Está en la página 1de 1

Kaely Milagro Huacasi Carrera_N°15_4 “C”

“La paz sea con ustedes”, a veces, es lo único que necesitamos, paz, en esta vida tan
caótica, llena de estrés y ansiedad por el futuro, llena de miedo del mañana, miedo…
pero... ¿De qué tenemos miedo? Con Jesús junto a nosotros, no deberíamos temer nada,
igual que los apóstoles, no debían temer a nada; pero, aun así, incluso si tememos, Jesús
nos dice: “La paz sea con ustedes” (Juan20:19); calmando todos esos sentimientos y
causándonos regocijo de sentirlo tan cerca; y es cuando Jesús vuelve a decirnos: “La paz
sea con ustedes” (Juan20:21), recordándonos, que con o sin alegría, él está allí para
darnos paz; tal como les dijo a los apóstoles luego de que estos se alegrasen de verlo. Es
maravilloso, poder hacer tales paralelismos de la Biblia, escrita hace dos milenios, con
nuestra vida cotidiana.

Luego, el evangelio nos dice algo importante, que, al dar Jesús, el Espíritu Santo a su
Apóstoles, les confirió su propio poder divino de perdonar los pecados, y allí radica la
importancia del Sacramento de la Reconciliación, la Comunión, porque no es un
Sacerdote quien perdona nuestros pecados, sino Dios mismo.

Hermanos… ¿Cuántos de nosotros hemos cerrado el corazón? No importa, en verdad no


importa, porque el Evangelio nos dice, que cuando los discípulos estaban en casa,
aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los
saludó y les dijo… La paz sea con ustedes (Juan20:26); y lo mismo sucede con nosotros,
incluso si hemos cerrado el corazón, Jesús entra en él y se posiciona al centro para
recordarnos que Él está con nosotros, y que en medio de todo lo que nos abruma, Él
siempre nos traerá paz.

“Ver para creer” aunque muchas veces juzgamos la incredulidad de Tomás, no nos
damos cuenta de la trascendencia de sus actos, porque querer ver no es algo malo, sino
parte del proceso para llegar a la fe en Jesús; y esto queda demostrado al profesar
Tomás, la gran confesión cristológica: “Señor mío y Dios mío” (Juan20:28), es decir,
llegar a la creencia completa en Jesús como Señor y Dios.

Concluimos el evangelio, con Jesús diciendo: “Dichosos los que creen sin haber visto”
(Juan20:29), refiriéndose a nosotros, hermanos, que creemos en Él aún sin haberlo visto
físicamente, y es que no son los ojos, sino el corazón, quien debe ser testigo de la
presencia de Dios en nuestras vidas.

Bibliografía
Juan20:19. (s.f.). Juan 20:19-29. En Biblia, Biblia.
Juan20:21. (s.f.). Juan20:21. En Biblia.
Juan20:26. (s.f.). Juan20:26. En Biblia.
Juan20:28. (s.f.). Juan20:28. En Biblia.
Juan20:29. (s.f.). Juan20:28. En Biblia.
Ruiz, G. (24 de Abril de 2014). Working Preacher. Obtenido de Working Preacher:
https://www.workingpreacher.org/commentaries/revised-common-lectionary/second-
sunday-of-easter/comentario-del-san-juan-2019-31-5

También podría gustarte