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Batallas de junin y ayacucho 65pag.

edwar laime

La Campaña de Ayacucho

L a desintegración del cuerpo de observación de Canterac obligó a La Serna a llevar


desde Potosí a Jerónimo Valdés, quien acudió a marchas forzadas con sus soldados.
Reunidos los generales realistas, y a pesar de las muestras de sincera adhesión del
Cusco, el virrey descartó un asalto directo por la falta de instrucción de sus milicias,
aumentadas mediante reclutas masivas de campesinos unas semanas antes. Por el
contrario intentó cortar la retaguardia de Sucre a través de maniobras de marchas y
contramarchas, que se sucedieron desde el Cusco hasta el encuentro en Ayacucho, a lo
largo de la cordillera andina. De esta forma, los realistas buscaron un golpe de mano que
obtuvieron el 3 de diciembre en la batalla de Corpahuaico o Matará, donde a costa de tan
solo 30 hombres ocasionaron al ejército libertador más de 500 bajas y la pérdida de
buena parte del parque y la artillería. Pero Sucre y su estado mayor lograron mantener la
organización de la tropa e impidieron al virrey explotar ese éxito local. Aún a costa de
sensibles pérdidas en hombres y material Sucre mantuvo al Ejército Unido en repliegue
ordenado, y siempre situado en posiciones aseguradas, de difícil acceso como el campo
de Quinua.
Otro libro de memorias, In the service of the Republic of Peru del general Guillermo Miller,
ofrece la visión de los independentistas. Además del talento de Bolívar y el de Sucre, el
Ejército Unido se nutrió de buena parte de la experiencia militar del siglo: el batallón Rifles
del ejército de Colombia, se encontraba compuesto de tropas mercenarias europeas, que
en su mayoría eran voluntarios británicos. Esta unidad sufrió considerables bajas en
Corpahuico. También se encontraban entre sus filas veteranos de la Independencia
española, norteamericana, y Guerras de Independencia Hispanoamericana hasta casos
como el mayor de origen alemán Carlos Sowersby, veterano de la batalla de Borodino
contra Napoleón Bonaparte en Rusia.
Los realistas habían consumido sus recursos en una guerra de movimientos sin haber
logrado obtener una victoria decisiva sobre el ejército libertador. Por la extrema dureza de
las condiciones de una campaña en la cordillera andina, ambos ejércitos quedaron con el
número de sus tropas seriamente reducidas por enfermedad y deserción, que afectó en el
mismo grado a los independientes, y que igualmente se focalizó en milicias carentes de
instrucción militar o la recluta formada de prisioneros enemigos. Los jefes realistas se
habían posicionado en las alturas del cerro Condorcunca (en quechua: cuello de cóndor),
una buena posición defensiva que no podían sostener dado que en menos de cinco días
se verían obligados a retirarse por la hambruna de la tropa, lo que equivalía a la
dispersión de su ejército y una segura derrota por la próxima llegada de refuerzos de
Colombia, motivo por el cual se vieron impulsados a tomar una decisión desesperada: la
batalla de Ayacucho daba comienzo.
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Existe un debate en torno a las


cifras de combatientes ya que la cifra de realistas del parte de batalla de Sucre se tomó
en realidad del listado militar español capturado con el número de hombres al salir del
Cuzco. Pero hay que tener presente que unos y otros comenzaron la campaña con un
estado inicial de fuerza de ejércitos (8500 independientes vs. 9310 realistas) que
disminuyeron su número en las semanas siguientes de campaña, hasta el mismo día de
la batalla (5780 independientes vs. 6906 leales) por las razones expuestas anteriormente.
En el campo de batalla los realistas sumaban 5876 infantes y 1030 de caballería.
Ejército Libertador

 Comandante: general Antonio José de Sucre


 Jefe del Estado Mayor - general Agustín Gamarra
 Caballería – general Guillermo Miller
 Primera División - general José María Córdova (2300 hombres)
 Segunda División - general José de La Mar (1580 hombres)
 Reserva - general Jacinto Lara (1700 hombres)
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Ejército Real del Perú

 Comandante: virrey José de la Serna
 Comandante de Caballería – brigadier Valentín Ferraz
 Jefe del Estado Mayor – teniente general José de Canterac
 División de Vanguardia - general Gerónimo Valdés (2006 hombres)
 Primera División - general Juan Antonio Monet (2000 hombres)
 Segunda División - general Alejandro González Villalobos (1700 hombres)
 División de Reserva - general José Carratalá (1200 hombres)
Desarrollo de las acciones[editar]

El dispositivo organizado por los planes de Canterac preveía que la división de


vanguardia de Valdés rodease en solitario la agrupación enemiga, cruzó el río Pampas
para fijar en el terreno a las unidades de la izquierda de Sucre, lo que se realizaba en la
primera fase de la batalla. Mientras, el resto del ejército realista descendía frontalmente
desde el cerro Condorcunca, abandonó sus posiciones defensivas y cargó contra el
grueso del enemigo al que esperaba encontrar desorganizado, quedarían en reserva los
batallones Gerona y Fernando VII dispuestos en segunda línea para ser enviados a
donde fueran requeridos.
Sucre se dio cuenta inmediatamente de la arriesgada maniobra, que resultaba evidente
en la medida que los realistas se encontraban en una pendiente, imposibilitados de
camuflar sus movimientos. El coronel español Joaquín Rubín de Celis, que mandaba el
Regimiento primero del Cuzco, y que debía proteger el emplazamiento de la artillería, que
aún se encontraba despiezada y cargada en sus mulas, se adelantó impetuosamente al
llano muy prematuramente, interpretó defectuosamente órdenes directas del Virrey "se
arrojó solo y del modo más temerario al ataque" donde su unidad fue destrozada y él
mismo muerto en el decisivo contraataque de la división de Córdova, que entonces
avanza en compactas formaciones de línea, y que con un fuego eficaz también empuja
atrás a los dispersos tiradores de la división de Villalobos, acabados de descender en
formaciones de Guerrilla. La división de Córdova, apoyada por la caballería de Miller,
acometió directamente a la masa desorganizada de tropas realistas que sin poder formar
para la batalla descendían en hileras de las montañas, fue en este ataque cuando el
general José María Córdova pronunció su famosa frase "División, armas a discreción, de
frente, paso de vencedores".
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Viendo el descalabro que había sufrido su izquierda, el general Monet, sin esperar que su
caballería formara en el llano, cruzó el barranco y a la cabeza de su división se lanzó
sobre la de Córdova logró formar en batalla a dos de sus batallones pero prontamente
atacado por la división independentista fue envuelto antes que el resto de sus tropas
pudieran formar también en batalla. Durante estas acciones Monet fue herido y tres de
sus jefes muertos. Los dispersos de su línea arrastraron en su retirada a las masas de
milicianos. La caballería realista al mando de Ferraz cargó sobre los escuadrones
enemigos que acosaban la izquierda de Monet, pero que apoyados por el vivo fuego de
su infantería causaron una enorme cantidad de bajas en los jinetes de Ferraz cuyos
sobrevivientes fueron obligados a volver grupas y retirarse del campo de batalla.
En el otro extremo de la línea, la segunda división de José de La Mar apoyada por el
batallón Vargas de la tercera división de Jacinto Lara detuvieron juntas la acometida de
los veteranos de la vanguardia de Valdés que se habían lanzado a tomar la solitaria casa
ocupada por algunas compañías independentistas, las cuales fueron arrolladas en
principio y obligadas a retroceder, y serían reforzadas por la carga de los Húsares de
Junín bajo la dirección de Miller y luego por los granaderos a caballo volvieron al
ataque,60 al que se sumaría luego la victoriosa división de Córdova.
El Virrey La Serna y demás oficiales intentaron restablecer la batalla y reorganizar a los
dispersos que huían y el mismo general Canterac dirigió la división de reserva sobre la
llanura. Sin embargo los reclutados de los batallones Gerona no eran los mismos que
habían vencido en las batallas de Torata y Moquegua, pues durante la rebelión de
Olañeta habían perdido a casi todos sus veteranos e incluso a su antiguo comandante
Cayetano Ameller. Esta tropa compuesta por soldados forzados a combatir se dispersó
antes de enfrentar al enemigo siguiéndole luego tras una débil resistencia el
disminuido batallón Fernando VII. A la una de la tarde el virrey había sido herido y hecho
prisionero junto a gran número de sus oficiales, y aunque la división de Valdés seguía
combatiendo en la derecha de su línea, la batalla estaba ganada para los
independentistas. Las bajas confesadas por Sucre fueron 370 muertos y 609 heridos
mientras que las realistas fueron estimadas en 1800 muertos y 700 heridos, lo que
representa una elevada mortandad en combate.
Con los diezmados restos de su división Valdés logró retirarse a las alturas de su
retaguardia donde se unió a 200 jinetes que se habían agrupado en torno al general
Canterac y a algunos pocos dispersos de las derrotadas divisiones realistas cuyos
desmoralizados soldados en fuga llegaron incluso a disparar contra los oficiales que
intentaban reagruparlos. Con el grueso del ejército real destruido, el mismo virrey en
poder de los patriotas, y su enemigo Pedro Antonio Olañeta ocupó la retaguardia, los
jefes realistas optaron por la capitulación tras la batalla

La capitulación de Ayacucho
Es el tratado firmado por el jefe de estado mayor realista, Canterac, y el general Sucre al
concluir la batalla de Ayacucho, el mismo 9 de diciembre de 1824. Sus principales
consecuencias fueron varias:

 El ejército realista bajo el mando del virrey La Serna renunciaba a seguir la lucha.
 La permanencia de los últimos soldados realistas en las fortalezas del Callao.
 La República del Perú debió saldar la deuda económica y política a los países que
contribuyeron militarmente a su independencia.
Bolívar convocó desde Lima al Congreso de Panamá, el 7 de diciembre, para la unidad de los
nuevos países independientes. El proyecto fue ratificado únicamente por la Gran Colombia.
Cuatro años más tarde la Gran Colombia, a causa del deseo personal de muchos de sus
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generales y de la ausencia de una visión unitaria, terminaría dividiéndose en las naciones que
forman actualmente.
La ciudad de Cuzco, sería tomada por las tropas de Agustín Gamarra el 24 de diciembre.
Se rendían los tenientes generales, virrey José de la Serna y José de Canterac,
mariscales Gerónimo Valdés, José Carratalá, Juan Antonio Monet y Alejandro González
Villalobos, brigadieres Ramón Gómez de Bedoya, Valentín Ferraz, Andrés García Camba,
Martín de Somocurcio, Fernando Cacho, Miguel María Atero, Ignacio Landazuri, Antonio
Vigil y Antonio Tur y Berrueta, 16 coroneles, 68 tenientes coroneles, 484 mayores u otros
oficiales y 2.000 soldados

Batalla de Junín
La batalla de Junín fue uno de los últimos
enfrentamientos que sostuvieron
los ejércitos realistas y patriotas en el proceso de
la independencia del Perú, el 6 de
agosto de 1824.Antecedentes

Simón Bolívar fue Libertador y presidente de


la República de Colombia continuó la guerra de
emancipación del Perú emprendida por él desde
1823. En el año 1824 los realistas se sostenían aún
en la sierra central y el Alto Perú. Bolívar tenía en
su ejército más de 10 000 hombres, en su mayoría
colombianos y peruanos, menos de 1000 chilenos y
una centena de jinetes rioplatenses. Su número era
equivalente al número de realistas, pero las fuerzas
realistas estaban dispersas entre el valle del
Mantaro y Alto Perú.
Esto fue debido a la sublevación en el Alto Perú
del general realista Olañeta que fracturó la defensa
del virreinato, y obligó al virrey a mandar sobre
el Alto Perú parte importante de sus ejércitos al
mando de Jerónimo Valdés, unos 5000 regulares
que tenían su base en Puno, denominado "Ejército
del Sur" para asegurar la base andina de recursos
militares, a pesar del desacuerdo de Canterac,
veterano de la guerra en Venezuela, que advertía
de los peligros de dividir y desgastar sus fuerzas y dar tiempo a Bolívar.
Bolívar, conocedor de esta ventaja, aprovechó la oportunidad, y en junio de 1824 enfiló su
ejército hacia la sierra central del Perú para aislar a las solitarias fuerzas realistas del
general José de Canterac, denominado "Ejército del Norte". La fuerza que alcanzó a cruzar la
cordillera andina fue de 8.000 soldados y a ellos hay que añadir unos 1500 montoneros que
formaron una pantalla de guerrillas.
Desarrollo

La batalla se desarrolló en la pampa de Junín o también llamada la Meseta de Bombón,


situada en el centro del Perú en el actual departamento de Junín a orillas del lago llamado
Junín o Chinchaycocha que está situado a 4000 msnm. La planicie está ubicada en la región
natural de la puna o altoandina, entre los distritos de Junín, Óndores y Carhuamayo de la
región Junín y el distrito de Ninacaca de la región Pasco.
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Orden de batalla
La batalla de Junín se desarrolló únicamente con caballerías usando armas blancas, con
bajas significativas. El resultado tuvo gravísimas consecuencias en la campaña que
representa la contramarcha desde Cerro de Pasco hasta el Cusco. La más grave
consecuencia fue la casi desaparición del ejército realista del norte debido a las deserciones y
la enorme perdida de material de guerra durante su retirada.
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