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El Canto de Las Chicharras
El Canto de Las Chicharras
En muchas partes de
Latinoamérica existe
la creencia que,
cuando las cigarras o
chicharras cantan lo
hacen para anunciar
la lluvia, o para
rogarle al cielo que
ésta caiga y alivie el
agobiante calor
reinante en muchas
regiones.
Todo comienza entre las hojas del árbol, donde son depositados los
huevitos del tamaño de un grano de arroz. Al nacer las chicharritas la
hoja cae al suelo y estas escarban hasta llegar a cierta profundidad entre
las raíces de su árbol anfitrión. Viven seguras allí durante toda su niñez y
adolescencia hasta que la temperatura alcanza los 18ºC y la naturaleza
les dice que es ya hora de buscar pareja.
Una vez que salen de las profundidades, este ejército se sube a los
árboles, plantas, postes de luz y cualquier cosa para allí despojarse de
su armadura y vestir un nuevo traje de vistosos colores para enamorar a
sus parejas.
Comienza el concierto
Desde que la ninfa se sube al árbol, hay que darse prisa, pues comienza
la cuenta regresiva, el tiempo que les queda de vida será solo de cuatro
a seis semanas. Durante ese tiempo tendrán que evadir a los numerosos
depredadores, mientras se alimentan y al mismo tiempo se dedican a
enamorar a sus parejas.
Y así tras semanas de canciones, amor y vida al aire libre, el ciclo de las
chicharras llega a su fin. Como acto final depositarán los huevitos entre
las hojas que garantizarán que dentro de 17 años, vuelva la siguiente
generación de chicharras con sus canciones románticas a preservar la
especie.
Los cuerpos y las partes del cuerpo que no se hayan comido agregarán
nutrientes al suelo, reforzando el ecosistema y sus habitantes mucho
después de que los bulliciosos insectos desaparezcan.