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DILEMAS MORALES

SANDRA REALPE
Licenciada en Filosofía, Univalle, Maestría en Filosofía, Univalle, Diplomado en Psicología
Aplicada, Universidad de Londres, Diplomado en Etica de los Negocios Universidad de
Colorado, profesora Universidad Icesi, Facultad de Derecho y Humanidades.
E-mail: sandrarealpe@hotmail.com

RESUMEN lemma), ninguna de las obligaciones


Antes del siglo XX la tradición filosó- en conflicto es en efecto más fuerte o
fica moral ha reconocido la existen- logra invalidar a la otra obligación. A
cia de los conflictos morales pero ha raíz de un artículo escrito en 1962 por
rechazado la posibilidad de los autén- E. J. Lemmon, titulado precisamen-
ticos dilemas morales. Para poder te “Dilemas morales” (Moral Dilem-
entender por qué hoy el tema de los mas), se abrió un debate entre los fi-
dilemas morales ha reclamado para lósofos anglosajones contemporáneos
sí tanta atención, es importante po- acerca de la existencia o no de los
nernos de acuerdo en la definición de auténticos dilemas morales. Informar
algunos conceptos. Un conflicto mo- sobre este debate reciente, esclarecer
ral es una situación en la que un(a) los argumentos de sus principales
agente se ve confrontado(a) con dos protagonistas, y hacer presente en
obligaciones morales que le instan a nuestro medio un novedoso debate
actuar. Un dilema moral es una si- que es importante para reflexionar
tuación extrema de conflicto moral en sobre un buen número de problemas
la que nuestro(a) agente no puede morales, son nuestros principales pro-
seguir un curso de acción que sea con- pósitos en el presente ensayo.
forme con sus dos obligaciones en con- Para el logro de tales propósitos he-
flicto. Para que un conflicto moral mos dividido en tres capítulos nues-
tenga el carácter de ser un auténtico tro ensayo. El primero es un intento
dilema moral (genuine moral dilem- de reconstruir los argumentos bási-
ma) y no simplemente un aparente cos del mencionado debate, en diálo-
dilema moral (apparent moral di- go abierto con sus principales y anta-

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gónicos protagonistas: Bernard que también proliferan y se
Williams (1965) y Alan Donagan bifurcan.
(1984). El primero de ellos afirma que De ahí las contradicciones de la
los auténticos dilemas morales exis- novela.
ten y justifica tal afirmación apelan- Fang, digamos, tiene un secreto; un
do a los sentimientos morales vincu- desconocido llama a su puerta;
lados con los conflictos. El segundo, Fang resuelve matarlo.
considera que los auténticos dilemas Naturalmente, hay varios
desenlaces posibles: Fang puede
morales no son posibles y que lo que
matar al intruso,
ha imperado, hasta el momento, es el intruso puede matar a Fang,
una confusión entre los problemas de ambos pueden salvarse, ambos
orden práctico y los problemas de or- pueden morir, etcétera.
den moral. En el segundo capítulo, En la obra de Ts’ ui pên, todos los
aplicaremos el debate acerca de la desenlaces ocurren;
existencia o no de los auténticos dile- cada uno es el punto de partida de
mas morales a la tragedia Antígona otras bifurcaciones.
de Sófocles. En el tercer y último ca- Alguna vez, los senderos de ese
pítulo nos dedicaremos al estudio de laberinto convergen: por ejemplo,
los supuestos filosóficos desde los cua- usted llega a esta
casa, pero en uno de los pasados
les se argumenta en pro y en contra
posibles usted es mi enemigo,
de la existencia de los auténticos di- en otro mi amigo.
lemas morales. Aquí será necesario Si se resigna usted a mi
remitirnos al pensamiento de los clá- pronunciación incurable,
sicos, especialmente a la ética aristo- leeremos unas páginas».
télica y al pensamiento moral de
Kant. Al final del ensayo presento EL JARDÍN DE SENDEROS QUE SE BIFURCAN
una reflexión personal en torno al Jorge Luis Borges, 1980: 134
debate que confío será una oportuni-
1. EL DEBATE SOBRE LOS
dad para presentar problemas que me
CONFLICTOS MORALES
gustaría desarrollar en futuras inves-
Y LA IDEA DE DILEMA MORAL
tigaciones.
Esto nos permitirá decir qué
PALABRAS CLAVES constituye una buena y una
mala razón para tomar una
Dilema moral, Obligación moral,
decisión que sea moral, esto nos
Conflicto moral, Resolución de con-
permitirá sacar de su esquina
flictos morales.
al filósofo donde pienso que ha
Clasificación: A estado por mucho tiempo, y se
«En todas las ficciones, cada vez que regrese entonces a la conocida
un hombre se enfrenta con diversas pero olvidada posición socráti-
alternativas, ca de tratar de responder a la
opta por una y elimina las otras; pregunta siempre presente pero
en la del casi inextricable Ts’ui pên, siempre cambiante: ¿cómo he-
opta –simultáneamente– por todas. mos de vivir?
Crea, así, diversos porvenires, Lemmon, Moral Dilemmas,
diversos tiempos,
1962 en Gowans, 1987: 113-114

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El presente capítulo tiene tres obje- maculando mis manos paternas
tivos específicos. Primero, señalar con los chorros de su sangre vir-
ginal... ¿A qué extremo resolver-
desde dos géneros de la literatura me que no sea un infortunio? ¿He
universal, situaciones que ilustran la de ser desertor? ¿Dejaré a mis
complejidad en la toma de decisiones. aliados? ¡ Si el sacrificio de esta
Segundo, presentar y contextualizar doncella ha de aplacar los vien-
los argumentos de un debate recien- tos ávidos y ardientes en su an-
helo... , bien puede ser !”
te que se da entre algunos filósofos
anglosajones acerca de los conflictos (Esquilo, Agamenón)
morales. Tercero, definir en qué con-
Agamenón decide sacrificar a su hija
siste un conflicto moral y en qué un
y con ello gana el odio de su esposa
dilema moral.
Clitemnestra quien en su ausencia,
Un objeto sobre el cual versa la lite- llevada por su búsqueda de justicia y
ratura, desde la tragedia clásica grie- de venganza, traiciona a su esposo
ga hasta la novela contemporánea, es con Egisto, hace de su hija Electra
la descripción atenta y minuciosa de una esclava doméstica y envía al des-
situaciones que dan cuenta de una tierro a su hijo Orestes. Cuando su
condición que es propia de lo huma- esposo regresa de Troya victorioso, le
no: la toma de decisiones. Los ejem- tiende una trampa ofreciéndole un
plos más representativos de toma de majestuoso recibimiento para luego
decisiones que aparecen en la anti- asesinarlo en el baño de su propio
güedad los encontramos en el género palacio real. En la segunda tragedia,
de la tragedia griega, particularmen- Las Coéforas, frente a la tumba de
te en Esquilo con su trilogía la Ores- Agamenón, Electra luego de recono-
tíada, y en Sófocles con su Antígona; cer a su hermano Orestes, lo anima
de esta última hablaremos en deta- para que vengue la muerte del padre
lle en el segundo capítulo. En la pri- asesinado. Orestes apoyado en sus
mera tragedia de la Orestíada, Aga- propias ansias, en el oráculo de Apo-
menón rey de Argos, para calmar la lo délfico, y en la concepción de que
ira de la diosa Ártemis y de los vien- toda muerte reclama a su vez otra
tos que le son contrarios para el lo- muerte, emprende el camino de re-
gro inicial de su campaña militar con- greso al palacio real para cumplir con
tra Troya, ha de sacrificar la vida de su propósito de venganza. Orestes
su hija Ifigenia. Agamenón se encuen- primero da muerte al amante, Egis-
tra ante la situación de tener que de- to, y cuando se enfrenta a Clitemnes-
cidir entre asegurar el éxito de su tra, la duda lo invade y se pregunta a
campaña militar y salvar la vida de sí mismo si ha de matar a la propia
su hija. Agamenón no sabe qué parti- madre. De no hacerlo, todo el peso de
do tomar y grita con desesperado la- la furia de Apolo recaería sobre él, y
mento a los dioses, momentos antes de hacerlo, los espíritus vengadores
del sacrificio, su incertidumbre: de su madre, las Erinias, le persegui-
rían para atormentarlo:
“Pesado y duro es no acatar... ,
pesado y duro que a la que es de “Clitemnestra:
mi hogar rico tesoro, a mi hija, –¿Vas a matar, entonces, a tu ma-
yo mismo ante el altar la inmole dre?

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Orestes: Pero tampoco me toca a mí pro-
–¡ Tú misma te asesinas, no te nunciar fallos sobre un crimen
asesino yo... ! ejecutado por las iras vengado-
ras... Para resolver este arduo
Clitemnestra: asunto voy a escoger jueces que
–¡ Ah, cuidado... ! ¡ Hay rabiosas juzguen sobre los crímenes de
perras que venguen mi muerte ! sangre, atados por la santidad
Orestes: del juramento, y este tribunal
–... Y si vacilo en la venganza, quedará instituido para siempre.
¿dónde me podré yo ocultar a las Llamad testigos, llamad asesores
de mi padre?” que puedan fundar la norma del
derecho. Yo regresaré entonces.
(Esquilo, Las Coéforas) Habré elegido los mejores de la
ciudad para que juzguen con ab-
soluta conciencia, sin quebrantar
Orestes decide consumar la vengan-
la santidad del juramento, sin
za, hace acopio de sus fuerzas, escu- herir la justicia”.
cha a su amigo Pílades quien lo ex-
(Esquilo, Las Euménides)
horta a continuar, y comete el acto de
matricidio. Por esta decisión, Orestes En el juicio, las Erinias han hallado
se ha convertido en un hombre obe- culpable de matricidio a Orestes,
diente al mandato divino, en un hijo mientras que Atenea tras escuchar la
atento a vengar la muerte de su pa- defensa de Apolo, no lo encuentra
dre, pero irremediablemente, tam- culpable 1 . El resultado de este em-
bién, se ha convertido en el criminal pate es la absolución de Orestes, pero
que ha asesinado a su propia madre también el establecimiento de un
(Lesky, 1985: 289, 292). Esta insopor- nuevo culto en la ciudad de Atenas
table doble condición hace que Ores- en honor a las Erinias, transforma-
tes busque a un tercero que juzgue si das ahora en divinidades benefacto-
al vengar la muerte de su padre ha ras, como Euménides.
obrado bien o mal. En la tercera tra- La lectura que hasta el momento he-
gedia, Las Euménides, Apolo envía a mos hecho de la Orestíada no sólo
Orestes, bajo la protección de Her- evidencia que sus personajes han es-
mes, hasta la fortaleza de Palas Ate- tado expuestos a situaciones en las
nea para que sea ella quien juzgue el que han tenido que tomar decisiones,
caso. La diosa proclama entonces que sino que en sus decisiones han teni-
instaurará un tribunal de justicia que do que optar por uno de “dos cami-
llevará por nombre Areópago para nos que parecen igualmente intran-
que en él se juzguen los crímenes de sitables” (Lesky, 1985: 285). Esto úl-
sangre: timo es una condición trágica en la
“Grave asunto en verdad: no para toma de decisión: tener que optar por
que lo resuelvan los mortales. uno de dos cursos de acción que pa-

1. Seguramente Apolo envió a Orestes a la fortaleza de Atenea no sólo por ser ésta una diosa sabia, sino por
su condición de ser la hija predilecta de Zeus que nació sin madre. Lesky señala que el juicio allí presente
tiene otro alcance: “Apolo, el hijo de Zeus, representa un mundo divino más joven, que es un mundo
patriarcal. Por ello pesa más para él el asesinato de Agamenón y el mandato de venganza de Orestes que
el matricidio. Por otra parte, las Erinias representan aquel poderoso mundo primitivo que es el rezago de
todos los nacimientos y donde la madre lo es todo”. (Lesky, 1985: 290)

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recen intransitables e irreconciliables –Que puedes quedarte con una
entre sí. Hoy, aunque no nos enfren- de las criaturas —repitió. La otra
temos a dioses que podrían parecer a tendrá que irse [morir]. ¿Con cuál
te quedas?
veces como crueles, sí nos enfrenta-
mos a otro tipo de situaciones en las –¿Quiere decir que tengo que es-
coger?
que este carácter de lo trágico se con-
serva (Williams, 1965: 98). La diferen- –Tú eres polaca y no judía. Eso
cia radica en que en el mundo anti- te da un privilegio, una opción.
guo los griegos pensaban y confiaban Las facultades pensantes de So-
en que su contexto era gobernado por phie disminuyeron, cesaron. En-
fuerzas externas, y que el peso de las tonces tuvo la sensación de que
las piernas no la aguantaban”.
decisiones humanas recaía finalmen-
te sobre los hombros divinos. Hoy, el (Styron, 1980: 563)
contexto es entendido como un logro
de las fuerzas humanas y la respon- Sophie alegaba en el campo de con-
sabilidad de las acciones recae final- centración ser una mujer cristiana.
mente sobre los hombros del sujeto Esta declaración molestó al médico
que decide. nazi encargado de enviar aleatoria-
mente a unas personas a la derecha
En la literatura contemporánea, el y otras a la izquierda de una fila, que
género de la novela describe situacio- conducía a unos a trabajos forzosos y
nes que también podríamos llamar a otros a la cámara de gas. A Sophie
trágicas. Un ejemplo muy represen- no le pidieron los dioses sacrificar a
tativo aparece en la novela La Deci- una de sus criaturas, como le ocurrió
sión de Sophie (Sophie’s Choice) de a Agamenón con su hija Ifigenia y a
William Styron. Sophie es una mujer Abraham con su hijo Isaac, tal como
joven, madre de un niño de diez años aparece registrado, este último, en el
y una niña de siete, que se encuentra Antiguo Testamento. Sophie fue im-
en un campo de concentración nazi y pelida a tomar una decisión por par-
es obligada a tomar una decisión: te de un hombre con el pretendido
“–¿Así crees en Cristo el Reden- poder que le daba el pertenecer a una
tor? –preguntó el doctor con una raza distinta y superior a todas las
voz espesa y extrañamente abs- demás. Sophie no contaba, contraria-
tracta, como la de un profesor que
examinara el delicado matiz de mente a lo que ocurrió en el desenla-
cierta faceta de una proposición ce de los casos anteriores, ni con la
de lógica. Entonces añadió algo gloria de una batalla, ni con un “car-
que, por un momento, fue total- nero enredado por los cuernos en un
mente desconcertante: matorral” (Génesis, 22:13). Sophie
–¿No dijo Él: “Dejad que los ni- tenía que decidir y cualquiera fuera
ños se acerquen a mí?” –Y se puso su decisión, estaba irremediablemen-
de cara a ella, moviéndose con la
te perdiendo a una de sus criaturas.
crispada meticulosidad de un bo-
rracho. Hasta el momento sólo hemos seña-
lado, apelando a la literatura univer-
–Pues puedes quedarte con una
de las criaturas.
sal, situaciones que ilustran la com-
plejidad en la toma de decisión. En lo
–¿Cómo? –dijo Sophie. que sigue, tendremos en cuenta las

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implicaciones de estas ilustraciones los demás en tanto que tenemos una
para el logro del segundo propósito función, rango, o papel que jugar en
de este primer capítulo de nuestro una sociedad determinada. Por ejem-
ensayo: presentar y contextualizar plo, el deber (duty) del soldado es el
un debate reciente que se da entre de ir a la guerra y luchar; el deber
algunos filósofos anglosajones, acer- (duty) de un(a) hijo(a) es el de cuidar
ca de los conflictos morales y su rela- a sus padres. Las obligaciones (obli-
ción en la toma de decisiones. gations) surgen de la celebración de
relaciones de tipo contractual. Por
En 1962 E. J. Lemmon publica un
ejemplo: prometer, jurar, o firmar un
artículo titulado “Dilemas morales”
contrato, hace que un(a) agente des-
(Moral Dilemmas) en el que describe
de el momento en que promete, jure,
cinco tipos de situaciones morales
o firme un contrato, quede bajo la
que van desde las más simples, has-
obligación (obligation) de cumplir con
ta las que él llama ‘dilemáticas’. En
lo pactado. La tercera fuente de co-
dicho artículo, Lemmon parte del nocimiento de lo que se ha de hacer
supuesto de que los seres humanos son los actos que se realizan en vir-
gozan de libre voluntad para tomar tud de lo correcto (right), en vista de
decisiones. Sin este supuesto, de un principio moral (moral principle).
acuerdo con nuestro autor, no habría De esta última fuente Lemmon no
espacio para la reflexión ética. El añade nuevos elementos a la discu-
primer tipo de situación moral que sión, porque de acuerdo con su crite-
describe Lemmon, y el más simple rio, la literatura ética contemporánea
según su tipología, se da cuando se ha encargado de ello de manera os-
un(a) agente sabe qué hay que ha- tensible. El segundo tipo de situación
cer, tiene que hacer o debe hacer, y moral, Lemmon lo llama “caso fron-
simplemente lo hace. Dentro de esta terizo” y es el caso en el que un(a)
clase simple, hay subclases2 . El cri- agente debe (duty) hacer algo que
terio para diferenciar las fuentes del parece estar bajo la obligación (obli-
conocimiento del deber que determi- gation) de hacer, o viceversa. Existe
na lo que se ha de hacer en cada caso, la creencia, por ejemplo, de que
depende en gran medida de las dis- los(as) hijos(as) han de velar por su
tinciones que hace la sociedad a tra- padre y madre cuando éstos se en-
vés de su lenguaje3 . Las subclases cuentran en la etapa de la vejez ¿Es
que distingue Lemmon son: deberes éste un caso de obligación (obligation)
(duties), obligaciones (obligations) y o de deber (duty) de los(as) hijos(as)
principios morales (moral principles) para con la madre y el padre? De
Los deberes (duties), afirma Lem- acuerdo con Lemmon, éste es preci-
mon, surgen de nuestra relación con samente un caso fronterizo porque

2. Lemmon tiene en mente, cuando hace esta distinción de las fuentes del conocimiento de lo que se ha de
hacer, el trabajo analítico de P. H. Nowell-Smith (1954) quien hace un estudio riguroso del modo en que se
emplean cada una de las siguientes parejas de palabras “right” y “ought”; “duty” y “obligation”; “duty” y
“purpose”.
3. Cabe anotar aquí que nuestro autor supone su propia sociedad británica.

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puede ser considerado de ambas for- cuarto tipo de situación moral son los
mas. El tercer tipo de situación mo- dilemas que comprometen el carác-
ral lo constituyen las variedades más ter moral de un(a) agente. Estos di-
simples del dilema moral. Este tipo lemas son de tal magnitud que cual-
de situación moral se caracteriza por- quiera que sea la decisión que se
que un(a) agente ha de hacer algo tome, se está haciendo algo que no se
(ought to do something) y ha de no ha de hacer. En estos casos, un(a)
hacerlo (ought not to do that thing). agente puede actuar de mala fe cuan-
Un ejemplo para ilustrar esta situa- do considera que la decisión que ha
ción es el caso que aparece en el pri- tomado ha estado por fuera de su po-
mer libro de la República de Platón. der y que por ello no está llamado(a)
Por razones de comprensión del caso a ser reprochado(a); o puede actuar
allí descrito, utilizaremos la figura de de buena fe, cuando reconoce la mag-
Sócrates como el protagonista del nitud del dilema y toma la mejor de-
mismo. Un amigo ha dejado un arma cisión que puede. Retomando de nue-
bajo la custodia de Sócrates con la vo el ejemplo de Platón, Sócrates po-
promesa de que éste la devolverá dría pensar en las consecuencias que
cuando le sea pedida de regreso. implicaría devolver el arma a su ami-
Tiempo después, el amigo enloquece go. En casos como éste, el agente hace
y pide que su arma le sea devuelta. un cálculo mental de las posibles con-
Sócrates ha de regresar el arma por- secuencias y obtiene como resultado
que así lo ha prometido (este es un que lo mejor es no devolver el arma.
caso de obligación ‘obligation’) y sin De este modo Sócrates ha sacrificado
embargo, no ha de devolver el arma la obligación (obligation) de devolver
porque Sócrates considera que hay el arma tal como lo había prometido,
algo de incorrecto en ello (éste es un para cumplir con un principio moral
caso de principio moral ‘moral prin- (moral principle) de corte utilitaris-
ciple’). Este tipo de dilema moral, con- ta. Los casos más complejos de dile-
flicto entre una obligación (obliga- ma moral son aquéllos en los que
tion) y un principio moral (moral un(a) agente tiene algún tipo de evi-
principle), se resuelve, asegura Lem- dencia, no concluyente, acerca de lo
mon, cuando Sócrates decide no de- que ha de hacer, y tiene algún tipo de
volver el arma. La filosofía, en gene- evidencia, no concluyente, acerca de
ral, ha hecho un intento por dar so- lo que no ha de hacer. Parte de la com-
luciones a los dilemas morales pro- plejidad en tomar una decisión en
poniendo una jerarquía de lo que se estos casos, radica en la dificultad que
ha de hacer: por ejemplo optar siem- tiene un(a) agente de diferenciar una
pre por los deberes (duties) antes que obligación (obligation), de un deber
por las obligaciones (obligations), o (duty), o de un principio moral (mo-
siempre optar por los principios mo- ral principle). Un ejemplo que ilus-
rales (moral principles) antes que por tra esta situación nos viene del filó-
los deberes (duties) u obligaciones sofo francés Jean Paul Sartre (1946)
(obligations). Este tipo de prepara- en su El existencialismo es un huma-
ción moral para resolver los dilemas nismo. Un pupilo del filósofo tiene la
morales, de acuerdo con nuestro au- obligación (obligation), de un lado, de
tor, carece de interés práctico. El acompañar a su anciana madre cuya

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felicidad depende de la cercanía de hombre como Hitler, pero Chamber-
su hijo. De otro lado el pupilo tiene lain como primer ministro estaba lla-
el deber (duty) como ciudadano, de mado a repensar su posición moral y
hacer parte del Ejército liberador política en términos más pragmáti-
francés en Inglaterra4 . Este caso, que cos. El aspecto más interesante de
es uno de carácter “fronterizo”, es tan este último tipo de situación moral,
agudo que cualquiera que sea la de- es que si se resuelve correctamente,
cisión que tome el pupilo, cambiará esto lleva a que un(a) agente desa-
su horizonte moral (moral outlook). rrolle una nueva moralidad que en-
Y es precisamente la adopción de vuelve en su consecución el deseo de
nuevos horizontes morales lo que nos ser fiel consigo mismo(a). El mismo
da la evidencia de que un(a) agente Lemmon reconoce que esto último no
se ha enfrentado ante un dilema queda del todo claro: But I will not
moral. Este tipo de confrontaciones pursue this topic here, because I con-
implica cambios en las actitudes fun- fess myself to be quite in the dark as
damentales de una persona, como to what the sense of these words is.
cuando hay una conversión de un Para cerrar su artículo, Lemmon
partido político a otro, o cuando hay menciona dos aspectos que le gusta-
una conversión de una religión a otra. ría fueran trabajados desde la filoso-
Casos como este último son de gran fía moral. Primero, le agradaría que
utilidad práctica en la vida de las se hiciese una tipología de las situa-
personas, y en la reflexión ética. El ciones morales que se dan en la so-
quinto tipo de situación moral es el ciedad de hoy y se hiciera un análi-
de los casos extremos de dilema mo- sis detallado de las palabras elección
ral, en donde un(a) agente tiene que (choice) y decisión (decision). Segun-
tomar una decisión que compromete do, le gustaría ver una discusión en
su actual horizonte moral y no se torno a los argumentos empleados
encuentra preparado(a) para crear para resolver los dilemas morales.
uno nuevo que salga al encuentro de Esto permitiría detectar y diferen-
sus actuales exigencias morales. El ciar, en la toma de decisiones, lo que
ejemplo que cita Lemmon para ilus- constituye un buen argumento mo-
trar este último, es el dilema moral ral de uno malo. Lo que nunca llegó
al que se enfrentó Chamberlain en a imaginar nuestro filósofo es que su
sus negociaciones con Hitler en 1938. artículo sobre los dilemas morales y
El horizonte moral de Chamberlain sus exhortaciones acerca del papel
no lo disponía para negociar con un que debe (como duty) jugar la filoso-

4. “El estudiante vive con su anciana madre, quien no cuenta ni con su esposo ni con su hijo mayor para
velar por ella, y cuyo único consuelo para vivir es su hijo menor. Este hijo, sin embargo, desea viajar a
Inglaterra para unirse a las Fuerzas Francesas Libres. Él entiende que su partida puede acabar con la
vida de su madre, y también entiende que unirse a la lucha puede ser como una gota de agua que se
desvanece en medio de la arena. De modo que este joven estudiante es confrontado por dos diferentes
modos de acción; una concreta, inmediata pero dirigida sólo hacia un individuo; otra apunta hacia un fin
infinitamente mayor, a una colectividad nacional, pero por esa misma razón es ambigua y abstracta. El
joven estudiante se enfrenta entonces a dos clases de moralidad; de un lado está la moral de la simpatía,
de devoción personal; del otro lado hay una moral más amplia pero de cuestionable validez. El joven
estudiante tiene que escoger entre estas dos. ¿Quién puede ayudarlo a escoger?” (Sartre, 1946: 43-45)

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fía en esta cuestión, fuera a desenca- 1965 «Consistencia Ética» (Ethical
denar una cascada de artículos, capí- Consistency) en el que afirma que los
tulos de libros y algunos libros que auténticos dilemas morales existen
desarrollaran el debate que él inau- y Alan Donagan ha escrito en 1984
guró. MacIntyre escribe casi treinta un artículo llamado «Consistencia en
años después que: los sistemas morales racionalistas»
(Consistency in Rationalist Moral
“Certainly there has been a stri-
king increase in the philosophi- Systems) en el que afirma que los
cal discussion of moral dilemmas. auténticos dilemas morales no exis-
Since E. J. Lemmon published ten. En lo que sigue, estudiaremos
his “Moral Dilemmas” in The de los artículos señalados sólo aque-
Philosophical Review in 1962
llos aspectos que son relevantes para
over one hundred articles, chap-
ters of books and books have been el debate sobre la existencia o inexis-
published, either directly concer- tencia de los dilemas morales.
ned with or highly relevant to the
topic. If one were to publish two En 1965 el filosofo británico Bernard
volumes, the first containing the Williams publicó el artículo “Consis-
entire preceding philosophical tencia Ética” (Ethical Consistency),
literature dealing with this topic, el cual ha sido desde entonces obje-
broadly construed, from Plato to to de críticas y referencia obligada
W. D. Ross, through Gregory,
Aquinas, Kant, Hegel, Mill, Sid- para el análisis de los conflictos
gwick and Bradley, while the se- morales5 . El privilegiado lugar de
cond was devoted to the publica- este trabajo se debe a que en él, su
tions of the last thirty years, the autor discute la naturaleza de los
second volume would be by far conflictos morales y su relación con
the larger”. (MacIntyre, 1990:
367) la estructura del pensamiento y del
lenguaje moral. Williams escribe
Entre esa cantidad de escritos, sin este artículo motivado por el deseo
duda muchos son dignos de ser teni- de señalar un impasse que es insos-
dos en cuenta. Pero no es necesario tenible en el terreno del realismo
considerar la totalidad de ellos para moral: la existencia de los dilemas
poder seguir de manera provechosa morales6 . Sin embargo, el objeto del
el debate. Basta con que elijamos dos presente estudio es examinar la crí-
artículos que aborden los aspectos tica que hace Williams a la filosofía
fundamentales del debate de dos au- moral, a la que acusa de haber des-
tores de reconocido influjo en el pen- cuidado sistemáticamente el papel
samiento moral anglosajón. Bernard que juegan los sentimientos en la
Williams ha escrito un artículo en resolución de conflictos.

5. Williams, B. «Ethical Consistency» originalmente publicado en Proceedings of the Aristotelian Society,


supplementary Volumen 39, 1965: 103-24.
6. Para una discusión más detallada del tema del realismo moral tener en cuenta el libro editado de Sayre-
McCord (1988) Essays on Moral Realism, en particular el artículo de Mark Platts: «Moral Reality». Para
una lectura crítica de los argumentos usados por Williams para señalar la inconsistencia lógica del realis-
mo moral, tener presente el artículo de Guttenplan, S: «Moral Realism and Moral Dilemmas» en Proceedings
of the Aristotelian Society, Volumen 80, 1979: 61-80.

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Williams distingue y caracteriza dos relacionado con el concepto de satis-
tipos de conflictos (el de convicciones facción, mientras que el conflicto de
y el de deseos) para dar cuenta de lo convicciones está relacionado con el
que es un conflicto moral. El autor concepto de verdad que no permite
llama conflicto de convicciones a que nuestro(a) agente mantenga con-
aquellas situaciones en las que un(a) vicciones que no puedan ser verda-
agente es consciente de que sus con- deras. Williams llama conflicto de
vicciones, aunque coherentes, no son deseos a aquellas situaciones en las
verdaderas por alguna información que un(a) agente tiene dos deseos que
o hecho que empíricamente puede son imposibles de satisfacer debido a
demostrar la falsedad de una de las las contingencias propias de las co-
convicciones originales7 . Williams sas. Es posible, sin embargo, que
nos ilustra este tipo de conflicto con nuestro(a) agente se empeñe en ima-
el siguiente ejemplo: ginar o en alterar el estado contin-
gente de las cosas para lograr que
Un (a) agente tiene como convicción cada uno de sus dos deseos pueda lle-
original que: gar a ser satisfecho. Dentro de este
(a) El ministro posesionado en octu- marco de conflicto de deseos, pero
bre de 1962, pertenece al partido con- mucho más complejo, es el caso en el
servador. que nuestro(a) agente desea tener un
objeto y desea no tenerlo (the desire
Una información, empíricamente to have and the desire not to have the
comprobable, es suministrada: object), pero contrario al caso inme-
(b) El ministro posesionado en octu- diatamente anterior, nuestro(a) agen-
bre de 1962 no puede pertenecer al te aquí no puede imaginar o alterar
partido conservador. el estado contingente de las cosas
para lograr que ambos deseos puedan
El añadir (b) a la convicción original llegar a ser satisfechos. Williams afir-
(a), hace que nuestro(a) agente, o bien ma que la solución a esta última va-
descubra el conflicto que existe en su riable del conflicto de deseos consiste
convicción y la descarte, o bien per- en eliminar el deseo negativo. Como
sista en mantener una incongruen- veíamos hace unos momentos, la re-
cia. La resolución del conflicto de con- solución del conflicto de convicciones
vicciones, de acuerdo con Williams, consiste en optar por la convicción
consiste en que nuestro(a) agente que es verdadera y descartar la fal-
descubra, gracias al elemento (b), que sa. La resolución del conflicto de de-
su convicción original está en conflic- seos consiste en actuar en aras de
to y la descarte. Este tipo de resolu- satisfacer uno de los deseos que está
ción no ocurre con el conflicto de de- en conflicto con el otro. La diferencia
seos, que estudiaremos enseguida, en la resolución de los dos tipos has-
porque el conflicto de deseos está ta ahora señalados de conflicto radi-

7. La palabra inglesa belief en este artículo de Williams puede entenderse de dos maneras: como creencia y
como convicción. En nuestro trabajo nos inclinamos por la segunda acepción ya que la primera puede
prestarse para todo tipo de ambigüedades.

92 ESTUDIOS
GERENCIALES
ca en que en el primer tipo de conflic- si nuestro(a) agente satisface uno de
to, abandonar la convicción debilita- los deseos, en el caso de conflicto de
da, es resolver el conflicto de una vez deseos, o decide actuar conforme a
y para siempre. Mientras que en el una obligación, en el caso de conflic-
segundo tipo de conflicto, el deseo no to moral, lo más probable es que ex-
satisfecho eventualmente reaparece perimente el sentimiento de pesar o
en la vida del agente en forma de pe- lamento (regret) por el deseo o la obli-
sar o de lamento (regret)8 . Williams gación que dejó de lado. El conflicto
define el conflicto moral como aque- moral, afirma Williams, puede pre-
lla situación en la que un(a) agente sentarse de tres formas distintas.
se enfrenta a dos obligaciones mora- Primero, cuando un(a) agente parece
les que conflictúan y ambas obliga- tener el deber de cumplir con cada
ciones son relevantes al momento de una de dos obligaciones, pero no pue-
decidir qué curso de acción se ha de de cumplir con las dos: (i) X debe ha-
tomar. El conflicto moral, de acuerdo cer a, (ii) X debe hacer b, (iii) X no
con nuestro autor, se parece más al puede hacer a y b. Segundo, cuando
conflicto de deseos que al de convic- un(a) agente parece tener el deber de
ciones. Para sustentar esta afirma- hacer algo en relación con un aspecto
ción, nos recuerda dos cosas. Prime- de una obligación, y de no hacerlo en
ro, cuando un(a) agente descubre que relación con otro aspecto de la mis-
una de sus convicciones es falsa, esto ma obligación. El autor hace aquí un
es suficiente para abandonar tal con- paralelo con el conflicto de deseo y de
vicción y actuar conforme a la con- aversión hacia un mismo objeto que
vicción que es verdadera. En el caso ya ha señalado en un caso particular
de conflicto de deseos, al igual que en de conflicto de deseos: (i) X debe ha-
el moral, existe un carácter de lucha cer c, (ii) X no debe hacer c. Tercero,
que se agudiza cuanto más se piensa Williams llama conflictos trágicos a
en los deseos u obligaciones que es- los casos extremos de conflicto moral.
tán en conflicto y nuestro(a) agente En estos, la noción de actuar tenien-
puede llegar a desear que los hechos do la certeza de estar haciendo lo
fueran de otra manera, o que no tu- mejor, pierde todo su sentido. El ejem-
viera que enfrentar tal situación, o plo al que apela Williams para ilus-
incluso, puede llegar a desear no te- trar esta tercera forma de conflicto
ner la visión moral que tiene. En cual- moral es la tragedia griega que he-
quier caso, nuestro(a) agente bajo el mos estudiado al inicio del presente
influjo de cualquiera de estos dos úl- capítulo, Agamenón. Con la frase
timos conflictos, actúa no con el afán “bien puede ser” Agamenón puede
de encontrar el deseo a satisfacer, o querer decir que no está convencido
la obligación verdadera, sino con el de hacer lo que los dioses le piden, o
afán de actuar teniendo la certeza de que tal vez ésa no es la mejor deci-
que está haciendo lo mejor. Segundo, sión que él puede tomar. De cualquier

8. Van Fraassen en su artículo “Values and the Heart‘s Command” sostiene que es más apropiado hablar de
culpa (guilt) que de regret, para distinguir un dilema moral de otro tipo de conflicto. (en Gowans, 1987:
138-153)

ESTUDIOS
GERENCIALES 93
manera, Agamenón se enfrenta con y para ello apela a tres fuentes de
la situación de tener que actuar y de confusión que llevan a afirmar que
sentir pesar o lamento por no haber las obligaciones morales sí entran en
hecho algo que también ha debido conflicto. Primero, la confusión que
hacer: salvar la vida de su hija. se da generalmente entre un conflic-
Williams concluye su artículo dicien- to práctico y un conflicto moral. Se-
do que un(a) agente actúa de manera gundo, el pasar por alto la distinción
racional cuando busca actuar confor- entre conflicto moral simpliciter y
me a convicciones que son verdade- conflicto moral secundum quid. Ter-
ras, y cuando previene situaciones cero, la negligencia hacia los recur-
que frustren la satisfacción de sus sos casuísticos de las varias tradicio-
deseos, en casos de conflicto de con- nes éticas racionalistas. El autor no
vicciones y de deseos respectivamen- pretende afirmar que cualquier teo-
te. En caso de conflicto moral, afirma ría moral racionalista desarrollada
Williams, no es posible pensar en al- hasta el momento sea completamen-
ternativas para actuar de manera te aceptable desde una perspectiva
racional o de prevenir situaciones moral o lógica. Sólo pretende demos-
conflictivas por medio del escepticis- trar que, por un lado, las teorías ra-
mo, la ignorancia, o la indiferencia, cionalistas como las de Santo Tomás
porque los conflictos morales no son de Aquino e Immanuel Kant son en
susceptibles de ser evitados. Willia- esencia opciones serias en la filosofía
ms ha demostrado que en la resolu- moral. Por otro lado, también preten-
ción de los conflictos morales queda de demostrar que si se llegase a com-
un residuo moral que testifica la exis- probar la inconsistencia de dichas
tencia de los auténticos dilemas mo- teorías, éstas serían el resultado más
rales. Más adelante en este mismo de errores corregibles que de incohe-
capítulo, una vez presentemos el ar- rencias radicales. Antes de entrar a
tículo de Donagan reseñaremos la analizar cada una de estas fuentes de
definición estándard con la que hoy confusión, es importante recalcar que
se habla de conflicto moral y de dile- para Donagan los conflictos morales
ma moral. no son ilusiones sintomáticas de un
De acuerdo con Alan Donagan, en su error de pensamiento, sino que son
artículo “Consistencia en los sistemas descubrimientos genuinos. Donagan
morales racionalistas” (Consistency sostiene que la mayoría de los teóri-
in Rationalist Moral Systems), los cos racionalistas están de acuerdo en
racionalistas afirman que las obli- que no hay conflicto de deberes en
gaciones morales nunca entran en co- ninguno de los dos siguientes casos:
lisión9 . Lo que pretende demostrar el cuando se da un conflicto entre pro-
autor en este artículo es que esta po- mesas, y cuando se da un conflicto
sición no ha sido probada como falsa entre mantener una promesa y otros

9. Donagan, A. “Consistency in Rationalist Moral Systems” originalmente publicado en The Journal of


Philosophy Volumen 85, 1984: 291- 309.

94 ESTUDIOS
GERENCIALES
deberes como por ejemplo, salvar una puede dar cumplimiento a lo prome-
vida. tido, quien es depositario de la pro-
La primera fuente de confusión está mesa no tendrá derecho a exigir su
relacionada con tres principios. El cumplimiento” (most promises are
primer principio dice que: “es moral- made and accepted on the twofold
mente incorrecto hacer promesas a condition that the promiser has acce-
menos que se puedan mantener y sea ptable reason to believe that he can
moralmente permisible mantenerlas” and may do what he promises, and
(it is morally wrong to make a promi- that if nevertheless it turns out that
se unless you can keep it and it is he either cannot or may not, the pro-
morally permissible for you to keep it). misee will not be entitled to perfor-
Con respecto a la mayoría de las pro- mance) Si quien promete no logra
mesas, quien promete y quien es de- satisfacer a su contraparte dentro de
positario de una promesa saben que esta doble condición, comete un error
pueden ocurrir contingencias no pre- al prometer. Las dificultades mora-
vistas que pueden imposibilitar el les subsiguientes son culpa de quien
cumplimiento de la palabra dada. Si promete y no culpa de las circunstan-
fuera incorrecto hacer promesas cias o del sistema moral. Si el deposi-
cuando sólo sabemos que no van a tario de la promesa desconoce el al-
ocurrir contingencias, sería entonces cance de sus derechos y exige a quien
imposible o equivocado hacerlas. Pro- promete que cumpla la promesa aun
meter sería entonces incorrecto. Pero cuando no pueda mantenerse, quien
no es así; la mayoría de nosotros(as) promete puede rechazar esta deman-
aceptamos promesas confiando en da aludiendo a que es distinta la con-
quien las hace y en el entendido de dición en la que la promesa fue acep-
que tenemos razones aceptables para tada. Esta doble condición que se da
creer que se pueden cumplir. Toda vez en el acto colaborativo de hacer y de
que aceptamos que contingencias no aceptar una promesa, es virtualmen-
previstas pueden imposibilitar el te universal y generalmente no es
cumplimiento de la promesa, no te- expresada.
nemos el derecho de exigir que ella Una dificultad sin embargo prevale-
se mantenga. Es necesario distinguir ce. A veces sucede que aun cuando
en este caso y en los dos siguientes, una promesa es dada y aceptada bajo
que hay dos dimensiones distintas en la condición mencionada, quien es
el acto de prometer que no se deben depositario de la promesa no consi-
confundir. Una dimensión responde dera aceptable la razón por la cual
a un aspecto moral (mantener las aquél que promete rompe la prome-
promesas) y la otra a un aspecto prác- sa. Este desacuerdo puede no apare-
tico (el mundo está sujeto a contin- cer en el momento de hacer la pro-
gencias). Es aquí precisamente don- mesa porque normalmente el deposi-
de entra el segundo principio: “mu- tario de la promesa no le pregunta a
chas de las promesas son hechas y aquél que promete cuáles podrían ser
aceptadas bajo la doble condición de las razones por las cuales se podrían
que quien promete tiene razones romper o no las promesas. Esta difi-
aceptables para creer que puede cum- cultad se supera con el tercer princi-
plir con lo que promete y que si no pio: “es incorrecto para quien prome-

ESTUDIOS
GERENCIALES 95
te hacer una promesa bajo condicio- do se rompe la palabra si las condi-
nes que el depositario de la promesa ciones no se mantienen.
no entiende” (it is wrong for a promi-
Veamos ahora la segunda fuente de
ser to make a promise on any condi-
confusión que radica básicamente en
tion on which he does not believe the
pasar por alto la distinción que ha
promisee to understand him to make
desarrollado Santo Tomás entre con-
it). Tampoco es posible sostener que
flicto moral simpliciter y conflicto
quien promete ha de hacer más de lo
moral secundum quid. Según Santo
que ha prometido por el hecho de que
Tomás, un sistema moral permite la
el depositario de la promesa cree que
perplejidad o conflicto de deberes sim-
ha de hacer más. Para ilustrar más
pliciter sólo cuando las situaciones en
claramente estos tres principios, el
las que éste se aplica son posibles, a
autor nos ofrece el siguiente ejemplo:
saber: una situación en la que una
si X se encuentra en una situación
persona se encontraría en capacidad
en la que, al actuar romper su pro-
de obedecer uno de los preceptos sólo
mesa con Lavinia y al no actuar rom- si viola otro, aun si hasta ese momen-
pe su promesa con Lolita, entonces, to hubiese obedecido los dos precep-
de acuerdo con el primer principio, tos. Afirma también Santo Tomás que
se puede decir que fue incorrecto ha- todo sistema moral que permite per-
cer una promesa a Lavinia cuando ya plejidad o conflicto de deberes sim-
había hecho una promesa a Lolita. pliciter tiene que ser inconsistente.
Pero ¿qué pasa si realmente X pen- De otra parte, continúa nuestro au-
saba que podía mantener ambas pro- tor, todo sistema moral permite la
mesas? De acuerdo con el tercer prin- perplejidad o conflicto de deberes se-
cipio X debe preguntarse si creía que cundum quid sólo cuando las situa-
Lavinia habiendo sabido sobre la pro- ciones en las que éste se aplica son
mesa hacia Lolita, hubiese aceptado posibles, a saber: como resultado de
las razones que le llevaron a creer la violación de uno o más preceptos
que podía mantener su palabra. En cuando un individuo encuentra que
caso de que la respuesta fuese nega- hay un precepto que puede obedecer
tiva, se puede decir que ha hecho una sólo si viola otro. En relación con la
promesa incorrecta. De acuerdo con perplejidad o conflicto de deberes se-
el segundo principio, si al dar la pa- cundum quid, santo Tomás afirma
labra había una condición que no que no hay nada lógicamente equivo-
podía cumplir, no estaba obligado a cado o inconsistente con un sistema
hacer lo que prometió, aunque sí ha moral según el cual una persona en
de aplicarse algún tipo de correctivo pecado mortal puede encontrarse per-
por haber incumplido con la prome- pleja o en conflicto de deberes. Dona-
sa. Donagan concluye con relación a gan concluye, al analizar esta segun-
esta primera fuente de confusión, que da fuente de confusión, que debido a
dar la palabra es un asunto serio si que no todos los teóricos racionalis-
quien la dice se asegura de manera tas han percibido la distinción entre
escrupulosa que aquella persona a conflictos de deberes simpliciter y
quien se da la palabra entiende las conflicto de deberes secundum quid,
condiciones en las cuales se da y no no todos han estado en la posición de
ha de sentir culpas irracionales cuan- asegurar que un sistema moral pue-

96 ESTUDIOS
GERENCIALES
de ser consistente y aun así permitir te un conflicto moral y en qué un di-
conflictos de deber secundum quid10 . lema moral. En general, se define
como conflicto moral toda aquella si-
La tercera fuente de confusión es el
tuación en la que un(a) agente S se
resultado del abandono de los recur-
ve confrontado(a) con la obligación
sos casuísticos de varias tradiciones
moral de hacer A y cumplir con la
racionalistas éticas. Donagan recoge
obligación moral de hacer B. Se defi-
el ejemplo que Ruth Marcus ha seña-
ne como dilema moral toda aquella
lado como un caso de simetría moral:
situación en la que un(a) agente S no
dos mellizos están en peligro de muer-
puede cumplir con ambas obligacio-
te y sólo uno puede ser salvado. En
nes (A y B) porque optar por una obli-
casos como éste, de acuerdo con Do-
gación moral significa anular la po-
nagan, cualquier sistema racionalis-
sibilidad de poder cumplir con la otra
ta moral serio enuncia que lo que im-
obligación moral, o el agente moral S
porta es salvar una de las vidas que
es compelido a “adoptar” cada una de
está en juego, no importa cuál. Aquí
las obligaciones morales de manera
no hay conflicto puesto que no es una
separada y no las pueda “adoptar”
situación en la que se esté obligado(a)
juntas a un mismo tiempo (Sinnott-
a salvar a X o a salvar a Y, sólo hay
Armstrong, 1988: 5), o bien puede
obligación de salvar a uno de los me-
suceder que el mundo por sus aspec-
llizos. No es un caso de conflicto mo-
tos contingentes nos previene de cum-
ral lo que sucede con el bombero que
plir con ambas obligaciones morales
ha salvado varias vidas de un grupo
(Gowans, 1987: 3). Cuando el conflic-
de gente atrapada en un incendio, vi-
to moral es resuelto y no queda nin-
das que sólo se pudieron salvar al ha-
gún tipo de residuo moral (remordi-
ber dejado de rescatar otras. Donagan
miento, culpa, arrepentimiento, pe-
señala que frente a estos tipos de ca-
sar) decimos que el conflicto moral al
sos no es suficiente con preguntarse
que se enfrentó S era un aparente
¿qué he de hacer? sino ¿qué condicio-
dilema moral porque la tensión que
nes impone la razón práctica sobre lo
existía entre las obligaciones mora-
que he de hacer? De esta tercera fuen-
les A y B eran apenas aparentes. El
te de confusión el autor concluye que
auténtico dilema moral es un caso
las razones que influyen en lo que se
extremo de conflicto moral que con-
ha de hacer son irreductiblemente
siste en la imposibilidad para S de
múltiples. El autor afirma entonces
resolver el conflicto porque ambas
que en la vida cotidiana generalmen-
obligaciones morales son igualmente
te los conflictos morales son ineludi-
fuertes, y en caso de resolución, S
bles, y como no todos los principios
quedará acompañado(a) por algún
prácticos son principios morales, los
tipo de residuo moral. Las situacio-
conflictos prácticos tampoco son nece-
nes que describimos de la Orestíada
sariamente conflictos morales.
son situaciones que ilustran casos de
Ahora vamos a definir en qué consis- requerimientos que conflictúan y

10. Ver de Santo Tomás en su Summa Theologica los siguientes: I- II, 19, 6, 3; II- II, 62, 2; III, 64, 6, 3. En su
De veritate los siguientes: 17, 4, 8.

ESTUDIOS
GERENCIALES 97
cada caso presenta matices que los cos dilemas morales son posibles pero
otros no tienen. En el caso de Aga- que nunca ocurren. La ganancia que
menón no hay que confundir la incer- de momento podemos tener del pre-
tidumbre que experimentaba el pro- sente debate es de orden conceptual:
tagonista, con la tensión real o apa- distinguir los conflictos morales de
rente, de los dos requerimientos de los auténticos dilemas morales. Esta
acción que había de observar. Clitem- ganancia, que es todavía inicial, es
nestra no enfrentó ninguna clase de un motivo para seguir de cerca el de-
conflicto moral porque ella entendía bate porque entre nosotros se discu-
como su único requerimiento de ac- ten cuestiones controvertibles de tipo
ción vengar la muerte de su hija y no moral y no es habitual que en estas
experimentó ningún tipo de residuo discusiones se reflexione sobre la na-
moral cuando logró su cometido. El turaleza de los conflictos morales o
mismo Orestes, pese al breve instan- sobre la existencia o inexistencia de
te de duda que lo invadió, sabía que los auténticos dilemas morales.
había de matar al asesino de su pa-
Hasta el momento hemos ilustrado
dre. Ése era su único requerimiento
situaciones morales que podríamos
de acción y estaba por ello prepara-
llamar conflictivas. Hemos situado
do para las consecuencias que de su
históricamente el debate sobre la
acto se derivarían. El caso de Sophie
existencia o no de los dilemas mora-
podría interpretarse como un caso
auténtico de dilema moral porque les, y hemos definido y distinguido el
Sophie no tiene ningún tipo de ar- conflicto moral del auténtico dilema
gumento que sea concluyente para moral. En el siguiente capítulo hare-
actuar conforme a una de sus dos mos la aplicación del debate a la tra-
obligaciones morales, salvar la niña gedia Antígona de Sófocles.
y salvar al niño. Ambas obligaciones
2. ANTÍGONA:
son igualmente fuertes y sin embar-
DOS LECTURAS
go, la decisión de salvar a cualquie-
IRRECONCILIABLES
ra de sus dos criaturas, la dejará con
Muchas cosas asombrosas exis-
algún tipo de residuo moral según la
ten y, con todo, nada más asom-
lectura de Williams. Según la lectu-
broso que el hombre. Él se diri-
ra de Donagan, lo que realmente im-
ge al otro lado del blanco mar
porta en términos morales es que
con la ayuda del tempestuoso
Sophie salve a una de sus dos cria-
viento Sur, bajo las rugientes
turas.
olas avanzando, y a la más po-
La tradición filosófica moral ha recha- derosa de las diosas, a la im-
zado la existencia de los auténticos perecedera e infatigable Tierra,
dilemas morales. Sólo a mediados del trabaja sin descanso, haciendo
siglo XX, algunos filósofos han deba- girar los arados año tras año,
tido esta tradición y han sostenido al ararla con mulos.
que los auténticos dilemas morales sí
Estrofa primera del Coro en
son posibles. En este debate de posi-
Antígona.
ciones extremas, no es posible man-
tener una posición intermedia que En este capítulo aplicaremos el de-
afirme, por ejemplo, que los auténti- bate acerca de la existencia o no de

98 ESTUDIOS
GERENCIALES
los dilemas morales (aparentes o au- presenta cuando un(a) agente S es
ténticos) a la tragedia Antígona de confrontado(a) con dos obligaciones
Sófocles. Iniciamos con la lectura de morales que le compelen a actuar.
la Antígona desde la perspectiva de Esta caracterización del conflicto
la existencia de los dilemas morales, moral nos plantea un problema fun-
y luego desde la perspectiva de la no- damental en la reflexión ética ¿qué
existencia de los dilemas morales, con hace que una obligación sea moral, a
sus respectivas argumentaciones. diferencia de otras formas de obliga-
Privilegiamos esta obra de eterna ción? Esta pregunta que no es del todo
actualidad del teatro griego en reso- nueva en la reflexión ética, tiene su
nancia con lo que afirma Lesky: “este importancia en el hecho de que una
drama conserva su valor más allá del obligación cuando es moral, impone
tiempo precisamente porque esta deberes y un sentido de observancia
Antígona no es una heroína de di- hacia los mismos. Es muy probable
mensiones sobrehumanas, sino una que Wittgenstein no esté de acuerdo
persona como nosotros, con los mis- con esta pregunta, pues según él, una
mos deseos y esperanzas que noso- obligación moral se muestra y por esto
tros, y a la vez con el gran valor de mismo no hay necesidad de entrar a
prestar oídos a la gran ley divina por decir nada sobre ella “Lo que se pue-
encima de todas las demás voces” de mostrar no puede decirse” (Trac-
(Lesky, 1985: 309). Los personajes tatus: 1957: 4212). Aquí haremos caso
principales de la tragedia: Ismene, omiso de la objeción de Wittgenstein
Antígona y Creonte, como lo veremos porque reconocemos el empeño que
enseguida, viven situaciones morales ha tenido la reflexión ética en respon-
intensas que comprometen varios der esta pregunta. Wallace y Walker
aspectos de la condición humana: el son dos profesores de la universidad
Estado, el castigo, el poder, lo sagra- de Hull en Inglaterra, que han con-
do, la piedad, el género, la familia, el centrado en una interesante y quizá
amor, y el temor11 . Pero antes de ini- incompleta lista, las diferentes res-
ciar con las dos lecturas irreconcilia- puestas que se han ofrecido a la pre-
bles de la Antígona, debemos tener gunta formulada. De acuerdo con los
en cuenta que el conflicto moral no enunciados que recogen los dos auto-
se presenta cuando hay colisión en- res acerca de los principios y reglas
tre una obligación que no es moral y morales, afirman que las obligaciones
una obligación que es moral; tampo- morales son definidas con referencia
co se presenta cuando hay colisión a uno o varios de los siguientes crite-
entre dos obligaciones que no son rios: con referencia a su universali-
moralmente correctas. Estrictamen- dad; a su contenido; a su prescripti-
te hablando, un conflicto moral se vidad; al hecho de que invalidan otra

11. A propósito de esto Steiner afirma que: “solamente a un texto literario le ha sido dado expresar todas las
constantes principales de conflicto propias de la condición del hombre. Esas constantes son cinco: el en-
frentamiento entre hombres y mujeres; entre la senectud y la juventud; entre la sociedad y el individuo;
entre los vivos y los muertos; entre los hombres y Dios (o los dioses). Los conflictos procedentes de estos
cinco tipos de enfrentamiento no son objeto de negociaciones”. (Steiner, 1996: 275)

ESTUDIOS
GERENCIALES 99
clase de obligaciones; al hecho de te- las hermanas Ismene y Antígona en
ner una importancia que otras obli- la primera escena de la tragedia. En
gaciones no tienen o necesitan tener esta escena, el conflicto se configura
y con referencia a las formas parti- cuando Ismene piensa que ha de
culares que las obligaciones morales ‘adoptar’ cada una de dos obligacio-
tienen de sancionar (Wallace and nes que entran en conflicto, o que las
Walker, 1970: 8-19). Para nuestro puede cumplir juntas a un mismo
ensayo no es necesario que tomemos tiempo, o en forma separada:
partido por algún criterio en parti- “Ismene:
cular. Sólo nos basta, por ahora, acor- –¿Qué ocurre? Es evidente que
dar que existen obligaciones que son estás meditando alguna resolu-
morales y que en ocasiones éstas pue- ción.
den entrar en conflicto. Hechas es- Antígona:
tas anotaciones, iniciamos la lectura –Pues, ¿no ha considerado Creon-
de la tragedia Antígona de Sófocles te a nuestros hermanos, al uno
digno de enterramiento y al otro
desde la perspectiva de la existencia indigno? A Eteocles, según dicen,
de los dilemas morales. Para este por considerarle merecedor de
ejercicio, describiremos las situacio- ser tratado con justicia y según
nes morales a las que se enfrentan la costumbre, lo sepultó bajo tie-
rra a fin de que resultara honra-
los personajes principales de la tra-
do por los muertos allí abajo. En
gedia atendiendo las condiciones de cuanto al cadáver de Polinices,
la definición que ofrece Sinnott-Ar- muerto miserablemente, dicen
mstrong de lo que es un dilema mo- que, en un edicto a los ciudada-
ral: nos, ha hecho publicar que nadie
le dé sepultura ni le llore, y que
“A moral dilemma is any situa- le dejen sin lamentos, sin ente-
tion where at the same time : rramiento, como grato tesoro
para las aves rapaces que avizo-
(1) there is a moral requirement ran por la satisfacción de cebar-
for an agent to adopt each of se... está prescrito [en el edicto]
two alternatives, que quien haga algo de esto [en-
(2) neither moral requirement is terrar a Polinices] reciba muerte
overridden in any morally re- por lapidación pública en la ciu-
levant way, dad... piensa si quieres colaborar
y trabajar conmigo.
(3) the agent cannot adopt both
alternatives together, and Ismene:
–¿En qué arriesgada empresa?
(4) the agent can adopt each al- ¿Qué estás tramando?
ternative separately”.
Antígona (levantando su mano):
(Sinnott-Armstrong, 1988:29) –Si, junto con esta mano, quie-
res levantar el cadáver”.
Por medio de la descripción que ha-
remos de las situaciones a las que se Ismene ha de tomar una decisión.
enfrentan los protagonistas de la tra- Pero se enfrenta de un lado, con la
gedia, y por medio de sus diálogos, obligación de asistir a su hermana en
podremos hacernos una idea precisa la empresa de enterrar a Polinices en
de la trama general de la obra. La virtud del favor solicitado y del pa-
primera situación de conflicto moral rentesco que las une. Y de otro lado,
aparece en el diálogo que sostienen Ismene se enfrenta con la obligación

100 ESTUDIOS
GERENCIALES
de obedecer la ley positiva del rey mantener como amigo a una persona
Creonte de no enterrar a su herma- que ha sido hostil con la propia pa-
no so pena de ser castigada de muer- tria, y proclama en consecuencia que:
te. Ante estas dos obligaciones que
“Creonte:
conflictúan, y ante la imposibilidad —A Eteocles que murió luchando
de ‘adoptar’ cada una de ellas a un por la ciudad tras sobresalir en
mismo tiempo porque actuar confor- gran manera con la lanza, que se
me a una de ellas significa anular la le sepulte en su tumba y que se
posibilidad de actuar conforme a la le cumplan todos los ritos sagra-
dos que acompañan abajo los
otra obligación, podríamos pensar cadáveres de los héroes. Pero a
que Ismene se enfrenta en efecto a su hermano –me refiero a Polini-
un auténtico dilema moral. Más ade- ces que en su vuelta como deste-
lante en la tragedia, cuando Antígo- rrado quiso incendiar completa-
na es condenada a morir tras el logro mente su tierrapatria y a las
deidades de su raza, además de
de su empresa, Ismene le suplica: alimentarse de la sangre de los
“Ismene: suyos, y quiso llevárselos en
–¡Hermana, no me prives del de- cautiverio– respecto a éste ha
recho a morir contigo y de hon- sido ordenado por un heraldo a
rar debidamente al muerto ! esta ciudad que ninguno le
tribute los honores postreros con
Antígona: un enterramiento, ni le llore. Que
–No quieras morir conmigo, ni se le deje sin sepultura y que su
hagas cosa tuya aquello en lo que cuerpo sea pasto de las aves de
no has participado. Será suficien- rapiña y de los perros, y ultraje
te con que yo muera. para la vista. Tal es mi propósito,
Ismene: y nunca por mi parte los malva-
–¿Y qué vida me va a ser grata, dos estarán por delante de los
si me veo privada de ti? ” justos en lo que a honra se
refiere. Antes bien, quien sea
En este diálogo Ismene siente el re- benefactor para esta ciudad
siduo moral (regret) del que ya había- recibirá honores míos en vida
mos hablado con Williams en la pri- igual que muerto”.
mera parte de nuestro ensayo. Ese De acuerdo con Creonte, el traidor no
residuo aquí se traduce como el sen- ha de merecer los mismos ritos fune-
timiento moral de aflicción que expe- rarios que el valeroso defensor de la
rimenta Ismene cuando pide acompa- patria. Este principio, aduce el rey,
ñar a su hermana en la condena, Is- tiene el carácter de ser absoluto y es
mene siente que ha hecho algo que más fuerte que cualquier otro. De otro
no es del todo correcto. Este senti- lado, Antígona afirma que dar sepul-
miento que no logró mitigar, aun tura a los muertos es un principio que
cuando llegó al extremo de solicitar tiene el carácter de ser absoluto por
la propia muerte, la acompañará por ser un principio escrito por el puño
siempre. de los dioses con tinta indeleble en el
El segundo caso de conflicto moral corazón humano, y este principio es
que aparece en la tragedia es el que más fuerte que cualquier otro:
se configura entre Antígona y Creon- “Antígona:
te. El rey de Tebas está convencido —No fue Zeus el que con los dio-
moralmente de que nunca se puede ses de abajo fijó tales leyes para

ESTUDIOS
GERENCIALES 101
los hombres. No pensaba que tus condiciones que propone Sinnott-Ar-
proclamas tuvieran tanto poder mstrong para la configuración del di-
como para que un mortal pudie-
ra transgredir las leyes no escri- lema moral pueden corresponder a
tas e inquebrantables de los dio- equivocaciones del siguiente orden:
ses. Éstas no son de hoy ni de “An agent might be mistaken in
ayer, sino de siempre, y nadie thinking that she was morally
sabe de dónde surgieron. No iba required to adopt either or both
yo a obtener castigo por ellas de alternatives, or mistaken in thin-
parte de los dioses por miedo a
king that the alternatives were
la intención los ha mandado pu-
exhaustive, or mistaken in thin-
blicar, ni la justicia que vive de
king that neither ‘moral require-
hombre alguno”.
ment was overridden in any mo-
En estos dos pasajes se configura un rally relevant way,’ or mistaken
dilema moral en forma simétrica. La in thinking that she could not
adopt both, or mistaken in thin-
obligación moral de Creonte es tan king that she could adopt either...
fuerte como la de Antígona, y una In any case, if what she believes,
obligación no puede superar a la otra with or without reason, on any
porque ambas son igualmente fuer- of the four points is false, then
tes en términos morales. De acuerdo however she may view her pre-
con Ruth Barcan Marcus: dicament, she is mistaken in ta-
king it to be a genuine moral di-
“Antigone’s sororal (and religio- lemma.”
us) obligations conflict with (Mothersill en Mason, 1996: 68)
Creon’s obligations to keep his
word and preserve the peace. El primer aparente dilema moral que
Antigone is obliged to arrange for aparece en la tragedia se presenta
the burial of Polyneices; Creon is precisamente en el diálogo entre Is-
obliged to prevent it. Under ge-
nerality of principles they are mene y Antígona. En el mismo diálo-
each obliged to respect the obli- go que sostienen las hermanas, Isme-
gations of the other”. ne reconoce que sólo es una la obliga-
(Marcus, 1980 en Gowans, 1987: ción que ella ha de ‘adoptar’:
189) “Ismene:
—¿Es que proyectas enterrarlo,
Respetar la obligación del(a) otro(a) siendo algo prohibido para la ciu-
significa renunciar a la propia. Este dad?
carácter simétrico en la fuerza de
Antígona:
cada obligación nos hace pensar que —Pero es mi hermano y el tuyo,
en efecto Antígona y Creonte enfren- aunque tú no quieras. Y, cierta-
tan un dilema moral, porque ningu- mente, no voy a ser cogida en
no encuentra que la obligación moral delito de traición.
del contendiente es más fuerte o más Ismene:
débil que la obligación moral que cada —¡ Oh temeraria ! ¿A pesar de
uno mantiene. que lo ha prohibido Creonte?
Antígona:
Ahora vamos a hacer la lectura de las —No le es posible separarme de
situaciones morales hasta ahora des- los míos.
critas, pero desde la perspectiva de Ismene:
la no-existencia de los dilemas mora- —...piensa con cuánto mayor
les. Mary Mothersill asegura que las infortunio pereceremos nosotras

102 ESTUDIOS
GERENCIALES
dos, solas como hemos quedado, rey porque a ello se ve compelida por
si, forzando la ley, transgredimos su condición de ser mujer. Ismene tie-
el decreto o el poder del tirano.
Es preciso que consideremos, pri- ne claro que no ha de luchar contra
mero, que somos mujeres, no he- los hombres, ni que ha de obrar por
chas para luchar contra los hom- encima de las propias posibilidades,
bres, y, después, que nos mandan porque de lo contrario sería actuar sin
los que tienen más poder, de suer-
sentido e insensatamente.
te que tenemos que obedecer en
esto y en cosas aún más doloro- De los dos pasajes señalados acerca
sas que éstas. Yo por mi parte,
de las obligaciones morales que im-
pidiendo a los de abajo que ten-
gan indulgencia, obedeceré por- pelen a Creonte y Antígona a actuar,
que me siento coaccionada a ello. la simetría es apenas aparente. En
Pues el obrar por encima de nues- este punto Sir David Ross nos ayu-
tras posibilidades no tiene nin- dará a aclarar la situación. Antígona
gún sentido”.
sabe que su obligación de obedecer el
La tradición racionalista, como llama mandato de un hombre, aunque rey,
Donagan a quienes afirman que los es una obligación prima facie que es
auténticos dilemas morales no son debilitada cuando se enfrenta con una
posibles, defiende la idea de que exis- obligación que tiene el carácter de ser
te una salida correcta moralmente sans phrase. Sir David Ross afirma
para la resolución de cada aparente que una obligación ‘a primera vista’
dilema moral (Mothersill, 1996: 68). (prima facie) es un requerimiento
En este caso, la ‘salida’ de Ismene es moral que es debilitado por otro re-
defendible porque ella no está obli- querimiento que le hace contrapeso
gada moralmente a cumplir con dos (sans phrase) proporcionando una
obligaciones que responden a deman- razón decisiva para la acción12 . En
das absurdas de orden espacial (es- otras palabras, una obligación prima
tar en dos lugares a un mismo tiem- facie (obedecer la ley humana) es una
po), de orden temporal (cumplir si- obligación inicial que se puede debi-
multáneamente con dos obligacio- litar con una obligación de mayor in-
nes), y de orden lógico (cumplir la cumbencia (obedecer las leyes divi-
obligación moral de enterrar a Poli- nas). En el caso de Creonte tampoco
nices y de no enterrarlo). Ismene tie- podemos afirmar, por el pasaje que
ne sólo una obligación moral: salvar sigue, que éste en efecto se ha enfren-
su vida obedeciendo la ley positiva del tado a un auténtico dilema moral:

12. Ross desarrolla su tesis de las obligaciones prima facie de la siguiente manera: “I suggest ‘prima facie
duty’ or ‘conditional duty’ as a brief way of referring to the characteristic (quite distinct from that of being
a duty proper) which an act has, in virtue of being of a certain kind (e.g. the keeping of a promise), of being
an act which would be a duty proper if it were not at the same time of another kind which is morally
significant” (Ross, 1930 en Gowans, 1987: 86). Ross afirma que tenemos obligaciones prima facie de ser
leales, no decir mentiras, ser gratos, justos, beneficiar a los demás, y propender por el propio mejoramien-
to personal. Ross asegura que en una situación conflictiva lo que se ha de hacer es evaluar la situación y
descubrir cuál es la obligación de mayor incumbencia: “When I am in a situation, as perhaps I always am,
in which more than one of these prima facie duties is incumbent on me, what I have to do is to study the
situation as fully as I can until I form the considered opinion (it is never more) that in the circumstances
one of them is more incumbent than any other; then I am bound to think that to do this prima facie duty
is my duty sans phrase in the situation” (Ross, 1930 en Gowans, 1987: 86).

ESTUDIOS
GERENCIALES 103
“Corifeo: tuaciones morales de la tragedia An-
—El adivino se va, rey, tras pre- tígona de Sófocles, desde dos perspec-
decirnos terribles cosas. Y sabe-
tivas irreconciliables entre sí. Estas
mos, desde que yo tengo cubier-
tos éstos mis cabellos, antes ne- lecturas parecen esgrimir un autén-
gros, de blanco, que él nunca tico dilema pero de tipo literario. En
anunció una falsedad a la ciudad. el ámbito moral una adecuada teoría
Creonte: no permitiría una contradicción real
—También yo lo sé y estoy tur- entre obligaciones, porque aceptar
bado en mi ánimo. Es terrible que los auténticos dilemas morales
ceder, pero herir mi alma con una son posibles, es tanto como aceptar,
desgracia por oponerme es terri- de acuerdo con la tradición raciona-
ble también.
lista, que la reflexión ética es un es-
Corifeo: tudio vacío y sin sentido. Esto último
—Necesario es ser prudente, hijo porque la ética ha sido entendida
de Meneceo.
como una ciencia práctica cuyo obje-
Creonte: tivo es guiar la deliberación de un(a)
—¿Qué debo hacer? Dime. Yo te agente haciendo claros y explícitos los
obedeceré. principios que determinan su decisión
Corifeo: o acción (Mothersill, 1996: 71). En
—Ve y saca a la muchacha de la nuestro próximo capítulo estudiare-
morada subterránea. Y eleva un mos los supuestos filosóficos de las
túmulo para el que yace muerto.
concepciones sobre la naturaleza de
Creonte: los conflictos morales.
—¿Me aconsejas así y crees que
debo concederlo?
3. SUPUESTOS FILOSÓFICOS
Corifeo: SOBRE LA NATURALEZA
—Y cuanto antes, señor. Pues los DEL CONFLICTO MORAL
daños que mandan los dioses al-
canzan pronto a los insensatos”. El presente estudio no es teóri-
co como los otros, pues investi-
Terrace McConnell afirma que el he- gamos estas cosas no para sa-
cho de que un(a) agente busque ayu- ber qué es la virtud, sino para
da moral (un consejo) para la resolu- ser buenos.
ción de un conflicto, o que dude de
haber obrado correctamente cuando Aristóteles, Ética Nicomaquea
optó por una de sus obligaciones, esté II, 103b 16
por ello experimentando un auténti- En este capítulo nos dedicaremos al
co dilema moral. McConnell mantie- estudio de los supuestos filosóficos de
ne que no sólo, en este caso a Creon- las concepciones sobre la naturaleza
te, le es lícito buscar ayuda moral y de los conflictos morales. Para el lo-
experimentar duda acerca de lo que gro de este propósito, es necesario
ha de hacer, sino que estos compor- remitirse al pensamiento de los clá-
tamientos son apropiados, razona- sicos, especialmente a la ética aristo-
bles, y hasta predecibles (McConne- télica y al pensamiento moral de
ll, 1978 en Gowans, 1987:164). Kant.
Lo que hemos desarrollado en este Bernard Williams señaló, como lo vi-
capítulo son dos lecturas de dos si- mos en el primer capítulo de nuestro

104 ESTUDIOS
GERENCIALES
presente ensayo, que el conflicto mo- sado; sobre las verdades eternas; so-
ral es similar al conflicto de deseos. bre las cosas en movimiento que se
De acuerdo con Aristóteles en su Éti- realizan siempre según las mismas
ca Nicomaquea, el deseo es el origen leyes; sobre el conocimiento exacto;
de toda acción moral. Lo que hace que sobre las cosas que son cambiables y
una acción sea moral, es que ésta va que dependen del azar. Se delibera,
acompañada, aparte del deseo (boule- en cambio, sobre las cosas que depen-
sis: III, 1113a 15 – 1113b 2), de la libre den de nosotros, que son realizables
elección (proairesis: III, 111b 4 – 1112a por propia intervención, y sobre los
17) y de la deliberación (bouleusis: III, medios para alcanzar los fines desea-
1112a 18 – 1113a 14). Para poder en- dos (III, 1112a. 25 – 1112b 15). No se
tender estas etapas del acto moral, es delibera acerca de lo que es la eudai-
necesario tener presente tres aspec- monia porque ella se descubre por
tos del método que en la reflexión so- medio de la experiencia y la investi-
bre lo ético desarrolla Aristóteles. gación. Una adecuada deliberación
Primero, la reflexión sobre lo ético es culmina en una elección racional de
una investigación práctica que no tie- los medios adecuados para el logro de
ne certeza matemática (I, 1098a 30). un fin deseado, y en una acción vo-
Segundo, esta reflexión versa sobre lo luntaria. En otras palabras, alguien
concreto inmediato (I, 1095b 1- 7). Ter- se hace phronimos por la práctica de
cero, los que investigan sobre estas un adecuado proceso de deliberación,
cuestiones deben reunir ciertas con- esta última, como ya lo hemos seña-
diciones (I, 1095a 1- 15). lado, es apenas una etapa del acto
moral. Examinemos enseguida en
El Estagirita asegura que ni la re-
qué consisten las otras dos etapas. El
flexión sobre lo ético, ni la felicidad
deseo, en tanto que orexis, está divi-
(eudaimonia) que es fin al que todas
dido en tres especies que se corres-
las actividades humanas tienden, se
ponden con la división tripartita que
alcanzan por obra del azar o por el
hace Platón del alma: epithumia, thu-
mero estudio teórico. Por el contra-
mos y boulesis. De los tres, sólo la
rio, se alcanzan por medio del ejerci-
boulesis es el deseo voluntario, racio-
cio (energeia) de las acciones que son
nal, razonado que es guiado por la
conformes con la virtud. Por esto úl-
razón para el logro de objetivos que
timo, la investigación sobre lo ético
se consideran como buenos. La epi-
es una investigación práctica que lle-
thumia es el apetito irracional o de-
va a cambios de actitud personal (II,
seo ciego para el logro de objetivos que
1103 b26).
se consideran como placenteros, y el
Aristóteles afirma que alguien es thumos es el deseo o impulso que des-
llamado(a) prudente (phronimos) conoce la razón debido a su impetuo-
cuando delibera (bouleusis) acerca de sidad aunque se conforme a ella de
la propia felicidad (eudaimonia: VI, alguna manera para el logro de obje-
1140a 24 - 28). Podemos aprender tivos que parecen buenos y no sim-
acerca de la phronesis si observamos plemente placenteros. La boulesis, en
y exploramos en qué consiste una suma, es una acción que se da en el
apropiada deliberación. No se delibe- alma que concomita con el placer y el
ra, afirma nuestro autor, sobre lo pa- dolor. Se pueden desear fines que

ESTUDIOS
GERENCIALES 105
sean imposibles de alcanzar, pero no ejemplos para ilustrar estos últimos:
se pueden elegir medios imposibles el primer ejemplo es el de un tirano
para el logro de nuestros deseos. Aris- que ha ordenado hacer algo vergon-
tóteles es muy claro cuando hace esta zoso a una persona, so pena de ma-
distinción: tar en caso de incumplir con lo orde-
“El deseo, en suma, mira sobre nado a sus padres o hijos, y de sal-
todo al fin de la acción, mientras varlos en caso de cumplir con lo or-
que la elección, por su parte, a denado. El segundo ejemplo es el caso
los medios. Así, deseamos estar de la tripulación de un barco que
sanos, pero elegimos los medios
arroja al mar el cargamento que lle-
para tener salud. Así también
deseamos ser felices y lo decimos, va para lograr sobrevivir a la tormen-
pero no se ajustaría a la verdad ta que enfrenta. En ambos casos nin-
decir que elegimos la felicidad. gún agente habría querido actuar del
La elección, en una palabra, se modo en que lo hicieron, pero cada
ejerce sobre lo que depende de
uno actuó conforme con el fin que
nosotros”. (III, 1111b 25).
perseguía: salvar la vida de algún
La libre elección (proairesis) tiene por miembro familiar, salvar la propia
objeto la selección de aquellos hábi- vida. Ahora bien, se podría afirmar
tos por medio de los cuales un(a) que en ambos casos los agentes en
agente se hace bueno(a), y tiene tam- cuestión sí actuaron voluntariamen-
bién por objeto la elección del térmi- te porque escogieron un curso de ac-
no medio en las acciones para con- ción en lugar de otro. Pero, afirma el
servar la perfección de tales hábitos. Estagirita, hay que aprender a juz-
Es precisamente por estas dos tareas gar cada acción según el momento
de la proairesis por lo que ella se en- particular en el que se actúa. En el
tiende como lo más propio de la vir- ejemplo del tirano, la persona insta-
tud (arete). Es importante introducir da a actuar lo hace por miedo a un
en este punto la distinción que hace mal mayor que en este caso es el de
Aristóteles entre actos voluntarios perder a algún familiar. En el caso
(ekousion), involuntarios (akousion) de la tripulación, las personas han
y mixtos (mixtai). Los primeros, afir- de salvar la propia vida, que es un
ma nuestro autor, son los actos cuyo fin más noble que el de salvar un car-
origen está en el agente que conoce gamento. Lo que diferencia a los an-
las circunstancias en las que el acto teriores es que mientras los actos que
tiene lugar y, por ello mismo, puede son ejecutados involuntariamente
realizar unos actos con preferencia a causan dolor o arrepentimiento, los
otros en el momento en que se ha- actos ejecutados voluntariamente
cen. Los segundos, son los actos lle- causan placer. Los actos mixtos son
vados a cabo por una fuerza que es realmente actos voluntarios ya que
exterior al agente, o por ignorancia el principio de acción depende del
sobre las circunstancias de la acción. agente en cuestión y sus actos pue-
Los terceros, son aquellos actos que den ser objeto de alabanza o de cen-
no siendo ejecutados ni voluntaria ni sura. Esta distinción es importante,
involuntariamente, son llevados a asegura Aristóteles, porque sólo bajo
cabo por miedo a males mayores o por las condiciones de los actos hechos vo-
fines nobles. Aristóteles cita dos luntariamente (ekousios) es que pue-

106 ESTUDIOS
GERENCIALES
de imputársele al agente la respon- y en cada una de ellas se le mues-
sabilidad de su acción (III, 1113b 5 – tra lo verdadero. Según la dispo-
sición particular son las cosas
1115a 5). Los actos hechos involun- concretas honestas y agradables.
tariamente en los que la amenaza fí- Y quizá en esto sobre todo difie-
sica, el soborno u otro tipo de presión re de los demás el hombre bueno
compelen al agente a actuar, son ac- (spoudaios) : en ver lo verdadero
tos que se pueden excusar e incluso en todas las cosas, como si fuese
él mismo norma y medida (kanon
justificar. kai metron) de ellas”. (III, 1113a
La libre elección es un acto volunta- 30)
rio que no recae sobre lo imposible, En tal sentido, una persona virtuosa
ni sobre lo doloroso ni sobre lo pla- es norma de lo que está bien (bueno).
centero, y no puede confundirse con Cuando se juzga rectamente no hay
el apetito concupiscible, con la volun- espacio para que un auténtico dile-
tad o con la opinión. La proairesis es ma moral tenga lugar. Esto porque,
una elección de preferencia que re- como lo habíamos anotado anterior-
quiere de una previa deliberación. Al mente, el fin último de toda activi-
respecto afirma Aristóteles: dad humana es la felicidad. Como
“La elección, en efecto, va acom- sobre este fin no se discute, ni se cues-
pañada de razón (logos) y com-
paración reflexiva (dianoia); y la
tiona, no existe la posibilidad de que
palabra misma parece sugerir un(a) agente se confronte con un con-
que la elección es tal (prohaire- flicto entre fines, ni mucho menos con
ton) porque en ella escogemos un conflicto entre medios para el lo-
(haireton) una cosa de preferen- gro de este fin porque lo propio del
cia a otras.” (III, 1112a 15)...“Así
pues, siendo lo elegible algo que,
phronimos es deliberar bien, juzgar
estando en nuestra mano, apete- rectamente. En otras palabras, la
cemos después de haber delibe- buena elección de los medios se mide
rado, la elección podría ser el por su eficacia y en este sentido no es
apetito deliberado de las cosas posible que dos medios sean igual-
que dependen de nosotros, toda
vez que por el juicio que forma-
mente eficaces en la consecución del
mos después de haber delibera- fin deseado.
do, apetecemos algo conforme a
Alan Donagan se identifica asimismo
la deliberación”. (III, 1113a 10)
dentro del grupo de racionalistas que
Como señalábamos al inicio de nues- tachan el problema de la existencia
tro tercer capítulo, de acuerdo con de los auténticos dilemas morales
Aristóteles, lo que hace que una ac- como un problema falaz. El filósofo
ción sea moral es que ésta va acom- alemán Immanuel Kant, que perte-
pañada de tres etapas: el deseo nece al grupo de los racionalistas,
(boulesis), la libre elección (proaire- afirma que dos obligaciones morales
sis) y la deliberación (bouleusis). To- perfectas jamás podrían entrar en co-
das estas etapas, ejercitadas de ma- lisión. En otras palabras, que un au-
nera adecuada, hacen que una per- téntico dilema moral no podría con-
sona pueda ser llamada buena y nun- figurarse. Para poder entender esta
ca equivocarse en su elección: afirmación, es importante que tenga-
“El hombre bueno juzga recta- mos en cuenta algunos aspectos de su
mente (orthos) de todas las cosas, pensamiento moral. En la primera

ESTUDIOS
GERENCIALES 107
sección de la Fundamentación de la ma de acción contradice a una, o a
metafísica de las costumbres Kant las dos partes de la prueba, mi máxi-
establece que: ma de acción entonces no era moral.
“En ningún lugar del mundo, El principio único de la moralidad
pero tampoco siquiera fuera del reza de la siguiente manera: “obra
mismo, es posible pensar nada sólo según la máxima a través de la
que pudiese ser tenido sin restric- cual puedas querer al mismo tiempo
ción por bueno, a no ser única-
que se convierta en una ley universal”
mente una buena voluntad” (393-
5). “Podemos ahora terminar allí (421, 6-7) Este principio único se pue-
de donde al principio partimos, a de formular de las siguientes tres
saber, en el concepto de una vo- maneras: [I] “obra como si la máxi-
luntad incondicionadamente ma de tu acción fuese a convertirse por
buena. Es absolutamente buena
tu voluntad en una ley universal de
la voluntad que no puede ser
mala, cuya máxima, por tanto, si la naturaleza” (421, 19-21). [2] “obra
se hace de ella una ley universal, de tal modo que uses la humanidad
no puede nunca contradecirse a tanto en tu persona como en la perso-
sí misma”. (437-5) na de cualquier otro siempre a la vez
Kant considera que lo único que es como fin, nunca meramente como
bueno de manera absoluta e incondi- medio” (429, 10-13). [3] “obra de modo
cional es la buena voluntad. Absolu- que la voluntad pueda por su máxi-
ta porque es buena en sí misma, e ma considerarse a sí misma a la vez
incondicional porque no está sujeta a como universalmente legisladora”
inclinaciones, cálculos, o contextos (434, 13-14).
específicos. Kant se propone en este Es precisamente este formalismo en
mismo texto, establecer el principio la ética kantiana lo que guía a un(a)
supremo de la moralidad (summum agente moral a tomar decisiones
bonum) al cual llama la ley moral o cuando se enfrenta a cualquier tipo
el imperativo categórico. Este impe-
de conflicto moral. De acuerdo con
rativo consiste en formular para to-
Kant, lo que necesitamos es apren-
das las acciones humanas una ley
der a formular máximas de acción
universal que sirva de guía para toda
que logren pasar el doble arbitraje de
decisión. Dicho imperativo opera de
la moralidad. Debemos recordar que
la siguiente manera: como poseedo-
para el filósofo alemán, dos obligacio-
res de una voluntad imperfecta, es
nes perfectas jamás podrían llegar a
necesario que nuestras máximas de
estar en mutua contradicción, pues
acción (principios subjetivos del que-
la ley moral no admite en sí misma
rer: 401) pasen la prueba de la mora-
contradicciones. En sus Principios
lidad. Tal prueba está compuesta de
metafísicos de la doctrina de derecho
dos partes: (1) Coherencia al formu-
(1797) Kant argumenta lo siguiente:
lar una máxima con cualquiera de las
tres formulaciones del principio úni- “El conflicto de los deberes (co-
co de la moral. (2) poder querer que llisio officiorum seu obligatio-
num) sería una relación entre
nuestra máxima de acción se convier- éstos, tal, que el uno destruyera
ta en una ley universal (424). La al otro (completa o parcialmen-
prueba de la moralidad funciona de te). Pero, como el deber y la obli-
manera negativa, esto es, si mi máxi- gación en general son nociones

108 ESTUDIOS
GERENCIALES
que expresan la necesidad abso- den entrar en conflicto con una obli-
luta práctica de ciertas acciones, gación perfecta. Pero las obligaciones
y como dos reglas opuestas entre
sí no pueden ser al mismo tiem- perfectas no pueden entrar en mutua
po necesarias; antes al contrario, colisión. En caso de que exista coli-
siendo un deber obrar conforme sión entre una obligación imperfecta
a una de ellas; no sólo no es obli- y otra perfecta, la obligación imper-
gatorio, sino que es ilícito el se-
guir la ley opuesta, no es conce-
fecta será anulada por la obligación
bible la colisión de los deberes y perfecta.
obligaciones (obligationes non
colliduntur). Sin embargo, pue- En este capítulo hemos estudiado dos
den muy bien ocurrir en un suje- de los supuestos filosóficos desde los
to, y en una regla que él se pres- cuales nuestros dos autores Bernard
criba, dos principios de acción
Williams y Alan Donagan se han fun-
(rationes obligandi) reunidos,
pero tales que uno u otro no bas- damentado para afirmar o negar la
tan para obligar (rationes obli- existencia de los auténticos dilemas
gandi non obligantes); y enton- morales. Williams ha retomado de
ces uno de ellos no es deber. Aristóteles la idea de que una acción
Cuando se presentan dos princi-
pios de esta manera en oposición, cuando es ejecutada involuntaria-
la filosofía práctica no dice que mente, causa algún tipo de residuo
la obligación más fuerte vence moral (regret). Donagan ha retoma-
(fortior obligatio vincit), sino que do de Kant la idea de que una ade-
el principio de la obligación más
cuada teoría moral no dejaría espa-
fuerte subsiste (fortior obligandi
ratio vincit)” (Kant, 1797). cio alguno para permitir que dos obli-
gaciones llegaran a entrar en un con-
De acuerdo con Kant, es probable que flicto moral extremo.
dos obligaciones meritorias o imper-
fectas (del auto-cultivo cultural, de
4. CONCLUSIONES
beneficencia para con los demás) pue-
dan entrar en conflicto, pero estas Lo que tengo en mente es, por ejem-
obligaciones no compelen al agente a plo, algo indicado por una frase de
actuar porque ellas son sólo rationes D. H. Lawrence en su espléndido
obligandi. En casos como éste, un(a) comentario a la complaciente ex-
agente actuaría con ‘permisibilidad’ hortación moral de Benjamin
moral optando por cualquiera de las Franklin «descubrid vuestro im-
dos obligaciones imperfectas en con- pulso más profundo y seguidlo» La
flicto, lo importante es que no aban- noción de que hay algo que es el
done una de sus dos obligaciones en impulso más profundo de uno; de
conflicto, y que no viole una obliga- que, más que tomar una decisión,
ción perfecta o inexcusable (de con- de lo que se trata aquí es de hacer
servar la propia vida, de cumplir con un descubrimiento; y la noción de
las promesas) cuyo principio de obli- que uno se confíe a lo así descu-
gación subsiste más que cualquier bierto, aunque no sepa a dónde va
otro fortior obligandi ratio vincit. En a conducirlo -estas son aquí las
otras palabras, las obligaciones im- cosas importantes.
perfectas sí pueden entrar en conflic- Williams Morality: An Introduc-
to entre ellas mismas, e incluso pue- tion to Ethics 1972:93

ESTUDIOS
GERENCIALES 109
En el primer capítulo contextualiza- den a demandas absurdas de orden
mos un debate reciente: el de la exis- lógico, temporal y espacial. Mucho
tencia o no de los auténticos dilemas menos podemos asegurar que la bús-
morales. En el segundo capítulo hici- queda de cualquier tipo de ayuda
mos dos lecturas de la Antígona, la moral (consultar a un(a) amigo(a),
primera de ellas desde la perspecti- pedir un consejo) sea en sí la prueba
va de la existencia de los auténticos reina de que una persona se encuen-
dilemas morales, y la segunda desde tra en efecto ante un auténtico dile-
la perspectiva de su no-existencia. En ma moral. Confío que en lo que sigue
el tercer capítulo estudiamos los su- logre justificar mi posición en el de-
puestos filosóficos de las dos concep- bate. Para tal efecto quiero servirme
ciones del debate, expuestas en el de un ejemplo de pensamiento ético.
primer capítulo. Ahora me propongo Frankena en su Ética describe la si-
hacer una reflexión personal en tor- tuación de Sócrates, “el patrón fun-
no al debate. dador de nuestra Filosofía moral” en
El debate que hasta aquí nos ha ocu- los siguientes términos:
pado no parece sino circunscribirse a “Supongamos que toda la vida
tres tragedias paradigmáticas: Ores- hemos tratado de ser buenas per-
tíada, Antígona y La Decisión de So- sonas cumpliendo nuestros debe-
res y esforzándonos por hacer lo
phie. Quienes afirman que los autén- que es bueno para nuestros se-
ticos dilemas morales existen hacen mejantes. Supóngase, además,
parecer las anteriores como casos ex- que a muchos de nuestros seme-
tremos de conflicto moral donde cual- jantes les resultamos antipáti-
quiera que sea la decisión, los(as) cos, nosotros y nuestros actos, y
que nos consideran inclusive
agentes en cuestión están dejando de como un peligro para la sociedad,
hacer algo que había de hacerse. si bien no están en condiciones
Quienes afirman que los auténticos de demostrar que esto sea real-
dilemas morales no existen, apoyan mente así. Sigamos suponiendo
sus tesis generalmente contrargu- que se nos acusa, se nos juzga y
se nos condena a muerte por un
mentando las tesis de los primeros. jurado formado por individuos
Para iniciar una reflexión en torno al que son nuestros iguales, todo
ello en una forma que conside-
debate, es necesario tener en cuenta ramos con razón ser totalmente
que los casos hasta ahora descritos injusta. Supongamos, finalmen-
son casos en los que sus protagonis- te, que mientras estamos en la
tas no enfrentaron la propia condición cárcel en la espera de la ejecu-
como dilemática (MacIntyre, 1990: ción, nuestros amigos arreglan
una oportunidad para que poda-
367). Ya veíamos en el capítulo pri-
mos escapar y trasladarnos al
mero que ni la incertidumbre, ni la exilio con nuestra familia. Sos-
duda, pueden justificar el asegurar tienen que disponen de los me-
que los auténticos dilemas morales dios de soborno necesarios y que
existen. Tampoco se puede asegurar ellos no corren riesgo alguno por
el hecho de nuestra fuga; que si
que ellos existen, como lo veíamos en
huimos gozaremos de una vida
el capítulo segundo, porque una per- más larga, que nuestra esposa y
sona pretenda equivocadamente ob- nuestros hijos vivirán en mejo-
servar dos obligaciones que respon- res condiciones, que nuestros

110 ESTUDIOS
GERENCIALES
amigos tendrán todavía ocasión su fuga estaría respondiendo con in-
de vernos y que, en fin, todo el justicia a una injusticia recibida; y
mundo considera en general que
deberíamos escapar. ¿Debería- estaría violando un acuerdo tácito
mos aprovechar la oportuni- que tenía con las leyes de su ciudad
dad?”. (Frankena, 1965: 1) de respetarlas y obedecerlas. Sócra-
tes tiene la certeza de que su única
De acuerdo con esta presentación del
caso, que es la introducción al Critón obligación moral es la de ser un hom-
de Platón, Sócrates quien es el pri- bre que lleve una vida de excelencia
sionero, ha de tomar una decisión. humana (areté), esto es, vivir su vida
Está de por medio la propia vida, el con valentía, justicia, moderación,
bienestar de la familia y la confianza piedad y sabiduría. Esta certeza en
debida a la gente que le apoya y cree lo que se ha de hacer, hace que Só-
en su inocencia. Su amigo y discípulo crates tenga por más la muerte que
Critón intenta persuadirlo para que traicionar lo que él mismo es y ha bus-
acepte la propuesta de huir y se ini- cado ser toda su vida: ser un hombre
cia entonces un diálogo cuyo único coherente consigo mismo. Cuando se
objetivo es deliberar en torno a lo que busca actuar de este modo, la teoría
se ha de hacer en esa circunstancia del residuo moral (moral remainder
particular. Sócrates se reafirma a sí thesis) de Williams no tiene ningún
mismo, por medio del diálogo con su sentido porque no hay ninguna otra
amigo, que su decisión ha de estar obligación que quede en pie, en caso
guiada por los siguientes criterios: (i) de conflicto entre obligaciones. En el
no hay que dar tanta importancia a caso del estudiante de Sartre, sucede
la opinión de la mayoría (44c); (ii) no algo similar. Él sabe que su principio
hay que prestar atención a ninguna de acción más fuerte es el de ir a la
otra cosa que al razonamiento que, guerra, realmente no tiene elección
al reflexionar, parece el mejor (46b); porque él mismo ya ha estado cons-
(iii) no hay que considerar que lo más truyendo su elección de vida. Ha es-
importante es el vivir, sino vivir bien tado “comprometiendo” su vida en la
(48b); (iv) no se debe cometer injusti- construcción de una respuesta. Lo
cia (49b); (v) no se debe responder a que podemos afirmar es que en efec-
la injusticia con la injusticia, ni res- to el joven estudiante se encuentra
ponder haciendo mal cuando se reci- ante una situación difícil donde su
be el mal (49d); (vi) hay que respetar grado de libertad para la elección se
los acuerdos (50a- 54d). Sócrates de- ve afectado directamente por la po-
cide no huir porque con su fuga esta- tencial inestabilidad emocional de un
ría contradiciendo todos los anterio- tercero. Pero ¿qué hay con la propia
res criterios: estaría apostándole a la estabilidad emocional? El joven estu-
opinión de la mayoría apocando de diante no puede ser responsable de
esta manera la opinión propia; esta- la felicidad de un tercero, él ha de ser
ría actuando apresuradamente sin responsable de su propia felicidad, de
reflexionar acerca del mejor argu- sus propias acciones voluntarias. Aun
mento para la acción; estaría vivien- en casos como el de Antígona, hay un
do en contra de los principios que curso de acción a seguir más fuerte
hacen que su vida precisamente, no que cualquier otro: enterrar a los
sea vivida de cualquier manera; con muertos.

ESTUDIOS
GERENCIALES 111
Antígona, Sócrates, y el joven estu- BIBLIOGRAFÌA
diante convergen en el hecho de man- A RISTÓTELES . Ética Nicómaquea.
tener principios que son irrenuncia- Traducción e introducción de
bles, incluso están dispuestos a sacri- Antonio Gómez Robledo. Méxi-
ficar la propia vida en aras de ser con- co: Porrúa. 1998.
secuentes con sus principios de acción
moral. Discrepan eso sí, en la conse- ARISTÓTELES. Nicomachean Ethics.
cución misma de sus principios de Traducción, introducción, no-
acción. Mientras que Antígona desa- tas y glosario de Trence Irwin.
fía las leyes, Sócrates busca obedecer- Cambridge: Hackett Publis-
las o persuadirlas, y el joven estudian- hing Company. 1985.
te busca defender las leyes de un pue- BORGES, J. Jorge Luis Borges: nueva
blo uniéndose a su ejército. Ninguno antología personal. Barcelona:
realmente se ve enfrentado(a) a tener Bruguera. 1980.
que hacer una elección, o enfrentarse DONAGAN, A. “Consistency in Ratio-
a un auténtico dilema moral, porque nalist Moral Systems.” 1984.
ya la elección estaba hecha. No hay En Gowans, ed., Moral Dilem-
necesidad de ser héroes y heroínas mas (1987: 271-290).
para lograr estas certezas morales.
Hay que ejercitar el juicio moral y la ________ “Moral Dilemmas, Genuine
capacidad para la deliberación por and Spurious: A Comparative
medio de la lectura y el análisis de Anatomy.” 1993. En Mason,
casos. Ésta no es una tarea de unas ed., Moral Dilemmas and Mo-
cuantas horas de vida, es un compro- ral Theory (1996: 11-22).
miso de vida que se teje en torno a la ESQUILO . Las siete tragedias. (La
reflexión ética de descubrir elemen- Trilogía de Orestes fue repre-
tos para la constitución de un carác- sentada en el año 458 antes
ter que responda al logro de una vida de nuestra era). México:
de excelencia humana. Pero: ¿cuáles Porrúa 1997.
pueden ser esos criterios?, ¿cómo edu-
car la capacidad de juicio?, ¿cuáles FRANKENA, W. Ethics. New Jersey:
serían sus condiciones, sus límites?, Prentice-Hall. 1973.
¿existirían cursos de acción que son GOWANS, C. W. (Ed). Moral Dilem-
correctos en sí mismos y susceptibles mas. New York: Oxford Univer-
de ser verificados?, ¿existen los erro- sity Press. 1987.
res morales? Estas preguntas no son GUTTENPLAN, S. “Moral Realism and
fáciles de contestar y el propósito de Moral Dilemmas” 1980. En
este ensayo ha sido el de contextuali- Proceedings of the Aristotelian
zar un debate reciente que me ha lle- Society, Vol. 80: 61-80.
vado a la formulación de las anterio-
res preguntas. Pero el formularlas, KANT, I. Fundamentación de la me-
tiene el ánimo de señalar un asunto tafísica de las costumbres. Bar-
complejo que ameritaría futuras in- celona: Editoral Ariel, S.A.
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