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La auditoría ha evolucionado de una función de vigilancia para evitar errores y fraudes a una tarea más amplia de garantizar la veracidad de los estados financieros de las empresas. Recientemente, España ha reformado su ley de auditoría y planes de contabilidad para armonizarlos con las normas de la Unión Europea, lo que mejorará la calidad de la información financiera de las empresas y reforzará la confianza de los inversores.
La auditoría ha evolucionado de una función de vigilancia para evitar errores y fraudes a una tarea más amplia de garantizar la veracidad de los estados financieros de las empresas. Recientemente, España ha reformado su ley de auditoría y planes de contabilidad para armonizarlos con las normas de la Unión Europea, lo que mejorará la calidad de la información financiera de las empresas y reforzará la confianza de los inversores.
La auditoría ha evolucionado de una función de vigilancia para evitar errores y fraudes a una tarea más amplia de garantizar la veracidad de los estados financieros de las empresas. Recientemente, España ha reformado su ley de auditoría y planes de contabilidad para armonizarlos con las normas de la Unión Europea, lo que mejorará la calidad de la información financiera de las empresas y reforzará la confianza de los inversores.
La auditoría se origina como una necesidad social generada
por el desarrollo económico, la complejidad industrial y la globalización de la economía, que han producido empresas sobredimensionadas en las que se separan los titulares del capital y los responsables de la gestión. Se trata de dotar de la máxima transparencia a la información económico- financiera que suministra la empresa a todos los usuarios, tanto directos como indirectos.
En un principio, la función de la auditoría se limitaba a la mera
vigilancia, con el fin de evitar errores y fraudes. Con el crecimiento de las empresas, la separación entre propietarios y administradores, y los intereses de terceros (entidades de crédito, Administración Pública, acreedores, etc.) se ha hecho necesario garantizar la información económico-financiera suministrada por las empresas. Sin abandonar las funciones primitivas, la auditoría acomete un objetivo más amplio: determinar la veracidad de los estados financieros de las empresas, en cuanto a la situación patrimonial y a los resultados de sus operaciones.
Actualmente, las empresas elaboran sus cuentas anuales
(individuales y consolidadas) según las normas nacionales, y si acuden a mercados internacionales (fuera de la UE) reelaboran esta información utilizando las normas contables admitidas en dichos mercados. Esto supone un coste adicional y genera asimetrías informativas como consecuencia de la utilización de normas contables diferentes.
Después, la UE ha ido adoptando las NIC mediante
Reglamentos de la Comisión,14 de conformidad con el Reglamento 1606/2002 citado anteriormente, lo que ha contribuido a crear un auténtico cuerpo normativo en la materia. En nuestro país, se presentó el 12 de mayo de 2006 en el Congreso de los Diputados un Proyecto de Ley de reforma y adaptación de la legislación mercantil en materia contable para su armonización internacional con base en la normativa de la UE. Las nuevas medidas suponen un gran avance, ya que permiten que se adapten las leyes españolas a la normativa europea, a la vez que se contribuye a modernizar los sectores de la contabilidad y de la auditoría.
La finalidad de esta reforma de la ley de auditoría y de los planes de
contabilidad es mejorar la calidad de la información financiera que facilitan las empresas a sus clientes a través de un mayor ejercicio de transparencia. Lo que supone un incremento en la supervisión de la actividad de los sectores de la auditoría y de la contabilidad. Por tanto, también implica la exigencia de una mayor credibilidad en los informes de auditoría, con el objetivo de reforzar la confianza de los inversores.
Gracias a estos cambios en la ley de auditoría y en los planes de contabilidad
también se refuerza la transparencia de las actuaciones de los auditores, se protege su independencia y se asegura mejorar la calidad de los servicios que se prestan a los clientes.
Las nuevas normas con respecto a la ley de auditoría y los planes de
contabilidad mejorarán, sin duda, la labor de los auditores y ayudarán a que se actualice el marco contable de las empresas.
Con el objetivo de fortalecer los mercados de capitales y de mejorar la
confianza de los inversores, estos dos nuevos reales decretos para modificar la ley de auditoría y los planes de contabilidad de las empresas suponen un gran paso para adaptar las leyes españolas al marco legislativo de la Unión Europea. Asimismo, estas normas mejorarán la labor del sector de la auditoría y aumentarán la confianza de los inversores en el mercado español.