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EL MUNDO NAVAL ILUSTRADO

nuestro país no otorga recompensas de la índole que Inglaterra


STJIN^ A.K/IO otorga á los Capitanes y oficiales de su Marina mercante.
Sin embargo, en tan corto espacio de tiempo como Inglaterra
sostiene guerra en el África del Sur lleva perdidos cinco buques:
T<%xt.oi ;Gloria á la Marina mercanie de España!, por D. Joaquín Requejo
Viaña.—Spitzberg, por D. José Gutiérrez Sobral.—El submarino tílollandt. el Deuton Granje, que embarrancó en una de las islas Canarias,
—Eí Pororoca (conclusión), por D. Eduardo Benot.—Oran, por la reproduc- el cual conducía al Aírica caballos y material de guerra; el Tayne,
ción, D. Juan Pastorín.—Bi nueoo Generaíisimo ingícs en Afíic.i Lord lio-
berta de Kandahar, por D.—Notas de la villa y corln, por D. Roque F. Yza- que llevaba víveres, y embarrancó, perdiéndose totalmente, en los
guirre.—El sermón de San Roque, por D. Ramiro Blanco.— Teatros y au- arrecifes de la isla de Wight; un transporte con pertrechos de
tores, por Marión Lorbac—A'oías Mblioriráficas, por R. Blanco.—Misce/d-
nea.—Cosmopolitas. guerra, en las costas de Inglaterra; otro, que entró con averías
Gi-al>aflOB< Retrato de S. M. la Reina Victoria de Inglaterra.—Méjico: El en las islas Azores, donde fué preciso enviar otro buque á tras-
salto de Juanacatlán, cerca de Guadalajara (estado de Jalisco).—Marina de
guerra mejicana: La corbeta Zaragoz», fondeada en el puerto de Veracruz.— bordar las tropas, y, por último, el Ismore, que encalló en la isla
Marina de guerra inglesa: El acorazado Centurión.—El palacio de sesiones
del Consejo de Estado en Pietermaritzburg (Nat.il).—Alemania: Pruebas de de Santa Elena. Estos son verdaderos datos elocuentes que de-
aerostación con un globo de aluminio.—Marina mercante española: Un tras- muestran una vez más la ilustración y pericia de nuestros mari-
atlántico conduciendo repatriados de Filipinas.—Francia: Puerto y docks de
Calais. nos mercantes, pues si desde 1895 á 1898 se hizo á Cuba y Fili-
pinas por buques españoles el transporte de más de 200.000 hom-
bres y gran cantidad de material y víveres, sin que ocurriera un
solo naufragio ni el menor accidente en la travesía, y eso que ésta
¡GLORIA i LA MARINA MERCANTE DE ESPAÑA! fué doble, puesto que hubo que repatriar las tropas, es una prue-
ba evidente de que el personal de nuestra Marina mercante es
ilustrado, sin necesidad de haber en el benemérito cuerpo exlra
masíer, como acontece en la potentada Marina inglesa.
EER el título del presente artículo y Vean esto los numerosos detractores de nuestra Marina mer-
al pie del mismo mi humilde nom- cante, los que se levantaron en Zaragoza para decir que nuestros
bre significa para el lector que con- Capitanes y oficiales estaban faltos de ilustración y que necesita-
tinúo, como siempre, ensalzando ban, como marinos, aprender algo más; vean los que hacen las
las glorias de la Marina mercante y leyes en nuestro país cómo por ser éstas deficientes existen ciu-
que este nuevo trabajo viene á au- dadanos á los cuales no se les remunera ni se les otorgan las re-
mentar el número de los que llevo compensas debidas por los grandes servicios, verdaderamente
publicados con el mismo objeto, ya patrióticos, admirados por todos y hoy por la nación más orgu-
haciéndome eco de tal ó cual Aso- llosa del mundo, la cual no tributa á ninguna otra admiración de
ciación de Pilotos, ya de los servi- ningún género, por considerarse señora de la tierra.
cios prestados por alguna Compa- Antes de terminar copiaremos lo que el Sr. Lapoulide dice en
ñía naviera y por su personal, ó bien dando á conocer las peren- el Heraldo: «Los marinos mercantes ingleses tienen fama de ser
torias reformas que se hacen necesarias ea tan importante orga- los primeros del mundo no sólo en número, sino en calidad. ¿Qué
nismo de nuestro país. Hoy no trato de nada de esto, queridos lugar corresponde en cuanto á pericia y acierto á los españoles?»
lectores; en la confección de mis anteriores trabajos, y como No somos nosotros los que designemos el lugar que le correspon-
consecuencia de mis escasas aptitudes, he tenido que esforzarme, de; sólo se nos ocurre decir que aún continúan en nuestra Marina
verdaderamente, para poder presentar ante la consideración pú- los Ulloas, Mendozas, Ciscar y Luyando. Si nuestra Marina cuen-
blica el desarrollo de nuestras ideas, que son las de todo el perso- ta con héroes como éstos, si tiene en su seno dignos sucesores de
nal de la Marina mercantil de España; poco esfuerzo he de tener los inmortales hombres que asombraron al mundo entero, si el
que hacer hoy para llenar unas cuantas cuartillas; el trabajo ya personal de nuestra Marina mercante de hoy merece la admira-
está hecho, me lo ha proporcionado el mismo Diario de Cádiz en ción de todos los países, no somos ya nosotros solos los que de-
un artículo sobre tLos transportes de tropas en Inglaterra y en bemos ensalzar sus glorias, debe ser la Patria entera la que debe
Elspaña». decir: ¡uno de los organismos sanos y útiles que han quedado en
La prensa inglesa, con motivo del transporte de tropas y víve- nuestro país es la Marina comercial! ¡Gloria, pues, á la Marina
res desde Inglaterra al Sur de África, hace comparaciones entre mercante de España!
lo realizado por la poderosa Albión, siendo la mayor potencia na- JOAQUÍN REQUEJO VIAÑA
Cádiz Diciembre 1899.
val, á la cual corresponde la mitad del tonelaje de toda la Mari-
na mercante del mundo, con lo llevado á cabo por España, que
figura entre las potencias navales menos importantes.
Un periódico inglés, tratando de los referidos transportes, pone
á gran altura nuestra Marina comercial por los actos realizados
en la conducción de tropas en nuestras guerras de Cuba y Filipi-
nas; el mismo periódico dice: No se cansa nuestra Administración L archipiélago glacial de Europa está
de tributarse elogios por la extraordinaria celeridad con que han B-0 formado por las islas de los Osos,
sido embarcados '¡o.ooo hombres para el Sur de A/rica... En el es- Spitzberg, Francisco José y Nueva
pacio de dos años España envió d Cuba 200.000 hombres en vapores Zembla, islas que parecen desprendi-
españoles únicamente, sin interrumpir ninguno de sus servicios de • ^ ^ mientos de los Dofrines y Urales.
correos. No muy lejos de cabo Norte encuén-
Esto, dicho por la prensa inglesa en favor de nuestra Ma- trase la primera de las citadas, ó Bear
rina mercante, la coloca á gran altura; á esto debió de agregar el Island, de pequeñas dimensiones y cor-
periódico inglés que no ocurrió ni un solo naufragio, que todas tada por el paralelo 74° 25' que pasa
las expediciones llegaron á su debido tiempo y que nuestros bu^ por el monte de la Miseria, que pre-
ques mercantes no podían hacer las travesías con la misma tran- senta tres elevados picos, llamados
quilidad que las naves de la soberana del mundo la hace hoy en Three Crown, de 1.600 pies próxima-
la guerra que sostienen con los boers, sino que tenía que atrave- mente de altura. La costa de esta isla
sar el formidable cinturón de acero que rodeaba á nuestras Anti- es difícil de abordar por lo escarpada,
llas, formado por la terrible Escuadra norteamericana. Nuestros _.. estando en algunos sitios cortada com-
marinos mercantes recalaban en puertos cuyos faros estaban de- pletamente vertical, con alturas de 300 y 400 pies sobre el agua.
molidos y otros con sus luces apagadas, navegando en la confian- Los trabajos hidrográficos realizados hasta la fecha son bastante
za de su pericia y valor y sin más esperanza que la de alcanzar el deficientes, primero porque es de difícil acceso la isla, y segundo
agradecimiento de los buenos españoles, pues la legislación de porque está casi todo el año rodeada del pack; únase á esto lo

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