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Oxígeno
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Oxígeno
Fisiología, terapéutica, toxicidad
D. R. ©2019 por
Editorial El Manual Moderno (Colombia) S. A. S.
Conversión ePub:
Lápiz Blanco S. A. S.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en sistema alguno de tarjetas perforadas o transmitida
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www.manualmoderno.com
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CDD: 615.836 ed. 23 CO-BoBN– a1044988
Diseño de portada:
Sebastián Bermúdez Z.
Diagramación:
Aristóbulo Rojas Ch.
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Contenido
Prólogo
Prefacio
Capítulo 7. Hipoxemia
Capítulo 8. Hipoxia
Capítulo 9. Índices de oxigenación
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Capítulo 21. Requerimiento de oxígeno a grandes alturas
Capítulo 22. Comportamiento del oxígeno a elevadas presiones ambientales
Capítulo 23. El oxígeno durante el ejercicio
Capítulo 24. El oxígeno en viajes aéreos
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Prólogo
El libro Oxígeno. Fisiología, terapéutica, toxicidad del fisioterapeuta William
Cristancho Gómez, es una obra maestra por su extraordinaria simplicidad didáctica.
Lleva al lector de la mano, explicando paso a paso y con claridad meridiana
todos los aspectos considerados en sus páginas.
El lector deja de sentir el temor que a veces ocasionan las fórmulas para los legos
en física, permitiéndole entender como funciona este elemento capital a través de su
ciclo vital por la economía humana, describe su carencia en sangre y tejidos
minuciosamente, y muestra las diferentes maneras para producir y proveer oxígeno a
quien lo requiera.
A lo largo de la obra se revisan las patologías que usan oxígeno como parte
rutinaria de su terapéutica y los posibles efectos dañinos que su exceso puede
ocasionar. Es decir, que se busca el equilibrio en la información sobre los efectos
benéficos y adversos de la administración de un gas de amplio uso en el cuidado
actual de pacientes con diversos y variados cuadros clínicos.
Adicionalmente, el libro ilustra el empleo del oxígeno en algunas situaciones
especiales y no convencionales que, muchas veces, el profesional de la salud
desconoce, y que necesariamente debería dominar puesto que la evaluación del
déficit –o el exceso– y la prescripción racional del oxígeno, son de importancia
sustancial en el soporte de pacientes tributarios de una medida de apoyo universal.
Admirable trabajo y, repito, absolutamente didáctico, por ello extremadamente
útil.
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Prefacio
Solo coincido en que un reloj simbólico es tan beneficioso
para el intelecto, como una fotografía de oxígeno
para un hombre que se ahoga
Alan Moore
Watchmen
Hace años –no muchos, tal vez 30– el oxígeno se prescribía de manera inadecuada y su
formulación era realizada por parte de cualquier persona del equipo de salud. Se creía
–sin mala intención– que inundar los tejidos corporales con oxígeno podría ser
benéfico en múltiples patologías, creencia sustentada en el poder del oxígeno para
nutrir las células y generar energía; sin embargo, no se tenía en cuenta el potencial
daño originado en el poder oxidativo de este elemento.
En la actualidad varias conductas se han modificado. El oxígeno es prescrito con
las mismas especificaciones de cualquier medicamento, se conocen y se tienen en
cuenta sus efectos adversos –secundarios y tóxicos–, por lo que la administración del
gas que nos da la vida –y a veces, la quita– se realiza de manera si no óptima, por lo
menos adecuada.
En múltiples eventos y conversaciones con colegas dedicados al cuidado
respiratorio en América Latina, pude detectar el problema de la administración del
oxígeno y, por iniciativa propia sumada a peticiones de personal de salud, decidí
recopilar y publicar información relacionada con los aspectos fisiológicos del
oxígeno, así como sus indicaciones y efectos terapéuticos, agregando un aspecto
crucial –todavía ignorado– referido a la toxicidad del gas y a los efectos adversos y
secundarios, no necesariamente tóxicos, que surgen cuando se administra el gas que
nos mantiene vivos por ser la piedra angular en los procesos de producción de energía
en los seres vivos con metabolismo oxidativo. Todo se realizó con el cimiento sólido
de la tríada: teoría, experiencia y evidencia.
Algunos de los aspectos fisiológicos se basan en información ya publicada en un
libro de mi autoría (Fisiología respiratoria. Lo esencial en la práctica clínica) a la que
se han sumado los avances recientes en el desarrollo del conocimiento en los casi
primeros 20 años del tercer milenio, referidos no solo a la fisiología del gas, sino a las
recomendaciones sustentadas en la evidencia acerca del uso correcto y a los efectos
adversos del oxígeno.
Espero que el libro cumpla los propósitos para los que se creó. Es conveniente
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advertir que el oxígeno debe ser usado cuando se necesita y, así exista toxicidad, en
muchas circunstancias debe aplicarse para conseguir el objetivo principal: sostener la
vida, pues como se deduce del epígrafe de este prefacio, si se necesita el gas debe
suministrase, pues de nada sirve pensarlo y no hacerlo.
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Primera parte
El oxígeno en diferentes ámbitos
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Capítulo 1
El oxígeno en el aire ambiente
Existió una época en la que el O2 libre en la atmósfera era inexistente y esta era
reductora, es decir, dependiente del hidrógeno. Más de 40 años de análisis de rocas
antiguas y de desarrollo teórico han construido una imagen definitiva de la historia
temprana del planeta(1) en la que el tiempo marca dos hechos que ahora se conocen
con certeza: la atmósfera más antigua de la tierra carecía esencialmente de O2; y la
atmósfera de hoy está compuesta en un 21% por O2. La mayoría de los eventos que
tuvieron lugar entre estos dos puntos de tiempo son altamente inciertos. A fines del
siglo XX, una batería de indicadores geológicos sugiere un cambio de una atmósfera
anóxica a una atmósfera óxica en algún momento entre 2.500 y 2.000 millones de
años atrás;(2) la mayoría de observadores afirman que el O2 atmosférico experimentó
un aumento dramático en la concentración en ese periodo,(3, 4) cambio conocido
como el gran evento de oxidación.(5, 6) La evidencia más convincente es la ausencia
en las antiguas unidades estratigráficas de “lechos rojos” (rocas sedimentarias teñidas
de rojo por el óxido de hierro), lo que indica ausencia de O2 y, se encontró gran
cantidad de suelos antiguos litificados que habían perdido su hierro durante la
intemperie, lo que confirma la ausencia de O2 en este entorno.
La mayoría de los indicadores geológicos de los antiguos niveles de O2
atmosférico implican solo su presencia o ausencia. El “Fraccionamiento
Independiente de la Masa - FIM” (se refiere a cualquier proceso químico o físico que
actúa en la separación de isótopos en el que la cantidad de separación no guarda
proporción con la diferencia de las masas características de los isótopos)
desaparece cuando los niveles de O2 alcanzan el 0,001% del “Nivel Atmosférico
Presente (NAP)”,(7) y el hierro se retiene en los antiguos suelos litificados cuando el
O2 está al 1% de su NAP. Se argumenta que la anoxia persistente de los océanos en el
Proterozoico (de 1.800 a 500 millones de años) requirió niveles de O2 por debajo del
40% del NAP.(1)
El fuego se mantiene solo por encima del 60% del NAP, por lo que el registro
geológico más o menos continuo de carbón vegetal durante los últimos 450 millones
de años, establece que este es un límite inferior para el O2 atmosférico desde la
aparición de los bosques en la tierra. La excepción interesante es el Devónico medio
a tardío, –hace aproximadamente 380 millones de años–, que muestra una brecha de
carbón de leña(8) coincidente con evidencia generalizada de anoxia marina. Los
otros indicadores redox disponibles provienen de sedimentos marinos, lo que
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requiere que los procesos internos del océano, que afectan los niveles de O2 de los
océanos profundos, se desarrollen antes de que se puedan hacer inferencias sobre el
nivel de O2 en la atmósfera.(2)
La “chispa” para el aumento del O2 atmosférico fue descubierta y reportada en
2000.(9) Las rocas de más de 2.450 millones de años contienen alto grado de FIM de
isótopos de azufre; las rocas menores de 2.320 millones de años esencialmente no
muestran ninguna.(10) Muchos procesos en la tierra discriminan entre los isótopos de
los elementos, pero generalmente la discriminación depende de la masa del isótopo.
Los procesos que conducen a FIM de azufre son raros, y los grandes efectos de FIM
están restringidos a reacciones fotoquímicas en fase gaseosa en la atmósfera superior.
La firma de la fotoquímica del azufre FIM es pequeña y se homogeneiza rápidamente
en la moderna atmósfera oxidante. Por el contrario, en una atmósfera libre de O2 se
conservan grandes efectos de FIM, lo que da como resultado composiciones
isotópicas contrastantes de especies de azufre reducido y oxidado que se depositan de
la atmósfera y se incorporan a rocas sedimentarias.(2)
Catling y cols.,(11) sugieren que la transición de O2 de baja a alta concentración,
fue causada por un escape mejorado de hidrógeno al espacio como resultado de las
altas concentraciones de metano en la atmósfera del Arcaico/Proterozoico temprano
(hace 3.000 a 2.300 millones de años). En primer lugar, sugieren que la tasa de escape
de hidrógeno puede haber sido mucho mayor por la acumulación de metano
biogénico en la atmósfera arcaica. Sugieren que el metano se produjo por
descomposición anaeróbica de la materia orgánica producida fotosintéticamente. Por
lo tanto, la reacción global fue CO2 + 2H2O → CH4 + 2O2. Si el O2 se consumió más
rápido que el CH4, –que debe haber sido cierto para que la atmósfera permaneciera
anóxica–, el CH4 atmosférico podría haber alcanzado concentraciones de 0.1% o más.
Este escenario es consistente con la evidencia de que el clima del Arcaico tardío era
cálido a pesar de las bajas concentraciones de CO2 en la atmósfera.(12) El CH4 es un
buen gas de efecto invernadero y podría haber suministrado el calentamiento
necesario.(13) En segundo lugar, Catling y cols., proponen que el O2 dejado por el
escape de hidrógeno al espacio fue consumido en gran parte por la oxidación de la
corteza continental. Esto, a su vez, provocó un cambio en el estado de oxidación de
los gases liberados por procesos metamórficos a baja temperatura. Nuevamente, la
transición a una atmósfera óxica ocurre cuando la producción neta fotosintética de O2
excede la entrada de gases reducidos a la atmósfera.
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Figura 1.1. Representación simplificada de la fotosíntesis
Kasting y cols.,(14) han argumentado que la mayor parte del hidrógeno que se
escapó se originó a partir de la desgasificación volcánica del H2 y que el O2 dejado
atrás causó un aumento gradual en el estado de oxidación del manto superior. Los
gases volcánicos se oxidaron más con el tiempo, culminando en transición a una
atmósfera rica en O2 una vez que la producción fotosintética neta de O2 superó el
sumidero volcánico, no obstante, esta idea es controvertida actualmente. Los
investigadores están de acuerdo en que el O2 fue producido inicialmente por
cianobacterias, los únicos organismos procarióticos capaces de la fotosíntesis
oxigénica,(15) y se cree que las cianobacterias surgieron hace 2.700 millones de
años, sobre la base de la evidencia de biomarcadores orgánicos en rocas
sedimentarias bien conservadas.(12)
Pruebas de biomarcadores para las cianobacterias (2-metilhopanos) y su producto
residual de O2 (en forma de esteranos, que probablemente requieren O2 para su
síntesis) existen en rocas que se formaron 200 millones de años antes del aumento del
O2 atmosférico.(12) Tomados junto con otros datos geológicos, estos biomarcadores
sugieren que el O2 se producía a tasas prodigiosas hace más de 2.500 millones de
años, pero se consumía más rápido de lo que se producía.
Para efectos didácticos, se puede afirmar que el O2 estaba en el agua y se
combinaba con el metano formando carbohidratos más hidrógeno (H2O + CH4 CHO
+ H2), el H2 por ser un gas ligero escapó de la atmósfera. Adicionalmente, la escisión
del agua por fotodisociación liberó O2 y H2 y similarmente, el H2 escapó de la
atmósfera dejando O2 libre lo que fue generando lentamente –por su baja
concentración– el cambio de una atmósfera reductora a una oxidativa.
Evolutivamente, los organismos comienzan a fotodisociar H2O en presencia de CO2
produciendo CHO + O2 (fotosíntesis), lo que elevó la concentración de este último
hasta que se convirtió en fuente de energía (Figura 1.1).(16)
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Como es de actual conocimiento universal, el O2 se encuentra en el aire
ambiente mezclado con otros gases –nitrógeno principalmente– conformando una
mezcla denominada “aire”, que es un gas que necesaria y obligatoriamente cumple las
leyes de la física de los gases, condición que, por supuesto, cumplen también
separadamente los gases que conforman la mezcla.
Tres son las propiedades físicas de los gases: en cualquier situación, todo gas ocupa
u n volumen, ejerce una presión en el recipiente que lo contiene y posee una
temperatura.
Volumen
Todo gas ocupa un volumen que depende del continente que lo contiene, lo que
quiere decir que un gas se expande hasta llenar el recipiente en el cual está
contenido. Tomar literalmente esta expresión quiere decir que, el aire ocupa la
totalidad de la atmósfera, es decir, el aire es el “gas atmosférico”. En la práctica,
el volumen de un gas es determinado por el volumen del recipiente que lo contiene.
De estas afirmaciones se puede inferir que los gases son altamente
compresibles, a diferencia de los sólidos y los líquidos.
Presión
La presión (P) es la fuerza (F) que actúa sobre un área (A) determinada (P = F/A). Los
gases ejercen presión sobre cualquier superficie con la cual están en contacto. La
presión de un gas es provocada por el choque de las partículas del recipiente y está
determinada por la frecuencia de los choques por unidad de área y por el impulso
impartido por la colisión. Si el gas está en las vías aéreas de conducción, ejercerá una
presión; si está en los pulmones ejercerá también presión. Por existir diferentes
continentes en la vía aérea y los pulmones las presiones diferirán dependiendo del
sitio en que se midan.
La presión del aire ambiente o gas atmosférico, depende de la altura sobre el nivel
del mar, puesto que el continente o recipiente que lo contiene es menor a mayor altura
y por supuesto, mayor a menor altura, es decir, la presión del aire ambiente (presión
atmosférica) es inversamente proporcional a la altura sobre el nivel del mar.
Temperatura
La temperatura mide el ímpetu del movimiento de todos los átomos y moléculas del
sistema gaseoso, es decir, depende de la energía cinética. Como esta –energía
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cinética– depende de la velocidad, se puede afirmar que la temperatura está
relacionada con las velocidades medias de los átomos y las moléculas del gas. La
temperatura absoluta se mide por el promedio de las energías cinéticas de sus
moléculas y el cero absoluto es la temperatura a la cual la energía cinética promedio
es cero.
Los gases tienen propiedades comunes que les hacen seguir la misma ley. Los
postulados de la teoría cinética de los gases explican las similitudes en el
comportamiento de estos.
1. Los gases constan de partículas que se están moviendo continuamente al azar
produciendo choques entre ellas y la pared del recipiente.
2. La frecuencia de las colisiones con las paredes del recipiente explica la presión
que ejercen los gases.
3. Las colisiones moleculares son elásticas, es decir, durante los choques no hay
pérdida de energía.
4. La energía cinética media de un gas es proporcional a la temperatura absoluta.
Para una temperatura dada la energía media es la misma para todos los gases.
5. Se considera que las partículas son puntuales (no ocupan volumen) y no existen
fuerzas atractivas entre ellas.
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Tabla 1.1. Presión de vapor de agua con respecto a la temperatura
ToC 0 15 20 25 30 34 37 40 100
P(H2O) 5 13 18 24 32 40 47 55 760
Todo gas ejerce presión, la cual es dependiente del volumen del recipiente que lo
contiene, puesto que los gases son compresibles. Si tenemos, por ejemplo, un gas
contenido en un recipiente con capacidad de 1 litro, el gas ejerce una presión X. Si el
volumen del continente se reduce a 0.5 litros, entonces la presión será > X. Si el
volumen del continente se incrementa a 2 litros, la presión será entonces < X (Figura
1.2). Esto quiere decir que la presión y el volumen interactúan en forma inversamente
proporcional si la temperatura es constante (ley de Boyle-Mariotte), o que la presión
es el resultado del número de moléculas en movimiento, por unidad de área.
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Figura 1.2. Relación entre volumen y presión de gas en recipientes de diferente capacidad. Tomando como
referencia el recipiente B, se obtiene una presión igual a X. Si se disminuye el volumen del recipiente C, el gas
se comprime y la presión será > X. Contrariamente, si el volumen del recipiente A aumenta, el gas se
descomprime con respecto a B y la presión disminuye. Entonces se observa que existe una relación
inversamente proporcional entre volumen y presión (ley de Boyle-Mariotte)
PV = KMT
PV = K,
o, P = K1/V
V = KT
P = KT
Así como un gas único ejerce presión, una masa de gases también ejerce presión, la
que será igual a la suma de las presiones parciales de los gases presentes en la masa
gaseosa (ley de la aditividad de las presiones parciales o ley de Dalton) (Figura 1.3).
P Total = P1 + P2 + P3 + P4 +..... Pn
Esta ley aplica también para mezclas de gases que contienen gases no ideales (vapor
de agua), como el gas alveolar.
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(Modificado de Des Jardin T. Cardiopulmonary anatomy and physiology, 4ª ed, Delmar, 2002(18))
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Figura 1.4. Representación esquemática de la concentración de oxígeno en la atmósfera. Esta tiene un valor
constante de 21% a cualquier altitud sobre el nivel del mar
El nitrógeno ocupa 78.09 volúmenes por ciento, pero para efectos prácticos se le
asigna un valor de 79%. Es de importancia crítica en el mantenimiento de la apertura
alveolar al combinarse con otros factores (surfactante, presión transpulmonar, presión
intrapleural, volumen residual, ventilación colateral). El nitrógeno no difunde a través
de la membrana alvéolocapilar debido a que sus presiones parciales en sangre venosa,
en sangre arterial y en el alvéolo son idénticas. Si no existe gradiente de presión no es
posible la difusión (ley de Fick).
El argón, uno de los gases nobles, ocupa 0.94%, concentración unas 30 veces
mayor que la del bióxido de carbono (CO2) que se sitúa alrededor de 0.03%. Además,
en el aire se encuentran trazas de otros gases sin importancia fisiológica debido a su
baja concentración (Tabla 1.2).
Nitrógeno 78.09 79
Oxígeno 20.93 21
Argón 0.94 0
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volumen. Además ejercen una presión parcial dependiente de su concentración. La
suma de las presiones parciales de cada uno de los gases presentes en el aire, será
igual a la presión total de la masa gaseosa; en este caso la presión atmosférica será la
suma de la presión parcial de oxígeno más la presión parcial de nitrógeno (ley de
Dalton).
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Figura 1.5. Representación del efecto de la altura sobre el nivel del mar, sobre la presión atmosférica
Tabla 1.3. Modificación de la PO2 como consecuencia de la altura sobre el nivel del mar
REFERENCIAS
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(Princeton Univ. Press, Princeton, NJ), pp. 260-290.
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Holland, H. D. (1994) In Early Life on Earth (ed. Bengston, S.) pp. 237-244 (Columbia Univ.
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8. Scott, A. C. y Glasspool, I. J. (2006). The diversification of Paleozoic fire systems and
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10. Bekker, A., et al. (2004). Dating the rise of atmospheric oxygen. Nature 427, 117-120.
11. Catling, D. C., Zahnle, K. J. y McKay, C. P. (2001). Biogenic Methane, Hydrogen Escape, and the
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12. Brocks, J. J., Logan, G .A., Buick, R. y Summons, R. E. (1999). Archean molecular fossils and the early
rise of eukaryotes. Science. 285, 1033-1036.
13. Rashby, S. E., Sessions, A. L., Summons, R. E. y Newman, D. K. (2007). Biosynthesis of 2-
methylbacteriohopanepolyols by an anoxygenic phototroph. Proc Natl Acad Sci USA. 104, 15099-
15104.
14. Kasting, J. F, Eggler, D. H. y Raeburn, S. P. (1993). Mantle redox evolution and the oxidation state of
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15. Kasting, J. F. (2001). The Rise of Atmospheric Oxygen. Science. 293, 819-820.
16. Mac Donnell, K. F. y Segal, S. S. (1980). Asistencia respiratoria. Pp. 205-206. Barcelona: Salvat
editores.
17. Cristancho, W. (2015). Fundamentos de fisioterapia respiratoria y ventilación mecánica. Bogotá: Manual
Moderno, 3ª ed.
18. Des Jardin, T. (2002). Cardiopulmonary anatomy and physiology, 4ª ed. Delmar.
19. West, J. (2016). Fisiología Respiratoria. Ed. Médica Panamericana, Lippincott Williams & Wilkins, 10ª
ed.
20. Cristancho, W. Fisiología Respiratoria. Lo esencial en la práctica clínica. Bogotá: Manual Moderno, 3ª
ed.
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Capítulo 2
El oxígeno en el espacio muerto
anatómico
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Figura 2.1. Representación esquemática de los componentes de la vía aérea. VAS: Vía Aérea Superior; VAI:
Vía Aérea Intermedia; VAP: Vía Aérea Periférica. El conjunto de la VAS y la VAI conforman la zona de
conducción de gases denominada espacio muerto anatómico y la VAP es parte de la zona de intercambio
gaseoso junto con los conductos y sacos alveolares y los alvéolos propiamente dichos
El espacio muerto
En cualquier circunstancia, parte del volumen de gas inspirado ocupa esta zona
(Figura 2.2),(3) lo que hace válido afirmar que el volumen corriente conducido al
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sistema respiratorio en cada inspiración, se distribuye entre ventilación de espacio
muerto (VD) y Ventilación Alveolar Efectiva (VAE) y que la sumatoria de los dos
conforma el VT; de donde: VT = VD + VAE
Figura 2.2. Ventilación alveolar y EMA. En A (pre-inspiración) el EMA está ocupado por gas espirado;
en B (inspiración) ingresa a la vía aérea y el pulmón gas fresco, pero el presente en el EMA es el primero
en ser conducido hacia el alvéolo y el EMA queda ocupado por gas fresco; en C (fin de inspiración) el gas
fresco se ha mezclado de manera instantánea con el gas proveniente del intercambio gaseoso conformando
gas alveolar (rico en CO2); en D (fin de espiración) se expulsan gases frescos (primera porción) y gases
espirados y el EMA queda ocupado por gas espirado (A’) desde donde el fenómeno se repite (modificado de
Comroe J. H. The lung, Year Book Medical Publishers Inc., Chicago, 1962)(3)
La definición de espacio muerto aplica también para todas las zonas del pulmón –
no de la vía aérea– en las que no se produce efectivamente el intercambio gaseoso.
Esta situación ocurre en unidades subperfundidas, las cuales determinan la aparición
de una zona de Espacio Muerto Pulmonar o alveolar (EMP), que junto al EMA
conforman el Espacio Muerto Fisiológico (EMF), de donde se deduce que:
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fisiológico(5) demostrado además con capnografía volumétrica, en la que, si bien no
se mide el comportamiento del O2, si permite graficar la magnitud del espacio muerto
(Figura 2.3).(6)
Figura 2.3. Modelo que representa el pulmón según el diámetro de sus componentes. El volumen de aire, es
menor en el espacio muerto y mayor a nivel de la zona respiratoria. El cálculo del espacio muerto deriva de
esta gráfica que se registra durante la espiración, con sensores de CO2 y flujo apropiados
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20 17.5
22 19.8
24 22.4
26 25.2
28 28.3
30 31.8
32 35.7
34 39.9
36 44.6
37 47.0
Figura 2.4. Representación esquemática de la primera caída en la presión parcial de O2. Esta es consecuencia
de la presencia de vapor de agua en la vía aérea superior (VAS)
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PIO2 = (Patm – PVH2O) X FiO2
Si se aplica este concepto para diferentes alturas, se advierte que en una fracción
muy corta de tiempo, la PO2 experimenta una disminución que si bien no es
significativa para alturas cercanas a nivel del mar, si lo es para medianas y grandes
alturas (entre 2.000 y 3000 metros y el descenso es drástico por encima de 3.000
metros (Tabla 2.2).
Tabla 2.2. Modificación de la PO2 como consecuencia de la presencia de vapor de agua en la vía aérea
superior (VAS). A este nivel la fórmula aplicada es: PO2 (VAS) = (Patm- PVH2O) X FiO2. Entonces para el
nivel del mar será: PO2 = (760 – 47) X 0.21 = 150 mmHg aproximadamente
REFERENCIAS
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5. West, J. (2016). Fisiología Respiratoria. Ed. Médica Panamericana, Lippincott Williams & Wilkins, 10ª
ed.
6. Tusman, G., Böhm, S. H. y Suárez Sipmann, F. (2011). Volumetric capnography for monitoring lung
recruitment and PEEP titration. In: Gravenstein JS, Jaffe MB, Gravenstein N, Paulus DA (edit). 2º
Edition. Cambridge University Press, pp. 160-168.
7. Cristancho, W. (2012). Fisiología Respiratoria. Lo esencial en la práctica clínica. Bogotá: Manual
Moderno, 3ª ed.
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Capítulo 3
El oxígeno en los alvéolos
Figura 3.1. Representación esquemática del mantenimiento de presión de una mezcla de gases circulando en
un recipiente. En A no se adiciona ningún otro gas a la mezcla circulante y no se producen fenómenos de
intercambio gaseoso puesto que las paredes del ducto son impermeables a la difusión. En B ocurre lo
contrario, ingresan gases y salen gases de la mezcla, es decir, se produce intercambio gaseoso
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Figura 3.2. Representación esquemática de la segunda caída en la presión parcial de oxígeno. Esta es
consecuencia de la presión de CO2 “de salida” que se encuentra presente en el alvéolo
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Para realizar los cálculos de la PAO2 utilizando esta expresión se calcula la PIO2
de manera sencilla [PIO2 = (Patm – 47) x 0.21] pero se desconoce el valor de la
PACO2, problema que suele obviarse mediante el análisis de los gases arteriales. No
obstante, en la práctica, es importante el conocimiento de que la circulación pulmonar
“agrega” aproximadamente 5.8 volúmenes por ciento de CO2 al volumen de gases
atmosféricos que llegan al alvéolo, gas que ejerce presión parcial, desplazando O2 de
la mezcla –estrictamente intercambiándose con este– sin afectar la presión de vapor
de agua puesto que su valor es constante de 47 mmHg. Este concepto permite una
aproximación al establecimiento del valor de la PACO2, lo cual admite elaborar
cálculos comparativos tanto de la modificación de su valor a diferente altura sobre el
nivel del mar, como de su impacto sobre la PAO2 (Tabla 3.1).
Tabla 3.1. Presión Alveolar de CO2 (PACO2) a diferentes alturas sobre el nivel del mar
Del análisis de la Tabla 3.1, se deduce que la PACO2 disminuye a medida que se
asciende sobre el nivel del mar, lo que equivale a decir que a mayor altura se
presentará una discreta hiperventilación, probablemente como mecanismo de
compensación en situaciones en las que esta –la altura– genera condiciones de
hipoxemia en el organismo. Este concepto se explica mediante la ecuación de gas
alveolar, puesto que si la PAO2 es igual a PIO2 – PACO2, entonces matemáticamente
puede establecerse que: X = a – b, En donde X es la PAO2, a es la PIO2 y b es la
PACO,, expresión en la que manteniendo constante el valor de a [(Patm - PVH2O) X
FiO2], cualquier descenso en b (PACO2), significará un aumento en X (PAO2). Al
aplicar este razonamiento a condiciones reales, se tendrán resultados que demuestran
como obra el mecanismo (Tabla 3.2). Sin embargo, a grandes alturas (por encima de
3.000 metros), este tiende a tornarse ineficaz e incluso nulo.
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PIO2 PACO2 PAO2
Ubicación (Patm –PVH2O) × FiO2 (mmHg) (mmHg) (PIO2 – PACO2)(mmHg)
Bogotá 107 30 77
La Paz 99 27 72
Everest 43 12 31
Figura 3.3. Representación simplificada de la adición de presiones debida a la ley de Dalton. Obsérvese que
en cualquier compartimiento (aire ambiental, aire traqueal húmedo o gas alveolar) existen diferentes gases
pero la suma de sus presiones es siempre igual a la presión atmosférica
Hasta este punto queda claro que el O2 ejerce presión a nivel alveolar (PAO2) la cual
es dependiente de la presión atmosférica, la presión de vapor de agua, la PACO2 y la
FiO2. Esta PAO2 es de importancia capital porque determina el valor de la presión
arterial de oxígeno (PaO2) en una relación directa. Quiere decir entonces que si
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aumenta la PAO2 aumenta también la PaO2 y viceversa. Pero, ¿cómo se puede
aumentar la PAO2? La respuesta es sencilla: 1) Aumentando la presión atmosférica, 2)
aumentando la FiO2, y 3) disminuyendo la PACO2.
Si un sujeto requiere aumento de la PAO2 mediante la primera alternativa –
aumento de la presión atmosférica–, tiene dos opciones: descender hacia el nivel del
mar o ingresar a una cámara hiperbárica; si opta por la segunda alternativa –aumento
de la FiO2– debe recibir oxigenoterapia y, si opta por la tercera alternativa –
disminución de la PACO2–, debe hiperventilar (Figura 3.4). Aunque esta deducción
parezca de una sencillez extrema, está provista de cierta dificultad. Por razones de
contexto, se revisará la relación entre hiperventilación y oxigenación como
determinante de la modificación de la PAO2.
35
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central, entre otros. En el caso específico del O2 es nociva la hipoxemia pero también
lo es la hiperoxemia, por lo que debe buscarse un valor dentro de rangos seguros;
estos se definirán en capítulos posteriores.
LECTURAS RECOMENDADAS
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Capítulo 4
El oxígeno en la sangre arterial
Difusión alvéolocapilar
Figura 4.1. Ilustración simplificada de la ley de Fick. En A, condiciones ideales de difusión; el gas difunde por
gradiente de presión (P1 > P2), a través de una membrana de espesor mínimo y una adecuada superficie de
difusión. En B no existe gradiente de presión (P1 = P2), el espesor aumentó y la superficie de difusión se
redujo, por lo que la difusión se interrumpe. Estas condiciones (situación B) pueden presentar múltiples
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combinaciones
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Figura 4.3. Representación de la difusión según la ley de Fick en una unidad ideal
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Figura 4.4. Efecto del corto circuito sobre la presión de oxígeno. Ver descripción en el texto
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Figura 4.5. Representación esquemática de la tercera caída en la presión parcial de oxígeno. Esta es
consecuencia del corto circuito (shunt)
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Los acontecimientos descritos son frecuentes en los pacientes críticos. Por tal
razón, una medición de la DAaO2 será confiable con fracciones inspiradas de oxígeno
de 0.21 y 1. Con oxígeno al 100% se considera normal un valor de DAaO2 inferior a
300 mmHg.
Las otras leyes involucradas en la difusión son la ley de Henry y la ley de
Graham. La ley de Henry establece que la difusión entre dos medios diferentes
(líquido y gaseoso) es directamente proporcional a la presión parcial del gas en cada
uno de los medios. En el ámbito de la membrana alvéolocapilar se cumple
perfectamente esta condición, lo cual produce el paso de O2 en sentido alvéolocapilar
y de CO2 en sentido inverso.
La ley de Graham se refiere a la velocidad de difusión. Como ya se mencionó,
ella establece que la velocidad (v) de difusión de un gas a través de una membrana es
directamente proporcional al coeficiente de solubilidad del gas (δ), e inversamente
proporcional a la raíz cuadrada de su peso molecular (PM). A partir de esta
afirmación, pueden definirse diferentes velocidades de transferencia para el O2 y el
CO2, puesto que el peso molecular de ellos difiere (O2 = 32 y CO2 = 44) lo mismo
que el coeficiente de solubilidad (O2 = 0.0244 y CO2 = 0.592). Entonces, la
aplicación de la ley expresada de una manera simplificada quedaría como:
De lo anterior se deduce que el CO2 difunde más rápido que el O2, en una
proporción de:
Es decir, el CO2 difunde aproximadamente unas 20 veces más rápido que el O2,
fenómeno que compensa el estrecho gradiente de presión capilar-alveolar que existe
para el CO2, a diferencia del gradiente alvéolocapilar de O2, mucho más amplio.
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Oxígeno disuelto en el plasma
La hemoglobina (Hb) está conformada por cuatro grupos hem incluidos en cada una
de las cadenas de cuatro grupos de aminoácidos que conforman la globina. En el
centro de cada grupo hem se encuentra una molécula de hierro capaz de captar el
oxígeno en una reacción química caracterizada por la rapidez y la reversibilidad,
mediante la cual se forma la oxihemoglobina. La Hb no oxigenada se llama
desoxihemoglobina (denominada común y erróneamente hemoglobina reducida).
Cada gramo de hemoglobina transporta 1.34 ml de O2 por mmHg de presión1
lo cual le confiere a esta forma de transporte la característica de ser la más
importante desde el punto de vista cuantitativo. Su relación con la primera forma
de transporte es crítica puesto que la saturación de hemoglobina depende de la
43
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presión parcial de oxígeno, es decir, de la fracción disuelta. En condiciones
normales (contenido de hemoglobina y funcionalidad de ella), se requiere que por
lo menos el 90% de la hemoglobina esté saturada para asegurar una adecuada
oxigenación. Aunque la relación entre la PaO2 y el porcentaje de saturación de la
hemoglobina es directamente proporcional, no es lineal. Este concepto se entiende
claramente al analizar la curva de disociación de la oxihemoglobina, gráfica en la
que se representa la PaO2 en la abscisa y el porcentaje de saturación de
hemoglobina en la ordenada (Figura 4.6).
44
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aproximadamente.
5. En la porción pendiente de la curva los cambios en la PaO2 generan cambios
significativos en el porcentaje de saturación mientras que en la porción plana
los cambios en la PaO2 no producen cambios significativos en el porcentaje de
saturación.
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Figura 4.7. “Área segura” de la curva de disociación de la Hb (zona sombreada)
en condiciones normales
Tabla 4.1. Comparación de los efectos del valor de Hb sobre la oxigenación a la altura de Bogotá.
Obsérvese que el sujeto normal transporta 18.09 vol% de O2 como HbO2, mientras que el poliglobúlico
(número 2) transporta mayor cantidad (20.10) a pesar de la hipoxemia. El anémico (número 3) transporta
una cantidad mínima (12.06) a pesar de la oxemia normal
Condición del sujeto PaO2 Hb Capacidad de transporte de Hb SaO2 DO2 como HbO2
PaO2: (mm Hg); Hb: (gr/100ml); capacidad de transporte de Hb: (ml/mmHg); SaO2 (para la PaO2 dada): %; DO2 como HbO: (Hb x 1.34 x SaO2) (vol
%).
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Figura 4.8. Representación esquemática del efecto de la hiperoxemia sobre el porcentaje de saturación de Hb.
La gráfica ilustra la posición de tres diferentes individuos a idéntica altura sobre el nivel del mar (en este caso
Bogotá). Obsérvese que el sujeto número 1 tiene una PaO2 normal para esta altura y su porcentaje de
saturación es 90%. El sujeto número 2 tiene una PaO2 de 110 mmHg y su porcentaje de saturación es
97%. Aunque este porcentaje es mayor, su trascendencia en la oxigenación tisular no será significativa
debido a que con cifras de 90% es adecuada. El sujeto número 3 tiene una PaO2 de 500 mmHg por exposición
a oxígeno puro pero su porcentaje de saturación se eleva apenas a 99%, cambio intrascendente con respecto
al sujeto número 2 e incluso al número 1. Esto no quiere decir que eventualmente no sea necesario
alcanzar tan altas presiones (intoxicación por CO, circulación extracorpórea, por citar dos ejemplos)
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Figura 4.9. Representación esquemática del impacto de un evento no fisiológico sobre la PaO2 y la SaO2 a
diferente altura sobre el nivel del mar. El sujeto número 1 (sombreado) vive al nivel del mar y posee una PaO2
de 95 mmHg; un evento patológico lo desplaza 30 mmHg hacia la izquierda pero su saturación disminuye
apenas a 90% por lo cual su oxigenación tisular no se compromete. El sujeto número 2 vive a la altura de
Bogotá donde su PaO2 es de 62 mmHg. Un evento patológico de idénticas características al
experimentado por el sujeto número 1, lo desplaza los mismos 30 mmHg hacia la izquierda ubicándolo en la
porción pendiente de la curva, donde experimenta grave hipoxemia y grave disminución en el porcentaje de
saturación de Hb y por tanto una hipoxia severa
48
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vascular).
Las afirmaciones hasta aquí expresadas, aplican para una curva “normalmente”
ubicada en el sistema de coordenadas. Sin embargo, cuando se presentan variaciones
en el pH, la PaCO2, la temperatura y el 2,3 DPG (difósforo glicerato, que se forma
durante la glucólisis anaerobia de los eritrocitos), la curva se desviará hacia la derecha
o hacia la izquierda. El valor de P50 es útil para determinar hacia qué lado se desplaza
esta; si es mayor que 27 mmHg, la curva se encuentra desplazada a la derecha, y si es
menor que este valor, se encuentra desplazada a la izquierda (Figura 4.11).
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Figura 4.11. Desviación de la curva de disociación de la oxihemoglobina. La curva A representa la
posición normal con P50 igual a 27 mmHg. La curva B representa la desviación a la izquierda (el P50
es menor de 27 mmHg). La curva C representa la desviación a la derecha (P50 mayor de 27 mmHg)
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Contenido arterial de oxígeno
DO2 = CaO2 x Q
Una vez ocurrido el DO2 a través del torrente sanguíneo arterial, hacia los tejidos
se produce la difusión sangre-célula para iniciar los procesos oxidativos que permiten
la generación de energía.
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LECTURAS RECOMENDADAS
Notas
1 El valor descrito difiere entre diversos autores. Es así como suelen asignarse cifras de 1.34, 1.36 y 1.39
ml de O2 transportados por cada gramo de hemoglobina por mm de Hg de presión. En este texto se
utilizará 1.34.
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Capítulo 5
El oxígeno en la célula
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Figura 5.1. Representación esquemática y simplificada del intercambio tisular de oxígeno. El círculo gris
representa un tejido cualquiera perfundido por varios capilares. Los pequeños círculos blancos
representan células. Si se toma como referente la célula 1, puede observarse que se encuentra más próxima al
capilar perfundido que la célula 2 por lo que el intercambio gaseoso es mejor en la primera. Sin embargo, en
la célula 4 y en la 5, es mejor, por estar la 4 expuesta a perfusión por dos lados, es decir la distancia
intercapilar es menor; y por estar la número 5 próxima a una capilar con mayor radio. La célula 3 a pesar de
estar en contacto con el capilar, no tiene intercambio gaseoso adecuado porque el capilar está constreñido y
su oxigenación depende de otros capilares (mayor distancia)
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correlaciona perfectamente con la ecuación del DO2 (DO2 = CaO2 x Q).(3)
Esta importancia notable de la perfusión en la respiración se entiende si se tiene
en cuenta que la tasa metabólica varía sustancialmente entre diversos sistemas
orgánicos, estas tasas varían en presencia de enfermedad y estrés, los cambios de
perfusión en diferentes sistemas varían también en enfermedad y estrés.
Respiración tisular
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Figura 5.2. Representación simplificada de las vías de producción de ATP
La sangre oxigenada que circula a través de los capilares tisulares aporta oxígeno a los tejidos
en razón de sus necesidades metabólicas. Es lógico suponer que en condiciones normales, la
sangre que abandona el tejido ha descargado el O2 y por lo tanto su presión venosa (PvO2) se
encuentra disminuida con respecto a la PaO2. Consecuentemente con esta disminución, el
contenido venoso de oxígeno (CvO2) expresado como CvO2 = (Hb x 1.34 x SvO2) +
(0.003 x PvO2), también disminuye, por lo que se establece una diferencia entre los
contenidos arterial y venoso de oxígeno:
Su valor normal se sitúa entre 3 y 5 volúmenes por ciento cuando se efectúan los
cálculos utilizando sangre venosa mezclada (de la arteria pulmonar), puesto que si se
realizan los cálculos para tejidos aislados, este valor puede diferir notablemente entre
distintos tejidos e incluso en el mismo tejido el valor variará en razón de la actividad
del mismo.
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Igualmente varía el valor de la PvO2. Sin embargo, si se realizan mediciones en la
arteria pulmonar su magnitud oscilará entre 40 y 45 mmHg. Estos parámetros
medibles (DavO2 y PvO2), permiten una aproximación al conocimiento del consumo
de oxígeno.
¿Qué ocurre con el O2 que difunde del capilar tisular a la célula? Este es consumido
por ella para la generación de energía (ATP) en función de sus necesidades
metabólicas, lo que quiere decir que existe un consumo de oxígeno (VO2) que se
expresa a través del producto del gasto cardiaco por la DavO2; de donde:
VO2 = Q X DavO2
Figura 5.3. Relación entre VO2 y DO2. Obsérvese que en condiciones de adecuado DO2, el metabolismo es
aeróbico y no hay dependencia entre los dos parámetros. Si el DO2 desciende hasta un punto crítico,
el metabolismo se torna anaeróbico y el VO2 es dependiente por completo del DO2
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El VO2 se compromete entonces como consecuencia directa de la disminución
del DO2 puesto que a medida que se presenta disminución de la disponibilidad tisular
de O2, el organismo reaccionará incrementando la rata de extracción de oxígeno
(REO2) para mantener constante el VO2, pero si el DO2 disminuye a cifras críticas (<
300 ml/min/m2) la REO2 será la máxima posible y el consumo disminuirá en
proporción directa a la falta de compensación derivada del aumento limitado de la
REO2 (Figura 5.4).
Figura 5.4. Consecuencias de la disminución del DO2 sobre la REO2 y el VO2 . En condiciones de DO2
crítico (< 300 ml/min/m2) la REO2 es máxima y se torna limitada para mantener el VO2, por lo que, este cae
Su valor normal oscila entre 0.21 y 0.32, lo que indica que entre el 21 y el 32%
del O2 aportado por los capilares es “tomado” por los tejidos, de tal forma que solo
una pequeña fracción del O2 disponible en la sangre capilar es usada para sostener el
metabolismo aerobio.(2)
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Demanda de oxígeno
REFERENCIAS
1. Conkin, J. (2016). Equivalent Air Altitude and the Alveolar Gas Equation. Aerospace medicine and
human performance. 87(1), 61-64.
2. Cristancho, W. (2012). Fisiología Respiratoria. Lo esencial en la práctica clínica. Bogotá: Manual
Moderno, 3ª ed..
3. Castro, R., Hernández, G. y Bakker, J. (2018). (Xygen Transport and Tissue Utilization. In: Pinto
Lima A., Silva E. (eds) Monitoring Tissue Perfusion in Shock. Springer, Cham.
4. Alia, I., Esteban, A., Gordo, F., et al. (1999). A randomized and controlled trial of the effect of treatment
aimed at maximizing oxygen delivery in patients with severe sepsis or septic shock. Chest. 115, 453-
461.
5. Pittman, R. N. (2011). Regulation of tissue oxygenation. In: Neil, G. D. and Granger, J. P. (eds).
Colloquium series on integrated systems physiology: from molecule to function to disease. Morgan y
Claypool Life Sciences, San Rafael (CA), pp. 2009-2011.
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mitochondrial oxidative phosphorylation measured by a new optical method for measuring oxygen
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7. Posada, J. G., Ugarte, A. y Domínguez, G. (2006). El transporte y la utilización tisular de oxígeno de la
atmósfera a la mitocondria. Neumología y Cirugía de Tórax. 65(2), 60-67.
8. Wilson, D. F., Owen, C. S. y Erecinska, M. (1979). Quantitative dependence of mitochondrial oxidative
phosphorylation on oxygen concentration: a mathematical model. Arch Biochem Biophys. 195, 494-
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9. Danek, S. J., Lynch, J. P., Weg, J. G., et al. (1980). The dependence of oxygen uptake on oxygen
delivery in the adult respiratory distress syndrome. Am Rev Respir Dis. 122, 387-395.
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Capítulo 6
El oxígeno en la sangre venosa
Figura 6.1. Catéter de flotación en la arteria pulmonar (Swan Ganz) para medición de gases venosos. Se
observa su adecuado posicionamiento en la radiografía de tórax
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En general, se acepta el hecho de que la PvO2 refleja de forma rápida la magnitud
de la oxigenación tisular. Valores de PvO2 de 40 mmHg o más, correspondientes a
una SvO2 de 75% o más, representan adecuados niveles de oxigenación tisular.(3)
Valores inferiores a los descritos están relacionados con hipoxia tisular. La
explicación fisiológica es relativamente sencilla. Al llegar la sangre arterializada a los
tejidos se produce difusión en sentido sangre-célula en razón del gradiente de presión
generado por la baja presión hística de oxígeno con respecto a la PaO2. No todo el
oxígeno difunde hacia la célula por lo cual cuando la sangre abandona el tejido posee
una “presión venosa de oxígeno” dependiente de la actividad metabólica de cada
órgano en particular. Si la demanda tisular de oxígeno esta aumentada y el CaO2 y el
Q permanecen constantes (normales), los tejidos extraen más oxígeno y la PvO2 y la
SvO2 disminuyen. Valores inferiores a 75% de SvO2 tienen diferente significado(4)
(Tabla 6.1).
Tabla 6.1. Límites de saturación venosa (adaptada de Bloos F, Reinhart H. Oximetría venosa. En Pinsky, M.
R., Brochard, L. y Mancebo J. Fisiología aplicada en medicina de cuidado intensivo. Editorial Distribuna,
Bogotá, 2007).
SvO2 Interpretación
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Figura 6.2. Causas de disminución de la SvO2 asociadas al DO2
Tabla 6.2. Condiciones clínicas asociadas con disminución o aumento de la SvO2. (Adaptada de Bloos, F. y
Reinhart, H. Oximetría venosa. En Pinsky, M. R., Brochard, L. y Mancebo, J. Fisiología aplicada en
medicina de cuidado intensivo. Editorial Distribuna, Bogotá, 2007)
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Disminución SvO2
Estrés
Dolor
Hipertermia
Escalofrío
Disminución del Q
Aumento SvO2
Analgesia
Sedación
Ventilación mecánica
Hipotermia
Aumento del Q
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Figura 6.3. Representación de la secuencia de eventos deletéreos originados por el desbalance
aporte/demanda de O2
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Figura 6.4. Factores relacionados con el DO2 y el VO2 que impactan sobre el valor de la SvcO2
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90-100% Baja actividad metabólica (muerte cerebral)
Hipotermia profunda
Malformación arterio venosa (MAV)
75-89% Hiperemia absoluta o relativa (trauma cráneo-encefálico - TCE, tardío)
Hipercapnia
MAV
Figura 6.6. Valores e interpretación de la DayO2. Rango normal 4-8 ml O2/100ml; > 8 significa VO2 > aporte
(isquemia) y < 4 significa aporte > VO2
REFERENCIAS
1. Reinhart, K. y Bloos, F. (2005). The value of venous oximetry. Curr Opin Crit Care. 11, 259-263.
2. Reinhart, K., Kuhn, H. J. y Hartog, C., et al. (2004). Continuous central venous and pulmonary artery
oxygen saturation monitoring in the critically ill. Intensive Care Med. 30, 1572-1578.
3. Cristancho, W. (2012). Fisioterapia en la UCI. Teoría, experiencia y evidencia. Bogotá: Manual
Moderno.
4. Bloos, F. y Reinhart, H. (2007). Oximetría venosa. En Pinsky, M. R., Brochard, L. y Mancebo, J.
Fisiología aplicada en medicina de cuidado intensivo. Bogotá: Editorial Distribuna.
5. Goyal, N., Taylor, A. R. y Rivers, E. P. (2016). Relationship between central and peripheral venous
oxygen saturation and lactate nivels. A prospective study. The J of Emerg Med. 50(6), 809-817.
6. Vincent, J. L. (2006). A reappraisal for the use of pulmonary artery catheters. Critical Care. 10(Suppl 3),
S1.
7. Zaja, J. (2007). Venous oximetry. Signa Vitae. 2(1), 6-10.
66
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8. Bhardwaj, A., Bhagat, H. y Grover, V. K. (2015). Jugular venous oximetry. J Neuroanaesthesiol
Crit Care. 2, 225-231.
9. Senapathi, T., Wiryana, M. y Sinardja, K., et al. (2017). Jugular bulb venous oxygen saturation in
the management of severe head injury. Open Access Emerg Med. 9, 69-72.
10. Carrillo-Esper, R. y Carrillo-Córdova, L. D. (2007). Saturación de oxígeno del bulbo de la yugular. Rev
Mex Anest. 30(4), 225-232.
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Segunda parte
Déficit del oxígeno
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Capítulo 7
Hipoxemia
Definición
1. Un sujeto cuyos pulmones funcionan óptimamente vive a nivel del mar. ¿Cuál será
su PAO2 asumiendo que su ventilación es ideal (PACO2 = 40 mmHg)?
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PAO2 = 109 mmHg aproximadamente
Si el sujeto es transportado en una nave desde el nivel del mar a la altura del
Everest (presión atmosférica = 252 mmHg) y su ventilación se adecúa a la altura
(PACO2 = 12 mmHg), su oxemia se modificará de la siguiente manera (tomando
como cociente respiratorio 1, para efectos de ilustración del ejemplo):
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serán:
71
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Si se extrapola el ejemplo a la altura de Bogotá (Patm = 560 mmHg) la variación
sería:
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Figura 7.1. Representación esquemática y simplificada de los trastornos del intercambio gaseoso debido a
alteraciones en la superficie de difusión. A. Representa la superficie normal; B. Una situación de ocupación
localizada por focos de neumonía; C. Ocupación por un proceso generalizado; D. Ocupación por trasudado
o exudado (edema pulmonar, SDRA); E. Pérdida de superficie por una gran atelectasia; F. Pérdida de
superficie por atelectasias de pequeño tamaño; y G. Destrucción de los tabiques alveolares por enfisema
pulmonar
Figura 7.1. Representación esquemática y simplificada de los trastornos del intercambio gaseoso debido a
alteraciones en la superficie de difusión. A. Representa la superficie normal; B. Una situación de ocupación
localizada por focos de neumonía; C. Ocupación por un proceso generalizado; D. Ocupación por trasudado
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o exudado (edema pulmonar, SDRA); E. Pérdida de superficie por una gran atelectasia; F. Pérdida de
superficie por atelectasias de pequeño tamaño; y G. Destrucción de los tabiques alveolares por enfisema
pulmonar
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El desequilibrio en la relación V/Q está prácticamente presente en todas las
alteraciones de la función respiratoria. Así por ejemplo, un edema pulmonar que se
comporta como un trastorno de difusión (debido a que el oxígeno debe “atravesar” el
líquido anormalmente presente en el alvéolo, el cual produce un efecto de
engrosamiento de la membrana alvéolocapilar) y como una enfermedad de shunt
(unidad mal ventilada y bien perfundida), es también fisiopatológicamente una
alteración de la relación V/Q, puesto que la V se encuentra disminuida con
respecto a la Q (Figura 7.4).
Figura 7.4. Representación de las alteraciones de la relación V/Q en entidades que caracterizan
diferentes causas de hipoxemia. A. Unidad normal con relación V/Q = 1; B y C. Unidades ocupadas con pus y
agua respectivamente en la que la relación V/Q es menor que 1 pero que se comporta como un trastorno de
difusión; además el edema pulmonar caracteriza también una enfermedad de shunt. D. Unidad atelectásica
en la que la relación V/Q es igual a cero, pero que se comporta además como una enfermedad de
cortocircuito verdadero
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en la relación V/Q es el tromboembolismo pulmonar). No obstante, este
mecanismo puede ser ineficaz si la fracción del gasto derivada hacia alvéolos
funcionales excede ampliamente la ventilación, provocando disminución de la
V/Q (Figura 7.5).
Figura 7.5. Representación de la ineficacia de la derivación de una fracción del Q hacia zonas funcionales en
casos de elevación primaria de la relación V/Q. En A se representa la situación normal. En B se anula la
perfusión hacia la unidad 2 por una enfermedad que cursa con incremento del espacio muerto
(tromboembolismo pulmonar por ejemplo) lo cual genera aumento en la relación V/Q. El flujo sanguíneo (Q)
se deriva hacia la unidad 3, en donde la perfusión excede a la ventilación produciendo disminución local de la
V/Q con sus consecuencias (hipoxemia principalmente)
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Figura 7.6. Representación de las causas de desequilibrio en la relación V/Q, con respecto a las unidades
pulmonares presentes en una situación no fisiológica
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A pesar de que las alteraciones en la relación V/Q están rodeadas de un manto de
complejidad a veces extremo, puede afirmarse que estas son invariablemente causa
de hipoxemia. La respuesta de la oxemia a la oxigenoterapia aunque no es dramática,
es adecuada.
La hipoxemia resultante del shunt elevado o del shunt grave, es una situación de
manejo difícil puesto que –como ya se mencionó– no responde a la administración de
oxígeno suplementario, ni siquiera al 100%. Si esta situación se presenta, el paciente
será portador de una hipoxemia refractaria, en la que el manejo debe incluir la
combinación de presión positiva inspiratoria y presión positiva al final de la
espiración (PEEP). A medida que aumenta el corto circuito del 10 al 50%, el
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ERRNVPHGLFRVRUJ
aumento de la FiO2 produce incrementos casi nulos en la PaO2. Cuando el
cortocircuito supera el 50% la PaO2 es independiente de la FiO2 y el fenómeno se
comporta como un shunt verdadero. Esto quiere decir que en situaciones asociadas
con una elevada fracción de shunt (SDRA), se puede disminuir la FiO2 a niveles no
tóxicos sin compromiso de la oxigenación arterial.(4) Se reitera que esto aplica solo
en enfermedades de cortocircuito verdadero.
La consecuencia más grave de la hipoxemia –cualquiera que sea su causa– es la
hipoxia, la que se define como el déficit de oxígeno tisular, problema implicado en la
disminución de uno de los componentes indispensables en los procesos de generación
de energía. En esta circunstancia, el organismo recurre a procesos alternos de
producción de ATP (anaeróbicos), los que invariablemente generan acidosis
metabólica (láctica).
Al margen de los problemas locales de la oxigenación deficiente
(vasoconstricción pulmonar, aumento de la resistencia vascular pulmonar, incremento
en la postcarga del ventrículo derecho), se producen efectos sistémicos, entre los que
se destacan las alteraciones del Sistema Nervioso Central (alteración de funciones
superiores de integración cortical) y alteraciones cardiovasculares de gravedad
variable (arritmias).
Diagnóstico
Hipoxemia refractaria
79
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Hasta la fecha no hay suficiente evidencia, a partir de ensayos clínicos
aleatorizados, para recomendar el uso rutinario de terapias de rescate de la hipoxemia
refractaria como la oxigenación con membrana extracorpórea (ECMO) en adultos, ni
del uso de modos no convencionales de VM (incluyendo oscilación de alta frecuencia
- VAFO) que hayan demostrado ser superiores en resultados referidos a morbi-
mortalidad frente a la limitación de presiones de final de inspiración (presión plateau)
combinada con bajos volúmenes corrientes y adecuada configuración de PEEP.(9) En
la actualidad existen pruebas que apoyan el uso de la posición en decúbito prono para
el tratamiento de la hipoxemia refractaria; no existe evidencia que apoye ninguno de
los tratamientos farmacológicos evaluados en SDRA/LPA, incluyendo
vasodilatadores inhalados; estas terapias mejoran la oxigenación y no aumentan ni
disminuyen significativamente la morbilidad o la mortalidad. Como resultado, cuando
la terapia convencional contra la hipoxemia refractaria fracasa, estas estrategias
pueden ser consideradas.
REFERENCIAS
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Capítulo 8
Hipoxia
Definición
81
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En la hipoxia los procesos fisiológicos de producción de energía se comprometen
por la carencia de O2. La característica principal es la disminución del consumo de
oxígeno tisular (VO2), con disminución marcada del metabolismo energético oxidativo
a nivel mitocondrial y producción de ácido láctico por metabolismo anaeróbico, lo que
resulta de la inadecuada entrega de O2 a los tejidos como consecuencia de una falla en
el contenido arterial de O2 (CaO2), de la perfusión o de una importante alteración en
la extracción tisular de O2.
De lo afirmado puede inferirse que en la hipoxia alguno de los elementos
asociados al transporte de O2 (DO2) se encuentra comprometido negativamente por
alguna circunstancia patológica. Si se recuerda, el DO2 correspone al producto del
contenido arterial de O2 (CaO2) por el gasto cardiaco (Q), de donde: DO2 = CaO2 x Q.
Ahora bien, el CaO2 expresa la sumatoria de las dos formas de transporte de O2 desde
los pulmones a la periferia: unido a la Hb como oxihemoglobina (HbO2) y disuelto en
el plasma (dO2) es decir, CaO2 = HbO2 + dO2. En esta ecuación se señalan dos
fenómenos diferentes, por lo cual la expresión correcta para los análisis fisiológicos
s e transforma en: CaO2 = (Hb x 1.34 x SaO2) + (0.003 x PaO2). A partir de las
ecuaciones descritas se puede afirmar que el DO2 puede verse afectado negativamente
si el CaO2 disminuye, lo que ocurre en situaciones de severa hipoxemia o de anemia
pues la Hb es el principal medio de transporte del O2.
La PvO2 y la SvO2 disminuyen en la hipoxia. Al llegar la sangre arterializada a
los tejidos se produce difusión en sentido sangre-célula en razón con el gradiente de
presión generado por la baja presión hística de O2 con respecto a la PaO2. No todo el
O2 difunde hacia la célula por lo cual cuando la sangre abandona el tejido posee una
PvO2 dependiente de la actividad metabólica de cada órgano en particular. Si la
demanda tisular de oxígeno esta aumentada y el CaO2 y el Q permanecen constantes,
los tejidos aumentan la rata de extracción de O2 (REO2) para conservar el VO2 por lo
cual la PvO2 y la SvO2 disminuyen. Si la demanda no está aumentada pero se
presentan disminuciones del CaO2 y el Q (es decir del DO2) se presentará también
disminución de la PvO2 y la SvO2 por aumento de la REO2. Como el CaO2 depende
principalmente de los niveles de hemoglobina y del porcentaje de saturación de esta,
que a su vez es dependiente de la PaO2 –es decir de la oxemia– su disminución
generará un impacto directo sobre la oxigenación hística que se traduce en
disminución de la PvO2 la que debe diferenciarse del shock, puesto que en este, el
factor determinante del bajo DO2 es la disminución del Q. En general, se acepta el
concepto de que la PvO2 refleja de forma rápida la magnitud de la oxigenación
tisular; valores de PvO2 de 40 mmHg o más, correspondientes a una SvO2 de 75% o
más, representan adecuados niveles de oxigenación tisular. Valores inferiores se
asocian con hipoxia.
La sangre oxigenada que circula a través de los capilares tisulares aporta O2 a
82
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los tejidos en razón de sus necesidades metabólicas. Es lógico suponer que, en
condiciones normales, la sangre que abandona el tejido ha descargado el O2 y
por lo tanto su presión venosa (PvO2) se encuentra disminuida con respecto a la
PaO2. Consecuentemente con esta disminución, el contenido venoso de oxígeno
(CvO2) expresado como CvO2 = (Hb x 1.34 x SvO2) + (0.003 x PvO2, valor
normal: 14-16 vol% disminuye con respecto al CaO2 (valor normal: 16-20
vol%), por lo que se establece una diferencia entre los contenidos arterial y
venoso de O2: DavO2 = CaO2 – CvO2. Su valor normal se sitúa entre 3 y 5
volúmenes por ciento. Si el tejido se encuentra hipóxico aumenta la REO2 y el
CvO2 disminuye por el descenso de la PvO2 y la SvO2 lo que incrementa la
DavO2 (5) (Figura 8.2).
83
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Figura 8.3. Interrelación entre DO2, REO2 y VO2. Obsérvese que frente a la disminución del DO2 se genera
como mecanismo de compensación un incremento de la REO2 para mantener constante el VO2. Sin embargo,
si el DO2 desciende a niveles críticos en los que la REO2 es máxima, el VO2 invariablemente disminuye
generando efectos deletéreos a nivel celular
El modelo de Krogh
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venoso y capilar final, dio lugar a la noción de SvO2 como un marcador de la
oxigenación tisular.(9) La extensión de la teoría de Krogh al cuerpo en general
proporciona la base para suponer que SvO2 refleja el estado de la oxigenación tisular
sistémica.(10) Este puede ser un supuesto precario, ya que no considera los ajustes
macro y microcirculatorios intrincados relacionados con la sepsis y la hipoxemia.
Tipos de hipoxia
85
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conduce a hipoxia por disminución del CaO2 y por tanto del transporte de oxígeno
(DO2). Los valores normales de PaO2 y de SaO2, no garantizan un adecuado DO2 si
coexiste anemia. En esta situación, la hipoxia puede pasar desapercibida generando
importantes anomalías tisulares (acidosis metabólica por ejemplo). La intoxicación
por monóxido de carbono (CO) se comporta como una hipoxia anémica, puesto que
la enorme afinidad del CO por la Hb (unas 240 veces más que el oxígeno) permite su
combinación con esta para formar carboxihemoglobina (COHb), lo cual impide que
la hemoglobina actúe como medio de transporte del oxígeno.
Se han descrito además, por lo menos, cinco tipos adicionales de hipoxia,(21) los
que en realidad por su mecanismo de producción podrían ser incluidos dentro de los
tipos clásicos mencionados atrás.
86
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(química) del oxígeno y la síntesis de ATP.
Hipoxia hipermetabólica. Causada por el incremento en la hidrólisis del ATP que no
es balanceado por un incremento equivalente en su síntesis. La causa del incremento
en la hidrólisis puede relacionarse con la actividad muscular (aumento en el tono
muscular, temblores); incremento en la temperatura corporal; y liberación de ciertas
hormonas (tiroxina, catecolaminas).
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88
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Capítulo 9
Índices de oxigenación
Oximetría de pulso
Con respecto a los gases arteriales presenta algunas ventajas tales como la
facilidad para su uso, la posibilidad de realizar monitoreo continuo y, tal vez la más
importante, la velocidad para detectar cambios en el porcentaje de saturación de la
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hemoglobina, hecho que puede estar relacionado con hipoxia tisular.
Técnicamente es relativamente fácil instalar el oxímetro de pulso. Existen
aparatos convencionales que cuentan con un módulo de medición digital, un
electro de conexión al paciente y un cable que une los dos elementos. También se
comercializan oxímetros que eliminan las conexiones mediante un dispositivo en
el que se integran el módulo de medición y el electrodo (Figura 9.1).
Figura 9.1. Ilustración de un modelo de pulso-oxímetro. Actualmente existen múltiples modelos de estos
dispositivos
90
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la membrana alvéolocapilar. Sin embargo, las dos presiones no son iguales debido a la
mezcla entre sangre arterializada y sangre no oxigenada proveniente del cortocircuito
anatómico (aproximadamente el 4% del gasto cardiaco no participa en el intercambio
gaseoso, sino que circula de derecha a izquierda sin ir a los alvéolos). La presencia
del shunt anatómico junto con la sangre proveniente de zonas con relación V/Q bajas,
determinan esta disminución fisiológica en la presión parcial de O2(4) (Figura 9.2).
Se establece entonces un gradiente o diferencia alvéoloarterial de oxígeno (DAaO2) el
cual tiene un valor entre 5 y 10 mmHg en un adulto joven y sano cuando respira un
gas con una Fi02 de 0.21: DAaO2 = PAO2 – PaO2 .
Figura 9.1. Ilustración de un modelo de pulso-oxímetro. Actualmente existen múltiples modelos de estos
dispositivos
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Las zonas de relación V/Q baja, generan mayor impacto sobre la oxigenación
3. debido a que están ubicadas en la porción pendiente de la curva de disociación de
la oxihemoglobina, al contrario de las zonas de V/Q alta que se ubican en la parte
plana de la curva. Es improbable que estas últimas compensen los efectos de la
V/Q baja.
Tabla 9.1. Modificaciones de la DAaO2 con la edad respirando aire ambiental a nivel del mar
20 4-17
30 7-21
40 10-24
50 14-27
60 17-31
70 21-34
80 25-38
Modificada de Intermountain Thoracic Manual of Uniform Laboratory Procedures. Salt Lake City, 1984: 44-45.(6)
A medida que aumenta la FiO2, aumenta también la DAaO2. Esta aumenta de 15-60
mmHg al aumentar la FiO2 de 21 a 100%.(7) Según esta relación de incremento, la
DAaO2 aumenta de 5 a 7 mmHg por cada 10% de aumento de la FiO2.(7) Esta
modificación es consecuencia de la eliminación de la vasoconstricción pulmonar
hipóxica por la exposición a fracciones crecientes de O2, lo que indica que la FiO2
aumentada favorece el flujo pulmonar hacia zonas que permanecen mal ventiladas,
disminuyendo la relación V/Q (la cual era normal como mecanismo de
compensación, es decir, inicialmente la hipoxia produce derivación hacia zonas bien
ventiladas para mantener la relación V/Q estable).
92
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Influencia de la ventilación mecánica en la DAaO2
Relación PAO2/FIO2
Puntuación PaO2/FiO2
0 > 300
1 225 - 299
2 175 - 224
3 100 - 174
4 < 100
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LPA SDRA
Tiempo Inicio dentro de una semana de conocida la injuria clínica o deterioro de los síntomas
de inicio respiratorios
Imágenes Opacidades bilaterales no explicables por derrames, atelectasia lobar o pulmonar o nódulos
por radiografía o TAC de tórax
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Existen datos contradictorios sobre la exactitud con que la PaO2/FiO2 refleja el
intercambio de oxígeno. Valores menores de 200 se correlacionan bien con un shunt >
20%.(11, 12) Se ha demostrado que la PaO2/FiO2 es una estimación útil del grado de
anomalía del intercambio de gases en condiciones clínicas habituales(13) y está
estrechamente relacionada con la medición de la mezcla venosa, sobre todo en
pacientes hemodinámicamente estables,(14, 15) y que esta proporción se correlaciona
mejor que cualquier otro índice de oxigenación. Sin embargo, la PaO2/FiO2 no es un
sustituto para la medición del shunt durante la VM, y puede dar lugar a errores de
clasificación en la escala de intercambio de gases propuesta por el Consenso de
SDRA.(10, 16)
95
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inspiratoria máxima (PIM) que se correlaciona directamente con el volumen
corriente.(20) Estas variables son importantes para determinar la ventilación y por lo
tanto la función pulmonar referida a oxigenación. Cambios en el estado funcional de
los pulmones que resultan de alteraciones en el PEEP, auto-PEEP u otras técnicas
para ajustar el volumen pulmonar, se reflejan mejor en el IOC por sus efectos sobre
la PMVA(21). Entonces, en la medida en que la PMVA requerida para ventilar un
paciente sea mayor, mayor será la alteración de la oxigenación y mayor será el IO.
(22) No se sabe con exactitud el valor del IOC. Es cero durante la ventilación
espontánea puesto que la PMVA es cero(22). Entonces, la medición de la tendencia
del IOC y la correlación con otros índices podría orientar la intervención terapéutica.
Se ha encontrado que el IOC es equivalente o mejor que otros sistemas de predicción
de mortalidad utilizados para el SDRA(22).
REFERENCIAS
96
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97
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Tercera parte
Equipos y sistemas de oxigenoterapia
98
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Capítulo 10
Sistemas de producción y provisión del
oxígeno
99
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El aprovechamiento de la luz solar es el primer evento en el proceso de
conversión de energía solar que realizan todos los organismos fotosintéticos,(2) y este
evento –la fotosíntesis– como proceso fisiológico central de la biosfera(3) puede
considerarse como una serie de subprocesos por pasos, que comienza con la
absorción de energía luminosa que conduce a la fijación de CO2, gas que difunde
desde la atmósfera hacia los espacios de aire internos de las hojas de las plantas. Los
subprocesos importantes incluyen: a) transporte difusivo; b) reacciones bioquímicas,
que ocurren en el estroma del cloroplasto; c) reacciones de transporte de electrones e
iones de las membranas de cloroplastos; y d) reacciones fotoquímicas de los
pigmentos de las hojas.(4)
La fotosíntesis mantiene relativamente estable la concentración de O2
atmosférico; las plantas y las algas fotosintéticas han desarrollado evolutivamente
estrategias para adaptarse a diferentes condiciones de luz durante las estaciones y
pueden ajustar rápidamente el tamaño de sus “antenas de captación” en caso de
exceso de luz, evitando la sobre-excitación y la formación de subproductos dañinos.
(5)
El O2 ambiental se produce a partir de la fotosíntesis. De todos los organismos
fotosintéticos la mayor contribución al O2 atmosférico corresponde a las
cianobacterias y algas del fitoplancton oceánico y a las plantas terrestres. Las algas
verdes y las cianobacterias de ambientes marinos proporcionan alrededor del 70%
del O2 producido en la tierra, las plantas terrestres producen el resto.(6) Sin embargo,
existe controversia al respecto puesto que se ha situado esta contribución alrededor
del 45% del O2 atmosférico total del planeta.(7)
100
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electrolítico es raramente usado en aplicaciones industriales ya que el H2 puede ser
producido más fácil, económica y eficientemente gracias a los combustibles fósiles y
el O2 a través de la destilación fraccionada. Sin embargo, la electrolisis tiene un
amplio uso para proveer O2 en submarinos y naves espaciales.
101
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concentrado se acumule en un depósito, desde el cual se puede usar un flujómetro
para la liberación dosificada y continua al paciente con un tasa de flujo
especificada(12) (Figura 10.3).
102
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exposición a temperaturas promedio de -200°C. Luego, el aire líquido se transfiere a
la columna de destilación donde es fraccionado en sus componentes gracias a sus
diferentes puntos de ebullición (N2: –195.8°C, O2: –183°C, Argón (Ar): –185.8°C),
dando como resultado la obtención de tres productos principales: O2 líquido, N2
gaseoso y Ar gaseoso. El O2 se mantiene en estado líquido debido a la baja
temperatura a que se expone (destilación criogénica)(13) y a que, durante el proceso,
se produce la separación al alcanzar los puntos de ebullición del N2 y el Ar sin llegar
al punto del O2. Finalmente, los productos obtenidos se conducen a los sitios de
almacenamiento; en caso de los gases (N2 y Ar) hacia cilindros y el O2 líquido se
envasa en tanques contenedores (termos), de los que se transfiere a tanques de
transporte y de estos a termos ubicados en los sitios en que va a utilizarse (Figura
10.5).
103
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Como se mencionó, el O2 se obtiene del aire atmosférico mediante un proceso de
destilación fraccionada, puede almacenarse en estado líquido que se distribuye en
carrotanques a tanques y termos de O2 líquido ubicados en las instituciones de salud
(Figura 10.5). Varias ventajas se derivan del uso de O2 líquido con respecto al
gaseoso: la capacidad de almacenamiento es mayor (1 litro de O2 líquido se expande a
860 litros de O2 gaseoso),(14) por lo que el O2 líquido proporciona mayor autonomía
y economía; es más seguro puesto que se elimina la manipulación intrahospitalaria de
cilindros. Además, las presiones de llenado son más bajas que las de un cilindro.
Cilindros de oxígeno
Propiedades físicas
Símbolo químico O2
104
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Peso molecular 31.988
105
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Existen diferentes tamaños de cilindros (Figura 10.6), los cuales se designan con
letras que identifican su altura y su diámetro, de la siguiente manera:
1. Cilindros E: 10.79 cms de diámetro x 76.2 cms de altura
2. Cilindros G: 21.59 cms de diámetro x 139.7 cms de altura
3. Cilindros H: 22.86 cms de diámetro x 139.7 cms de altura
Los cilindros más utilizados son los de tipo H. Los de menor tamaño (E) son
útiles en el trasporte de pacientes. Cualquiera que sea el cilindro, debe conectarse
a un manómetro de flujo directo o a un flujómetro. Los tipo E poseen un conector
de yugo y los tipo G y H un conector de rosca (tornillo) (Figura 10.7).
Pueden conectarse varios cilindros de gas en serie (manifold) para alimentar la red
de O2 hospitalario, (Figura 10.8) lo que suele ser eficaz cuando se presenten fallas de
funcionamiento o suministro del O2 líquido. Su funcionamiento debe ser automático
frente a la caída de la presión del gas.
106
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Figura 10.8. Manifold de oxígeno
Unidades de presión
Para determinar la presión que un gas ejerce, se utilizan diferentes unidades referidas
a la fuerza por unidad de área que el gas es capaz de proveer. Estas unidades
pertenecen a diversos sistemas de medición (inglés, métrico, unidades
internacionales), por lo que se hace necesario conocer las constantes de conversión
(Tabla 10.2).
107
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partir del mmHg actuando como puente de enlace entre aquella y las demás unidades,
a partir de las siguientes expresiones:
108
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mecánico capaz de reducir la presión; tal elemento es un regulador de presión y/o
flujo.
Todos los reguladores de presión usados en cuidado respiratorio, son reductores
de presión. Ellos disminuyen el valor de fuerza por unidad de área a 50 psi en
promedio. No obstante, pueden diferenciarse dos diferentes reguladores debido a la
posibilidad de manipular el caudal de flujo:
Figura 10.9. Regulador de alta presión y flujo constante (manómetro de flujo directo)
109
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5 lpm, sin embargo, existe otro tipo de calibraciones para proveer flujos más bajos
con mayor precisión, como los requeridos en la oxigenoterapia neonatal y pediátrica
convencional (Figura 10.13).
Figura 10.10. Regulador de alta presión y flujo variable. El manómetro a la derecha indica la presión de
llenado y el de la izquierda el flujo en litros por minuto
110
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Figura 10.12. Modelo de flujómetro para oxigenoterapia y checker para ventilación mecánica
Figura 10.13. Modelos de flujómetros con diferente calibración. Obsérvese que el situado a la derecha provee
flujos de 0.1 a 1, ideal para uso en recién nacidos o en pacientes en que se requiera un caudal muy bajo
111
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112
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Capítulo 11
Oxigenoterapia convencional
113
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2. Del tamaño del reservorio anatómico o mecánico. Cuando el paciente está
conectado a un sistema de bajo flujo, el depósito anatómico de O2, equivalente a
una tercera parte del espacio muerto anatómico, se encuentra permanentemente
ocupado por O2 al 100%, puesto que el suministro es continuo (incluso en fase
espiratoria). Entonces, durante la inspiración, el volumen de gas conducido hacia
los alvéolos es la suma del volumen contenido en el depósito anatómico más el
volumen inspirado del medio ambiente. Por esto, la FiO2 varía en razón directa al
volumen del reservorio de la siguiente manera: Si el depósito es grande la FiO2
aumenta, si el depósito es pequeño la FiO2 disminuye. Este depósito se llena con
flujos diferentes dependiendo de su tamaño y por supuesto de su capacidad de
contener volumen. Por esta razón, no deben suministrarse flujos superiores a 5
lpm en el adulto, a 3 lpm en el paciente pediátrico y a 1 lpm en el neonato, puesto
que con estos límites superiores se consigue llenar completamente el reservorio
anatómico. Flujos superiores significarán “desperdicio” de oxígeno. En la
práctica, se puede incrementar la FiO2 aumentando el tamaño del depósito, es
decir, adicionando reservorios mecánicos, tales como la máscara simple de
oxígeno o la máscara de no reinhalación con bolsa de reserva, en los que la FiO2
será el resultado de la mezcla de tres diferentes fracciones, la ocupada por el
depósito anatómico con FiO2 de 1, la ocupada por el reservorio mecánico con
FiO2 de 1 y la fracción ambiental con FiO2 de 0.21(1) (Figura 11.1).
Figura 11.1. Representación esquemática del reservorio anatómico y los reservorios mecánicos. El reservorio
anatómico corresponde a la vía aérea superior y los reservorios mecánicos a: 1. La máscara simple de O2 y, 2.
Bolsa de reserva. Las fotografías a la derecha ilustran los dos tipos de máscaras, que son estrictamente
reservorios mecánicos
114
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3. Del patrón respiratorio del paciente. De acuerdo con lo definido anteriormente,
estos sistemas proporcionan una parte de la atmósfera inspirada por el paciente.
Por tal razón, la FiO2 presentará múltiples variaciones dependientes de la mezcla
de dos volúmenes diferentes que poseen dos diferentes concentraciones de
oxígeno: Un volumen suministrado por el sistema con una FiO2 de 1, al que se
suma un volumen adicional (gas atmosférico con una FiO2 de 0.21) para
completar la totalidad del volumen corriente (VT) inspirado. Si el VT es alto, la
FiO2 disminuirá, puesto que la cantidad de gas del reservorio es fija y con ella se
mezclara un volumen mayor de gas atmosférico. Si la frecuencia respiratoria es
elevada, la FiO2 disminuye debido a que el volumen de gas atmosférico –que es
mayor que el volumen del depósito anatómico–, es conducido un mayor número
de veces hacia el alvéolo. Si el VT es bajo, la FiO2 aumenta debido a que se
incrementa el valor porcentual del depósito anatómico con respecto al volumen
atmosférico inspirado. Si la FR es baja, la FiO2 aumenta debido a que cada
inspiración se produce con el depósito anatómico completamente lleno. Como el
volumen minuto (V’) es el producto del VT por la FR, puede determinarse para
efectos prácticos que si el volumen minuto (V’) es alto la FiO2 disminuirá, y si el
V’ es bajo la FiO2 aumentará. Entonces, el V’ y la FiO2, son inversamente
proporcionales en los sistemas de bajo flujo.(1)
115
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Figura 11.2. Ilustración de los sistemas de oxigenoterapia de bajo flujo más comúnmente utilizados: catéter
nasofaríngeo, cánula nasal, máscara simple de oxígeno y máscara con bolsa de reserva
Tabla 11.1. Valores de FiO2 en los sistemas de bajo flujo aplicables para un pulmón ideal que movilice 500
ml de VT, con una FR de 20 X’ y con un depósito anatómico fijo de 50 ml
116
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1 0.24
2 0.28
3 0.32
4 0.36
5 0.40
5-6 0.40
6-7 0.50
7-8 0.60
6 0.60
7 0.70
8 0.80
9 > 0.80
10 > 0.80
117
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Figura 11.3. Administración de O2 por blow-by
118
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oxigenoterapia que suministra las más altas concentraciones es la máscara con
bolsa de reserva, un sistema de bajo flujo, en el que las velocidades de flujo
instauradas en el flujómetro son altas ¡sin que ello signifique que el sistema sea de
alto flujo!
7. Nunca utilice una misma fuente para suministrar O2 a dos diferentes pacientes.
Es decir, no deben emplearse sistemas de derivación en “Y”.
8. Los sistemas de bajo flujo son más económicos que los de alto flujo.
9. El catéter nasofaríngeo y la cánula nasal son los sistemas más cómodos para el
paciente, puesto que en ellos se minimiza la sensación de cuerpo extraño, se
posibilita la alimentación por vía oral y la comunicación.
10. Los sistemas de bajo flujo son comúnmente utilizados en la oxigenoterapia
domiciliaria y en el neumópata crónico.
11. Las complicaciones de estos sistemas son usualmente locales. Pueden variar
desde resecamiento e irritación de las fosas nasales hasta serias lesiones tisulares,
estas últimas por fortuna, infrecuentes.
12. Algunos sistemas de uso frecuente en pediatría, como el oxihood o campana
(Figura 11.4), se comportan como sistemas de bajo flujo. En estos la FiO2 es
completamente flujodependiente. Debe asegurarse un flujo que llene por
completo la cámara y no deben intentarse disminuciones de la FiO2 ampliando
el tamaño de las vías de exhalación, sino disminuyendo la velocidad de flujo.
Esto último puede inducir reinhalación de CO2. Las concentraciones fijas de
O2 del 22 al 80% se pueden mantener con un mínimo de 7-10 l/min de flujo de
O2. Este flujo mínimo de gas también garantiza que el CO2 exhalado se elimine
y no se vuelva a reinhalar. En casos de requerir FiO2 mayor a 0.5 el sistema
pierde eficacia por la gran abertura del cuello y un sellado inadecuado.(5-7) Si
se coloca un adaptador de Venturi en la línea de O2 del oxihood, se pueden
resolver los problemas ligados al desconocimiento y manipulación de la FiO2,
puesto que el sistema se convierte potencialmente en uno de alto flujo en el
que se garantiza además de una concentración constante y conocida, un flujo
adecuado para prevenir la reinhalación de gases espirados.
119
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Existen versiones pediátricas de mascarillas simples y de reservorio, que se han
utilizado de manera segura durante años. Estos sistemas de suministro de O2 a
menudo se seleccionan como soluciones a corto plazo para eventos hipoxémicos,
como el período postoperatorio (principalmente la máscara simple) o de emergencia
(máscara con bolsa de reserva).(8) Las máscaras de O2 a menudo son difíciles de
mantener aseguradas en niños vigorosos y requieren el cambio a otro sistema.
Como ya se definió, los sistemas de alto flujo son aquellos que suministran la
totalidad de la atmósfera inspirada por el paciente. La “magia del sistema” la
proporciona el adaptador de Venturi el cual funciona como un sistema de succión,
aceleración y mezcla de gases (Figura 11.5).
Figura 11.5. Representación esquemática del sistema de Venturi convencional para oxigenoterapia
120
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Venturi, es indispensable, puesto que el flujo post-venturi es significativamente
mayor (Figura 11.6). Una variación del sistema la proporcionan los nebulizadores
con “collar o anillo de Venturi” en los que el efecto de Venturi se produce
directamente en la porción superior del nebulizador para satisfacer tres objetivos
simultáneamente: 1. Proporcionar una FiO2 constante y conocida, 2. Producir
aerosoles mediante efecto de percusión y, 3. En estos se pueden adicionar sistemas
eficaces de calentamiento de los gases inspirados (Figura 11.7).
Figura 11.6. Ilustración del sistema comúnmente denominado máscara de Venturi. El flujo aumenta después
del adaptador como consecuencia de la aspiración y mezcla con aire y es recogido por un tramo de manguera
corrugada
Figura 11.6. Ilustración del sistema comúnmente denominado máscara de Venturi. El flujo aumenta después
del adaptador como consecuencia de la aspiración y mezcla con aire y es recogido por un tramo de manguera
corrugada
121
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El flujo proveniente del flujometro circula por una manguera lisa e ingresa al
adaptador de Venturi en donde está ubicada una constricción de tamaño variable que
produce el primer efecto: aceleración de flujo, siempre y cuando la fuente de
suministro genere un flujo constante. En este sitio, la aceleración genera un entorno
de presión subambiental que produce el segundo efecto: succión de gas. Esta presión
subatmosférica se explica mediante el principio de Bernoulli (La presión lateral de un
fluido disminuye a medida que aumenta la velocidad del fluido). La succión genera el
tercer efecto: mezcla de gases. En este caso la mezcla se produce entre el oxígeno al
100% proveniente del sistema y el aire ambiental que tiene una concentración de O2
de 21% (Figura 11.5).
La FiO2 será en consecuencia, el resultado de la mezcla de los dos gases y su
variación dependerá de la cantidad de aire ambiental succionada por el sistema. Esta
cantidad, depende del diseño del adaptador de Venturi, de la siguiente manera:
1. Venturi con constricción fija. La FiO2 varía en función del tamaño de la
ventana de succión, la cual es modificable mecánicamente (Figura 11.8). La
ventana de succión grande facilita la succión de mayor cantidad de gas
atmosférico, lo que disminuye la FiO2. Contrariamente, la ventana pequeña
limita la succión de aire lo que aumenta la FiO2.
Figura 11.8. Venturis con constricción fija. A la derecha el dispositivo conectado a la máscara
2. Venturi con ventana de succión fija. La FiO2 varía en función del tamaño de la
constricción. Si la constricción es de diámetro grande, la aceleración de flujo
disminuye y por lo tanto la succión de gas ambiental disminuye, entonces, la FiO2
aumenta. Si la constricción es de diámetro pequeño, aumentan la velocidad de
flujo, la succión de aire y la mezcla de gases, por lo tanto la FiO2 disminuye. En
estos dispositivos, la modificación de la FiO2 debe hacerse cambiando el diámetro
de la constricción (técnicamente difícil) o cambiando el adaptador de Venturi, lo
cual es más fácil, pero requiere la disponibilidad de muchos adaptadores, los que
122
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generalmente están identificados con un color distintivo para cada valor de FiO2
(Figura 11.9).
Tabla 11.2. Relaciones de admisión de aire referida al flujo de oxígeno en los sistemas de alto flujo
0.24 1 25
123
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0.28 1 10
0.34 1 5
0.40 1 3
0.60 1 1
0.70 1 0.6
Tabla 11.3. Flujos de oxígeno recomendados para venturis con constricción fija (ventana de succión
variable)
0.24 3 79
0.26 3 47
0.28 6 68
0.30 6 53
0.35 9 50
0.40 12 50
124
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0.50 15 41
Tabla 11.4. Flujos de oxígeno recomendados para venturis con ventana de succión fija (constricción
variable)
FiO2 Color Flujo de O2 recomendado (lpm) Flujo total de gas en el sistema (lpm)
0.24 Azul 3 78
0.28 Amarillo 6 66
0.31 Blanco 8 72
0.35 Verde 12 72
0.40 Rosado 15 60
0.50 Anaranjado 15 40
Lo anotado sirve para reiterar que alto flujo no significa alta concentración, como
comúnmente se piensa.
Las ventajas más importantes de los sistemas de alto flujo, si son correctamente
utilizados, son:
1. Satisfacen las demandas de flujo inspiratorio pico del paciente.
2. Proporcionan la totalidad de la atmósfera inspirada.
3. Aseguran una FiO2 conocida, constante y predecible.
4. Los cálculos de variables respiratorias que involucran la FiO2 son confiables.
5. Puede proveerse adecuada humidificación de los gases inspirados puesto que una
fracción alta del volumen es suministrada por el medio ambiente.
6. Posibilitan el calentamiento de los gases inspirados.
7. La FiO2 es independiente del patrón respiratorio del paciente.
Las desventajas se limitan al costo (elevado con respecto a los de bajo flujo) y a la
incomodidad producida por la permanente presencia de un cuerpo extraño sobre el
rostro.
Los dispositivos de acople de los sistemas de alto flujo al paciente más utilizados
son:
1. Máscara de aerosol. La diferencia con la máscara simple es que el diámetro de los
agujeros de exhalación es mayor (Figura 11.10).
125
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Figura 11.10. Máscara de aerosol. Se utiliza en aerosolterapia y en sistemas de oxigenoterapia de alto flujo.
Obsérvese que el tamaño de los agujeros es más grande que el de la máscara simple de O2 ilustrada en la
Figura 11.2
126
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Figura 11.12. Máscara de traqueostomía
127
ERRNVPHGLFRVRUJ
mucosa dependiendo de las condiciones ambientales, para facilitar los procesos de
regulación de la temperatura y de humidificación en los siguientes ciclos
ventilatorios.(1)
La capacidad de un gas para contener vapor de agua a una temperatura dada, se
denomina Humedad Absoluta (HA), en tanto que la proporción del contenido de agua
presente en el gas y la capacidad de retención de agua por ese gas a una temperatura
dada, se denomina Humedad Relativa (HR). Entonces:
0 5
10 9
20 17
30 30
37 44
40 51
Los alvéolos toleran aire a temperatura corporal (37oC) y 100% de HR. El punto
en que se alcanzan estas condiciones se denomina Límite de Saturación Isotérmica
(LSI), ubicado normalmente entre la segunda y la quinta generación bronquial. Este
punto puede desplazarse hacia arriba o hacia abajo por las condiciones ambientales o
por las condiciones clínicas subyacentes. La inhalación de gases secos y fríos en
sistemas no invasivos como la oxigenoterapia puede desplazar el LSI hacia abajo,
exponiendo bronquiolos distales, incluso a los mismos alvéolos, a condiciones
adversas.(1)
Si el paciente recibe O2 suplementario, debe como mínimo interponerse entre la
fuente del gas y el paciente un sistema de humidificación puesto que la
humidificación inadecuada puede generar peligros estructurales, fisiológicos y
clínicos muy importantes, los cuales pueden deteriorar o agravar la evolución del
paciente (Tabla 11.6). Debido a las potenciales complicaciones –que son prevenibles–
derivadas de la inadecuada humidificación, es indispensable la utilización de algún
tipo de humidificador.
128
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Peligros Déficit de humedad Exceso de humedad
potenciales
129
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abre al medio ambiente cuando los flujos provenientes de la fuente son
excesivos para el sistema.
Figura 11.14. Ilustración del humidificador de inmersión o de burbuja. Las moléculas del gas pasan por
debajo del nivel del líquido a través de un capilar ganando humedad. Sin embargo, al salir del líquido,
algunas cederán humedad por efecto de la temperatura. No obstante, la proporción entre moléculas húmedas y
secas es mayor para las primeras. Se señala la válvula de sobrepresión
130
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Figura 11.15. Ilustración de un sistema de calentamiento. Estos son comúnmente utilizados en la
oxigenoterapia con cánula nasal de alto flujo (ver Capítulo 12)
131
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intubado o traqueostomizado sin ventilación mecánica (máscara de traqueostomía o
tubo en “T”) las necesidades de sustitución de las funciones de la VAS son más
complejas puesto que se pierden las posibilidades fisiológicas de limpieza,
humidificación y regulación de la temperatura, como consecuencia del bypass
generado ya sea por el tubo endotraqueal o por la cánula de traqueostomía.
Para reemplazar las funciones de regulación de la temperatura y humidificación,
pueden usarse generadores de humedad y calor, tipo cascada de Bennett, Aquapor de
Dragger o unidades Fisher & Paykel, por mencionar algunas marcas de amplia
utilización en Latinoamérica (Figura 11.15).
Sin embargo, la humidificación en el paciente intubado sin ventilación mecánica
pero con tubo en “T” puede verse afectada por diversos factores relacionados con la
termodinámica del circuito puesto que durante la conducción de gases por la línea
inspiratoria se produce transferencia de calor hacia el medio ambiente, lo que resulta
en disminución de la temperatura y la humedad en la puerta del tubo endotraqueal o
la cánula de traqueostomía. Esta transferencia se produce mediante tres mecanismos:
1. Por conducción. Es la transmisión de calor a través de la pared de los circuitos
hacia el medio ambiente, por vecindad.
2. Por convección. Es la transmisión de calor debida a la influencia de las
diferencias de la temperatura. Se produce a través de la pared de los circuitos
cuando la temperatura ambiental es menor que la del interior de los circuitos
(convección forzada).
3. Por radiación. Es la propagación de energía bajo formas de ondas o partículas.
Oxígeno transtraqueal
132
ERRNVPHGLFRVRUJ
si se compara con la administración por cánula nasal convencional. Por ser invasiva,
la infección y el sangrado conforman las dos más importantes complicaciones.
Además, el enfisema subcutáneo, el broncoespasmo, el barotrauma, la obstrucción del
catéter y las dificultades en la limpieza, humidificación y cambio del sistema, hacen
que el sistema sea poco funcional.
REFERENCIAS
133
ERRNVPHGLFRVRUJ
Capítulo 12
Oxigenoterapia con cánula nasal de alto
flujo
134
ERRNVPHGLFRVRUJ
Figura 12.1. Características físicas de los gases entregados con CNAF
135
ERRNVPHGLFRVRUJ
Figura 12.2. Efecto de lavado del espacio muerto con la CNAF. Los altos caudales de flujo permiten el efecto
de lavado continuo porque estos exceden de manera significativa el volumen minuto del paciente
136
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Figura 12.3. Ilustración del efecto de lavado del EM con CNAF. Se observa en 1A (pre-inspiración) el EM
ocupado por gases espirados; en 1B (inspiración) ingresa a la vía aérea y al pulmón gas fresco, pero el
presente en el EM es el primero en ser conducido hacia el alvéolo y el EM queda ocupado por gas fresco; en
1C (fin de inspiración) el gas fresco se ha mezclado de manera instantánea con el gas proveniente del
intercambio gaseoso conformando gas alveolar (rico en CO2); en 1D (fin de espiración) se expulsan gases
frescos (primera porción) y gases espirados y el EM queda ocupado por gas espirado (1A’) desde donde el
fenómeno se repite. Sin embargo como se ilustra en el panel 2A, al aplicar terapia con CNAF el EM es lavado,
y durante la inspiración (2B) la primera porción del volumen es gas fresco rico en O2, a diferencia de lo que
ocurre en el panel 1B. En 2C el gas inspirado se mezcla con el gas rico en CO2 que difunde de los capilares al
alvéolo; 2D el gas se expulsa e inmediatamente el gas del EM es lavado por el sistema de CNAF lo que
contribuye al lavado de CO2 por Ley de Dalton
137
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Modificado de Corley, A., Caruana, L. R. y Barnett, Br. J. Anaesth 2011; 107:998-1004(2)
Figura 12.4. Ilustración de la diferencia en la presión media en la vía aérea comparando CNAF con un
sistema de bajo flujo
Un estudio reciente que utilizó flujos relativamente altos para neonatos, demostró
que la presión de distensión final de la vía aérea era de 1 a 2 cmH2O con flujos de
3/4/5 lpm. Se ha demostrado en adultos que las presiones traqueales aumentan al
aumentar los flujos, alrededor de 2,5 a 3 cmH2O a un flujo de 36 lpm.(17)
La tomografía de electroimpedancia se ha utilizado para medir los cambios en la
bioimpedancia causados por diferentes afecciones pulmonares, especialmente las
relacionadas con la ventilación regional; y se ha demostrado que las variaciones en la
impedancia pulmonar al final de la espiración se correlacionan con los cambios en el
volumen pulmonar al final de la espiración.(19) También se ha demostrado que la
terapia con CNAF aumenta la impedancia pulmonar de fin de espiración(2, 20) lo que
se correlaciona significativamente con la presión en la vía aérea.(2)
Como consecuencia de la administración de presión de distensión, se consiguen
dos efectos: 1) Efecto de reclutamiento por presión positiva, lo que redunda en
beneficio de la oxigenación, y 2) reducción de la resistencia inspiratoria asociada con
el alto flujo a través de la nasofaringe(21) (Figura 12.5), lo que consecuentemente
disminuye el trabajo respiratorio.
138
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Figura 12.5. Representación de uno de los efectos de la CNAF. El elevado caudal (símil de la presión positiva
continua en la vía aérea CPAP) excede el flujo inspiratorio del paciente, lo que sumado al adecuado
acondicionamiento de los gases referido a humidificación y calentamiento, conduce a un efecto de ferulaje y a
mayor conductancia y elasticidad de la vía aérea lo que da como resultado disminución de la resistencia y del
trabajo respiratorio (WR).
139
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Figura 12.6. Ilustración de la reducción del trabajo metabólico por la terapia con CNAF. Si la temperatura del
gas inspirado (Tamb) es 37°C la Eg será cero; y si la humedad del gas (AHamb) es 44 mg/100 ml de H2O, la
segunda parte de la ecuación Evap será también cero. Esto da como resultado neto la eliminación de Etotal
Sistema de administración
Flujos utilizados
140
ERRNVPHGLFRVRUJ
cánulas nasales estándar tradicionales es limitada, no solo por el diámetro interno de
la cánula, sino también por la incomodidad generada por la falta de calentamiento y
humidificación del gas inspirado. La provisión de flujos que excedan el suministro de
O2 estándar (15 lpm) puede ser importante en un paciente con disnea; la taquipnea se
acompaña de rápidos flujos inspiratorios que pueden alcanzar los 50 lpm. Cuando los
caudales inspiratorios exceden el flujo de O2 suministrado, el flujo adicional se recluta
del aire circundante (con FiO2 de 0.21). En esta situación, la FiO2 inspirada es
significativamente más baja que el gas suministrado.(28) Es razonable afirmar –como
se ha hecho a lo largo del libro– que los sistemas de bajo flujo son poco confiables
cuando se requiere determinar con precisión la FiO2; son preferibles desde esta
perspectiva los sistemas de alto flujo, de hecho la CNAF es uno de ellos.
En general, se podría utilizar en adultos un flujo inicial de entre 30 y 40 lpm,
aunque hay reportes de hasta 55-60 lpm.(29) En la población pediátrica se
recomienda empezar con flujos entre 5-10 lpm en lactantes y niños. En neonatos
según Sreenan y cols.,(30) para conseguir una presión de distensión de 4,5 cmH2O se
calcula el flujo mediante la fórmula:
Indicaciones y beneficios
Indicación Beneficios
Procedimientos
141
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Broncoscopia Mejora la oxigenación
Post-operatorio
Cuidados paliativos
VNI: Ventilación No Invasiva, VM: Ventilación Mecánica, PEEP: Presión Positiva al Final de la Espiración
142
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tratamiento de elección para evitar la intubación en este grupo de pacientes. La
terapia con CNAF no disminuye significativamente la mortalidad al día 28 en
comparación con la terapia con O2 estándar.(35)
En pediatría, ha ganado aceptación no solo por la facilidad de uso y la mejoría
de la tolerancia del paciente al sistema, también por su capacidad para
proporcionar mayores concentraciones de O2 y altos flujos inspiratorios,
proporcionando así un mayor nivel de oxigenación, lo que rara vez se puede
lograr con cualquiera de los dispositivos convencionales. Se ha debatido si la
CNAF puede reducir el uso de un soporte con menor tolerancia y más invasivo,
como el CPAP y la ventilación mecánica, lo que es controvertido por la cantidad
de variables que exhibe el paciente con necesidad de apoyo ventilatorio.(35) Se ha
utilizado en asma, bronquiolitis, neumonía y crup con resultados controvertidos,
sin embargo, la calidad de la evidencia no es contundente para recomendar su uso
frente a otras estrategias de manejo,(36) excepto en el manejo de niños con
bronquiolitis en los que puede disminuir la necesidad de intubación en
comparación con la cánula nasal estándar.(37)
El uso de CNAF en neonatos no tiene evidencia suficientemente robusta. Algunas
investigaciones han considerado la cánula nasal estándar utilizada sin humidificación
o con humidificación por burbuja con flujos mayores a 1 lpm como de alto flujo.(38,
39) Con flujos de 2 lpm o más, y un dispositivo de humidificación calentado
especializado, el sistema se considera como CNAF; parece ser útil en el periodo post-
extubación y en cuadros en los que la presión positiva ha demostrado ser benéfica.
(40)
Irritación nasal
Disconfort
Goteo nasal
Sensación de calor
143
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Dislocación de la cánula nasal
Ruido
Limitación de movimientos
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146
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Capítulo 13
Oxigenoterapia hiperbárica
147
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plausible para considerar el uso de la oxigenoterapia hiperbárica (OHB) (Figura
13.1). Es importante anotar que para que la cámara hiperbárica obre como dispositivo
de oxigenoterapia es, por supuesto, requerido que además de la exposición a
presiones superiores a la atmosférica, se suministre en este ambiente una FiO2 mayor
a 21%, –usualmente 100%– y que, por supuesto, el transporte esté comprometido por
anomalías de la primera forma de DO2 (HbO2).
148
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13.3) (si la temperatura permanece constante, la presión y el volumen son
inversamente proporcionales) que origina un efecto volumétrico.
Figura 13.2. Representación simplificada de la ley de Henry. En A, el gas disuelto (círculos blancos) ejerce
mayor presión en el líquido, por lo que, difunde del sitio de mayor al de menor presión. En B, el gas (círculos
fucsia) ejerce mayor presión en el medio gaseoso, por lo que, difunde del sitio de mayor al de menor presión.
Figura 13.3. Representación simplificada de la ley de Boyle Mariotte. En A, el volumen de líquido es alto
por disminución de la presión, en B el volumen de líquido disminuye por efecto del aumento de la presión
149
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mediado por ley de Henry. De otro lado, como consecuencia del aumento de la
presión en el ambiente hiperbárico, se produce una disminución del volumen de los
espacios aéreos del organismo que no están en contacto con la vía aérea, este es el
efecto volumétrico mediado por la ley de Boyle-Mariotte, que permite manejar
entidades como el embolismo gaseoso y la enfermedad por descompresión.
La terapia con OHB se administra en cámaras monoplaza o en cámaras mutiplaza
(Figura 13.4). En una cámara monoplaza, un solo paciente respira O2 puro y en una
cámara multiplaza, varios pacientes están expuestos a aire presurizado mientras que
cada uno respira O2 puro a través de una mascarilla facial, hood o tubo endotraqueal.
Figura 13.4. Ilustración de la cámara monoplaza (a la izquierda), e interior de una cámara multiplaza (a la
derecha)
150
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frena de inmediato esta producción, lo cual solo puede lograrse mediante la OHB.
En la enfermedad por descompresión, la OHB acelera la reabsorción del
nitrógeno intersticial, disminuye el volumen de las microburbujas embolígenas y
combate la hipoxia tisular.
Los efectos secundarios de la OHB incluyen vasoconstricción, angiogénesis,
proliferación de fibroblastos y aumento de la destrucción oxidativa de
leucocitos. La vasoconstricción conduce a disminución del edema, lo cual es útil
en condiciones como lesión por aplastamiento, síndrome compartimental y
quemaduras agudas. La angiogénesis es útil para el rescate de injertos, osteo-
radionecrosis, endarteritis obliterante por radiación y heridas crónicas. La OHB
favorece la hidroxilación de la prolina y finalmente la formación de tejido de
granulación en estados en que por causas hipóxicas se encontraba detenida. La
alternancia hiperoxia normoxia constituye un estímulo angiogenético importante.
La osteomielitis crónica y las infecciones necrosantes de tejidos blandos mejoran al
aumentar la destrucción oxidativa de leucocitos mediada por HBO.(5, 6)
En los Estados Unidos, la Undersea and Hyperbaric Medical Society (UHMS) ha
definido con precisión 15 indicaciones de la OHB (Tabla 13.1)(7, 8) las que ha
publicado desde la implementación de la terapia; esta lista se actualiza cada dos años
para incluir nuevas indicaciones basadas en la evidencia clínica.
Enfermedad por descompresión Lesión tardía por radiación (tejido blando y necrosis
ósea)
151
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Riesgos y contraindicaciones de la OHB
La OHB es una modalidad de tratamiento segura, con pocos efectos adversos graves
y contraindicaciones (Tabla 13.2). La mayoría de los efectos adversos son reversibles.
Enfermedad por descompresión Lesión tardía por radiación (tejido blando y necrosis
ósea)
152
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controlado y el hipertiroidismo.(10) Debido a que el O2 es un vasoconstrictor
sistémico la OHB puede aumentar la poscarga cardiaca; la insuficiencia cardiaca
congestiva también es una contraindicación relativa para cualquier persona con una
fracción de eyección inferior al 30%.(11) Otras contradicciones relativas incluyen
pacientes con enfermedad pulmonar subyacente, como enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC) y claustrofobia grave.
La única contraindicación absoluta para la OHB es un neumotórax no tratado que
empeoraría bajo presión de la cámara.(13)
La potencial producción de toxicidad por O2 siempre está latente durante su uso,
como con cualquier otro sistema de oxigenoterapia.
Administración
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154
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Cuarta parte
Efectos adversos del oxígeno
Es una verdad universal conocida por prácticamente toda la población, que el oxígeno
es el factor principal que da la vida, pero es relativamente desconocida otra verdad,
que el oxígeno ha hecho que la vida sea finita. Si bien el oxígeno es el principal
componente de la vida aeróbica, en algunas circunstancias este oxígeno puede generar
efectos secundarios que, vistos en el contexto de la oxigenoterapia, son “esperables y
a veces inevitables” puesto que aparecen como consecuencia directa de la exposición
al gas propiamente dicho, pero no están provistos de la complejidad, ni mucho menos,
de la letalidad de los efectos adversos, generados por la producción y exposición a
especies reactivas de oxígeno que destruyen las células y la vida, y que causan
necrosis y en última instancia, la muerte celular.
En esta parte se tratarán estos aspectos a lo largo de tres capítulos estrechamente
relacionados pero divididos, por razones puramente didácticas, en una tentativa de
facilitación de la comprensión de los conceptos expresados en el párrafo anterior. Si
bien, después de su revisión puede quedar la preocupación sobre la utilización del
oxígeno, la recomendación siempre será la misma con respecto a su uso: no use
demasiado, pero sobretodo no use poco, puesto que si la toxicidad es deletérea, es
más letal la hipoxemia/hipoxia, llave que si no se corrige puede quitar la vida
rápidamente.
155
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Capítulo 14
Efectos secundarios de la oxigenoterapia
convencional
156
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derivados de la elevada concentración de O2 o de la PaO2, que incluyen:
157
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Figura 14.1. Representación esquemática de la respuesta de los quimiorreceptores periféricos a los cambios
en la PO2. Al centro la PO2 normal produce niveles normales de ventilación (V). Arriba niveles altos de PO2
disminuyen la V. Abajo niveles bajos de PO2 aumentan la V. Esto quiere decir que la magnitud de la ventilación
es inversamente proporcional a la PO2
158
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magnitud de la oxigenación. En estas situaciones se produce eliminación del
estímulo hipóxico sí la oxemia aumenta. Análogamente, en un sujeto normal que
viva a nivel del mar, se inactivan los QP sí se respiran elevadas concentraciones
de O2 suplementario (FiO2 > 0.21).
Es importante tener en cuenta la función de los QP en ciertas circunstancias
clínicas. En un sujeto anémico que curse con hipoxia derivada de la disminución
del DO2, no se estimulan porque: 1) Se conserva la PaO2 (dependiente del O2
disuelto en plasma), y 2) el flujo sanguíneo es más rápido por la disminución de la
viscosidad de la sangre, con lo que el aporte no disminuye de manera significativa
si se recuerda que el riego hacia los QP es muy elevado.
En la intoxicación por monóxido de carbono o en presencia de metahemoglobina
no se produce estimulación derivada de la hipoxemia. Sin embargo, la hipoxia
intensa puede estimularlos por el desequilibrio entre demanda y aporte. En la
intoxicación por cianuro se produce hiperpnea intensa por la detención de la
oxidación intracelular así la PaO2 sea elevada. Quiere decir que en este caso los
QP responden a la hipoxia.
La estimulación de los QP produce varios efectos:
1. Aumento en el VT, la FR o ambos.
2. Broncoconstricción.
3. Vasoconstricción periférica.
4. Bradicardia por hipoxia. No obstante, el reflejo pulmonar de inflación
producido por el aumento en el VT puede inducir taquicardia.
5. Aumento del trabajo del ventrículo izquierdo.
6. Hipertensión arterial.
7. Aumento de la resistencia vascular pulmonar.
8. Aumento en la secreción de las suprarrenales.
9. Aumento de la actividad cortical.
159
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sangre, puesto que la suma de las presiones parciales de los gases presentes en la
sangre venosa es inferior a la presión alveolar (atmosférica); adicionalmente la
ventilación colateral (Figura 14.2) pierde su capacidad de compensación (Figura
14.3), tornándose insuficiente para suplir la fracción de volumen necesario para
estabilizar el alvéolo y puede, incluso, producirse el colapso de unidades vecinas
debido a que ellas entregan parte de su volumen a la unidad inicialmente
comprometida. Estos hechos conducen a una situación en la que la disfunción del
intercambio gaseoso se agrava por la administración de O2, puesto que la
intervención terapéutica en el shunt elevado, es más difícil. Estos hechos
generarán colapso alveolar en la medida en que todo el gas alveolar sea captado
por la circulación pulmonar, configurándose la atelectasia por resorción de
nitrógeno, la que obviamente cursa con aumento del cortocircuito (efecto de
shunt), en el que se produce hipoxemia, evento gasimétrico que puede atenuarse
parcialmente por la vasoconstricción hipóxica generada por la atelectasia.
Figura 14.2. Representación simplificada de la Ventilación Colateral descrita en el texto. 1. Canales de Martín
(comunicaciones interbronquiolares). 2. Canales de Lambert (comunicaciones broncoalveolares). 3. Poros de
Kohn (enlaces interalveolares). El bronquio que suple la unidad A se encuentra obstruido, pero estas
comunicaciones posibilitan su ventilación y su oxigenación
160
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Figura 14.3. Representación del efecto de shunt con bronquio obstruido. Se ilustran dos unidades (A y B); a la
izquierda la unidad A comienza a perder estabilidad por la obstrucción del bronquio que la ventila. Al centro
la unidad A inicia el colapso debido a que ha alcanzado su volumen crítico por resorción de nitrógeno
produciendo desequilibrio V/Q. A la derecha la unidad A se ha colapsado configurando el efecto de shunt
Figura 14.4. Representación del efecto de shunt con bronquio permeable. Se ilustran en 1 y 2, dos unidades A
y B ventiladas con O2 al 100%. Si esta situación de suministro de O2 puro se mantiene, se origina en 2
desnitrogenación alveolar que conduce a colapso, produciendo efecto de shunt
161
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que puede evolucionar hasta el efecto de shunt.
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163
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Capítulo 15
Hiperoxemia e hiperoxia
164
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Figura 15.1 Mecanismos de producción de hiperoxemia: Aumento de la FiO2 que produce aumento de la PaO2
y la SaO2, aumento de la presión atmosférica que produce aumento del O2 disuelto en plasma (dO2), e
hiperventilación que produce disminución de la PACO2
165
ERRNVPHGLFRVRUJ
producir daño mitocondrial, peroxidación lipídica de las células neuronales y
aumento en las especies reactivas de oxígeno (ROS) –debido a la alta tensión de
oxígeno en los tejidos–, e inducir lesión pulmonar.(4)
166
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asociada con un aumento de la mortalidad. Hasta ahora, la estrategia recomendada
por las directrices internacionales sobre paro cardiaco se orienta a mantener una
saturación de oxihemoglobina de 94 a 98% para evitar efectos nocivos de la hipoxia y
la hiperoxia.(12)
La respuesta a la pregunta del efecto de la hiperoxemia e hiperoxia después del
paro cardiaco está en proceso de construcción: los análisis retrospectivos a gran
escala disponibles, así como los datos más recientes, han mostrado que la
hiperoxemia grave (PaO2 > 300 mmHg) se asocia con un aumento de la mortalidad.
(13, 14) Sin embargo, la hiperoxemia “moderada” (≤ PaO2 ≥ 101 y ≤ 299 mmHg) no
afectó la supervivencia e incluso se asoció con una mejor función de los órganos a las
24 horas. Además, se ha encontrado que la probabilidad de muerte hospitalaria
después de un paro cardiaco es más baja con valores de PaO2 de 150 a 200 mmHg.
(15)
167
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la respuesta de la vasculatura coronaria a la hiperoxia es altamente variable.(29)
Hace tan solo unos años, se creía que “inundar” los tejidos con O2 resultaba benéfico,
lo cual ha sido revaluado. No hay evidencia que respalde la creencia de que la
suplementación con O2 en ausencia de hipoxemia aumente la liberación sistémica de
O2, pero si existe evidencia de que la potencial disminución del gasto cardiaco y el
aumento de la RVS deben desalentar el uso del O2 superfluo, debido a los efectos
anómalos producidos por la vasoconstricción del lecho vascular cerebral derivada de
la hiperoxemia,(31) además, la hiperoxemia extrema no acelera la recuperación en la
lesión cerebral, en realidad puede exacerbarla y aumentar la mortalidad.(32) El dato
168
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anterior fue reportado por un estudio retrospectivo de más de 3.000 pacientes con
lesión cerebral traumática, en el que se consideraron los efectos de la hipoxemia y la
hiperoxemia extrema (PaO2 > 487 mmHg) en el momento del ingreso. El valor
definido de hiperoxemia es notablemente alto y sobre él se asociaron los peores
resultados; ¡un valor de PaO2 de 110-487 mmHg se consideró óptimo en este
estudio! Es entonces pertinente tener claridad sobre el valor real de la presión de
O2 que signifique hiperoxemia.
La hiperoxia puede producir disminución de la perfusión cerebral,(33) daño
mitocondrial, peroxidación lipídica de las células neuronales,(4, 34) y la reperfusión
hiperóxica puede causar la muerte neuronal del hipocampo y llevar a complicaciones
neurológicas y lesión cerebral.(35, 36) La tecnología moderna ha corroborado
evidencia mediante resonancia magnética que ha detectado disminuciones en la
perfusión cerebral con hiperoxia en un rango de 10 a 30%;(37, 38) la ecografía
Doppler transcraneal también se ha utilizado para demostrar reducciones en la
velocidad de flujo de la arteria cerebral media durante la respiración hiperóxica.(39) A
niveles extremadamente altos de PaO2 –por ejemplo, 3 atmósferas–, la toxicidad a
corto plazo del O2 está bien documentada en el SNC y puede producir patrones de
respiración anormales y, eventualmente, la muerte.(40)
Corolario
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172
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Capítulo 16
Toxicidad del oxígeno
Antioxidantes
173
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antioxidantes implican la reducción del estrés oxidativo, de las mutaciones del ADN,
de las transformaciones malignas y de otros parámetros del daño celular. Los estudios
epidemiológicos han demostrado la capacidad de los antioxidantes para contener los
efectos de las ERO, y disminuir la incidencia de cáncer y otras enfermedades
degenerativas. Sin embargo, principalmente en la acción sostenida de los radicales
libres, la capacidad del sistema de defensa contra las ERO puede verse superada,
lo que lleva a la aparición de enfermedades.(7)
Los primeros tipos identificados de sistemas de defensa antioxidante
desarrollados contra el daño oxidativo son aquellos que evitan la aparición de ERO y
los que bloquean y capturan los radicales que se forman.(8) Estos sistemas presentes
en los compartimentos celulares acuosos y de membrana pueden ser enzimáticos y no
enzimáticos. Los antioxidantes enzimáticos más importantes son la
superóxidodismutasa (SOD), la glutatión peroxidasa (GPx) y la catalasa (CAT) (Tabla
16.1) y entre los antioxidantes no enzimáticos se encuentran el ácido ascórbico
(vitamina C), ά tocoferol (vitamina E), glutatión reducido (GSH) (Tabla 16.2), y otros
antioxidantes.(9) En condiciones normales siempre existe un equilibrio entre las ERO
y las defensas antioxidantes para que los organismos se encuentren en las condiciones
necesarias para la supervivencia y la salud.(10)
Superóxido Cataliza la conversión del anión superóxido a peróxido de hidrógeno 2O2•- + 2H+
dismutasa → H2O2 +
(SOD), O2
Antioxidante Efectos
Ácido ascórbico Acepta electrones y reacciona directamente con el anión superóxido y el radical
(vitamina C) hidroxilo
Glutatión Protege los grupos sulfhidrilo de las proteínas de la acción antioxidante de los RL y
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reducido (GSH) tiene la capacidad de reaccionar con el h2o2, , O2•- y el •OH-
Estrés oxidativo
175
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Figura 16.1. Representación simplificada del estrés oxidativo. Este ocurrirá siempre que las especies reactivas
de oxígeno (ERO) y/o los radicales libres (RL) superen la actividad del sistema de defensa antioxidante (SDA),
lo que inclinará la balanza a favor de las ERO y los RL produciendo estrés oxidativo, que suele estar
relacionado con la administración de O2
El daño inducido por los radicales libres y las ERO en el estrés oxidativo se ha
confirmado como un factor que contribuye a la patogenia y a la fisiopatología de
muchos problemas de salud, tanto crónicos (enfisema, enfermedades cardiovasculares
e inflamatorias, cataratas y cáncer) como trastornos neurodegenerativos (Parkinson,
Alzheimer, enfermedad de Huntington y esclerosis lateral amiotrófica).(17-20) Se ha
evaluado también que el estrés oxidativo se correlaciona con más de 100
enfermedades, ya sea como fuente o como resultado.(21, 22)
Una progresión irreversible de la descomposición oxidativa causada por las ERO,
es su influencia negativa sobre el estado de la biología del envejecimiento, que
consiste en el deterioro de las funciones fisiológicas y la reducción de la duración de
la vida debido a que el ser humano está sujeto a daños oxidativos de bajo nivel, pero
crónicos. Por lo tanto, no es sorprendente que el daño oxidativo contribuya a la
mutación “espontánea”, a la senescencia y a numerosas patologías.(23, 24) Se ha
sugerido que el mecanismo del envejecimiento se debe a la toxicidad del O2 y que la
entidad clínica de la toxicidad del O2 constituye simplemente un ejemplo de este
fenómeno en su forma acelerada.(25)
El estrés oxidativo hace que las células sanas del cuerpo pierdan su función y
estructura al ser atacadas. Hasta ahora, la patogenia de alrededor de más de 50
enfermedades ha sido asociada con los radicales libres (Tabla 16.3).(26) Cuando el
nivel de antioxidantes es limitado, este daño puede volverse debilitante y
176
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acumulativo.(27) El daño al ADN a las proteínas y a otras macromoléculas debido a
la oxidación, se ha relacionado con la patogénesis de una amplia variedad de
enfermedades, especialmente el cáncer y las enfermedades cardiacas.(28)
177
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las células cancerosas son capaces de reprogramar su metabolismo adaptándolo a los
cambios microambientales. En comparación con las células normales, las células
tumorales exhiben cambios metabólicos importantes. Las células tumorales muestran
un aumento en la captación de glucosa debido a mayor glucólisis y mayor producción
de lactato. Así, en tumores sólidos, el efecto de Warburg, podría ser el resultado de un
mecanismo adaptativo que, en combinación con la angiogénesis, permite a las células
superar el estrés (según el efecto de Warburg la mayor parte de las células cancerosas
producen energía principalmente en el citosol, por un proceso de glicólisis
anaeróbica, es decir, gracias a altas tasas de glicólisis seguidas por un
proceso de fermentación láctica).(34)
Las ERO representan segundos mensajeros importantes dentro de las células; cuando
se encuentran en exceso, promueven en gran medida la disfunción endotelial, que está
relacionada con el desarrollo de complicaciones vasculares que ocurren en los
trastornos metabólicos, la hipertensión y el envejecimiento. Un exceso en los niveles
de ERO se produce a través de una variedad de mecanismos, incluida la
desregulación de complejos mitocondriales. La activación endotelial es la primera
alteración observada y se caracteriza por un fenotipo proinflamatorio y trombótico
anormal de las células endoteliales que recubren la luz de los vasos sanguíneos. Esto
conduce a reducción de la biodisponibilidad del óxido nítrico (NO), deterioro del tono
vascular y otros cambios fenotípicos endoteliales denominados colectivamente
disfunción(es) endotelial(es).(35) El estrés oxidativo vascular acompaña el desarrollo
de muchas enfermedades vasculares, promoviendo la inflamación y la trombosis y
disminuyendo el óxido nítrico biodisponible, lo que conduce a disfunción endotelial.
(36)
178
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enfermedad vascular aterosclerótica.(41)
Estudios clínicos y experimentales han encontrado la participación de ERO en la
patogenia de la fibrilación auricular,(42, 43) así como en la remodelación eléctrica del
corazón. La n-acetilcisteína, los ácidos grasos poliinsaturados y las vitaminas
antioxidantes demostraron ser capaces de contener el estrés oxidativo del corazón y
reducir las arritmias cardiacas.(44-46)
179
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de utilidad en el tratamiento de la diabetes tipo 1 y tipo 2. La mayoría de los estudios
han demostrado la relación entre el estrés oxidativo y la diabetes junto con sus
complicaciones relacionadas con el corazón, el hígado, los riñones y los ojos. Las
complicaciones inducidas por los radicales libres y el estrés oxidativo de la diabetes
mellitus incluyen enfermedad coronaria, neuropatía, nefropatía, retinopatía y
accidente cerebrovascular. Los estudios in vivo apoyan el papel de la hiperglucemia
en la generación de estrés oxidativo que conduce a la disfunción endotelial en los
vasos sanguíneos de pacientes diabéticos. El aumento de los niveles de glucosa e
insulina junto con la dislipidemia en pacientes con diabetes desarrolla
macroangiopatías que causan estrés oxidativo que conduce a aterosclerosis.(56) Por
todo esto, el estrés oxidativo es un fenómeno preocupante en los trastornos
metabólicos, especialmente en la diabetes tipo 2.
180
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184
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Quinta parte
Administración segura del oxígeno
Aparentemente la época del uso inseguro e irracional del oxígeno ha sido superada.
Hace tan solo unos años –muy pocos– se creía que inundar los tejidos con oxígeno
era una práctica segura, aun conociendo la potencialidad tóxica del gas. Además, el
oxígeno se prescribía de forma inadecuada (p. ej., oxígeno a necesidad, oxígeno por
ratos) agravada por la formulación por parte de personal de salud que carecía del
conocimiento requerido para construir una receta óptima de un elemento que se
asimila a un medicamento (de hecho, lo es), y debe ser prescrito como tal, es decir,
expresando la fracción inspirada de oxígeno (FiO2) requerida, el sistema de
administración, el caudal de flujo necesario para optimizar el sistema y el método de
humidificación adecuado a las características del sistema elegido.
Actualmente el personal de salud ha adquirido, por lo menos, los conocimientos
básicos sobre la oxigenoterapia. De todas formas los profesionales de la medicina, la
fisioterapia cardiopulmonar y la terapia respiratoria, son los llamados a vigilar
estrechamente el uso de un gas que no es inocuo pero que salva vidas y tiene gran
cantidad de efectos benéficos cuando se usa adecuadamente.
Con base en las consideraciones citadas, se presenta en esta parte del libro una
serie de recomendaciones acerca del uso seguro del gas, a través de dos capítulos en
los que se recoge la evidencia relacionada con el tema.
185
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Capítulo 17
Recomendaciones sobre el uso seguro del
oxígeno
186
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depende directamente de la PaO2 y es equivalente a la SaO2 (la SpO2 medida con
pulso-oxímetro difiere menos del 3% de la SaO2 real medida con cooxímetro).
Algunos hallazgos clínicos sensibles pero no específicos pueden orientar el
diagnóstico, tales como cefalea, trastornos del juicio, pérdida de concentración y
coordinación, disnea, náuseas y, en casos muy severos, cianosis, entre otros. Se reitera
entonces que el diagnóstico debe comprobarse gasimétricamente o deducirse por
pulso-oximetría.
Si bien el suministro adecuado de O2 es esencial para tratar la hipoxemia,(1)
existen limitaciones debidas al potencial de efectos nocivos de la suplementación
excesiva (atelectasia de absorción, lesión pulmonar aguda inflamatoria, producción de
citoquinas, toxicidad del sistema nervioso central, reducción del gasto cardiaco y
vasoconstricción cerebral y coronaria).(2, 3)
Una revisión sistemática y meta-análisis de más de 16.000 adultos gravemente
enfermos proporcionó evidencia, de alta calidad, de que el O2 suplementario
administrado de forma liberal es dañino. Los pacientes tratados generosamente con
O2 tuvieron un riesgo mayor de mortalidad a corto y largo plazo, dependiente de la
dosis, pero no hubo diferencias significativas en la discapacidad, la neumonía
hospitalaria o la duración de la estancia hospitalaria. Se encontró también evidencia
de alta calidad que sugiere que el O2 liberal no redujo el riesgo de infecciones
adquiridas en el hospital en pacientes ingresados con diagnósticos médicos, en contra
de la evidencia de baja calidad que podría reducir las infecciones en pacientes
ingresados para cirugía de emergencia.(4) El Centro de Control y Prevención de
Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de los Estados Unidos(5) y la
Organización Mundial de la Salud (OMS)(6) recomiendan la administración de FiO2
elevada durante la cirugía y el postoperatorio inmediato para reducir el riesgo de
infecciones en el sitio quirúrgico, sobre la base de evidencia de moderada calidad
que ha propuesto la hiperoxia para tal fin, al promover la liberación de especies
reactivas de O2 (ERO) de los neutrófilos en los sitios de incisión.(7) Esta revisión
sistemática y meta-análisis proporciona pruebas de alta calidad de que la hiperoxia es
potencialmente mortal. El O2 suplementario podría volverse desfavorable por encima
de un rango de SpO2 de 94 a 96%, resultados que apoyan la administración
conservadora de la oxigenoterapia.(4) En otro estudio sobre exacerbaciones agudas de
la EPOC, se encontró que el O2 conservador que se requiere para lograr una SaO2
entre 88% y 92% redujo el riesgo de muerte en más del doble, en comparación con un
régimen de O2 liberal.(8)
En pacientes críticos, se ha encontrado que la suplementación excesiva de O2
puede ser perjudicial por los efectos pulmonares y sistémicos derivados de la
potenciación del estrés oxidativo. La administración de O2 en pacientes no
hipoxémicos no ha mostrado beneficio en infarto de miocardio, ACV, trauma cráneo
encefálico, paro cardiaco y sepsis, e incluso puede causar daño. La evidencia actual
187
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apoya el uso de un O2 más conservador. La oxigenoterapia debe administrarse con
control preciso de la oxemia utilizando objetivos de oxigenación individualizados
para limitar la exposición tanto a la hipoxemia como a la hiperoxemia.(9)
En la edad pediátrica, la oxigenoterapia también está indicada en la hipoxemia.
El O2 es necesario –incluso indispensable– para la producción de ATP; cuando los
niveles de O2 no cumplen con los requisitos de la función corporal, se produce
hipoxia tisular. Esta hipoxia puede causar una serie de efectos adversos como
vasodilatación localizada, vasoconstricción pulmonar, acidosis metabólica,
necrosis tisular, mayor riesgo de kernicterus y deterioro en la producción de
surfactante; puede incluso provocar lesiones cerebrales. Sin embargo, el riesgo, el
costo y los beneficios de la oxigenoterapia deben considerarse de la misma manera
que otros medicamentos y ajustarse juiciosamente para evitar una dosificación
excesiva o inadecuada. Utilizar oxigenoterapia cuando ya no está indicada puede
prolongar el tiempo de hospitalización y aumentar los costos de la atención. Para
identificar la necesidad de O2 en un paciente pediátrico, se pueden evaluar varios
signos físicos y valores de laboratorio. La hipoxemia se diagnostica por una PaO2
más baja de lo normal, generalmente considerada como 80 mmHg. Una indicación
rutinaria para proporcionar O2 en niños es un valor de PaO2 < 60 mmHg. Como
una PaO2 de 60-80 mmHg corresponde a una SpO2 de aproximadamente 90-95%
respectivamente, la oximetría de pulso se usa para ayudar a identificar la
hipoxemia.(10) Actualmente se define la hipoxemia como una SpO2 del 90% o
menos en niños menores de 1 año y una SpO2 del 93% o menos en niños de 1 año
o más, en el 5% del tiempo registrado o en tres medidas independientes.(11)
En recién nacidos está indicada la oxigenoterapia cuando la hipoxemia es
evidente. Tanto esta y su consecuencia (hipoxia), como la hiperoxia, están
profundamente involucradas en el desarrollo de varias enfermedades neonatales; los
mecanismos son complejos y aún no se comprenden del todo. Sin embargo, las
evidencias sugieren que tanto la generación de especies oxidantes [es decir, radicales
libres y especies reactivas de oxígeno (ERO)] como la deficiencia de antioxidantes
pueden jugar un papel importante; varios estudios han demostrado que la capacidad
antioxidante es menor en los recién nacidos prematuros que en los bebés a término.
La hiperoxia y la inflamación, así como el episodio de hipoxia-reoxigenación y el
hierro libre, parecen ser fuentes de mayor liberación de ERO, que puede causar
lesiones tisulares ya sea por efecto directo o como consecuencia de la disfunción
endotelial y la alteración de los genes, especialmente en recién nacidos prematuros.
(12)
188
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otra parte, la hiperoxemia/hiperoxia se refiere genéricamente a un exceso en el
suministro de O2, es decir, la administración de cualquier FiO2 superior a 0.21. Tanto
esta –hiperoxemia/hiperoxia como la hipoxemia/hipoxia– son deletéreas, por lo que la
FiO2 debe ajustarse para alcanzar valores límite de SpO2 superiores o inferiores de
acuerdo con la individualización de cada paciente.
Tabla 17.1. Condiciones que requieren objetivos de SpO2 superiores a 96% (SpO2 próxima al 100%)
Cefalea en racimo
Neumotórax
189
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medicación aguda; el manejo agudo tiene como objetivo aliviar el ataque o
reducir el dolor. El tratamiento de primera línea es triptan subcutáneo e
inhalación de O2 al 100% a flujos variables de 6 a 15 l/min por un periodo corto;
se han sugerido 10 l/min durante 15 minutos de exposición administrado con
máscara de no reinhalación.(13)
• La anemia de células falciformes es una de las hemoglobinopatías estructurales
más comunes en el mundo. La clínica se resume en vaso-oclusión e isquemia
tisular, anemia hemolítica y susceptibilidad a infecciones. La HbS tiene poca
afinidad por el O2, por lo que existe clara indicación para la oxigenoterapia(14)
(la HbS, una variante de la hemoglobina resultado de una alteración de la
estructura de la globina beta, es la causante de la falciformación de los
eritrocitos).
• En el neumotórax debe utilizarse el O2 suplementario a flujos altos (10 l/min)
cuando sea posible.(15) Además de corregir la hipoxemia, se ha demostrado
que produce un aumento de hasta cuatro veces en la tasa de resolución del
neumotórax; la tasa de absorción del gas de la cavidad intrapleural es
aproximadamente 1.25% por día respirando aire ambiente; un neumotórax
que ocupe el 25% de la cavidad requerirá 20 días para ser completamente
absorbido. Por el contrario, cuando el paciente recibe suplementos de O2, la
tasa de absorción se acelera de 3 a 4 veces; este efecto es particularmente
importante cuando un gran volumen de gas ocupa la cavidad pleural.(16) En
presencia de una fuga de aire continuada, el mecanismo puede ser reducción
de la presión parcial de nitrógeno en el espacio pleural con respecto al O2,
que se absorbe más fácilmente.(15) El gas dentro de la cavidad pleural se
absorbe por difusión y puede facilitarse cambiando la composición del gas de
la cavidad intrapleural. El O2 se absorbe 62 veces más rápido que el
nitrógeno y el dióxido de carbono (CO2) se absorbe 23 veces más rápido que
el O2. Cuando el paciente inhala O2 al 100%, el nitrógeno desaparecerá de la
cavidad pleural dejando solo el O2, que se absorbe más rápido de la cavidad
pleural al torrente sanguíneo.(16) En consecuencia, en pacientes que respiran
espontáneamente y presentan neumotórax pequeños, el uso de O2 mejora la
tasa de resolución del neumotórax.(15, 16)
190
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Tabla 17.2. Condiciones que requieren objetivos de SpO2 inferiores a 92% (SpO2 entre 88 y 92%)
EPOC
191
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infantil,(23, 24) lo que llevó a la Asociación Americana del Corazón a
recomendar el inicio de la reanimación con aire ambiental para el recién nacido a
término y O2 mezclado para prematuros con titulación de la FiO2 a valores
aceptables de SpO2.(25)
En el prematuro, la restricción del O2 suplementario y la prevención de la
hiperoxia se han convertido en el estándar en muchas unidades de cuidados intensivos
neonatales. Esta práctica se apoyó aún más cuando los datos de dos ensayos clínicos
aleatorizados grandes (ECA),(26, 27) el STOP-ROP y el BOOST, revelaron que el
uso de SpO2 en rangos elevados (96%-99% vs. 89%-94% en STOP-ROP y 95%-98%
vs. 91%-94% en BOOST) en neonatos prematuros aumentaron significativamente el
riesgo de morbilidad pulmonar grave sin un beneficio sustancial.
En un meta-análisis prospectivo planificado (NeOProM Collaboration)(28) un
total de 4.965 bebés con promedio de edad gestacional de 26 semanas fueron
randomizados, 2.480 al rango objetivo de SpO2 más bajo (85-89%) y 2.485 al rango
más alto de SpO2;;(91-95%) no se hallaron diferencias significativas entre los dos
grupos en el resultado compuesto primario de muerte o discapacidad mayor (53.5%
vs. 51.6%, respectivamente), a una edad corregida de 18 a 24 meses. El rango
objetivo de SpO2 más bajo se asoció con mayor riesgo de muerte y enterocolitis
necrotizante, pero un menor riesgo de retinopatía, por lo que el rango alto (SpO2 91-
95%) parece ser más seguro en términos de resultados primarios.
Aunque hay muy pocas contraindicaciones para la oxigenoterapia, debe
considerarse juiciosamente su uso en pacientes con cardiopatía congénita ductus
dependiente, ya que la administración de O2 supone un riesgo importante, puesto que
es el máximo estímulo para el cierre ductal.
En niños –no neonatos– Ferguson, et al.,(29) demostraron que la hipoxia y, en
menor medida, la hiperoxia se asociaron con un mayor riesgo de muerte después del
ingreso en la UCI pediátrica por paro cardiaco. Los datos preclínicos que sugieren un
daño potencial con hiperoxia siguen siendo convincentes a pesar de la falta de
evidencia, pero la hipoxia no puede ignorarse. De manera similar, algunos estudios en
adultos relacionan la hiperoxia con los resultados más graves,(30, 31) mientras que
otros refutan esto.(32) A pesar de la falta de evidencia en los niños, la American Heart
Association recomienda los esfuerzos iniciales de reanimación con O2 al 100%
seguido de una titulación de O2 para lograr una SpO2 de 94%.(33, 34)
Así como el límite superior para el uso del O2 establece un objetivo de seguridad
contra la hiperoxemia, el límite inferior lo establece contra la hipoxemia. Por tanto,
es de sustancial importancia utilizar la oxigenoterapia estableciendo un límite inferior
conforme con el valor de la SaO2 o la SpO2. Varias organizaciones han propuesto los
192
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limites inferiores (Tabla 17.3).
ESC, Infarto de miocardio Proporcionar O2 en pacientes con hipoxemia (SaO2 < 90% o PaO2
2017(37) con elevación del < 60 mmHg). No se recomienda el O2 de rutina si la SaO2 ≥ 90%
ST
BTS, 2017(2) Condiciones Proporcionar O2 si la SaO2 < 94% para la mayoría de los pacientes
médicas agudas con enfermedades agudas; < 88% para pacientes con hipercapnia
AHA = American Heart Association; ASA = American Stroke Association; EAN = European Academy of Neurology; ESC = European Society of
Cardiology; BTS = British Thoracic Society; TSANZ = Thoracic Society of Australia and New Zealand. SaO2 = saturación arterial de oxígeno; PaO2 =
presión parcial de oxígeno; SpO2 = saturación capilar periférica de oxígeno
193
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En otras condiciones médicas, es aceptable proporcionar O2 si la SaO2 es < 94%
para la mayoría de los pacientes con enfermedades agudas; o < 88% para pacientes
con hipercapnia.(2) Una recomendación diferente pero muy próxima, es proporcionar
O2 si la SpO2 es < 92%.(39)
194
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Se ha encontrado que la reanimación inicial de neonatos < 32 semanas de
gestación con FiO2 inicial de 0.21 no tiene un efecto significativo sobre la muerte
o el neurodesarrollo en comparación con la FiO2 inicial de 1.0.(48) Se ha
demostrado también que independientemente de la FiO2 inicial, los bebés que no
alcanzan la SpO2 del 80% a los cinco minutos de edad tienen un riesgo
significativamente mayor de bradicardia, hemorragia intraventricular (HIV) y
muerte. Es incierto si estos bebés no pudieron alcanzar la SpO2 objetivo debido a
la inestabilidad clínica inherente, o si se les dio menos O2 del requerido.(49) Se
puede deducir para efectos de práctica diaria orientada a resultados, que es más
conveniente el monitoreo de la SpO2 que la preocupación por la FiO2
administrada.
Los datos existentes sugieren que un límite de SpO2 tan bajo como 80% podría
reducir el riesgo de retinopatía y la duración de la ventilación mecánica sin aumentar
el riesgo de mortalidad y alteración del desarrollo neurológico, conduciendo a la
especulación de que la hipoxemia permisiva leve en bebés prematuros podría ser
segura y protectora,(50) no obstante, la controversia sigue.
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198
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Capítulo 18
Oxigenoterapia segura en situaciones
clínicas frecuentes
Oxígeno en asma
199
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causa un aumento clínicamente significativo de la presión transcutánea de dióxido de
carbono (PtCO2) en pacientes que presentan exacerbaciones graves de asma, por lo
que se recomienda un régimen de O2 titulado en el tratamiento del asma grave, en el
que el O2 se administra solo a pacientes con hipoxemia, en una dosis que alivie la
hipoxemia sin causar hiperoxemia(5-7) y sin causar hipercapnia.
Existen reportes que sugieren que la oxigenoterapia con cánula nasal de alto flujo
parece ser superior a la oxigenoterapia convencional para reducir la dificultad
respiratoria, en las primeras dos horas de tratamiento, en niños con exacerbación de
asma de moderada a grave refractaria al tratamiento de primera línea.(8)
Si la SpO2 es > 94% con aire ambiente y existen recursos domiciliarios
adecuados el paciente puede ser dado de alta,(1) pero si se precisa oxigenoterapia
suplementaria para mantener una saturación de O2 superior al 92% debe permanecer
hospitalizado.(6) Quiere decir que la SpO2 además de brindar monitorización de la
oxigenoterapia, es un buen marcador de la evolución del paciente.
Oxígeno en EPOC
La EPOC es una de las afecciones pulmonares en las que la oxigenoterapia tiene una
fuerte indicación, pero también es en la que mayores precauciones se deben tener por
el riesgo de depresión respiratoria originada en el incremento de la PaO2; y es
además, una de las situaciones clínicas que requiere objetivos de SpO2 inferiores a
92% (SpO2 entre 88 y 92%).(9)
200
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puede ser inadecuado cuando se requiere control estricto de la concentración de O2
administrada, por lo que los sistemas de Venturi pueden resultar más precisos. Si el
paciente necesita incremento en la FiO2, puede requerirse una máscara con bolsa de
no reinhalación, el cual es un sistema de bajo flujo que, paradójicamente, proporciona
las más altas concentraciones de O2.(11) No obstante, el requerimiento de este último
sistema asociado a hipoxemia persistente podría indicar la necesidad de medidas de
apoyo más agresivas, como la ventilación mecánica no invasiva (VNI).
Siempre debe utilizarse oxigenoterapia en la EPOC exacerbada e incluso en la
estable; independientemente de la evidencia, las consecuencias de la hipoxemia
justifican su uso (Figura 18.1). Aunque la hipoxemia empeora con la exacerbación,
hay cada vez más pruebas de que el uso imprudente de O2 también es peligroso.(13)
Tomada de, Cristancho, W. Fundamentos de Fisioterapia Respiratoria y Ventilación Mecánica. 3ª edición, Manual Moderno, 2015(11)
Figura 18.1 Consecuencias de la hipoxemia en el paciente con EPOC
201
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El O2 está indicado en pacientes con PaO2 menor de 55 mmHg (recomendación
A),(10) y en pacientes con valores entre 55 y 60 mmHg que presenten policitemia,
hipoxemia nocturna (SpO2 < 90%, en el 30% del período nocturno evaluado),
insuficiencia cardiaca congestiva (ICC), y cor pulmonale (recomendación A).(10) Las
dosis altas (FiO2 > 40%) pueden ocasionar retención de CO2 y acidosis respiratoria
por hipoventilación central y por empeoramiento de la relación V/Q.(11) La
oxigenoterapia no debe prescribirse en forma sistemática en pacientes con
desaturación moderada en reposo o inducida por el ejercicio.(10)
La oxigenoterapia mejora la disnea y la resistencia durante el ejercicio en
pacientes con EPOC estable.(14) En los pacientes que muestran mejoría en la
tolerancia al ejercicio después de la Oxigenoterapia a Largo Plazo (OLP), el gasto
cardiaco se incrementa.(15) Es probable que estos efectos estén relacionados con una
disminución de la ventilación minuto (16, 17) y una disminución de la hiperinflación
dinámica.(18) La vasoconstricción pulmonar hipóxica y la hemodinámica pulmonar
también pueden mejorarse,(14) lo que lleva a un aumento del suministro sistémico de
O2 y mejoría en la función de los músculos respiratorios.(17)
La oxigenoterapia en la EPOC tiene efectos fisiológicos, funcionales y biológicos
y puede ser útil y perjudicial. Aunque la OLP ha demostrado mejorar la supervivencia
en pacientes con EPOC e hipoxemia grave en reposo y, además, alivia los síntomas y
mantiene la SaO2 durante la actividad y el ejercicio,(19) se ha encontrado
contrariamente que el uso de O2 suplementario en pacientes moderadamente
hipoxémicos y en aquellos con desaturación moderada inducida por el ejercicio no
produce beneficios clínicos.(20) La prescripción de O2 suplementario debe limitarse a
los pacientes con hipoxemia grave en reposo.(20)
202
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tamaño del infarto y el riesgo de arritmias letales.(25, 26) Aunque hay controversia
acerca del beneficio del O2 suplementario en pacientes con Síndrome Coronario
Agudo (SCA) que tienen hipoxemia, varios estudios clínicos, preclínicos y pequeños
han sugerido que existen efectos perjudiciales del O2 suplementario sobre la función
cardiaca en aquellos pacientes que no son hipoxémicos (SpO2 ≥ 90%).(27-30) Los
principales mecanismos postulados para explicar los efectos perjudiciales del O2
incluyen la reducción del flujo sanguíneo coronario por la vasoconstricción inducida
por la hiperoxemia y la producción de ERO estimuladas por la hiperoxia y el estrés
oxidativo que originan. (31-40)
El estudio AVOID publicado en 2015, exploró las preocupaciones sobre el uso
rutinario de O2 en pacientes con IAM normoxémicos,(41) el cual no mostró
beneficios adicionales ni evidencia de aumento de la lesión miocárdica con
oxigenoterapia en pacientes normoxémicos con IAM con elevación del ST. Un
subestudio del AVOID informó un aumento de 17%-21% en el tamaño del IAM
(medido por los niveles de creatinquinasa y troponina cardiaca) en pacientes con
exposición a O2 a 6 l/min a través de mascarilla.(42) Un meta-análisis previo (cinco
ensayos, 1.173 participantes) mostró falta de beneficio en la mortalidad por O2
suplementario en pacientes con SCA que no eran hipóxicos, aunque la evidencia fue
de muy baja calidad y no pudo descartar efectos perjudiciales potenciales.(43) El más
destacado es el estudio DETOX2-SWEDEHEART,(44) que incluyó a 6.629 pacientes
basados en el registro de ensayos controlados aleatorios en los que los pacientes con
sospecha de infarto de miocardio y una SaO2 del 90% o más, fueron asignados al azar
para recibir O2 suplementario (6 litros por minuto durante seis a 12 horas,
administrado a través de una máscara facial abierta) o aire ambiente. El tratamiento
complementario con O2 a 6 l/min por 6–12 horas no se asoció con una reducción de
la mortalidad o el reingreso hospitalario dentro del año posterior al evento.(45) En los
análisis de un subgrupo, en pacientes normoxémicos con IAM con elevación del
segmento ST sometidos a intervención coronaria percutánea, el uso de O2 no afectó
significativamente la mortalidad a un año por todas las causas, ni la
rehospitalización por IAM, ni por shock cardiogénico o trombosis del stent.(44)
Aunque la terapia complementaria con O2 se usa comúnmente, no se ha asociado
con beneficios clínicos importantes. Hallazgos de ocho Ensayos Clínicos
Aleatorizados (ECA) respaldan el abandono de la práctica habitual de administrar O2
en pacientes normoxémicos.(46) Utilizando la totalidad de la evidencia disponible en
2017, otro meta-análisis demostró que el uso rutinario de la oxigenoterapia en
pacientes con IAM que no tuvieron hipoxemia, no reduce significativamente la
mortalidad por todas las causas: IAM recurrente, shock cardiogénico, insuficiencia
cardiaca, arritmias o el porcentaje de masa infartada.(47)
La administración de O2 en pacientes no hipoxémicos no ha mostrado beneficio
en infarto agudo de miocardio (IAM).(48) La sociedad europea de cardiología
203
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recomienda en el IAM con elevación del ST proporcionar O2 solo en pacientes con
hipoxemia (SaO2 < 90% o PaO2 < 60 mmHg) y no se recomienda el O2 de rutina si la
SaO2 ≥ 90%;(49) en el IAM sin elevación del ST proporcionar O2 si la SaO2 es <
90% o si el paciente presenta dificultad respiratoria.(50)
Un reciente panel de expertos,(9) hace una fuerte recomendación contra el inicio
de O2 suplementario cuando la SpO2 inicial es > 92% pues es probable que no haya
beneficios para iniciar la terapia y esta puede causar daño. El panel hace una
recomendación débil contra el O2 en pacientes con IAM con una SpO2 de 90-92%
pues es posible que no haya beneficios para los pacientes con esta SpO2 inferior. No
hay evidencia de beneficio del O2 suplementario iniciado en pacientes con infarto de
miocardio cuya SpO2 es ≥ 90%, pero existe al menos un riesgo modesto de daño.
204
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la administración conservadora del O2.(53)
205
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En la práctica, se propende por mantener una SaO2 ≥ 90% (81) y < 93%(9) es
decir, que la hipoxemia se convierte en la indicación de la oxigenoterapia, pero se
debe evitar la hperoxemia como en prácticamente todos los cuadros clínicos que
cursan con esta anomalía de la oxigenación.
206
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aumento de la supervivencia.(87) Esta estrategia debe considerarse en todos los
pacientes con SDRA grave como terapia complementaria a la ventilación con
protección pulmonar.
Con base en la evidencia actual con respecto a las demás terapias de rescate,
ninguna ha demostrado ser superior a las demás y cada una de ellas está asociada con
sus propios riesgos y beneficios. Por lo tanto, el orden de aplicación de estas terapias
varía en diferentes instituciones y debe aplicarse después de un análisis del riesgo-
beneficio específico para el paciente y la experiencia local. Las terapias de rescate,
con la excepción de la oxigenación con membrana extracorpórea y los
vasodilatadores pulmonares, se basan en los principios fisiológicos de la apertura de
alvéolos colapsados, con la consiguiente reducción de la fracciones de shunt y de
espacio muerto, mejorando así la distensibilidad pulmonar y el reclutamiento alveolar
y, por consiguiente, la ventilación.(84)
Oxígeno en pediatría
207
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mejora la oxigenación. Puede usarse de manera segura en salas pediátricas para el
tratamiento de la dificultad respiratoria moderada a grave de diversa etiología. Las
tasas de flujo han sido variables; la mayoría de los estudios relacionados con las tasas
de flujo han incluido a niños menores de dos años hospitalizados para el tratamiento
de la dificultad respiratoria moderada a grave debido a la bronquiolitis aguda.(91)
Una revisión Cochrane de 2014 sobre el uso de CNAF en la bronquiolitis definió el
flujo alto como un flujo de oxígeno/aire mezclado por encima de 2 l/min.(92) Una
revisión sistemática de 2016 de 26 estudios en niños con bronquiolitis observó una
variabilidad en el uso del flujo que oscila entre 6 y 10 l/min, y la mayoría utiliza hasta
8 l/min.(92) Pocos estudios han utilizado flujos basados en el peso (1-2 l/kg/min); la
velocidad de flujo máxima no ha superado los 8-10 l/min en la mayoría de la
literatura publicada actualmente en los Estados Unidos.(93) La justificación para la
dosificación basada en el peso de las tasas de flujo de CNAF se basa en estudios
fisiológicos que sugieren que un niño con dificultad respiratoria aguda, en el contexto
de la bronquiolitis, puede generar un flujo inspiratorio de hasta 1,2-1,5 l/kg/ min y,
por tanto, debería utilizarse un flujo de 2 l/kg/min para igualar su flujo inspiratorio.
(94)
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213
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Sexta parte
El oxígeno en situaciones especiales
214
ERRNVPHGLFRVRUJ
Capítulo 19
Oxigenoterapia domiciliaria
Dispositivos
Han sido los dispositivos más utilizados. Su principal ventaja se relaciona con el
suministro de un flujo continuo. Sin embargo, la corta duración de la operación, el
peso, el manejo y la logística para reemplazar los cilindros hacen que esta sea la
opción menos favorable para la oxigenoterapia domiciliaria. Los cilindros pequeños
se siguen utilizando para la ambulación o como sistemas de respaldo en algunas
situaciones en que se presentan fallas del fluido eléctrico que alimenta los
concentradores de O2 (Figura 19.1).(5)
215
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Figura 19.1. Cilindro portátil de O2
Oxígeno líquido
216
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Figura 19.2. Reservorio portátil de O2 líquido
Concentradores de oxígeno
217
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Figura 19.3. Ilustración de un concentrador portátil de oxígeno
Interfaces
218
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Figura 19.4. Cánula nasal superlarga (30 metros)
Humidificación
219
ERRNVPHGLFRVRUJ
moderada; específicamente, SpO2 en reposo 89-93% o hipoxemia por esfuerzo
definida por SpO2 ≥ 80% durante un periodo ≥ 5 minutos y < 90% durante ≥ 10
segundos durante la prueba de caminata de seis minutos.(17) Aunque los datos son
contradictorios, se advierte una diferencia importante, pues en los primeros ECAs la
indicación de la oxigenoterapia domiciliaria fue la hipoxemia grave y en el segundo
ECA fue la hipoxemia moderada. En una revisión reciente se toma como dato de
hipoxemia moderada un valor de PaO2 de 56 a 59 mmHg o SpO2 de 88% a 90%, con
la capacidad de mantener simultáneamente saturaciones de O2 superiores al 80% en
la caminata de seis minutos.(18)
Considerando las diferencias de manejo entre hipoxemia grave e hipoxemia
moderada, surge una pregunta: ¿en qué pacientes está realmente indicada la
oxigenoterapia domiciliaria? La respuesta parece ser sencilla: la PaO2 muy baja (<
50.5 mmHg) en el momento del alta hospitalaria proporciona una señal sobre el
potencial de identificar quién requerirá Oxigenoterapia a Largo Plazo (OLP) o terapia
con O2 continuo después de un ingreso hospitalario agudo,(19) o quién requerirá
solamente apoyo intermitente con O2.
220
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la indicación de la oxigenoterapia, así como el ajuste de la dosis de O2 según el
análisis de gases en sangre. La OLP debe apuntar a la corrección de la hipoxemia sin
causar hipercapnia. Es imperativo prestar mucha atención a la insuficiencia
respiratoria tipo 2 que se asocia con la mortalidad, esta se ha identificado como un
factor de riesgo independiente para la elevada mortalidad en pacientes con OLP.(28)
La ventilación no invasiva debe considerarse al inicio del plan de manejo de pacientes
seleccionados.
En resumen, la OLP está indicada en las siguientes situaciones:(6)
1. PaO2 ≤ en reposo 55 mmHg o SaO2 ≤ 88%.
2. Las mismas condiciones del ítem anterior, más mejoría de la hipoxemia
documentada con O2 durante el esfuerzo.
3. PaO2 en reposo o esfuerzo de 56-59 mmHg o SaO2 con cualquiera de las
siguientes condiciones: edema dependiente, P pulmonar en el
electrocardiograma (ECG); onda P superior a tres mm en derivaciones estándar
II, III o AVF y policitemia (hematocrito > 56%).
221
ERRNVPHGLFRVRUJ
vida relacionadas con la salud. Los autores concluyeron que en sujetos con EPOC
estable y desaturación con oxígeno en reposo o inducida por el ejercicio, el oxígeno a
largo plazo no proporcionó un beneficio en la mortalidad, ni ningún beneficio
sostenido en otros resultados. Estos resultados reiteran el cuestionamiento sobre la
efectividad de la oxigenoterapia domiciliaria en la hipoxemia moderada.
Oxigenoterapia nocturna
222
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La terapia con O2 intermitente ha sido indicada para la hipoxemia inducida por el
esfuerzo (disminución de SpO2 ≤ 88%).(18)
La oxigenoterapia de ráfaga corta consiste en la administración de O2 de manera
breve e intermitente antes y/o después del ejercicio, generalmente utilizada para
aliviar la disnea en ausencia de hipoxemia conocida. Investigadores en cuatro
estudios con un total de 156 pacientes han evaluado los efectos de ráfagas agudas de
O2 o aire comprimido antes de la prueba de caminata de seis minutos o
inmediatamente después de la realización de algunas actividades de la vida diaria.(36-
39) Solo un estudio realizó la intervención domiciliaria en un ensayo clínico de seis
meses.(37) A pesar de las importantes diferencias metodológicas, estos estudios
demostraron sistemáticamente la poca eficacia del O2 de ráfaga corta administrado
antes o durante la recuperación del ejercicio para mejorar los resultados clínicos
relevantes, incluida la disnea. El único ensayo a largo plazo de la terapia con O2 de
corta duración no informó ningún impacto en la calidad de vida.(37) Los autores de
una revisión sistemática concluyeron que había falta de eficacia del O2 de ráfaga corta
como terapia para aliviar la disnea.(40) No se recomienda el O2 de ráfaga corta para
aliviar la disnea en pacientes con EPOC.(20)
223
ERRNVPHGLFRVRUJ
relación con el manejo de los síntomas en pacientes con EPI; el uso de oxigenoterapia
varió considerablemente entre pacientes y se encontraron beneficios tanto físicos
como psicológicos, también desafíos prácticos y psicosociales asociados con el uso
del O2 en la EPI.(45)
La guía de manejo de la Fibrosis Pulmonar Idiopática (FPI) de 2011, respaldada
por varias sociedades respiratorias, recomendó que los pacientes con FPI con SpO2 en
reposo < 88% deben recibir tratamiento con O2 suplementario, pero no
proporcionaron criterios específicos para los pacientes con hipoxemia por esfuerzo.
(46) Una guía multisociedad de 2008 recomendó considerar la posibilidad de O2
ambulatorio para pacientes con FPI que tienen dificultad respiratoria, y que se
desaturan con el ejercicio (SpO2 < 90%), previendo una mejoría en la capacidad de
ejercicio y/o la disnea con O2 suplementario.(47) Una guía de 2015 de la British
Thoracic Society manifestó que la oxigenoterapia a largo plazo puede mejorar la
oxigenación y la supervivencia de los tejidos en pacientes con EPI con hipoxemia
crónica en reposo, al tiempo que previene complicaciones como la hipertensión
pulmonar; sugiere además que los pacientes con EPI con dificultad respiratoria grave
podrían considerarse candidatos a oxigenoterapia paliativa.(2) Sin embargo, esta guía
establece además que el O2 domiciliario no debe ofrecerse de forma rutinaria a
pacientes sin hipoxemia crónica en reposo.
La rehabilitación pulmonar puede jugar un rol benéfico en los pacientes con EPI
pues se postula que puede mejorar la disnea y función pulmonar. Esta parece ser una
intervención eficaz y segura para las personas con EPI a pesar de la falta de guías
clínicas que recomienden su uso.(48)
224
ERRNVPHGLFRVRUJ
bióxido de carbono (PaCO2) ≥ 45 mmHg a nivel del mar], hipoxemia [presión arterial
de oxígeno (PaO2) < 70 mmHg a nivel del mar] y trastornos respiratorios durante el
sueño.(50) El valor de la oxemia es útil a la hora de clasificar el SHO; es leve si la
PaO2 es ≥ 70 mmHg, moderado de 60-70 mmHg y severo < 60 mmHg; también sirve
para clasificar la respuesta al tratamiento, si la PaO2 es normal el cuadro será
controlado o parcialmente controlado y, será no controlado si la PaO2 es < 60 mmHg.
(51)
Si bien el SAOS cursa con hipoxemia, su tratamiento principal de soporte no es la
oxigenoterapia domiciliaria, sino la Ventilación No Invasiva (VNI); la terapia con
presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) es reconocida como la forma más
eficaz y efectiva en el manejo del síndrome.(52, 53) El tratamiento con CPAP por vía
nasal permite revertir los episodios de apnea, mejorar el patrón respiratorio nocturno
y la calidad del sueño, disminuyendo la somnolencia diurna y los trastornos
neuropsiquiátricos.
Si bien la oxigenoterapia está indicada en cuadros agudos que cursan con hipoxemia
en la edad pediátrica, otras enfermedades de este grupo son susceptibles de
tratamiento con oxigenoterapia crónica. Se dividen fundamentalmente en
enfermedades pulmonares y enfermedades cardiacas (Tabla 19.1.).(54)
Enfermedades pulmonares
Hipoplasia pulmonar
Bronquiolitis obliterante
Bronquiectasias
225
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Enfermedad pulmonar restrictiva
Enfermedades neuromusculares
Cuidados paliativos
226
ERRNVPHGLFRVRUJ
grupos de pacientes asignados al azar para continuar la atención hospitalaria
tradicional (grupo de hospital) o para continuar la oxigenoterapia en el hogar (grupo
de hospital en el hogar). Se reclutaron 44 niños con una edad promedio de 9,2 meses.
Solo un niño de cada grupo fue hospitalizado y no hubo complicaciones graves. Los
niños en el grupo de O2 domiciliario pasaron casi dos días menos en una cama de
hospital que los tratados como pacientes hospitalizados tradicionales, y se concluyó
que la oxigenoterapia domiciliaria es una alternativa viable a la oxigenoterapia
hospitalaria tradicional en niños seleccionados con bronquiolitis aguda.
Los reportes de Sandweiss y col., destacan en 2010 que la barrera para la
oxigenoterapia domiciliaria son la hipoxemia y la necesidad de aspiración nasal
profunda;(61) en 2012, informaron los resultados de una encuesta en la que se
identificó que la mayoría de médicos que tenían experiencia en el cuidado de
pacientes en oxigenoterapia domiciliaria después del alta hospitalaria, vivían en
altitudes elevadas y la mayoría encontraba difícil decidir cuándo descontinuar el
O2 suplementario;(62) en 2013, publicaron los resultados de la implementación de
un protocolo de oxigenoterapia domiciliaria que dio como resultado la reducción
de hospitalizaciones y la consecuente reducción de los costos de atención.(63)
La revisión de Freeman y Bajaj de 2018,(55) recomienda usar la SpO2 como uno
de los factores base para tomar decisiones y concluye que la oxigenoterapia
domiciliaria sigue siendo una alternativa práctica y segura frente a la hospitalización;
necesita una evaluación adicional, incluida la formulación de recomendaciones a
diferentes altitudes sobre el nivel del mar.
Problema Características
Muchos proveedores de atención médica que Los clínicos y los pacientes necesitan mejor acceso al
prescriben O2 carecen de los recursos y el EMD; a directrices sobre garantía de calidad,
conocimiento necesarios para prescribir sistemas y prescripción y documentación; y programas y
dispositivos de suministro, manera correcta y materiales educativos.
227
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eficiente para satisfacer las necesidades específicas
de sus pacientes.
Los pacientes con ciertas enfermedades pulmonares Se necesita mayor acceso a sistemas pequeños,
y los pacientes con mayores necesidades de O2 se ligeros y de alto flujo para optimizar la movilidad del
ven afectados en mayor grado que otros, debido a paciente.
sistemas portátiles inadecuados y físicamente
inmanejables.
Las compañías de EMD restringen a los pacientes Se necesita transparencia en torno a los procesos y
acerca de las opciones de equipos de O2 criterios que califican al personal de EMD para
estacionarios y portátiles. educar a los pacientes sobre la terapia de O2 y sobre
se definen, evalúan y abordan las métricas de control
de calidad.
228
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llevar a cabo una evaluación de riesgos para minimizar peligros potenciales,
especialmente para los niños y las personas que viven en viviendas de ocupación
múltiple.
Un riesgo previsible es el agotamiento del contenido del cilindro sin que exista
otro para suplir la situación, lo que pone en riesgo al paciente. Si se usa un
concentrador de O2 y se produce fallo en el suministro de energía eléctrica sin que
existan cilindros de respaldo también se genera una situación de riesgo.
Otros riesgos incluyen tropiezos y caídas debido a los cilindros de O2, los que son
responsabilidad del proveedor de O2 del hogar, quien tiene el deber contractual de
realizar una evaluación de riesgos.
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Capítulo 20
Oxigenoterapia paliativa
233
ERRNVPHGLFRVRUJ
pacientes que reciben oxigenoterapia se produce por reducción directa de la salida
del comando motor del control central. Otros mecanismos posibles son la reducción
de la hipoxemia, el ácido láctico sérico y la presión arterial pulmonar.(6)
El papel del O2 en el tratamiento de la disnea relacionada con el cáncer en
pacientes no hipoxémicos es cuestionable. Una revisión sistemática y meta-análisis de
seis estudios(7) con un total de 179 pacientes, encontró beneficio para los opioides y
falta de beneficio para el O2;(8) en cinco ensayos el tipo de intervención fue similar:
O2 (4 a 5 l/min) versus aire y en un ensayo, el O2 se comparó con el aire enriquecido
con helio y con aire medicinal.(9) Dos ensayos incluyeron solo pacientes en el
entorno ambulatorio, con una saturación superior al 90% y un nivel de
hemoglobina superior a 10 g/dl.(1, 10) La duración de la administración de O2 fue
generalmente muy corta (aproximadamente una hora) y no mejoró la disnea. Aunque
el ECA de Abernethy y col.,(1) tuvo mayor duración de seguimiento (siete días), no
se demostró diferencia estadísticamente significativa entre los efectos del aire y el
O 2 en la disnea refractaria.
La evidencia que respalda el uso de O2 en pacientes con cáncer terminal y disnea
no es convincente, pero es suficiente para apoyar un ensayo de O2 suplementario en
tales pacientes, especialmente si son hipoxémicos, pero si los pacientes son
intolerantes o no se benefician sintomáticamente, no hay razón para persistir con su
uso.(6)
Estudios preliminares(11-13) sobre la Cánula Nasal de Alto Flujo (CNAF) para la
paliación de la disnea en pacientes con afecciones terminales sugieren que, en virtud
de sus ventajas fisiológicas y subjetivas en comparación con la oxigenoterapia
estándar, la CNAF puede funcionar mejor para brindar comodidad y alivio de la
disnea; sin embargo, se necesitan más ensayos controlados para establecer esta
posibilidad puesto que, por la escasez de datos sobre su uso en pacientes que se
acercan al final de la vida, los clínicos deben tener cuidado con las recomendaciones
no basadas en la evidencia para no ofrecer caminos irreales frente a la recuperación.
(14)
La VNI puede ayudar a reducir la disnea al mejorar la oxigenación, la
ventilación, la carga resistiva en los músculos ventilatorios, la hiperinflación
dinámica y el trabajo de la respiración. La Society of Critical Care Medicine(15)
encargó a un grupo de trabajo que revisara el tema para brindar orientación sobre el
uso de la VNI en entornos de cuidados paliativos. Los autores identificaron objetivos
distintos para los pacientes en dos escenarios de este contexto: 1) Un escenario en el
que los pacientes deciden renunciar a la intubación, pero desean recibir terapia de
rescate con VNI con el objetivo de sobrevivir a la hospitalización, y 2) un escenario
en el que los pacientes buscan alivio de los síntomas –principalmente de la disnea– y
la supervivencia no es un objetivo realista para ellos. La mayoría de pacientes en los
dos escenarios, con el apoyo de sus familias, están interesados en sentirse cómodos
mientras mueren, pero algunos también pueden estar interesados en prolongar sus
234
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vidas por algunas horas mientras mantienen la cognición y la capacidad de
comunicarse mientras esperan a sus familiares o finalizan sus asuntos. En este
contexto, la VNI se consideraría efectiva si mejora la disnea y la dificultad
respiratoria sin causar otras consecuencias preocupantes.(6)
235
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Figura 20.1. Imagen tomográfica que ilustra el gran daño pulmonar en la EPOC
236
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Figura 20.2. Imagen tomográfica que ilustra la severidad del daño pulmonar en la EPI
237
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pulmonar tienen disnea severa con el esfuerzo y volúmenes pulmonares relativamente
conservados asociados con un deterioro desproporcionado del intercambio de gases.
Estos pacientes desarrollan alteraciones tempranas y graves en la circulación
pulmonar y tienen una peor supervivencia en comparación con pacientes con FPI que
no tienen enfisema.(29, 30) Los fumadores intensos pueden desarrollar fibrosis
pulmonar combinada con enfisema, con una supervivencia más corta en
comparación con los pacientes con FPI sola.(31)
La FPI tiene una evolución asintomática larga (de meses a años). Los pacientes
consultan cuando la gravedad de las lesiones pulmonares alcanza un umbral
suficiente para provocar síntomas. La mayoría de los pacientes siguen un declive
clínico y funcional lentamente progresivo después del diagnóstico; alrededor del 10%
presentan episodios de deterioro clínico agudo (exacerbaciones) que preceden y
posiblemente inician la fase terminal de su enfermedad. Unos pocos pacientes tienen
corta duración de la enfermedad con curso clínico rápidamente progresivo. La
rehabilitación pulmonar, los programas de educación y los grupos de apoyo pueden
ayudar a los pacientes a respirar de manera más eficiente y a realizar sus actividades
de la vida diaria con menos dificultad para respirar. La terapia con O2 suplementario
es comúnmente necesaria para tratar la hipoxemia que generalmente empeora con el
ejercicio.(31)
El O2 suplementario puede proporcionar alivio sintomático para los pacientes
con disnea intratable e hipoxemia significativa debido a enfermedades terminales,
incluida la enfermedad pulmonar en etapa tardía (recomendación GRADE: fuerte;
evidencia: muy baja).(32) Sin embargo, la hipoxemia puede no estar necesariamente
asociada con la experiencia subjetiva de la disnea, y la reversión de la hipoxemia con
la oxigenoterapia no necesariamente alivia la disnea. Aunque se sabe que el binomio
disnea/hipoxemia puede estar mal correlacionado(20) debe considerarse la
oxigenoterapia como elemento fundamental para el tratamiento de todos los pacientes
con EPI.(33)
Se ha sugerido alentar a los pacientes con EPI para que realicen una instrucción
anticipada por escrito (p. ej., un poder notarial duradero o un testamento en vida), o
que desean expresar una preferencia con respecto al uso de intervenciones de soporte
vital (p. ej., intubación o resucitación cardiopulmonar)(34) para definir en conjunto
con el personal de salud y la familia cuáles son los objetivos del paciente, referidos al
fin de la vida.
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240
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Séptima parte
El oxígeno en situaciones no
convencionales
241
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Capítulo 21
Requerimiento de oxígeno a grandes
alturas
242
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Figura 21.1. Representación esquemática de la clasificación y efectos de la altura
Tabla 21.1 Modificación de la PO2 como consecuencia de la altura sobre el nivel del mar
ASNM. Altura sobre el nivel del mar. PIO2. Presión de oxígeno en el aireo presión inspirada de oxígeno
243
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Figura 21.2. Representación de los efectos de la altura sobre la presión atmosférica y la disponibilidad
(presión) ambiental de oxígeno. Obsérvese que a medida que la altura aumenta, los otros dos parámetros
disminuyen
244
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Es obvio que el contexto descrito no ocurre en condiciones reales, simplemente
sirve para ilustrar los efectos de la presión de vapor de agua cuando se inspira aire
con PO2 reducida. El ascenso sobre el nivel del mar no solo afecta el valor de la
presión atmosférica. Otros parámetros físicos como la temperatura, la humedad
relativa, la gravedad, la radiación solar y la viscosidad y densidad del aire se
comprometen significativamente (Tabla 21.2).
Tabla 21.2. Modificación de parámetros físicos diferentes a la presión atmosférica como consecuencia de la
altura
Parámetro Modificación
físico
Temperatura Desciende un grado centígrado por cada 150 metros de ascenso sobre el nivel del mar
Gravedad Desciende 0.003086 mt/seg2 por cada 100 metros de ascenso sobre el nivel del mar
Radiaciones Aumentan de 2 a 4% por cada 100 metros de ascenso hasta 2.000 metros y en 1% a partir
de los 2.000 metros.
245
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que grupos de montañistas hayan coronado la cima del Everest? La respuesta a estos
interrogantes se construye a partir del conocimiento de los mecanismos de adaptación
a la altura, para tolerar y resistir la hipoxemia derivada de la disminución de la PIO2.
Adaptación aguda
246
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Figura 21.3. Efectos de la hiperventilación sobre la PAO2. Obsérvese que la reducción en la PACO2 (b) por la
hiperventilación incrementa la PAO2 (X) sí la PIO2 (a) se mantiene constante
Sin embargo, este mecanismo puede perder eficacia por el efecto que ocasiona la
reducción de la PaCO2 sobre el pH (alcalosis respiratoria) que desplaza la curva de
disociación de la hemoglobina a la derecha disminuyendo la afinidad Hb-O2.
Además, el aumento en los niveles de 2-3 DPG observados a grandes alturas apoya el
fenómeno. Aunque la desviación de la curva incrementa la afinidad, el consecuente
incremento en la liberación tisular de O2 suple tal ineficacia.
Sin embargo, este mecanismo puede perder eficacia por el efecto que ocasiona la
reducción de la PaCO2 sobre el pH (alcalosis respiratoria) que desplaza la curva de
disociación de la hemoglobina a la derecha disminuyendo la afinidad Hb-O2.
Además, el aumento en los niveles de 2-3 DPG observados a grandes alturas apoya el
fenómeno. Aunque la desviación de la curva incrementa la afinidad, el consecuente
incremento en la liberación tisular de O2 suple tal ineficacia.
La segunda adaptación aguda a la altura es el incremento en el gasto cardiaco. En
efecto, el organismo trata de mejorar el aporte de oxígeno a los tejidos incrementando
la frecuencia cardiaca para aumentar la cantidad de sangre que perfunde las células
por unidad de tiempo.
Con la respiración de aire seco y frío sumada a la hiperventilación y al probable
247
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aumento en la permeabilidad capilar se produce pérdida de agua por las vías
respiratorias, lo cual conduce a reducción del volumen plasmático, fenómeno que
genera la tercera adaptación aguda a la altura (hemoconcentración), con la cual el
organismo aumenta la cantidad de O2 transportado por unidad de volumen.
La gran altura puede ser abordada si se inhala O2 puro (100%, FiO2 = 1). En la Figura
21.2, se observa que a 6.100 metros de altura la presión atmosférica es de 349 mmHg
aproximadamente. Por ecuación de gas alveolar se deduce que en estas condiciones la
PAO2 es de solo 43 mmHg si la ventilación se ha elevado y la PACO2 ha descendido
a 20 mmHg. Por lo tanto, la PaO2 será de 33 mmHg (al restar de la PAO2 la DAaO2)
y la saturación de hemoglobina será cercana a 60%. Si se inhala O2 puro (FiO2 = 1),
la PAO2 asciende a 282 mmHg y la PaO2 aumenta significativamente, con lo que se
consigue saturar la hemoglobina al 100%.
La SaO2 requerida para garantizar una adecuada oxigenación hística es de 90%,
pero los fenómenos anaeróbicos se incrementan notablemente por debajo del 50% de
248
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saturación. Esta última cifra desciende por encima de los 7.000 metros inhalando aire
o por encima de los 14.300 metros respirando oxígeno puro. En consecuencia, las
alturas anotadas conforman el techo de ascenso. En teoría un sujeto podría ascender al
Everest sin problemas, si durante todo el trayecto respira O2 puro. Sin embargo, los
retos del deporte extremo motivan a los montañistas a coronar la cima sin equipo
auxiliar de O2 suplementario, exponiéndose a los peligros que entraña la hipoxia
severa (principalmente el edema pulmonar de las alturas asociado con incremento en
la presión de la circulación pulmonar, aumento en la permeabilidad capilar por
hipoxia y aparición de fenómenos microtrombóticos en los capilares pulmonares).
La inhalación de O2 puro no es inocua. Diversos efectos adversos se derivan del
uso de oxígeno al 100%. Si a grandes alturas se elimina el estímulo hipóxico con la
administración de concentraciones de O2 capaces de elevar la PaO2 por encima de los
valores normales, se anula el estímulo sobre los quimiorreceptores periféricos, lo cual
puede ser letal en una situación de emergencia (agotamiento del O2 por ejemplo).
Por otra parte, puede presentarse un efecto de shunt pues las altas presiones
alveolares de O2 pueden generar colapso alveolar. Si el sujeto inhala O2 puro (FiO2 =
1), el nitrógeno alveolar –uno de los factores involucrados en el mantenimiento de la
apertura alveolar– es progresivamente remplazado por O2; y si la FiO2 es inferior a 1
se producirá disminución en la presión alveolar de nitrógeno (PAN2) a valores en que
la presión de este gas perderá su eficacia como factor de apertura. Si simultáneamente
se produce obstrucción bronquial, el gas atrapado distalmente será absorbido por la
sangre puesto que la suma de las presiones parciales de los gases presentes en la
sangre venosa es inferior a la presión total de los gases en el ámbito alveolar (igual a
la atmosférica). Estos hechos generarán colapso alveolar en la medida en que todo el
gas alveolar sea captado por la circulación pulmonar, configurándose la atelectasia
por resorción de nitrógeno, la que obviamente cursa con aumento del cortocircuito
(efecto de shunt), en el que se produce hipoxemia, evento gasimétrico que puede
atenuarse por la vasoconstricción hipóxica generada por la atelectasia.
La toxicidad por oxígeno es una anomalía producida por las altas concentraciones
de oxígeno en el pulmón, de la cual no está exento el montañista que utiliza el gas
como medida suplementaria. En esta se producen radicales tóxicos, principalmente el
superóxido (O2-), el hidroxilo (OH-) y el peróxido de hidrógeno (H2O2), elementos
altamente tóxicos para el parénquima pulmonar. El organismo es capaz de
contrarrestar el incremento en la concentración de estos, mediante los barredores
internos tales como la superóxido dismutasa y la vitamina E.
La toxicidad por oxígeno puede ser aguda por utilización de altas concentraciones
de O2 en cortos periodos de tiempo, o crónica por el uso durante tiempos
prolongados, independientemente de la concentración.
249
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Después de ascender a gran altura, la incapacidad del cuerpo humano para adaptarse
al entorno hipobárico y a la hipoxemia puede inducir hipoxia tisular. Puede
presentarse una serie de enfermedades de gran altitud, como el Mal Agudo de
Montaña (MAM), el Edema Pulmonar de las Alturas (EPA), y se puede desarrollar
Edema Cerebral de gran Altitud (ECA). Los síntomas de la MAM incluyen dolor de
cabeza, mareos, náuseas y vómitos; el EPA se caracteriza por ortopnea, disnea en
reposo, tos y esputo rosado y espumoso; el ECA se caracteriza por ataxia y
disminución de la conciencia, lo que lleva a coma y hernia cerebral que sería fatal si
no se trata de inmediato.(2)
El EPA es un edema pulmonar no cardiogénico asociado con aumento de la
presión de la arteria pulmonar y aumento de la presión capilar,(1) en este cuadro, la
hipoxia cumple los criterios de agente causal.(3) Después de llegar a gran altura, la
presión arterial pulmonar normalmente aumenta, lo que puede mitigarse con la
administración de O2. Sin embargo, los sujetos susceptibles desarrollan
hipertensión arterial pulmonar grave, cuyo mecanismo implica la sobreactivación
simpática, la disfunción endotelial y la hipoxemia. (4, 5)
La adaptación cardiovascular al ambiente de hipoxia es parcialmente mediada por
el sistema nervioso simpático y la activación simpática promueve la vasoconstricción
pulmonar bombeando fluidos al alvéolo.(3) Un estudio en sujetos susceptibles a
edema pulmonar reveló que antes de que este se desarrolle, los individuos muestran
una activación simpática elevada inducida por hipoxia, directamente relacionada con
la hipertensión pulmonar. Los resultados sugieren que la sobreactivación simpática
puede contribuir a la hipertensión pulmonar exagerada en sujetos susceptibles al
edema.(6)
El óxido nítrico (ON) es un vasodilatador que desempeña un papel importante
en la respuesta fisiológica a la hipoxia. Este se produce por la ON sintasa
endotelial (eONS) que convierte la L-arginina en L-citrulina; el ON es de alguna
manera dependiente del oxígeno.(7) En condiciones hipóxicas, la expresión de
eONS se incrementa a través de la activación de factores de transcripción
inducibles por hipoxia (HIF1 y HIF2), que deberían conducir a la producción de
más ON. Por el contrario, en la altura la producción de ON en el pulmón
disminuye, lo que puede deberse a la reducción del oxígeno necesario para la
reacción.(8) Debido a la disminución de la biodisponibilidad de ON, las personas
susceptibles al EPA pueden desarrollar una vasoconstricción pulmonar hipóxica
excesiva que produce hipertensión pulmonar.(9) La adaptación humana exitosa y la
aclimatación a grandes alturas solo ocurrirían con niveles elevados de ON junto con
mejores respuestas hematológicas (p. ej., eritropoyesis y aumento de la cantidad de
hemoglobina) y ventilatorias (p. ej., aumento de la respuesta ventilatoria hipóxica)
(10) Algunos estudios han revelado que la densidad del ON exhalado en la población
hipóxica crónica de tibetanos que viven a 4.200 metros y los Aymara bolivianos a
3.900 metros, es mucho más alta que la de la población estadounidense que vive a
250
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baja altitud.(11) En comparación con una persona que vive a nivel del mar, las
concentraciones de productos circulantes de ON (incluidas las proteínas nitrato y
nitroso del plasma y los glóbulos rojos) son 10 veces más altas en el cuerpo de un
tibetano, lo que sugiere que el ON contribuye a la adaptación humana a la hipoxia de
gran altitud.(12)
De otra parte, la endotelina-1 (ET-1) un potente vasoconstrictor sintetizado por el
endotelio pulmonar, desempeña un papel en la regulación del tono vascular durante
el estrés hipóxico.(13) Una investigación encontró que 34 montañistas que
ascendían de baja altitud (110 metros) a alta altitud (4.559 metros) tenían la presión
sistólica de la arteria pulmonar (PASP) aumentada de 23 ± 4 mmHg a 39 ± 10
mmHg, lo que daba como resultado hipertensión pulmonar. Mientras tanto, sus
niveles de ET-1 en plasma arterial y venoso central aumentaron.(14) Otro estudio
encontró que durante el ascenso a gran altura, los niveles de ET-1 en plasma en 48
montañistas, aumentó significativamente. Además, a medida que aumenta el nivel de
ET-1, el MAM empeora. Por lo tanto, el nivel de ET-1 podría utilizarse para predecir
el MAM y su gravedad.(15)
Durante el ascenso de las personas a un área de gran altitud, la hipoxia causaría
elevación del Flujo Sanguíneo Cerebral (FSC) mientras que la hipocapnia causaría
una reducción; el balance de estos dos impactos es vital para la conservación del
FSC. Los aumentos significativos en la presión arterial y el FSC elevado podrían
causar un deterioro en la barrera hematoencefálica, lo que podría conducir a un edema
vasogénico(16) [55] y a ECA. Un estudio mostró que, en condiciones de hipoxia
normobárica (12% de O2), un aumento inicial del FSC en la etapa temprana retorna a
niveles normales, mientras que el volumen cerebral aumenta y el volumen del líquido
cefalorraquídeo disminuye, lo que conduce a hipertensión intracraneal. Además, se
encontró una relación positiva entre el aumento de la presión intracraneal y la
gravedad de los síntomas del MAM.(17)
El oxígeno a bajo flujo (< 2 l/min), administrado a través de una cánula nasal,
especialmente durante el sueño, es una estrategia razonable para la prevención del
MAM. Si esta se presenta, el oxígeno alivia de manera rápida y efectiva los síntomas,
especialmente el dolor de cabeza y el mareo. La administración nocturna de oxígeno
de bajo flujo (0.5-1 l/min) a menudo es suficiente para aliviar el MAM leve a
moderado.(18)
Las cámaras hiperbáricas portátiles (Figura 21.4) son efectivas para el tratamiento
del MAM grave.(19) El paciente entra en una cámara de tela con cremallera. Luego,
un rescatador eleva la presión ambiental dentro de la cámara a 0,9 kg/2,5 cm2 (2
lb/in2) con una bomba manual o automática. Este aumento en las presiones simula un
descenso de hasta 1.500 m (4.920 pies) dependiendo de la elevación.
251
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Figura 21.4. Ilustración de un modelo de cámara hiperbárica portátil. Tomada de:
http://www.medicalexpo.es/prod/oxyhealth-europe-mild-portable-hyperbaric-chambe
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253
ERRNVPHGLFRVRUJ
Capítulo 22
Comportamiento del oxígeno a elevadas
presiones ambientales
Figura 22.1. Representación esquemática del efecto de la profundidad sobre la presión. El individuo blanco
sumergido a 10 metros se encuentra expuesto a 2 atmósferas de presión. El sujeto gris sumergido a 40 metros
se encuentra expuesto a 5 atmósferas de presión y el sujeto negro sumergido a 60 metros se expone a 7
atmósferas
254
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Tabla 22.1. Producción de CO2 en diferentes condiciones
STPD. (S: Standard, T: Temperature, P: Pressure, D: Dry). Condiciones BTPS. (B: Body, T: Temperature, P: Pressure, S: Saturation).
Figura 22.2. Representación simplificada y aproximada de las modificaciones en las presiones de vapor de
H2O, CO2, O2 y N2 en las tres situaciones descritas en la Figura 22.1.
255
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presiones de O2 y N2 se elevan exageradamente. Estos incrementos son
potencialmente deletéreos.
Cuando se respira gas con una concentración de O2 fija, las presiones parciales en
alvéolo y sangre arterial aumentan con la profundidad. Esto tiende a atenuar la
quimiosensibilidad ventilatoria(1) y facilita la retención de CO2. De hecho, los buzos
experimentados se vuelven menos sensibles a las altas presiones parciales de CO2.(2)
Otro efecto de la inmersión durante el buceo es el desplazamiento central de la
sangre hacia el tórax por aumento de la presión hidrostática lo que aumenta la
precarga cardiaca. Concomitantemente, la exposición al ambiente relativamente frío
causa vasoconstricción periférica, lo que lleva a un aumento de la poscarga, agravada
por el uso de un traje de neopreno (generalmente ajustado) y las mayores presiones
parciales de oxígeno en la profundidad. Esto aumenta la presión arterial, el gasto
cardiaco y la carga de trabajo en el corazón. Estos cambios están implicados en el
desarrollo de edema pulmonar de inmersión, que resulta de falta de coincidencia entre
los volúmenes en los ventrículos derecho e izquierdo.(3, 4)
256
ERRNVPHGLFRVRUJ
mayor porcentaje de O2 junto al porcentaje proporcionalmente más bajo de
nitrógeno, permite a los buzos alargar los límites de no descompresión, acortar los
intervalos de superficie y obtener un amortiguador de seguridad adicional para la
enfermedad de descompresión en ciertas circunstancias de buceo). La toxicidad sobre
el SNC puede causar convulsiones similares a las convulsiones epilépticas, con
pérdida repentina de la conciencia y otros síntomas como náuseas, vómitos,
palpitaciones, constricción del campo visual, tinnitus y alucinaciones auditivas.
Estudios recientes han demostrado que las convulsiones debidas a la toxicidad del
SNC por O2 probablemente se pueden prevenir con los anticonvulsivantes
convencionales.(10)
257
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nitrógeno difunde a la sangre, se disuelve en el plasma y de este difunde a los demás
líquidos y tejidos corporales produciendo variados efectos dependientes de la
profundidad alcanzada (que modifica la presión) y del tiempo de inmersión (a mayor
tiempo mayores efectos por el incremento en la fracción disuelta y absorbida por los
tejidos). Entre estos se observan inicialmente euforia y sensación de felicidad que
progresan hasta la narcosis y la anestesia.
Otro inconveniente de la elevada PN2 se origina durante el ascenso rápido a la
superficie. El nitrógeno a elevada presión tiende a escapar rápidamente de los
tejidos por la descompresión súbita que invierte el gradiente, formando burbujas
que pueden producir lesiones graves; desde parálisis permanentes por ruptura de
nervios periféricos, dolores intensos en articulaciones y huesos, hasta trastornos
mentales graves, coma y muerte si las burbujas llegan o se producen en el sistema
nervioso central. Se debe esperar enfermedad por descompresión en cualquier
persona con síntomas nuevos después de una inmersión, y tratarse de inmediato
con altas fracciones de oxígeno y la administración de fluidos isotónicos hasta que
se proporcione la terapia de recompresión.(16) Estas intervenciones tienen como
objetivo mejorar la oxigenación de los tejidos isquémicos y la eliminación de los
estados de sobresaturación del gas inerte creando un gradiente de difusión y
asegurando una circulación suficiente.(17)
Dentro de las estrategias de prevención de este evento denominado síndrome de
descompresión súbita se sustituye el N2 por helio en la mezcla inspirada; gas que
posee la mitad de la solubilidad del N2 y por lo tanto se disuelve en menor
cantidad en los tejidos corporales.(18, 19) Además posee un peso molecular
significativamente inferior (alrededor de un séptimo del valor del N2) por lo cual
difunde con mayor rapidez a través de los tejidos, minimizando la formación de
burbujas.
Otra medida es la descompresión gradual sujeta a protocolos ya establecidos en
los que el tiempo de buceo parece ser el mayor determinante. Así por ejemplo, una
inmersión corta pero muy profunda (más de 60 metros) puede requerir varias horas de
descompresión. No obstante, es difícil mantener un individuo sumergido por varias
horas, por lo cual el uso de cámaras de descompresión (hiperbáricas) está indicado.
Asimismo, la cámara se utiliza cuando el síndrome ya está presente. El sujeto se
“comprime” nuevamente y se realiza la totalidad del procedimiento de descompresión
gradual. El tratamiento comienza a nivel del mar con 100% de O2 y terapia de
recompresión tan pronto como sea posible. Mientras que en todo el mundo se
implementan diversos procedimientos de recompresión, los protocolos de tratamiento
con O2 de la armada estadounidense con recompresión inicial a 2.8 atmósferas
absolutas y la administración de 100% de O2 han sido las más ampliamente usadas
desde su introducción en la década de los sesenta. Son altamente efectivos si se
administran sin un retraso excesivo después del desarrollo de los síntomas.(20) Otros
procedimientos utilizados en Europa y en otros lugares siguen los mismos principios
258
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generales de presión y respiración con O2.
Los síntomas causados por burbujas de gas inerte pueden resolverse
completamente sin terapia de recompresión, pero los procesos bioquímicos pueden
causar recaída en cuestión de horas.(21) En casos de Malestar de Descompresión
Espinal (MDE) con parálisis, algunos pacientes desarrollan trombosis venosa
profunda y posterior embolismo pulmonar.(22) Debido a que el MDE induce la
agregación plaquetaria, la adherencia y la formación de trombos, se recomienda
heparina de bajo peso molecular para todos los casos de inmovilidad con parálisis.
(23) La terapia de recompresión en una cámara hiperbárica se considera una terapia
definitiva para el MDE, por tanto, se debe ofrecer la compresión en todos los casos.
(24)
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Notas
2 SCUBA: denominación del aparato autónomo de respiración bajo el agua por sus siglas en inglés self
contained underwater breathing apparatus.
260
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Capítulo 23
El oxígeno durante el ejercicio
Figura 23.1. Ilustración del comportamiento del oxígeno y el dióxido de carbono durante el ejercicio. Para el
primero deben producirse adaptaciones para optimizar la captación y para el segundo debe optimizarse la
eliminación
261
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Tabla 23.1. Modificaciones del consumo de oxígeno (VO2) y la eliminación de CO2 como consecuencia de
la actividad física
Adaptaciones ventilatorias
262
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Figura 23.2. Fases de adaptación de la ventilación al ejercicio en función del tiempo
263
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Figura 23.3. Ilustración de la deuda de oxígeno
Adaptaciones cardiovasculares
264
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Hemodinámicamente es más conveniente el incremento en el VE y no en la FC por
las consecuencias adversas derivadas de la taquicardia, sin embargo, el incremento en
el VE suele ocurrir en el atleta entrenado y, el aumento en la FC en el sujeto
sedentario.(4-7) El aumento del VE es una condición que se consigue a través del
entrenamiento programado, secuencial y racional, con el que incluso el deportista
puede adquirir modificaciones morfológicas del corazón (hipertrofia) que le permiten
movilizar grandes volúmenes por latido, manteniendo una bradicardia sinusal en
reposo.(8)
Sin embargo, la respuesta cardiocirculatoria al ejercicio es rebasada ampliamente
por la respuesta ventilatoria, puesto que el gasto cardiaco aumenta de cinco a seis
veces (de 5 l/min en promedio a 25-30 l/min) mientras la ventilación lo hace de un
valor de reposo promedio de 5 l/min a 120 l/min y hasta 200 l/min en atletas
entrenados, de tal forma que los cambios de volumen minuto cardiaco solo llegan a
una cuarta parte del aumento de la ventilación.(9) Tal situación incrementa la relación
V/Q a cifras que se sitúan alrededor de cinco o más (V/Q ≥ 5), con lo que se
establecen condiciones de Zona I de West en el pulmón (Tabla 23.2). Esto quiere
decir que los límites de adaptación del organismo al ejercicio los impone
principalmente el sistema circulatorio y no el respiratorio.
Tabla 23.2. Modificación de la relación V/Q como consecuencia del incremento de la ventilación (V) y el
gasto cardiaco (Q)
265
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mismos. El resultado neto es un aumento del suministro de sangre a los músculos que
trabajan mientras que el flujo de sangre a los músculos que no funcionan se reduce.
Cabe señalar que la vasoconstricción en el corazón y el cerebro no se produce
durante el ejercicio, ya que tanto el corazón como el cerebro son tan importantes
para el ejercicio como los músculos que trabajan.
Transporte de oxígeno
266
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En el ámbito del transporte de O2 la curva de disociación de la Hb se desplaza a la
derecha favoreciendo la liberación tisular del gas. Esta desviación se debe al aumento
en la PaCO2 y la concentración de H+, a la disminución (acidificación) del pH, y al
incremento en el 2,3 DPG durante las reacciones de metabolismo anaeróbico.
Además, el incremento en el hematocrito por el paso de líquido a los músculos
activos y por las pérdidas generadas en la sudoración que tienden a deshidratar al
individuo, mejoran el DO2 por el aumento en la cantidad de O2 transportado por
unidad de volumen. Simultáneamente, la apertura de capilares tisulares por el
incremento en las presiones de perfusión y en el Q optimiza la oxigenación hística.
Fatiga
267
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de modificaciones en el CaO2, el flujo sanguíneo o una combinación de ambos, y
pueden inducirse mediante ejercicio intenso incluso a nivel del mar.(12)
268
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somnolencia, por lo tanto, los individuos con estos signos sumados a ningún aumento
en la SpO2 con O2 suplementario durante la actividad física, no son candidatos para el
O2 suplementario con la actividad, y en ellos debe reevaluarse el programa de
tratamiento.
En el paciente neuroquirúrgico que recibe O2 suplementario, deben tenerse
precauciones si la SpO2 es ≤ 88%, en estos casos no debe realizarse ejercicio
terapéutico, es una contraindicación absoluta.(17) Esta recomendación se extiende en
la práctica a todos los cuadros clínicos en los que la SpO2 se encuentre < 88% con O2
suplementario; por ejemplo, se sabe que la desaturación por esfuerzo –incluido el
ejercicio terapéutico– es común en sujetos con enfermedad pulmonar intersticial y en
ellos la pobre tolerancia al ejercicio y la peor función pulmonar están asociadas con la
prescripción de oxigenoterapia ambulatoria.(18) En contraparte, la SpO2 puede
mejorar con el ejercicio en diversos cuadros clínicos; se ha demostrado que este tiene
efecto aditivo en la producción de esputo e incrementa la SpO2 en adolescentes y
adultos con fibrosis quística cuando se usa antes de la depuración de las vías
respiratorias; (19, 20) la fisioterapia combinada con la oxigenoterapia contribuye a la
mejoría en la oxigenación en pacientes con cuadros respiratorios (ocupación pleural,
asma y neumonía) cardiovasculares (infarto de miocardio en fase I de rehabilitacion),
neurológicos (síndrome de Guillain Barre, enfermedad cerebrovascular, trauma
cráneo encefálico, polineuropatía y miopatía del paciente crítico), postoperatorios
(cirugía abdominal, cardiaca y torácica no cardiaca), entre otras.(21) En términos
generales, la suplementación de O2 está indicada en todo paciente tributario de
intervención fisioterapéutica, excepto en situaciones en que se evidencie
desaturación durante el ejercicio terapéutico con suministro de oxigenoterapia.
Para optimizar las capacidades funcionales de los individuos se deberían tener en
cuenta algunas recomendaciones generales sobre el uso de O2 suplementario durante
la terapia física: 1) Debe evaluarse la necesidad de O2 suplementario en reposo y con
actividad, incluidos los dispositivos de suministro de O2 suplementario apropiados; 2)
Debe instruirse a los pacientes en el uso de ejercicios respiratorios apropiados para
optimizar la utilización de O2 suplementario y disminuir la disnea; 3) Debe titularse
adecuadamente la administración del O2 suplementario con actividad; y 4) Debe
prescribirse adecuadamente el ejercicio con el ajuste óptimo de O2 suplementario
para aumentar el rendimiento funcional.(13)
REFERENCIAS
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270
ERRNVPHGLFRVRUJ
Capítulo 24
El oxígeno en viajes aéreos
Como regla general, antes del decolaje de una aeronave se escucha un aviso de
precaución de la tripulación que expresa: “Si la cabina pierde presión, las máscaras de
oxígeno caerán del área superior. Coloque la máscara sobre su propia boca y nariz,
antes de ayudar a los demás”. Es claro que se emiten tres mensajes que vale la pena
analizar para comprender la oxigenoterapia dentro de un avión: 1) Puede presentarse
pérdida de presión dentro de la cabina, 2) en tal caso, debe usarse oxígeno, y 3) el
pasajero debe usar el O2 en su propio beneficio antes de auxiliar a los demás.
271
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curva de disociación pueden experimentar reducciones significativas en la saturación
de oxígeno con pequeños cambios en la presión del oxígeno inspirado (Figura 24.1).
(3)
Figura 24.1. Representación esquemática del impacto de un evento no fisiológico sobre la PaO2 y la SaO2 en la
parte empinada de la curva de disociación. El sujeto tiene una PaO2 basal de 62 mmHg. Un cambio que lo
desplace 30 mmHg hacia la izquierda lo ubica en la porción pendiente de la curva, donde experimenta una
grave hipoxemia y una grave disminución en el porcentaje de saturación de Hb y por tanto una hipoxia severa
272
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Figura 24.2. Relación entre altura sobre el nivel del mar y presión de oxígeno (PO2). Es claro que, a medida
que aumenta la altura, la PO2 disminuye
273
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Figura 24.3. Representación de la relación entre altura y presión atmosférica. A medida que la aeronave
asciende, la presión disminuye, lo que hace imperativa la presurización de la cabina para proteger la vida
Los individuos con una PaO2 estable en tierra de más de 70 mmHg, o una
saturación de oxígeno estable ≥ 94%, no requieren oxigenoterapia en vuelo. Una
prueba práctica de la condición física para volar es ver si un sujeto puede caminar 50
yardas (45.7 metros) a un ritmo normal o subir un tramo de escaleras sin que
experimente disnea. Un test denominado prueba de simulación de hipoxia-altitud
(HAST -Hypoxia-Altitude Simulation Testing) se realiza haciendo que el paciente
respire una mezcla de 85% de nitrógeno y 15% de oxígeno, que pretende simular el
entorno de la cabina del avión en altura. Los indicadores de la necesidad de oxígeno
suplementario en vuelo incluyen: reducción de la PaO2 a menos de 55 mmHg y/o
reducción de la saturación de oxígeno a menos del 85%. (7) En términos prácticos,
podría afirmarse que un sujeto normóxemico a 8.000 pies (2.438 metros) de altura no
requerirá O2 durante el vuelo, mientras que un sujeto hipoxémico en su estado basal,
pero en iguales condiciones de altura, si requerirá oxigenoterapia.
Con el envejecimiento de la población y un estimado de 384 millones de personas
que viven con EPOC en todo el mundo,(8) se supone que una proporción significativa
de la población que viajará en avión, tendrá una enfermedad pulmonar subyacente. El
oxígeno ambulatorio es un tratamiento bien establecido para la hipoxemia en reposo o
inducida por el ejercicio, y el uso de oxígeno en vuelo aumenta entre un 10 y un 12%
por año.(9) Los aviones comerciales a menudo vuelan a altitudes de 30.000 pies; con
cabinas presurizadas a altitudes de 6.000 a 8.000 pies, con un FIO2 equivalente a
274
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0,15,(10) por lo que los suplementos de O2, para aquellos que reciben oxigenoterapia
ambulatoria, son de suma importancia. A nivel práctico, viajar con O2 ambulatorio
proporciona muchos obstáculos físicos y financieros para los pacientes; se ha
demostrado que las dificultades de movilidad están asociadas con EPOC(11) y
fibrosis pulmonar.
La evaluación previa al vuelo es importante para determinar la aptitud del
pasajero potencial para volar. La consideración de la presión ambiental de la cabina,
la duración del vuelo y el destino, junto con una evaluación de la gravedad funcional
y la reversibilidad de los problemas respiratorios, deben tener en cuenta la toma de
decisiones médicas con respecto a la idoneidad para el vuelo. Los pacientes que
requieren oxígeno suplementario al nivel del mar requerirán mayor suplementación
durante el vuelo. Los pacientes que se desaturan fácilmente con actividad o que
tienen saturaciones de oxígeno a nivel del mar, más bajas de lo normal también
necesitarán oxígeno suplementario durante el vuelo. Sin embargo, la disponibilidad y
el costo de oxígeno suplementario varían dependiendo de la aerolínea; incluso
aquellas compañías que ofrecen oxígeno generalmente solo lo ofrecerán durante el
vuelo. Además, el oxígeno transportado en el avión está destinado principalmente
para su uso a través de máscaras desplegables de emergencia que se liberan solo en
el caso de una emergencia en vuelo, como la descompresión de la cabina. De lo
contrario, hay un suministro muy limitado de oxígeno disponible para el uso de los
pasajeros que utilizan oxigenoterapia continua,(3) para los que se recomienda que,
desde el punto de origen hasta el destino, realicen arreglos individuales para el
suministro de oxígeno suplementario continuo utilizando concentradores de oxígeno
portátiles, debido a que, en general, se prohíbe el uso de tanques de oxígeno
personales durante los viajes en avión porque el gas comprimido o el oxígeno
líquido se definen como un material peligroso durante el vuelo. Debido a que el
suministro de energía eléctrica en el asiento no está disponible en la mayoría de las
aeronaves, los pasajeros deben viajar con un suministro de baterías que tengan
suficiente potencia durante toda la duración del vuelo y todas las conexiones a tierra,
además de los imprevistos (cancelaciones, retrasos).(12)
Tabla 24.1. Recomendaciones acerca de las necesidades de evaluación, de las sociedades importantes de
medicina respiratoria o de aviación
275
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enfermedad crónica pulmonar o cardiaca
276
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hay datos de estudios pequeños que indican que una SpO2 de línea base > 95% no
descarta la necesidad de oxígeno en vuelo en asmáticos graves y, por lo tanto,
ellos deben someterse al test antes de viajar en avión.(14)
(Adaptada de Edvardson, A., Akero, A., Christensen, C. C., Rvg M., Skjønsberg, O. H. Air travel and chronic obstructive pulmonary disease: a new algorithm
for pre-flight evaluation. Thorax. 2012, 67(11), 964-969(13)
Altura
277
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Tabla 24.4. Signos y síntomas dependientes del tiempo de hipoxemia/hipoxia
278
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43.000 9 - 12 segundos Nominal*
* Como regla general, se puede suponer que el TCU después de la descompresión a altitudes de 40.000 pies se reducirá en un 50 por ciento. Por encima de
los 43.000 pies, el TCU se reduce al tiempo que tarda la sangre en circular desde el pulmón al cerebro, más que cualquier reserva de oxígeno almacenada en
el cerebro.
279
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algunas de las más comunes quejas en vuelo, y representan hasta el 14% de las
emergencias médicas que ocurren en vuelos comerciales.(2, 23) Las emergencias
respiratorias espontáneas o de novo pueden ocurrir y ocurren, pero las quejas
respiratorias en vuelo se deben más a menudo a exacerbaciones de la enfermedad
pulmonar existente, incluida la EPOC y la hipertensión pulmonar. En cualquier lugar
del 18 al 44% de los viajeros aéreos tienen un diagnóstico de EPOC, y
aproximadamente el 25% de los viajeros con EPOC experimentan síntomas de
hipoxia en vuelo.(24)
A medida que continúa la crisis de la obesidad, las condiciones que predisponen
al desarrollo de hipertensión pulmonar secundaria, como la apnea obstructiva del
sueño y el síndrome de hipoventilación por obesidad, están en aumento.(25) El
envejecimiento de la población también contribuye a que un mayor número de
pacientes con diagnóstico de hipertensión pulmonar primaria o secundaria,
desarrollen hipoxia sintomática en el aire.(26) Una amplia gama de los pacientes
corre riesgo de descompensación en la altura, incluidos aquellos con enfermedades
quísticas pulmonares, los que se han sometido recientemente a una cirugía torácica o
han sufrido un traumatismo, incluso aquellos con enfermedad cardiaca primaria que
se presenta como insuficiencia respiratoria.(6)
Cuando ocurre una emergencia respiratoria en vuelo, las opciones de intervención
son limitadas. Es obvio suponer que si dentro del avión hay un médico o personal de
salud entrenado, la intervención podría ser guiada hacia los siguientes objetivos: 1)
Revisar los signos vitales y administrar oxígeno suplementario (de ser necesario
empíricamente si no hay disponibilidad de pulso-oxímetro); y 2) escuchar sonidos de
los pulmones y evaluar al paciente para descartar neumotórax a tensión, que podría
ser rápidamente fatal.(6) En cualquier caso, debe solicitarse a la tripulación la
intervención, particularmente si se detecta que la disnea se asocia con patología
cardiaca.
Si la disnea es debida a crisis de broncoespasmo, debe indicarse el uso de un
inhalador personal preferiblemente con cámara espaciadora. En el caso de
insuficiencia respiratoria hipoventilatoria, el soporte respiratorio puede ofrecerse
fácilmente mediante el uso de un resucitador manual (sistema de bolsa-válvula-
máscara). La hipercapnia se debe considerar en los pasajeros que presentan un estado
mental deprimido y que corren el riesgo de sufrir de apnea obstructiva del sueño o
síndrome de hipoventilación por obesidad.
Vuelos espaciales
280
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nitrógeno al 50% a una presión ambiental –dentro de la nave– de 390 mmHg (la
mitad de la normal a nivel del mar); estas dos últimas formas se usan para prevenir la
toxicidad por O2.(28) En el interior de los trajes espaciales presurizados, se utilizan
presiones promedio de [30 - 40 kpa (225 - 300 mmHg)].(29, 30) Si la presión de un
traje espacial es inferior a la presión en el interior de la nave espacial, y se programan
salidas de la nave, los astronautas deben realizar un proceso de descompresión para
purgar el nitrógeno de su sangre respirando oxígeno puro, puesto que la atmósfera de
un traje está compuesta exclusivamente por oxígeno, solo podría evitarse este proceso
si la atmósfera de la nave también fuera de oxígeno puro como en las naves Apolo, o
si se usa un traje rígido de alta presión. El oxígeno inspirado se obtiene por
electrolisis del agua.
Los vuelos espaciales eliminan los efectos de carga normales de la gravedad en el
sistema cardiovascular e inician un desacondicionamiento “similar al
envejecimiento”, incluida la pérdida de la condición física, la rigidez arterial y el
desarrollo de resistencia a la insulina.(31) Otros efectos fisiológicos son la
disminución de la masa eritrocitaria, del volumen sanguíneo y del gasto cardiaco, la
disminución de la fuerza muscular y de la capacidad de trabajo y la pérdida de masa
ósea.(27) Como se produce alteración eritrocitaria, el transporte de oxígeno se
compromete así no se detecten cambios significativos en la saturación de
hemoglobina. Adicionalmente, la exposición a elevadas fuerzas G produce atelectasia
por aceleración, neumotórax, edema pulmonar y trombosis venosa profunda.(32-35)
[La fuerza G no es una medida de fuerza sino una medida de aceleración. Una
aceleración de 1G es generalmente considerada como igual a la gravedad estándar,
que es de 9.8 metros por segundo cuadrado (m/s2)].
La exposición a la radiación cósmica durante un viaje espacial podría inducir una
enfermedad cardiovascular tardía; aún no se sabe si existe una dosis de radiación de
umbral para los efectos cardiovasculares adversos. Las contramedidas para reducir el
riesgo de enfermedades cardiovasculares inducidas por la radiación asociadas con los
vuelos espaciales incluyen el mantenimiento de la condición física, las intervenciones
dietéticas y nutracéuticas y el blindaje contra la radiación,(27) (nutraceútico se refiere
a un alimento o parte de un alimento que proporciona beneficios médicos o para
la salud, incluyendo la prevención y/o el tratamiento de enfermedades).
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Índice
Prólogo 8
Prefacio 9
Primera parte. El oxígeno en diferentes ámbitos 11
1. El oxígeno en el aire ambiente 12
2. El oxígeno en el espacio muerto anatómico 24
3. El oxígeno en los alvéolos 31
4. El oxígeno en la sangre arterial 37
5. El oxígeno en la célula 53
6. El oxígeno en la sangre venosa 60
Segunda parte. Déficit del oxígeno 68
7. Hipoxemia 69
8. Hipoxia 81
9. Índices de oxigenación 89
Tercera parte. Equipos y sistemas de oxigenoterapia 98
10. Sistemas de producción y provisión del oxígeno 99
11. Oxigenoterapia convencional 113
12. Oxigenoterapia con cánula nasal de alto flujo 134
13. Oxigenoterapia hiperbárica 147
Cuarta parte. Efectos adversos del oxígeno 155
14. Efectos secundarios de la oxigenoterapia convencional 156
15. Hiperoxemia e hiperoxia 164
16. Toxicidad del oxígeno 173
Quinta parte. Administración segura del oxígeno 185
17. Recomendaciones sobre el uso seguro del oxígeno 186
18. Oxigenoterapia segura en situaciones clínicas frecuentes 199
Sexta parte. El oxígeno en situaciones especiales 214
19. Oxigenoterapia domiciliaria 215
20. Oxigenoterapia paliativa 233
Séptima parte. El oxígeno en situaciones no convencionales 241
21. Requerimiento de oxígeno a grandes alturas 242
22. Comportamiento del oxígeno a elevadas presiones ambientales 254
23. El oxígeno durante el ejercicio 261
24. El oxígeno en viajes aéreos 271
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