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ENSAYO

EL FUTURO DEL LIBRO EN LA ERA DIGITAL

La historia humana, ha estado marcada por varias revoluciones tecnológicas. La última


era, que ha marcado nuestra forma de vida, es la era moderna en la que se produjo la
revolución industrial. Esto juega un papel clave en el desarrollo de la economía y la
sociedad como la conocemos. De esta era, nace la revolución digital, un suceso que va
creciendo cada vez más, y que empieza a abarcar cada espacio dentro de nuestro día
a día. Podemos ver cómo a día de hoy, un programador o un especialista en marketing
digital, son profesiones en donde siempre hay alta demanda de trabajo. La era digital
trae consigo para el campo laboral, una amplia demanda de profesiones existentes y a
su vez, un nuevo abanico de profesiones a crearse con esta era.

Con esto en mente, podemos entrar a un tema que está causando bastante conflictos e
interrogantes, incluso inseguridades en las personas que creen ciegamente en
métodos tradicionales: los libros en la era digital.

Se realiza la pregunta, ¿qué representa un libro en físico? Tener aquellas páginas


cosidas sobre una tapa dura, y aquel sentimiento de pasar las páginas con tus propios
dedos; versus, ¿qué representa un libro digital? Textos encasillados dentro de una
pantalla, con la oportunidad de crear nuevas experiencias, incluyendo sonidos,
imágenes y añadiendo aún más elementos para la imaginación del lector.

Según estudios, los ingresos de las editoriales en España disminuyeron un 30% sólo
en cuatro años (2009-2013), estos culpando a la era digital en las afectaciones de la
misma editorial y sus terceros. Pero nos hacemos una pregunta, ¿es realmente culpa
de la era digital?

Si ponemos como ejemplo una profesión, en este caso de nuestra carrera, Diseño
Gráfico. Década tras década, hemos tenido que adaptarnos a las nuevas herramientas
que se apoderan de nuestra sociedad, y buscamos reinventar e innovar nuestros
servicios y productos. Las editoriales deben hacer lo mismo. Reinventarse, es la
palabra clave de esta incógnita. Reevaluar sus servicios y buscar qué es lo que pueden
hacer para adaptarse a la era y a la nueva generación que está emergiendo.

En cambio de solo ver la situación desde la perspectiva de las pérdidas de las


editoriales, podemos enfocarnos en el punto de vista de los nuevos autores. Creadores
de contenido dentro de este campo de lectura, buscan compartir sus escritos con un
público expectante a nuevo material. El problema: las editoriales no aceptan su trabajo.
Buscan una oportunidad de publicación y ninguna editorial les da el chance ya que no
le ven futuro a su escrito, o piensan que el nicho al que se enfocan no es mainstream.
Es aquí en donde entra la era digital, brindando una oportunidad independiente:
páginas web de autoedición.

Otro punto a destacar, es los altos costos del mercado tradicional. Así como las
editoriales han perdido ingresos a lo largo de los años, la economía ha estado en una
cuerda floja en los últimos diez años, junto con la inflación que aumenta cada día. El
público actual, prefiere gastar $20 en un supermercado, que $20 en un libro.

Y el último punto de la lista, la baja cantidad de diversidad en las distribuciones de las


editoriales. Es claro que los libros en las librerías están repletos de los más vendidos,
pero existen libros específicos que las librerías no ofrecen. En cambio, empresas de
libros digitales ofrecen todo tipo de productos, a pesar de que la demanda no sea alta.
La era digital me ofrece una solución, que la editorial no está dispuesta a ofrecerme.

Podemos coincidir en que la lectura es un arte, una cultura que aún no se ha perdido.
Pero a la vez es un negocio. Tanto las editoriales tradicionales como los libros digitales,
pueden convivir en el mismo campo. Las editoriales deben buscar soluciones para
integrarse en esta digital, participar con el lector, dejarlo opinar y aprovechar estas
ideas para enriquecer sus servicios, y volver a incorporarse dentro de las ventas de
libros.

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