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INTRODUCCIÓN

En esta presente investigación nos daremos cuenta que hoy en día se


reconoce que el estrés laboral es uno de los principales problemas para la salud de
los trabajadores y el buen funcionamiento de las entidades para las que trabajan.

Un trabajador estresado suele ser más enfermizo, estar poco motivado, ser
menos productivo y tener menos seguridad laboral; además, la entidad para la que
trabaja suele tener peores perspectivas de éxito en un mercado competitivo.

El estrés puede estar ocasionado por problemas domésticos o laborales.

Por lo general, los empleadores no pueden proteger a sus empleados


contra el estrés originado fuera del trabajo, pero sí pueden protegerlos contra el
estrés derivado de su actividad laboral.

El estrés laboral puede suponer un auténtico problema para la entidad y


para sus trabajadores. Una buena gestión y una organización adecuada del
trabajo son la mejor forma de prevenir el estrés. Si un empleado sufre estrés, su
jefe debería ser consciente de ello y saber cómo ayudarle. Los objetivos de las
prácticas óptimas para gestionar el estrés son prevenir su aparición o, en el caso
de que los empleados ya lo estén sufriendo, impedir que perjudique gravemente
su salud o el buen funcionamiento de la entidad para la que trabaja.

La legislación de muchos países exige a los empleadores que se ocupen de


la salud y seguridad de sus trabajadores. Normalmente, se considera que esta
obligación incluye la gestión de los riesgos asociados al estrés, el estrés laboral y
sus efectos en la salud mental y física. Los empleadores deberían familiarizarse
con la legislación de su país al respecto.
¿QUÉ ES EL ESTRÉS EN EQUIPOS DE TRABAJO?

El estrés es uno de los grandes problemas de nuestro tiempo, muchos


especialistas opinan que es el resultado de una sociedad en donde la existencia se
ha convertido en una lucha constante e interminable por la carrera de ser el mejor,
ganar más dinero y la obsesionada intención de ser casi perfecto. Siempre y a cada
minuto se vive en una lucha contra el tiempo lo cual ha creado a un ser humano con
un gran conflicto interno, constantemente enfrentando presiones y problemas
cotidianos, no es entonces tan difícil de entender que nuestro organismo haya
buscado una manera de adaptarse y defenderse ante esta realidad.

El estrés generalmente se toma como una problemática individual, pero


demás está decir que, ante la necesidad de interrelacionarse con otras personas,
como sucede en un equipo de trabajo, el estrés de un integrante puede afectar a
todos los demás, es entendible que una persona nerviosa, tensa y poco
predispuesta a cooperar, como sucede con las personas que son víctimas de este
problema, pueda traer consecuencias en el desempeño y los resultados del equipo.
Ante esto, tomando en cuenta que nuestro objetivo es conducir equipos eficaces o
integrar equipos eficaces no podemos olvidar que el estrés es un problema muy
común en nuestra época, que tenemos que saber detectarlo, comprenderlo y
solucionarlo.

Podemos decir entonces que a lo largo del tiempo el organismo humano ha


creado un conjunto de respuestas físicas y psicológicas ante situaciones
amenazantes o de peligro. De esta forma, cuando el ser humano se siente
amenazado tensiona los músculos, acelera el pulso cardíaco, aumenta la
segregación de adrenalina, la mente se pone «alerta», y acciona un conjunto de
respuestas adaptativas aprendidas con el pasar del tiempo (Sistema General de
Adaptación). Cuando estas respuestas se realizan en armonía, respetando los
parámetros fisiológicos y psicológicos del individuo, es adecuado en relación con la
demanda y se consume biológica y físicamente la energía dispuesta por el Sistema
General de Adaptación, adoptamos el concepto de «estrés» o «estrés positivo».
Cuando por el contrario las respuestas han resultado insuficientes o exageradas en
relación con la demanda se produce el «distrés» o «sobre estrés» por su
permanencia (cronicidad) o por su intensidad (respuesta aguda). Nosotros en este
trabajo nos referiremos siempre al estrés negativo.

El hecho de que el organismo humano presente este comportamiento de


acción ante situaciones de peligro es algo normal, pero actualmente el ser humano
vive dentro de una sociedad donde a diario, se encuentra con situaciones
amenazantes y de peligro (problemas económicos, falta de trabajo, problemas
laborales, problemas familiares, etc.) y por eso el organismo se encuentra en estado
de alerta constante. Esto crea que las respuestas adaptativas creadas por el
organismo se presenten todos los días, y que en muchos casos esta sea la forma
normal de vida.

Causa de estrés

Las condiciones que tienden a causar este problema se llaman agentes de


estrés e incluyen todas aquellas situaciones capaces de desencadenar el proceso
de adaptación a la demanda o exigencias ambientales. Aunque un solo agente
puede causarla en demasía, por lo general se combinan varios de ellos en las
presiones de un integrante de un equipo hasta desarrollar estrés.

Podemos decir que las principales fuentes de estresamiento en los


empleados se dividen en factores organizacionales y del entorno no laboral. Estas
causas se señalan en la figura siguiente, en la que se muestra que las diferencias
individuales entre empleados pueden causar, como mencionamos anteriormente,
que algunos de ellos respondan a tales agentes, con una presión positiva (que los
estimula), mientras que otros experimentan estrés negativo (que demerita sus
esfuerzos). Como resultado de ello, pueden darse consecuencias constructivas o
destructivas tanto para la empresa como para el empleado. Estos efectos pueden
ser de corto plazo y desaparecer rápidamente, o prolongarse mucho tiempo. De
esta manera, para controlar el estrés las firmas suelen partir del examen de sus
causas relacionadas con el trabajo.

Modelos de causas, tipos y consecuencias del estrés

Episódico, que se produce por un hecho en particular (un despido, por


ejemplo).

Crónico, que se puede presentar cuando la persona se encuentra sometida


a las siguientes situaciones:

 Ambiente laboral inadecuado.


 Sobrecarga de trabajo.
 Alteración de ritmos biológicos.
 Responsabilidades y decisiones muy importantes.
 Estimulación lenta y monótona.
 Condiciones laborales inadecuadas.
1. Estresores extra organizacionales

Los estresores extra organizacionales son los que se plantean fuera del
ámbito de la empresa. Comprenden los factores familiares, políticos, sociales y
económicos que inciden sobre el individuo. Si bien estudios recientes sugieren que
es mayor la incidencia de los factores estresantes laborales sobre la vida familiar y
conyugal, no podemos dejar de mencionar la interrelación existente entre el ámbito
laboral y el hogar o la vida de relación social.

La inadecuada interconexión hogar-trabajo genera conflictos psicológicos y


fatiga mental, falta de motivación y disminución de la productividad, como así
también un deterioro de la relación conyugal y familiar.

Es indudable que los problemas o estresores organizacionales o


interorganizacionales, es decir, los que se presentan dentro del ámbito laboral,
inciden en la vida personal del sujeto, provocando dificultades hogareñas, que al
aumentar se potencian luego, generando un estrés posterior que se lleva
nuevamente al ámbito laboral y genera dificultades en el rendimiento laboral,
produciéndose así un círculo vicioso de realimentación mutua.
2. Estresores interorganizacionales (del ambiente laboral)

Debemos tener muy en cuenta el hecho de que las personas invierten gran
parte de su tiempo en su trabajo, encontrando una parte sustancial de su identidad
y gratificación personal en sus tareas. Sin embargo, estas consideraciones no
siempre son adecuadamente valoradas por las empresas, ni aun por los propios
trabajadores.

Creemos que existen estresores que en una situación de equipo se


evidencian más que en el trabajo individual pero que el mismo tiempo el trabajo en
equipo puede disminuir es grado de estrés producido por ciertos estresores. Así
mismo cabe la aclaración que dependerá de la actividad, si bien hay estresores
genéricos hay ciertas actividades que por sus características exponen a los
individuos de manera particular y distinta a otras.

Podemos agrupar los estresores organizacionales en cuatro tipos:

A) Estresores del ambiente físico

Podemos destacar los siguientes

 Falta de luz o luz muy brillante;


 Ruido excesivo o intermitente;
 Vibraciones;
 Aire contaminado;
 Alta o baja temperatura;
 Infraestructura inadecuada

Estos factores requieren una doble adaptación, tanto física como psicológica.

B) Estresores de nivel individual

Se consideran tales a:

 Sobrecarga de trabajo;
 Conflictos de roles;
 Discrepancias con las metas de la carrera laboral.
 Alteración de los ritmos biológicos.
C) Estresores de nivel grupal

Se incluyen como factores estresantes en los niveles grupales los siguientes:

 Falta de cohesión entre los miembros del equipo;


 Conflictos intra-equipo
 Conflictos inter-equipo;
 Apoyo inadecuado del equipo.

D) Estresores organizacionales

Entre ellos se cuentan:

 Clima de la organización;
 Estilos gerenciales;
 Tecnología;
 Diseños y características de los puestos;
 Fechas topes no racionales;
 Control de sistemas informáticos;
 Estimulación lenta y monótona.

Cómo repercute el estrés en los equipos de trabajo

Del material analizado surge la reducción de la eficacia como principal


consecuencia del estrés en los equipos de trabajo. Encararemos este tema viéndolo
desde la postura de Afinasteis en la cual, el equipo es tal en el momento de la acción
y es en ese momento cuando el estrés sufrido por alguno de los integrantes del
equipo, repercute sobre él. Mientras que la eficacia apunta a cumplir con los
objetivos y la eficiencia a cumplirlos de la mejor manera posible observamos que
los efectos del estrés serán mayores en equipos orientados a los resultados,
fundamentalmente cuando estén en contacto con otras personas y en busca de
resultados complejos necesitando de una alta precisión.

Relacionado con la reducción de la eficacia nos encontramos con la baja


concentración para desarrollar las tareas del equipo como otra consecuencia del
estrés. Frente al desarrollo de tareas la baja concentración es desencadenante de
errores y hasta accidentes de trabajo que llevan a la ineficacia. Una persona
estresada puede caracterizarse por cansancio físico y mental que hacen que se
vuelva más descuidada, menos previsora y menos atenta en el desarrollo de las
tareas. El resto del equipo necesita de ese integrante y un descuido los puede llegar
a perjudicar.

Métodos para prevenir el estrés

Existen diferentes métodos para remediar el estrés en los equipos de trabajo


y también para prevenirlo. De acuerdo a las características de cada equipo y el nivel
organizacional en que se encuentre, pueden surgir métodos que se adecuen a su
estilo. Mencionaremos algunas herramientas generales y algunas particulares:

Es fundamental, previo a un programa de prevención, el apoyo de los niveles


superiores en el caso de equipos de trabajo laborales. A partir de este se logra la
instauración y los recursos para llevar adelante programas y objetivos.

La formación de mesas redondas de debate y comunicación es una de las


herramientas posibles. Mediante estas mesas las personas pueden tratar el tema
estrés, sus causas, síntomas y como incide en el equipo, pudiendo detectar
personas con esta sintomatología y buscar la forma de ayuda por parte del equipo.
La comunicación es fundamental en este aspecto y la libertad para expresar cómo
se sienten en el equipo logra remediar angustias, tensiones sintiendo apoyo de los
demás. Esta herramienta es mencionada con el nombre de solidaridad internares.

Las charlas habituales, las reuniones antes y después del trabajo en equipo
funcionan como estímulo a menor incertidumbre y como prevención de angustias y
tensión que pueden desencadenar estrés. Es de vital importancia el fomentar las
opiniones durante el trabajo de equipo, el decir no frente a tareas que de antemano
se saben que son difíciles de cumplir y que generan exceso de responsabilidad y
mayor presión sobre los integrantes.

Por otro lado, necesitamos de la buena voluntad de los integrantes del equipo
para que se reconozcan con la enfermedad evitando que caiga en la negación de la
misma.
El estrés en los trabajadores de la Salud

A partir del desarrollo del caso del estrés en los trabajadores de la salud,
pretendemos ejemplificar los temas que fuimos exponiendo hasta aquí como una
forma de lograr la comprensión completa y global del tema del estrés en los equipos
de trabajo.

TIPOS DE ESTRÉS
1. Estrés por sobrecarga

Este tipo de estrés laboral se detecta por una sensación de agobio y


superación por las obligaciones, responsabilidades y tareas. Sentimos que tenemos
más trabajo del que podemos abarcar. Nos parece que por más que trabajamos no
avanzamos.

También podemos sentir estrés por sobrecarga cuando las tareas asignadas
superan nuestros conocimientos y habilidades.

Todo ello puede llevar a tensión, ansiedad, bloqueo mental e incluso ataques
de pánico.

Cuando sufrimos estrés por sobrecarga conviene pararse a reflexionar sobre


nuestras prioridades, las tareas que tenemos sobre la mesa y nuestra capacidad
para llevarlas a cabo.

2. Estrés por carga de responsabilidad

Este tipo de estrés está relacionado con el anterior. Debido a nuestro cargo
en una empresa o a nuestras cargas familiares nos sentimos agobiados y
superados. Tal vez un error en nuestro trabajo puede tener consecuencias graves.
Puede que tengamos la presión de cumplir ciertos objetivos y sacar adelante una
empresa. O también puede ser que seamos la única fuente de ingresos de una
familia.

Por todo ello sentimos que llevamos el peso del mundo sobre nuestros
hombros. Pasamos los días corriendo como pollo sin cabeza intentando hacer todo
lo que creemos que debemos. Pero aun así tenemos la sensación de no llegar a
todo.

3. Estrés por sensación de impotencia

Este tipo de estrés laboral se debe a la sensación de no poder influir en las


cosas. Sentimos que no tenemos control o poder sobre la situación. Las personas
perfeccionistas tienen más tendencia a sufrir este tipo de estrés. Pero también las
personas que creen que necesitan tener controlado cada detalle de su vida.

Suele ser habitual sentirse nervioso e impaciente. Si se agrava el estrés


podemos incluso sufrir ataques de ansiedad o pánico.

Para superar el estrés por sensación de impotencia conviene revisar nuestra


actitud. Requiere en primer lugar aceptar que las cosas no siempre son cómo nos
gustaría. Conviene revisar qué está en nuestro poder mejorar y que no. Luego
podemos concentrarnos en cambiar lo que podemos.

4. Estrés por sensación de inestabilidad

Este tipo de estrés se puede manifestar en entornos de crisis y empleo


precario. Puede que temas perder tu trabajo. Tal vez tu sueldo no te permita llegar
a fin de mes. O temes que tus condiciones laborales puedan empeorar.

Cuando sufres de estrés por sensación de inestabilidad puedes sentirte


preocupado, agobiado, irritado o pesimista. Tal vez no veas solución a tus
problemas. Puede que también dudes de tu valía.

En caso de sufrir este tipo de estrés laboral conviene revisar tu situación y tu


actitud. La incertidumbre puede ser estresante. Pero el mundo cambia y evoluciona.
Del mismo modo nuestra situación laboral puede cambiar. Para sentirnos capaces
de enfrentarnos a estos retos también debemos evolucionar. Debemos tomar las
riendas de nuestra vida y de nuestro desarrollo personal y profesional.

5. Estrés por falta de reconocimiento

La falta constante de reconocimiento de nuestro trabajo puede causar estrés.


Sentir que no aportamos valor o que lo hacemos, pero no se nos reconoce. Dicho
reconocimiento puede ser una remuneración adecuada, gratificaciones monetarias
o en especie o agradecimiento por el trabajo bien hecho.

6. Estrés por falta de apoyo

Aún peor puede ser la sensación de falta de apoyo. Puede que no tengamos
claros objetivos y prioridades. Tal vez no recibamos directrices. No conseguimos
información necesaria o apoyo de nuestros jefes o compañeros. O como jefe
trabajamos con colaboradores que no se implican.

La falta de apoyo o reconocimiento pueden mermar nuestra autoestima y


autoconfianza. Pueden llevar a la desmotivación y frustración. En el peor de los
casos, igual que con todos los tipos de estrés, se puede caer en la depresión.

Lidiar con estos dos tipos de estrés requiere trabajar nuestra inteligencia
emocional y nuestras habilidades blandas. Una buena autoconfianza y autoestima
nos hacen menos vulnerables a estos tipos de estrés. No aislarse, no tomarse las
cosas de forma personal y asertividad serán otros aliados.

7. Estrés por acoso laboral

El acoso laboral es la falta de apoyo y reconocimiento llevada al extremo. Se


trata de un maltrato que puede ser físico, pero suele ser psicológico.

El acoso laboral se caracteriza por estrategias de incomunicación,


intimidación, insulto, desprecio, amenazas e incluso violencia. Todo este maltrato
obviamente causa mucho estrés. Debido a ello la víctima del acoso suele empeorar
su rendimiento, su autoestima y tener problemas en las relaciones personales.
Puede llegar a experimentar problemas psicológicos y psicosomáticos. Por eso la
víctima podría necesitar ayuda de un psicólogo.

Igual que en el anterior caso, cuidar nuestra autoestima y autoconfianza, así


como entrenar nuestra inteligencia emocional nos hacen menos vulnerables a los
ataques. Además, es clave no aislarse y buscar aliados. Nuestro superior (si no es
el acosador) y el departamento de Recursos Humanos nos deberían ayudar a
solucionar la situación. Tristemente la realidad es que aún hay muchos casos en los
que la respuesta deja mucho que desear.
8. Estrés por monotonía o aburrimiento

Este tipo de estrés laboral suele ser menos conocido. Sin embargo, un trabajo
monótono y repetitivo también puede causar estrés. Con el aburrimiento y la falta
de estímulos el día se puede hacer muy pesado.

Señales del estrés por monotonía son la desmotivación, desgana y apatía.


Sufrir este tipo de estrés de forma continuada nos puede llevar al síndrome de
boreout.

Lidiar con el estrés por monotonía o aburrimiento pasa por encontrar un


sentido a nuestro trabajo. También ayuda buscar un sentido a las tareas que nos
resultan aburridas y buscar la forma de hacerlas más entretenidas. Buscar
estímulos, retos y pedir más responsabilidades son otras sugerencias.
CONCLUSIÓN
En este presente trabajo pudimos legar a la conclusión de que entendemos
que trabajar en equipo es una facilidad que produce muchos beneficios, tanto en
resultados para la organización como en aprendizaje de nuevas habilidades para
los integrantes, pero también tiene sus conflictos a partir del hecho de que no todas
las personas somos iguales y no respondemos de igual manera ante los hechos, y
para mucha gente tener que trabajar en equipo crea tensiones extras, altos niveles
de presión y exigencia que pueden resultar estresantes, entonces creemos que es
necesario comenzar la actividad del equipo teniendo en cuenta esta realidad, y
estableciendo mecanismos de trabajo que contengan pautas para disminuir los
niveles de estrés.

Nos parece indispensable destacar que el tema que tratamos en este trabajo
es muy actual, y por lo tanto no podemos dejar de mencionar la relación de éste con
la realidad que vivimos.

A través de esta investigación pudimos observar que la incidencia de los


problemas de salud mental está aumentando, hasta el punto de que uno de cada
diez trabajadores sufre depresión, ansiedad, estrés o cansancio, que en algunos
casos llevan al desempleo y a la hospitalización.

Vemos que el estrés es una problemática que está directamente vinculada a


la realidad del mercado laboral y a la situación económica en que estamos inmersos.

Por otra parte, me pareció importante destacar el hecho de que al iniciar esta
investigación encontramos gran cantidad de material sobre estrés laboral, pero muy
poco sobre estrés en equipos de trabajo.
BIBLIOGRAFÍA
 Comportamiento humano en el trabajo (décima edición) – Keith Davis,
John W. Newstrom – Ed. Mc Graw Hill.
 La gestión de equipos eficaces – Héctor N. Fainstein – Ediciones
Macchi.
 La Quinta Disciplina. El arte y la práctica de la organización abierta al
aprendizaje – Peter Senge – Ed. Juan Garnica S.A., Barcelona, España 1992.
 Paradigmas del siglo XXI: Manejo del tiempo y del estrés en
organizaciones inteligentes – Silvia E. Poggi, Licenciada en Administración
(Universidad Nacional de Luján) y profesora de Administración en U.N.L. –
Revista Alta Gerencia.

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