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Miguel Angel Ferrando, S. M.

Profesor de la Facultad de Teología, U. C.

NOTAS DE EXEGESIS SOBRE EL PROLOGO DEL CUARTO


EVANGELIO (Jn 1,1.18)

AS paginas que siguen son la parte medular de una ponencia leída el 5

L de septiembre de 1978, en el seminario "Teología


por la Facultad de Teolagio
Universidad Católica
y la Vicerrectoría
de Chile. La ponencia
entre especialistas sobre problemas
pretendía
metodológicos
y Biblia", organizado
de Comunicaciones de la
suscitar un diálogo
del quehacer exegético
y teológico. En la media hora concedida al ponente s610 era posible estudiar algu-
nosaspectos, muy pocos, pero significativos, del prólogo del cuarto evangelio. Quizás
estas reflexiones permitirán todavía al lector hacerse alguna idea de las dificulta-
des con que tropieza el exegeta y de las explicables perplejidades de los teólogos
dogmáticos ante los resultados de la exégesis bíblica.

EL TEXTO

1. El Verbo en Dios

a. En el principio existía el Verbo


b. y el Verbo existía cabe el Dios (= el Padre)
c. y en calidad de Dios existía el Verbo.
2 a. Este existía en el principio cabe el Dios.

3 a. Todo mediante él llegó a ser


b. y fuera de él llego a ser nada.
4 a. 'lo -llegado a ser en él vida era
b. y la vida era la luz de los hombres
5 a. y la luz en la tiniebla aparece
b. y la tiniebla no la venció.

11. El Verbo en la historia de la salvación

6 a. Llegó a ser un hombre


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b. enviado de junto a Dios,


c. nombre de él, Juan.
7 o. Este vino para testimonio,
b. para que diera testimonio acerca de la luz,
c. para que todos creyeran mediante él.
8 a. No era aquél la luz,
b. sino para que diera testimonio acerca de la luz.

9 a. Era (existía) la luz verdadera que alumbra a todo hombre


b..'viniendo· (la luz) al mundo.

10 a. En el mundo era (existía)


b. y el mundo mediante él llegó a ser
c. y el mundo no lo conoció.
11 a. A los propios vino
b. y los propios no ,lo aceptaron.
12 a. Cuantos sin embargo lo recibieron
b.les dio potestad de llegar a ser hijos de Dios,
c. a ,los que creen en el nombre de él,
13 a. los cuales no de sangres,
b. ni de querer de la carne,
c. ni de querer de va¡ón,
d. sino de Dios nacieron.

14 a. Y el Verbo llegó a ser (existió) en calidad de carne


b. y puso la tienda en nosotros
c. y vimos la gloria de él,
d. gloria como corresponde a unigénito de junto 0,1 Padre,
e. pleno de un don que es verdad.

111. El Verbo en la historia, de los creyentes

15 a. Juan da testimonio acerca de él


b. Y ha gritado:
c. Este era al que dije
d. el que detr6s de mí est6 viniendo
e. delante de mí ha llegado a ser,
f. porque primero que yo existía.

16 o. Porque de la plenitud de él todos recibimos


b. y un don a cambio de un don.

17 a. Porque la Ley mediante Moisés fue dada,


b. el don de la verdad mediante Jesucristo llegó ,a ser.
NOTAS DE EXEGESIS SOBRE EL PROLOGO DEL CUARTO EVANGELIO 57

18 a. A Dios nadie vio jamás.


b. Unigénito Dios, el que existe hacia el seno del Padre
c. aquél ha dado a conocer (= ha hecho la exégesis).

La traducción que precede es personal y pretende la mayor fidelidad posible


al texto griego, pero la estructura en que se encuadra es debida al P. Ignace de
lo Potterie (l). El texto griego tradlJ'Cido difiere en dos ocasiones del propuesto por
el P.dela Potterie. En 13d el profesor del Instituto Bíblico prefiere leer el verbo
"nacieron" en singular, de modo que la frase se refiere al Logos (Verbo) y no a
los creyentes. En 18b se pone del lado de un grupo de manuscritos que traen "el .
.hijo unigénito", frente a otro grupo donde se lee "unigénito Dios", sin artículo.
En las líneas siguientes se pretende explicar o justificar, con obligada bre-
vedad, estos puntos:
l. La estructura propuesta.
2. la traducción aquí ofrecida de las frases 1b, 1c, 14a, 14e y 17b.
3. Los motivos de la elección del texto seguido en 18b, "'unigénito Dios".

1, ESTRUCTURA

Los motivos por los que el P. de la Potterie distribuye el texto del prólogo
como lo hace, son, en resumen, los siguientes:
a) El autor del prólogo ha~la, desde ,la primera línea, qE:!LXElTbc>
EnSCltna-
do, de Jesucristo. En efecto, el testimonio de Juan Bautista, w 6-8, se refiere a
Cristo Jesús.Juan da su testimonio antes de que se haya hablado de la encarnación,
y da testimonio de la "luz", luz de la que acaba de tratarse en 4-5.
b) Los w 6 y 15 señalan el principio de algo nuevo en la estructura. Nin-'
guno de los dos versículos se liga a 10 anterior por conjunciones (asindeton), tan
frecuentesen el resto del prólogo, y en ambos aparece un vocabulario peculiar. El
prólogo queda, pues, dividido en tres secciones: 1-5, 6-14 Y 15-18.
d Diversos indicios~~t¡I¡~tko;-'y literari'as'-~onfirman'''~sa división. Se da un
paralelismo fócilmente"pe-rceptibleentre los versíc~los 1-2, 6-8 y 15, entre los w 4-5
y9, entre los w 11·12 y 16, Y entre los w 14 y 17-18 (2). Hay una inc!us':Sn mayor
entre los w 1 y 18 Y otra inclusión menor entre 1 y 14 (3). El V 14, que concluye
la seccióncentral, aparece osI como el pivote en torno al que gira todo el prólogo.

(1) Seguí un curso sobre Jn 1, 1-18 con el P. 1. de la Pottie,e en Roma, en el primer semestre
del año académico 1974-75. El' curso fue mimeografiado y tiene por titulo: Prologu. evangeHl
Joanni., 135 págs. El autor dedica 12 convincentes páginas, 13-23, al tema de la estructura
del pr610go.
(2) Los elementos paralelos entre 1-2, 6-8 Y 15 son: junto a Dios, éste, existla, Juan, dar testimonio.
Entre 4-5 y 9: luz, hombres. Entre 11-12 y 16: recibir. Entre 14 y 17-18: lIeg6 a ser unlg6nito,
Padre, don de la verdad.
(3) Inclusi6n entre 1 y 18: El Verbo existía cabe el Dios -unigénito Dios, el que existe hacia el seno
del· Padre. ,lnclusi6n entre 1 y 14: ,El Verbo existla cabe el Dios-- El VerbOl ... unigénito junto al
Padre.
58 MIGUel ANGEl FERRANOO

La determinación de las articulaciones de un texto, es decir, de su estruc-


tura literaria, permiten entenderlo mejor. Teniendo, pues, en cuenta dicha estructura,
el sentido general del prólogo parece claro:
l'? sección: El Verbo en Dios. En el principio, cuando el mundo fue creado,
ya existía el Verbo, el Lagos, Jesucristo, y existía en íntima unión con el Dios, es
decir, con el Padre (4). Existía en calidad de Oios, no de criatura. Todo, especial-
mente en el orden de la salvación, ha tenido lugar gracias a él, por su acción. De
él dependen la vida y la luz de los hombres. La tiniebla no ha podido ven-cer, no
ha podido apagar esa luz.
2Q sección: El Verbo en la historia de la salvación. Juan ha dado testimo-
nio de esta luz, del Verbo, para que todos crean. El Verbo es la luz verdadera, la
luz que al venir al mundo i-Iumina a todos los hombres. No todos aceptan la luz.
Los que la aceptan creyendo han nacido de Dios y reciben el poder de llegar a ser,
cada vez más, hijos de Dios. El Verbo, que en el principio existía en calidad de Dios,
llegó a existir en calidad de "carne", de hombre en lo que éste tiene de más débil,
de más opaco. El Verbo ha plantado su tienda entre los hombres, siendo uno de
el-los, pero al hacerlo se ha convertido en el lugar donde brilla la gloria de Dios.
En el rostro de Jesús hemos visto brillar la gloria que corresponde al Hijo unigénito,
amado, que está junto al Padre. El está lleno de un don, de un regalo peculiar: de
la verdad. El es la revelación suprema del Padre.
3Q sección: El Verbo hoy, en la historia de los creyentes. Juan sigue dando
testimonio para nosotros. De la plenitud de la verdad que está en Cristo, todos
nosotros, los cristianos que vivimos "hoy", hemos recibido un don a cambio de otro:
porque si la Ley fue dada por Moisés, el don de la verdad, de la revelación plena,
nos es ofrecido por Jesucristo. Hay una historia de la salvación, un progreso en la
revelación que llega a su cenit en el hombre Jesús, que en calidad de Dios existía
ya en el principio. El, que en calidad de unigénito y de Dios existe vuelto hacia el
seno del Padre, es el único que ha visto a Dios. Es El quien nos drce cómo es el
Padre, quien nos lo "interpreta", quien hace la "exégesis" pertinente, quien "tra-
duce" a nuestro lenguaje el secreto inefable de la vida íntima divina (5). El prólogo

de Jn termina con esa palabra, ex~gésato. los hechos y dichos de Jesús, cuyo relato
viene luego, no son otra cosa que la interpretación, la traducción, la expresión de
lo que Dios es.

( 4) Dios, con artículo, significa habitualmente en el N. T. el Padre. Cf. K. Rahner, Theos en el Nuevo
Testamento, en Escritos de T8Ologla, Madrid, Taurus 1963, vol. 1, 144·167.
(·5) El término griego que traducirnos por "intrepretar", "traducir", "explicar" es exegésato. Cf. Le
24, 35; Act. 10, 8; 15, 12 Y 14; 21, 19; Job 12, 8; 28, 27; Sir. 42, 15; 43, 31.
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2. EL VERBO EXISTIA EN CAUDAD DE DIOS. LLENO DEL DON DE LA VERDAD

El Verbo existía en calidad de Dios

La riqueza de la lengua castellana, que permite traducir el verbo griego


"einai" parlas verbos "ser", "estar" y "existir", plantea arduas dificultades a los
traductores del primer versículo del cuarto Evangelio. Tres veces se repite el preté-

rito imperfecto ";n", y en las tres es traducido casi siempre de manera diferente.
Juan Mateas, en la "Nueva Biblia Esporlola", traduce: existía, se dirigía, era. La
edición de 1975 de la "Biblia de Jerusalén": existía, estaba, era. La "Biblia Latino-
americana, edición pastoral": era, estaba, era. Pero la traducción más notable es,
sin duda, la que propone la Biblia que distribuyen los Testigos de Jehovq, traduc-
ción que especula con la presencia del artículo determinado antes de "Dios" en 1b,
Y su ausencia en le Dice así: "En (el) principio la Palabra era, y la Palabra estaba
con Dios, y la Palabra era un dios" (así, con minúsculq}.
¿Cómo, pues, traducir Jn 1, 1 y, en particular, el tercer miembro del versículo,

que en griego suena así: "ka1 theos ~n ha lógos"? El verbo ser puede tener valor
copulativo, de lazo entre un sujeto y otra cosa que se dice de él, o valor predica-
tivo. Cuando es predicativo, él mismo dice del sujeto oigo muy importante: que el
sujeto "es", que "existe". En 1a esclOl"o que tiene una función predicativa: se afirma
que el Verbo, que el Lagos, existía ya en el principio. En 1b parece también prefe-
rible traducir el imperfecto de "einai" por "existía", con valor predicativo, y no por
un pálido "estaba": El Verbo existía cabe el Dios, junto al Padre. ¿Cambiará de

pronto la función de "~n" en la tercera frase, en 1c, para recobrarla de nuevo en


2a? ¿Dejará de ser predicativo para tener sólo una función copulativa, de lazo entre
un sujeto, "el Lagos", y un predicado, "Dios"?
La respuesta casi unánime de ·105 exegetas a esta pregunta es afirmativa.
El verbo "ser" tiene aquí valor copulativo. "El Lagos" es sujeto y "Dios", predicado.
Así lo afirman, por ejemplo, A. Feuillet, R. E. Brown, R. Schnackenburg (6). El uso
de "Dios" sin artículo impide que el Lagos sea identificado con "el Dios", es decir,
con el Padre, pero la frase está construida de modo que un lector gentil no puede
entenderla como si el Lagos fuera un segundo Dios, en sentido helenístico (7).
No terminan de convencer estas aclaraciones, aunque vienen de autores tan
competentes.Por ·10 menos no convencen al lector ·cuya lengua materna es el caste-
llano, no la de ellos (el francés, el inglés, el alemán, tienen un solo vocablo para

decir "ser" y "estar"). En primer lugar, es sorprendente que el imperfecto "~n"

( b) A. Feuillet, le prologue du quatrieme évangile, De,clée de Brouwer 1968, 34. R. Brown,


The GOlpel accordlng lo John (The Anchor Bible 29), Garden Cily, Doubleday 1966, 1, 5. R.
Sohnackenburg, Dal Johannelevangelium (Herders theologischer Kommentar zum N. T. IV /1 L
3. Aufl., Freiburg, Herder 1972, 1, 211.
( 7) Cf. Brown, Ibidem, 1, 24.
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tenga va'lor predicativo dos veces antes y una vez después -en la, 1b Y 20-, Y
que no lo tenga en esta frase, le. En segundo lugar, la frase se vuelve mucho más
clara, para un ,lector castellano, si se considera a "~n" como predicativo ~por con-
siguiente, debe traducirse por "existía"-, y a "Dios" no como el predicado de "el
Lagos", sino como un sustantivo en aposición.
Un sustantivo está en "aposición" con otro cuando se junta con él para deter-
minar su sentido, para declararlo o desoibirlo mejor, sin llegar a formar con él un
solo concepto. Por ejemplo, en la frase "Cicerón, cónsul, descubrió la conjuración de
Catilina", cónsul está en aposición con Cicerón. Cónsu,1 da a la frase un matiz mvy
especial: Cicerón descubrió la conjuración cuando era cónsvl, y en tanto que cónsul
(dimensiones temporal y causa!), no antes o después, ni en su calidad de simple
abogado. Podría decirse: Cicerón, en su calidad de cónsul, descubrió la conjuración
de Catilina.
En las dos primeras frases del prólogo el evangelista ha afirmado que el
Verbo existía en el principio y que existía junto al Padre. En la tercera frase matiza
cómo existía, en calidad de qué: existía en calidad de Dios, no de criatura.
Esta traducción puede ser apoyada por otros tres pasajes típicamente ¡oóni-
cos, Jn 4,24, ]Jn 1,5 y ]Jn 4,8. Dice literalmente Jn 4,24: "Espíritu el Dios". ]Jn 1,5:
"el Dios ,luz es". Y ]Jn 4,8: "el Dios amor es". ¿Cómo puede ser esto traducido al
castellano? No se puede diciendo que el Dios (= el Padre) es un espíritu. Tampoco
es ,correcto decir que el Dios es una luz o un amor. Quizá lo más claro sea ver en
"espíritu", en "¡'uz" y en "amor", sustantivos en aposición. Dios existe en calidad de
espíritu, en calidad de luz, en carlidad de amor. Una tarea posterior es la de pre-
cisar qué significan esos sustantivos: espíritu, luz, amor.
ta traducción propuesta para le permite también entender mejor la frase
de 14a, "ha lógos sorx egéneto", "el Lagos carne llegó a ser". El verbo ser, en
griego, /no tiene aoristo. Cuando se quiere decir "fue", hay que echar mano del
aoristo del verbo "gínomai", como ocurre en varios versículos del pr610go, en con-
creto, en 140. Si la construcción es aquí paralela a la de 1c, y carne está en apo-
sición con el Logos, la traducción es: "El Lagos existió en calidad de carne". Aquél,
que en el principio existía ya en calidad de Dios, sin dejar de serlo, comenzó a
existir en calidad de carne, de hombre, en un momento determinado de la historia
de los hombres.
En fin, podría aceptarse que en ].e "el Lagos" es el sujeto y "Dios" el predi-
cado. Pero e'ntonces es necesario tener en cuenta lo que un predicado sustantivo sig-
nHica. Cuando se dice "Pedro es hombre", se afirma algo muy distinto que si se
dice "es un hombre", o "es el hombre". Al enunciar que es hombre se afirma dos
cosas: en primer lugar, que existe. En segundo I'ugar, que existe consistiendo en ser
hombre y no otra cosa. El verbo ser afirma la existencia, y el predicado la consis-
tencia. "El Logos era Dios", es decir, existía, y existía consistiendo en ser Dios, no
un Dios ni el Dios.
NOTAS DE EXEGESIS SOBRE EL PROLOGO DEL CUARTO EVANGELIO 61

Una buena traducción no es aun una buena teologia. El prólogo del cuarto
Evangelio no es una definición conciliar y menos aún una explicación teológica.
Serón todavía necesarios siglos -de reflexión y de diálogo para llegar a ,las formu-
laciones de Nicea y concilios posteriores, donde el dato bíblico será explicado a
mentesgriegas y romanas mediante los conceptos de naturaleza y de persona. Pero
una buena traducción impide al menos una mala teología, como la que inspira a
los Testigos de Jehová la interpretación de 1c, interpretación inadmisible induso
desde el punto de vista lingüístico.

Lleno del don de la verdad (vv 14 y 17)

En los vv 14 y 17 se lee literalmente que el Verbo está "lleno de gracia y


de verdad", que "la gracia y la verdad" nos han llegado por Jesucristo (gracia y
verdad = járis ka1 alétheia). La Biblia de Jerusalén explica en nota a Jn 1,14:
"Gracia y verdad corresponden a gracia (o amor) y fidelidad -hesed w'emet- en
la definición que Dios da de si mismo a Moisés, Ex 36,6" .....
La justificación de esta
traducción puede verse en muchos y excelentes autores: Boismard, Feuillet, Brown,
Schnackenburg(8).
Bultmann, si'n embargo, y con él otros autores (9), propone otra interpretación.
La palabra hebrea "hesed", amor o misericordia, no es traducida al griego bíblico
por "jaris", sino por "eleos". Jaris, además, no es término importante 'en el vocabu-
lario teológico de Juan, a diferencia de lo que ocurre con Pablo. Para Pablo,¡aris
(gracia) sí expresa un concepto muy denso, pero no para el evangelista que, fuera
del prólogo, no emplea jamás en su Evangelio este término. Es, pues, preferible
traducir ¡aris por don o regalo, sin más precisiones, y entenderla dupla "don y
verdad" como una hendiadis, cuyo significado es: "el don de la verdad".
En efecto, es frecuente, sobre todo en poesía, tanto en latín como en griego,
expresar por dos sustantivos un concepto que lógicamente se expresaría por un
sustantivomás un atributo o un geni~¡vo. En el NT hayal menos tres versículos en que
aparece una construcción semejante a la de Jn 1,14e y 17b, con "jaris" seguido de
la conjunción "y" y de otro sustantivo formando hendiadis. Literalmente esos ver-
skulos dicen: "Hemos re::ibido la gracia y el apostolado" (Rom. 1,5). "Nos pidieron
la gracia y la participación 'en este servicio" (2Cor 8,4). "Creced en gracia y en
conOcimientode nuestro Señor" (2Pe 3,18). El "Nuevo Testamento" editado por Her-
der, Barcelona 1968, traduce en los dos primeros casos entendiendo que hay hen-
dtadis: "'la gracia del apostolado", "la gracia de participar en este servicio". El
mismotraductor no ve la hendíadis en 2Pe 3,18, pero es verosímil que también
exista."Creced en la gracia del conocimiento de nuestro Señor" sería la traducción
corr-ecta.

(8) M. - E, Boismard, El prólogo de San Juan (Actualidad Bíblica 8), Madrid, fax 1967, 90-95.
Reuillet o, c. nota 6, 114 s. Brown, o. c. nota 6, 1 14. Schnackenburg, o. c. nota 6, 1, 248.
( 9 ) R. Bultmann, The Gospel of John, Oxford, Basil Blackwell 1971, 73-76. Cf. 1. de la Pollerie
o. c. nola 1, 110-113.
62 MIGUEL ANGEL FERRANDO

Valía la pena detenerse un instante en estas palabras. En efecto, Ulrich B.


Müller ha montado una teoría sobre las comunidades ¡oónicas, basada en gwn parte
sobre la traducción de ¡aris por "gracia" (Gnade), en el sentido paulina del término,
y en coordinación con "verdad" (10). Según este autor, hay tras Jn 1,14 y 16 una
tradición que acentúa la gloria de Cristo hasta tal punto que pareciera ignorar el
valor salvífica de su muerte. Esta tendencia conduciría, andando el tiempo, a una
división en el seno de las comunidades de origen joónico. Habría pruebas claras de
esta división en la Un, cuyo autor insiste en la importancia de la muerte de Jesús,
mientras que sus adversarios radicalizan en la dirección del docetismo la tradición
subyacente a Jn 1,14 Y 16. Müller ha levantado un edificio demasiado grande sobre
una base demasiado frágil y pequeña. Basta traducir "gracia y verdad(' por "don
de la verdad", para que todo él se venga abajo. El ej.emplo es una buena invitación
a andarse con cuidado al interpretarlos textos bíblicos.

3. UN PROBLEMA DE CRITICA TEXTUAlL: "UNIGENITO DIOS" (J n l,18b)

Las palabras "unigénito Dios", aqui aceptadas como originales, aparecen


nada menos que un papiro del año 200 aproximadamente, el p66, y en los unciales
Sinaítico, Vaticano y Rescripto de Efrén. La dificultad de la lectura es evidente y por
ello otros copistas, traductores y escritores antiguos han preferido leer "el unigénito
hijo". Esta lectura sólo la trae un uncial muy importante, el Alejandrino, y ningún
papiro. La lectura "el unigénito", sin más, está escasamente at'estiguada. Algunos
autores modernos prefieren la segunda o la tercera lectura (11). Los editores elel
The Greek New Testament, de las United Biblie Societies, prefieren la primera.
Bruce M. Metzger da las razones siguientes en favor de esta opción (12): antigüe-
dad y excelencia de los testimonios manuscritos, uso de "Dios" sin artículo, como en
1,1, Y falta de motivos para que el artículo haya sido quitado, artículo que fue
ciertamente añadido cuando un copista cambió "Dios" por "hijo". A estas razones
se puede añadir otra: la primera lectura es más difícil.
La dificultad para traducir ,estas dos palabras parece superable si se admite
que "unigénito" es sustantivo, y que, juntamente con el otro sustantivo, "Dios",

está en aposición con el participio sustantivado "el que existe" (ha ;n). La traduc-
ción al castellano sería, pues: "El que ,existe, como unigénito, como Dios, hacia el
seno del Padre, ese mismo ha dado a conocer". Lo dicho un poco antes sobre la
traducción de 1c parece quedar así confirmado, al mismo tiempo que contribuye a
hacer más satisfactoria la solución de un problema de crítica textual, por cierto ya
resuelto por los métodos clósicos.

(10) U. B. Mueller, Die Geschlchle de. Ch.lslologle in de. johannelschen Gemelnde (S'lutlg<lrler
Bibelstudien 77), Stutlgart, KBW 1975, págs. 31 y 36·41.
(11) Boismard, o. c. nota 8, 107 s.
(12) B. M. Metzger, A textual commentary on Ihe greek N. T., United Bible Societie, 1971, 198.

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