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Judit Martínez

1r BATX AT

LAZARILLO DE TORMES

1.- PRÓLOGO
La novela tiene forma de carta (es una epístola) y va dirigida a Vuestra Merced.
Toca varios temas:
- de todo libro, aunque no te guste, se aprende algo (lo dice Plinio). Da a entender a los
lectores que sacarán algo bueno de ese libro
- los escritores escriben para que la gente vea, lea y alabe (si hace falta) sus obras, no para
ganar dinero
- le quiere relatar el “caso” a Vuestra Merced pero para eso ha de empezar desde el principio

2.- TRATADO PRIMERO


2.1- NACIMIENTO
Era hijo de Tomé Gonzalez y Antona Pérez (naturales de Tejares, Salamanca).
Su padre era molinero de una azeña (molino harinero de agua situado dentro del cauce de un río)
desde hacía quince años y Lázaro nació en el río Tormes (de ahí el sobrenombre).

2.2.- LÁZARO A LOS OCHO AÑOS


Cuando tenía ocho años, el padre de Lázaro fue preso por hacer unos agujeros en los lados de los
sacos para sacar el producto que contenían. Confesó y no lo negó en ningún momento. Lo
desterraron y se hizo acemillero (el que cuida las mulas) de un moro. En ese momento, estaban en
guerra con ellos y el padre de Lázaro murió en batalla sirviendo a su señor.

La madre de Lázaro (se quedó viuda) y decidió irse a la ciudad, donde no la juzgarían por los actos de
su marido (arrimarse a los buenos por ser uno de ellos). Se hizo prostituta para mantener a su
familia. Entra en escena un hombre negro llamado Zaide (novio de la madre de Lázaro), al principio le
caía mal a Lázaro pero este, al ver que le traía pan, carne y en invierno leña, lo fue queriendo más.
Lázaro tiene un hermano (era negro también) y este, al ver que su madre y Lázaro eran blancos y su
padre negro huía de él y decía que su padre era el coco (un monstruo). Asimismo, Lázaro hace un
reproche a la sociedad diciendo que cuantos debería haber que huyen porque no se ven a sí mismos
(como el ejemplo de su hermano).

El mayordomo descubrió que el Zaide robaba la mitad de la comida de los animales, leña, almohazas
(utensilio con 4 dientes de sierra para limpiar a los animales - parecido a un cepillo para los caballos),
mantas y sábanas. También, les quitaba las herraduras a los caballos para venderlas y mantener a su
hijo. Lázaro crítica a la iglesia, que también roba pero no le hacen nada. Azotaron y pringaron al Zaide
y a su madre y ya no podían vivir juntos.

Antona se fue con sus hijos a vivir al Mesón de la Solana. Allí crecieron Lázaro y su hermano. Un día
llegó un ciego al mesón. El ciego le pidió a la madre de Lázaro si este podía irse con él (hacerle de
ojos) y adiestrarlo. El ciego lo tomó como hijo, no por mozo porque la madre le dijo que era huérfano
y su padre fue muy malo. Como la ganancia no es la que esperaban, se van de Salamanca.
2.3.- LÁZARO Y CIEGO
Saliendo de Salamanca, llegando al puente, había un toro de piedra. El ciego le dijo a Lázaro que si
acercaba su oreja al toro oiría un gran rugido, pero cuando lo hizo, el ciego lo empujó contra el toro.
El ciego le dice que ha de saber más que el diablo (que aprenda a ser astuto y sagaz para protegerlo,
deja de ser inocente). Le dijo que le enseñaría a sobrevivir.

El ciego para ganarse la vida, hacía de curandero y adivino (vidente). Ganaba mucho dinero pero era
avaro (Lázaro pasaba hambre con él). Siempre traía la comida en un fardel (saco) de lienzo que
rasgaba, sacaba algo de comida y volvía a coser. Además, Lázaro también le robaba dinero y se
enteraba porque el cambio que le daban era diferente.

Lázaro también le robaba el vino al ciego. Primero con una paja de centeno, pero el ciego se enteró y
empezó a ponerse el vaso entre las piernas. Entonces hizo un agujero en el culo del vaso y lo tapó
con cera. Le decía que tenía frío y se ponía entre sus piernas y con un poco de fuego se deshacía
hasta que empezaba a caer el líquido. Cuando el ciego iba a beber, el vaso estaba vacío. El ciego
encontró el agujero y le tiró la jarra a Lázaro cuando este esperaba que el vino cayera. El golpe fue
tan fuerte que lo dejó sin sentido. Se le rompieron los dientes y se le hicieron cortes en la cara que el
ciego se los curaba con el vino. El ciego empieza a “maltratar” a Lázaro. Siempre lo llevaba por los
peores caminos.

El último caso que Lázaro cuenta a Vuestra Merced para que viera lo astuto que era el ciego, fue el de
las uvas. Salieron de Salamanca y fueron de camino a Toledo (donde decía que la gente era más rica y
más limosnera). En un lugar llamado Almorox, mientras cogían uvas, un vendimiador le dio de
limosna un racimo de uvas. Como que estaban maduras no se las podían guardar y decidieron
comérselas. Se sentaron y el ciego le dijo que quería que comieran de igual manera el racimo. Le dijo
a Lázaro que cogiera una (y después él se comería otra). Le prometió al ciego que no cogería más de
una. De repente, el ciego empezó a comer de dos en dos y Lázaro empezó a comer de dos en dos y
de tres en tres. Cuando el racimo se acabó, el ciego le dijo que Lázaro había comido de tres en tres,
este le dijo que cómo lo sabía y el ciego le respondió que él las comía dos a dos y Lázaro callaba.

En el mesón de Escalona, estaban asando una longaniza y el ciego le pidió que le comprara vino.
Mientras sacaba el dinero, Lázaro cambió la longaniza por un nabo. Lázaro se comió la longaniza y el
ciego mordió el bocadillo y se dio cuenta de que no era longaniza lo que había dentro del pan. Le
trajo el vino y le dijo que porque le había cogido la longaniza. Lázaro le juró que él no había sido, que
debió de ser alguien que le quiso gastar una broma. Pero el ciego no se fiaba y se acercó a Lázaro a
olerle la boca. Se puso tan nervioso que vomitó la longaniza encima del ciego. Los del mesón
tuvieron que separarlos (el ciego casi mata a Lázaro).

Otro día salieron a pedir limosna y había llovido la noche antes. El ciego se puso debajo de unos
portales para no mojarse. El ciego le dice a Lázaro que deben volver a la posada, pero han de pasar
por un arroyo. Lázaro le dice que el río estaba ancho y que buscaría un lugar donde no fuera tan
ancho. Lázaro, con ganas de venganza, guía al ciego hasta un poste (el ciego le dice que salte
primero) y hace ver que salta para cruzar el río. Le dice que haga un salto grande para no caer y este
lo hace pero se da contra un poste, cayendo medio muerto hacia atrás. Lázaro le dice que como
había olido la longaniza y no el poste y se va corriendo, hasta Torrijos. No volvió a saber nada más de
el pobre ciego.

ANÉCDOTAS DE LÁZARO CON EL CIEGO:


- TORO DE PIEDRA
- FARDEL DE LIENZO
- AGUJERO EN EL VASO
- RACIMO DE UVAS
- LONGANIZA
- POSTE

3.- TRATADO SEGUNDO


Se fue a un lugar llamado Maqueda, donde un clérigo le preguntó mientras Lázaro pedía limosna, si
sabía ayudar en misa (hacer de monaguillo). Le dijo que sí, ya que se lo había enseñado a hacer el
ciego. El clérigo se hizo su nuevo amo. Dice que es mucho peor el clérigo que el ciego (comparación
del trueno con el relámpago y dice que el ciego era como Alejandro Magno).

El clérigo guardaba toda la comida en en un arcaz (cofre) que estaba cerrado con llave que siempre
llevaba con sigo. En la casa no había nada más de comer, excepto unas cebollas que también estaban
cerradas bajo llave, a las cuales Lázaro podía acceder cada 4 días. Si había alguien en casa y Lázaro le
pedía la llave para las cebollas, él le decía que comiera todo lo que quisiera. Tenía pocas cebollas y las
tenía contadas (si comía más de 1 cada 4 días lo castigaba)

Crítica a la iglesia: avaricia y apariencia

El clérigo acostumbraba a almorzar y cenar 5 blancas de carne (blancas=monedas). A veces


compartía un poco de caldo o de pan con Lázaro, pero nunca le daba carne. Los sábados, se comía
cabeza de carnero. La cocinaba Lázaro y el clérigo se la comía entera, le daba los huesos a Lázaro.

Pasadas tres semanas, Lázaro no podía ni ponerse de pie de tan flaco que estaba (pensaba que iba a
morir y echaba de menos al ciego). Pasaba mucha hambre.

Lázaro pensó en robar un poco de dinero del ofertorio en misa pero el clérigo estaba muy pendiente
de él. El clérigo era un hipócrita y le decía a Lázaro que los sacerdotes no se han de exceder en comer
y beber (cosa que él no hacía - hacía todo lo contrario: comía más que un lobo y bebía más que un
saludador) con el dinero de otros.

Lázaro deseaba que alguien muriera porque hacían un banquete. En seis meses que Lázaro estuvo
con el ciego, fallecieron 20 personas que decía que él había matado para sobrevivir. Aunque quería
dejar a ese amo no se atrevía por dos razones: la primera, pensaba que sus piernas no soportarían
andar para escaparse; y la segunda, pensaba que su próximo amo sería aún peor (el ciego lo tenía
muerto de hambre y el clérigo lo tenía en la sepultura).

Un día, llegó un calderero a la puerta y le preguntó si necesitaba que le arreglara algo. Lázaro le pidió
al calderero que le hiciera una llave para poder abrir el arcaz, pues la que tenía la había perdido y
temía que su amo lo azotara. Lo hizo y de pago se llevó algo del arcaz (un bodigo-pan de la iglesia).
Ese día no comió nada más para que el clérigo no se diera cuenta. Estuvo dos días comiendo bodegos
y al tercer día, el clérigo contó los bodegos (tenía 9 y un pedazo - él se pensaba que tenía más). Ese
día sólo comió la mitad de la mitad del pan. Los días siguientes, aunque tenía mucha hambre, solo
abría el cofre y se quedaba mirando la comida.

Pensó que como el cofre era antiguo y tenía agujeros, acusaría a los ratones. Cogió algunas migas y
se las comió. El clérigo se creyó la mentira de los ratones que Lázaro le contó. El clérigo cortó “las
partes mordidas por ratones” y se las dió a Lázaro. El clérigo tapó con tablillas los agujeros (no dejó ni
uno). Lázaro se lamentó porque ya no le serviria esa excusa para comer pan.

Una noche, pensando que el clérigo dormía, hizo un agujero en el arcaz y comió pan. El clérigo se
sorprendió de que los ratones hicieran tantas cosas. El clérigo tapaba los agujeros de día y por la
noche, Lázaro los abría otra vez, para poder comer. Puso una ratonera (prestada) dentro del arcaz y
también puso queso (que se lo pedía a los vecinos). Ahora Lázaro podía comer pan y queso.

Habló con sus vecinos sobre el hecho de que ningún ratón quedase atrapado y uno de ellos le dijo
que debería de ser una culebra, ya que había visto una en su casa. El clérigo dormía con un garrote y
estaba pendiente de cualquier ruido que oyese. Todas las noches le daba al arcaz con el garrote y
despertaba a todos los vecinos y tampoco dejaba dormir a Lázaro ya que o por los garrotazos en el
arca o por los garrotazos que daba en la paja donde dormía ya que decía que las culebras buscan
calor (Lázaro se hacía el dormido).

Lázaro temía que encontrara la llave entre la paja y decidió ponérsela en la boca mientras dormía.
Una noche, la llave se puso de tal manera que provocaba un silbido cuando Lázaro respiraba. El
clérigo pensó que era el sonido de la culebra. Fue hacia la cama de Lázaro y le metió un garrotazo
hacia dónde se oía el ruido. Le dio un golpe en la cabeza a Lázaro que lo dejó inconsciente, pero
encontró la llave. Los vecinos curaron a Lázaro las heridas que el golpe le había producido.

Una mañana, el clérigo sacó a Lázaro de casa, se santiguó (signo de la cruz con la mano) y le dijó que
se fuera, que ya no era su amo.
4.- TRATADO TERCERO
El segundo tratado acaba cuando el clérigo echa fuera de su casa a Lázaro.

Llegó a Toledo (donde se le cerró a los 15 días la herida que le había hecho el clérigo), estaba muy
débil y flaco. Lázaro, mientras estaba herido, vivía de limosna, pero cuando se curó la gente le decía
que buscara a un buen amo. Un día se encontró con un escudero bien vestido por la calle. El
escudero se hizo su amo. Pasaban por plazas donde había pan y provisiones pero no paraban a
comprar nada, Lázaro estaba hambriento. A las once, fueron a misa.

A la una del mediodía llegaron a una casa oscura y que daba miedo, pero por dentro tenía un patio
pequeño y las habitaciones no estaban mal (eran razonables). El escudero le pregunta a Lázaro sobre
su historia pero le cuenta cosas buenas de su vida porque era la hora de comer. Después, el escudero
le preguntó a Lázaro si había comido, este le dijo que no, y el escudero le dijo que él había
desayunado y que tendría que esperar a la hora de la cena. Al oírlo, casi se desmaya porque se dio
cuenta de que este amo tampoco le iba a dar mucha comida. Lázaro le dice que no necesita mucha
comida porque los otros amos le habían hecho pasar hambre, pero el escudero solo dice que eso es
bueno.

Lázaro se sacó 3 panes que le habían quedado y el escudero cogió el mejor y el más grande. Lázaro se
comió rápido el primer trozo porque sabía que si no lo hacía así, el escudero se lo comería. El
escudero le ofreció bebida al principio le dijo que no (pensaba que era vino, pero era agua), pero
bebió un poco.

El escudero le enseñó a hacer la cama (la ropa de cama era fina y de mala calidad). Siendo la hora de
cenar, el escudero le dijo que ya era muy tarde para ir a cenar. Que había ladrones, pero que al día
siguiente irían a comer. El escudero aseguró que comer menos los haría más sanos y que vivieran
más. Esa noche, Lázaro le pidió a Dios la muerte varias veces.

A la mañana siguiente, el escudero le dijo a Lázaro que no daría su espada por nada en el mundo (era
muy valiosa para él). El escudero ordenó a Lázaro que hiciera la cama y fuera a buscar agua al río.
Que cerrara la puerta y que dejara la llave en el quicio de la puerta por si llegaba él antes. En ese
momento, Lázaro se da cuenta de que su amo era pobre y que aparentaba ser rico. No le daba de
comer a Lázaro porque no tenía dinero (diferente a sus otros amos que por avaricia no le daban).

Cuando Lázaro llega al río, ve a su amo con 2 mujeres (hecho un Macías recitando versos de Ovidio).
Cuando ellas le pidieron que las llevara a desayunar, comenzó a dar excusas y se fueron. Lázaro
desayunó unos trozos de berza y esperó a su amo para desayunar. Como eran las dos y su amo aún
no había llegado, comenzó a pedir pan a los vecinos de las casas más grandes. Aprendió del ciego y
antes de las cuatro había comido varias libras de pan y se había guardado dos. Al pasar por la
Tripería, una señora le dio una uña de vaca con un poco de tripas cocidas.

Cuando llegó a casa, su amo ya estaba allí. Le dijo que había ido a buscar comida y que le habían
dado eso (pan y tripas). El escudero le dijo que había comido sin él porque no estaba. El amo le pidió
a Lázaro que continuara haciendo eso para comer y que le trajera lo que recogiera. Tenía que hacerlo
pero sin decir dónde vivía ni quien era su amo. Le aseguro que se mudarían de aquella casa antes de
que se acabara el mes porque aquella casa le había traído mala suerte. Comieron de lo que Lázaro
trajo y se fueron a dormir contentos. Lázaro contempla como tenía que mantener a su amo, cuando
tendría que ser al revés. El amo le daba lástima a Lázaro y no sentía mucha enemistad. Le gustaría
que su amo no fuera tan presuntuoso (se fijaba mucho en las apariencias).

Ese año no se produjo mucho pan y el Ayuntamiento decidió que los pobres se tendrían que ir o
serían azotados. En ese momento, Lázaro y su amo no pueden salir de casa y como que Lázaro no
podía salir a recoger comida, pasaron hambre varios días. Lázaro estuvo 2 o 3 días (hasta que unas
vecinas - hilanderas de algodón - le traían un poco de comida). En cambio, el amo no comió durante
8 días y Lázaro sentía mucha lástima por él.

Un día el amo llegó a casa con un real (una moneda) y mandó a Lázaro a comprar pan, vino y carne
para que comieran “como condes” esa noche. También le dijo que había conseguido otra casa. De
camino a comprar la comida, oyó que traían a un muerto a “la casa oscura y lóbrega donde nunca se
come”. Se lo fue a decir a su amo, pero vieron que el muerto pasaba de largo (le dijo lo de la casa y el
amo dijo que era verdad, pero realmente sabía que no lo llevarían a su casa). Cuando pasó el muerto,
fue a comprar la comida pero se sentía mal por lo sucedido.

Una noche el amo le contó que era de Castilla la Vieja y que se había ido porque su honra estaba
herida (creía que la honra era muy importante, no lo respetaban en su tierra (saludaba a un vecino
pero el vecino no iniciaba el saludo nunca), Lázaro le dice que lo veía como un extrangero en Toledo
porque no era muy cercano con los naturales de allí). El amo le dice que había nacido en Costanilla
de Valladolid.

El escudero guardaba muchos secretos (que abandonó su tierra por honra, que no era tan pobre →
poseía propiedades: palomar y tierras). Le dice a Lázaro que él quería servir a un noble como
caballero, no como escudero (él poseía la capacidad para ser caballero).

Mientras hablaban, entraron en la casa un hombre y una vieja. EL hombre le pide el alquiler de la
casa y la vieja el de la cama (eran unos 12 o 13 reales). El escudero dijo que iría a la plaza a buscar
cambio pero que volvería más tarde (nunca volvió). Lázaro, asustado se fue a contárselo a las vecinas
y se quedó con ellas esa noche. A la mañana siguiente, llegaron los acreedores y le preguntaron a las
vecinas (ellas mostraron a Lázaro y entregaron las llaves). Lázaro les dijo que pensaba que había
huído.

Llegaron un alguacil y un escribano. Cuando los acreedores preguntaron por las arcas y paños de
pared, Lázaro dijo no saber nada. El alguacil le dijo que si no encontraba los bienes iría preso, Lázaro
empieza a llorar y les explica lo de sus posesiones en su tierra natal. Las vecinas les dijeron que
Lázaro llevaba muy poco con el escudero y que era inocente, así que no se lo llevaron arrestado. Se
da cuenta de que su amo lo ha abandonado.
5.- TRATADO CUARTO
Lázaro debe buscarse a un nuevo amo, después de que el escudero huyera de los acreedores y de él.
El cuarto amo fue el fraile de la Merced (persona que vive en un convento como un monje). Las
vecinas (que eran prostitutas) lo llevaron a él y lo llamaban pariente (el fraile pedía sus servicios a
menudo).

Al fraile no le gustaba rezar tan a menudo como un fraile debería hacer. Tampoco le gustaba comer
en el convento, sino que prefería salir a comer fuera. Hacía cosas en contra de su cargo eclesiástico.
Dice que “rompía más zapatos que todo el convento” (puede significar que estaba siempre fuera del
convento o que participaba en relaciones sexuales). Del mismo modo, dice “me dio los primeros
zapatos que rompí en mi vida” (significado literal o subjetivo).

Solo estuvo 8 días con el fraile (no podía con ese ritmo de vida). Se dice que “por esto y por otras
cosillas” se fue. Esto - ritmo de vida, otras cosillas - se puede decir que el fraile abusaba sexualmente
de Lázaro y por eso decidió huir.

6.- TRATADO QUINTO


5º amo - buldero. Un buldero es el oficio que ejerce una persona que vende bulas (documento
religioso que perdona o da un privilegio - puede ser papal o pontificia). Siempre conseguía vender
bulas (a su manera, es decir, tanto por las buenas como por las malas). Primero, adulaba a los
clérigos (llevándoles fruta) para que lo dejaran vender bulas en misa. También les hablaba en latín
para impresionarlos. Si no lo lograba, buscaba alguna manera de vender sus bulas (por las malas).

Experiencia con el buldero:


Llevaba predicando 2 o 3 días por la Sagra de Toledo pero no conseguía vender ninguna bula. Así que
estableció un plan. Esa noche se puso a beber y a jugar con el alguacil en una posada y acabaron
“peleados”. El buldero dijo que el alguacil era un ladrón y el alguacil dijo que el buldero vendía bulas
falsas. A la mañana siguiente, el buldero fue a predicar a la Iglesia (que estaba llena de gente que se
había enterado del percance). Mientras predica, entra el alguacil y dice que el buldero le había
pedido hacer un trato para vender bulas, pero que él lo rechazó por su conciencia (dijo esto para
confirmar la falsedad de las bulas, pero era parte del plan del buldero). En ese momento, el buldero
se arrodilla y pone las manos hacia el cielo. Le pide a Dios que si las bulas son falsas, que se hunda 7
pies bajo tierra, pero que si son reales y el alguacil miente, este debe ser castigado. Justo después
el alguacil se cae al suelo y le empieza a salir espuma por la boca, algunos al ver la escena salen a
ayudar al alguacil. El buldero se queda en esa posición y decide hacer una oración larga para que
Dios salve al alguacil, hizo llorar a todos los feligreses. El buldero se acerca al alguacil con una bula,
se la pone en la cabeza y el alguacil “vuelve en sí”. Se perdonan y le da la bula. Después del
espectáculo, todo el mundo se va con una bula. Cuando fue a las ciudades cercanas no tuvo que dar
ni un sermón, todo el mundo lo buscaba en la posada y vendía muchas bulas. Después, Lázaro vio el
negocio entre el alguacil y su amo que se dividían el dinero.

Otra experiencia: Puso la cruz encima del fuego y cuando fueron a darle un beso se quemaron. Las
bulas se compraban rapidísimo. Se llevaron la cruz, dicen que fue un buen trueque.

Estuvo con su 5º amo, 4 meses. Paso hambre y maltrato, como con los amos anteriores.
TRATADO SEXTO
El sexto amo fue un “maestro de pintar culos” pero lo dejó porque lo hacía “pasar mil males”.

El séptimo amo fue un capellán (lo consiguió un día en la catedral). El capellán le dio un asno y cuatro
cántaros (botellas). Le dio un azote al asno para que andara. Con eso vendía agua por toda la ciudad.
“Este fue el primer escalón que yo subí para venir a alcanzar buena vida”- significa que la vida de
Lázaro iba mejorando y ese fue el primer paso para una vida mejor.

Le daba a su amo 30 maravedís de todo lo que ganaba de lunes a viernes. Los sábados se lo podía
quedar todo. Le fue bien en ese trabajo y en 4 años se pudo comprar ropa usada y una espada “de
las viejas”.

Le dijo a su amo que ya no quería servirle más y se fue.

TRATADO SÉPTIMO
Su octavo amo fue un alguacil, pero estuvo muy poco con él ya que ese oficio le parecía muy
peligroso.
- Una noche unos criminales buscados los persiguieron con piedras y palos. Alcanzaron al
alguacil y “lo trataron mal”, pero a Lázaro no lo cogieron.

Su noveno amo es el Arcipreste de San Salvador. Al abandonar al alguacil, se asienta con el Arcipreste
(cargo más alto que el de capellán) de San Salvador, amigo de Vuestra Merced (a quien se dirige con
el texto). Decía que ese era su primer oficio real (como los funcionarios de la actualidad) y estaba
muy agradecido.

Ejercía de pregonero (oficial público encargado de dar anuncios por todo el pueblo). Su cargo era
“pregonar los vinos que se venden en la ciudad, y acompañar a los perseguidos por la justicia a
declarar sus delitos”.

Lázaro se casó con una criada del Arcipreste. Habían rumores por la calle de que la esposa de Lázaro
era infiel y que esta se acostaba con el arcipreste. El arcipreste le dijo que no creyera “las malas
lenguas” ni dijera lo que no le convenía, pues al estar casado con su mujer el arcipreste les daba
comida. El arcipreste era su vecino y la esposa de Lázaro pasaba mucho tiempo en su casa
“cocinando”.

Lázaro le pide a sus amigos que no le digan nada malo de su mujer. Amenaza con la muerte a quien
hable mal de ella.

Lázaro le explica todo esto a Vuestra Merced (persona delante de la cual el arcipreste se confiesa -
arcipreste es su confesor) antes de contarle el caso (la infidelidad - entre el arcipreste y su mujer)
para justificar su posición.

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