Está en la página 1de 3

Universidad Católica de Colombia

Teoría e historia 4
Brandon Andrés Urrego Almanza - 1106265

CONCEPTOS QUE JUSTIFICAN LOS NUEVOS PROYECTOS


ARQUITECTÓNICOS EN EL CENTRO HISTÓRICO DE BOGOTÀ

“La arquitectura se parece a una gran ciudad contemporánea, donde no


predomina ningún sistema sobre los otros sino que, al contrario, las tensiones
inherentes y las diferencias llevan a alternativas y, a veces, nuevos modos de
acción. Nuestras investigaciones sugieren que los conflictos, confrontaciones y
contaminaciones entre concepto, contexto y contenido son parte de las definición
contemporánea de la cultura urbana y, por tanto, de la arquitectura.” (Tschumi,
2005, p. 10).

El centro histórico de Bogotá se caracteriza por contener en sus barrios, estilos


arquitectónicos de diferentes épocas, cada uno de ellos cuenta una historia en el
lugar, allí predomina el estilo colonial, el que ha estado ahí por más de cuatrocientos
años cuando se fundó la ciudad. Éste estilo ha logrado relacionarse con los
imponentes cerros orientales, los cuales son la principal limitante de la ciudad,
presentándose como una muralla verde, que acompaña a los habitantes de Bogotá
todas las mañanas en su diario vivir. Pero entonces ¿Cómo es que los nuevos
edificios con estilos arquitectónicos que llegaron a Bogotá en épocas posteriores
lograron adaptarse tan bien al contexto ya existente?, ¿A caso fue el concepto el
que les permitió a la arquitectura republicana y moderna del siglo XX ser parte de la
historia que hoy conocemos en el centro histórico de Bogotá?, ¿Por qué algunos
edificios han fracasado en el intento de ser parte de este espacio de historia y
naturaleza? y finalmente ¿Cómo formular conceptos que justifiquen la arquitectura
en relación al centro histórico de Bogotá y al medio ambiente del lugar?

Los proyectos arquitectónicos más exitosos en el mundo y en Bogotá poseen un


concepto que se relaciona con su contexto y como lo expone Bernard Tschumi en el
artículo “Concepto, Contexto, Contenido”, existe una serie de relaciones entre el
contexto y el concepto, actualmente podemos observar ejemplos de estas
relaciones en el centro histórico. El Centro Cultural Gabriel García Márquez
diseñado por el arquitecto Rogelio Salmona en el año 2003 es una muestra de
reciprocidad entre contexto y concepto, donde la sinuosidad de sus formas y el
diálogo que entabla entre el tiempo y el lugar se percibe desde múltiples escalas y lo
dota de contenido en una configuración espacial que habla con el exterior.

Otro ejemplo es la “Calle Estero” en el barrio La Concordia, donde se ve una clara


relación de supervivencia, en un lado de la acera vemos casas coloniales y edificios
republicanos que permanecen hoy en día pero fueron invadidos por una
urbanización fallida de casas de mediados del siglo XX en la otra acera, esta
relación se da cuando varios estilos arquitectónicos luchan por permanecer, pero
mantienen una estrecha relación al compartir el mismo espacio público y al entablar
episodios de amistad al pasar a ser parte de la historia de la ciudad. Por otro lado,
edificios republicanos que llegaron después de la época colonial, se presentan en el
lugar como fomentadores de desarrollo cuyo concepto fue el de transformar el
centro histórico siendo indiferente con el mismo y expandiendo la ciudad hacia
nuevos horizontes impulsando a una nueva era de prosperidad y contemporaneidad
para Bogotá y el país, dejando atrás la era colonial que los vio nacer.
También han surgido proyectos arquitectónicos más modernos en el siglo XXI, en el
centro histórico, que han mantenido una relación de indiferencia e incluso de conflicto
con el contexto del lugar, como es el caso del complejo de residencias estudiantiles
City U, diseñado por las firmas QBO y Promotora Convivencia. El edificio logra una
relación en sus plantas bajas cuyo uso brinda espacio público al sector pero cuando
las torres se elevan comienza el desastre, pues las torres buscan imitar el paisaje de
los cerros orientales, pero fracasan, pues la imitación no cumple la función de relación,
porque a pesar de que no ignoran el contexto si surge un conflicto visual de
protagonismo, entre las torres coloridas de concreto y el paisaje que nos brinda el
centro histórico con los cerros orientales como telón de fondo. (Tello, T. 2017,
Adefesios arquitectónicos de Bogotá).

Al contemplar proyectos exitosos y proyectos conflictivos, en el centro histórico, se


puede comprender la importancia de formular un concepto para el proyecto, la
arquitectura debe poseer unos conceptos que le permitan justificar el porqué de su
implantación en un lugar, formular estos conceptos previos a la materialización de la
arquitectura, permitirán que su relación con el lugar sea consensuada y no obligada
como ocurre en muchos casos en Bogotá, donde la arquitectura se impone sobre el
lugar y hay una relación de indiferencia entre los dos.

Generar un concepto es cuestión de pensar que es lo que se quiere proyectar, para


ello se puede tomar en cuenta el contexto como fuente de inspiración conceptual, en
el caso del centro histórico de Bogotá, teniendo a los cerros orientales de fondo se
podría pensar que el concepto buscará relacionarse con la naturaleza y la ecología,
por otro lado al pensar en las viviendas coloniales y su historia, el concepto buscará
en la materialidad de los balcones de bahareque y los tejados de arcilla, y en la
configuración espacial de los patios como respuesta, o también pensar en la cultura
y al arte que se desarrolla en el lugar para hacer uso de la configuración espacial de
los contenidos, generando un concepto igualmente cultural y artístico, existen
muchas posibilidades pero todo es cuestión de estudiar el contexto porque como
define Tschumi: “Las condiciones complejas del sitio y del programa exigen que el
contexto y el contenido sean entendidos y atendidos. Como el contexto no puede
ignorarse o eludirse, debe conceptualizarse. El concepto ataca directamente, por
tanto, los requerimientos contextuales volviéndose a su favor.” (Tschumi, B. 2005, p.
8).

El concepto puede hacer uso de elementos estéticos y espaciales a su favor, la


materialidad que se le da a la forma arquitectónica es de gran ayuda si se requiere
una estrecha relación con las fachadas del lugar, un ejemplo es el uso de la piedra
típica bogotana para las fachadas durante la época republicana, la piedra muñeca,
es un símbolo que representa la arquitectura republicana colombiana, también los
espacios abiertos y públicos de recorridos marcados nos recuerdan a los primeros
indicios de paisajismo en el país, que usaba materiales simples y locales para
delimitar los recorridos de las permanencias, o si el concepto va más allá de lo que
vemos y es mucho más profundo como en el caso de Rogelio Salmona, que se
inspira en las culturas precolombinas para generar su arquitectura, se puede hacer
uso de elementos de la naturaleza como el agua para materializar el concepto.
Pero no todo es una estrecha relación entre contexto y concepto, también el
contenido posee una papel importante como intermediario, pues es el contenido el
que determina los espacios en muchas ocasiones, si los contenidos no cumplen su
propósito al ser de utilidad para el habitante, se le está dando cabida al fracaso del
concepto, por lo tanto pensar en contenidos genéricos que brinden espacio público,
es la mejor solución para evidenciar los conceptos sin sufrir de relaciones espaciales
de indiferencia como era el caso de varios edificios republicanos y modernos de
mitad del siglo XX. Un caso concreto es el barrio La Concordia, un barrio que abunda
de cultura y espacio público, pero carece de orden por el pasar de los años, existen
teatros en casas coloniales y pequeñas plazuelas como “El Chorro de Quevedo” que
guardan una estrecha relación con los visitantes del centro histórico, si se piensa en
un contenido apropiado para el lugar, sería acertado un centro cultural como un
teatro o un centro comunitario, que tome de igual manera un contenido no
programático que se relacione con la naturaleza del lugar, dotando este espacio de la
materialidad apropiada y con una configuración espacial, que esté abierta al público,
éste sería un proyecto pertinente y recíproco con el contexto, fomentando un
concepto comunitario de cultura y arte.

Un lugar tan lleno de cultura como lo es centro histórico y al mismo tiempo tan
enriquecido de recursos y factores ambientales como los cerros orientales, debe
recibir el respeto que merece, siendo parte de la ideas que sustentan los conceptos
de la arquitectura de futuros proyectos. Antes de pensar en estructuras y envolventes
el arquitecto debe pensar en cuál es el concepto que quiere proyectar al lugar,
pensar siempre en cómo afectará el lugar es lo más generoso que puede hacer la
arquitectura, esta no se puede dar el lujo de ser egoísta con su entorno y siempre se
deben justificar el hecho de implantar una nueva forma arquitectónica, pues el lugar
estuvo primero y a diferencia de los nuevos proyectos goza de antecedentes e
historia. Lograr una relación íntima con el centro histórico de Bogotá es posible,
formulando un concepto justificado y sustentable, el cual será de vital importancia
para lograr ser parte de la historia de la ciudad.

Referencias:

Tello, T. (2017). Adefesios arquitectónicos de Bogotá. Revista Electrónica Cartel


Urbano. Disponible: https://cartelurbano.com/noticias/adefesios-
arquitectonicos-bogota-atlantis-plaza-terraza- pasteur-edificios-bogota.
Consultado el 18 de mayo de 2020.
Tschumi, B. (2005). Concepto, Contexto, Contenido. Ciudad de México: Arquine,
Revista Internacional de Arquitectura y Diseño. Vol 34.

También podría gustarte