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Actividad 9.

Aplicación del aprendizaje

Cambios en materia de auditoría


empresarial

La auditoría se origina como una necesidad social generada


por el desarrollo económico, la complejidad industrial y la
globalización de la economía, que han producido empresas
sobredimensionadas en las que se separan los titulares del
capital y los responsables de la gestión. Se trata de dotar de
la máxima transparencia a la información económico-
financiera que suministra la empresa a todos los usuarios,
tanto directos como indirectos.

En un principio, la función de la auditoría se limitaba a la mera


vigilancia, con el fin de evitar errores y fraudes. Con el
crecimiento de las empresas, la separación entre propietarios
y administradores, y los intereses de terceros (entidades de
crédito, Administración Pública, acreedores, etc.) se ha hecho
necesario garantizar la información económico-financiera
suministrada por las empresas. Sin abandonar las funciones
primitivas, la auditoría acomete un objetivo más amplio:
determinar la veracidad de los estados financieros de las
empresas, en cuanto a la situación patrimonial y a los
resultados de sus operaciones.

Actualmente, las empresas elaboran sus cuentas anuales


(individuales y consolidadas) según las normas nacionales, y
si acuden a mercados internacionales (fuera de la UE)
reelaboran esta información utilizando las normas contables
admitidas en dichos mercados. Esto supone un coste
adicional y genera asimetrías informativas como
consecuencia de la utilización de normas contables
diferentes.

Después, la UE ha ido adoptando las NIC mediante


Reglamentos de la Comisión,14 de conformidad con el
Reglamento 1606/2002 citado anteriormente, lo que ha
contribuido a crear un auténtico cuerpo normativo en la
materia. En nuestro país, se presentó el 12 de mayo de 2006
en el Congreso de los Diputados un Proyecto de Ley de
reforma y adaptación de la legislación mercantil en materia
contable para su armonización internacional con base en la
normativa de la UE.
Las nuevas medidas suponen un gran avance, ya que permiten que se
adapten las leyes españolas a la normativa europea, a la vez que se
contribuye a modernizar los sectores de la contabilidad y de la auditoría.

La finalidad de esta reforma de la ley de auditoría y de los planes de


contabilidad es mejorar la calidad de la información financiera que facilitan las
empresas a sus clientes a través de un mayor ejercicio de transparencia. Lo
que supone un incremento en la supervisión de la actividad de los sectores de
la auditoría y de la contabilidad. Por tanto, también implica la exigencia de una
mayor credibilidad en los informes de auditoría, con el objetivo de reforzar la
confianza de los inversores.

Gracias a estos cambios en la ley de auditoría y en los planes de contabilidad


también se refuerza la transparencia de las actuaciones de los auditores, se
protege su independencia y se asegura mejorar la calidad de los servicios que
se prestan a los clientes.

Las nuevas normas con respecto a la ley de auditoría y los planes de


contabilidad mejorarán, sin duda, la labor de los auditores y ayudarán a que se
actualice el marco contable de las empresas.

Con el objetivo de fortalecer los mercados de capitales y de mejorar la


confianza de los inversores, estos dos nuevos reales decretos para modificar
la ley de auditoría y los planes de contabilidad de las empresas suponen un
gran paso para adaptar las leyes españolas al marco legislativo de la Unión
Europea. Asimismo, estas normas mejorarán la labor del sector de la auditoría
y aumentarán la confianza de los inversores en el mercado español.

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