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Cajigal volvió a avanzar hacia Valencia llegando a las afueras de la ciudad el 20 de mayo pero al ver
la cercanía de las fuerzas patriotas retrocedió y tomó posiciones en la sabana de Carabobo. Ante
esto las fuerzas patriotas avanzan saliendo de sus posiciones a la sabana el día 25. Esta negación
de Cajigal para atacar Valencia se debío a su deseo de esperar unir fuerzas con los llaneros de
Boves. Bolívar salió el 26 de ese mes con cinco divisiones y con toda la caballería que había en la
ciudad. El 28 de mayo ambos ejércitos tomaron posiciones en la sabana listos para la batalla.
La batalla
El ejército patriota se dividía en cinco divisiones de infantería al mando de los coroneles, Manuel
Valdés, Florencio Palacios, Leandro Palacios y Diego Jalón, más una división de caballería. Según
Restrepo el ejército realista se componía en realidad de no más de 3.000 hombres. Las tropas que
tenía Cajigal bajo su mando eran sólo las que traía Ceballos del fallido asedio de Valencia. En la
batalla de Arao, el 16 de abril de 1814, ese contingente sumaba apenas 2.300 a 2.500 hombres.
Únicamente se le habían incorporado los refuerzos que trajo Cajigal el 26 de mayo, una escolta de
400 jinetes apureños. Restrepo también estima en 3.000 los patriotas, sin embargo, otros hablan
de 4.000,2930 en especial si se comparan con los datos de las tropas que disponía Bolívar tras la
batalla. Las cifras tradicionales se consideraban «indudablemente exageradas» desde fechas muy
antiguas.
Cajigal estaba en el sur de la sabana, con sus espaldas cubiertas por la serranía boscosa de Las
Hermanas, ahí estaba el regimiento de Carabineros de Granada como reserva, a ambos lados
había alturas con bosques que impedían su flanqueo. La infantería realista ocupaba las colinas que
separaban las sabanas de Carabobo y Tinaquillo, perfectamente defendibles mientras que la
sabana era un terreno llano apropiado para su caballería. En su ala izquierda estaba el grueso de la
caballería y en la altura doscientos cazadores con una pieza de artillería, otras cinco estaban en el
centro. Sus alas estaban ligeramente adelantadas al centro de la formación. Entre ambos ejércitos,
fuera del alcance de la artillería realista había una zanja cubierta de árboles que cruzaba la llanura.
Bolívar tomo posiciones a las 09:00 horas. Para la batalla ordenó que las divisiones de Valdés
(izquierda), Florencio Palacios (centro) y Bermúdez (derecha) estuvieran al frente, protegido cada
ala por dos escuadrones de carabineros y dos piezas de artillería. En segunda línea estaban las
divisiones de Leandro Palacios como reserva en la derecha y de Jalón en la izquierda, más el resto
de su caballería en el centro. En cada flanco de la reserva había dos piezas de artillería. Esta
formación invitaba a Cajigal a intentar flanquear a los patriotas con su caballería por unas alas en
apariencia tan débiles, abandonando sus posiciones. El plan de Bolívar era fingir que la principal
carga vendría contra la derecha realista, distrayendo a su reserva y comandantes, en realidad se
esperaba que un ataque por la izquierda y el centro decidieran la batalla. Las unidades
occidentales estaban al mando directo de Bolívar, las orientales de Mariño y Ribas administraba la
reserva.
A las 13:00 la infantería patriota cargó bajo fuego de la artillería rival, mientras la caballería del ala
izquierda monárquica era reforzada por dos escuadrones ocultos de apureños. Bolívar se dio
cuenta de esto y entendió que Cajigal quería cargar contra los carabineros del flanco derecho
republicano. En una primera carga las dos columnas fueron rechazadas pero volvieron en una sola
columna muy extendida. Entonces Bolívar ordenó a Florencio Palacios avanzar con su división en
línea oblicua pero los 300 jinetes enemigos cargaron sobre ellos, dispersaron a parte de los
carabineros y atacaron por la retaguardia a la primera línea república en momentos en que toda la
línea de infantería realista abría fuego y un cuerpo de caballería hacia movimientos para distraer a
Jalón, quien temía que cargaran sobre él. Sin embargo, la línea patriota resistió y combatió al
frente y detrás (lo esperable es que rompiera filas), después la reserva del coronel Leandro
Palacios y el escuadrón de José Tadeo Monagas cayeron encima de los jinetes apureños. La
caballería realista huyó hacia sus propias líneas de infantería, generando gran confusión. Esto fue
decisivo.
A las 14:00 Cajigal apenas podía mantener el centro junto a los carabineros granadinos en reserva
y la artillería en las colinas y la caballería de la derecha. Entonces Urdaneta encabezó el asalto del
centro realista en las colinas, capturando cinco piezas de artillería; después Jalón recibió órdenes
de cargar con bayonetas sobre los 460 carabineros granadinos que huyeron sin luchar. Finalmente,
Bolívar ordena al oficial Santiago Herrera que los jinetes de José Gregorio Monagas, Juan Josefo
Rondón y Lucas Carvajal cargaran sobre los restos de la línea realista en el centro y derecha. Esta
colapso y todo acabó. Debe mencionarse que por órdenes de Jalón, la artillería republicana
procuro constantemente bormbardear el Estado Mayor enemigo, obligándolo a cambiar de
ubicación numerosas veces y haciéndolo inefectivo su mando.
A las 18:00 la batalla está terminada. Cajigal intenta retirarse en orden pero la caballería patriota
ataca su comitiva por todos lados y le impide dar órdenes. El mariscal, su Estado Mayor y oficiales
logran huir con pocos soldados acompañándolos. Solo un cuarto de los 1.200 realistas muertos o
heridos cayeron en el campo de batalla, la mayoría lo fue en la persecución