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FORO

Prof. Pio Eduardo Sanmiguel Ardila


Psicólogo-Psicoanalista
Universidad Nacional de Colombia-Bogotá
e-mail: pesanmig@bacata.usc.unal.edu.co

SALUD, ENFERMEDAD
Y SÍNTOMA EN EL DISCURSO ACTUAL
O de la ceguera de la psicología

solidaria de la pareja de categorías in-


"En gran parte, esta ideología se confunde con
terdependientes de salud y de enfer-
el discurso dominante. Podría resumirse asi:
medad, a tal punto que se refieren a
"El médico (o eljefe) sabe mdor que tú lo que
éstas como evocación de la causa.
conviene a tu Bien. Tu libertad se resume en
Resulta, entonces, que la psicología
escoger a tu .Amo. "
parece haberse dado cuenta repentina-
mente de que había estado siempre
Jean Clavreul
al o bien fundada, la concentrada sobre e! problema de la
pretensión de una cier- nal y de reflexión de! hombre en su salud y la enfermedad, hasta e! punto
ta psicología de haber entorno; entre estos, la industria como de que se podría pensar hoy en día si
accedido por fin a un lenguaje propio, campo productivo, el deporte como acaso no era ése desde antaño su obje-
merece ser comentada. gerencia del tiempo libre, la educación to. Si así fuese, se pasaría de pensar una
La psicología de la salud, portaes- como laboratorio de cogniciones di- psicología de la conducta a una psico-
tandarte de dicha avanzada, asume to- versas, lo comunitario y lo social como logía de los procesos de salud-enfer-
mar distancia de un acendrado positi- testigos de procesos transindividuales, medad, o más sucintamente, una psi-
vismo y de un empirismo en la pro- y muchos otros, correspondientes cada cología de la salud. He aquí cómo se
ducción de! conocimiento. La nueva cual a especialidades de la psicología, puede entonces llegar a formular una
perspectiva bio-psico-social constituye que fueron conformándose durante la unificación de la psicología, en la me-
e! modelo que integra múltiples y muy segunda mitad de! siglo veinte y que a dida en que la psicología y la psicolo-
diversos avances en el conocimiento, su vez evidenciaron la complejidad gía de la salud resultarían sinónimos
no solamente de la psicología, sino de multifactorial de los procesos estudia- simplemente.
otras disciplinas entroncadas originaria- dos, englobables sin embargo, bajo esa Este desarrollo de! conocimiento
mente con e! eje salud-enfermedad. matriz de triple entrada bio-psico-so- psicológico reconoce un movimiento
La ambición de la propuesta, lejos cial arriba mencionada. de doble sentido (de retroalimentación,
de limitarse al resumido campo de una Conlleva esto, primero, que ningún seguramente puede decirse), de la fun-
clínica o una psicoterapia, conlleva im- proceso podrá en adelante autorizarse ción que cumplió e! concepto mismo
plícitamente anhelos y esperanzas de como puramente biofísico, psicológi- de salud, así: habiendo partido de una
reunificación, no solamente de las di- co o psico-social, apelando con ello idea de la salud nunca criticada ni ade-
versas concepciones teóricas y clínicas, explícitamente al principio de multicau- cuadamente definida, no obstante las
sino también respecto de los más va- salidad y sobredeterminación. En se- diversas ramas de la psicología evolu-
riados campos de aplicación profesio- gundo lugar, que dicha perspectiva es cionaron hasta poder ellas mismas in-

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[,E P3ICC;LOGiA
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terrogar dicho fundamento, y con su Por ser esta nueva concepción de la diferencia del anterior, sí concierne a la
apertura hacia procesos multicausales, salud la base sobre la cual se fundan las sustancia de la salud misma. Se trata
formular una nueva conceptualización pretensiones de algo muy propio de la esencialmente, de un discurso sobre la
al respecto. psicología cuando toma la palabra ante salud en términos de un deber ser. Y
Esta última, por constituirse a su vez otras disciplinas, conviene pasar a exa- aunque parezca con ello al mismo tiem-
en fundamento, da con justeza su nom- minarla enseguida. Dos son los pilares po afirmar una verdad de Perogrullo
bre a una también nueva psicología, al sobre los que reposa entonces: el equi- y erigir un ideal tan amplio como
mismo tiempo que la deja muy bien librio y su relatividad bio-psico-social. inmanejable, lo primero que hace es
ubicada para emprender un trabajo El equilibrio ha sido desde los grie- evidenciar su carácter de discurso so-
abierto, tanto sobre lo disciplinar como gos el fundamento del concepto de bre la salud, es decir, que la psicología
sobre lo interdisciplinario, con un len- salud en cierta medicina. Ésta ha he- está formulando abiertamente y a ma-
guaje que bien puede empezar a consi- cho girar su reflexión sobre lo normal nera de teoría lo que en el discurso mé-
derar como propio. y lo patológico. Pero lo que está en cues- dico nunca se explicita pero demues-
En el concepto de salud viene aho- tión cuando se habla de equilibrio no tra su efectividad. No se da cuenta, sin
ra a habitar el equilibrio adaptativo del concierne de ninguna manera a la defi- embargo, que lo que promueve así, igual
individuo o del organismo respecto a nición misma de lo que sería la salud, que la medicina, será la imagen misma
su medio. Este equilibrio es llamado sino a los medios que se emplean para que la sociedad anhela para sí misma.
dinámico, adjetivo que aún queda por alcanzar dicho estado. El equilibrio es Es sorprendente que lo que está des-
explicitar pero que evidentemente in- la buena forma, es la armonía. Remite, cubriendo la psicología sin querer sa-
troduce una especie de flexibilidad, de por una parte, a la música, y por otra, ber nada al respecto, es que la medici-
ductibilidad si no de maleabilidad que al principio del placer, por cuanto su na es, en principio, el discurso sobre la
le permitirá justamente no enfermar, realización supone un cierto reposo del salud. La sorprendente ceguera de la
o si lo hace, poder restablecer nueva- organismo. De la posición médica, el psicología concierne a la posición en
mente el equilibrio perdido en un pla- equilibrio es uno de los postulados que ella misma queda comprometida
zo relativamente corto. aparentemente menos accesibles a la al asumirlo como suyo. No puede uno
Por otra parte, esa salud parece no demostración y al mismo tiempo el menos que extrañarse de que siga sien-
poder ser pensada ya en su pureza menos interrogado. La física no cuen- do inocente, pero se explica: la medi-
esencialista, y evidencia a partir de ahora ta con un principio tal y coincide en cina hace partícipe a toda la sociedad
el determinismo que le otorga el am- cambio con el planteamiento etológico de su posición salutífera, aunque no se
biente o ecosistema muy particular en del funcionamiento instintual. Solamen- posea saber alguno ni se la practique;
el que un problema dado se plantee. te Freud lo interrogó y demostró su participa en él todo enfermo aún cuan-
Quiere esto decir que para determinar caducidad al evidenciar su fracaso y do se oponga, en la medida en que esté
lo que es salud o enfermedad en un también el ámbito en el que, sin em- dispuesto a hacer uso de su saber, o
organismo dado, habrá que tener en bargo, sigue insistiendo. Su carácter ab- del alternativo, cuando le urja. Asimis-
cuenta tanto las particularidades coac- solutamente imaginario lo hace presa mo, las disciplinas atrapadas en el em-
tivas del medio social en que se plan- fácil de la conciencia común, según la brujo de la salud no pueden fácilmen-
tea, como los elementos bio-psicoló- cual, entonces, todo desacuerdo tien- te tomar otro molde que el que la me-
gicos que el individuo posee. Resulta de al acuerdo. Por esta vía, lo único que dicina modela, pues sus ideales se con-
muy difícil no ceder aquí a la tentación se pone de manifiesto es hasta qué pun- funden con los de la sociedad y los del
de concluir que la salud sería un punto to el discurso médico impregna la re- progreso de la civilización.
virtual nunca alcanzable por ende, y que flexión del lego, y viceversa, hasta qué La psicología explicita y promue-
lo propio del organismo sería enton- punto la medicina perdura ciega a sus ve, con la psicología de la salud, un
ces la enfermedad. No obstante, no es propios fundamentos. Para la psicolo- principio de equilibrio y no de ruptura
ésta la vía que toma esta propuesta, ate- gía, otro tanto. No será de aquí de con la medicina. Se trata entonces de
niéndose a la de la salud, entendida donde extraiga un decir particular. curarse en salud. Paradójicamente, tal
entonces como equilibrio y confirma- Queda, no obstante, la relatividad posición es socialmente respetable y
da por el bienestar adjunto que se ex- bio-psico-social de los procesos de conlleva reconocimiento, que se paga
presa o se lee. salud y enfermedad. Este aspecto, a al precio de la sumisión. La profusión

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BOGOTÁ, D.C.
pío EDUARDO SANMlGUEL SALUD, ENFERMEDAD Y sfNTOMA EN EL DISCURSO ACTUAL O DE LA CEGUERA DE LA PSICOLOGÍA

actual de una sintomatología cada vez tosamente. Muy pronto se supo, por reja con uno de sus hijos o regresar
menos comprensible desde el modelo información de su madre, que su es- donde su propia madre a buscar el
biofísico ha de considerarse en reali- poso se había separado de ella hacía apego requerido.
dad la responsable de una apertura del poco más o menos el mismo tiempo La condición de salud es, aqui, la
ejercicio médico hacia otras disciplinas que había tomado el síntoma para ins- reunificación de la pareja. El psicólo-
como la psicología y aún la sociología. taurarse, razón por la cual el psicólogo go restablece un equilibrio que demues-
Pero justamente no porque la medici- se decidió a citar a este último a una tra su eficacia contra el síntoma. En la
na reconozca en ello su fracaso, sino consulta. Él, un tanto reacio al princi- representación que el niño hace de esta
porque extiende de esta manera el es- pio, aceptó sin embargo emprender una nueva pareja, es evidente que es él quien
pectro de acción de su discurso. Im- terapia de pareja que culminó en la re- la mantiene unida; no habría motivo
porta menos alli si la causa es biofísica, organización de la familia nuclear, a para perdurar sin ello. La pareja reuni-
psicológica, social, plurifactorial o aún favor de la salud del hijo. En efecto, da en torno al hijo no es seguramente
desconocida, que el discurso en el que los padres y la escuela reportaron muy la misma pareja de antes de la separa-
se lo promueve, que es el que verda- pronto, cambios positivos en el com- ción. En esta ocasión, el niño intenta
deramente ejerce un poder, siempre portamiento escolar. Durante la última denunciar el truco: la psicología, con-
sobre ese eje de salud-enfermedad que reunión, el niño, quien hasta entonces nivente con el ideal social de familia, le
conlleva la sintomatologización de la no había sido interrogado al respecto, ha entregado al hijo el poder de man-
sociedad y sus consecuentes medicali- entregó un dibujo al psicólogo; éste, tenerla unida. El niño, nuevo mandarín
zaciones. Poco importa aqui quién sabe, que fue hecho circular durante un ate- de occidente, tiene en sus manos la cin-
siempre y cuando no se subvierta el neo clínico como prueba del éxito del cha y las bridas, lo cual no hace sino
orden establecido. Puede ser que hoy tratamiento, representaba a todo color introducir el maltrato para mantener en
sea el turno de saber del psicólogo, a un hombre y una mujer, de frente, en su lugar una buena forma. Una simple
aunque en muchas ocasiones será el mis- la parte media de la hoja, dibujados al inversión especular bastará para que el
mo paciente quien, inmerso en dicho mismo nivel. Más abajo en la hoja y de padre y la madre, para entonces des-
discurso, llegará hasta sobrepasarlo para espaldas, un niño ocupaba justamente provistos de su saber ser padres o
pensar por sí mismo su enfermedad y el espacio libre entre el padre y la ma- madres, lo recuperen a fuete. La salud
su cura, lo cual no cambia las cosas. dre, al tiempo que blandía una correa se habrá perdido nuevamente. Esta si-
Tampoco las cambia que se piense en en la mano derecha. tuación, que da fe del lugar que ocupa
salud en vez de enfermedad, lo cual, ni El caso representa una situación el niño en el occidente contemporáneo,
evita que los efectos de dicho discurso más que repetida en la consulta psico- es responsable del maltrato infantil al
sean sintomato-Iogización y prescrip- lógica y pone de manifiesto el desmem- mismo tiempo que erige un humanis-
ción, y agrega además un ideal de sa- bramiento de la familia nuclear actual mo culposo, encargado de velar por
lud inalcanzable. Resulta ahora sí abor- y sus efectos siempre visibles en la sin- sus derechos. Se buscará, entonces, un
dable la pregunta ¿de dónde surge el tomatología escolar. Las madres, siem- equilibrio nuevo ante el nuevo sínto-
deseo de salud?, que los psicólogos pre encargadas de los hijos, quedan so- ma.
nunca se formulan pero que respon- brecargadas de responsabilidades en Todo parece indicar que nos enfren-
den apresuradamente con un humanis- esos casos, y los hijos, a su vez, resien- tamos a un movimiento circular, en es-
mo que supondría indiscutible propen- ten dicha situación pero no quieren sa- piral ascendente, en el que el ideal de
der por su promoción masiva. El ideal ber nada al respecto, y con razón. Por salud en ejercicio produce nuevos sín-
de salud es el efecto de un discurso y ello, seguramente el síntoma recae so- tomas que a su vez, constreñidos al or-
ejercerlo ciegamente acarrea los más bre el saber que les es exigido. Es com- den médico, dan lugar a otros nuevos,
paradójicos contrasentidos. prensible que bajo tales condiciones, la más patentes, más resistentes al saber y
He aqui un caso clínico atendido en reaparición del padre aliado de la ma- menos maleables para las disciplinas
el marco hospitalario: un niño llegó al dre conlleve un apaciguamiento de los concernidas. La medicina sigue llaman-
servicio de psicología, luego de una síntomas; en otros casos, la aparición do profesionales a sus huestes, sin re-
consulta médica general, porque des- de un novio o amigo de la madre tie- conocer o siquiera interrogar la posi-
de hacía pocos meses su rendimiento nen el mismo efecto, que no la situa- bilidad de que sea su mismo movimien-
escolar se había venido al piso estrepi- ción en que la madre decide hacer pa- to responsable de la situación que de-
nuncia.

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Cabe preguntarse si no convendría alienado que habría que traducir. Es la REFERENCIAS BmUOGRÁFIcAS
mejor renunciar a alinearse con el ideal expresión más pura de un sujeto que
de salud antes que ver cómo éste re- no encuentra otra forma de plantearse CANGUILHEM, G., Le Normal et le
Patbologiqi«, París, P.UF, 1966.
crea el síntoma. La razón para esto es que como un "nada quiero".'
CLAVREUL,]., L'ordre médica! París, Seúl,
que, en realidad, el profesional nunca Pero el encarrilamiento que perrni- 1978.
llega a establecer una relación con el tiría retomar una relación con el enfer- FREUD, S., "Análisis terminable e intermina-
sujeto enfermo sino con la enferme- mo' entendido como "sujeto al sínto- ble" (1937). En Sigmund Freud, Obras Comple-
tas, XXIII, Buenos Aires, Amorrortu, 1980, pp.
dad (o la salud; da lo mismo). Lo cual, ma", implica necesariamente renunciar
221-254.
a su vez, al imponer al sujeto identifi- a considerarlo en el eje salud-enferme-
GODOY, J. F, "Psicología de la Salud: delimi-
carse con su síntoma, fortalece la invi- dad, lo cual resulta demasiado costo- tación conceptual". En M. Simon (comp.) Ma-
tación a participar él mismo, aportan- so, sobre todo para una psicología a la nual de Psicolf{~íade la Salud. Biblioteca Nueva,
do el suyo, en la fiesta. De no hacerlo, que la época actual parece prometerle Madrid, 1999.
LACAN,]., 1.e Séminaire, livre VIII: 1~ transfert,
simplemente no existirá. Tal como lo un lugar a la derecha del padre y segu-
París, Seúl, 1991.
señala con gran humor Clavreul, si an- ramente por encima de él. Renunciar a MORENO, Belén del Rocío, I.LIS cifras del azar.
tes era necesario morirse para consi- la salud, resulta impensable y Una lectura psicoanalitica de la obra de Alvaro Mu-
derarse un igual, hoy basta con estar disgregador. Mal haría la psicología tis. Planeta Colombiana Editorial S. A., Santafé
de Bogotá, 1998.
enfermo. despreciando su cuarto de hora, pues
PLATÓN, El Banquete, Alianza Editorial, Ma-
La psicología de la salud no escapa le llegó el tiempo del prestigio. Hace
drid, 1997.
a mostrar en todo esto que su concep- ya varios años que su concepto es soli- QUEVEDO, E., El proceso salud-enjermedad: ha-
ción del hombre no se aleja un ápice citado con carácter urgente e impres- cia una clínicay una epidemioloJ'.íano positivas. Cen-
del de la medicina: el hombre es ese cindible y ella se siente con la capaci- tro de Estudios Interdisciplinaros, Universidad
]averiana, Santafé de Bogotá, 1990.
ideal de salud realizado, es decir, lo que dad de hacerle frente a tal demanda,
quedaría de sustraerle al enfermo la respondiendo así al reconocimiento
enfermedad. Y esto, a pesar de ser que se le otorga q¡
contradicho reiterativamente en el re-
torno del síntoma, no hace mella en un
pensamiento que hace tiempo se olvi-
dó de escuchar al enfermo, si acaso al-
guna vez lo hizo. El deseo no es solamente lo que contra-
viene e! orden médico, sino la constancia
Es porque el síntoma sigue siendo
de una discordia, porque ni se deja
considerado, en tanto enfermedad,
positivar ni puede ser recuperado para
como una entidad pura, que esta situa-
bandera alguna sin extinguirse en e! acto.
ción llega a parecer no tener salida. El Es el índice que señala que e! sujeto ha-
síntoma es, o bien el sostén del discur- bla y que alguien escucha. Al respecto,
so médico (si dejase de existir ya no Freud subrayó e! afecto de sus formula-
habría discurso médico; y al resistir reta ciones sobre la pulsión por las ideas de
al amo a modificarlo), o bien la cifra una tradición médica de muy diferente
que insiste en recordar lo que nunca fun- zócalo al hipocrático. Se trata de la lucha
cionará en el esquema médico-psico- que mantendrían e! Amor y la Discordia
en la doctrina de Empédocles de Acragas,
sociológico.
lucha que, al igual que en el Eros y Des-
Más valdría entonces dejar quieto
trucción freudianos, se caracteriza fun-
el síntoma e intentar escuchar a quien
damentalmente por ser eterna. Y con-
allí busca hablar. La anorexia, que ac- vendría además señalar las relaciones
tualmente toma la palabra tan insisten- entre e! pape! que Empédocles le otorga
temente, no es una nueva enfermedad. al azar y la función que e! deseo cumpli-
Es la expresión de un sujeto que pare- ría en esa articulación. Cfr. al respecto e!
ce ya no poder desear en el estado del trabajo de Belén de! Rocío Moreno so-
discurso actual. Ni siquiera es un deseo bre e! azar en la obra de Álvaro Mutis.

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