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Armonización contable

I. CONCEPTO

En el contexto contable, la armonización es el acto de conciliar las normas existentes de los


distintos países para alcanzar una uniformidad en la aplicación de los sistemas contables.

Esto comporta aunar criterios y normativas contables para proporcionar una información de
calidad y uniforme en los mercados de capitales, facilitando a los usuarios la interpretación,
la comparabilidad y el análisis de dicha información contable para que sea útil en la toma de
decisiones.

II. PROCESO DE ARMONIZACIÓN CONTABLE

La creciente globalización de los negocios y de los mercados de capitales, así como el


incremento de la necesidad de financiación internacional que tienen las compañías, ha
precipitado la uniformidad de la información contable, con el fin de que los usuarios de esta
información puedan tomar decisiones acertadas.

Los países, ante múltiples diferencias en los criterios y prácticas contables que se sostienen
en los factores de orden económico, político, legal y social de ámbito local, son los que han
potenciado la conciliación contable para poder llevar a cabo la anhelada armonización.

Si las entidades preparan sus cuentas anuales usando los principios contables de su país,
cuando dichas empresas busquen financiación exterior, los mercados de capitales no serán
capaces de evaluar dicha información contable. Este hecho ha originado que los mercados
exijan que los estados financieros de las empresas que operan en ellos se formulen de acuerdo
con los Principios de Contabilidad Aceptados del entorno donde residen dichos mercados.
O, en última instancia, que las cuentas anuales estén acompañadas por una conciliación de
los resultados contables que presentan y los que se hubieran obtenido por aplicación de los
Principios Contables del estado en cuyo mercado quieren operar. En ocasiones esta
conciliación ha mostrado grandes diferencias entre los resultados. En definitiva, la
coexistencia de distintas regulaciones contables dificulta la interpretación de la información
financiera y su adaptación ocasiona grandes gastos para las entidades.

Seguidamente se analiza el proceso de armonización desde el ámbito internacional, europeo


y español.

III. LA ARMONIZACIÓN CONTABLE EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL

Los encargados de promulgar las normas contables en cada uno de los países son,
conjuntamente o por separado: los órganos reguladores y los cuerpos profesionales. Este
hecho ha originado que en cada estado puedan existir diferencias sustanciales entre las
regulaciones contables, lo que perjudica la comparabilidad de la información contable
publicada por las compañías.

Ante esta situación, han sido fundamentalmente dos regulaciones de información financiera
las que han destacado, gozando de reconocimiento por parte de las distintas naciones: las
Normas Internacionales de Contabilidad y de Información Financiera (NIC/NIIF), que son
emitidas por el “Internacional Accounting Standards Board” (IASB) y los Principios
Contables Estadounidenses (US GAAP) formulados por el Financial Accounting Standards
Board (FASB).

Estos dos organismos han acordado un camino de convergencia, asumiendo el compromiso


de adoptar las medidas legales necesarias para permitir el reconocimiento de las dos
regulaciones contables en sendas jurisdicciones. Es más, como signo de buena voluntad el
órgano supervisor de los mercados de valores estadounidense, Securities and Exchange
Comisión (SEC), ha eliminado el requisito de conciliar con los US GAAP los estados
contables emitidos bajo NIC/NIIF.

IV. LA ARMONIZACIÓN CONTABLE EN EL CONTEXTO EUROPEO

La Unión Europea (UE) inició el proceso de armonización contable en la década de los 70,
conocedora de la dispersión normativa contable que se daba en cada uno de los Estados
miembros. En este proceso se pueden diferenciar tres etapas.

1. Primera etapa

En esta fase, que abarcó desde 1970 hasta 1990, el proceso de armonización contable se
instrumentó en “Directivas Contables”, que establecían contenidos mínimos para formular
la información contable que requería cada uno de los países de la UE, y que tenían como
objetivo fundamental la protección de los socios y de terceros relacionados con la empresa.

Entre las Directivas Contables Europeas destacamos las siguientes:

 - IV Directiva, de 25 de julio de 1978, que regula las cuentas anuales.


 - VII Directiva, de 13 de junio de 1983, relacionada con las cuentas consolidadas.
 - VIII Directiva, de 10 de abril de 1984, relativa a la habilitación de las personas
encargadas de la auditoria de las cuentas anuales.

2. Segunda etapa

Dado el escaso éxito de las Directivas, en la segunda etapa, comprendida entre 1990 y 2002,
se inició una fase de estudio y análisis de las distintas alternativas, que permitirían logar la
armonización contable. Durante este espacio de tiempo, la UE, mediante la Comisión
Europea, utilizó la vía de las “Comunicaciones”, reafirmándose en la necesidad de utilizar
un sólo cuerpo normativo en todos los Estados miembros.

Fundamentalmente señalamos dos de las Comunicaciones elaboradas:


 - Armonización Contable: una nueva estrategia de cara a la armonización
internacional, de noviembre de 1995.
 - La estrategia de la Unión Europea en materia de información financiera: el camino
a seguir, 13 de junio de 2000.

3. Tercera etapa

En la tercera y última fase, que abarcaría desde 2002 hasta la fecha, destacó la aprobación
del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo 1606/2002, relativo a la aplicación
de las Normas Internacionales de Contabilidad, más conocido como Reglamento de
aplicación de las NIC (DOCE nº 243 de 11 de septiembre de 2002). Este Reglamento es la
materialización formal de la decisión adoptada por la Unión Europea de lograr un modelo
informativo de las cuentas anuales con alto grado de proximidad a las normas del IASB.

Entre sus objetivos cabe mencionar los siguientes:

 - Contribuir al funcionamiento eficiente y rentable del mercado de capitales


 - Mantener la confianza en los mercados financieros
 - Reforzar la libre circulación de capitales del mercado interior
 - Contribuir a que las sociedades de la Unión Europea puedan competir, en
condiciones de igualdad, por los recursos financieros disponibles tanto en los
mercados de capitales de la Comunidad como en los mundiales

Estos objetivos se lograrán con la aplicación de un cuerpo único de normas internacionales


de contabilidad.

Su aplicación ha sido obligatoria para los ejercicios financieros que comenzaran a partir del
1 de enero de 2005 en la formulación de las cuentas anuales consolidadas de las sociedades
cuyos valores, en la fecha de cierre de balance, hubieran sido admitidos a cotización en un
mercado regulado de cualquier Estado miembro.

No obstante, se previó que la aplicación de estas normas se extendiera a la formulación de


las cuentas anuales individuales y/o cuentas consolidadas de sociedades que no cotizaran, a
opción del Estado miembro.

Asimismo, se reguló, en dos disposiciones transitorias, un diferimiento en la aplicación de


este Reglamento hasta los ejercicios que comenzaran a partir del 1 de enero de 2007 para los
siguientes casos:

 - Sociedades cuyos valores de renta fija sean los únicos admitidos a cotización en un
mercado regulado de cualquier Estado miembro.
 - Sociedades cuyos valores estén admitidos a cotización oficial en un país que no sea
miembro de la Comunidad y que para ello hayan venido utilizando normas contables
internacionalmente aceptadas a partir de un ejercicio financiero iniciado antes de la
publicación de este Reglamento de aplicación. En definitiva, se trata de los grupos
que hayan formulado cuentas anuales consolidadas con arreglo a los principios
americanos.

Posteriormente a la aprobación de este Reglamento, se han promulgado otros adoptando


distintas NIC/NIIF. Cabe destacar el Reglamento (CE) Nº 1725/2003 de la Comisión de 29
de septiembre de 2003, por el que se adoptan la gran mayoría de Normas Internacionales de
Contabilidad.

V. LA ARMONIZACIÓN CONTABLE EN ESPAÑA

En lo que respecta a la evolución seguida por el proceso de armonización contable en nuestro


país, el sujeto emisor de las normas contables ha sido preferentemente el Instituto de
Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC), organismo público dependiente del Ministerio
de Economía y Hacienda.

La legislación contable española estaba contenida, básicamente, en el Código de Comercio


de 1885 y en la Ley de Sociedades Anónimas de 1951. Una vez que España ingresó en la
Comunidad Económica Europea (CEE) como miembro de pleno derecho, la legislación
mercantil tuvo que ser adaptada a lo dispuesto en las Directivas Comunitarias en materia de
sociedades. Así, mediante la Ley 19/1989, de 25 de julio, se reformó parcialmente y se adaptó
la legislación mercantil a las Directivas de la CEE en materia de sociedades. Desde entonces,
España ha ido caminando de la mano de la UE, adoptando y adaptando toda la normativa en
materia contable, culminando con la aprobación del Plan General de Contabilidad de 2007
(PGC 2007).

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