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DE MÉXICO
COLEGIO DE CIENCIAS Y
HUMANIDADES PLANTEL NAUCALPAN
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INTRODUCCION
Este no es sólo un libro para niños, es una invitación para reflexionar sobre el
ritmo ajetreado de la vida moderna y el verdadero valor de la vida; al mismo
tiempo es una crítica al capitalismo y al desarrollo sin medida que amenazan
las relaciones solidarias entre las personas. Con una mezcla de realismo y
fantasía, Momo es una de las mejores obras del autor, ya que marca la
dualidad entre dos mundos que conviven y que muchas veces no se
comprenden: el mundo sin barreras industriales ni técnicas (con su bondad,
ingenuidad y tolerancia) y la sociedad industrializada y tecnificada, (preocupada
únicamente en valores mercantiles y de progreso). Momo es una niña huérfana
que tiene el don de saber escuchar y comprender los problemas de los demás,
sus amigos Beppo, el barrendero, y Gigi, un cuenta cuentos, cuidan de ella que
vive en un antiguo teatro romano. Un día aparece en la ciudad un extraño
hombre gris que comienza a comprar el tiempo de la gente, y Momo se va
quedando sola. Este hombre pertenece a una asociación de hombres grises
que están haciendo su propio negocio con la gente: les quitan el tiempo libre a
cambio de rentabilizar sus horas. La gente tiene cada vez menos tiempo libre.
Momo es la única que no cae en la trampa y con la ayuda de la tortuga
Casiopea, el maestro Hora, guardián del tiempo y las flores horarias, devolverá
el tiempo a toda la gente.
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1. Una ciudad grande y una niña pequeña
En los viejos, viejos tiempos, cuando los hombres tenían muchas lenguas, y
alzaban palacios para reyes y emperadores.
Allí comienza una gran historia, en una gran ciudad, en el extremo sur. Allí
donde comienzan las chozas y chabolas, estaban las ruinas de un viejo
anfiteatro casi olvidado.
Un día, la gente que vivía cerca encontró a una niña viviendo allí. Se llamaba
Momo. Una tarde, llegaron unos cuantos hombres y mujeres. Le preguntaron a
Momo todo tipo de cosas -si tenía padres, de donde venía, si quería ir a un
hospicio o si se quería quedar en el anfiteatro. Dijo que no tenía padres, ni casa
y tampoco quería irse a un hospicio ya que se había escapado ya de uno
porque los maltrataban a todos los niños. También le preguntaron qué cuantos
años tenía y se quedaba callada y dijo esto “yo tengo 102 años” ellos se
quedaron asombrados pero no le creían y le volvieron a preguntar:
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Los del pueblo empezaron a decir que ni ella misma sabía que cuando nació
así que decidieron que la cuidarían y toda la gente lo tomo bien y me construyo
una casa pequeña dentro del mismo teatro, un albañil me hizo literalmente la
casa y las mujeres se encargaron de las sabanas y más aparte me dieron un
colchón para que no pasara frio. Al final toda la gente me empezó a llevar
comida y sabanas. Así que oficialmente ya era párate de ese pueblo . pues, que
se quedaría en la cámara media derruida del anfiteatro. Empezaron en
seguida, limpiaron y arreglaron la cámara. Todos contribuyeron en decorar la
cueva, hicieron una mesa y sillas de cajas de madera; trajeron una cama vieja,
y construyeron un hogar.
Las personas se pusieron de acuerdo para ir a visitar a Momo ya que ella era
especial no por tener un súper poder o algo extraordinario si no que ella sabía
escuchar y estarás pensado que todos saben oír, pero no ella oía lo que decían
a las personas del pueblo y ella te miraba con tanta atención que mientras le
contabas se te ocurrían cosas tan increíbles o ingeniosas que estando
pensando o decirse lo a alguien más no ocurriría esto.
Después vino la gente con la comida, cada uno trajo lo que le sobraba. Esa
noche celebraron una fiesta en honor a la instalación de Momo. Así comenzó la
amistad entre Momo y la gente de los alrededores.
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2. Una cualidad poco común y una pelea
muy poco común
En el pueblo se empezó a hacer común la expresión vete con momo porque las
personas que estaban enojadas, desesperadas, tristes, felices y querían estar
con alguien o que alguien los escuchara, se iban conmigo a platicar, yo no
tenía nada en especial pero lo único que si tenía era el saber escuchar a las
demás personas. Yo sabía escuchar tan perfectamente a las personas que
había veces en que no necesitaba hablar para que la persona se sintiera mejor.
Pero hubo una ocasión donde el albañil que me hizo la casa, Nicola, estaba
peleado con Nino. Él era dueño de su propio establecimiento, aunque
desgraciadamente no tenía mucha clientela.