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Juan Sebastian Naranjo Guzman – 040250532018

TEORIA DE LAS PREFERENCIAS REVELADAS

Introducción e información general


La teoría de la preferencia revelada, principalmente atribuida a Paul Samuelson, catalogado
como economista neoclásico, es desarrollado bajo los supuestos de la teoría de la elección
racional y la microeconomía neoclásica.

Robert Solow reconoció a Samuelson, como el economista que “proporciono las


herramientas que utilizan y las ideas que aplican todos”, con esto se refiere al
revolucionario uso de las matemáticas en economía que implemento Samuelson.

“La teoría de la preferencia revelada constituye uno de los dos enfoques teóricos de la
microeconomía ortodoxa que explican la manera como los agentes económicos toman
decisiones de consumo en el seno de sociedades mercantiles típicamente capitalistas”
(Raffo, 2005, p. 187)
Esta teoría creo la posibilidad de limitar el uso “racional” del enfoque neoclásico, siendo
pionero de un naciente campo de investigación que supero el ámbito de aplicación de la
teoría del consumidor, construyendo una posible relación entre la teoría económica con
otras ciencias sociales.

El aporte de Samuelson no puede ser limitado únicamente a su implementación de las


matemáticas en la teoría económica, su real aporte está contenido en el enlace entre la
coherencia de la preferencia revelada con un instrumento importante para el pensamiento
económico como lo es la ley de demanda
1. ELECCION RACIONAL
La racionalidad es un principio metodológico que permite sistematizar explicaciones
mediante el individualismo metodológico. En un primer acercamiento, parece que el
principio de racionalidad es inmune a contradicciones, debido a su carácter lógico. Sin
embargo, el principio de racionalidad no es la verdad absoluta, es importante hacer la
distinción acerca de que es simplemente una buena aproximación a la verdad para el caso
específico de la teoría de la preferencia relevada. (Raffo, 2005)

La teoría de la elección racional es adecuada para explicar el comportamiento de un agente


representativo de la sociedad, de esta manera si las desviaciones de las elecciones del
agente se distribuyen uniformemente, estos errores individuales se cancelan con otros,
generando un resultado agregado correspondiente a la teoría de la elección racional.
Por esta razón el modelo tradicional se considera como “razonable” si se toma como una
aproximación y no como una precisión de la realidad. (Raffo, 2005)

En este sentido, se necesita un planteamiento de un conjunto de premisas sobre la habilidad


de los agentes económicos para construir hipótesis sobre los sucesos futuros de su entorno,
que, de igual manera, estos sucesos futuros están sujetos a las decisiones de los demás
agentes del entorno.

“Más exactamente, es necesaria la especificación de un modelo de comportamiento medios


fines del tipo p es la mejor forma de obtener q, que le permita a los individuos actuar en
concordancia a la situación social concreta que enfrentan. Se le pueda atribuir p al agente y
concluir que este actuará así.” (Raffo, 2005, p. 185)
Según (Raffo, 2005) se deben considerar las siguientes premisas para el cumplimiento de la
racionalidad:
i) La completa información lleva a la conclusión (al agente) de que p es la mejor
manera de obtener q.
ii) El agente es “racional”, por lo tanto, elige la mejor forma de satisfacer sus
preferencias.
iii) Q es el resultado deseado.
iv) El agente es epistémicamente racional, es capaz de aprender. v) El agente elige p.
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La racionalidad epistémica hace referencia a que las elecciones del agente se constituyen
sobre la información disponible que ofrece el mercado, de esta manera se cumple el
principio que requiere que los agentes estén en capacidad de construir “creencias
racionales subjetivas fuertes”
El agente utiliza de la mejor manera la información disponible, igualmente, debe ser
consistente respecto a sus demás creencias. El agente será capaz de elaborar “creencias
racionales subjetivas fuertes”, si cumple con estas características. (Raffo, 2005)

2. PREFERENCIA REVELADA
Samuelson (1948) concibió su teoría de la preferencia revelada como una forma de
esquivar la necesidad de representar las preferencias del consumidor mediante una función
de utilidad.
Difiere a la teoría del consumidor en cuanto a su metodología, debido a que en este
segundo caso las preferencias son representadas en la función de utilidad, las cuales son
maximizadas por el consumidor sujeto a una restricción presupuestaria, sin embargo, en la
práctica, es poco probable que un individuo tenga una función de utilidad definida para el
consumo de “X” cantidad de bienes.
Por lo tanto, esta teoría de la preferencia revelada surge como una alternativa. (Celaya,
2005)
Salazar (2010) basado en el trabajo de Samuelson (1948) elabora una demostración para el
enfoque de la preferencia revelada.
Se considera que existen L bienes en el mercado. Denotemos por Xi a la cesta elegida por
el agente cuando el vector que determina los precios de los bienes es i p y la renta
disponible es Wi > 0. Se supone que el consumidor gasta toda su renta, es decir

La observación de las decisiones del agente (caracterizadas por los datos


{Xi, Pi, Wi,} permite deducir algunas propiedades relevantes sobre su comportamiento; en
particular, si se cumple
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Se asume que el agente ha revelado que prefiere Xj a la cesta Xk.


Partiendo de la diferencia de coste entre cestas, Samuelson (1948) precisa la idea de
preferencias coherentes:

Si el agente revela que prefiere la cesta Xj a Xk, entonces unas preferencias exentas de
contradicciones no pueden revelar también la afirmación contraria.
Esta condición conocida como el axioma débil de la preferencia revelada, conlleva la
ausencia de inconsistencias en las preferencias.
Salazar (2010) plantea un cambio la elección del agente, pasando de {Xk, Pk, Wk,} a {Xi,
Pi, Wi,}. Este cambio será compensado en los precios si se verifica que Wj=Pj*Xk, es
decir, si la cesta Xk también está disponible para el agente en la nueva situación j. Al
verificarse esta situación, su comportamiento será correspondiente con el axioma débil,
debido a que su respuesta será únicamente ante variaciones en los precios y no ante
variaciones de su renta.
Este cambio implica una nueva relación en las preferencias coherentes

Se ordenan estas relaciones y se obtiene:

Esto significa que, ante la variación del precio de un bien, conservando lo demás
constantes, se relaciona con una variación en sentido contrario de la demanda de este bien.
Según Samuelson (1948) la ley de demanda ha dejado de ser un “supuesto” razonable, por
lo que se ha convertido en un supuesto refutable.

De igual manera Samuelson (1948) demostró que la ley de la demanda compensada es una
consecuencia del axioma débil.
La condición conocida como el axioma fuerte de la preferencia revelada, requiere de la
transitividad y el ordenamiento de preferencias, de esta manera asegura una función de
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maximiza la utilidad del consumidor, se relaciona los datos de demanda con el supuesto
del agente racional maximizador de la utilidad.

Houthakker hizo posible esta condición, en la cual se reconstruyen las preferencias del
consumidor utilizando los datos observados. Salazar (2010)
Las elecciones del agente pueden ser tomadas como la solución óptima de una función de
utilidad con restricciones cambiantes (variaciones en precios y renta), si verifican los
axiomas de la preferencia revelada (axioma débil o fuerte)
Samuelson (1948) demostró que la verificación de los axiomas de la preferencia revelada,
solo hace referencia a un movimiento simultaneo de los precios y las cantidades
demandadas, en esta línea, el no cumplimiento de los axiomas no implica irracionalidad o
ineficiencia, solo indica que variaciones en precios y renta no son información suficiente
para explicar cambios de la conducta de los agentes.

3. Criticas
Daniel M. Hausman criticó el trabajo de Samuelson, centrándose en la preferencia revelada y la
teoría de juegos.
La preferencia revelada, se entiende como elecciones: xPiy que significa que el individuo
“i” elegirá “x” en el conjunto de elecciones {x, y}. También, se debe entender las
funciones de utilidad como elecciones que no implican nada relacionado con el deseo,
satisfacción o diferentes variables “mentales”
De esta manera, las preferencias incluyen las creencias y los llamados “deseos”
La actitud de los jugadores respecto a los estados sociales debe incluir tanto creencias como
deseos, debido a que la elección social define las variables x, y, ...como “estados sociales”
que son “descripciones completas”
“Sin embargo, la actitud de los jugadores hacia ellas –sus preferencias– sólo se puede
entender en términos de creencias y deseos. Se debe observar, por tanto, que en este sentido
preferencias” parece que es lo mismo que “razones”. Si xPiy significa que i elige x en el
conjunto {x, y}, entonces el orden de preferencias xPiy constituye las razones de i para
elegir x. A las preferencias no se las denomina “razones” porque las razones por las que i
elige x no se especifican” (Dowding, 2008, p. 22)
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Para ilustrar los análisis formales se utilizan situaciones en las cuales, los resultados son
descritos, pero incluso en estas situaciones las preferencias de los jugadores siguen siendo
solo supuestos.
Los resultados de las preferencias de los individuos siguen sin ser descritos y se representan
mediante variables
Hausman utiliza el término “preferencia” con el mismo significado de deseo, sin embargo,
es importante identificar que “preferencia” es diferente que deseo.
De esta manera muchos de sus comentarios son inútiles en el debate como: “es de suponer
que los economistas sean conscientes de que es una perogrullada que la elección dependa
de la creencia tanto como de la preferencia” (Hausman, 2000, P.14)
Aunque la defensa del debate de la teoría de la preferencia revelada no se puede estancar en
una simpleza como el significado de “preferencia”, la invalidez del comentario de Hausman
radica en que no es adecuado agregar representaciones mentales en la teoría de la
preferencia revelada, las preferencias son supuestas, cuestión ya demostrada por Samuelson
(1948)

Conclusión
Es importante tener en cuenta que la teoría de las preferencias reveladas, al igual que la
elección racional, debe ser tomada como una mera aproximación de la realidad. No se
debe caer en el error de algunos académicos, al entender los resultados que arroja dicha
teoría como la realidad, de igual manera, hay que evitar las confusiones como la
situación de Hausman, al agregar representaciones mentales que son inadecuadas para el
contexto de la teoría de las preferencias reveladas.
Esta teoría de las preferencias reveladas es una alternativa frente a la teoría del consumidor,
cada una difiere en sus metodologías para encontrar las soluciones óptimas del consumidor
ante la maximización de su utilidad.
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Bibliografía
• Celaya, F. (2005). La teoría de la preferencia revelada. Logroño, España:
Universidad de la Rioja
• Dowding, K. (2008). A DEFENCE OF REVEALED PREFERENCE ANALYSIS.
Londres, Inglaterra: London school of Economics

• Raffo, L. (2005). ¿Qué es la teoría de la preferencia revelada? Cali, Colombia:


Universidad del valle
• Salazar, J. (2010). EL LEGADO DE SAMUELSON: La preferencia revelada.
Madrid, España: Universidad europea de Madrid
• Samuelson, P. (1948). Consumption theory in terms of revealed preference.
Cambrigde, Estados unidos: Jstor.
• David T. (2002). Los economistas como metodólogos: Friedman y Samuelson.
• McFadden D. (1975). The revealed preferences of a government bureaucracy
• Ray, I., & Zhou, L. (2001). Game theory via revealed preferences. Games and
Economic Behavior, 37(2), 415-424.
• Beshears, J., Choi, J. J., Laibson, D., & Madrian, B. C. (2008). How are preferences
revealed? Journal of public economics, 92(8-9), 1787-1794.
• JJ Mora Rodriguez. (2013). Introduccion a la teoría del consumidor.
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