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Adulto Mayor y Familia

En toda sociedad la familia es un espacio de sociabilización, formación, cuidado y protección


de sus miembros, especialmente de los más vulnerables. Cada persona en tanto sujeto de
derecho, merece el cuidado y la protección necesarios y correspondientes a su ciclo de vida y a
su situación social, para garantizar su bienestar integral y el bienestar de sus derechos
fundamentales.

Cuando hablamos de adultos mayores y familia tenemos que hablar de un intercambio de


relaciones intergeneracionales, el contacto directo de los abuelos con los jóvenes ha
modificado de forma drástica las percepciones de la vejez potenciando de forma positiva la
imagen de ellos mismos.

Los familiares juegan un papel muy importante en este caso y es que una buena relación
mejora su calidad de vida, la familia proporciona una mayor red social y un gran apoyo
emocional en algunos casos. Además, este apoyo emocional es de gran ayuda para los casos
de dependencia y para favorecer el envejecimiento activo.

Los adultos mayores en la familia también cumplen el rol de referentes identitarios para sus
miembros ya que contribuyen con estructuración familiar transmitiendo sus historias,
tradiciones, valores, costumbres y construyéndose como referentes de identidad para los
propios hijos y miembros familiares.

Es importante que lleguemos a la vejez en las mejores condiciones posibles sin enfermedades
asociadas, en buena salud física y mental y que seamos autónomos e independientes en
nuestras actividades cotidianas. Si a esto le añadimos una actitud positiva ante el proceso de
envejecimiento y una participación social activa estamos hablando de envejecimiento activo.

Hoy en día hay una falsa creencia de que las personas mayores son aquellas que necesitan más
cuidados esto es parcialmente cierto en personas mayores con ciertos problemas de salud. Sin
embargo, son las personas mayores las que hoy se convierten en cuidadores de otros
miembros familiares, la mayoría de las mujeres mayores y en algunos casos los hombres son
los que retiran a los niños de los colegios y hasta los cuidan esperando la llegada de sus padres
del trabajo.

Estos cambios son los que han generado que la familia sea un factor de calidad activo para el
adulto mayor haciendo que las relaciones con la familia sean una fuente esencial de bienestar
y es la tercera condición más importante para la calidad de vida.

Las formas de convivencia han cambiado reduciendo el núcleo familiar y aumentando la


cantidad de personas mayores que viven solas y a pesar de esto la familia sigue siendo la
principal fuente de contacto social y de ayuda en caso de necesidad.

Las relaciones intergeneracionales contribuyen a que el envejecimiento activo sea una


realidad. Por intergeneracionales entendemos cualquier tipo de relación de distintas
generaciones que convivan en una misma época. Necesariamente debe de ser en la familia
donde empiecen las relaciones intergeneracionales para que a través del dialogo de padres,
abuelos e hijos se pueda generar el impacto profundo que generan estas relaciones. La familia
debe ser el primer crisol de formación para inculcar valores, transmitir buenos hábitos, hacer
buenos ciudadanos y en definitiva formar buenos ciudadanos, de aquí nacen las relaciones con
sus abuelos que se convierten de alguna forma en abuelos cuidadores, es una manera de
hacerlos sentir útiles y los ayuda tener nuevas capacidades. Por esta razón es la importancia de
la importancia de inclusión social para el adulto mayor, esta necesidad de sentirse útil los
ayuda a vivir más y mejor. Tratar de mantener nuestras relaciones familiares y sociales con
optimo nivel de satisfacción en el que cada miembro de la familia sienta que todos colaboran
en un bien común es un objetivo importante para obtener un envejecimiento satisfactorio.

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