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RESERVA DE FALLO CONDENATORIO

La reserva del fallo condenatorio consiste en la declaración de culpabilidad del


imputado sin pronunciamiento de la pena, es decir, el juez o Tribunal se va a
abstener de dictar la parte resolutiva de la sentencia condenatoria, esto es,
renuncian a imponer una condena, esto se atribuye en el marco de las facultades
discrecionales del juzgador, quien ante determinadas circunstancias dispone la
reserva del fallo, sometiendo al reo a una serie de reglas de conducta a fin de
garantizar el programa resocializador; es decir, se orienta en exclusiva al fin de
prevención especial.

Asimismo, el Artículo 62° del Código penal, nos menciona que: “El juez puede
disponer la reserva de fallo condenatorio siempre que de las circunstancias
individuales, verificables al momento de la expedición de la sentencia, pueda
colegir que el agente no cometerá nuevo delito. El pronóstico favorable sobre la
conducta futura del sentenciado que formule la autoridad judicial requiere de
debida motivación (…)”, es decir, tal como el articulo menciona la aplicación de la
reserva del fallo condenatorio se sujeta a la facultades discrecionales del juzgador,
quien valorará el caso en concreto.

En consecuencia, el Artículo 63° del Código Penal  faculta al juez a abstenerse de


dictar la parte resolutiva de la sentencia. En este sentido, el juez se abstiene de
pronunciar la pena, a pesar de haber encontrado judicialmente culpable al
imputado, quien en virtud de determinadas características merece, según la ley,
un tratamiento punitivo diferenciado.

REQUISITOS:

Existen 3 requisitos para que el agente pueda acceder a la reserva del fallo
condenatorio son los siguientes:

1. Cuando el delito está sancionado con pena privativa de libertad no mayor


de tres años o con multa.
2. Cuando la pena a imponerse no supere las noventa jornadas de prestación
de servicios a la comunidad o de limitación de días libres.
3. Cuando la pena a imponerse no supere los dos años de inhabilitación.

Cabe resaltar que, en la jurisprudencia emitida por la Segunda Sala Penal


Transitoria de la Corte Suprema, se otorgó carácter de vinculante a los requisitos
necesarios que facultan al magistrado a aplicar la figura de “reserva del fallo
condenatorio”, esta decisión halla su fundamento en la R.N. Nº 3332-04 – Junín.
En ese sentido, la Sala Suprema fijó los presupuestos básicos para aplicar la
reserva del fallo condenatorio, regulados a partir del artículo 62 al 67 del Código
Penal, los cuales son:
1. Que el delito esté sancionado con pena conminada no superior a tres años
de pena privativa de la libertad o con multa; o con prestación de servicios a
la comunidad o limitación de días libres que no excedan a noventa jornadas
semanales; o con inhabilitación no superior a dos años.
2. Que el juez atendiendo a las circunstancias de hecho y a la personalidad
del agente, emita un pronunciamiento favorable sobre la conducta futura del
imputado.
3. La reserva del fallo condenatorio también es aplicable en caso de penas
conjuntas o alternativas, siempre que tales sanciones se adecuen a los
marcos cualitativos y cuantitativos antes mencionados.

REGLAS DE CONDUCTA A IMPONERSE:

Se encuentran regulados en el Art.64° del Código Penal, en donde el legislador ha


considerado necesario, que el beneficiado con la reserva de fallo condenatorio sea
sometido a determinados parámetros de conducta a fin de garantizar y de
controlar el proceso de rehabilitación social.

1. Prohibición de frecuentar determinados lugares.


2. Prohibición de ausentarse del lugar donde reside sin autorización del juez.
3. Comparecer mensualmente al juzgado, personal y obligatoriamente, para
informar y justificar sus actividades.
4. Reparar los daños ocasionados por el delito o cumplir con su pago
fraccionado, salvo cuando demuestre que está en imposibilidad de hacerlo.
5. Prohibición de poseer objetos susceptibles de facilitar la realizar de otro
delito.
6. Obligación de someterse a un tratamiento de desintoxicación de drogas o
alcohol.
7. Obligación de seguir tratamiento o programas laborales o educativos,
organizados por la autoridad de ejecución penal.
8. Los demás deberes adecuados a la rehabilitación social del agente,
siempre que no atenten contra la dignidad del condenado.
9. Obligación de someterse a un tratamiento psicológico o psicriatrico.

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