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TACHA DE TESTIGOS
Establece que “los tribunales deben valorar la fuerza probatoria de las declaraciones de los
testigos conforme a las reglas de la sana crítica, tomando en consideració n la razó n de
ciencia que hubieren dado, las circunstancias que en ellos concurran y, en su caso, las tachas
formuladas y los resultados de la prueba que sobre éstas se hubiere practicado”.
Esto es, la “tacha de testigos” solo pretende acreditar las circunstancias que puedan afectar
a la imparcialidad del testigo.
En otras palabras, la “tacha de testigos” sirve para poner sobre aviso al Tribunal acerca de
ponderar con cautela la declaració n de un testigo, hasta el punto que si el testigo reconoce
el motivo en que se fundamenta la “tacha“, el propio mecanismo de formulació n de “tacha”
deviene inú til.
Adviértase que. Con arreglo a lo previsto, la finalidad de la “tacha” de los testigos es poner
de manifiesto al Tribunal determinadas circunstancias que puedan influir en la valoració n
del testimonio.
Es importante resaltar, tal y como se exponía en el Auto del Tribunal Supremo de fecha
01/07/2008, que la “tacha de testigos” no impide al Juez valorar el testimonio conforme a la
sana crítica y en concordancia con el resto de circunstancias que rodean al proceso, pues la
existencia de una causa de “tacha” no lleva de forma matemá tica e irremisible a la falta de
veracidad del testigo, sino que la “tacha” constituye un instrumento procesal a través del
cual, sobre la base de criterios objetivos, se pone en evidencia la posible parcialidad de un
testigo, cuya existencia, por tanto, ha de ser puesta en conocimiento del juzgador a los
efectos que procedan, pudiendo este, si las circunstancias del caso así lo aconsejan, no tener
en cuenta en absoluto el testimonio, tenerlo en cuenta en parte o simplemente, acoger el
mismo sin reservas.
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Esto es, la concurrencia de una “tacha”, en el aspecto en que así se entienda, en un testigo o
en un perito, no impide al Tribunal poder tener en cuenta, por su razó n de ciencia, y en
conjunció n con otras pruebas, su dictamen o testimonio; y, en sentido inverso, puede el
Tribunal no tenerlo en cuenta, aunque no se admita la recusació n o tacha (véase la
Sentencia del Tribunal Supremo de fecha 30/03/2007), cosa distinta es que pueda
cuestionarse la declaració n o el informe resultante por su cará cter manifiestamente iló gico
o arbitrario al amparo de la ley.
El hecho de que un testigo (o varios) sea tachado no impide su valoració n como prueba.
Viene siendo reiterada la jurisprudencia que sostiene que la “tacha de testigos” no produce
su inhabilidad y no impide, aun concurriendo los motivos que para su tacha señ ala la Ley,
que su testimonio sea valorado por el Juzgador si tiene el convencimiento de su veracidad,
veracidad que no se considera contradicha eficazmente cuando no se pone de manifiesto
desviació n alguna del testimonio, ya que no alcanzan a serlo las causas que hayan servido
de base a la “tacha de testigos” , pues, de ser así, la “tacha de testigos” equivaldría a
anulació n del testimonio.
Añ á dase que el Tribunal Supremo viene sosteniendo que no procede la casació n por la
inadmisió n de la prueba de “tacha de testigos”, pues la apreciació n de sus declaraciones,
sean tachables o no, es siempre de libre apreciació n del juzgador.
Asimismo el Alto Tribunal tiene declarado que no está sujeta a reglas legales de valoració n,
de modo que el testimonio de un solo testigo o el testimonio de un testigo susceptible de ser
tachado, pueden inducir vá lidamente a formar el convencimiento del juez sobre la
veracidad de sus manifestaciones.
Son las reglas de la sana crítica a las que habrá de acudirse para realzar tal valoració n,
debiéndose entender las mismas como las má s elementales directrices de la ló gica humana
(véase la Sentencia del Tribunal Supremo de fecha .11/04/1998)...
En todo caso, la vinculació n de un testigo con una de las partes no impedirá que su
declaració n pueda ser tenida en cuenta, pues como se establecía en la Sentencia del
Tribunal Supremo de fecha 04/02/2015, el resultado de la “tacha” ú nicamente afecta a la
valoració n que en la Sentencia se haga de la declaració n del testigo, al igual que sucede con
las circunstancias que el testigo haya reconocido al contestar a las preguntas (que el
epígrafe del precepto califica como “preguntas generales al testigo”: si tiene relació n con la
parte, interés en el asunto, etc.,) pues la “tacha” só lo pretende acreditar las circunstancias
que afectan a la imparcialidad del testigo para el caso de que éste no las reconozca al ser
interrogado.
Por otro lado, ha de destacarse que no procede dictar una resolució n sobre la “tacha”, tanto
se estime que los motivos de la misma concurren como se estime que no concurren.
Es por ello que, al que se remite, señ ala que el tribunal tenga en cuenta la “tacha” y su
eventual negació n o contradicció n en el momento de valorar la prueba, pero no exige que
“resuelva el incidente de tacha”, ni pronunciamiento expreso en la Sentencia sobre si
aprecia o no esa “tacha”.
Solamente cuando considere que la “tacha” no solo no concurre sino que ademá s
menoscaba la consideració n profesional o personal del testigo, declarará , mediante
Providencia, la falta de fundamento de la “tacha”, y si apreciase temeridad o deslealtad
procesal en la “tacha” , a causa de su motivació n o del tiempo en que se formulara, podrá
imponer a la parte responsable una multa (véanse, entre otras, las Sentencias del Tribunal
Supremo de fechas 03/07/2012 y 04/02/2015).
El Tribunal a la hora de resolver la tendrá en cuenta, sin que en ningú n caso su valoració n
quede determinada por la tacha (véase el Auto dictado por Iltma. Secció n 9ª de la Audiencia
Provincial de Alicante de fecha03/12/2013).
É ste permite apartar a un perito del juicio por reunir condiciones que objetivamente le
hacen sospechoso de parcialidad (véase el art. 124 de la Ley de Enjuiciamiento Civil); la
“tacha“, por el contrario, no impide la realizació n de la pericia, pero avisa al Juez de una
situació n que ha de tener en cuenta a la hora de valorar esa prueba (véase el art. 343 de la
Ley de Enjuiciamiento Civil.
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A partir de ahí, pertenece al Juzgador, en relació n con la sana crítica poner en relació n las
conclusiones periciales con sus relaciones extraprocesales con las partes. (Véase la
Sentencia de la Iltma. Secció n 1ª de la Audiencia Provincial de La Rioja de fecha
31/07/2017).
No huelga señ alar que, en la Ley de Enjuiciamiento Civil, se establece primero el deber de
abstenció n de los peritos que incurran en las causas de recusació n y, a continuació n, a falta
de tal abstenció n, se preceptú a en el art. 124.1 que só lo los peritos designados por el
tribunal mediante sorteo podrá ser recusados .
No obstante, frente a la previsió n de ese precepto, el art. 343 de la Ley Procesal Civil, que se
ocupa de la “tacha de los peritos”, no limita la recusació n a los peritos designados por
sorteo, sino que se refiere a todos los peritos de designació n judicial, es decir:
Por acuerdo de las partes (véase el art. 339.4 de la Ley Procesal Civil),
Por consentimiento de los litigantes, cuando por la singularidad de la materia só lo se
disponga del nombre de una persona entendida (véase el art. 341.2 de la Ley Procesal
Civil),
por el procedimiento establecido en la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita cuando el
litigante carezca de recursos para litigar (véase el art. 339.1 de la Ley Procesal Civil),
Por el Juez de oficio en los supuestos establecidos en el art. 339.5 de la Ley Procesal Civil
(esto es, en la declaració n o la impugnació n de la filiació n, paternidad y maternidad,
sobre la capacidad de las personas o en procesos matrimoniales.
Después del juicio o vista no podrá recusarse al perito, sin perjuicio de que aquellas causas
de recusació n existentes al tiempo de emitir el dictamen, pero conocidas después de
aquélla, podrá n ser puestas de manifiesto al tribunal antes de que dicte Sentencia, y, si esto
no fuese posible, al tribunal competente para la segunda instancia (véase el art. 125 de la
Ley Procesal Civil).
Propuesta la recusació n, se dará traslado de copia del escrito al perito recusado y a las
partes.
Contra la resolució n no cabrá recurso alguno, sin perjuicio del derecho de las partes de
plantear la cuestió n ante la instancia superior.
ser có nyuge o pariente por consanguinidad o afinidad dentro del cuarto grado civil de
una de las partes, de sus Abogados o Procuradores;
tener interés directo o indirecto en el asunto o en otro semejante;
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Las “tachas” no podrá n formularse después del juicio o vista en los juicios verbales, y en el
juicio ordinario tendrá n que presentarse, en relació n a los dictá menes periciales
presentados, con la demanda y la contestació n a la demanda, en la audiencia previa al juicio.
Por consiguiente, puede afirmarse que la “tacha” tiene por finalidad, a diferencia de la
recusació n, no el impedir la presentació n del correspondiente dictamen pericial, sino evitar
que un dictamen pericial carente de objetividad pueda influir en la decisió n judicial,
advirtiendo al juez en el momento de su valoració n acerca de la concurrencia de alguna de
las circunstancias antes referidas y que ponen de relieve la existencia de algú n interés de
tipo partidista en relació n a ese dictamen pericial.