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“Imaginemos los hilos que conforman una trama; ésta podrá ser más cerrada, más
aireada, tener áreas más firmes, ofrecer "desprolijidades" en otras, conformar con
distintos puntos diferentes figuras, tener "agujeros", como sucede cuando "se perdió el
punto". Las normas (leyes, reglamentaciones, prescripciones) pueden considerarse con la
metáfora del tejido.
Se trata de una red que sostiene a los sujetos y los contiene; en este sentido es percibida
como protectora. Además; y en el mismo acto, la red recuerda al sujeto sus límites y por
ello es percibida como restrictiva.
Podríamos decir que al señalar lo permitido y lo prohibido la norma subraya aquello
que contará con la aprobación y distingue lo que será objeto de sanción. Desde esta
perspectiva despierta en cada sujeto un sentimiento de ambigüedad: por momentos es
buscada para que proteja y simultáneamente es eludida; es deseada pero no evita que se
reniegue de su presencia en los momentos en los que el sujeto querría que no existieran
límites a sus impulsos.
En la metáfora, la red que sostiene y sujeta propone también espacios entre hilo e hilo,
entre punto y punto. En la realidad institucional la norma deja espacios de libertad para
el actor. Diremos que el tejido o textura ofrece intersticios, es decir espacios para la
interpretación, la acción, la creación la invención...”
Fragmento de “El análisis de la institución educativa. Hilos para tejer proyectos”, p. 117.
Dicho marco normativo regula, entre otras cosas, los derechos y obligaciones que tenemos
como docentes.
Dado que no es lo mismo cumplir que no cumplir, todo incumplimiento de una obligación
genera consecuencias. Quien deba hacerse cargo de la consecuencia de un incumplimiento será
responsable o, dicho de otro modo, tendrá RESPONSABILIDAD.
Así, es claro que un mismo hecho puede ser juzgado desde diferentes perspectivas,
generando múltiples consecuencias en el mundo del derecho. Podemos hablar entonces de tres
tipos de esferas de responsabilidad: LA CIVIL, LA PENAL Y LA ADMINISTRATIVA, cada una con
características propias y con distinta fuente normativa.
Según establece el art. 39 del Estatuto del Docente, las sanciones disciplinarias de
suspensión de hasta 10 días corridos, suspensión desde 11 hasta 30 días corridos, suspensión
desde 31 hasta 90 días corridos, inhabilitación por 1 año, cesantía y exoneración; se aplicarán
con sumario previo que asegure al imputado el derecho de defensa.
Al decir del Dr. Francisco D´Albora, “…para la iniciación del sumario administrativo sólo se
requiere a título de hipótesis que se afirma la existencia de un hecho que pueda configurar una
falta disciplinaria, es decir un acto ilícito disciplinario…”, con lo cual, en el sumario se investigan
hechos de los cuales puede derivar responsabilidad disciplinaria de los agentes.
La finalización del vínculo de empleo público mediante la baja de un agente por una medida
disciplinaria sólo puede ser aplicada mediante la instrucción de sumario previo, pues el artículo
14 bis de la Constitución Nacional garantiza la estabilidad del empleado público, protegiéndolo
contra el despido arbitrario. Sin embargo, la garantía de estabilidad no impide ni cercena a la
Administración, de las facultades indispensables para asegurar el correcto y normal
funcionamiento de los servicios públicos, en nuestro caso la educación (bien tutelado).
RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA EN EL ESTATUTO DEL DOCENTE Y NORMATIVA COMPLEMENTARIA
ESCUELA DE MAESTROS. Ascenso Tramo II. Profesores Diego Labombarda Peña- María Noemí Sotomayor- Silvina Mendonca
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La Jurisprudencia es conteste en sostener que el sumario es una de las formas de garantizar
el derecho de defensa.
Citaremos dos fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para reforzar esta garantía
constitucional de defensa en juicio:
- Fallo Molinas, Ricardo, “…la necesidad de ese procedimiento responde a varios motivos,
por un lado satisface a un inequívoco derecho que asiste a conocer las faltas que se le
reprochan, a alegar sobre ellas y a producir las pruebas que estime conducentes. Son estos
requerimientos del debido proceso adjetivo, que garantiza la Constitución Nacional y
deben ser mantenidos con todo trance en el estado de derecho. Asimismo, el
procedimiento resulta imprescindible para el encargado de valorar dicha conducta y
decidir la suerte del sumariado. (…) ello también posibilita que los gobernados tomen
conocimiento del obrar de sus funcionarios – tanto de los juzgados como de los
juzgadores- dándose así cumplimiento del deber antes mencionado”.
f) Debido proceso adjetivo. Derechos de los interesados al debido proceso adjetivo, que
comprende la posibilidad:
1. Derecho de ser oído. De exponer las razones de sus pretensiones y defensas antes de la
emisión de actos que se refieran a sus derechos subjetivos o intereses legítimos; interponer
recursos y hacerse patrocinar y representar profesionalmente. Cuando una norma expresa
permita que la representación en sede administrativa se ejerza por quienes no sean
profesionales del derecho, el patrocinio letrado será obligatorio en los casos en los que se
planteen o debatan cuestiones jurídicas;
2. Derecho a ofrecer y producir pruebas. De ofrecer prueba y que ella se produzca, si fuere
pertinente, dentro del plazo que la Administración fije en cada caso, atendiendo a la
complejidad del asunto y a la índole de la que deba producirse, debiéndose requerir y
producir los informes y dictámenes necesarios para el esclarecimiento de los hechos y de la
verdad jurídica objetiva; todo con el contralor de los interesados y sus profesionales, quienes
podrán presentar alegatos y descargos una voz concluido el período probatorio;
3. Derecho a una decisión fundada. Que el acto decisorio haga expresa consideración de los
principales argumentos y de las cuestiones propuestas, en tanto fueren conducentes a Ia
solución del caso.
El derecho a ser oído significa que el agente puede ejercer su derecho de defensa, en cada
una de las etapas del procedimiento y de exponer las razones de sus pretensiones y defensas
antes de la emisión de actos que se refieran a sus derechos subjetivos o intereses legítimos,
interponer recursos y hacerse patrocinar y representar profesionalmente. Se relaciona, también,
con la vista de las actuaciones administrativas garantizando el acceso irrestricto a las mismas.
El derecho a ofrecer y producir prueba significa que el interesado tendrá derecho a probar
los hechos en que sustente su pretensión y la Administración tendrá la obligación de producirla.
El sumario administrativo se inicia con una Resolución ministerial que así lo ordena, la cual
no constituye un acto administrativo, sino que es un acto de la administración, es decir, es un
acto preparatorio, no produce efectos definitivos, ni ocasiona indefensión, por lo tanto no es
recurrible.
Clausurado que fuere el proceso sumarial, sea que hayan existido o no imputados, se realiza
el informe circunstanciado (dictamen) establecido en el art. 21 del RSA, propiciando su archivo
(inocencia) o, de corresponder, las sanciones pertinentes (culpabilidad). Es importante destacar
aquí, que las sanciones que se recomiendan en el dictamen, no son vinculantes para el Ministerio
de Educación, es decir, no tienen la obligación de compartir el criterio adoptado pero, si se
apartan del mismo, deberán expresarse las razones de hecho y de derecho que así lo justifiquen.
El RS establece un plazo de 60 días para la sustanciación de los sumarios con una prórroga
de 30 días más (art. 23 RSA).
La reglamentación del art. 39 del Estatuto del Docente nos da las pautas del desarrollo del
procedimiento para las aplicaciones de sanciones que requieren sumario administrativo previo.
Proponemos una lectura detenida de la misma, que citamos agregando en color rojo
algunos comentarios o aclaraciones:
“Si por la gravedad de la falta se considerase aplicable, en principio, alguna de las sanciones enunciadas
en los incisos c) a g) del artículo 36, el Ministerio de Educación, previa intervención de la Junta de
Disciplina a los efectos dispuestos en el punto I -FUNCIONES, inciso b) del artículo 45 (opinión sobre la
procedencia de la instrucción de sumario) dispondrá la instrucción de un sumario administrativo, para lo
cual se girarán las actuaciones a la Dirección General de Sumarios de la Procuración General de la Ciudad
de Buenos Aires, la que lo substanciará conforme al reglamento vigente al efecto.
Terminado el sumario, las conclusiones de la Dirección General de Sumarios serán sometidas a la Junta de
Disciplina a los efectos establecidos en los artículos 38 y 45 del Estatuto (dictamen sobre las medidas
disciplinarias que correspondan en cada caso).
Con el dictamen de la Junta de Disciplina, se elevará a la autoridad competente, la que de no efectuar
observaciones, dictará la resolución correspondiente Si la Junta de Disciplina ejerciere la facultad
establecida en el inciso d) del artículo 45, (observación de fallas en el transcurso del sumario y propuesta
de medidas para saneamiento) se devolverán las actuaciones a la Dirección General de Sumarios con el
fin de que se expida sobre las medidas o diligencias propuestas.
Si la Dirección General de Sumarios las compartiere, las ejecutará directamente. En caso de que discrepare
con las mismas, elevará su opinión fundada al Ministerio de Educación, el que decidirá en definitiva.
Si por la naturaleza o gravedad de los hechos denunciados o para facilitar la investigación de los mismos
se considerara inconveniente la permanencia del imputado en el cargo o los cargos u horas de cátedra
que desempeña, el Ministerio de Educación podrá disponer que pase transitoriamente a cumplir tareas
en otra u otras ubicaciones hasta que se resuelva en forma definitiva. (Modificado por el art. 1º del
Decreto Nº485/09).
La reglamentación del artículo 44 del EdD establece que la Junta de Disciplina tiene un plazo
de quince días hábiles de recibidas las actuaciones para expedirse conforme los incisos a), b), c)
y d).