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dizar en el desarrollo de la convers.uion misma. Para ilustrarlo
se han incorporado al texto ejemplos de situaciones tanto pro-
pias de entrevistas como de diálogos abiertos o de charlas es-
colares y asistenciales.
Una conversación se compone de distintas fases, desde la
introducción hasta la conclusión, aunque no siempre se pasa
por todos los estadios. Los adultos tienden a omitir la introduc-
ción y la conclusión cuando quieren decirle algo determinado
a u n niño. Una buena introducción, sin embargo, determina el
tono en el que transcurre el diálogo e influye sustancialmente
en el desarrollo de la conversación. Una buena conclusión evita
tensiones y preguntas pendientes.
La conversación con niños puede tener lugar con personas
conocidas o desconocidas para ellos. En el último caso es esen-
cial prestar mucha atención a la introducción, que debe empezar
con la presentación personal de los interlocutores. También cabe
señalar que justamente cuando el diálogo se lleva a cabo con
personas conocidas, es una lástima que se suela pensar que la
introducción es innecesaria.
4.1. La estructura de una conversación
Existen distintos tipos de conversación. Sin embargo, aun-
que el contenido del diálogo pueda variar muchísimo, se vis-
lumbra en muchos aspectos una estructura común. En este ca-
pítulo se ha optado por clasificar las conversaciones en tres
categorías:
— Entrevistas abiertas (espontáneas), que incluyen las charlas
en el colegio, en casa o en u n club, y tienen como meta
el conocer la opinión y sentimientos del niño.
— La entrevista, con el único f i n de obtener información del
niño con relación a u n tema determinado.
— La conversación asistencial, con el objetivo de ofrecer ayu-
da al niño.
O Ü O S SOL.ARES
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Durante todas las clases de conversaciones se pueden tocar
diferentes aspectos, de manera que una charla abierta puede
adquirir el carácter de una conversación asistencial.
Una conversación consta de diferentes fases. En el caso de
la entrevista se pueden diferenciar, por lo general, claramente
las siguientes fases.
1. La preparación.
2. La introducción.
3. La pregunta inicial.
4. La parte central.
5. La conclusión.
En el caso de conversaciones asistenciales no se prestará m u -
cha atención a las fases 1 y 2 si el asistente ya conoce al niño.
En el entorno escolar la conversación surge con frecuencia al
azar y las fases 1, 2 y 3 no se llegarán a tocar. A veces el niño
elige u n momento «inoportuno» a ojos del adulto para empezar
el diálogo. El niño puede no darse cuenta de que el momento
es «inoportuno», pero también es posible que el niño elija cons-
cientemente ese momento «inoportuno» porque quiere desviar
la atención del adulto o porque quiere que u n determinado
tema se trate de forma rápida y sin mucho énfasis. U n niño
también puede procurar no estar nunca a solas con u n adulto,
de manera que éste no pueda entablar nunca una conversación
con él. Esto se ha de tener m u y en cuenta porque u n niño que
evita conversaciones llama mucho menos la atención que u n
niño que busca el diálogo, pero necesita el mismo apoyo. Inclu-
so en situaciones caóticas en la escuela o en casa es posible es-
tructurar la manera de llevar una conversación. Concienciarse
de esto significa, por ejemplo, que una «charla casual» puede
convertirse en una entrevista abierta, en la que el niño puede
exponer mejor su tema.
La duración de una charla depende de varios factores: la
edad del niño, la dificultad del tema, la tensión que éste genera,
la tensión que conlleva el hablar con determinados interlocuto-
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