Está en la página 1de 4

Materia: Lengua Libro: Los orígenes del pensamiento Griego

Capítulo 4: El Universo Espiritual de la “POLIS”

La polis constituye en la historia del pensamiento griego un acontecimiento decisivo, tanto en el plano
intelectual como en el institucional.
La polis, desde que surgió (SVIII/ SVII), marca un comienzo en la vida social y las relaciones entre las personas
adquieren una nueva forma.
El sistema de la polis implica, la PREEMINENCIA DE LA PALABRA sobre todos los otros instrumentos de
poder.
La palabra llega a ser la herramienta política por excelencia, la llave de autoridad del Estado, el medio de
dominación sobre los demás.
Este poder de la palabra, es el poder de la persuasión (Peitho, divinidad griega, que significa persuasión)
La palabra implica el debate contradictorio, la discusión y la argumentación. Supone un público, que
determinará cuál de los oradores es más persuasivo.
Todas las cuestiones de interés general que el soberano tenia por función reglamentar (que definen el
campo del arkhe), están ahora sometidas al arte oratorio.
El arte político, es un ejercicio del lenguaje y el logos (¿) en su origen adquiere conciencia de sí mismo, de
sus reglas a través de su función política.
La retórica y la sofística, son las formas del discurso que se usan como instrumentos de victoria en las
asambleas y tribunales.

Entonces el primer rasgo característico de la polis es la Palabra y su poder de persuasión


El segundo rasgo de la polis es el carácter de plena publicidad que se da a las manifestaciones más
importantes de la vida social.
Se puede decir que la polis existe únicamente en la medida que es de dominio público: un sector de interés
común en contraposición a los asuntos privados.
Este carácter público llega a reducir el ámbito privado (el privilegio del basileus o encargado de la
organización de los ritos religiosos)
La democratización y la divulgación tendrán consecuencias decisivas en el plano intelectual.
La cultura griega se constituye abriendo un círculo cada vez más grande, el acceso a un mundo espiritual
reservado solo a los aristócratas.
De tal forma, los conocimientos, los valores, las técnicas mentales y discursivas son llevadas a la plaza
pública y sometida a la crítica y a la controversia. Esto dará lugar a interpretaciones diversas (exegesis)
La discusión, la argumentación, la polémica pasaran a ser las reglas del juego intelectual y del juego político.
La ley de la polis, en contraposición al poder absoluto del monarca, exige que todo sea igualmente sometido
a “rendición de cuentas”, ya que no se pueden imponer por una razón religiosa o de prestigio personal,
deben demostrar su rectitud mediante procedimientos de orden dialéctico.

La palabra, constituía el instrumento de la vida política.

La escritura, suministrará en el plano intelectual, el medio de una cultura común y permitirá la divulgación
completa de los conocimientos (antes reservados o prohibidos)

La escritura (tomada de los fenicios) podrá cumplir con la función de publicidad, porque ha llegado a ser el
bien común de todos los ciudadanos.
Las inscripciones más antiguas del alfabeto griego muestran que no se trata de un saber especializado, sino
una técnica de amplio uso.

1
LA ESCRITURA constituirá el elemento fundamental de la paideia griega. (PAIDEIA: proceso de crianza de los
niños. Proceso de formación que harían de un individuo una persona apta para ejercer sus deberes cívicos)

La redacción de las leyes y su escritura, da una noción del alcance de lo que significa la polis. Al escribir las
leyes se asegura su permanencia, se transforman en un bien común, susceptible de ser aplicada a todos por
igual.
La diké (en la mitología griega es la personificación de la justicia en el mundo humano) podrá encarnarse en
un plano humano, realizándose en la ley, como regla común a todos, pero superior a todos. Una norma
racional, sometida a discusión y modificable por decreto, pero que expresa un orden concebido como
sagrado.
Cuando los individuos deciden poner por escrito su saber, lo hacen para dejar su mensaje y hacer de dicho
mensaje, un bien común de la ciudad, una norma susceptible (como la ley) de imponerse a todos.
Una vez divulgada la palabra escrita, su sabiduría adquiere una consistencia y una objetividad nueva: se
constituye a sí misma como verdad.
Esta transformación de un saber secreto, que al ser puesto por escrito es divulgado públicamente, tiene un
paralelo en la vida social. Los antiguos sacerdotes (vinculados con las divinidades), cuando se constituye la
polis, ésta se hace del poder divino y la protección que la divinidad reservaba a sus favoritos, va a ejercerse
en beneficio de toda la comunidad.
Todos los signos de investidura sacra, de poder religioso, guardados celosamente, se volverán públicos. Los
antiguos ídolos se transforman en imágenes, sin función ritual, solo ser “vistos “y pierden su eficacia.
Los sacra, cargados de una fuerza peligrosa y sustraída de la mirada del público, se convierten bajo la mirada
de la ciudad en un espectáculo, en una enseñanza sobre los dioses. Las fórmulas secretas se convierten en
verdades que debatirán los Sabios.

El proceso de divulgación se realiza por etapas y va encontrando diversos obstáculos.

En el plano político: ciertas prácticas de gobierno secreto se conservan en pleno período clásico. Por ejemplo
el régimen de Esparta. El uso de santuarios secretos, oráculos privados como medios de gobierno aparecen
en otros lados, además muchas ciudades relacionan su salvación con la posición de reliquias secretas.

El valor político atribuido a dichos talismanes secretos no es una simple supervivencia del pasado, sino que
responde a necesidades sociales definidas:
1) Define un orden de lo sagrado que se opone al dominio profano en el que se sitúa la administración de la
ciudad.
2) La laicización de todo un plano de la vida política, tiene como contrapartida una religión oficial, que ha
establecido sus distancias en relación con los asuntos humanos y que ya no está directamente
comprometida con las vicisitudes de la Arkhé (el elemento inicial y constitutivo de todas las cosas)
3) Sin embargo, el futuro es incierto y es esencial poder dominarlo con otros recursos, a través de la
eficacia de los ritos.
El racionalismo político, se opone a los antiguos procedimientos religiosos de gobierno, pero no los excluye
radicalmente.
En el terreno de la religión; se organizan sectas, cofradías, grupos cerrados y selectos, organizados sobre el
modelo de las sociedades de iniciación: Solo una minoría de elegidos gozará de privilegios inalcanzables para
el común de la gente. Se vinculan estrechamente con lo puramente religioso. Los elegidos son puros, santos,
emparentados con lo divino y tienen la promesa de la inmortalidad. El secreto religioso define una religión
de salvación personal que aspira a transformar al individuo con independencia del orden social y lo haga
llegar a un plano de vida diferente.
No tiene relación con el culto oficial.
2
Las enseñanzas de la Sabiduría, como las revelaciones de los misterios, pretenden transformar el hombre
desde dentro, elevarlo a una condición superior.

Si la ciudad se dirige al Sabio cuando se siente presa del desborde y la impureza, si le pide una solución para
sus males, es precisamente por él se le presenta como jun un ser excepcional, como un hombre divino, que
se sitúa al margen de la comunidad.

Cuando el Sabio se dirige a la comunidad, de palabra o por escrito, es siempre para transmitir una Verdad
que viene de lo alto y que aún divulgada, no deja de pertenecer a otro mundo.

La SABIDURIA, se constituye así en una suerte de contradicción, en la cual se expresa su naturaleza: entrega
al público un saber que ella proclama al mismo tiempo inaccesible a la mayoría.

La sabiduría, revela una verdad formulada en palabras, pero que el común de la gente no puede captar su
sentido. Lleva el misterio a la plaza pública, lo hace objeto de un examen sin dejar de ser un misterio.

Los ritos de iniciación que protegía el acceso a revelaciones prohibidas, la sophia y la philosophia, los
reemplazaban por otras pruebas: una regla de vida, una senda de investigación, técnicas de argumentación,
instrumentos mentales como las matemáticas siguen manteniendo las antiguas prácticas adivinatorias.

La filosofía se encuentra en una posición ambigua: flota entre el espíritu del secreto (propio de las sectas) y
la publicidad del debate contradictorio que caracteriza a la actividad pública.

El filósofo oscilara entre dos actitudes: unas veces afirmará que es el único calificado para dirigir el Estado y
tomara el puesto del rey divino (en nombre de ese saber que lo eleva por sobre el resto) y otras veces se
retirará del mundo para replegarse en una sabiduría puramente privada, buscará unos pocos discípulos y
creara una ciudad al margen de la primera, renunciando a la vida pública.

A los dos aspectos: prestigio de la palabra y desarrolla de las prácticas públicas se agrega un tercer rasgo que
caracteriza el universo espiritual de la polis: Todos cuantos participen del Estado serán definidos como
HOMOIOI, semejantes, y como ISOI, iguales.

El vínculo de los hombres, adoptará, dentro del esquema de la ciudad, la forma de una relación recíproca,
que reemplazará a las relaciones jerárquicas de sumisión y dominación.
Se concibe a los ciudadanos, en el plano político, como unidades intercambiables dentro de un sistema cuyo
equilibrio es la ley y cuya norma es la igualdad.
ISONOMIA: Igual participación de todos los ciudadanos en el ejercicio del poder. (siglo VI)
En la polis, el estado de soldado coincide con el ciudadano: quien tiene su puesto en la formación militar de
la ciudad, lo tiene asimismo en su organización política.
La democratización de la función militar (antiguo privilegio aristocrático) implica una renovación completa
de la ética del guerrero.
Hay dos tipos de soldados:
1) hoplita, ciudadano-soldado de la antigua Grecia, pesadamente armados que combatían en fila, en
formación cerrada, siguiendo el principio de la falange. Lo que contaba era la batalla codo a codo, se lo
adiestro para guardar la fila, marchar en orden, para lanzarse a un mismo paso con los demás contra el
enemigo.

3
2) Por otro lado tenemos al hippeus, donde contaba la proeza individual, la hazaña realizada en combates
singulares. El valor militar se afirmaba en una superioridad enteramente personal. El héroe homérico.
La falange, hace del hoplita, como la ciudad al ciudadano, una unidad intercambiable, un elemento similar a
los otros y cuyo valor individual, no debe manifestarse, solo dentro de la cohesión de grupo, el efecto de
masa.
El poder de los individuos tiene que doblegarse ante la ley del grupo.
La ciudad rechaza las conductas tradicionales de la aristocracia, tendientes a exaltar el prestigio, a reforzar el
poder de los individuos. La búsqueda de una gloria puramente privada es condenada, así como la riqueza, el
lujo, la suntuosidad de los funerales.
Todas estas prácticas son rechazadas porque acusan desigualdades sociales y el sentimiento de distancia
entre los individuos, creando envidias y diferencias en el grupo, ponen en peligro el equilibrio y dividen la
ciudad contra sí misma.
Se busca un ideal de austeridad, un estilo de vida severo, ascético, que hace desaparecer las diferencias
entre los ciudadanos.

ESPARTA
Fue en Esparta el factor militar el que parece haber representado, el papel decisivo en esta nueva
mentalidad de polis. No sólo repudia la ostentación de la riqueza, sino que se cierra a todo lo que es
intercambio con el extranjero (comercio, artesanías) prohíbe el uso de metales preciosos, y queda al margen
de las grandes corrientes intelectuales, desdeña las letras y las artes, en las que antes se había distinguido.
Las transformaciones sociales y políticas que determinan en Esparta las nuevas técnicas de guerra (ciudad de
hoplitas) se traduce en las instituciones, un mundo ordenado por la ley.
A su vez hay que destacar: el espíritu igualitario: todos los soldados-ciudadanos contaban con un lote de
tierra igual, y una vida social que imponía a todos un régimen de austeridad (hasta se indicaba como debían
construirse las casas) e instituía la práctica de las syssitiai o comidas en común, a las que cada cual aportaba
todos los meses su parte reglamentaria de cebada, vino, queso e higos.
El régimen de Esparta con su doble monarquía, logra un equilibrio entre los elementos sociales que
representan funciones, virtudes o valores opuestos. En ese equilibrio recíproco se funda la unidad del
Estado, ya que cada elemento esta contenido por los otros dentro de límites que no deben transponerse.
En el Estado Espartano, la sociedad ya no forma, una pirámide cuya cúspide es el rey.
Todos, habiendo recibido el adiestramiento militar, poseen un kleros (lote de tierra) y participan en las
syssitiai (comida común). Es decir que se encuentran todos en un mismo plano. Es ese plano que define a la
ciudad. El orden social no aparece bajo la dependencia de un soberano, es el orden el que reglamenta al
poder. El orden es anterior con relación al poder.
Pero si la nueva Esparta reconoce la supremacía de la ley y el orden, es por haberse orientado hacia la
guerra. Es decir, la reforma del estado obedece a las preocupaciones militares.
Tampoco la palabra podrá llegar a ser en Esparta la herramienta política que será en otras partes, ni
adoptará forma de discusión o argumentación.
En lugar de la palabra como fuerza de persuasión, los lacedemonios celebraran como instrumentos de la ley
el poder del PHOBOS (en la mitología griega era personificación del temor y el horror: era el hijo de Ares),
ese temor que doblega a todos los ciudadanos a la obediencia.
Esparta, se jacta de no gustar de los discursos, ni de los debates, la palabra es casi vista como un oráculo.

Esparta dejará para otros el honor de expresar plenamente la nueva concepción del orden, bajo el reinado
de la ley.

También podría gustarte