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UNIVERSIDAD EVANGÉLICA DEL PARAGUAY

FACULTAD DE TEOLOGÍA
SEMINARIO TEOLÓGICO BAUTISTA

EXÉGESIS DEL ANTIGUO TESTAMENTO.

PROFESOR ROBERTO LUGO.

Alumno/a: DIANA MARTINEZ SOSA.


PRESENTACION DE OSEAS:

Palabra del SEÑOR que vino a Oseas, hijo de Beeri, en días de


Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam, hijo
de Joás, rey de Israel. Oseas 1:1.
Este versículo nos da a conocer al profeta y sus días. Su nombre, que
también es el del último rey de Israel (2 R. 17:1) y el original de Josué, aunque
ha sufrido algunas alteraciones en su viaje por el griego y el latín (en el cual es
llamado Osee). Al igual que los nombres Josué y Jesús, procede del verbo
“salvar”.
Los reyes mencionados representan a lo largo de lo que fue el siglo VIII
a.C. aunque sus figuras fueron opacadas por los profetas de aquel tiempo
como Jonás, Amós y Oseas en el norte, y Miqueas e Isaías en el sur.
Aunque Israel en algunos momentos de la historia y del reinado había tenido
bastante prosperidad después había empezado una decadencia cada vez
mayor hasta que, a mitad del siglo, su mundo empezó a desmoronarse. Dentro,
dos de los reyes más fuertes, Jeroboam III de Israel y su contemporáneo,
Azarías de Judá, estaban llegando al fin de sus largos reinados, mientras que,
en la distancia, Asiria habían llegado a conseguir un nuevo grado de fuerza y
combatividad aterradoras.
Pronto, entraría en Palestina y, en una generación, el reino de Israel se
habría extinguido. A esta generación fue enviado Oseas a predicar el
arrepentimiento.
UN COMIENZO DEL MAL AGÜERO.
A partir de versículo dos comienza un mandato para Oseas, Dios le
había pedido a Oseas para que tome por esposa a una prostituta y que tenga
hijos con ella para representar la situación espiritual del pueblo, queienes
estaban en desobediencia con Dios, en idolatría y adulterio espiritual. Tal era la
situación que el SEÑOR dijo a Oseas: “Ponle por nombre Jezreel, porque
dentro de poco castigaré a la casa de Jehú por la sangre derramada en
Jezreel, y pondré fin al reino de la casa de Israel.5 Y sucederá que en aquel día
quebraré el arco de Israel en el valle de Jezreel.”

EL SEGUNDO PRESAGIO: LA NIÑA “INDIGNA DE COMPASIÓN”


El nombre Lo-ruhamá, “Indigna de compasión” (o “no compadecida”),
utiliza el mismo verbo (aunque una parte diferente de este) que aparece en el
conocido dicho de, el efecto que produce el nombre es alarmante y trágico: su
significado duele aún más que el primero, Jezreel, pues, aunque perder una
guerra y un reino sea devastador, todavía es más desesperante perder la
misericordia y la compasión de Dios.

EL TERCER PRESAGIO: EL NIÑO “PUEBLO AJENO”


Después de haber destetado a Lo-ruhamá, ella concibió y dio a luz un
hijo. Y el Señor dijo: Ponle por nombre Lo-ammí, porque vosotros no sois mi
pueblo y yo no soy vuestro Dios.
Este hijo, Lo-ammí, como su hermana parece ser fruto de la “prostitución” de
Gomer. Tanto si lo llegó a decir o no, seguro que las palabras “tú no eres mi
hijo” le vinieron a la mente a Oseas muchas veces mientras contemplaba al
niño. Para él, como para nosotros, el pathos de su situación no podía más que
llevarle a la profunda tristeza causada por las palabras dirigidas a Israel:
Vosotros no sois mi pueblo y yo no soy vuestro Dios.

UN CLARO EN LAS NUBES.


Los augurios que habían sido mencionados por Dios a través de los hijos
de Oseas debido al pecado y la idolatría del pueblo finalmente se convierten en
misericordia y gracia de parte de Dios posiblemente a se deba a la fidelidad de
la promesa que Dios le había hecho a Abraham.
El fundamento de esta promesa es la reconciliación. El gran “día de
Jezreel” quedará explicado en los versículos 2:21., pero el mero hecho de dar
nuevos nombres (2:1) como una acción puramente de gracia (como la del
evangelio cristiano) cancela completamente la alienación actual; y la calidez del
versículo 1:10 ya ha ido más allá, al cambiarse los términos del pacto por los
de la familia: “Sois hijos del Dios viviente”, palabras que nos recuerdan una
gran parábola: “porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida;
estaba perdido y ha sido hallado”.
A LOS QUE NO ERAN MI PUEBLO, LLAMARÉ: “PUEBLO MÍO”, Y A LA
QUE NO ERA AMADA: “AMADA MÍA”.

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