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«Dios ha escrito dos libros: uno es la escritura y otro es la creación. Uno está
compuesto de letras y palabras; el otro de, el otro de cosas »1. Ambos son reflejos de la
manifestación de Dios, donde el hombre es capaz de conocerle, porque el hombre es capaz
de Dios, y el deseo de este ser divino se encuentra inscrito en el corazón del hombre 2. Pero
cómo ha sido esta revelación de Dios en el curso del tiempo. En este sentido va dirigido
este pequeño escrito que discurre sobre el capítulo III de Valerio Manucci, cual lleva por
título: « Revelación en la historia y a través de la historia ».
1
R. Cantalamessa., Introducción al cristianismo, ed. encuentro, Madrid. 2006. Pg. 5
2
Catecismo De la Iglesia Católica: El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el
hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer hacia sí, y sólo en Dios encontrará el
hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar: La razón más alta de la dignidad humana consiste en la
vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento;
pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente
según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador (GS 19,1).
3
V. Manucci., La Biblia como Palabra de Dios, Bilbao, 1997. Pg 42
4
Exodo2,20
5
Isaías 49,26
clara y amplia el hecho de la revelación, teniendo la persona teniendo de Jesús como
culmen de lo manifestado:
«Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que
contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida, pues la Vida se manifestó, y
nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que estaba vuelta hacia
el Padre y que se nos manifestó - lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también
vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su
Hijo Jesucristo. Os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo6».
10
Concilio Vaticano II, Const. dogm, Dei Verbum, sobre la divina revelación, 2.
11
Ibíd., 4.
12
V. Manucci., La Biblia como Palabra de Dios, Bilbao, 1997. Pg52.