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lunes, 1 de febrero de 2021

APUNTES ANTROPOLOGÍA
TEMA 1: HIJOS DE NUESTRO TIEMPO
Desde el último tercio del s.XX venimos asistiendo a un acelerado cambio estructural que abarca todas las
realidades: cultural, social económica, política y religiosa. Ya ninguna realidad es similar a la que vivieron
nuestros padres y menos nuestros abuelos. Modernidad y postmodernidad conviven simultáneamente.
Los avances en la ciencia y la tecnología han sido enormes. Nuevos saberes y profesiones se abren a
nuestros ojos: inteligencia artificial, robótica, internet de las cosas, autonomía de las máquinas,
nanotecnología, nuevos materiales, computación cuántica… Vivimos más, corremos más, accedemos a más
información, … cabe preguntarnos si admiramos más, contemplamos más, atendemos al otro más…

Los grandes relatos del pasado han pasado a ser los viejos mitos, sin
embargo, el nuevo logos de la ciencia y la técnica no alcanza a
poblar de sentido al hombre de hoy. La esperanza puesta en el
progreso hoy se torna un espejismo que no llena el vacío existencial.
La vida antes teñida de religiosidad y de potestad externa ha cedido
ante el nuevo estatus antropológico donde el “homo faber” es dueño
absoluto. No hay fundamentos comunes sino percepciones
particulares que se vuelven verdaderas desde el más profundo
relativismo y utilitarismo. Pareciera que todo tiene que ser útil, servir
para algo. Sin embargo, la vida que late en nuestro interior reclama
algo distinto que no se satisface desde los sucedáneos de felicidad
del consumo o el hedonismo.

Y con todo, el tiempo de hoy no es peor que el de ayer, sencillamente es distinto; pero sin duda, plagado de
oportunidades de esperanza y sentido. Hoy somos más conscientes del cuidado de la casa común, de la
dignidad inherente a la persona, de la necesidad de un espacio más habitable donde todos sean
reconocidos, del valor de la libertad y de la tolerancia. A su vez, la ideología, el pragmatismo y el
individualismo se entremezclan en todas las realidades. Es preciso dejarnos interpelar, poner en prueba de
resistencia nuestras ideas y creencias para discernir cuales son verdaderas y quiero hacer mías. No somos
esclavos determinados por un entorno sino libres para decidir cómo nos posicionamos ante él y lo hacemos
mejor.
Somos “hijos de nuestro tiempo” pero también somos “padres del porvenir”, y eso nos abre a un horizonte de
esperanza realmente prometedor y comprometedor.
*(Leer articulo: https://cis01.central.ucv.ro/analele_universitatii/filosofie/2020/Anale45_1.pdf)

TEMA 2: LA GRANDEZA DEL SER HUMANO


En este tema vamos a adentrarnos a profundizar la singularidad del ser humano para descubrir su dignidad
ontológica y el cuidado que le debemos dar. Toda vida merece respeto, protección y cuidado, y muy
especialmente debemos cuidar, proteger y respetar a cada ser humano, a cada uno de nosotros.
1. Diferentes ramas y perspectivas de la antropología y la elección del estudio de "lo humano”.

La aproximación al estudio sobre el ser humano puede realizarse desde muchas disciplinas y ciencias.
Depende cuál sea el objeto de estudio intervendrá una u otra, y habitualmente unas son subsidiarias de
otras.

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Arriba tenemos las asociaciones principales de la
paleoantropología según nos centremos en las
ciencias biológicas, la propia paleontología, las
ciencias biológicas, etc.

Sin embargo, nosotros nos acercamos a la


antropología desde un aspecto todavía más
especial: el estudio de lo humano, aquello que nos
hace singulares y únicos en la creación, distintos
cualitativamente al resto de los seres vivos.

En el cuadro de abajo encontramos las dos


grandes áreas de estudio. Por un lado, lo biológico, lo tangible, lo observable físicamente o al menos con un
alto impacto y dependencia de su
estructura físico-química. Hay también otra
aproximación que es la que tiene que ver
con su forma de expresión e interacción; es
lo que denominamos “lo humano”.

Ambas están unidas y se afectan una a


otra, pero el modo de aproximarnos es muy
diferente. Para el estudio de “lo humano” o
propiamente lo que nos hace
“singularmente humanos” el estudio
empírico se queda pequeño y no nos da
respuestas finales, aunque sí nos pueda
mostrar tendencias o al menos el anhelo de
una curiosidad penúltima o todavía por
desvelar.
Nosotros queremos abordar el estudio del ser humano desde su expresión y autopercepción, colectiva e
individual. Nos acercamos a “lo humano” desde una perspectiva filosófica, aunque ayudados por la
psicología, la sociología, la economía (la “ley de la casa” que en estos momentos es global y a la par afecta
de manera local), e incluso la fenomenología y la teología que nos dan claves para entender el porqué y el
modo de relegación del hombre con lo trascendente.

2. Descubrir la esencia de la vida y las particularidades de cada reino biológico

A primera vista parecería sencillo describir la frontera entre lo vital y lo inerte: los seres vivos tienen vida y los
otros no. Parece obvio. Sin embargo cuando entramos a analizarlo ya esta afirmación resulta más compleja,
pero no vamos a detenernos aquí.

Saltando los pormenores sobre la frontera y aquellos espacios donde la ciencia realmente no puede decirnos
si es “vivo o inerte”, podemos señalara algunas características de la vida, especialmente desde el plano
filosófico (que es el ángulo desde el que nos hemos puesto de acuerdo para mirar al ser humano):

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• Su unidad. En los cuerpos inertes apenas hay unidad. O al menos su fragmentación no altera su
condición. Así, si partes una piedra, obtienes dos piedras, y en esencia son semejantes. Sin
embargo, no puedes “romper” un ser vivo (más allá de experimentos de laboratorio que no es lo que
nos interesa aquí). No puedo “romper” a mi compañero de clase y así tener otro compañero más.
Somos uno y no podemos “partirnos” y cuando lo intentamos lo que nos ocurre es que andamos por
la vida “divididos”
• Y junto con la unidad está “la capacidad de ser”. Vivir es un modo de ser, es la posibilidad de
moverse. Y cuando más escalamos en los reinos biológico el movimiento se hace más complejo y
rico. Una cosa es el movimiento de la planta, de la haya que incluso condiciona al resto de las
plantas, y otro muy distinto es el del ser humano que escapa de la pobreza de su tierra…
Hasta aquí ya podríamos sacar muchas conclusiones: haremos un mundo más humano cuando podamos
gestar espacios donde la persona no tenga que estar dividida, o pueda circular con libertad. Ya solo estos
dos ejemplos darían para un curso entero…
Tres características más:
• Lo de afuera, nos afecta. Más aún, lo que nos pasa, de algún modo “permanece”. Es lo que
llamamos en filosofía inmanencia. Somos seres inmanentes. Evidentemente esta afección se hace
más rica conforme avanzamos en la escala de la vida. A una planta le afecta lo externo, a un animal
además se le añaden los sentidos: siente su entorno: lo ve, lo oye… En el ser humano además esto
se traduce en la posibilidad de interioridad, de “leer desde adentro” (esa es la etimología de
“inteligencia”) la realidad y decidir cómo actuar en ella.
• “Vivir es crecer”. Las plantas en el “modo planta”; los animales, en su natural fidelidad a su especie.
Los seres humanos como tales. Irremediablemente «vivir es crecer», aunque algunos quisieran
quedarse toda la vida en un eterno estado de juventud (recuerdo -y os invito a su lectura- la obra de
Oscar Wilde, «El retrato de Dorian Gray»). Y en este crecimiento, podemos hablar de ritmos cíclicos,
no solo biológicos sino biográficos.
*(Os invito a leer en profundidad el texto de Yepes donde analiza estos y otros conceptos y sobre todo nos
introduce en la singularidad del ser humano.)

3. Descubrir la singularidad del ser humano y adentrarnos en sus características propias

• ¿Cuál es la singularidad del ser humano? ¿Qué nos diferencia del resto de seres de la creación?
• ¿Pueden ir el corazón, la razón y lo que hago, cada uno por su lado?
• ¿Qué necesitamos para desarrollarnos y madurar como personas?

No hay respuestas que las agoten, ni tampoco podemos pretenderlo en este breve apunte; lo cierto es que, el
ser humano es singular en la naturaleza y esto al menos lo vemos en estas diez características “a modo de
telegrama”.

◦ Ruptura estímulo» respuesta. Ser abierto. Puede tomar distancia


◦ Capaz de leer desde adentro: Inteligencia. Aprendizaje.
◦ Define su propio fin personal. ELECCION » Voluntad+ INTELIG» Libertad. Puede moderar sus
instintos. El “IVA” del hombre.
◦ Los fines no vienen dados: hay que encontrarlos cada uno.
◦ El hombre es capaz de proponer “fines más altos”: Verdad – Bien – Belleza: arte, religión…

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El ser humano tiene la capacidad de evaluar el estímulo recibido y poner en diálogo voluntad, afectos e
inteligencia. Es lo que llamamos dinamismo de la persona: podemos hacernos dueños de nuestras
decisiones, tomar distancia, leer la realidad desde adentro (inter-legere: inteligencia) poner en juego nuestros
valores y grandes ideales y tomar decisiones desde todo ello. Por eso decimos que el ser humano es capaz
de grandes fines. No nos vienen dados, no hay un destino prefijado sino que cada uno en la suma de sus
decisiones va construyendo ese camino que puede hacer más humano y habitable nuestro mundo. El
ejercicio de descubrir la vocación propia y lo que la sustenta es quizás una de las tareas más importantes de
la vida, en especial cuando nos estamos abriendo a ella. No estamos llamados a "fines pequeños" sino a
"gastar" la vida por algo/alguien grande, que merezca la pena, que de sentido y razón de ser a la propia
existencia

4. Profundizar en el dinamismo de la persona y tomar conciencia de la unidad de la persona y del


cultivo y madurez de la inteligencia, la voluntad y la afectividad.
Elige los medios y el modo (la casa, el arte de cocinar, arte de amar…). Sentido del humor.
En el hombre el pensamiento es tan natural como la biología: HAY UNA UNIDAD. El hombre –y los
seres vivos- es tal “si está animado” si tiene ánima, vida (Aristóteles)
Ciertamente la unidad es una nota de la madurez del ser humano. No podemos andar divididos: por un lado
lo que pensamos, por oytro lo que hacemos, por otro lo que deseamos... NI tampoco podemos "separarnos"
de nuestro cuerpo. En el tránsito de la humanidad ya es momento de superar los dualismos espiritualistas
(Pitágoras) o sencillamente maniqueos. El cuerpo no es "la tumba del alma" -Platón-. No se puede
separar. Somos una unidad. Y lo que nos acontece repercute en todo nuestro ser: cuerpo y alma, biología y
pensamiento (o psiqué -Ψυχή, en griego-, que abarca nuestros procesos conscientes e inconscientes).
Y esta unidad se refleja en nuestros modos de afrontar la realidad. Esta es la maravilla del ser humano:
puede transformar lo ordinario en extraordinario, puede envolver de naturaleza simbólica todo a su alrededor,
puede hallar un sentido más allá de lo aparente, y por ello son posibles el arte, las humanidades y todo
aquello que escapa a lo empírico. Las personas no solo necesitamos un techo donde cobijarnos, sino un
hogar; un plato de comida sino un encuentro con el otro alrededor de una mesa, etc. Al leon le da más o
menos lo mismo si el chuletón viene emplatado o no, no así a nosotros. Amamos, nos entregamos, tenemos
rituales, confiamos, anhelamos... son algunos verbos que nos muestran esa grandeza diferente y singular del
ser humano.
Por supuesto que todo puede tener un reflejo en nuestro organismo bioquímico, obvio, ¡porque somos una
unidad! pero pretender estudiarnos desde la bioquímica o solo desde la materia es perderse lo esencial de la
vida, en gran parte misterio por descubrir.
El hombre se despliega en todas sus dimensiones: biológica, psicológica, social (cultural) y espiritual
El hombre es capaz de comunicarse (lenguaje). Seres sociales. Soy con, por, para los demás.
En el siguiente tema profundizaremos sobre estas dimensiones. Y nuevamente la unidad: somos cuerpo y
psiqué, y un entorno cultural y social, y una sed que nos abre a lo trascendente. no se trata solo de "cuidar" la
salud de nuestra estructura física sino la saludo de todas y cada una de las dimensiones: de la interioridad,
del espacio social y de encuentro con los otros, de mi búsqueda de sentido y mi apertura a la Verdad, el Bien
y la Belleza.
El lenguaje y sus infinitas posibilidades es otra nota de nuestra singularidad. No solo es expresión sino
constitutivo de lo humano porque nos abre al otro. Soy "yo" porque hay un "tú" que revela mi identidad. Más
aún - y también profundizaremos más adelante- sin la interrelación con el otro no podríamos ni siquiera

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existir; pero lo más interesante y singular de la condición de personas, es que maduramos y alcanzamos la
plenitud cuando somos capaces de entregar la vida en un con, por y para los demás.
El hombre tiene una natural apertura trascendente.
Autorrealización: Felicidad: Búsqueda del bien: proyecto de vida. «Vida lograda». EXISTENCIA
"Una vida lograda" esta es la asignatura que nos va a acompañar todos los cursos (recorridos) de nuestra
vida. No se termina con un examen, ya que cada fin de jornada es ocasión para evaluarla, al igual que cada
fin de etapa o gran acontecimiento vital. Y en esta búsqueda del sentido y su fruto de "una vida lograda" late
en lo más profundo de cada persona una sed, un anhelo que invita a mirar al horizonte, a preguntarse sobre
la existencia, sobre el origen y el fin de mi propia realidad, de mi yo.
Un día nos miramos al espejo y nos reconocemos, pero otro día más (no de 24 hrs!) y frente a ese espejo
nos preguntamos ¿Quién soy yo? ¿Dónde quiero llegar? ¿por qué? ¿Para qué? ¿Para quién?
En el siguiente tema profundizaremos sobre estas dimensiones. Y nuevamente la unidad: somos cuerpo y
psiqué, y un entorno cultural y social, y una sed que nos abre a lo trascendente. no se trata solo de "cuidar" la
salud de nuestra estructura física sino la saludo de todas y cada una de las dimensiones: de la interioridad,
del espacio social y de encuentro con los otros, de mi búsqueda de sentido y mi apertura ala Verdad, el Bien
y la Belleza.

5. Reconocer nuestras necesidades socioeconómicas y psicosociales

Todos los seres humanos tenemos el dinamismo bio-psico-social y


espiritual de crecimiento.
Crecemos, actuamos y vivimos, con este dinamismo que se traduce en
necesidades básicas que debemos satisfacer permanentemente a lo largo
de nuestra existencia.
Tenemos dos tipos de necesidades: socio-económicas y psico-sociales.

Las necesidades socio-económicas son: alimentación, vestuario, vivienda, salud, educación y trabajo.
Las necesidades psico-sociales son las que se generan en la subjetividad de cada uno, y son las siguientes:
• Relación:
◦ Cultivar la amistad verdadera
◦ Sentirnos amados y amar, crecer en relación con otros.
◦ Entrega desinteresada
◦ Proyecto vital y de largo plazo
• Identidad:
◦ Tener una imagen positiva de uno mismo.
◦ Responder a la pregunta: ¿Quién soy yo?, basado en las capacidades personales.
◦ Abrazar el propio cuerpo con sus particularidades
◦ Reconciliarse con su identidad de hijo o hija
◦ Desplegar una autoestima adecuada, ni supra-valorada, ni infra-valorada
• Pertenencia o arraigo:
◦ Sentirnos seguros y estables, enraizados en un lugar.
◦ Reconocer y valorar la experiencia cultural propia.
◦ Apertura y responsabilidad frente a nuestro medio.
◦ Liderar, organizar, servir...
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• Desarrollar la razón:
◦ Desplegar nuestra capacidad de acceder a la verdad y al conocimiento de lo que ocurre en
nosotros, en la naturaleza y en la sociedad.

◦ Discernir, debatir, convencer, persuadir


◦ Descubrir cosas nuevas.
◦ Aprender, emprender.
◦ Recordar y reconocer
• Crear:
◦ Tener o elegir ocupación o profesión.
◦ Desarrollar mis potencialidades intelectuales y mis habilidades.
◦ Expresar mi interior, comunicarme (arte y humanidades)
◦ Sentir que se está aportando al bien común con una actividad creadora.
• Creer:
◦ Dar sentido profundo a nuestra vida.
◦ Buscar la Verdad, el Bien y la Belleza.
◦ Principios y valores
◦ Apertura a descubrir o renovar nuestra relación amistosa y filial con Dios (sea el que fuere).
◦ Vivir la fe / mis creencias / mis ideales como respuesta coherente y activa a las situaciones
de vida.

Cuando solo cultivamos las socio-económicas, lisa y llanamente sobrevivimos. Panem et circenses (pan y
circo) es lo que a veces solo demandamos: comidos y entretenidos. O lo que creemos que simplemente
debemos al otro: que coma y que se entretenga. Podemos aplicarlo a la mirada que en ocasiones -no tan
infrecuentes- tienen gobiernos, políticos, o ciertas culturas empresariales.

6. Sintetizar lo aprendido en el fundamento de la dignidad de la persona

Vivimos en un tiempo de dicotomías. Por un lado, hay una constante defensa de los derechos del ser
humano, del cuidado de la mujer y los niños, de la protección y cuidado de las minorías, etc. y por otro,
grandes sectores de la población en condiciones infrahumanas o con un escaso alcance a los derechos
básicos: alimentación, educación, vivienda, trabajo, seguridad y cobertura sanitaria

Cada patera que llega a nuestras costas en el fondo es un aldabonazo a la dignidad del ser humano.
Pareciera que hay diferentes raseros a la hora de asegurar el necesario cuidado de la persona o, peor aún, lo
dejamos a una especie de suerte del destino (“Qué pena, si usted hubiese nacido aquí, sería distinto”) que
nos sirve de cierta excusa, en parte por la impotencia de resolver, por ejemplo, la situación de la inmigración
de los países pobres hacia los ricos.

Y también de manera local. A pesar de tener mucho ganado como estado de bienestar, hay un importante
sector que queda marginado, esto es, fuera de los márgenes, sin acceso a unas condiciones “dignas”. Lo
vemos en el que pide en la calle, en el anciano que vive solo en una corrala o aparcado en tal o cual

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residencia, en la precariedad laboral, etc. Evidentemente, todas estas situaciones se multiplican si nos
asomamos a otras realidades de África, América latina o Asia

Es parte de nuestra realidad que reclama una re exión profunda sobre la dignidad de la persona

La foto que abre este capítulo es de Santiago entre mis brazos, un niño que nació con Síndrome de Down a
pesar de las mil y una recomendaciones que los sanitarios hicieron a sus padres para que no naciese.
Evidentemente Santiago no alcanzará los cánones de e ciencia y productividad, de habilidades y
competencias en lenguas extranjeras, tecnología, deportes o música de sus hermanos; sin embargo, ha
traído a esa familia una revolución tal que a todos ha hecho mejores

Tengo también a mi lado, en el despacho contiguo, la historia del cuidado de la suegra de Ángel con
Alzheimer y, a pesar de los enormes desvelos y esfuerzos que supuso a todos, cómo fue acogida y cuidada
en el seno de la familia y el enorme regalo que fue para cada uno

Podríamos poner mil ejemplos más. Y todos nos empujan a re exionar nuevamente y comprender qué es la
dignidad del ser humano. Más aún, descubrimo que la dignidad humana no tiene su validación en la teoría
sino en la vida real: porque cada vez hay más pateras cruzando el mar, porque siguen aumentando los
campos de refugiados y su carácter ha pasado de solución perentoria a permanente, porque cada vez nacen
(perdón, les dejamos nacer) menos niños con de ciencias, más ancianos solos… y así una larga lista que
nos cuestionan nuestra concepción de la dignidad humana

Es cierto que muchas veces el problema es un cierto con icto entre dos valores, A o B, y que siendo ambos
valores buenos hay que optar. Sin embargo, la cuestión cambia cuando A o B es una persona concreta de
carne y hueso, real, que siente, sufre, pasa frío y hambre, tiene una historia y unos sueños. Si es real, más
aún si la alcanzamos a conocer y querer, descubrimos que no la podemos poner la balanza como si fuese un
valor más, lisa y llanamente porque es una persona y eso le con ere una dignidad única, incondicionada,
absoluta y distinta del valor que puedan tener las cosas u otras realidades. A esa dignidad le llamamos
dignidad óntica u ontológica y la misma, es innegociable

La persona es un n en sí misma y debemos poner nuestro mejor empeño para construir una sociedad donde
la persona esté en el centro. Esto es, debemos identi car los falsos dilemas que contraponen A o B y poner la
persona en el centro. Traducir esto al mundo de la empresa, a nuestro sistema sanitario, a la educación al
gobierno de los pueblos, etc. es el gran desafío

Cabe también plantearse quién legitima esta concepción de la persona. Pareciera que dejarla en aras del
consenso, del legislador o de la autorregulación de la economía, no es su ciente. El absoluto de la persona
pide un Absoluto con mayúsculas

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Hay también una dignidad que llamamos “moral” y que se acrecienta o amengua por el comportamiento y el
uso que la persona hace de su libertad, pero en nada merma su dignidad ontológica
(leer el valor absoluto de la persona, dignidad, sentido y fundamento y el concepto de digifdad desde una
mirada losó ca)
TEMA 3: LA GRANDEZA DEL SER HUMANO - LAS DIMENSIONES DE LA PERSONA
En 1974, Marc Lalonde, abogado y Ministro de Salud y Bienestar Social en Canadá, preocupado por el alto
coste/beneficio de la sanidad canadiense, mostró en el informe «A New Perspective on the Health of
Canadians» como el gasto en un 90% estaba centrado en la asistencia y sin embargo solo el 27% de las
muertes tenían causas biológicas. Esto provocó una revolución en el modo de entender la salud no solo en
Canadá sino en muchos lugares del mundo. Ya no solo había que atender la enfermedad sino invertir mucho
más en la prevención y tomar en consideración que el ser humano es una unidad de biología, psicología,
dimensión social y espiritual.
El real Colegio de Enfermería de Londres, de ne «cuidar» como «dar respuesta a la singularidad de las
personas y a sus experiencias de salud, enfermedad, debilidades, invalideces y acontecimientos de salud
relacionados con la vida en cualquier medio en que se hallen. Esta respuesta puede  ser siológica,
psicológica, social, cultural o espiritual, y a menudo es una combinación de todas ellas Royal College of
Nursing (2003) De ning Nursing. London. Tal de nición la tomarán muchos otros Colegios de Enfermería y la
incorporarán a sus códigos de ética (Ej. Código de ética de las Enfermeras y Enfermeros e Cataluña)

El reconocimiento de la dignidad, de los derechos humanos, no es solo conceptual, sino que requiere
siempre el compromiso ético; es decir, acciones humanas que contemplen tanto la globalidad de la persona
en sus múltiples dimensiones —biológica, psicológica, social, cultural, espiritual—, como  su
singularidad. Esto signi ca que hay que personalizar la respuesta ante de las situaciones de salud o
enfermedad. De esta manera, desde el conocimiento profundo de la identidad de los destinatarios de los
cuidados enfermeros, se logrará el progreso de la profesión. (Código de ética de las Enfermeras y Enfermeros
de Cataluña, p.14)

Nuestra dignidad no radica en nuestras capacidades, y además para desarrollarnos necesitamos (como
vimos en el capítulo de las  necesidades) no solo nuestro cuerpo, sino todo nuestro ser en todas sus
dimensiones: biológica, psicológica, social y espiritual. Por ello decimos que somos seres bio-psico-socio-
espirituales.

Brevemente explicamos esas dimensiones y adjuntamos los enlaces a los documentos de referencia.

1. La grandeza de la  CORPOREIDAD  nos descubre que “estamos en el mundo”, esto es, que somos un
espacio y tiempo, y por lo tanto sujetos a las leyes de la naturaleza. No es que “tenemos” un cuerpo,
SOMOS un cuerpo, y este no solo hay que cuidarlo, conocerlo y entenderlo en su lenguaje, sino que además
nuestra biología reclama una biografía, esto es, reclama un por qué, un sentido, un para qué.

Peligros de entender mal la corporeidad: tratar-nos como objetos de intercambio, la manipulación, la


violencia, la explotación, los juicios y prejucios raciales o por la apariencia externa, as etiquetas, etc.

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2. La grandeza de la  INTERIORIDAD nos descubre la belleza del silencio y del sosiego que permiten

mirarnos hacia adentro, en ese espacio sagrado donde se nos desvela quién soy. Interioridad que nos invita
a re-conocernos y descubrirnos en nuestros valores y también nuestros aspectos a mejorar, que nos anima
a hacernos cargo de la propia vida (¡tarea ineludible e intransferible!) en el camino hacia la plenitud.

No es encomienda fácil. La vida tiende a que estemos volcados “hacia afuera”, y el ruido y las prisas de
cada día no dejan hueco para el remanso. El consumo se torna como una especie de adicción y sucedáneo
del para qué vivo y hacia dónde voy.

 
3. La grandeza de la HISTORICIDAD Y MEMORIA. Somos historia que nos permite reconocer de dónde

venimos, nuestros valores y creencias, nuestros modos y raíces; y además somos memoria, individual y
colectiva, de nuestra biografía y recuerdos, de los propios y los contados, de mi familia, de mi entorno, y
somos memoria de pueblo que comparte una misma mirada.

Sin embargo, es difícil detenerse y contemplar y recorrer nuevamente el camino compartido. Las prisas, el
imperio del reloj y la productividad se ponen en nuestra contra.

Las ideologías que reescriben el pasado y el presente atentan a la memoria colectiva y a la historia que nos
devuelve a nuestras raíces. Hay que estar atentos a la manipulación colectiva, a la búsqueda de la verdad en
medio de tanta desinformación, a huir del lamento continuo ode la comodidad del “no-pensar”.

4. La grandeza de la INTERSUBJETIVIDAD. Somos por el regalo de los otros. El otro, el tú, en especial el


que nos quiere, nos constituye (es esencia). Nacemos indigentes, menesterosos. La vida nos es dada para
que nos cuiden y parte de la plenitud es gastar la vida en el cuidado de otros, de “descentrarse” y poner en
el centro a otro

El encuentro nos abre al horizonte del amor y de la entrega, del compromiso y la responsabilidad, que hay
que aprender desde el diálogo verdadero frente a la manipulación y las relaciones de dominio.

5. La grandeza de la TRASCENDENCIA. Sin duda una de las dimensiones que se agranda con la madurez.
Requiere hacer silencio y cultivar el asombro y la contemplación. Nos abre al sentido y nos re-liga con las
esencias.

Frente a un mundo que reduce el conocimiento a lo empírico encontramos una sed natural en el hombre que
le abre a la Verdad, la Belleza y la Bondad.

Forjar y desarrollar la dimensión trascendente no nos cambia la vida ordinaria pero le da una razón de ser
que, a la postre, nos hace más sencillos, más capaces de pedir perdón y perdonar, en el fondo, más
humanos.

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No se trata de creyentes o no, o de tal o cual religión, es un planteamiento previo, un modo de estar y ser, un
modo de ponerse ante el mundo como creatura, como administrador y servidor de los dones regalados.

También tiene sus peligros y no pocas veces los hemos visto en la historia: la manipulación de lo sagrado, el
adoctrinamiento por encima de la libertad de la persona, el ocultamiento de la vulnerabilidad, el sufrimiento y
la muerte que erige al hombre en el nuevo dios, o la reducción del ser humano solo a la inmanencia.

(LEER TEXTOS DE DIMENSIONES)

T4: LA GRANDEZA DEL SER PARA LOS DEMÁS. LA PERSONA SER DE ENCUENTRO.

1. Un comentario (sesgado, como no puede ser de otro modo) a propósito de la


historia. Individualismo versus colectivismo.

Desde que el ser humano toma conciencia de tal, ha re exionado acerca de su lugar en el cosmos. Judíos,
griegos y romanos han marcado nuestras raíces. Después vino la mal juzgada Edad Media -por los tópicos
de oscurantismo e ignorancia- y tras esta, el Renacimiento (renacimiento solo de una parte de Grecia y
Roma, por supuesto)

El hombre es el punto de medida de todo. Descartes (1596-1650) con su famoso "cogito, ergo sum"  -en
realidad lo dijo en francés:  «Je pense, donc je suis», que traducido es  "pienso, por lo tanto soy"-    une
pensamiento y existencia. "Es" lo que capto y pienso. Y tal concepción no ha perdido actualidad. La verdad
es tal si puedo verla, pensarla, comprenderla, aceptarla.

El siglo XVIII será un siglo de grandes cambios. Hume (1711-1776) da un paso más sobre Descartes: “es” lo
comprobable. La experiencia sensible es la única fuente de conocimiento. Nace el empirismo. Este
predominio de lo comprobable (¡quizás inaugurado con Tomás el incrédulo!) ha llegado hasta nuestros días.
Damos carta de credibilidad a aquello que se presenta como "cientí co". Todo lo que venga bien vestido
con ropaje de ciencia (o tecnología) es aceptado de modo indudable. Son las semillas de la autonomía del
yo y del cienti cismo,    de la modernidad y su metamorfosis en la postmodernidad estudiada en el tema
primero.  

Después vendría la Ilustración, Voltaire, Diderot, D'Álembert,  D’Holbach... La Enciclopedia es un esfuerzo


sin igual de ordenar todo desde la razón. Curiosamente la división que proponen es memoria-razón-
imaginación. 

La máquina de vapor de James Watt (1769)  y luego el motor de combustión y la energía eléctrica, entre
otros, dan lugar a una transformación económica y socia sin igual hasta entonces. Es la Revolución
Industrial. El éxodo a las ciudades ya no se frenará. Los barrios obreros serán el humus de la protesta social
por recuperar el valor del ser humano. La máquina ha sustituido al animal, y el trabajador es el nuevo animal.
Nuevas clases, burguesía y proletariado y nuevos modos de pensar la realidad del ser humano: sindicalismo,
socialismo, anarquismo, comunismo... 

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Marx (1818-1883) a rmará:  “La esencia del hombre no es algo abstracto que habita en el cuerpo, sino que
la verdad auténtica es la suma de sus relaciones sociales” –Marx, Tesis sobre Feuerbach, 1845-. Basta de
teorías, de idealismos -en referencia a Hegel-. "Los lósofos no han hecho más que interpretar de diversos
modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo."  -Tesis 11-

“El centro existencial es la colectividad, no la personalidad” (es la sociedad la que forma a los individuos y
no al revés). Los problemas personales dejaran de ser cuando todo se haya colectivizado.

2. La primacía del otro: la grandeza de “ser para”.

Ciertamente no somos individuos aislados, más aún nuestra dimensión social (intersubjetividad, memoria...)
nos constituye. No es simplemente un añadido, somos seres sociales, mas esta verdad no debe opacar la
libertad y singularidad del individuo. 

El s. XX y sus Guerras Mundiales nos han hecho re exionar sobre la dignidad inviolable del ser humano y a
la par el caracter constitutivo de ser-en-relación. Dos autores judíos que merece la pena leer: 

- Martin BUBER (1878-1965). El encuentro yo-tú  es conformador de identidad y razón de ser. A su vez dos
notas: el "tú" no se puede poseer como un "objeto". Toda dominación deshumaniza. Y segunda, El otro es
un “Misterio inaferrable", nunca es plenamente conocido.

- Levinas (1906-1995). Pasó gran parte de su vida en un campo de concentración donde asesinaron a casi


toda su familia, y posiblemente, fruto de tal atroz experiencia, es capaz de a rmar que "Solo acogiendo al
otro yo soy", especialmente al débil, al pobre, al niño al hambriento. Es la primaciá del otro.  No solo
somos CON los demás sino PARA los demás

(LEER “SER HOMBRE SIGNIFICA SER CON LOS DEMÁS”)

3. El otro: condición necesaria.

Re eja la realidad de la vida como regalo. Nacemos menesterosos, extremadamente frágiles y necesitados
del otro. Los psicólogos a rman la importancia de esos primeros meses-años de vida para consolidar el
tejido emocional que nos acompañará el resto de nuestra vida. 

La persona es un ser de encuentro. Nuestra con guración, incluso la física (bípedos, alzados, con la cara
casi en un plano vertical, los ojos orientados hacia adelante...) está hecha para la comunicación con el otro,
el reconocimiento del semejante que me ayuda a desvelar quien soy. Es curioso que el niño primero
descubre a la madre y tiempo después identi ca que el del espejo es él mismo. Es la relación con el otro la
que nos permite tomar conciencia propia y existir como personas.

Como casi todo en el proceso de madurez humana, el encuentro y la relación con el otro necesita
aprehenderse, crecer, a narse.

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lunes, 1 de febrero de 2021
Pero antes, tomemos conciencia de la importancia del encuentro.

4. El encuentro: de nición y condiciones

Empecemos por de nirlo. Entendemos por encuentro aquella experiencia entre dos o más
personas, con un campo de juego común que posibilita interactuar y genera con anza e
intimidad. El encuentro nos abre la mirada a la existencia del otro y desde ella a la propia.
Mi relación con la otra persona me descubre quién soy. 

Piensa en tu propia historia... ¡Cuántos encuentros, incluso de gente desconocida, que


nos han cambiado la vida!

El encuentro con el otro nunca nos deja indiferentes. Nos abre a una realidad mayor o nos
achica la mirada, nos impulsa o nos retrotrae. La vida se va tejiendo de todos esos
encuentros. Cuando alcanzamos a tener una cierta madurez descubrimos que
hay condiciones que favorecen que un encuentro sea camino de crecimiento y plenitud y
también lo contrario, una experiencia frustrante.

Distinguir aquello que favorece el encuentro y ponerlo en práctica en la vida es un signo


de madurez. La tabla de abajo es solo un pequeño ejemplo.

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lunes, 1 de febrero de 2021

En nuestro desempeño, hoy como universitarios y mañana como profesionales aprender a


desarrollar entornos de valores es un rasgo diferencial. En pocas palabras, se trata de
creerse lo estudiado de la dignidad de la persona, sus dimensiones... Se trata de poner la
persona (con todo lo que signi ca) en el centro. Y ello no tiene por qué estar reñido con la
cuenta de resultados o con los bene cios de tal o cual colectivo. Los principales
problemas de nuestro mundo no son técnicos sino humanos. Desde lo aprendido,
podríamos decir que estamos desencontrados y es necesario generar nuevos espacios de
encuentro y reconocimiento.

(LEER UNA MIRADA A LA EMPRESA DESDE LA LÓGICA)

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