A la edad de 4 años era una niña súper hiperactiva, hiperactividad que manifestaba haciendo cosas no muy productivas, como pellizcar o morder a mi compañeros, le daban el reporte a mi mamá, ella me preguntaba la razón, pero yo no sabía explicarle. El maestro de deportes nos dio una clase de Karate, le comentó a mi mamá que había notado que tenía mucha energía y que entrenar sería una buena forma de provecharla, comencé a ir a clases de Karate, estuve yendo por algún tiempo, pero mi mamá solo podía llevarme un día a la semana, por lo que no avancé en nada, el desánimo llegó y dejé de asistir. A los 9 años, salía de mi escuela y un señor me entregó un volante, lo leí y lo guardé, me interesó la idea de entrar aunque ni siquiera sabía que era el Taekwondo, ahora que lo pienso si no hubiera leído ese volante y lo hubiera ignorado probablemente nunca hubiera conocido lo que es el taekwondo y mi vida habría sido completamente diferente (por eso el titulo); en fin, cuando llegué a mi casa le enseñé el volante a mi mamá, le pregunté si me podía llevar y después de pedir informes dijo que si, así comencé a entrenar en Kumgang, desde el primer día de entrenamiento lo disfruté mucho, además de que me motivó el hecho de ser junto con mi hermana las primeras alumnas en entrar a esa academia, hubo una etapa en la que tuve miedo, así que pensé en dejar de asistir, estuve a punto de abandonarlo, pero con el apoyo de mi mamá y mi profesor seguí en mis entrenamientos, ellos me decían que tenía mucha habilidad y que no podía desperdiciarlo así que aunque no muy convencida decidí seguir. Además de las ventajas físicas y formativas que me brindó este deporte, tuve la oportunidad de conocer muchos compañeros de entrenamiento que se han convertido en mis mejores amigos, aparte mi familia no suele viajar mucho, pero gracias a este deporte he podido conocer otras ciudades, también me dio la oportunidad de pertenecer a la selección de nuevo león una buena experiencia en mi adolescencia gracias a la cual por primera vez en el 2018 viaje sola Querétaro lo que fue algo completamente nuevo para mí, además de que era el primer torneo en el que estaba representando al estado de Nuevo León, tenía mucha presión y además estaba muy nerviosa, lamentablemente no obtuve ningún lugar pero con solo haber podido llegar hasta ahí me sentía satisfecha. Además de eso nunca había ido a la playa, desde siempre había querido poder ver la arena y el mar, así que gracias a que hubo un torneo en Mazatlán pude ir y además de obtener primer lugar pude compartir momentos inolvidables con mi hermana, mi mamá y mis mejores amigos. Sé que no destaco mucho entre mis compañeros debido a mi personalidad, pero precisamente en eso es en lo que me ha ayudado mucho, suelo ser muy insegura conmigo misma pero al estar entrenando me siento muy bien, me siento cómoda ya que es algo que me gusta hacer y que además se me da bien, por eso este deporte y las personas que he conocido gracias a él han sido una parte muy importante en mi vida, y todo gracias a un simple trozo de papel. El Taekwondo me ha permitido desarrollarme en todos los aspectos de mi vida, me encanta, ahora sigo teniendo la oportunidad de practicarlo, me ha dado muchas oportunidades que no hubieran sido posibles sin este deporte, espero seguir teniendo la oportunidad de practicarlo y aún más en esta academia, he seguido mi proceso paso a paso con el mismo gusto en cada examen, gracias a las personas que siempre me han apoyado para no dejar las cosas a medias y dar siempre lo mejor de mí. Agradezco a mi familia y a mi profesor José del Castillo por todas sus palabras y todo ese apoyo incondicional que me han dado, por creer en mi más de lo que yo creo en mi misma, por hacer posible todo lo que he vivido en mi niñez, adolescencia y todo lo que siga cultivando en mi juventud y mi futuro. Estoy muy orgullosa de pertenecer a esta gran familia Kumngang Taekwondo, ¡Felicidades por esos 10 años de acumular experiencias y transformar vidas y que sigan los éxitos! Alexandra Doniz Núñez