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Introducción
Este encuentro constituye una suerte de “puente” entre los temas de los módulos
anteriores –desafíos en la escuela en pandemia y sus efectos en la actualidad, políticas
de cuidado, derecho a la educación, la igualdad radical y los DD. HH.– y los temas que
desarrollaremos en los próximos: la escuela como espacio de construcción de
ciudadanías e identidades, y el posicionamiento ético político docente ante la garantía
de derechos en el ámbito educativo.
Por último, compartiremos con ustedes un marco conceptual que nos permitirá
reflexionar acerca de las luchas sociales por la ampliación de la ciudadanía.
Distinguiremos analíticamente las luchas por el reconocimiento de las diferencias
socioculturales, de las luchas por la redistribución de los ingresos para luego
confluir en un marco analítico que las integre en tanto dimensiones constitutivas de
las demandas de justicia social en la actualidad. También recuperaremos algunas
voces de estas luchas por la ciudadanía, que han demandado y tensionado al Estado
en los últimos tiempos y han logrado el reconocimiento normativo y políticas públicas
con avances significativos en algunos aspectos y con deudas pendientes en otros.
Objetivos
Contenidos
● Ciudadanía(s): la ciudadanía y los proyectos históricos. Los procesos de
des-ciudadanización, restitución y ampliación de derechos.
● Luchas sociales por el reconocimiento y la redistribución. Políticas de Estado
para garantizar el ejercicio de las ciudadanías.
¿Por qué decimos que para pensar en las ciudadanías tenemos que pensar en el
Estado? Porque la condición de ciudadanía se refiere a la pertenencia de una persona
a una comunidad política, a una nación, un territorio, un país.
Las personas somos iguales, según Hannah Arendt (2008[1951]) no porque ciertas
características naturales posibiliten una igualdad, sino porque devenimos iguales al
convertirnos en parte de una comunidad política que garantiza derechos para sus
integrantes. El principal derecho, entonces, es el derecho a pertenecer a una
comunidad política, ya que esta pertenencia habilitaría el “derecho a tener derechos”
(Especialización Docente de Nivel Superior en Educación y Derechos Humanos, 2015).
Esta definición clásica de ciudadanía está ligada al acceso y ejercicio a los derechos
políticos de las personas y su problematización nos revela –a lo largo de nuestra
historia– una forma de la desigualdad social posible que se expresó, por ejemplo, en la
exclusión de algunos grupos poblacionales al derecho al voto y a la representación
política. Como mencionamos en el módulo anterior, recuperando a Barrancos (2011),
fue la crítica feminista la que postuló la exclusión de la ciudadanía de las mujeres
desde las primeras declaraciones de derechos. También varones analfabetos, esclavos
o sin propiedades fueron, en los orígenes de los Estados republicanos modernos,
excluidos del voto. En nuestro país recién a mitad del siglo pasado los derechos
políticos de las mujeres fueron reconocidos.
Diferentes autores, como Marshall, Offe, Cortina y Sen (Aragón Rivera, 2012)
reformularon la categoría de ciudadanía ligándola también a los derechos sociales,
económicos, culturales. Incluso se la vincula en la actualidad a los derechos sexuales, la
Nos interesa recuperar una definición de ciudadanía que nos permita entenderla en
su extensión y complejidad, por eso recuperamos la definición que propone Dora
Barrancos (2011) quien afirma que la ciudadanía
…refiere al conjunto de derechos que comprenden las dimensiones civiles,
sociales, personalísimas tales como la cuestión de la identidad sexual y los
vinculados a la soberanía del cuerpo. Se trata de un amplio espectro que
contiene, además de los derechos políticos, los de naturaleza social, cultural, de
identidad, de reconocimiento, etc. (p. 24)
Podríamos agregar seguramente otros grupos sociales que sufren barreras para el
ejercicio pleno de sus derechos, como por ejemplo, las personas con discapacidad.
Las y los invitamos a reflexionar acerca de qué otros grupos sufren una mengua de
ciudadanía en nuestro país. ¿En torno a qué vulneraciones de derechos? ¿Existen
organizaciones sociales en defensa de sus reivindicaciones? ¿Tienen capacidad de
hacerse oír, en qué medida? ¿Cuáles conocen?
Las luchas por el ejercicio de las ciudadanías, en plural, son también luchas por
establecer significados comunes, son disputas por el sentido. Precisamos ampliar
nuestra mirada hacia la dimensión de lo simbólico, la cultura, porque la lucha por el
reconocimiento y el ejercicio de los derechos no está separada de la disputa por las
representaciones sociales que configuran la percepción y posicionamiento de las
personas (sobre esta cuestión regresaremos más adelante para ofrecer un marco
analítico). A su vez, estas discusiones o disputas de sentido se entablan en los
diferentes espacios sociales que nos involucran, en tanto ciudadanas y ciudadanos, y
también en tanto docentes porque estas discusiones se manifiestan en las escuelas.
Cuando hablamos del ensanchamiento del lenguaje de los derechos nos referimos a
nuevos derechos en disputa y a nuevos actores en la esfera pública: movimiento de
mujeres, el colectivo LGTBI+ de lesbianas, gay, travestis, trans, bisexuales,
intersexuales, transgénero y queer. Así, Pecheny (2011) refiere a una serie de actores y
conquistas de derechos a partir de los 80 ligadas a la ampliación de la ciudadanía de
las mujeres como el divorcio vincular y la patria potestad compartida, pero también a
la democratización de la sexualidad. Algunos autores incluso definen a estos derechos
como constitutivos de la ciudadanía sexual que reconoce el valor de la sexualidad y
su goce, escindido de la reproducción (Cáceres y otros, 2004; Pecheny, 2011;
Barrancos, 2018). En relación al reconocimiento de los derechos específicos ligados a
disfrutar de la sexualidad, podemos referir a la educación sexual integral, la salud
sexual (no) reproductiva, la interrupción legal del embarazo. Y en relación al
reconocimiento del valor de la procreación, la fertilización asistida. A su vez, el derecho
al matrimonio igualitario se enmarca en el reconocimiento a los diversos modos
socioafectivos de relacionarse frente a la heterosexualidad privilegiada. En tanto, la
ley de identidad de género es una ruptura “con la estructura binaria del género/sexo”
(Pecheny, 2011, p. 3).
Fuente: géneros.
Por último, desde la década del 90, aunque recién se consolida normativamente en la
primera década del nuevo siglo, niñas, niños y adolescentes acceden a la
ciudadanía en términos formales en tanto personas en formación que requieren de
protección especial. Sobre esta ampliación de ciudadanía que transforma
profundamente las relaciones entre el Estado y las niñeces, y los vínculos entre
personas adultas y los niños, niñas y adolescentes, vamos a profundizar en el módulo
4.
Disponible aquí.
Les recomendamos este sitio web donde van a encontrar diversos tipos de
recursos para trabajar en las escuelas sobre la última dictadura cívico militar, el
terrorismo de Estado, las luchas de los organismos de derechos humanos por la
Memoria, la Verdad y la Justicia, y las diferentes respuestas del Estado durante estos
casi cuarenta años de democracia frente a dichas reivindicaciones.
Para reflexionar acerca de los procesos de ampliación de las ciudadanías, les vamos a
proponer algunas categorías teóricas de la filósofa feminista Nancy Fraser, que nos
permitirá complementar la perspectiva crítica de los derechos humanos de Joaquín
Herrera Flores que abordamos en el módulo 2.
El tipo de reivindicación más reconocido por la teoría social y, también, más frecuente
durante la segunda mitad del siglo XIX y todo el siglo XX, ha sido la reivindicación
redistributiva vinculada a los bienes materiales, a la riqueza. Las luchas por la
redistribución de las riquezas, entre propietarios y trabajadores, entre varones y
mujeres, entre regiones de una misma nación e incluso entre naciones.
Las injusticias que combaten las luchas por la redistribución y las luchas por el
reconocimiento están en muchos sentidos interrelacionadas, por esto, es necesario
reconocer que redistribución y reconocimiento son dos dimensiones constitutivas
de la justicia social.
Las luchas que demandan una redistribución de los bienes materiales suelen
identificar la injusticia social, la desigualdad, como un problema socioeconómico.
Mientras que, desde la perspectiva de las reivindicaciones del reconocimiento, la
desigualdad es producto de una dominación cultural o la invisibilización de prácticas
culturales, y/o la falta de respeto, discriminación o minusvalorización sistemática de
ciertas identidades en las representaciones sociales estereotipadas. En términos
weberianos, podríamos decir que se trata de un problema de status vinculado al
prestigio social (Fraser, 2008).
Si bien es cierto que muchas veces las personas se organizan en torno a uno u otro
tipo de demanda, lo cierto es que estas formas de la desigualdad están
imbricadas. Entonces, incluso en los movimientos sociales que en principio parecen
organizarse en función de una de estas dimensiones de la injusticia, encontramos
también reivindicaciones que se corresponden con el otro tipo de reclamo.
En definitiva, los tipos de luchas sociales aquí analizados son dos formas
diferenciadas y complementarias de la lucha por alcanzar la plenitud de la
dignidad humana, la utopía de un mundo en el que todos los derechos sean
Les recomendamos mirar esta entrevista realizada el 17 de mayo de 2021 por Canal
Abierto a Diana Ruiz, activista de la Asociación Civil Siete Colores, perteneciente al
colectivo travesti-trans. Allí la activista cuenta cuáles son las demandas del colectivo
travesti-trans en relación con el ejercicio de la ciudadanía y se pueden identificar
reivindicaciones vinculadas al reconocimiento de las diferencias e identidades
socioculturales, así como demandas ligadas a la redistribución del ingreso, como la
implementación de la Ley de cupo laborar trans (PBA-2015). También la activista
explica de manera muy clara cómo los dos tipos de reivindicaciones resultan
fundamentales para la restitución y reparación de los derechos vulnerados del
colectivo.
Disponible aquí.
Disponible aquí.
Lecturas ampliatorias
Alonso, G.; Herczeg, G.; Lorenzi, B.; Zurbriggen, R. (2007). Espacios escolares y
relaciones de género. Visibilizando el sexismo y el androcentrismo cultural.
En C. Korol. (Comp.), Hacia una pedagogía feminista. Géneros y educación
popular. Buenos Aires: El Colectivo y América libre. Disponible en:
https://libros.metabiblioteca.org/bitstream/001/434/1/Hacia%20una%20peda
gog%C3%ADa%20feminista.pdf
Bibliográficas
Bachelet, M. (2017). Ciudadanía global: una fuerza nueva y vital. Crónica ONU.
Disponible en:
https://www.un.org/es/chronicle/article/ciudadania-global-una-fuerza-nueva
-y-vital
Villarreal, J. (1985). Los hilos sociales del poder. En: E. Jozami y otros, Crisis de la
dictadura argentina. Política económica y cambio social. Buenos Aires: Siglo
XXI.
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