Está en la página 1de 5

APUNTE UNIDAD 2: “Salud y Enfermedad”

Situemos primeramente los antecedentes respecto del concepto de salud y enfermedad.

La escuela platónica, coherente con la interpretación divina que los primitivos atribuían a la
enfermedad, que establecía que tanto la salud como la enfermedad eran determinadas por un
principio no material, el alma divina o pneuma, que afectaba los órganos. La enfermedad se
originaba por un castigo de los dioses y no se curaba entonces con medicamentos, sino con
cantos, himnos y otros rituales simbólicos.

Por su parte, la escuela hipocrática se opuso a esta interpretación teúrgica, insistió en


desacralizar las enfermedades y propuso una causa natural para ellas. Planteó Hipócrates que
el medio externo tiene efectos en la producción de la enfermedad 

En la Edad Media, bajo el dominio del discurso de la Iglesia Católica, se desconocieron


los aportes de las escuelas clásicas y prevaleció de nuevo la interpretación mística de las
enfermedades, atribuidas a la ira de Dios o a la acción del demonio. Simultáneamente, la
medicina del mundo árabe avanzó en la sustentación materialista de la enfermedad y
señaló seis principios que incidían en el mantenimiento de la salud o en la producción de
la enfermedad, eran estos: el aire puro, la moderación en el comer y en el beber, el
descanso y el trabajo, la vigilia y el sueño, la evacuación de lo superfluo y las reacciones
emocionales.

El Renacimiento, con el nuevo modo de producción capitalista y con su gran avance


cultural y científico, revalorizó las enseñanzas de la escuela hipocrática y de la medicina
árabe e incentivó la investigación médica ante la necesidad de respuestas prácticas a los
problemas de salud que afectaban a la población.

El nacimiento de la Microbiología, de la mano del invento del microscopio, confirmó la


interpretación materialista de la enfermedad, pero produjo un esquema biologista
unicausal para explicarla. El vínculo entre la biología y la medicina se hizo más fuerte en
el siglo XX, lo que permitió que se ampliaran y profundizaran los conocimientos acerca del
sustrato material de las enfermedades, en las que se propone que ya no tienen efectos
sólo los microorganismos sino una serie de procesos que ocurren en los órganos, tejidos
y células, y en los cuales influyen de forma importante los procesos bioquímicos del
organismo. (1)
Diferentes Conceptos de Salud:

La Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso el concepto de salud como “El estado
de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades, es un derecho humano fundamental y el logro del grado mas alto de posible
salud es un objetivo social sumamente importante en todo el mundo, cuya realización exige la
intervención de muchos otros sectores sociales y económicos, además del de la salud”

Entonces, según este concepto, la salud es un estado que puede recibir modificaciones
provenientes de factores biológicos y sociales, un estado del individuo que se encuentra en
condiciones de conseguir una síntesis satisfactoria de sus tendencias instintivas,
potencialmente antagónicas, así como de formar y mantener relaciones armoniosas con los
demás y participar constructivamente en los cambios que pueden introducirse en su medio
ambiente físico y social.

Crítica a la definición de “salud” de la Organización Mundial de la Salud:

Enrique Saforcada, realiza una crítica al concepto citado anteriormente y propone una
modificación. Define a la salud como “la situación de relativo bienestar físico, psíquico y social
(el máximo posible en cada momento histórico y circunstancia social determinada)
considerando que dicha situación es producto de la interacción permanente y recíprocamente
transformadora entre el individuo (entidad bio-psico-socio-cultural) y su ambiente (entidad
física-química-psico-socio-cultural y económica-política)”. (2)

La definición de este autor se destaca, ya que enfatiza aspectos que en la definición propuesta
por la OMS quedan por fuera y que son fundamentales a la hora de pensar al hombre en el
campo de la salud.
La importancia radica en que considera a todos los aspectos que conforman al sujeto, en
cuanto a que el estado de salud ya NO es completo, sino parcial, relativo al momento socio-
histórico y a la relación recíproca entre el sujeto y el medio.

Para Saforcada, los agentes de salud mental deberían ocuparse de la calidad de vida de la
comunidad, de la calidad de vida de las familias y redes sociales de contención con miembros
que presentan discapacidades, de las familias con miembros institucionalizados, y de las
mismas personas institucionalizadas, de la calidad de vida en las organizaciones, de la
incorporación de los procesos de cambio y desarrollo de los constituyentes del factor humano
en todo microemprendimiento o emprendimiento de desarrollo socioeconómico particular o
general de una región, una familia, o una redo social determinada.

Respecto al concepto estadístico de normalidad…:

Existe otro concepto de salud, que es el concepto estadístico.


Sería “normal” toda aquella persona que responda a las características que reúne la mayoría de
las personas en su sociedad. Si el “carácter social” de un pueblo es la forma como éste se
adapta a las necesidades del mismo, es fácil comprender por qué al criterio estadístico también
se lo llama adaptativo: parte de la adecuación de la conducta individual a las normas y valores
de la sociedad. Entonces, estar adaptado a una sociedad implicaría conformarse con las pautas
de tal sociedad.

Pero esto ¿Puede garantizar de alguna manera que adaptación sea sinónimo de salud mental?
Es, en otras palabras, convalidar sin mayores protestas un estilo de convivencia.
Y, aceptarlo sin promover modificaciones, ¿No implica promover cierto conservadorismo o
defensa del statu quo? Se trataría, en definitiva, de aceptar un sistema económico social,
aceptando como “sanos” a quienes ayudan a mantenerlo, y tomando como “enfermos” a
quienes se oponen a él o no sirven como materia productiva humana.

Tenemos que pensar que el concepto de Normalidad poco aporta a nuestra disciplina. No
interesa la norma como expresión de mayorías, porque, en todo caso, nuestro objeto de estudio
son los sujetos.

La “normalidad” que interesa es la construida por el sujeto en la historia de su vida, donde uno o
muchos pueden (o no) crear, crisis o descompensaciones que lo “desorganicen” de esa
normalidad. Aunque pueda suceder también que esas crisis o descompensaciones, puedan
tener consecuencias de cabio saludable.

Teniendo en cuenta esto, salud implicaría también la capacidad de experimentar conflictos, ya


que éstos son inherentes a la vida humana. Podríamos decir que es saludable contar con cierto
“equilibrio móvil”, es decir, poder experimentar rupturas dentro de una homeostasis fluida, y
poder recuperar después el equilibrio (reorganización adaptativa).
Salud no es ausencia de patología, sino capacidad de desarrollo y cambios conducentes a un
crecimiento humano.
Es necesario considerar a la salud y a la enfermedad desde un continuo, lo que nos permite
introducir la noción de conflicto dentro del marco de lo saludable. Podemos pasar así desde un
estado de equilibrio, a uno de desequilibrio, y que, a su vez, se pueda volver a equilibrar.

Concepto de salud y enfermedad mental

En tanto el hombre actúe y evolucione en un marco social, cualquier definición de salud mental
sólo puede referirse a tal marco social y tal período histórico. Lo contrario implicaría una
valoración estática del hombre.
El concepto de “locura” siempre ha sido estigmatizado en la sociedad, y el “loco” aparece ante
sus semejantes (presuntos “sanos”) como la expresión concreta de sus miedos, sus culpas y
sus ansiedades.
Debemos tener en cuenta que, no solo cada sociedad particular tiene sus propias definiciones
al respecto, sino que las mismas no son estáticas dado que se modifican en tano cambian las
circunstancias particulares que les dieron origen.

Hoy la enfermedad mental ocupa un lugar dentro del panorama médico sociológico psicológico,
ya que existen disciplinas encargadas de su estudio y establecimientos donde son tratados
terapéuticamente o recluidos.
Lo que sucede muy a menudo, es que el enfermo mental, aún no es aceptado como un enfermo
más y sí considerado como un estigma. Incluso la conocida y popular “los psicólogos son para
los locos”.

Causas de las enfermedades

Hay tres perspectivas diferentes:

1- La génesis de las enfermedades mentales debe buscarse en las causas sociales, al


menos en aquellos casos donde no es claramente visible una lesión orgánica.
La sociedad sería entonces responsable o corresponsable de que sus miembros
adquieran distintos tipos de perturbaciones. Por ejemplo, caos de sujetos que han
vivido privados de la satisfacción de sus necesidades básicas a las que tiene
derecho por su condición humana. La línea de investigación para comprender esto,
sería el sociologismo, que parte de la premisa de comprender al hombre como
social.

2- Un criterio opuesto es aquel que sostiene la causa orgánica de tales


perturbaciones, es decir, que atribuye a defectos, lesiones, etc. de los centros
nerviosos las distintas génesis de las enfermedades psíquicas. Pero, la sola
presencia de alteraciones orgánicas, no es seguro índice de que ésta sea la causa
del mal. Por ejemplo, suponiendo la presencia de alteraciones físicas, ¿Podrían ser
éstas el origen del alcoholismo, o inversamente, la consecuencia de la ingesta de
alcohol? La línea de investigación característica de ese criterio es el organicismo,
que trata de comprender a la enfermedad mental sólo en base a perturbaciones
físicas, dejando completamente de lado los factores psicológicos y sociales.

3- Un tercer criterio buscaría las causas de las perturbaciones en la historia personal


del sujeto, dando preponderancia a supuestos problemas infantiles no resueltos, o
contradicciones de distinto tipo, sólo atribuibles a la estructura de la personalidad del
enfermo. Aquí la causalidad sería solo de tipo psicológico, descartándose de los
factores orgánicos o sociales. Aquí la línea de investigación sería el psicologismo,
que pretende comprender todas las actitudes en función de la personalidad del
hombre. Podríamos pensar que sigue dos principios básicos: por un lado, la
reducción del proceso social a la conducta del individuo, y por otro lado, el estudio
del individuo como sujeto gobernado por fuerzas psíquicas.

Estos tres criterios, son expuestos en forma esquemática, y casi de manera excluyente y
contrapuesta. Pero debemos tener en cuenta que esto no es enteramente así, ya que hasta el
as fervoroso “organicista” reconoce en algún momento la existencia de causas psicológicas, y
nadie negará la influencia de marco social.

Pero lo que se pretende descartar es que, en lo que respecta a la etiología de las


perturbaciones mentales, no existen normas fijas y universales. Sobre todo, si tenemos en
cuenta al hombre como un sujeto complejo, y que, por lo tanto, su estudio, no puede desligarse

Fuente:

1- Revista de Psicología Universidad de Antioquia: “: “La psicología de la salud:


antecedentes, definición y perspectivas”. Rev. psicol. Univ. Antioquia vol.2 no.1
Medellín jun. 2010.

2- Saforcada, E: “El factor humano en la salud pública”.

Guía de preguntas:

1- ¿Cómo define a la “Salud” la Organización Mundial de la Salud (OMS)?


2- ¿Cuál es la crítica que realiza Enrique Saforcada al concepto de salud de la OMS?
3- ¿Cómo se piensa a la “normalidad” desde un enfoque estadístico? ¿Cuál es la
“normalidad” que nos interesa desde la Psicología?
4- ¿Cuáles son las tres perspectivas respecto de la génesis de las enfermedades
mentales? ¿Qué plantea cada una?

También podría gustarte