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INSTITUTO BÍBLICO MISIONERO SEMBRADORES PRESENTADO A: DR

LIBARDO ANTONIO
MOVIMIENTO MISIONERO MUNDIAL CENTRAL
PERTUZ

ENSAYO “LAS ESCRITURAS COMO REVELACIÓN Fecha: 24/08/2022.


DIVINA” - TIPOLOGÍA BCA/SANTANDER.

PRESENTADO POR: YESENIA ANDREA PABÓN Página 1 de 2


CABRERA

A lo largo de la historia de la humanidad, las grandes historias se nos han ido transmitiendo en relatos
que, junto a elementos de la vida diaria, hacen de estos sucesos, algo enriquecedor para nuestra cultura,
tal como dice Kortazar “Las naciones modernas han utilizado la literatura para crear su legitimidad, para
hacerse ver entre las naciones. Por ello se han llamado Literaturas Nacionales aquellas que han surgido
en Europa en la medida que han sido válidas para crear naciones”.

El discurso, el uso del lenguaje y la fuerza de la palabra, cada vez tiene mayor peso en nuestra sociedad y
esta es transmitida en la literatura y la cultura de una nación en donde más que entretener, transmiten
una serie de ideas y valores que son la base de la tradición oral. Lo anterior precede a las Sagradas
Escrituras, que más que un libro vulgar o un escrito de acontecimientos; constituye la palabra viva de
Dios y da una interpretación de los sucesos y los mandatos en forma de memorial para todas las
generaciones. En el judaísmo, a Biblia no es solo un simple texto, sino que está compuesto de toda la
parafernalia de la tradición oral.

Ahora, la Biblia es una revelación progresiva de Cristo. Veamos la siguiente homilía:

“Muchas veces y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los
profetas. En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo” (Hb. 1, 1).

¿Cómo entendemos que Jesús es el hilo conductor de un conjunto de 66 libros? ¿De qué manera
comprenderemos que Jesús es la palabra revelada por Dios en todos los tiempos? Esto nos da a dilucidar
que Jesús es la piedra angular de la fe cristiana porque es la plenitud de la revelación y, que es todo lo
que Dios ha querido decirnos de sí mismo. Cito al concilio vaticano II:

“Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los
hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de
la naturaleza divina. En consecuencia, por esta revelación, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido
por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía. Este plan
de la revelación se realiza con hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras
realizadas por Dios en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y los hechos, significados por
las palabras, y las palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas. Pero la
verdad íntima acerca de Dios y acerca de la salvación humana se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es
a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelación.”

En efecto, Cristo es la revelación del plan divino de redención que Dios en el antiguo testamento
manifestaba por medio de tipos y, que incluso, el rey David en su comunión e intimidad con Dios, nos da
a entender que, el hijo, es Dios carne y digno de adoración al igual que el Padre y el Hijo del que habla el
antiguo testamento (1 Tim 3:16). A continuación, visualizaremos un fragmento del salmo 2:

“Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, Y
alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su
ira. Bienaventurados todos los que en él confían”.

El Señor Jesucristo es el tema principal de la Biblia, puesto que la persona de Cristo y su obra, se hallan
representadas en diversos tipos mesiánicos por medio de tipologías. Un ejemplo de ello es Moisés es
tipo de Cristo (Dt 18:15) y hace énfasis en "a ÉL oiréis" y la petición del pueblo a Moisés era de enviar a
su hijo como fiel vocero de su Palabra y Dios aprueba esta petición siendo Moisés el mediador, siendo
Moisés profeta de Dios y mediador como lo es Cristo con su iglesia y Melquisedec como sacerdote y
Cristo, como El sacerdote de los cielos.

A modo de conclusión, el fundamento de todo es que el Hijo guarda una relación única con el Padre:16
el Hijo es el enviado del Padre, es el que revela al Padre, es el que da la vida del Padre y el que lo
glorifica con su vida. El Padre y el Hijo cooperan en la misma obra (Jn 5); el Hijo no puede hacer nada por
sí mismo, solo hace lo que ha visto, oído y aprendido del Padre, quien le muestra todo al Hijo y pone
todo en sus manos (Jn. 3, 3). El Hijo está sometido por completo a la voluntad del Padre: jamás Jesús
hace un gesto de obediencia ni “reza por él”, porque siempre está en contacto con el Padre.17 Nadie va
al Padre sino es a través suyo. Por todo ello, se conoce y se ve al Padre en el Hijo. El Hijo tiene tal
dignidad que se puede creer en Él y obtener Vida eterna (cf. 21, 30-31); Vida que no es una realidad
material o fuerza mágica, sino la participación en la Vida de Dios. Se tiene la Vida porque se está en
comunión con el Padre y con el Hijo.

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