EL MUNDO NAVAL ILUSTRADO
piélago, la isla del Principe Carlos^ estrecho de Hinlopen, islotes
de Amsterdan, Moffen... Como el tiempo que el Gobierno britá-
nico le daba para realizar su expedición, que no era otra sino la
de alcanzar el Polo, estaba limitado á cinco meses y se le prohi-
bía invernar en aquellas latitudes, tuvo que regresar cuanto antes
para evitar ser cogido entre los hielos al echarse el invierno encima.
Parry creía que por esta ruta, la de Spitzberg, podía alcanzarse
el Polo, y en 1827 partió con una expedición; y como sabía que
los hielos no permitirían la navegación del buque, dejó éste en
cabo Hackluit al cuidado del Teniente de Navio Forster, mientras
que él y sus compañeros, con víveres para setenta días, continua-
ron hacia el Norte en trineos, y después de unas marchas terri-
bles por aquellas soledades de campos de hielos, donde algunas
veces, después de caminar 20 millas al Norte, se encontraban, sin
embargo, al Sur del punto de partida del día anterior, llegaron á
los 82° 45'. Si Parry hubiese contado en aquella época con los
medios de que hoy disponen los expedicionarios modernos, es
casi seguro que hubiese rebasado tal vez la latitud que en la pre-
sente época han contado otros exploradores. La expedición de
Parry y su éxito ha servido de fundamento para sostener que el
mejor camino para alcanzar el Polo es la vía de Spitzberg, teoría
que expone, con gran número de datos, Mr. Heilprin, Presidente
de la Sociedad Geográfica de Philadelphia, en su bien escrita obra
The Artic Problem. Esta ruta fué también la propuesta por la
Sociedad Geográfica de Londres en 1866, cuando se discutía cuál
era el mejor paso para llegar al Polo y Augusto Petterman soste-
nía que por los mares de Spitzberg á Nueva Zembla debían diri-
girse las expediciones polares, si éstas querían alcanzar su objeto.
Dejaremos para más adelante el análisis de esta idea, comparán-
dola con la de Osborn, que proponía el paso de Smith, y la de
Lambert, que creía mejor camino el estrecho de Bhering, opinio-
nes las tres muy respetables y que dieron origen á grandes dis-
cusiones en Inglaterra, tomando parte los principales Almirantes
y exploradores polares.
Cuando estudiemos estos tres proyectos, presentados hace
muchos años, podremos, dados los resultados alcanzados última-
mente por los exploradores, ver cuál era el que se acercaba más
á la realidad, que, á juzgar por los hechos, es el de Lambert, el
que proponía partir del estrecho de Bhering para alcanzar más
alta latitud, y hasta la fecha, si no del mencionado estrecho, sí de
sus proximidades y dirección partió Nansen á bordo del Fram,
que es el buque que más cerca ha estado del Polo. No quiere
decir esto que siguiendo otra ruta no se alcanzase más elevada
latitud, pues imprevistas roturas de üe-Jields pudieran dejar en
algún verano campo de mar libre para avanzar más al Norte que
el célebre sueco. Mientras los conocimientos que tengamos de las
corrientes, mareas, etc., de esas regiones sean tan incompletos,
nada puede asegurarse y todo cuanto se diga cae dentro del
terreno de las probabilidades.
A Martens, Scoreby y Nordenskiold se deben los mejores tra-
bajos sobre Spitzberg. El primero navegó por sus mares en el
siglo XVII, visitando el estrecho de Hinlopen, que separa North
East Land de West Spitzberg, estrecho que raramente puede pa-
sarse por obstruirlo continuamente los hielos; por cierto que en la
descripción que hace de sus viajes se pone de manifiesto la su-
perstición de aquella época y se hace eco de la creencia de algunos
navegantes: que para evitar que un buque sea aplastado por los
hielos, lo mejor era amarrarle á una ballena muerta.
Scoreby, hijo del famoso ballenero, no sólo era muy inteligente
en el arte de la pesca, sino en las cuestiones de orden científico
que se rozaban con las tierras y mares árticos, y las mejores refe-
rencias que del archipiélago Spitzberg se han escrito en este siglo
están en su obra/"íi/rtrA-ri?¿'/íi«j', de 1823. Creía este marino que
entre Groelandia y Spitzberg estaba el paso para el Polo, y en
una de las navegaciones que hizo en unión de su padre, encon-
trándose por la latitud de 80", vio el mar libre, y recordaba siem-
pre con pena que los deberes que para los armadores tenía su
padre no le hubiesen permitido haber navegado para el Norte,
porque seguramente habría alcanzado el deseado y enigmático
punto polar. Por eso en 1817 escribía á Joseph Banks que al Este
de Groelandia, y entre los 78 y 80°, había visto como 2.000 le-
guas aladradas de aguas libres de hielo...
El primer viaje de Nordenskiold fué en 1858, acompañando á
Torell, volviendo otra vez en 1861, y en estas expediciones reco-
noció la costa occidental de Spitzberg, isla de Amsterdan y Bahía
Magdalena, é hizo muchas observaciones astronómicas, recogien-
do además infinidad de ejemplares de fauna, flora y minerales-
Torell había empezado los trabajos para la medición de un arco
de meridiano en tan elevada latitud, trabajos que continuó y ter-
minó en 1864 Nordenskiold. Trató también el que fué más tarde
descubridor del paso del Nordeste alcanzar el Polo, partiendo del
Norte de Spitzberg en trineos arrastrados por renos, para lo cual
hizo anteriormente en Groelandia un estudio práctico comparativo
entre el perro y reno, para ver cuál de esos animales era mejor en
esta clase de expediciones, decidiéndose por el segundo, á causa
de que, siendo rumiante, es más fácil de mantener que el perro,
que por su voracidad carnívora se hace difícil alimentarlo, sobre
todo en sitios donde se corre riesgo de no encontrar caza en
abundancia.
La expedición llegó al Norte de North East Land; pero no pudo
seguir adelante por una serie grande de contrariedades, entre las
cuales se presentó en la primera invernada el tener que repartir
los víveres entre diez y ocho hombres más que se encontraban en
una isla próxima bloqueada por los hielos.
Innumerables expediciones científicas, no faltando algunas mer-
cantiles, han recorrido las playas occidentales de la isla Spitzberg.
De estas últimas deben citarse la que enviaron unos negociantes
de Stockolmo para explotar unas minas de fosfato que hay en
Ice-Fiord y la colonia que trataron de hacer prosperar en cabo
Thordsen, donde se tendió un ferrocarril para el transporte del
mineral, colonia que más tarde desapareció, pues todo fué aban-
donado.
Francia, bajo la dirección del Ministerio de Marina, envió en
1892 el crucero Manche á recorrer y hacer una exploración cien-
tífica desde la isla de Jean Mayen á Spitzberg, y en esta última
hizo estudios muy curiosos en Sassen Bay sobre el reparto y forma
de los glaciers y rectificación de situaciones de algunos puntos
importantes.
Por cierto que al navegar el Manche desde Mayen á Spitzberg
no encontró hielos que le obstruyesen el paso, porque segura-
mente el límite ú orilla del pack, que corre desde Groelandia para
el Este, se encontraba muy al Norte ese año. Mr. Rabot, que iba
en el Manche., se internó desde Sassen Bay, siguiendo el curso dei
Rendal hasta el Pico de Milne-Edwards; pero no le fué posible
seguir su exploración hasta atravesar esa parte de la isla, expe-
dición que realizaron más tarde los dos ingleses Conway y
Garwood.
Hemos dicho que la parte más inaccesible de las islas del mar
glacial es la oriental, por la acumulación de hielos que hay sobre
ella y lo extenso del pack; por esta causa ha sido menos estudiada
la parte Este del archipiélago de Spitzberg y se han trazado sobre
las cartas de una manera indecisa islas como las del Rey Carlos,
White y Wyche. La tierra de Gillis, cuyo nombre es el del des-
cubridor que en 1706 recorrió la costa oriental de Spitzberg, re-
basando el archipiélago hasta el 81°, fué divisada al Nordeste, y
se puede decir que está á la mitad de la distancia que separa la
isla North East de la de Alexandre y de Francisco José. En 1898
Suecia ha enviado una expedición á bordo del AntarííC para es-
tudiar estas islas del Este de Spitzberg y determinar con exactitud
los nombres que realmente les corresponda, en vista de lo varia-
dos que son, según los planos y épocas en que han sido hechos.
Primeramente hizo muchos sondajes hacia la orilla ó borde del
pack de Groelandia, encontrando fondos de 1.400 á 1.700 brazas,
comprobando sobre el mismo borde, por el arrastre de los peda-
zos de hielos hacia el Sur y troncos de árboles de Siberia, que
esta corriente es la que arrastró el pack que sostenía al Fram en
su viaje desde las islas de Nueva Siberia hasta el archipiélago de
Spitzberg; prosiguió su exploración hacia el Este del archipiélago,
reconociendo la isla del Rey Carlos y otras más al Este, que se
ha discutido mucho quién fué su descubridor, si Nilsen ó Gillis,
por más que, si fué este último, la isla á la cual dio su nombre es
la que aparece en las cartas al Nordeste de North East Land y á
una distancia media de ésta y Alexandre Land de Francisco José.
Aparte de la isla de Barentz y Edge Land, todas las demás que
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