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Semana 9 - Lectura Obligatoria - Letra de Cambio
Semana 9 - Lectura Obligatoria - Letra de Cambio
Capítulo XIV
DE LAS FORMALIDADES DE LA
LETRA DE CAMBIO
134. Historia del título de cambio.-135. Evolución legislativa del título de can
bio.-136. Naturaleza jurídica del título de cambio. 137. La letra de cambio cora
título valor.-138. Títulos de complacencia o de favor.-139. Requisitos fórmale
del título de cambio.-140. Constancia de los requisitos.- 141. Efectos de la fall
de requisitos de la letra de cambio.-142. Letra de cambio en blanco.-143. Fo
ma de vencimiento de la letra. 143.1. Concepto de vencimiento. 143.2. Clases c
vencimiento.-144. Formas de girar la letra de cambio.- 145. Responsabilidz
del girador por la aceptación y el pago.-146. Cláusulas documentarías.
Unos hacen remontar el origen del título de cambio a los romanos, otros,
los hebreos expulsados de Francia, a los genoveses, en fin, a los güelfos cuand
fueron desterrados a Francia por los gibelinos. Pero estas aseveraciones no pasa
de ser especulaciones sin bases sólidas.
El título de cambio sólo habría de surgir debido a exigencias económicí
que requerían de un medio apto para satisfacerlas, teniendo en cuenta múltipk
relaciones recíprocas entre individuos y el asentimiento de diversas regiones
Estados. Estas condiciones se presentaron en la Edad Media y es allí donde det
encontrarse, si no el origen, por lo menos la difusión del uso de la letra de cambii
pues era general la necesidad de remitir sumas de dinero a lugares lejanos. Coir
las comunicaciones eran difíciles, lo que implicaba peligros, había que buscar u
medio que evit'’"** el envío de numerario.
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La Ley enumera en su art. 119- los requisitos que debe contener el título de
cambio. No se exige que el texto sea escrito de puño y letra de quien se obliga,
salvo, desde luego, la firma. Tratándose de un título constitutivo, donde el valor se
incorpora al documento, y que, finalmente, necesita ostentar determinados ele
mentos formales que la ley exige bajo pena de nulidad. La inobservancia de alguno
de ellos origina la nulidad de la letra, aunque mantengan su vigencia las relaciones
entre deudor y acreedor, sin el carácter de obligaciones cambiarías.
Comienza el art. 119- de la Ley expresando que el título *’debe contener'’, y
enumera a continuación, en ocho incisos, los requisitos formales del documento.
Quiere esto decir que el título de cambio adquiere su condición de título valor
cuando la obligación del girador se incorpora en el documento y éste se completa
con el cumplimiento de los demás elementos constitutivos.
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cobro (Exp. 1051-98 Sala 2). Lima, nueve de junio de 1998) (Ledesma N.,
Jurisprudencia actual, Gaceta Jurídica, Lima, 1999, T. 2, p. 589).
La Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema ha casado la Sentencia de Vista de la
Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima de fecha 28 de mayo de 2002,
en base a que:
• la liquidación del saldo deudor emitida por el Banco ejecutante, es el título que ha sido
aparejado a la demanda de estos autos a la misma que no es calificada por la Ley N-
27287 -Ley de Títulos Valores- como un título valor. Respecto a que si tiene calidad
de título o ejecutivo o no, la liquidación del saldo deudor emitida por el Banco Ejecu
tante, señala que es preciso anotar que existen diveijsas Ejecutorias Supremas que
resuelven esta materia (Casación 2768-2002-Lima, 22 de enero de 2003. £/ Perua
no. Casación, 31 de marzo de 2003, p. 10322).
Los requisitos formales a que se refiere el art, 119- son los que a continua
ción se detallan.
La denominación de letra de cambio persigue que el que suscribe el docu
mento tenga la certeza de la clase de obligaciones que asume. Se eliminan, en esta
forma, dudas e incertidumbres que puedan dificultar la circulación del título.
Concuerda la exigencia con lo dispuesto en el art. 4- de la Ley en cuanto
expresa que el texto del documento determina el alcance y modalidad de los dere
chos y obligaciones indicadas en el título valor. De este modo, al indicarse, en el
texto del documento, que se trata de una letra de cambio, quienes intervengan en
ellas conocen las obligaciones a que quedan expuestos, no pudiendo invocarse
fraudes o engaños respecto al alcance de las sanciones en que se pueda incurrir,
evitándose discusiones sobre la naturaleza originaria del título.
La denominación de letra de cambio lleva implícita la naturaleza de ser título
a la orden, por lo que la ley no exige que figure esta cláusula en el texto del docu
mento. Se trata de un título a la orden nato. La segunda parte del art. 26®.2 de la
Ley permite la omisión de la cláusula a la orden en los casos expresamente auto
rizados por la ley. Al hacerse el comentario de este artículo {supra N- 29), se han
hecho las acotaciones pertinentes.
En el caso del título de cambio, como puede apreciarse del examen de los
requisitos del art. 119^, se autoriza a prescindir de la cláusula en mención.
El segundo requisito exigido por la Ley, en su art. 119-.1 ‘b’ es la indicación
del lugar y fecha de giro.
La indicación del lugar es la localidad donde se crea el título.
A falta de mención expresa, se considera que el título ha sido girado en el
domicilio del girador, dice el inc. ‘c’ del art. 120-.
La indicación del lugar puede servir también para determinar la validez del
título según las leyes del lugar de emisión e indicar al tenedor dónde debe ejerci
tar las acciones cambiarías.
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La Sala Civil de la Corte Suprema ha casado la sentencia de Vista expedida por la Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Lambayeque en base a que:
• en la derogada Ley de Títulos Valores no existe prohibición expresa para que una letra
de cambio sea emitida en garantía de una obligación sin embargo el inciso segundo del
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artículo 61® de la Ley de Títulos Valores señala que la letra de cambio debe contener
la orden incondicional de pagar una cantidad de dinero, que siendo ello así al otorgarse
la letra de cambio de garantía no puede contener una orden incondicional de pago
porque está sujeta a que se incumpla la obligación para poder hacerse efectiva lo que
determina que el título valor no reúna los requisitos contemplados en el citado inciso
segundo del artículo 61® de la ley referida y en consecuencia no apareje ejecución de
acuerdo con lo dispuesto en el artículo 17® de la misma ley (Casación N® 162-2001-
Lambayeque. Lima, 06 de junio de 2001. El Peruano, 12 de junio de 2001, p. 7728).
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Según el inc, ‘f del art. 119^.1 deberá consignarse eZ nombre, el número del
«>1, •
documento oficial de identidad y la firma de la persona que gira la Letra de Cambio.
Se trata de un requisito insustituible. Algunos de los otros pueden ser salva
dos, pero de ninguna manera la firma del girador, porque él es quien asume la
obligación de hacer pagar o pagar la prestación contenida en la letra.
El inciso en mención expresa el nombre yfirma. Esto lleva a determinar qué
se entiende por firma. Debe considerarse que es la forma usual como una persona
acostumbra escribir su nombre para suscribir documentos, acompañada, si así lo
hace habitualmente, de la rúbrica. Al parecer esto es lo que quiere significar la ley
cuando habla de nombre y firma.
La firma puede ser manuscrita o ser puesta utilizando medios mecánicos,
gráficos, electrónicos, lo que es aplicable al concepto de firma que se menciona en
este artículo {supra 9.1).
Para efecto de la identificación de la persona que firma y evitar la homonimia
se exige consignar el número del documento oficial de identidad {supra 9.4).
Por otra parte, las siguientes Sentencias de Vista de la 1^. Sala de la Corte Superior de
Lima han resuelto que:
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• el título de cambio no tiene validez por carecer del nombre del girador o librador, pues
sólo aparece la firma de quien emite la letra y, además, en el presente caso, dicha firma
es ilegible que, de consiguiente, la contradicción a la ejecución formulada por el ejecu
tado, fundado en el inc. 2 del art. 700- del Código Procesal Civil es atendible (Senten
cia de Vista de la 1- Sala de la Corte Superior de Lima, de 11 de noviembre de 1994.
Exp. N® 1233-94, Ledesma N., Marianella, Ejecutoria (1994-1995), Cultural Cuzco,
Lima, 1995, T. 1, p. 213).
La indicación del vencimiento (art. 119-.1 inc. ‘g’ se vincula con los diversos
modos como vence el título y refleja sus efectos sobre la caducidad y la prescripción
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le las acciones emergentes del título. Asimismo, la indicación del vencimiento inci-
le, en cierta forma, en el valor de realización a través de la operación del descuento.
Respecto a si se trata de un requisito esencial que debe contener la letra,
:abe señalar el carácter especial del instituto, pues la falta de tal requisito no anula
a letra, ya que entonces funciona la presunción legal de que el título ha sido girado
i la vista (art. 12P.5).
De otro lado, conviene advertir que, por lo general, el vencimiento a la
zista o a la presentación es excepcional, pues el título de cambio es, fundamen-
:almente, un instrumento de crédito y no una orden de pago, pues el giro a la
zista significa que, presentada el título para la aceptación, en este momento se
produce el vencimiento.
La indicación del vencimiento confiere certeza en cuanto a la exigibilidad de
la obligación, asegurando su circulación. Asimismo, otorga ventaja al tenedor y al
mismo deudor. De otro modo, este último estaría obligado a tener a disposición
del primero, por un tiempo indeterminado, la suma mencionada en la letra.
La indicación del lugar de pago y/o, en los casos previstos por el art. 53®, la
forma como ha de efectuarse éste, se menciona en el inc. ‘h’ del art. 119-. 1. Se trata
de otro requisito necesario por cuanto el poseedor del título debe saber no sólo a
quién debe reclamar el pago sino también el lugar donde debe reclamarlo.
La falta de indicación del lugar del pago no origina la nulidad del título, pues
funciona, también para este caso, la presunción iuris tantum de que el lugar desig
nado junto al nombre del girado se considera como lugar del pago (art. 120®, inc.
‘c’) y, al mismo tiempo, como domicilio del girado; lo que constituye una presun
ción razonable.
La mención final del inciso ‘h’ concierne a los casos previstos en el art. 53®
cuando el pago debe efectuarse con cargo en cuenta bancaria {supra N® 58) de
biendo señalar la forma como ha de efectuarse. En este sentido deberá indicarse
el aceptante, la entidad del Sistema Financiero, así como el número de cuenta en
que se cargará el pago de la obligación a su vencimiento.
Otras indicaciones, como la del valor y la provisión, resultan superfinas,
pues la Ley no las exige, ni se compadecen con el nuevo concepto del título de
cambio. Pero si se insertasen en ésta no originarían su nulidad, pues conforme
al art. 120®. 1 la nulidad se origina por la falta de determinadas enunciaciones
que son requisitos esenciales de toda letra, pero no por la inserción de expresio
nes que resultan inocuas.
La forma, orden, lugar, modo, etc., en que deben de constar los requisitos
señalados en el art. 119®. 1 corresponde determinarlo al girador o, en su caso, a los
obligados que intervengan (art. 119®.2).
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reúne el requisito que exige el inc. 4 del art. 61- de la Ley N®16587 y, por tanto, tiene
mérito para despachar ejecución (Ej. de 15 de octubre de 1980, El Peruano, 26 de
enero de 1981).
• el título de cambio con la indicación al “vencimiento” y que se re mite a datos fuera de
su contexto contraría la naturaleza formal del título valor, por lo que dicha cambial no
apareja ejecución (Ej. de 14 de enero de 1985. Anales Judiciales, T. LXXIII, p. 10).
• en el artículo 228® de la Ley N® 26702, puede observarse tres pasos que debe de
seguir una empresa del sistema financiero cuando existe un saldo deudor en la cuenta
de sus clientes, estos son: i) Cursar una comunicación al cliente a fin de que cumpla
con el pago del saldo deudor; ii) De no producirse el pago o realizarse observaciones
dentro de los quince días hábiles siguientes a la recepción de la comunicación, la em
presa podrá girar una letra de cambio a la vista, que contendrá el saldo más los intere
ses generados por dicho período letra que deberá contener la motivación expresa de
por qué se emite; y, iii) Protestar la letra de cambio por falta de pago para lo cual no se
requerirá 4a aceptación del girado. En principio es claro el contenido de la norma bajo
análisis al establecer que la letra de cambio debe expresar el motivo por el que se gira,
siendo que en el caso de autos no se cumple tal exigencia como se puede observar de
la letra puesta a cobro a lo que se agrega que la Carta Notarial da cumplimiento al
“requerimiento de pago dentro de un plazo de quince días hábiles, más no a la motiva
ción del por qué se gira la letra, por tanto, dicha letra acompañada a la demanda no
apareja ejecución (Casación N® 2804-01 - Lima, 1® de agosto de 2(X)2. El Peruano.
Casación. 3 de diciembre de 2002, p. 9641).
Con referencia a las formas de girar la letra de cambio, el art. 122^ considera
cuatro casos.
A la orden del propio girador o de un tercero. En el primer supuesto de este
inciso, el de la letra librada a la orden del propio girador, éste reúne la doble calidad
girador y de tomador. El título puede negociarse fácilmente si está aceptada por el
girado. De otro modo, puede encontrar dificultades si el girador no es persona
conocida, pues, careciendo el título de aceptación, toda la responsabilidad recaería
sobre el girador únicamente, quien sería el eventual primer endosante. En este
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í
caso podrá indicarse el nombre o utilizarse la cláusula “mí mismo’’ u otra equiva
lente tal como lo señala el art. 120®. ‘e’) {supra N® 141).
El título girado a la orden de un tercero inviste a éste como titular del dere
cho contenido en el título. Es la forma más frecuente de emisión de la letra. El
girador se obliga a pagar o a hacer pagar, al tomador o a quien éste transmita la
letra, la cantidad mencionada en ella.
El tercero debe ser una persona determinada (art. 119®.! inc. ‘e’), conforme
se ha expresado {supra N® 139). Puede ser una persona física o jurídica, pero en
todo caso debe ser mencionada.
De lo anterior se deduce, contrario sensu, que no surte efecto en juicio el
título que tenga en blanco el nombre del tomador o en la que se haga la designa
ción al portador.
En el título girado a cargo de tercera persona (art. 122® inc. ‘b’), el girador
ordena a una tercera persona, que es el girado, para que acepte la letra de cam
bio, convirtiéndose por este acto como el obligado principal que deberá cumplir
con el pago.
El título girado a cargo del propio girador está considerado en el inc. ‘c’ del
art. 122®, se establece en este caso que no es obligatorio que el girador vuelva a
firmar el título como aceptante. En este supuesto, el plazo para el vencimiento, si
el título ha sido girado a cierto plazo desde la aceptación, se computa desde la
fecha del giro; y si ha sido girada a la vista, se podrá presentar a cobro en cualquier
momento, dentro del plazo señalado en el documento y a falta de indicación dentro
de un plazo no mayor de un año, desde la fecha de su giro {supra N® 167).
En esta clase de letras, el girador reúne la doble condición de girador y
girado. Pero es de hacer notar que en este caso el girador no promete directamen
te el pago, sino que promete en forma mediata la aceptación. De este modo, no
está cambiariamente obligado como girado si no acepta la letra. Una vez aceptada
la letra, surge la promesa de pago directo.
El tenedor del título tiene derecho a exigir la aceptación del girador; en
caso de serle negada, puede dirigirse contra el girador en vía directa como obli
gado principal.
Si el girador acepta la letra, responde frente al tenedor por un doble concep
to: como girador y como aceptante. La utilidad de estas letras está en la posibili
dad de girar sobre su propia filial, p por ésta contra el establecimiento principal.
La Sala Civil de la Corte Suprema ha casado la Sentencia de Vista de la Prime
ra Sala Civil del Cono Norte de fecha 14 de setiembre de 2002, en base a que:
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efectivamente que en los mencionados títulos valores se hacen mención que han sido
girados a favor de “nosotros mismos”, entendiéndose que el beneficiario o tomador es
quien las giró. En efecto (art. 65^ inc. 1 de la Ley 16587) la letra de cambio debe de
contener el nombre de la persona a quien o a la orden de quien debe hacerse el pago
sin especificar en él que la cambial deba contener gramaticalmente el nombre de la
persona a quien debe hacer el pago (Casación 3995-2001- Lima, 2 de diciembre de
2QQ2. El Peruano. Casación. 31 de marzo de 2003 p. 10405).
El título por cuenta de un tercero, que menciona el art. 123- inc. ‘d’, supone
que no es el girador el presunto acreedor del girado, sino que lo es el tercero por
cuya cuenta es girada la letra. Se considera que el girador gira el título en base a
un mandato sin representación conferido a éste por una tercera persona que quie
re permanecer extraña al vínculo cambiarlo, sin asumir el carácter de deudor
cambiarlo en vía de regreso. El tenedor, en consecuencia, no adquiere derecho
alguno contra el tercero por cuya cuenta se libró la letra.
Entre quien emite la orden para que se gire el título y el girador por cuenta
existe una relación de comitente y comisionado. El girador por cuenta es el fir
mante del título y, por lo tanto, directamente responsable. Como carece de un
mandato regular,’ no ha podido emitirlo a nombre de quien dio la orden, sino sola
mente en su propio nombre.
El girador por cuenta está obligado, frente al tercero por cuya cuenta la emi
tió, a cumplir la orden como cualquier comisionado, respecto a las condiciones de-
la emisión: cantidad, fecha de vencimiento, etc., bajo responsabilidad de resarcir
por los daños y perjuicios consiguientes que pudieran derivar para el tercero por
cuenta de quien giró la letra.
Por su parte, quien dio las instrucciones para el giro del título debe procurar
la aceptación y, en su caso, debe suministrar al girador los fondos necesarios para
proveer al girado. Asimismo, debe indemnizar al girador de todo gasto o perjuicio
que pudiera experimentar por la ejecución de la orden.
En las relaciones entre el girador por cuenta y los terceros ocurre como si el
girador hubiera girado el título por cuenta propia. El comisionado queda obligado
como si el negocio fuera de él.
El dador de la orden no queda obligado frente a los terceros, ni éstos tienen
acción cambiaría en contra suya.
Entre el girador por cuenta y el girado, si este último acepta la letra, contrae
frente al primero una obligación cambiaría.
En cambio, entre el tercero por cuya cuenta se gira el título y el aceptante
no se crean relaciones cambiarías, porque la acción del aceptante no es cambiaría
frente al dador de la orden.
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• carece de validez como título de cambio las letras en que se omiten el nombre de la
persona a quien o a la orden de quien debe hacerse el pago (Revista de Jurisprudencia
Peruana, 319, de agosto de 1970, p. 995).
Los documentos a los que se refiere la cláusula inserta en el título son como
recaudos mercantiles que acompañan a ésta. Son cláusulas que in)ponen una obli
gación al tomador de la letra: el no entregar los documentos acompañados sino
:uando se produce la aceptación o el pago de la cambial.
Las letras de cambio con las cláusulas documentos contra aceptación o docu-
nentos contra pago, a que se refiere el art. 124-, responden a las necesidades im-
Duestas por las prácticas del comercio, principalmente internacional, en relación
:on los contratos de venta. Las operaciones con letra documentada persiguen que
íl vendedor reciba el precio de la cosa vendida en el lugar de la venta, cuando se
rata de ventas hechas entre países distintos.
Como es de práctica en esta clase de operaciones, de hacer figurar el precio
le la mercadería vendida en una letra de cambio que el vendedor gira sobre el
:omprador, acompañando al título los documentos relativos a la mercancía en trans-
)orte, el título deberá ser aceptado o pagado por el comprador al hacerse cargo de
os documentos que lo acompañan.
Mediando el banco en la operación, pues es el encargado de recibir el título
unto con los documentos pertinentes, sólo podrá entregar éstos cuando se produ-
e la aceptación o el pago, según si las instrucciones recibidas son en el sentido
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que se entreguen en uno u otro momento. La cláusula funciona, pues, como una
. orden dirigida por el girador al tomador a quien se remite el título y los documen
tos que la acompañan; y que si se infringiese la indicación contenida en la cláusula,
el tomador incurriría en la consiguiente responsabilidad.
El título y los documentos que la acompañan no pierden su condición de
instrumentos negociables.
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Capítulo XV
DEL ENDOSO
148. HISTORIA
En sus orígenes la letra fue el instrumento del llamado cambio trayecticio, o
sea el medio práctico de evitar el desplazamiento del dinero de un lugar a otro, en
consecuencia su pago debía de realizarse en una plaza diferente a la del lugar de su
giro o de emisión.
A los efectos de transmitir los derechos resultantes de letra se recurre a la
reproducción del documento y la orden de giro.
En el desenvolvimiento histórico de la letra de cambio se introduce la ex
presión “a la orden” del tomador, es decir que la persona que la recibía podía
trasferirla con solo una declaración puesta al dorso de ella, o sea el endoso.
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La institución del endoso aparece a fines XVI, para unos tuvo su origen en
Francia, para otros en Italia.
Es en la Ordenanza francesa de 1673, donde se reglamenta por primera vez.
En esta Ordenanza aparecen los principios de la inoponibilidad de las excepcio
nes, y de la autonomía del derecho cambiario, como independiente de la existen
cia del derecho del endosante, concepto que se consagra en la Ordenanza alemana
de 1848, y también el principio de la garantía solidaria de los endosantes.
Las modernas legislaciones consideran que toda letra de cambio aunque no
éste expresamente girada a la orden es transmisible por endoso.
Se ha manifestado que el endoso es el acontecimiento más importante en la
historia de la letra de cambio, pues la convirtió en instrumento de crédito agilizando
su circulación cambiaría, y adicionándole un nuevo obligado cambiario en la figura
del endosante, reforzando de esta manera el crédito contenido en dicho título.
149. NATURALEZA
El endoso ofrece dos modalidades o grados distintos: o es un simple manda
to que supone un encargo, o implica la transmisión de la propiedad de la letra.
En cuanto a la naturaleza del endoso, cabe hacer referencia a lo expresado
en relación con el art. 34® de la Ley {supra N® 38.3).
El endosante del título de cambio emite una orden de pago al girado como si
el endoso fuese un nuevo libramiento y de esa orden se beneficia el endosatario
inmediato o un endosatario ulterior.
La declaración del endosante es recepticia, por cuanto está dirigida al
deudor principal-girado, a quien se ordena pagar la suma de dinero expresada
en la letra.
El art. 125®.! de la Ley establece que toda letra de cambio, aunque no esté
expresamente girada a la orden, es transmisible por endoso.
Ya se ha visto que la cláusula a la orden puede estar contenida en forma
implícita en el título de cambio por ser un elemento esencial de ella, pues se trata
de un título a la orden nato.
De lo expresado en la segunda parte del art. 125®.2 se infiere la amplitud
con que puede efectuarse el endoso en cuanto a los endosatarios. No sólo podrá
endosarse a un tercero que no aparece vinculado en forma alguna en la letra,
sino también a cualquiera que estuviera ligado en razón de ella, el cual, a su vez,
podrá realizar nuevos endosos. No existen, puesj límites personales para efec
tuar el endoso.
Es evidente que el endoso debe constar en el título o en hoja adherida a ella
y contener los requisitos que de un modo general señala el art. 34® de la Ley que
j’a se ha comentado.
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