. 370). Hay que observar aquí de nuevo la
instrumentos en Inglaterra, superyi continuidad entre algunas tesis de Keynes.y.de.los
mente loss trabajos de Stone.y. Meade. Pero entramos grandes clásicos, en particular Smith, que, Al descri-
ahora, más allá de Keynes, en la historia del keyne- bir a los rentistas, subraya que hay en r toda-sociedad
sianismo, marcada por la creación de instrumentos individuos que recogen donde no han sembrado,
tales como el modelo IS-LMy la curva de Phillips. o para quien los intereses de los propietarios |
E

A este keynesianismo llamado a veces oponen a los de los irindustriales y papas pelota *
hidráulico” se opone un keynesianismo más radical En cuanto a la socialización:
de la inversión, u ti |
aspira a regular el problema planteado por socieda- de la
A
cuyas raíces se encuentran también en Keynes, en
particular en el capítulo 24 de la Teoría general, des en las que «el desarrollo del capital se convierte.,Uanibióe
donde se evocan la eutanasia del rentista y la sociali- en un subproducto de Ta “actividad de. uN, casino»
zación de la inversión. Hemos yisto el
e papel de freno (ibid., p. 171) =¿:saber, la Bolsa—,. movida. porebafán
que desempeña, no sólo en el capitalismo sino en de la ganancia financiera a corto plazo. La lucha con-
toda la historia humana, el interésque
, no témunera tra la inestabilidad dé lá eficieheiá harginal del capi-
“sacrificio alguno. Por
Por t:tanto, su esaparición
ón aturgo tal, y por tanto de la inversión, debe pues pasar por |
arwiplazo poto so un elemento de solución.
al una intervención estructural del Estado: «Esperamos li
Sul problema del empleo. Ello implica la desaparición de ver al Estado, que tiene capacidad para calcular la |
rento, luna clase social parasitaria, «la eutanasia del rentista. eficiencia marginal de los bienes de capital con una j
y como consecuencia la progresiva desaparición del perspectiva a largo plazo y sobre la base del interés
poder opresivo adicional que tiene él capitalista para general de la comunidad, adoptar una responsabili-
explotar el valor que « confiere al capital su rareza» dad siempre creciente en la organización directa de
(1936, 1982, p. 369). Para Keynes, este proceso no la! inversión» (ibid., p. 176). No se trataa de suprimir la
S.A aio
tiene nada de súbito y será «la continuación por eta- empresa privada, con la que, deberán cooperar lolos
pas, pero proseguida de forma prolongada, de lo que
LE
p
poderes. públicos, pero «parece que yna.socializa-
plaga
ción de.la inversión bastante _ amplia es e ]
medio de garantizar el plena empleo de forma a apro-
51 Véase sobre esto Beaud y Dostaler (1993), capítulo 5. Véase tam-
ximada» (ibid., p. 371). Estamos aquí muy lejos de la
bién, para una evaluación de las políticas keynesianas de los últi-
mos cincuenta años, los textos reunidos en Hamouda y Smithin gestión keynesiana que se practicará durante la pos-
(1988). guerra. Dicho eso, el keynesianismo moderadose
a ii in
88 KEYNES
Y EL DESEMPLEO

impondrá
den:
en varios grandes países. Antes del desen-
AM Pd BIBLIOGRAFÍA
de
cadenamiento
| "OA
de la guerra, en Estados Unidos,
ca]

Canadá y otros sitios, se adoptó el principio de utili-


zación de los déficits presupuestarios como motor
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ÍNDICE ANALÍTICO

Ahorro excesivo 22 Clark, John Maurice 69


Amadeo, Edward J. 70, 93 Clarke, Peter 50, 52, 55, 60, 64,
American Political Economy 95
Club 69, 92 Cochran, John P. 60, 95
Aquino, Tomás de 7 Comercio exterior 20, 85
Arena, Richard 61, 93 Comisión Macmillan 54, 56, 58,
Asimakopulos, Athanasios 61, 60-2
70, 93 Committee on Economic Infor-
Aslanbeigui, Nahid 34, 93 mation 55
Australia 26 Curva de Phillips 14, 86
Backhouse, Roger E. 70, 93 Davis, Eric G. 59, 95
Baldwin, Stanley 47 De Villé, Philippe 29, 95
Banco de Inglaterra 44 De Vroey, Michel 29, 36, 70, 95
Beaud, Michel 86, 93 Demanda efectiva 9, 20-2, 24-5,
Benetti, Carlo 70, 94 30, 38-9, 45, 64, 69-70, 78, 82,
Béraud, Alain 34, 94, 97 84
Berle, Adolf A. 69 Denis, Henri 16, 96
Beveridge, William 45 Depresión de 1921-1922 42
Bolsa 87 Desempleo
Booth, Alan 50, 94 coyuntural 13
Boyer, Robert 70, 94 estacional 13
Brady, Michael E. 34, 94 estructural 12-3
Bryce, Robert 68-9, 94 friccional 12, 36
Cain, Neville 58, 60, 94 involuntario 12, 18-9, 31, 34, 36
Cambridge 21, 30, 34, 51, 60-1, natural 12-3
63,70, 92, 94, 98, 101 voluntario 12, 19
Canadá 26, 67, 88 Desutilidad 8, 35-6
Cándido 38 Desvalorización del capital 28
Carabelli, Anna 70, 94 Diatkine, Daniel 31, 70, 96
Cartelier, Jean 60, 70, 94-5 Diatkine, Sylvie 70, 96
Castex, Pierre 60, 95 Dimand, Robert W. 59-60, 64, 96
Chorney, Harold 76, 95 Dos Santos Ferreira, Rodolphe
Churchill, Winston 49, 51-2, 76, 70, 96-7
90 Dostaler, Gilles 60, 86, 93, 95,
Clark, John Bates 33 97,101
S 107
106 Y EL DESEMPLEO
KEYNE ÍNDICE ANALÍTICO

Douglas, Clifford H. 25-6, 29 Hamouda, Omar 86, 98 Lagueux, Maurice 29, 98 Mattick, Paul 29, 100
Duménil, Gérard 29, 97 Hansen, Alvin 69 Laidler, David 60, 98 Meade, James 59, 61, 63, 86
Economic Advisory Council 55 Harris Foundation 62 Laissez faire 45-8, 91 Meltzer, Allan H. 60, 100
Economic Journal 58 Harrod, Roy E. 47, 63-4, 69, 81, Lambert, Paul 20, 60, 99 Menger, Carl 31
Edad Media 12-3 98 Lange, Oskar 16, 99 Mercantilistas 13-4, 26
Efecto evicción 51 Harvard 68 Larceneux, André 61, 99 Middleton, Roger 50, 100
Effectual demand (Malthus) 20 Hawtrey, Raph G. 52, 58-9, 69, Largentaye, Jean de 79 Milgate, Murray 60, 64, 100
Eficiencia marginal del capital 94.-5 Latouche, Serge 29, 99 Mill, James 16
65, 79-83, 87 Hayek, Friedrich von 59-60, 63, Lavington, E. 58 Mill, John Stuart 81
Ejército industrial de reserva 69, 72, 95, 97-8, 101, 103 Lavoie, Marc 70, 99 Milton (Inglaterra) 60, 69
25-8 Henderson, Hubert 53, 55, 57, Lawrence, Susan 66 Minsky, Hyman P. 61, 100
Enfoque neoclásico 8, 29 69, 91 Leeson, Robert 62, 99 Mitchell, Wesley C. 69
Engels, Friedrich 25 Hitler, Adolf 46, 67 Leith, James Clark 94, 101 Mizen, Paul 59, 101
Erhel, Christine 70, 97 Hollander, Samuel 20, 98 Leontief, Wassily W. 73 Moggridge, Donald E. 60, 101
Escisión del control y la propie- Homo oeconomicus 31 Ley de los mercados 16, 19-20, Montchrestien, Antoine de 13
dad del capital 81 Hoover, Herbert 67 31 Moore, George Edgard 79
Esclavitud 8, 11, 28 Hopkins, Richard 65 Ley de Say 16-7, 23, 25, 38 Multiplicador 30, 47, 50-1, 58,
Escuela de Estocolmo 67 Hutchison, Terence W. 76, 98 Liga maltusiana 46 65, 69, 83
España 22 Iglesia 7 Lindhal, Erik 67 Myrdal, Gunnar 67
Esquemas de la reproducción Incertidumbre 41, 45, 48, 77,79 Lloyd George, David 47, 51, 54, Nation and Atheneum 45, 47
(Marx) 30 Inglaterra 15, 22-3, 26, 39-40, 57,91 New Deal 67ss.
Estados Unidos 41, 62, 67, 88 44, 47-8,76, 86 London Political Economy Club New Fabian Research Bureau
Euclides 38 Institucionalistas 67, 81 21 61
Europa 12, 41 Inversión 17, 21, 30, 38, 48, 51, London School of Economics 61, New York Times 68
Eutanasia del rentista 86 53-4, 57, 59, 61, 68, 73, 78-84, 63, 69 Niemeyer, Otto 65
Evening Standard 50-1 86-7 Londres 46, 53, 89 Nottingham 15
Favereau, Olivier 70, 97 Jesús 7 Ludd, John 15 Nueva Zelanda 26
Frankfurter, Felix 68 Jevons, Y. Stanley 9, 31 Luditas 15 Obras públicas 20, 22, 46-7, 51,
Friedman, Milton 12-3, 97, 99 Johansen, N. 58 Luxemburg, Rosa 30 54, 56, 62, 85
Frydman, Roger 70, 97 Judas 25 Macdonald, Ramsay 54 Ohlin, Bertil G. 67
Fundamentos ricardianos del Kahn, Richard 30, 57-60, 62-3, Malthus, Thomas Robert 16, Oxford 21, 48, 69
marxismo 66 69, 98 19-23, 25, 29, 45-6, 92, 98- Oxford Political Philosophy and
General glut 17 Kalecki, Michal 30, 102 100, 102 Science Club 21
Geometría no euclidiana 38 Keynes, Lydia 55, 66, 68 Manchester Guardian Com- Parguez, Alain 60, 70, 101
Gesell, Silvio 25-6 Keynesianismo mercial 42, 49 Partido liberal 44, 49, 51-2
Gislain, Jean-Jacques 36, 97 hidráulico 86 Marshall, Alfred 11, 32, 34-5, 99 Patinkin, Don 16, 60, 64, 94,
Glahe, Fred R. 60, 95 moderado 87 Martin, Catherine 20, 70, 100 101
Griffin, L. E 58 radical 86 Marx, Karl 8, 14, 16, 19, 23, 25- Patrón oro 48-9
Halévy, Joseph 70 La Reforma monetaria 42, 60 31, 65, 75, 81, 95, 97-100, 102 Peden, George C. 50, 101
108 KEYNES
Y EL DESEMPLEO ÍNDICE ANALÍTICO 109

Petty, William 8 Salario Teoría cuantitativa del dinero Utilidad 8, 18, 31, 35-6, 51
Pigou, Arthur C. 34-5, 55, 62-3, monetario 9, 36, 42-3, 49, 77 17, 19, 31 Vallageas, Bernard 60, 103
934 real 32, 36-7, 43, 49, 53, 57 Tesoro 49-52, 55, 58, 65 Valor 7-8, 17-9, 31, 33, 45, 86
Pleno empleo 5, 14, 18, 32, 37, San Pablo 7 The Times 62-3, 91-2 Veblen, Thorstein B. 81
50, 53, 57, 59, 62, 78, 82, 84, 87 Santa Inquisición 22 Tomilinson, Jim 50, 103 Viner, Jacob 62, 73
Plétora de capital 28 Say, Jean-Baptiste 8, 16-20, 23- Toye, John 46, 103 Walras, Léon 31-3, 103
Poblacionistas 14 5, 32, 35, 38, 96, 98-103 Trades Union Congress (TUC) 40 Webb, Sydney 47
Poulon, Fangois 59, 99, 101 Schumpeter, Joseph A. 60-1, 69, Trevithick, James A. 36, 103 Wicksell, Knut 33, 46, 53, 58
Preferencia por la liquidez 64-5, 93, 98-100, 102 Tutin, Christian 60, 103 Woolf, Leonard 48
82-3 Seccareccia, Mario 70, 102 Universidad Woolf, Virginia 48, 66-7, 103
Presley, John R. 59, 101 Segunda Guerra Mundial 85 de Berlín 48 Zajdela, Hélene 70, 97
Primera Guerra Mundial 40 Shaw, George Bernard 25, 65-6 de Chicago 62 Zouache, Abdallah 70, 103
Productividad marginal del Sidney Ball Association 48 de Columbia 68
capital 80 Sismondi, Jean-Charles L.
Producto marginal del trabajo 35 Simonde de 19, 23-5, 103
Propensión al consumo 78, 83 Skidelsky, Robert 64
Quarterly Journal of Economics Smith, Adam 8, 16, 18, 20, 23,
73 63, 81, 87, 96, 103
Quesnay, Francois 32 Smithin, John N. 86, 98
Regulación de precisión 85 Snowden, Philip 55
Renta nacional 35, 62, 74, 77, Sobreacumulación (de capital)
83-5 28
Revolución Sobrepoblación relativa 27-8
industrial 15 Sobreproducción general 17, 23
marginalista 8, 31 Socialismo 26, 28
Ricardo, David 8, 15-25, 35, 67, Socialización de la inversión 86-7
81, 87,96, 101 Sociedad de Naciones 46
Rimbaud, Arthur 5 Sowell, Thomas 16, 103
Rivot, Sylvie 70, 101 Sraffa, Piero 21, 59, 61
Robbins, Lionel 35, 55-6, 63 Stamp, Josiah 55
Robertson, Dennis H. 59, 73, Stone, Richard 86
101 Subconsumistas 29
Robinson, Austin 59 Suecia 67
Robinson, Joan 27, 30, 59, 61, Sunday Times 40, 42
69, 102 Tasa
Roma 13 de desempleo 13, 39-40, 44,
Roosevelt, Franklin Delano 67-8 51, 54,76
Rosier, Michel 70, 102 de ganancia 27-8, 81
Rutherford, R. P. 20, 102 Taussig, Frank W. 73
ÍNDICE

1. Introducción A a e es e el Os 7

11. El desempleo antes de Keynes ......... a


IL.1. Laépoca clásica . .................. 15
A. La ley de Say [16]
B. Malthus contra Say [19]
C. Sismondi, precursor de Marx y de Keynes [23]
D. Marx y el desempleo
como ejército industrial
de reserva [25]
11.2. La época neoclásica . ................ 31
TI.3. Keynes contra la teoría clásica . ........... 35

III. Keynes y el desempleo ............. 39


1.1. Los años veinte: las políticas antes de la teoría . . . 40
A. La aparición de las obras públicas [46]
B. El partido liberal contra el punto de vista del Tesoro [49]
TI1.2. En busca de una nueva teoría ............ 54
A. El New Deal [67]

111.3. Teoría general del empleo, el interés y el dinero . . . 69


A. El diagnóstico [76]
B. Los remedios [84]

PIPETO ORAR DAS dr E BEA 89


Ínbrice ANALÍTICO

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