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OSTEOPATICA
Director (a):
MD. MSc ABEL HERNÁNDEZ ARÉVALO
Especialista en Medicina Física y Rehabilitación.
Maestria en Osteopatía.
Profesor departamento de Medicina Física y Rehabilitación.
Codirector (a)
MD. MSc RAFAEL DIAZ
Especialista en Salud Ocupacional.
Maestria en Medicina Alternativa. Osteopatia y Quiropraxis.
Docente de Osteopatia.
Universidad Nacional de Colombia.
Dedicatoria
Agradecimientos
Gracias a Dios por permitirme el desarrollo de esta tesis, para poner este conocimien-
to e investigación al servicio de los demás.
A todos mis profesores de maestría, quienes enseñan esta profesión con la conscien-
cia plena y absoluta que no solo se atienden y se hace terapia a pacientes con un úni-
co fin terapéutico, más aun, servimos a los pacientes para que se vean ellos mismos
con “amor y compasión” en sus propios caminos hacia la autocuración.
RESUMEN Y ABSTRACT V
Resumen
Abstract
Fascia is a essential tissue in the human being, it shapes, delimits, connects and regu-
lates many processes. Fascia has traditionally been viewed as a support tissue. Since
the first description of the fascia, great changes have been made both in its concept
and in the understanding of its function in the organism. This tissue will be described
from the point of view of various sciences until reaching the integrative vision of os-
teopathy. This work will discuss how fascia is distributed in the organism, its most
recent physiological, histological and mechanotransduction properties; and finally the
positive impact of osteopathy when manipulating this tissue in inflammatory, immune,
emotional, surgical pathologies, etc; its usefulness in intrahospital and out-of-hospital
spaces, in conjunction with other medical procedures or as sole treatment. And the
current challenges facing osteopathy to give fascia importance to the vital meaning it
fulfills.
Contenido
Dedicatoria............................................................................................................. 3
Agradecimientos..................................................................................................... 4
Resumen................................................................................................................ 5
Abstract.................................................................................................................. 6
INTRODUCCIÓN.................................................................................................... 8
OBJETIVOS........................................................................................................... 9
General................................................................................................................... 9
Específicos............................................................................................................. 9
MARCO TEÓRICO................................................................................................. 10
1. Antecedentes...................................................................................................... 10
2. Fundamentos conceptuales............................................................................... 11
5.2 RECOMENDACIONES.................................................................................... 33
BIBLIOGRAFIA....................................................................................................... 34
INTRODUCCIÓN VIII
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
General
Específicos
1. Antecedentes
10
2. Fundamentos conceptuales
Antes del aporte de la biología molecular a la embriología, ésta última era vista como
una simple ciencia de observación de cómo el ser humano se desarrollaba 8. Ahora se
comprende mucho mejor, como de un simple ovulo fecundado se puede desarrollar
un organismo constituido por billones de células, que se agrupan para formar órganos
y sistemas con características y funciones distintas, y lograr la integración de todos
estos sistemas de células que permite la supervivencia del ser humano.
11
También existen distintas moléculas como el colágeno, ácido hialurónico, fibronectina
y laminina que crean el andamio donde las células se pueden fijar o mover (migrar);
aquí aparece otro tipo de receptor que se llaman integrinas que unen la matriz ex-
tracelular al citoesqueleto usando a su vez otras proteínas contráctiles tipo actina.
Otras formas de comunicación intercelular son: las proteínas de conexión, que se da
entre una célula y otra; y las de tipo gap, la cual se da de forma directa. Existe toda
una red con numerosas posibilidades de conexión que garantizan la transducción de
señales, de modo qué si una vía se bloquea por alguna mutación, esto no generará
una malformación o muerte del organismo tan fácilmente, sino que se dará uso de
otra vía alterna 6.
12
terés de este trabajo nos centramos en el mesodermo que empezará a diferenciarse
hacia la cuarta semana. El periodo embrionario se sucederá al final del segundo mes
y el mesodermo junto con el resto de las otras 2 hojas empezará a formar los tejidos
y órganos específicos creando las características físicas externas del cuerpo.
El tejido fascial es una red de fibras (colágeno, elastina) que se distribuyen de ma-
nera diferente en el cuerpo donde se encuentre y están inmersos dentro de la matriz
extra- celular (constituida por glicoproteínas y proteoglicanos) que contienen ácido
hialurónico y liquido intersticial 40. Algunos autores denominan células parecidas a los
fibroblastos: fasciocitos. Así como también se ha encontrado la presencia de otro tipo
de células llamadas telocitos las cuales han concentrado mucho interés científico. Di-
cho interés radica en que estas células poseen características anatómicas y fisiológi-
cas que las diferencian del resto de las células del tejido conectivo: están constituidas
por telópodos, a través de los cuales entran en contacto células del sistema inmune,
muscular, vasos sanguíneos y células del epitelio de varios órganos; encontrándose
abundantemente en tejidos que rodean los órganos. Las funciones de estas células
no están claramente establecidas, sin embargo, se cree que cumplen funciones de
soporte estructural, y ayudan a regular la organización de otras células; por ejemplo:
en sitios anatómicos sometidos a estrés mecánico como es en el tracto gastrointes-
tinal y vejiga, los cuales están sometido a constantes cambios y deformaciones. Así
también los telocitos han sido relacionados con la regulación de otras células del
sistema inmune a través de la expresión de IL-6, en especial, en el corazón, piel e
13
intestino 26.
En las extremidades las fascias se engruesan y forman compartimentos con los mús-
culos que comparten la misma inervación y se denominan tabiques intermusculares.
A nivel de las articulaciones la fascia se envuelve sobre sí misma y forma los retiná-
culos. En otros lugares la fascia se encuentra sobre la superficie interna de las cavi-
dades corporales, es decir a nivel torácico, abdominal y pélvico 35.
En el cráneo la fascia extracraneal es una capa superficial que envuelve los músculos
de la cara y cuero cabelludo. Intracranealmente la fascia son los tejidos meníngeos:
duramadre, aracnoides y piamadre. La duramadre constituye la hoz del cerebro, la
cual tiene una capa externa adherida a la cara interna del cráneo y otra interna o me-
níngea que se continua con la médula espinal. La capa externa de la duramadre que
es más fibrosa; está más fuertemente adherida a las suturas craneales y a la base
del cráneo. Estas dos capas al separarse (replegarse) conforman la hoz del cerebro
y la hoz del cerebelo, la tienda del cerebelo y el diafragma de la silla turca; así como
14
también a los senos venosos. Luego de la duramadre o paquimeninge están las lep-
tomeninges: aracnoides y piamadre. Entre estas dos últimas, está el espacio suba-
racnoideo, el cual está atravesado por finas y numerosas trabéculas constituidas por
fibroblastos que asemejan a una telaraña, de ahí su nombre y es por donde circula el
LCR, atravesado por arterias y venas. Estas leptomeninges acompañan a la salida de
todos los nervios craneales. La piamadre le da el aspecto brillante al cerebro y acom-
paña a las arterias cerebrales cuando estas penetran la corteza cerebral. “Aunque se
afirma habitualmente que el encéfalo flota en LCR, en realidad está suspendido por
las trabéculas aracnoideas en el espacio subaracnoideo lleno de LCR” 35.
15
posteriormente se relaciona con el ligamento nucal. La fascia pretraqueal va desde el
hueso hioides hasta la cara interna del tórax para conectarse con el pericardio fibroso;
envuelve también la glándula tiroides, tráquea y esófago para luego relacionarse con
la fascia bucofaríngea. Superior al hioides forma el tendón intermedio del musculo
digástrico por el que el hueso hioides se apoya. Así como también forma el borde
lateral del tendón intermedio del omohioideo. Y por último la lámina prevertebral de la
fascia cervical profunda forma una especie de tubo que rodea la columna vertebral y
sus músculos, llega hasta la base del cráneo e inferiormente se continua con la fascia
endotorácica y se convierte en su aspecto anterior con el ligamento anterior del cuello
y lateralmente se continua con la vaina axilar que rodea el plexo braquial. En especial
anotar que la vaina carotidea recibe las 3 láminas de la fascia cervical profunda 35.
La fascia en el tórax toma su nombre según el musculo que cubra o con la estructura
que se relacione, por ende, se describe la fascia pectoral por el músculo pectoral ma-
yor, dicha fascia es en donde descansa la región posterior de las mamas y la fascia
clavipectoral que envuelve el musculo pectoral menor. A su vez la cara interna del
tórax está cubierta por la fascia endotorácica que se relaciona con la pleura parietal.
La pleura en el tórax se divide en parietal y visceral; y la mediastínica que se extiende
desde la abertura torácica superior hasta el diafragma en la región inferior siendo una
estructura muy dinámica y relacionada íntimamente a través de tejido conectivo laxo
de las estructuras viscerales. En el mediastino medio se encuentra el pericardio, el
corazón y los vasos mayores. El pericardio tiene dos capas: una capa interna que es
el pericardio seroso que está en contacto intimo con el corazón, y una capa externa
llamada pericardio fibroso (más rígida) que se continua inferiormente con el centro
tendinoso del diafragma (o ligamento pericardiofrénico) y con la lámina pretraqueal
de la fascia cervical profunda; anteriormente se conecta con los ligamentos esterno-
pericárdicos y posteriormente se relación con el mediastino posterior. Debido a estas
relaciones anatómicas el pericardio del corazón está muy adherido en su posición y
al mismo tiempo influyen en él los movimientos de los grandes vasos, caja torácica y
diafragma. 35
16
per) y una capa profunda y membranosa (fascia de Scarpa); ésta última se conecta
con la fascia perineal (fascia de colles). La fascia profunda se divide a su vez en 3
capas: superficial, intermedia y profunda que envuelven 3 músculos: musculo oblicuo
externo, interno y transverso; y a su vez envuelven también la aponeurosis (“o tendo-
nes planos extendidos”). En otra parte está la fascia endoabdominal que envuelve la
cara interna de la pared abdominal. Mas profundo a esta fascia esta la fascia transver-
sal, luego le sigue una capa grasa extraperitoneal y más abajo el peritoneo parietal.
El peritoneo es una capa transparente y serosa que se divide en dos: el parietal que
tapiza la cara interna de la cavidad abdominopélvica y el visceral que su nombre in-
dica lo que envuelve. Una distinción importante aparte de la anatómica es la relación
que tienen cada una con la sensibilidad al dolor; la parietal es directamente lineal al
sitio del dolor en el compromiso de dicho tejido; pero en la visceral el dolor es mal
localizado ya que es inervada por fibras sensitivas de los nervios espinales en la línea
media de los dermatomas; por tal motivo el intestino anterior refleja el dolor al epigas-
trio, el intestino medio a la región umbilical y el intestino posterior al hipogastrio. La ca-
vidad peritoneal cubre todos los órganos excepto los riñones y la vejiga. En el hombre
esta cavidad está cerrada, pero en la mujer no, ya que se continua con las trompas,
útero y vagina hacia el exterior. El peritoneo en total tiene más superficie corporal que
la misma piel debido a sus innumerables repliegues que conecta la pared abdominal
a las vísceras y éstas entre sí. De ahí que se deriven distintos nombres a las distintas
estructuras que están conformadas por el peritoneo: mesentério, omento mayor y
menor, y los ligamentos: falciforme, hepatogástrico, hepatoduodenal, gastrofrénico,
gastroesplénico, gastrocólico y el mesocolon que une principalmente las vísceras a la
pared posterior 35.
La fascia pélvica se divide en parietal y visceral. La primera cubre los músculos del
suelo de la pelvis: obturador, piriforme, coccígeo, elevador del ano y una parte del es-
fínter de la uretra. La segunda cubre los órganos pélvicos. Ambas fascias en el suelo
de la pelvis forman el arco tendinoso de la fascia pélvica que va desde el pubis hasta
el sacro. La fascia a nivel pélvico tiene distintas características anatómicas: laxas y
condensadas. Las laxas forman los espacios retropúbicos y retrorectal o presacros
que permiten amortiguar la expansión de la vejiga y el recto cuando se repletan y en
17
forma más condensada forman los ligamentos suspensorios de las vísceras pélvi-
cas35.
18
mar que se continua con las vainas fibrosas de los dedos y terminan en los retináculos
de la piel 35.
Todo el sistema fascial está inervado e integrado a la vez por el sistema nervioso au-
tónomo llegando al epi, endo y perineuro en donde conserva importantes receptores
nociceptivos.
La fascia tiene la capacidad de envolver, penetrar, apoyar y formar los vasos sanguí-
neos, el tejido óseo, el tejido meníngeo, los órganos y músculos; así como darle forma
y función a cada órgano cumpliendo una de las leyes de la osteopatía. De esta mane-
ra la fascia forma desde la piel hasta el periostio una estructura mecano-metabólica
de tres dimensiones3.
Todo esto permite que el sistema fascial envíe, reciba y comparta información sobre
la tensión en el organismo. La fascia está relacionada directamente con las termi-
naciones mielinizadas propioceptivas (Ruffini, Golgi y Pacini) y no mielinizadas, que
conectan con el periostio cuya función gobierna la propiocepción, interocepción y
nocicepción de modo que envían información aferente a la región anterior del cíngulo
y a la región dorsal posterior de la ínsula gracias a conexiones tálamo corticales de
modo que alteraciones en las vías de transmisión de la interocepción pueden disregu-
19
lar dichos centros de gestión de emociones en el cerebro. Estudios recientes también
ponen de manifiesto la relación de los centros donde se procesa el dolor como son:
la “corteza prefrontal, la región anterior del cíngulo y el tálamo, que son las mismas
zonas en donde se regulan en forma crítica y selectiva la atención, memoria y con-
ciencia de equivocación”; de modo que a través de las manipulaciones osteopáticas
hoy en día se puede entender que al aliviar el dolor de un paciente se mejora también
la disfunción cerebral asociada. De igual manera y desde el punto de vista inflama-
torio el dolor está mediado por citocinas como IL-1b, IL-6 y TNF alfa, que generan
alteración cognitiva. La osteopatía representa una opción no farmacológica y efectiva
que podría integrarse a las actuales guías de manejo del dolor con la probabilidad de
mejorar la esfera cognitiva asociada de los pacientes 33.
Los fasciocitos cumplen la función de producir ácido hialurónico que sirve para me-
jorar la tolerancia a la fricción ejercida por los tejidos circundantes y rellena los espa-
cios entre células. Entre ellas se encuentran los telocitos que forman una red dentro
de la red fascial y forman uniones entre células del igual y de distintos fenotipos de
modo que parecen que pueden influir en el ambiente metabólico y en procesos de
reparación y remodelación; aun cuando todavía hay información de estas células por
determinar.
20
ran un edema independiente de la influencia de la permeabilidad vascular; todo esto
resultará en aumento de la tensión, isquemia y subsecuente rigidez y dolor; ejemplo
clásico: los puntos gatillo 11,41
.
21
precisión. Ejemplo clásico de una estructura de tensegridad en la naturaleza es la
telaraña46.
3.2 Biotensegridad
Nuestro organismo está regulado dentro del sistema de barras (tejidos duros) y cuer-
das o tejidos blandos (o cadenas miofaciales): es decir biotensegridad, por lo sitios
donde estas estructuras se articulan. Estos sitios que se articulan poseen una tensión
interna (o pretensado). Esto permite que el movimiento en un punto específico en
el cuerpo esté censado segundo a segundo por el resto de la red, lo cual disminuye
la posibilidad de fatiga del sistema ya que toda la red se encuentra en constante re-
troalimentación en sus fuerzas de tensión y subsiguiente adaptación. Los huesos y
músculos que se relacionan en forma antagónica generan una fuerza mecánica de
balance que a su vez crea un ambiente de tensión isométrica; de modo que todo el
cuerpo desde el citoesqueleto y su relación con la matriz extracelular hasta los órga-
nos y tejido musculoesquelético, se encuentran en una relación de biotensegridad
(estabilidad) 7,46
.
El solo hecho que la fascia se encuentra inmersa en todo lo ancho y largo del cuerpo
humano explica que dicho tejido funciona como un sistema de señalización mecano-
sensitiva. Este entramado tejido evidencia células que están estrechamente relacio-
nadas y adheridas a la matriz extracelular a través de receptores integrinas y que a
través del estrés mecánico circundante se transfieren estímulos al interior de la célula
que orientan el crecimiento, remodelación y viabilidad de la misma. Esta capacidad
celular mecanosensitiva le permite a la célula actuar con otras como una unidad fun-
cional, a tal punto que un ambiente demasiado concurrido o estirado puede generar el
suicidio celular o por el contrario favorecer la reproducción celular respectiva.
22
en cuestión de segundos la producción de actina perinuclear que a su vez regula la
función del núcleo 44. Es de esta forma como se entiende que cuando movemos un
brazo el musculo se contrae, el hueso se tensiona, la piel se estira todo en respuesta
al estrés mecánico y cuando esto cesa todos los tejidos vuelven a su posición inicial
sin sufrir daño alguno como ocurre en todo sistema tenségril 18. In vitro se han hecho
observaciones sobre como el fibroblasto se puede reorientar cuando son puestos en
cajas de cultivo deformables que al cambiar su forma se evidencia reorientaciones
de sus células en las primeras 3 horas con mantenimiento de esta nueva orientación
una vez el estímulo deformante había cesado; en este mismo campo otros autores
han evidenciado cambios iniciales en el citoesqueleto de actina en los primeros 15
minutos concluyendo que así como ocurre in vitro puede ocurrir en vivo 5.
Estudios más recientes demuestran que la fascia puede ser un tejido activo. Posee
células con capacidad propia de contracción, gracias a la presencia de miofibroblas-
tos que responden a diferentes estímulos químicos inflamatorios y simpáticos, por lo
tanto, la fascia puede influir en la dinámica musculoesquelética hasta cierto nivel: en
el de la mecanosensación y que a su vez influye en la coordinación motora global.
El trabajo que se desarrolló en esta investigación puso de manifiesto cómo el tejido
fascial puede cambiar su aspecto histológico dependiendo de la zona del cuerpo don-
de se encuentre. La evidencia actual describe que la fascia al permanecer contraída
por un largo periodo de tiempo genera endurecimiento tisular y cambios en la matriz
extracelular con su consecuente ruptura de fibras de colágeno. En fases iniciales,
estos cambios se dan con intensidad leve, sin efecto directo en el tejido muscular, y
asintomático para el paciente; estos conceptos se mezclan a favor con otros estudios
que ponen de manifiesto la relación existente entre la actividad simpática y la rigidez
fascial. En suma, todos estos mecanismos patológicos a largo plazo se presentan
con compensaciones aparentemente reguladas terminando en rigidez y contracturas
musculares 9,43.
23
4. La fascia desde la medicina osteopática
La piel, el tejido adiposo y la fascia forman en sumatoria una sola estructura que tiene
como base el musculo y los huesos. Modelos matemáticos y celulares in vitro evalúan
la forma en como la manipulación de la fascia influye en los resultados terapéuticos.
Por ejemplo, con movimientos laterales, perpendiculares o longitudinales dependien-
tes del objetivo del terapeuta lograron medir la presión promedio ejercida en una te-
rapia sobre un tejido y puede llegar a 10 kilos, comprobándose que, aunque se incide
en la piel que es un tejido superficial se logra transmitir este estímulo enteramente a
la fascia profunda. 16.
24
a su vez aumenta la fuerza de cizallamiento en la pared endotelial cerebral condu-
ciendo a un aumento en la integridad de la barrera hematoencefálica, limitando así la
circulación y posterior depósito de proteína amiloides que se dan en la enfermedad de
alzheimer 32. Así también este estudio en pacientes con migrañas de alta frecuencia
(de 8 a 15 días por mes) demostró que la osteopatía a través del manejo de disfuncio-
nes somáticas encontradas en el examen físico inicial, por medio de técnicas miofas-
ciales, balance ligamentario y manipulaciones craneales concentradas en “alteracio-
nes de los tejidos, rango de movimiento, asimetrías y puntos dolorosos” mejoraron las
escalas de ansiedad y de discapacidad en estos pacientes en 4 sesiones realizadas
en un periodo de 8 semanas 29, de la misma forma al manipular las fascias craneales
pueden darse mejoras en la cefalea tensional crónica a través de manipulaciones que
corrigen asimetría y limitaciones en rango de movimientos y posturas anormales del
cráneo en posición antepulsión lo cual es frecuente encontrar en estos pacientes 17.
Dos reportes de casos de pacientes con trauma cráneo encefálico recibieron durante
la estancia hospitalaria sesiones de osteopatía con especial énfasis en técnicas mio-
fasciales y de balance ligamentario, obteniendo mejorías clínicas significativas, en
la cefalea y en el mareo; según este autor, el mareo fue una complicación pos-TCE
25
debido a una disfunción somática cervical consistente “en alteraciones en las señales
propioceptivas de las articulaciones intervertebrales, ligamentos y músculos cervica-
les posturales profundos”. Y en el otro caso la cefalea postcraneotomía se consideró
que el dolor se originaba por un aumento en la sensibilización del sistema nervioso
central. Esta sensibilidad aumentada se evidencia con disminución del umbral noci-
ceptivo observado en estudios de electromiografía; y corresponden a los hallazgos
del examen físico palpatorio con cambios en la textura del tejido muscular que se
suceden en los miotomas del segmento espinal afectado; con compromiso del huso
muscular al activarse inapropiadamente la motoneurona del segmento sensibilizado.
El mecanismo de acción de la osteopatía es que “promueve un reseteo de este huso
muscular disfuncional con disminución de la entrada nociceptiva y propioceptiva al
cordón espinal 31.
26
En ginecobstetricia también podemos impactar a través de manipulaciones a distan-
cia como en este estudio de casos (TGO más tratamiento estándar de parto vaginal)
y controles (solo tratamiento estándar de parto vaginal) donde se redujo la duración
de parto vaginal con un protocolo que consistió en técnicas de descompresión suboc-
cipital, liberacion de entrada torácica, TGO de costillas (T12), inhibición paraespinal
(L1-L2) y sacra (S2-S4); todo esto con el propósito de aumentar el drenaje linfático
y venoso en la región toraco – abdomino – pélvico, disminuir el estímulo simpático y
aumentar la parasimpático del útero. Se hizo especial énfasis en la descompresión
suboccipital para activar del X par craneal ya que este regula la actividad parasimpá-
tica del útero, aunque este mecanismo no se entiende por completo 30. En pacientes
con dolor posparto ya sea por vía vaginal o cesárea, en este estudio de 54 casos se
encontraron lesiones osteopáticas a nivel de caderas, región lumbar y en las char-
nelas occipito cervical y toraco – lumbar, así como limitación en la movilidad en la
articulación sacroilíaca que después de terminar el tratamiento con osteopatía hubo
mejoras estadísticamente significativas en un 22%, con VAS en cero a nivel lumbar,
abdominal y vaginal. Según el autor el dolor posparto por vía vaginal se ocasiona por
cambios en la estructura ósea de la pelvis y distención fascial que ocasiona laxitud
de sus ligamentos; en el dolor post cesárea se encontraron en más de la mitad de los
casos disfunción en el diafragma abdominal posiblemente generado por una tracción
fascial por la columna anterior a su vez causado por una tensión miofascial uterina
y disfunción fascial de la pared abdominal debido a la cesárea ; el TGO a nivel de
la charnela toracolumbar ayudó a regular la disfunción somática, tono autonómico
muscular del útero con disminución en los calambres, y moduló la tensión fascial
pélvica 20. Este otro estudio demuestra que los cambios anatómicos que se dan en el
embarazo de un feto en crecimiento y los cambios que se suceden por las hormonas
de la madre hacen más factible la aparición del dolor lumbar; todo esto produce final-
mente que la pelvis se ubique en posición anterior y se dé como reacción en cadena
cifosis compensatoria, posición antepulsión del cráneo; con compromiso subsecuente
de los ligamentos y ensanchamiento de la sínfisis del pubis y de las articulaciones
sacroilíacas así como contracturas musculares compensatorias para lograr así más
soporte estructural. La osteopatía logró un menor deterioro de la función lumbar y dis-
minución del dolor comparado con otros tratamientos a través de un protocolo de 12
técnicas que incluyeron desde CV4, varios segmentos articulares del tórax y la colum-
27
na vertebral y el sacro y, las disfunciones somáticas en este grupo de pacientes sin
presentarse efectos secundarios 27. Otro estudio de 4 reportes de casos de mujeres
embarazadas en las que se tuvo en cuenta 7 escenarios distintos: “TGO preoperato-
ria para parto por cesárea primaria, TGO preoperatoria para cesárea repetida, TGO
en el trabajo de parto para pacientes que desean prueba de trabajo de parto con ce-
sárea anterior, TGO para parto vaginal con cesárea anterior exitoso, TGO en la cita de
seguimiento posoperatorio, y TGO para embarazos ectópicos con cicatriz por cesárea
manejados con metotrexato sistémico”. El autor describe que la cicatriz de cesárea
afecta la fascia perineal y transversal produciendo adherencias hasta sacro; y debido
a la conexión de éste al útero a través de los ligamentos útero-sacros y al ligamento
ancho por el que se asocian las arterias uterinas se puede finalmente afectar la perfu-
sión y la movilidad del útero; por ende, todas las vísceras abdominales y pélvicas peri
cicatriciales pueden verse comprometidas debido a la estrecha interconexión fascial.
El abordaje que se le realizó a las pacientes fueron diferentes, pero todos enfocados
a la mejoría del drenaje linfático y a la corrección del tono simpático elevado, así como
a la liberación miofascial 36. En relación a la liberación miofascial se han realizado in-
vestigaciones in vitro demostrándose, que la liberación miofascial tiene efectos sobre
la disminución de la tensión de la arquitectura de la matrix extracelular aumentando
de este modo la capacidad de curación de las heridas 48.
28
cral; así como especial énfasis en la movilidad y motilidad al estómago, los ángulos
hepático y esplénico, el ciego y el colon sigmoide”. El TGO se centró en normalizar
el tono autónomo, mejorar el drenaje linfático y liberar las restricciones intestinales a
través de manipulaciones en los 5 diafragmas, disfunciones somáticas en columna
vertebral y costillas, y técnicas viscerales directas incluyendo el ordeño colónico 34.
Por otro lado, en los paciente a quienes se le han realizado cirugía abdominal hacer
osteopatía en la etapa aguda en dichos pacientes disminuye el dolor y logra acortar
la estancia hospitalaria a través de CV4, inhibición intestinal y balance de punto de
tensión fascial del colon 22
; otro estudio demostró tiempo de estancia hospitalaria
más corta en paciente con infecciones respiratorias cuando se combinaba tratamiento
29
antibiótico intravenoso más osteopatía comparado con solo osteopatía o solo antibio-
ticoterapia evidenciando que manipulaciones osteopáticas por ejemplo sobre las cos-
tillas ayudan a activar líneas celulares del sistema inmune. El autor describe varios
tipos de investigaciones en poblaciones de animales y seres humanos que datan del
año 1912. Estos estudios evidenciaron que técnicas de bombeo esplénico y hepático
mejoraban la función inmune: a través de un movimiento rítmico de alternancia de
presión y relajación sobre la región abdominal y torácica generando que los ductos
linfáticos se vaciaran y se llenaran en cada movimiento aumentando a su vez el flujo
de linfa y el número de leucocitos en sangre periférica. En modelos de perros se com-
probó que estas técnicas aumentaron el flujo de interleucinas IL6, IL8, IL10, MCP-1
y quimio-atracción de queratinocitos. El autor cita el estudio MOPSE en el cual se
demostró que al realizarse dichas técnicas de bombeo linfático sobre pacientes con
neumonía que recibían concomitante antibióticoterapia se recuperaron más rápido
logrando menos estancia hospitalaria 38.
Por otro lado, hoy en día las intervenciones instrumentadas en columna han venido
usándose con más frecuencia debido en parte a los avances en técnicas quirúrgicas
y dispositivos para este fin, con la intensión de corregir trastornos estructurales de los
discos intervertebrales; en este reporte de caso se trata de una paciente de 50 años
de edad que le realizaron fusión espinal posterior T4-L4 y presentó posteriormente
síndrome del dolor adyacente y radiculopatía L4-L5 derecha. Esta condición según
el autor se presenta hasta el 3.9% de los pacientes con cirugía de fusión espinal. La
osteopatía evidenció mejoría de sus migrañas, dolores cervicales, lumbares y sinto-
matología sugestiva de ciática mejorando su calidad de vida y un alto nivel de funcio-
nalidad. Estudios in vitro sugieren que el síndrome del dolor adyacente se da por un
aumento de la presión axial sobre las vértebras superiores al segmento manipulado
quirúrgicamente; este aumento de presión es proporcional al número de vertebras fu-
sionadas. El mecanismo por el cual la osteopatía mejora la radiculopatía es descono-
cido sin embargo varios autores proponen que al mejorar la restricción fascial en los
tejidos blandos que pasan por la columna lumbar se disminuye la presión vertebral;
otros proponen que al tratar las zonas de transición de la columna éstas quedan más
libres en su movilidad segmental, mejorando el patrón respiratorio y circulatorio del
paciente. El aumento de la circulación según el autor podría “liberar el edema loca-
30
lizado en la raíz nerviosa afectada, disminuyendo a su vez la presión y los síntomas
de radiculopatía” 28.
31
materia. Las células fasciales se les puede observar en su forma “solida (músculos,
huesos, grasa, ligamentos, etc) y líquida (linfa y sangre)” combinadas de tal manera
que se convierte en un sistema auto regulable e indisoluble, y dicha morfología funcio-
na independientemente del sistema nervioso central. El tejido fascial también tiene la
capacidad de guardar memoria explicado como “una predisposición anticipatoria que
la prepara para los cambios en su medio ambiente”. El alcance del toque osteopático
de la fascia visto desde la fisiología y la física cuántica pueden explicar los efectos
locales (en un tejido manipulado) y a distancia (de otro tejido no manipulado manual-
mente) que se observan frecuentemente en los pacientes 4.
5. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5.1 CONCLUSIONES
La fascia es el tejido más extenso en el ser humano que conecta todas las partes del
cuerpo. Los estudios descritos de la fascia evidencian que es una estructura vital, con
movilidad propia, y juega un papel regulador e integrador en múltiples funciones quí-
micas y físicas que se explican a través de la mecanotransduccion y biotensegridad.
Gracias a estas teorías es que se pueden comprender los efectos locales y a distan-
cia que se suceden cuando se realizan manipulaciones osteopáticas en este tejido.
La variedad de técnicas que se usan en osteopatía a nivel craneal, visceral y estruc-
tural son muy seguras, efectivas y satisfactorias para el paciente. El tratamiento de
las disfunciones somáticas en forma única o complementaria con otros tratamientos
convencionales logra una respuesta más pronta y efectiva en múltiples patologías. La
fascia desde la medicina osteopática tiene el potencial de poderla tratar en forma pre-
ventiva tanto a nivel físico como emocional en la modulación del estrés que quizás es
uno de los mayores desafíos hoy en día que enfrenta la raza humana. La fascia desde
la osteopatía expone a la luz de la ciencia el alcance de estas respuestas terapéuticas
que se dan en los pacientes. Este trabajo pone en evidencia como un toque terapéuti-
co “osteopático” logra en el paciente una respuesta biológica positiva logrando lo que
todo medico desea en sus pacientes: mejorar la calidad de vida.
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5.2 RECOMENDACIONES
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