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CUMANANAS

I
En el pueblo de Ayabaca,
siempre llueve y hace viento;
donde quiera que yo baya,
te llevaré en mi pensamiento.

II
La leche para ser leche,
no necesita tener nata;
el hombre para se hombre,
no necesita tener plata.

III
Maldita la piedra liza,
que en ella me tropecé;
maldita sea mi suerte,
que de ti me enamoré.

IV
Mañana cuando me muera, me
pondrán poncho y sombrero;
pueda ser que, en la otra vida,
haya viento y aguacero.

V
En la plaza de mi pueblo,
hay una inmensa laguna;
donde lloran los casados
sin esperanza ninguna.

VI
Dicen que el limón espina,
el palo es el espinoso;
mi corazón el firme
y el tuyo el engañoso.

VII
Chiroquita pecho amarillo,
sentada en un guayaquil;
si quieres que yo te quiera
vamos primero al civil.
VIII
Esto dijo un armadillo,
sentado en una cebolla;
la mujer trabajando
y el hombre lamiendo la olla.

IX
Mujercita pecho azul,
color verde charán;
a que viniste por aquí,
sin saber si te quedarán.

X
Si te quise fue por burla,
si te amé no sé por qué;
el amor que tú me disté
poco a poco lo olvidé.

XI
Desde Ayabaca he venido,
tan solo por saludarte;
hasta el corazón me duele
al venir y no llevarte.

XII
Qué bonita es una casa,
cuando la saben pintar;
más bonita es una hembrita
que no sabe traicionar.

XIII
Un gavilán con cien plumas,
no se puede mantener;
un abogado con una pluma,
mantiene vicio y mujer.

XIV
Pasa perro del camino,
que pasa gente y te ve;
por bien hombre te quise,
y por pícaro te dejé.
XV
Clavelito colorado, nacido
en el mes de enero; si te
vas y me dejas
dame la muerte primero.

XVI
Las letras que te escribí,
no son tinta ni tintero;
sino son lágrimas que lloro,
lloro por que te quiero.

XVII
Mañana cuando me baya,
de pena partiré;
recordando lo que me habías dicho,
sin saber si volveré.

XVIII
El limón debe ser verde
para teñir rosado;
el amor para que dure
debe ser disimulado.

XIX
Pomito de agua florida,
pomito de gran olor;
cómo quieres que te olvide,
si tú eres mi primer amor.

XX
Ocho días no he comido,
solamente una limita; así
sufre uno
por una mujer bonita.

XXI
Cuando paso por tu casa,
me dan ganas de llorar;
al verte parada en la puerta
y no poderte abrazar.
XXII
Hombres encontrarás
como piedras en el río;
pero jamás encontrarás,
un amor igual al mío.

XXIII
Cuando paso por tu casa,
compro pan y voy comiendo;
para que no diga la gente
que por ti me estoy muriendo.

XXIV
La rosa tiene su origen,
la vida su razón;
aquí tienes un amigo, de
te quiere de corazón.

XXV
Por muy lejos que te encuentres
no me dejes de escribir;
consuélame con tus cartas,
y no me dejes morir.

XXVI
La manzana nació verde,
el tiempo lo maduró;
mi corazón nació libre,
y el tuyo lo conquistó.

XXVII
La naranja para comerla,
se le saca la pepita;
la mujer para quererla,
se le besa la boquita.

XXVIII
De mi casa para abajito, tengo
una planta de mosquero; anda
toma una hojita,
para que sepas que te quiero.
XXIX
Cuantas vueltas a de dar la luna,
para alumbrar el mar; cuantas
vueltas daré yo,
para dejarte de amar.

XXX
El aguardiente en la botella,
consuela al forastero en tierra ajena;
si lo dejara de tomar,
me moriría de pena.

XXXI
Qué bonito corre el agua,
debajo de esas piedras,
como tuviera la suerte,
de lograr esas piernas.
XXXII
El zapato me está estrecho,
la media me hace calor, esa
chica de Ayabaca,
me tienen loco de amor.

XXXIII Chiquito quisiera


ser, como un quinde
volador,
para robarme un amorcito,
de la punta del corredor.

XXXIV
Canta, canta chiroquita, en
la cima de un algarrobo,
anda dile que no cante,
porque en enero me la robo.

XXXV
Mi sombrero va rodando,
boca arriba, boca abajo,
en cada vuelta va diciendo,
que el amor cuesta trabajo.
XXXVI
De mi casa para abajito,
me di un resbalón,
me dijiste sonriendo,
levántate corazón.

XXXVII
Anda chica tan ingrata,
piedra te has de volver,
a la corta o a la larga,
llegarás a mi poder.

XXXVIII
Cuando suenan las campanas,
no preguntes quien murió,
separado de tus brazos, quien
ha de ser, sino, yo.

IXL
Yo sembré la hierba buena,
donde el agua no corría,
entregué mi corazón,
a quién no lo merecía.
XL
Qué bonita noche de luna,
que bonita claridad,
qué bueno es conversar,
con una buena amistad.

XLI
Pajarito golondrino, alza el
vuelo más derecho, recoge
pajas del mundo, para ser
nido en tu pecho.

XLII
De este cerro al otro lado,
tengo una cajita de oro,
donde guardo mis suspiros y
mis lágrimas que lloro.
Yo sembré la hierba buena.
y me nació culantro,
yo mismo tuve la culpa,
de haberte querido tanto.

XLIV
Tus ojos con los míos, se
miran con atención,
parece que Dios me dice,
que te robe el corazón.

XLV
La culebra cuando pica,
solo lo hace en el tobillo,
la mujer cuando se casa,
solo busca el buen bolsillo.

XLVI
Las maquinas de Chiclayo,
echan humo sin carbón,
las muchachas de este tiempo,
echan prosa sin calzón.

XLII
Este burro no es mi burro,
este burro es de la hacienda,
por que si fuera mi burro,
yo le hubiera puesto rienda.

XLII
En la puerta de mi casa, tengo
un mono relojero, cuando
pasan las muchachas, se le
para el minutero.

Recopilado por: Líder Pintado Reyes.

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