31.08.22. Educación Religiosa.

LAS BIENAVENTURANZAS

Las bienaventuranzas o sermón de la montaña, fueron proclamadas por Jesús, cuando se dirigía a la multitud que lo
seguía, y las dejó como un legado para todos nosotros. Si practicamos las bienaventuranzas, comprenderemos que la
verdadera felicidad, no reside en las riquezas, ni en los honores, sino en vencer el egoísmo, en hacer el bien y en vivir
unidos a Dios.
Cada una comienza con la palabra “bienaventurados”, luego se refiere a quiénes son bienaventurados y finalmente
dice por qué son bienaventurados, o en otras palabras, qué recompensa tendrán.
La recompensa que se promete en cada bienaventuranza no es temporal, para esta vida, sino para el cielo. Tampoco
se puede decir que los buenos sean infelices aquí en la tierra; los que obran bien, los santos, siempre han sido alegres.
Las bienaventuranzas son:

Bienaventurados los misericordiosos

Dios nos ama infinitamente y nos da muestras continuas de misericordia: nos ha salvado por la muerte y resurrección
de Jesucristo, nos perdona siempre si arrepentidos acudimos a Él.
Nos manda que seamos misericordiosos como Él fue bueno con nosotros y, a cambio de un poco de misericordia usada
con los hermanos por sus defectos u ofensas que, aunque nos parezca grandes son pequeñas, Él nos promete la gloria
eterna.
Cómo ser misericordiosos
• Puedes serlo cuando ayudas a tus padres en los quehaceres de la casa, a tus hermanos pequeños (si los tienes) en las
tareas escolares, a tus abuelos (si los tienes) en lo que necesiten y, en caso que no necesiten nada, brindarles tu
compañía.
• Cuando vives sin violencia, fomentando la paz.
• Ayuda a tus compañeros de aula; si alguien se enferma hazle llegar tus apuntes y oriéntalo en las tareas; a tu profesor
colaborando con el orden y disciplina.
• Ayuda a algún vecino en la medida de tus posibilidades.
• Como ves, ayudar no es buscar algo espectacular como un incendio, terremoto o alguna catástrofe. Se puede ayudar,
desde la manera más sencilla, hasta la más complicada, de acuerdo con la edad y la situación de la persona.

REFUERZO MI APRENDIZAJE

1. Escribe V cuando la expresión es verdadera y F, cuando no la es.

- Las Bienaventuranzas fueron dadas por los apóstoles. ( )
- Jesús proclamó las Bienaventuranzas para todos nosotros. ( )
- Las Bienaventuranzas nos guían hacia la vida eterna. ( )
- Sólo los que tienen bienes terrenales son bienaventurados. ( )
2. De las 8 Bienaventuranzas, marca con el signo (+) los valores que prácticas y con el signo (-) las
que no practicas:
Pobreza de Espíritu - Admitir que tengo necesidades. ( )
- Estar abierto a cambios. ( )
- Aceptar que no lo sé todo. ( )
- Aceptar que no lo tengo todo. ( )

Sufrimiento - Sentir compasión por el dolor de los otros. ( )

- Compartir el dolor del hermano. ( )

Mansedumbre - Aceptar a los demás como son. ( )

- No manipular a las personas. ( )
- Estar abierto a todos. ( )
- Escuchar siempre a los demás. ( )

Hambre de Espíritu - Preocuparme por mi espíritu. ( )

- Tener metas y aspiraciones espirituales. ( )
- Tener caridad sin condiciones. ( )
- Ser sensible a las necesidades de los demás. ( )

Limpios de corazón - Siempre estar en contacto contigo mismo. ( )

- No tener falsas imágenes, ni posturas entre los demás. ( )
- Ser honesta contigo misma, con Dios y los otros. ( )
- Salvar diferencias sin destruir a los otros. ( )

Pacífico - Crear la unidad. ( )

- Armonizar con todos. ( )

Fortaleza - Ser capaces de soportar la hostilidad de otros. ( )

- Aceptar el poder de los otros sin responder
con agresividad. ( )
- Actuar pensando sin reaccionar negativamente. ( )

3. Reflexiona y responde:
¿Qué entiendes por ayudar al prójimo?
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¿Por qué decimos que las Bienaventuranzas están comprendidas en el Mandamiento del Amor?
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¿Dónde está la verdadera felicidad?

4. Escribimos las acciones que nos demuestran que estamos cumpliendo con el pedido de Dios de
amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos demostrando la importancia de las
Bienaventuranzas en nuestras vidas.
DEMO STRACIO NES DE AMO R

Conmigo mismo Con mi prójimo