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ORGÁNICO
Claves para ser
un buen legislador en México
COMISIÓN DE BIBLIOTECA Y ASUNTOS EDITORIALES
PA
o
Claves para ser
un buen legislador en México
PRÓLOGO
GASTÓN JULIÁN ENRÍQUEZ FUENTES
PRESENTACIÓN
ZOÉ ROBLEDO A.
EDITORIAL
PORRÚA
MÉXICO, 2 0 1 3
Primera edición: 2013
Copyright© 2013
MIGU EL ERAÑA SÁNCHEZ
Det·echos reservados
ISBN 978-607-09-1447-8
IMPRESO EN MÉXICO
PRINTED IN MEXICO
A la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México
para que siga siendo ese locus del pensamiento universitario
libre y divergente. Y en la ilusión de que éste sacuda
más conciencias en una nación con apremios éticos
en sus instituciones y ciudadanía.
Al buen legislador que proyecta su papel en tribuna tal
y como podría influir la hidrografía fronteriza de México
en sus habitantes: imbuido por un espíritu pacífico
que no desarmoniza con la chispa dialéctica
de quien es bravo por naturaleza, cuida en aplicarse
con hondo empeño y reflexión en sus responsabilidades.
Mientras anda en alerta para que sus flaquezas
no lo hagan pasar por golfo frente al electorado.
PRESENTACIÓN
XI
XII PRESENTACIÓN
1 Ha pasado algo ele tiempo desde su primer libro publicado: La protección Constitu
cional de las Minorías Parlamentarias (Editorial Porrúa, 2003); la autoría de los "Comen
tados a los artículos 63, 70 y 77 constitucionales" (en Los Derechos del Pueblo Mexicano,
México a través de sus constituciones, Instituciones VV. AA, 2006); o en la coordinación y
coautoría del libro Los Principios Parlamentarios (Editorial Porrúa, 2010), entre otros.
PRÓLOGO
Para el profesional del trabajo legislativo, sea éste político ele carrera o
técnico asesor, el Derecho Parlamentario es la disciplina que completa
mente estructura su proceder en las labores propias del órgano legisla
tivo. Tal afirmación puede parecer una perogrullada, pero nada resulta
más imprescindible que abordar esta supuesta obvieclad desde el inicio
ele la magnífica obra que el lector tiene en su poder; consecuente por lo
demás con su título Derecho Parlamentario Orgánico. Claves para ser un
buen legislador en México.
Efectivamente, el sugerente subtítulo de esta obra nos recuerda que
la asunción cabal y responsable ele legislar pasa inexorablemente por el
absoluto cono<;:imiento que sobre el particular debe poseer el operador
que, directa o indirectamente, participa en las labores propias ele una
asamblea de representación popular. Lo anterior, también hay que decirlo,
enfrenta aparentemente un sólido pero coloquial argumento en contr'a:
el legislador no está obligado en ningún caso a conocer de leyes; iy den
tro de éstas incluso a las que rigen sus derechos y obligaciones dentro
del recinto! Pero, en todo caso, dicha aseveración parte de la celebérrima
Teoría ele la Representación, que concibe una reproducción a escala del
universo ele representados en una Asamblea que no presupone por lo ele
más un perfil socio-profesional en específico.
Sin embargo, en términos de calidad de la hmción legislativa reali
zada, no por asesores o técnicos profesionales sino por el representante
popular en directo, bien caóría reflexionar a profundidad hasta qué pun
to éste último puede obviar la trascendencia que reviste el con,ocimiento
de los principios, reglas o teorías inherentes a la ciencia jurídica, y con
cretamente del Derecho Parlamentario para afrontar su responsabilidad.
Más allá ele disquisiciones sobre la naturaleza democrática ele las
Asambleas de representantes -por cierto ele su normativa en algunos
casos bastante cuestionada como queda meridianamente documentado
en esta obra--, es innegable la utilidad práctica del cuerpo normativo que
rige estos habitáculos de carácter político, precisamente ahí donde el
desacuerdo es la constante y la norma la garante hipotética ele equidad
y justicia en sus distintos procesos. Adquiere mayor importancia la co-
XIII
XIV PRÓLOGO
co de las instituciones que éste rige, con los conceptos, categorías y prin
cipios que le son inherentes. De ahí que estemos ante una obra de carácter
científico destinada a ser referencia obligada no sólo para ser un buen
legislador en México, como reza su título, sino además para toda investiga
ción académica que aspire a prof·undizar en esta materia, dada su exqui
sitez metodológica.
INTRODUCTORIA
CAPÍTULO 1
DEL ROL HISTÓRICO DE CONGRESOS
Y PARLAMENTOS EN EL MUNDO
1 BÁTIZ VÁZQUEZ, Bernardo ( 1 999): Teoría del Derecho Parlamentario, Editorial Oxford,
México, p. 3 6 .
3
4 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
Hacia el final del siglo XVII I -en plena ebullición ele la Ilustración
que está detrás ele revoluciones como la francesa y americana- se asis
te en el continente europeo a la reclimensión del papel del legislador, a
grado ele popularizarse sus funciones con gran idealización.
Tal como quedó plasmado en ideas como las ele Juan Jacobo Rousseau:
El legislador es, bajo todos conceptos, un hombre extraordinario en el Estado.
Si debe serlo por genio, no lo es menos por su cargo, que no es magistratura
ni de soberanía, porque constituyendo la república no entra en su constitución.
Es una función particular que nada tiene ele común en el imperio humano,
porque, si el que ordena y manda a los hombres no puede ejercer dominio
sobre las leyes, el que lo tiene sobre éstas no puede tenerla sobre aquéllos.3
En medio ele dicho ambiente y en esa precisa época pero ele este
lado del Océano Atlántico, los nuevos Estados ele la Confederación ele los
Estados Unidos ele América presentan una fenomenología política ele cor
ta duración que revalúa el papel del legislador (entre los años de 1 78 1 y
1 786), que se expresa en una multiplicación ele leyes locales que se ela
boran bajo la fuerte presión popular vista dentro y fcrera de las legislatu
ras locales, sitúación que arroj a a los grupos masivos de deudores como
sus principales beneficiarios .4
Una inmediata reacción a ese estado d e cosas provoca que los llama
dos padres fimdadores y sus naturales aliados (los molestos acreedores),
se reúnan de emergencia en Ja Filadelfia ele 1 78 7 para diseñar la nueva
Federación dentro del texto constitucional naciente. Teniendo como fin
ex profeso arrumbar el modelo de Confederación que había estado afec
tando sus intereses oligárquicos y, ele paso, su empeü.o en degradar las
competencias de las noveles legislaturas para impedir la expedición ele
más leyes populistas que interfieran en el sistema económico liberal y
con los propios bolsillos ele esos constitucionalistas con apremio.
A lo anterior debemos que el año de 1 787 sea el del altm1bramiento de
lo que será una potente Unión Federal, consolidándose ele inmediato
prácticas y competencias centralizadoras en los poderes con residencia
en la ciudad de Washington. Mismas que, por cierto, soportarán la esta
bilidad del sistema constitucional estadounidense desde entonces, en tan-
3 Véase ROUSSEAU, Juan Jacobo ( 1 762): El contrato social o los principios de derecho
político, en Obras Escogidas, Instituto Cubano del Libro, Editorial Ciencias Sociales, La
Habana, 1 973, pp. 627 y 628.
4 Véase GARGARELLA, Roberto (2002): La crisis de la representación política, Fontama
ra, Biblioteca ele ética, Filosofía del Derecho y Política, núm. 5 3 , reimpresión 2002, Méxi
co, pp. 1 3-36.
6 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
Habría de empezar aquí por reconocer que el voto para las muj eres
y el sufragio para elegir de forma popular y directa a representantes de
la cámara más reacia a los intereses de la ciudadanía (el Senado), es una
conquista indubitable del constitucionalismo estatal estadounidense.5
S No hay que olvidar que el voto a las mujeres se gana, por vez primera en el mundo,
feminista). Tampoco, que el voto directo de la ciudadanía para elegir a un cuerpo de suma
conservación como el Senado estadounidense que se conquista por ley en 1919, ya que
ambos hechos arrastrarán a la tendencia creciente en el constitucionalismo occidental
para igualar condiciones de acceso al poder. Sin embargo, faltará el paso de varias décadas
del siglo XX para debilitar o desechar las cláusulas discriminatorias para el acceso a los
cargos públicos y al tratamiento social en igualdad a diversas minorías, tanto en Nortea
mérica como en buena parte del mundo.
6 Véase, por ejemplo, SCHMITI, K. (1989): La defensa de la Constitución, Alianza Edi
torial, Madrid, pp. 250 y 251. Ahí se apreciará prácticamente toda una obra como La Defensa
de la Constitución (más a partir de pp. 125-154), en donde se expresa la desconfianza de
Schmitt sobre lo que llama sistema pluralista, pluralismo o pluralismo político, que lleva a
identificar a éste como una variedad de complejos sociales de poder, firmemente organi
zados, que se extiende al ámbito entero del Estado y que, una vez que se apoderan de sus
organismos representativos (Parlamento), da pie al jurista para hacer las críticas más se
veras. Por ejemplo, comparándolo con el pluralismo del Estado feudal y estamental de la
Edad Media (p. 122); criticando las dificultades o escollos en que lo ve convertido, cuando
se trata de llegar a la voluntad estatal, dada la voluntad egoísta del gran número de parti
dos y fracciones (p. 149); suscribiendo las críticas de los abusos y defectos atribuidos al
llamado Estado de pm1idos en coalición lábil, incluyendo un inmanente sistema ele colabo
ración con el tráfico ele compromisos por imposición (p. 150); acusando al Parlamento de
convertirse en teatro ele la distribución pluralista de las potencias sociales organizadas
(p. 152), y, en suma, cuestionando siempre a un pluralismo del que recela porque hace
DEL ROL HISTÓRICO DE CONGRESOS Y PARLAMENTOS EN EL MUNDO 9
Ideas que se capitalizan de forma perversa entre los años 20 y 30 por las
corrientes de pensamiento de corte unicista (con formaciones fascistas
devenidas en antipartidos totalitaristas). Las mismas que en un princi
pio se sirven del pluralismo para acceder por vía democrática al poder,
pero que después instrumentalizan sus propios mecanismos en la busca
de garantizar la hegemonía gubernativa y, de paso, justificar la' destruc
ción de las libertades ciudadanas más básicas.
Distorsiones que se extienden con los fenómenos de empoderamien
to militar y cultural de sus sociedades que están detrás de la segunda
conflagración mundial, como los ocurridos con la Alemania nazi y la
Italia del fascismo.
peligrar la formación de la unidad estatal (dada, además, la fidelidad única hacia sus pro
pias organizaciones), en tanto que afecta sus ideas del Estado Total. Llama la atención, no
obstante, que Schmitt siga pensando que la pluralización de la esfera social no interrumpe
la transición a lo total, sino que solamente lo parcela, por así decirlo. Esto sirve al propio
Kelsen para cuestionarle como una contradictio ad adjecto.
CAPÍTULO 2
DE LA NUEVA IDENTIDAD DE CONGRESOS
Y PARLAMENTOS (SIGLOS XX Y XXI)
Una vez que se ha analizado someramente esa primera parte del com
plejizado siglo XX, puede afirmarse que los regímenes europeos conti
nentales llegaron hasta la quinta década del siglo de forma tan maltrecha
como cuestionada por el déficit de racionalidad y controles democráti
cos en sus sistemas.
De mánera que, a partir de las ruinas de la Segunda guerra mundial,
será como se aprecie la necesidad de renovar no sólo las claves para la
reconstrucción de sus economías, sino para redefinir los sistemas cons
titucionales pendientes de una configuración democrática y estable (como
se hace en los textos constitucionales de Francia, 1 946; Italia, 1 94 8 ; y
Alemania, 1 949). Entre dichos elementos orientadores que a la fecha si
guen siendo carta de ruta del constitucionalismo democrático, se cuen
tan al menos los siguientes :
i) E l aseguramiento del principio d e división d e poderes y d e distri
bución de competencias orgánicas, así como de un catálogo de derechos
fundamentales junto con sus garantías específicas de protección normati
va y jurisdiccional. En los nacientes Estados constitucionales se buscará,
como aspiración máxima, garantizar las tres dimensiones de organiza
ción que en adelante les vincula: el Estado de Derecho, el Estado Social
y el Estado Democrático.
ii) Los recursos y medios de control para conseguir una constitución
normativa deberán sustanciarse, de forma preferente, en el órgano autó
nomo y especializado en funciones de constitucionalidad constituido para
ello (tribunales o consejos constitucionales).
iii) Los recursos de casación y de legalidad, en general, mantienen
su tramitación en los poderes de justicia ordinarios. Como novedad, és
tos tenderán al aseguramiento de su independencia, imparcialidad y au
tonomía de los poderes políticos; para ello el gobiernÓ y la administración
10
DE LA NUEVA IDENTIDAD DE CONGRESOS Y PARLAMENTOS (SIGLOS XX Y XXI) 11
A. Las cámaras (al margen ele que sean únicas o conformen un régi
men bicameral) han sumado el control ele actos ele sus gobiernos como
una función tan importante como el quehacer legislativo. A la par, exis
te la tendencia de equilibrar sus funciones y asemejarles bastante cuan
do el sistema es ele corte bicameral.
B. Las cámaras son recintos en donde se expresa el pluralismo polí
tico de cada sociedad política, ! independientemente ele las modalidades
que adopte el sistema electoral para configurar escal'íos y la representa
ción. Por tanto, son recintos deliberativos por excelencia ele cualquier
problemática o asunto ele interés general, además ele órganos que eles
pliegan y legitiman los procedimientos ele creación ele leyes ordinarias o
ele adaptación al tiempo ele sus textos constitucionales.
C. Si en el Parlamento se reúne de forma natural la pluralidad par
tidaria, cobra igual importancia debatir todo acto y decisión de sus cá
maras .
En tanto que principio rector de dicha institución, el principio de
deliberación parlamentaria se valora en su justa aportación revisando
sus características contemporáneas. Que en mi parecer, pueden expli
carse de esta forma si focalizamos la atención en las cámaras del Poder
legislativo mexicano:
i) Los debates se someten al orden por la Mesa y por otros órganos de
gobierno camera!, pero esto requiere una regulación normativa básica
Para ello, se otorgan garantías teóricas de imparcialidad de la Mesa
(y en especial, las de su Presidente como entidad suprapartes) con el pro
pósito de asumir la rectoría del gobierno parlamentario y, en especial,
de sus sesiones plenarias.
Pero dicha gobernación del debate pasa por asegurar tanto el equi
librio y ritmo de las intervenciones ele los representantes camerales, como
el propio respeto que éstos se deben en el uso ordenado y plural de la
tribuna. Esto implica ajustarse con corrección a tiempos, quórum, cor
tesías u objetos de la deliberación definidos con antelación.
En buena medida, el éxito de la deliberación depende tanto de una
configuración adecuada de la normativa parlamentaria a través de re
glas dúctiles y sin corsés que le obstaculicen, como de la especial pericia
y el buen sentido de interpretación ele dichas normas y prácticas parla
mentarias, que consigan los titulares en turno de los órganos de gobier
no cameral.
D e ahí que sea erróneo partidizar sobremanera los cargos d e las Me
sas directivas parlamentarias, nombrando legisladores de perfil incon
veniente por sus trayectorias profesionales o personales. En especial, a
quienes se cuestione su falta de neutralidad y de competenéia parlamen
tarista para el ejercicio del cargo.
ii) La deliberación tiene connotación individualista mas su tónica
está influenciada por el papel actual de los grupos o facciones (tutela del
pluralismo político)
En los parlamentos que han sido colonizados por las grupocracias
(entre los que se apuntaría el mexicano), hay la tendencia restringir el
uso de aquellos instrumentos o mociones parlamentarias que típicamen
te habían sido confiados en su ejetcicio al legislador en lo individual.
Inclusive, ya es común que una potestad típica del parlamentarismo
individualista-liberal como es la iniciativa legislativa ejercida por el dipu
tado o senador, reaparezca como facultad de los grupos parlamentarios;
pero en ocasiones, ésta se presenta con requisitos sobrecargados para
poderse ej ercitar.z
Como razón de lo anterior, está la activa presencia que hoy tienen los
partidos en las cámaras y que se despliega a través de sus grupos parla
mentarios. Cuya consecuencia es una creciente partidización de las de
liberaciones camerales.
Tal hecho se reconfirma cuando el ritmo de los debates y la prepa
ración de las listas de oradores ya no surgen de la improvisación indivi
dual -como en el parlamento decimonónico liberal-, sino de la opinión
tamizada por los intereses y cálculos de las facciones políticas involu
cradas en la discusión.
De ahí que en buena parte de los parlamentos de nueva generación
se fomenta la profesionalización del legislador y, en especial, la del
cuerpo de letrados asistentes, en virtud de que la experiencia y prepara
ción son fundamentales para encarar con eficacia y suficiencia el ritmo
deliberatorio. Inclusive, el principio de la argumentación se ha extendido
a las tareas parlamentarias .3
2 Ahí está el caso de las cámaras del Congreso español, que exigen la firma de cator
ce diputados o veinticinco senadores, o en su defecto, la firma del portavoz de un grupo
parlamentario para adoptar el estudio de una Proposición de ley (artículos 1 28 y 1 08 de
sus respectivos reglamentos). En sentido contrario y para fortuna del parlamentario indi
vidual, la Constitución mexicana (artículo 7 1 ), continúa garantizando el derecho de inicia
tiva del legislador en su sentido más original, sin más requisito que la propia rúbrica. Pese
a que la realidad también haya legitimado la potestad de los grupos parlamentarios o de
los legisladores que ejercitan su derecho no en singular sino de manera piltra!.
3 En México, véase el original y consistente trabajo del profesor PIÑA REYNA, Uriel
(201 0): Capítulo Cuarto: "El principio de argumentación parlamentaria", dentro de la
obra: Miguel Eraüa Sánchez, Los principios parlamentarios, op. cit., pp. 1 0 1 - 1 38.
14 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
4 Recuérdese que una vieja acepción de "cámara" se refería a un espacio sin luz ni
ventilación. En consecuencia, esa descameralización aquí aludida no es otra que los nue
vos comportamientos del parlamentarismo democrático devenidos con la entrada de la
publicidad y la deliberación pluralista en su interior.
DE LA NUEVA IDENTIDAD DE CONGRESOS Y PARLAMENTOS (SIGLOS XX Y XXI) 15
timidad en las resoluciones de los órganos (en este caso de los parlamentarios), a partir de
la conformidad que hayan guardado sus procedimientos con las prácticas de deliberación.
Véase HABERMAS, J. (1998): Facticidad y Validez, Trotta, Madrid, pp. 379-393.
9 ERAÑA SÁNCHEZ, M. (Coordinador) (2010): Los Principios Parlamentarios, op. cit.
18 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
10 Véase ERAÑA SÁNCHEZ, M.: "Estudio Preliminar", op. cit., pp. 1 y ss.
DE LA NUEVA IDENTIDAD DE CONGRESOS Y PARLAMENTOS (SIGLOS XX Y XXI) 19
12 Véase TAPIA NAVARRETE, A. y Ríos, R. Elvira (20 1 0): "El principio de orden parla
mentario", en Los Principios Parlwnentarios, op. cit., pp. 55 y ss.
13 Véase ENRÍQUEZ FUENTES, G. J. (20 1 0) : "El principio de información e investiga
ción congresual", en Los principios parlwnentarios, pp. 73 y ss.
DE LA NUEVA IDENTIDAD DE CONGRESOS Y PARLAMENTOS (SIGLOS XX Y XXI) 21
divida para su ejercicio, que cada poder cuente con atribuciones diferen
ciadas, que esas atribuciones se ejerzan conforme a procedimientos mo
dulados por la ley y que los derechos humanos se erijan en la brújula
de sus actuaciones.
Un estado Constitucional, sin embargo, también exige que los poderes
y órganos públicos realicen un esfuerzo argumentativo para arribar a sus
decisiones y actos, en el entendido de que argumentación no es igual a
garantía de motivación, pues aquélla es una norma de corte transversal y
ésta es una exigencia en casos puntuales.
La argumentación tiene como condiciones mínimas de corrección la
igualdad, la equidad y la libertad para todos los interesados que deben
participar en ella; de modo que una argumentación llevada en dichas
condiciones conduce a decisiones y actos legítimos.
Naturalmente, estos razonamientos aplican para los poderes y órga
nos legislativos con mayor fuerza, por su naturaleza deliberativa.
La democracia deliberativa también se caracteriza porque las decisio
nes colectivas, adoptadas en procedimientos institucionales y alter-insti
tucionales, deben estar precedidas por discursos que las justifiquen.
Esos discursos, para ser legítimos, deben permitir que todos los inte
resados en la' construcción de la decisión participen en condiciones de
igualdad, libertad, equidad y cumplimiento previo de condiciones míni
mas (incluso éticas) que posibiliten el discurso, esto es, que permitan la
argumentación.
Naturalmente, el principio de argumentación, visto a través del cristal
de la democracia deliberativa, se corresponde con la argumentación de
los poderes y órganos públicos, especialmente, en cuanto toca a los órga
nos congresuales, por su talante disertador.
Un primer corolario de lo dicho es que el estado constitucional de
derecho y la democracia deliberativa se vinculan a través de la argumen
tación, y que esta vinculación es más fuerte en torno a los órganos par
lamentarios, por su talante discursivo.
Pero, (cuál es la naturaleza del principio de argumentación parla
mentaria?
Bien, el ser del principio es jurídico, político y ético, o si se prefiere,
jurídico en una concepción amplia que permite la articulación ele lo polí
tico y lo ético.
Esta naturaleza amplia del principio puede imaginarse si se piensa
en los temas que tratan los órganos legislativos y la forma y contenido ele
sus argumentaciones.
Por eso, en gran medida, desvelar el principio ele argumentación parla
mentaria es hablar de problemáticas abiertas, en donde los interesados
participen en el discurso y en la toma ele decisión, ele manera inclepen-
22 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
1 4 Véase PIÑA REYNA, U. (20 1 0): "El principio de argumentación parlamentaria", en Los
Principios Parlamentarios, op. cit., pp. 1 0 1 y ss.
1 5 Véase ERAÑA SÁN CHEZ, M. (20 1 0): "El pl"incipio del quórum parlamentario", en
Los Principios Parlamentarios, op. cit., pp. 1 3 9 y ss.
DE LA NUEVA IDENTIDAD DE CONGRESOS Y PARLAMENTOS (SIGLOS XX Y XXI) 23
7 Poco ayuda que el art. 1 1 1 constitucional aii.ada enseguida que: "Por lo que toca al
Presidente ele la República, sólo habrá lugar a acusarlo ante la Cámara de Senadores en
los términos del artículo 1 1 0. En este supuesto, la Cámara ele Senadores resolverá con
base en la legislación penal aplicable", en la medida que no existe ningún desarrollo nor
mativo (ni en la Ley federal referida ni en los reglamentos parlamentarios) que determine
las peculiaridades del enjuiciamiento presidencial, además de que el procedimiento ele
Juicio Político para los demás altos cargos se encuentra plagado de tortuosos y persisten
les vericuetos legales, que prácticamente lo hacen inasequible. Para el examen crítico y
detallado del tema. Véase VÁLDES S., Clemente (2000): El Juicio Político, Ediciones Co
yoacán, México.
8 Véase ERAÑA SÁNCHEZ, Miguel (2003): La protección constitucional de las minorías
2. 1 . EL PERIODO DE 1 9 1 7- 1 934
En esta primera etapa de inauguración de la nueva vida constitucio
nal, 9 se ha dicho que quienes quedan al frente ele las instituciones del
Estado se conducen más bien bajo inercias políticas y sociológicas del mo
vimiento revolucionario, el cual les había ocupado la segunda década
íntegra del siglo XX.
Inercias que si bien fueron moderándose de manera gradual, hasta
entrada la tercera década no se logró ahí prescindir de la violencia y de
otros medios ilegítimos, aunque simulen un acatamiento formal a las dis
posiciones constitucionales. En especial, destaca como estas camarillas
no tienen miramientos en la busca de acaparar el poder político tanto en
la Federación, como en los estados y en los municipios.
En ese lapso, el Congreso de la Unión se convierte en espacio ele lu
chas y diferenclos entre las diferentes y desorganizadas facciones revolucio
narias, en la que todavía tienen posibilidad de éxito algunas manifestaciones
de oposición a las propuestas presidenciales. lo Pero aquel poder de repre
sentación congresual, derivó de forma paulatina en un papel de sanciona
dor cortés tanto de cambios legislativos y de procedimiento al servicio de
los principales caudillos, bien cuando éstos se apoderan directamente
de la silla presidencial o, también, cuando tras bambalinas se ej erce el
poder dentro del sistema político. J I
9 Recurro a una parte ele los criterios ele clasificación ele un reconocido trabajo. SAN
TIAGO CASTILLO, J. ( 1 999): "El poder legislativo: ele la hegemonía al pluralismo", Revista
Diálogo y Debate, Núm. 9-10, julio-diciembre, México, pp. 48-64.
lO Hay antecedentes como la Iniciativa ele ley electoral del Presidente Carranza, que
en 1 9 1 9 fue modificada por la mayoría ele ambas cámaras a pesar ele los esfuerzos ele los
legisladores partidarios ele la aprobación del proyecto original. En otro caso, cuando el
Congreso aprobó la reforma del artículo 34 constitucional para otorgar el voto a la mujer,
fue rechazada por las legislaturas ele los Estados federados (no sería hasta 1 9 53 cuando se
apruebe).
1 1 Por un lado, está el caso del principal caudillo ele la revolución, Álvaro Obregón
(1 920-24), a quien persigue la sombra del asesinato del Presidente Carranza ocurrido
poco antes ele concluir su administración ( 1 920), así como la inf1uencia ejercida en el
Congreso, antes y después ele asumir la presidencia, como en aquella reforma constitucio
nal realizada en el periodo del General Plutarco Elías Calles ( 1 924-28) para permitir su
propia reelección presidencial. Por otro lado, este último General le sucederá en el caudi
llaje tras el propio asesinato del General Obregón, ocurrido días antes ele su segunda toma
ele posesión en 1 928, gracias a lo cual Calles gozará en adelante del trato ele "Jefe Máxi
mo" ele los caudillos revolucionarios. Con motivo ele la muerte de Obregón, corresponderá
al Congreso designar a Emilio Portes Gil como presidente provisional ( 1 92 8-30); más tar
de, se elige como presidente constitucional por vía directa a Pascual Ortiz Rubio ( 1 930-32),
pero, a mitad ele su periodo, el Congreso le acepta su renuncia al cargo dado el clima ele
magnificada ingobernabiliclacl y, simultáneamente, nombra al General Abelarclo L. Rodrí
guez para concluir el periodo 1932-34. Después, nadie dudará en atribuir a Calles toda esta
inestabilidad, siendo el verdadero (actotum del poder en la época. Véase SANDOVAL ULLOA,
J. G. (2001): La alternancia del poder en México, editora privada, México, pp. 1 20-200.
EVOLUCIÓN DEL PLURALISMO POLÍTICO Y INFLUENCIA EN EL CONGRESO 29
2. 3. EL PERIODO DE 1 95 2- 1 982
Los cinco periodos presidenciales comprendidos aquí en el análisis,
corresponden a la etapa de mayor auge del poder presidencial que su-
pesos del modelo estadounidense, no merecía la denominación ele forma presidencial sino
que se optaba por aludirla como presidencialis111o. El Presidente ele la República se situaba
como único centro decisorio en el Estado, dadas sus atribuciones constitucionales magnifi
cadas y metaconstitucionales. La conocida monografía, que identifica sus características y
utiliza esta última formulación semántica, se debe al profesor CARPIZO, Jorge ( 1 978): EL
presidencialismo rne.xicarw, Siglo XXI, 15" ecl., México. Más temprano y clásico es el estudio
del profesor Cosío VILLEGAS, D. ( 1 972): EL sistema político mexicano, Joaquín Morliz, México.
15 Tras la expulsión del General Calles del país, el Presidente Cárdenas monopolizó el
control político nacional. Su fortalecimiento personal vino del impulso decidido a la cons
titución ele las graneles centrales obreras, campesinas y burocráticas, las que, junto con los
militares, se convirtieron en los cuatro pilares del refundado PNR en PRM ( 1 938). Esto
trajo como consecuencia la acotación del poder ele los caudillos y caciques locales, además
del traslado ele esa influencia a las corporaciones bajo el control del Estado, cuya coinciden
cia con la moda europea continental ele la época no es nada casual (por cierta inspiración
en los métodos organizativos ele partidos fascistas).
16 Puede resumirse cómo, en el interregno ele esta etapa, el paso del gobierno ele los
militares a los civiles tuvo lugar ele forma bastante ordenada y tersa cuando el propio Presi
dente ele la República, el General Ávila Camacho (1 940-46), promovió en este último año la
transformación nominativa del PRM a Partido Revolucionario Institucional (PRI). Si bien
mantuvo su estructura corporativa casi intacta, cualitativamente excluyó ele manera for
mal a los militares y preparó, con éxito, la sucesión en el cargo del primer presidente civil
que irrumpió en el régimen: Miguel Alemán Valcléz ( 1 946-52). Véase Historia documental
del PRI ( 1 98 1 ), Volúmenes I y III, Colmex-ICAP, México.
17 Así lo corroboran los diferentes elatos en la Cámara de diputados: en la Legislatu
ra XXVII ( 1 9 1 7- 1 8). Un 64% del total de las leyes aprobadas procedían ele sus propios
miembros y sólo un 36% del Presidente ele la República. En cambio, durante la XXXV Legisla
tura ( 1 932-34), ya sólo era el 12,6% y 8 1 ,8%, respectivamente. Véase CASTILLO, J. Santiago
( 1 999), op. cit., p. 53.
EVOLUCIÓN DEL PLURALISMO POLÍTICO Y INFLUENCIA EN EL CONGRESO 31
1 8 Véase la opinión respecto a que dicha estabilidad política del sistema mexicano
"más que a la satisfacción ele expectativas o al uso ele la fuerza, se debe a la capacidad ele
postergar soluciones a los problemas que le confiere la ideología ele una revolución per
manente o institucionalizada desde 1 9 1 7, donde si bien el carácter paradójico ele una re
volución institucionalizada no pone en peligro la estabilidad del sistema a pesar ele que,
sin clucla, reduce su legitimidad". Manfrec! Mols, citado por GARZÓN VALDÉS, E. ( 1 999): El
concepto de estabilidad en los sistemas políticos, Fontamara, 3a edición, México, p. 49.
1 9 A modo ele contraste, puede verse sucintamente que en el censo oficial ele 1 92 1 ha
bía 1 4,3 millones ele habitantes, ele los cuales el 78,8% se concentraban en comunidades
rurales menores ele 2500 habitantes; hacia 1 950, había ya 25,8 millones y la población
rural descendió hasta el 57,4%; mientras que para el censo ele 2 0 1 0, la población ya as
cendía a 1 12,3 millones (ahora es menos ele un 30% la población residente en zonas rura
les). Véase este proceso nacional ele concentración en regiones urbanas (desruralización) y
su correlativa transformación ele sociedad agrícola a sociedad ele actividades industriales
y servicios en: Estudios socio-demográficos nacionales (2000 y 2 0 1 0), INEGI, México o en
su página web: www.inegi.gob.mx
20 También puede usar el término "aquiescencia", distinguiénelolo ele aprobación
(que sería la otorgada por la ciudadanía dentro ele los regímenes políticos dotados ele es
tabiliclacl y legitimidad democrática), en el mismo sentido ele quien señala al hecho ele que
la aquiescencia "es más bien resultado de la apatía o del hábito y no implica necesaria
mente una creencia en la corrección ele las reglas del sistema": GARZÓN VALDÉS. E. ( 1 999),
op. cit., p. 1 5 .
2 1 E l profesor Aguilar ha puesto ele relieve que e n e l México del PRI (considero que
especialmente en la etapa ele 1 952- 1 982), la legitimidad provenía no ele las elecciones, sino
ele la "eficiencia ele las acciones y servicios ele la administración pública". Véase AGUILAR,
L. F. (2000): Lecturas básicas de administración pública, Compilación: J. L. Méndez, Ariel,
México, p. 1 2 . Aunque la estadística oficial sólo tiene confiabilielacl relativa, cabe referir
algunas para apreciar esta idea: en 1 9 2 1 , la tasa ele población nacional alfabetizada llega
ba sólo al 33,9%; para el afio ele 1 995, ya había alcanzado el 89.3% (respecto a una pobla
ción seis veces más gnmcle).
32 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
2 . 4 . EL PERIODO DE 1 9 82 - 1 997
La mayor crisis y vulnerabilidad del sistema político empieza a tomar
forma nada más apreciado el caótico estado de la administración presi
dencial que hereda José López Portillo a Miguel de la Madrid ( 1 9 82-88). 2 5
26 En mi parecer, las tesis neo/ibera/es dictadas por el FMI y el Banco Mundial segui
das puntualmente por De la Maclricl (incluida la liberalización política), chocaron contra
el simbolismo arropado por clécaclas en la dialéctica presidencial posrevolucionaria. Tam
bién, se dio un frentazo al régimen concebido únicamente para funcionar dentro ele un
modelo cerrado ele Estado, incompatible con aperturas globalizacionistas y sin costumbre
ele set· escrutado clescle el exterior. Así el declive sería sólo cuestión ele tiempo.
2 7 Los progr�\nas ele gobierno, antes generosos en subsidios sociales (garantía del clien
telisnw), pasaron a mínimos para detonar supuestamente el ahorro y la austericlacl estatal.
Como modernos Penélopes, esos técnicos ele la burocracia hacenclaria (que al final del sexe
nio cuelan en el relevo a Cm-Jos Salinas ele Gortari), arremeten con más privatizaciones hasta
dejar esquelética la Federación (las 1 1 55 paraestatales que había en 1 982, quedan en 444
para 1 988, según el propio De la Maclricl). Sin duela, esto clernunbó el edificio burocrático
que había sido útil con sus miles ele empleos públicos para soportar corporativa y electoral
mente al PRI.
2 8 La falta ele transparencia ele la elección presidencial perseguirá como sombra ele
ilegitimiclacl tocio el tiempo a Carlos Salinas ele Gortari ( 1 988-94), quien, según los resul
tados oficiales, obtuvo el 50,25%, frente al 32% y 1 7% ele los votos reunidos por Cuauhtémoc
Cárdenas y Manuel Clouthier, cancliclatos del Frente Democrático y del PAN, respectiva
mente. Por su parte, en la LIV Legislatura ele Diputados (1 988-9 1 ), irrumpió un pluralismo
democrático real expresable en los 237 escaños alcanzados por los partidos ele oposición,
cloncle, si bien el PRI mantuvo una mayoría absoluta agónica (con 263 diputados), históri
camente perdió en esa cámara la mayoría calificada ele 2/3 partes necesaria para reformar
la Constitución. Por el contrario, el Senado mantuvo las claves ele funcionaliclacl y ele mayo
rías típicas, pero el contexto supuso un cambio en la cultura política largamente posterga
do: ahora el PRI era vencible. Hasta el propio Presidente ele la República admitió ele forma
pública que había llegado la desaparición ele su partido como fuerza hegemónica en la
vida política del Estado.
2 9 Nada casual resulta que el 1 5 ele diciembre ele 1 986 se adopte una reforma electoral
integral, que si bien todavía limitada, entre sus avances produjo una relativa autonomía ele
la jurisdicción electoral y ele los medios ele impugnación antes inconcebible. Destaca ahí el
aumento ele 1 00 a 200 en el número ele escaños ele representación proporcional (la Cámara
ele Diputados pasó a integrarse clescle entonces por 500 miembros, incluidos 300 ele elección
clistrital directa), muchos escati.os ele los cuales serían ocupados, en los años siguientes, por
personajes opositores al régimen.
34 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
poder de las élites directivas de los partidos, que en años venideros ocu
pará un papel central dentro de la transformación pluralista del país.3 0
Esta relativamente corta etapa de cambios reales en la distribución
del poder público en México3 I no ha estado exenta de complicaciones
para el régimen político.
Sin embargo, el Congreso de la Unión tendrá un papel más activo con
su preocupación creciente de sumar intereses más genuinos en la repre
sentación popular, como para renegar del carácter decorativo al que se
le sometió durante el presidencialismo.
De forma simultánea, las cámaras del Congreso inician la recupera
ción de competencias constitucionales materialmente en manos del Ej e
cutivo, de manera proporcional a la conquista de escaños por parte de
las minorías políticas .
Lo mismo ocurre con otros órganos del Estado que al final de esta eta
pa se comportan de forma algo distinta,3 2 tanto que chocan con ciertos
comportamientos y normativas que habían funcionado armónicamente
dentro del deficitario régimen político, a pesar de que subsisten otros
sectores de la sociedad política que siguen proyectando una funcionali
dad ambivalente.33
30 Por tanto, las reformas constitucionales y legales electorales no serían, más, conce
siones graciosas del régimen (1 990, 1 993, 1 994 y 1 996), sino que se abren al reclamo y con
veniencias de las élites directivas de los partidos realmente opositores (PAN y PRD). En 1 993,
por ejemplo, además de generosas fórmulas de financiación pública de los partidos, se con
siguió abrir el Senado con el diseüo de un escar1o de primera nzinoría, atribuido en la elección
directa de cada estado (esos 32 escaüos de prinzera minoría se sumaron a los 64 escaüos de
znayoría directa existentes). En 1 996, se consiguen para la misma Cámara 32 escaüos más
bajo el nuevo principio de representación proporcional, elegidos dentro ele una lista nacio
nal única y cerrada (así, queda definido en 128 el número total de sus integrantes) .
3 1 Cambios que, e n gran medida, han tenido su correlato en las transformaciones de
la legalidad electoral. Para su reseüa: Véase RABASA GAMBOA, E. (1998): "Reformas cons
titucionales político-electorales", en O�henta afias de vida constitucional en México, Cáma
ra de Diputados, México, pp. 1 47-1 79.
3 2 Como el Poder Judicial de la Federación que en el pasado inmediato ocupó un
resignado papel a pm-tir de asumir su déficit ele independencia y autonomía, lo que le hizo
procesar sólo conflictos ciudadanos de litis variadas con un sentido mecánico, individua
lista y liberal de entendimiento ele los derechos (gracias a lo cual reinó el juicio de amparo).
Donde, por cierto, los jueces repudiaban sentarse a arbitrar conflictos directos de constitu
cionalidad si tenían ele por medio abusos flagrantes de los poderes públicos; sin embargo,
a partir de 1 994, el Poder Judicial de la Federación entra en cierta dinámica ele cambio,
con motivo ele las nuevas facultades de control ele constitucionalidad y, correlativamente, ele
un trabajo más digno ele los ministros del Pleno ele la SCJN y de sus demás órganos.
33 El papel ele los medios ele comunicación es contradictorio. En los medios impresos
(y también en la radio) hay muestras más claras ele independencia y ejercicio de la crítica,
tras la privatización de la empresa paraestatal que monopolizó la importación ele papel hasta
fines ele los aüos 80. No ocurre lo mismo con la televisión privada, debido a las políticas
comerciales ele alianzas con la administración presidencial ele turno. Aunado a que la con-
EVOLUCIÓN DEL PLURALISMO POLÍTICO Y INFLUENCIA EN EL CONGRESO 35
centración de la oferta se presenta en sólo dos grupos mecliáticos, situación que obstaetl
liza un clima de pluralismo informativo suficiente.
34 Destaca el consenso entre los partidos más representativos del Congreso (PRI, PAN,
PRD y PT) y el Presidente de la República, quienes suscriben una Iniciativa ele reformas en
el mio de 1 996. Ahí se modifica el mecanismo de nombramiento del órgano central electoral
(!FE); se adoptan nuevas reglas de transparencia y de competencia electoral equitativa
(acceso paritario a medios de comunicación); se inserta la materia electoral en el sistema
jurisdiccional; y se extienden las reformas a los estados de la Federación. También, como
hemos antes indicado, el Senado se recompone con los 32 nuevos escaüos provenientes
de una lista nacional de representación proporcional, lo que sitúa en 128 el número total de
integrantes a la fecha mantenidos.
35 Se trata de la primera vez que un Presidente ele la República queda sin la mayoría
absoluta de su partido en la Cámara de Diputados (239 escaúos del PRI: 47, 8%, frente a
los 2 6 1 del Bloque opositor mayoritario: 52,2%). La sesión histórica de instalación came
ra! del 1 de septiembre ele 1 997 se realiza sin los priistas, debido a que el quórum constitu
cional se consigue sólo con integrantes del Bloque opositor. A pesar ele que el PRI retiene la
mayoría absoluta en el Senado (77 senadores: que significa el 60, 1 6% de los escaúos fren
te a 5 1 senadores de oposición), también pierde, por vez primera en la historia de la Cá
mara alta, la mayoría calificada de 2/3 partes exigible en el procedimiento de reforma
constitucional.
36 Aunque, primeramente, se formulan los estudios de Gobierno dividido analizando
experiencias recientes de algunos estados de la República. Por todos: LUJAIVIBIO, Alonso
( 1 996): Gobiernos Divididos en la Federación Mexicana. Menwria del ler. Congreso Nacio
nal de Ciencia Política, CNCP, UAIVI-IFE, México.
36 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
37 Si bien resulta interesante el papel de la LVII Legislatura del Congreso ele la Unión
( 1 997-2000), su análisis particular desborda esta investigación. En cambio, sí pueden re
saltarse ciertos cambios habidos tras la p'érclida de la mayoría absoluta y cualificada por
parte del PRI (en las cámaras de Diputados y Senadores): el Presidente de la República
deja de ser el principal actor de las iniciativas legales (sólo 6, 1 0%, respecto de las 250 ini
ciativas presentadas en dos aii.os y medio dentro ele la Cámara de Diputados. Véase Gaceta
parlarne111aria, sept. 97-oct. 99).
38 Puede verse el reciente análisis politológico que describe bien las causas del tdunfo
de Vicente Fox, en PÉREZ, Germán y MARTÍNEZ, Antonia (200 1 ) : "Transición democrática
y elecciones en México", Revista de Estudios Políticos, Núm. 1 1 2, abril-junio, CEC, Madrid,
pp. 2 7 1 -30 1 .
3 9 Ningún partido obtiene, por sí sólo, l a mayoría absoluta en cualquiera de las cáma
ras (constituida por 2 5 1 diputados y 65 senadores, si se contabiliza del total de sus res
pectivos miembros). No obstante, el PRI integra el Grupo parlamentario más numeroso con
208 diputados y 60 senadores; en orden decreciente sigue el PAN, con 206 y 46, respecti
vamente; el PRD, con 52 y 1 6; y el resto de los partidos minodtarios que suman 34 dipu
-tados y 6 senadores, respectivamente. Por tanto, cualquier decisión camera! precisará,
como veremos más adelante, de la articulación de acuerdos o alianzas entre dos o más
partidos.
EVOLUCIÓN DEL PLURALISMO POLÍTICO Y INFLUENCIA EN EL CONGRESO 37
Nada más llegar al cargo, el titular de dicho cargo cuestiona sin contun
dencia ciertas reglas del sistema y se sirve en simultáneo de otras.4o Sin
embargo, sus primeras decisiones presidenciales ignoran el grado de
institucionalización de los partidos y, sobre todo, la funcionalidad que
éstos pueden imputar al sistema político de proponérselo como en las
legislaturas precedentes. 4 1
Situación que s e proyecta en u n temprano descontrol y parálisis del
gobierno, en parte relacionado con el empoderamiento de la oposición
(representada por el PRI y el PRD) que juntos o en alianza con otros pe
queños grupos de legisladores, por una parte logran obstruir múltiples
iniciativas de ley; y por otra, se les facilita ultimar decisiones l egislativas
particulares sin considerar la opinión del gobierno y su partido (la Ley
Federal del Servicio Civil de Carrera es digna de estudio).
Para esto la oposición se apoya en ciertos defectos de las normas
constitucionales y parlamentarias entonces vigentes, aprovechándose
además de la señera impericia del titular del Ej ecutivo y de otros funcio
narios de su gobierno.
El culmen de la deficitaria relación entre Ejecutivo y Legislativo se
presentó hacia el final de la gestión foxista y en el día de apertura de la
Legislatura LX, cuando un sector de diputados impide al titular del Ej e
cutivo su traspaso al vestíbulo del recinto de San Lázaro aquel 1 de sep
tiembre de 2006, pese a que debía realizar la entrega de su último informe
gubernamental y leer un mensaje ante el Pleno congresual.
Amén de la fuerte animosidad que el personaje concitaba entre los
partidos de corte progresista (por su cuestionado papel de los comicios
anteriores), dicho acontecimiento será el precedente de)a reforma cons
titucional publicada en el DOF de 1 5 de agosto de 200 8, a través de la
40 Hay reglas del sistema regeneradas, como ese declarado y generoso apoyo ciuda
dano (y de las élites) que se aprecia en los medios de comunicación y encuestas electora
les, para confiar al Presidente la administración y satisfacción de las enormes expectativas
sociales que se acumulan. Otra regla, si bien revertida, era que si el presidente saliente
entregaba la administración pública en estado crítico (lo más común pero que con Ernes
to Zedilla ya no ocurrió), el nuevo expiaba ahí sus futuros errores, de lo cual nacía no sólo
la enemistad con aquél sino también la exclusión de sus amigos y se justificaba, así, la
rotación de nuevas canwrillas burocráticas.
4 1 De forma inexplicable, se prescinde de un mecanismo de coalición parlamentaria,
de facto, para asegurar la gobernación en la apertura del sexenio, la cual podía haberse
usado desde entonces con la integración plural del Gabinete federal. Todavía sigue recor
dándose el grosero desdén ele Fox al Partido Verde Ecologista ele México que participó en
la alianza ele partidos para hacerle triunfar en el año 2000, como también el trato prodi
gado hacia su propio partido (PAN) cuyos-adherentes sólo reciben posiciones residuales en
el gobierno, toda vez que el nuevo presidente confía mejor dicha tarea a los despachos
caza-talentos (los llamados head hunters) para asignar secretarías ele Estado y otros tareas
públicas.
38 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
42 Véase un estudio de AA. VV. que han dado atención doctrinal a las implicaciones
yargumentaciones utilizadas por los magistrados de la Sala superior del TEPJF para ulti
mar dichos comicios: ERAÑA SÁNCHEZ, Miguel (Coordinador) (2006): La calificación presi
dencial de 2006, Porrúa, México.
EVOLUCIÓN DEL PLURALISMO POLÍTICO Y INFLUENCIA EN EL CONGRESO 39
43 El 9 de abril ele 2009, un ensoberbecido FCH jubila por anticipado la vigencia ele
la Ley para la Reforma del Estado con el envío directo con su firma al Congreso de nueve
iniciativas en materia de energía e hidrocarburos, violando el mecanismo legal que hasta
entonces se había respetado de allegar cualquier iniciativa a través ele la Comisión Ejecu
tiva de Negociación y Construcción ele Acuerdos, creada ex profeso por la mencionada
Ley. En otras palabras, desde Los Pinos se arrumba el pacto ele gobernación del PAN con
el priismo olvidando que éste había habilitado su inicial andadura sexenal.
40 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
50 Ya ni hablar del casi un millar de cargos directos que firma el Presidente de la Re
pública para designar titulares de un órgano de la administración pública descentralizada
(y paraestatal), en donde se incluye a más ele dos centenares ele fideicomisos instituciona
lizados dentro del Poder Ejecutivo Federal, y cuyos regímenes laborales permiten al Eje
cutivo la completa disposición del nombramiento y cese en el cargo. En suma, un ejército
funcionarial ele alto nivel a las órdenes de único mando.
5 1 Poco ayuda que existan procedimientos ele elección senatorial de magistrados ele
las Salas centrales o clescentmlizadas del Tribunal ele Justicia Fiscal y Administrativa o de los
Tribunales Agrarios, si es la autoridad y decisión última que tiene el Presidente ele la Re
pública para proponer candidatos ele primer ingreso o ele ratificación en cargos ele judica
tura lo que termina definiendo la composición orgánica jurisdiccional desde Los Pinos.
46 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
56 Puede decirse que hoy estamos frente a la veteranía de una forma de gobierno que
se plantea equívocamente modernizar sólo con cambios dispersos, asistemáticos y super
ficiales, cuando la funcionalidad de un sistema genuinamente democrático no se consigue
únicamente con la producción formal de nuevas normas o la configuración alternante de
gobiernos. Como bien se ha apuntado, en las etapas de Transición: "se trata sustancialmen
te de una vasta y compleja operación de reasignación de sentidos, de resemantización de
normas, prácticas, instituciones, símbolos, expresiones, estereotipos, que se cumple en la
dirección del proyecto que se instala y que opera como discurso fundante". Véase RUIZ, A.
Y CóRDOVA, C. ( 1 994): "Derecho y transición democrática", Ol'iati Proceedings, Núm. 20,
Vitoria.
PARTE SEGUNDA
ELEMENTOS DE FUNCIONAMIENTO
DEL CONGRESO DE LA UNIÓN
CAPÍTULO 1
DEL CONGRESO DE LA UNIÓN
Y DE SUS ESPECIFICIDADES
1 Al menos, así presenta sus reflexiones el profesor OCHOA REZA, Enrique: "La heren
cia: un Senado limitado", en Enfoque-Refonna, 4 de febrero 2007, México.
51
52 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
e n adelante), pero grosso modo consiste en que los 200 escaños elegibles
baj o este principio se reparten ele manera proporcional a la fuerza de
votos que han alcanzado los partidos y sus listas ele candidatos a dipu
tados ele representación proporcional.
Dichas listas cuentan con registro previo ante la autoridad electoral
federal en cinco graneles demarcaciones electorales que para ese efecto
se divide el país, conocidas como circunscripciones plurinominales y cu
yas cabeceras están en las ciudades de México DF, Toluca, Monterrey,
Guadalajara y Jalapa.
Para cada una de estas cinco cü�cunscripciones se destina la repar
tición de un máximo ele hasta 40 escaños (a distribuir entre todo partido
participante), lo cual ocurre ex profeso en una sesión del Consejo gene
ral del IFE, en tanto que órgano competente para realizar la distribu
ción final de cundes entre aquellos partidos que acrediten los supuestos
normativos y procedimentales que se prevén para acceder a la represen
tación proporcional2 .
En suma, este principio del sistema electoral mexicano favorece una
agregación pluralista ele las facciones y candidatos que buscan escaños
en las cáinaras, después ele haber cumplido con múltiples reglas existen
tes para la repartición ele esos 200 escaños .
En buena rneclicla, el principio ele proporcionalista allana el acceso
ele las minorías en el Congreso con lo que se matiza la tendencia bipar
ticlista que atrae con naturalidad el principio ele mayoría relativa. Auna
do a que este tiene el defecto de producir una menor integración ele la
pluralidad porque premia únicamente a los ganadores de la contienda;
motivo por el que se califica como una regla de juego "del todo o nada" .
En contraste, el principio ele representación proporcional tiene el
mérito de que aun y cuando no se gane del todo, tampoco hay pérdidas
políticas totales en virtud ele que se reconoce al menos la proporcionali
dad representativa de partidos y candidatos activos en la contienda.
De ahí que sea bueno recordar a los apologistas en ele los sistemas ele
corte mayoritario (m.r.), que detrás ele quienes compiten pero no obtie
nen un escaño se sitúan las expectativas y el respaldo ele múltiples ciu-
2 El COFIPE define que la votación nacional efectiva (que sería aquella que resulta ele
restar los votos ele los partidos que no alcanzamn el 2% ele los votos en la elección nacio
nal o los votos ele los que no tienen derecho a la asignación por el incumplimiento ele otros
requisitos), servirá ele base para dividirla entre el número ele 200 curules por asignar a fin
ele obtener un nuevo cociente natural (o sea, la equivalencia ele em-ules por votos ele los
partidos). Así, una vez cleterminacla la votación nacional y circunscripcional efectiva para
cada partido con derecho a r.p., en principio se asignará a los partidos el númem de curu
les que tenga derecho por orden ele cociente natural y, si aún quedan escaños por repartir,
se asignarán por orden ele los restos mayores ele los parti¿os, que se definen con especifi
ciclacl en las estipulaciones de la legislación electoral.
54 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNI CO
Artículo 52. La Cámara de Diputados estará integrada por 300 diputados electos
según el principio de votación mayoritaria relativa , media nte el sistema de d istritos
electorales uninominales, y 200 d iputados que serán electos según el principio de re-
D EL CONGRESO DE LA UNIÓN Y DE SUS ESPECIFICIDADES 55
COFIPE (extractos)
Capítulo segundo
De la representación proporcional para la integración de las cámaras
de Diputados y Senadores y de las fórmulas de asignación
Artículo 1 2
1 . Para los efectos d e l a aplicación de la fracción 1 1 del artículo 54 de la Consti
tución, se entiende por votación total emitida la suma d e todos los votos depositados
en las urnas.
2 . En la aplicación d e la fracción 111 del artículo 54 d e la Constitució n , para la asig
nación de diputados de representación proporcional, se entenderá como votación nacio
nal emitida la q u e resulte de deducir d e la votación total emitida, los votos a favor de
los partidos políticos que no hayan obtenido el dos por ciento y los votos n u l o s .
3 . Ningún partido político podrá contar c o n más de trescientos diputados p o r ambos
principios. En n i n g ú n cas o , u n partido político podrá contar con un n úmero de di putados
por ambos principios que representen u n porcentaje del total de la Cámara que exceda
en ocho pu ntos a su porcentaje de votación nacional emitid a . Esta base no se a plica
rá al partido político que, por sus triunfos en distritos u n i nominales, obtenga u n porcen
taje de curules del total d e la Cámara , superior a la suma del porcentaje de s u votación
nacional emitida más el ocho por ciento.
Arth::u lo 1 3
1 . P a ra la asignación d e diputados d e representación proporcional conforme a lo
dispuesto en la fracción 1 1 1 del artículo 54 de la Constitución, se procederá a la aplica
ción de una fórmu l a de proporcionalidad pura, integrada por los sigu ientes elementos:
a ) Cociente natural; y
b ) Resto mayor.
2. Cociente natural: es el resultado de dividir la votación nacional emitida entre
los doscientos d iputados de representación proporciona l .
3 . Resto mayor de votos: e s el remanente m á s alto entre los restos de l a s votacio
nes de cada partido político, una vez hecha la distribución de curules mediante el co
ciente natura l . El resto mayor se utilizará cuando aún h ubiese diputaciones por distri b u ir.
Artículo 1 4
1 . Una vez desarrollada l a fórmula prevista e n e l artículo anterior, s e observará el
procedimiento siguiente:
a) Se determinará n los d iputados que se le asignarían a cada partido político,
conforme al n ú m ero de veces que contenga su votación el cociente natura l ; y
b) Los que se distribuirían por resto mayor si después de a p licarse el cociente
natural quedaren diputaciones por repartir, siguiendo el orden decreciente de los votos
no utilizados para cada u n o de los partidos políticos en la asignación de curules.
2 . Se determinará si es el caso d e aplicar a algún partido político el o los l ímites
establecidos en las fracciones IV y V del artículo 54 d e la Constitución, para lo cual a l
partido político cuyo n úm e ro de d i putados por a m bos principios exceda de trescientos,
o su porcentaje d e curules del total d e la Cámara exceda en ocho pu ntos a s u por
centaje de votación nacional emitida , le serán deducidos el número de d iputados de
representación proporcional hasta ajustarse a los límites establecidos, asignándose las
D EL CONGRESO DE LA UNIÓN Y DE SUS ESPECIFICIDADES 57
Artículo 1 5
1 . Para la asignación de di putados de representación proporcional en el caso de
que se d i ere el supuesto previsto por la fracción VI del articulo 54 de la Constitu ció n ,
s e procederá como sigue:
a) Una vez realizada la distribución a que se refiere el artículo anterior, se proce
derá a asignar el resto de los curules a los demás p a rtidos políticos con derecho a ello,
en los términos siguientes:
l. Se obtend'rá la votación nacional efectiva. Para ello se deducirán de la votación
nacional emitida los votos del o los partidos políticos a los que se les h ubiese aplica
do alguno de los lím ites establecidos en las fracciones IV o V del artículo 54 de la
Constitución ;
1 1 . La votación nacional efectiva se dividirá entre el n úmero de curules por asignar,
a fin de obtener u n nuevo cociente natural;
1 1 1 . La votación nacional efectiva obtenida por cada partido se dividirá entre el
nuevo cociente natura l . El resultado en números enteros será el total de diputados que
asignar a cada partido; y
IV. Si aún quedaren curules por distribuir se asignarán de conform idad con los res
tos mayores de los partidos.
2. Para asignar los d i putados que les correspondan a cada partido político, por
circunscripción plurinominal, se procederá como sigue:
)
a Se obtendrá la votación efectiva por circunscripción, que será la que resulte de
deducir la votación del o los partidos políticos q ue se u biquen en los supuestos pre
vistos en las fracciones IV y V del artículo 54 constitucion a l , en cada una de las cir
cunscripciones;
b) La votación efectiva por circunscripción se dividirá entre el número de curules
pendientes de asignar en cada circunscripción plurinomina l , para obtener el cociente de
distribución en cada una de ellas;
e) La votación efectiva de cada partido político en cada u na de las circunscripcio
nes plurinominales se dividirá entre el cociente de distribución siendo el resultado en
nú meros enteros el tota l de d i putados por asig n a r en cada circunscripción p l u rino
minal; y
58 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
Artículo 1 6
1 . Determ inada l a asignación d e d i putados por partido político a q u e se refieren
los incisos a) y b) del pá rrafo 1 del artículo 14 de este Código y para el caso de que
ningún partido político se ubicara en Jos supuestos previstos en las fracciones I V y V
del artículo 54 de la Constitución, se procederá como sigue:
a} Se dividirá la votación total de cada circunscripció n , entre cuarenta , para ob
tener el cociente de distribución;
b) La votación obtenida por partido político en cada una de las circunscripciones
plurinominales s e dividirá entre el cociente de d istri bución, el resultado en números
enteros será el total de d i p utados q u e en cada circunscripción plurinominal se le asig
n a rá n ; y
e ) Si después de aplicarse el cociente de distribución quedaren diputados por dis
tribuir a Jos partidos políticos, se utilizará el resto mayor de votos que cada partido polí
tico tuviere, hasta agotar Jos que le corresponda n , en orden decreciente, a fin de que
cada circunscripción plurinominal cuente con cuarenta diputaciones.
Artículo 1 7
1 . E h todos Jos casos, para la asignación d e Jos diputados por e l princi pio de
representación proporcional se seguirá el orden que tuviesen los candidatos e n las
listas regionales respectivas.
3 Existe una anómala interpretación del !FE (ratificada en otoiio de 20 1 1 por el TE
PJF), con relación a dicha gran fórmula doble (denominación sin previsión en la ley pero
aquí adoptada con fines pedagógicos), en tanto que disocia y confunde las reglas que
ataiien al registro de coaliciones para la elección de senadores de m.r. (previstas en el
artículo 96.6 del COFIPE). Ya que en la hipótesis de solicitarse un registro de este tipo, sólo
podrá autorizarse en 1 O entidades porque la autoridad electoral se ampara en una cues
tionable interpretación de que sólo existe permisión para registrar coaliciones "hasta un
máximo de 20 fórmulas de candidatos" (y que por error o mala' fe dicha autoridad la
aplica sólo a 20 candidatos propietarios e igual número de suplentes de diez entidades). Si
bien el legislador debió haber dispuesto con más claridad una suerte de redacción: "hasta
un máximo de 20 grandes fórmulas dobles" para evitar confusiones. Pero, como ya que lo
he explicado con anterioridad, la gran formula doble de candidaturas senatoriales de m.r.
se compone con dos subfónnulas indisolubles integradas cada una por un candidato pro
pietario y otro suplente (por tanto, la gran fórmula y sus subfónnulas nunca podrán diso
ciarse para efectos de registro legal; otra cuestión será para la adjudicación de la primera
minoría), situación que indubitadamente genera la posibilidad legal y constitucional de
realizar coaliciones en un máximo de hasta 20 entidades. (es decir, 40 candidatos propieta
rios y 40 suplentes). A lo anterior, debe considerarse el criterio de proporcionalidad exigi
ble para coaliciones en distritos uninominales de diputados (2/3 de los 300 distritos); lo
cual confirma el principio de respeto a pluralidad política que está presente en las motiva
ciones del legislador para el diseüo del artículo 96.6 del COFIPE (lo que legitima una fracción
de casi 2/3 de candidaturas para senadores de m.r. considerando la existencia de 32 enti
dades). Cualquier interpretación en sentido contrario lesiona gravemente los principios
democráticos y tergiversa sus reglas de juego.
60 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNIC O
COFIPE (extracto)
Artículo 1 8
1 . Para la asignación d e senadores por el principio d e representación proporcional
a que se refiere el seg undo párrafo del a rtículo 5 6 de l a Constitución , se utilizará la
fórm ula de proporcionalidad pura y se atenderán las siguientes reglas:
a) Se entiende por votación total emitida para los efectos de la elección de senado
res por el principio de representación proporciona l , la suma de todos los votos depo
sitados en las urnas para l a lista de circunscripción plurinominal naciona l ; y
b) La asignación de senadores por el principio de representación proporciona l se
hará considerando como votación nacional emitida la que resulte de deducir de la total
emitida , los votos a favor de los partidos políticos que no hayan obtenido el dos por cien
to de la votación emitida para la lista correspondiente y los votos nulos.
2. La fórmula de proporcionalidad pura consta de los siguientes elementos:
a} Cociente natura l ; y
b) Resto mayor.
D EL CONGRESO DE LA UNIÓN Y DE SUS ESPECIFICIDADES 61
rales, independientemente que por fin haya habido una alusión general
en los artículos 1 9 y 21 del Reglamento del Senado.
Artículo 1 9
1 . Conforme a lo dispuesto por l a Ley Federal d e Responsabilidades Ad m i n istra
tivas de los Servidores P ú blicos, los senadores se excusan de intervenir en asu ntos
en los que tienen interés d i recto.
2. De igual form a , los senadores están obligados a cumplir con lo dispuesto en la
Ley cita d a , en lo relativo a conflictos de interés.
3. E n caso procedente, los integrantes de la Mesa realizan las acciones que co
rres ponden conforme a la legislación apl icable relativas a las conductas referidas en
este artículo.
6 En pleno siglo XXI, todavía en una parte de México se reviven algunas tesis rous
seaunianas, como esa que apreciaba al legislador como un ser místico y meta terrenal;
producto allá de un ideario mesiánico, aquí, de cierto entendimiento corruptor de las
instituciones. Reléase la nota 3 de esta obra.
70 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
Artículo 1 0
1 . Existirá vacante e n l a fórmula d e d iputados o d iputadas electos por el principio
d e mayoría relativa o por el principio de representación proporcional, cuando ninguno
de los integra ntes de la fórmula puedan desempeñar el cargo por alguna de las siguien
tes causas:
l. H a ber sido sancionado con la pérdida del cargo, en términos de lo dispuesto en
el artículo 62 constitucio n a l ;
1 1 . No concurrir a l desempeño d e s u función en l o s términos q ue dispone el primer
párrafo del artículo 63 constitucio n a l ;
1 1 1 . M uerte o enfermeda d q u e provoque u n a incapacidad permanente que impida
el desempeño del cargo;
IV. Haber optado por a l g ú n otro cargo d e elección popular, en los términos del
artículo 125 constitucion a l ;
V . Solicitud y obtención de l icencia p o r parte d e l d i putado o diputada suplente e n
funciones;
VI . Por resolución firme que los destituya del cargo o i m pida su ejercicio, en los
términos del título cuarto de la Constitució n , y
V I l . I m posibilidad ju rídica determ inada por u n a autoridad competente, a través d e
una resolución firme.
Artículo 1 1
1 . Las vacantes de diputados o di putadas electos por el principio de mayoría relati
va o representaéipn proporcional , se cubrirán conforme a lo dispuesto en la Constitución,
en sus artículos 63, primer párrafo y 77, fracción IV.
Artículo 1 2
1 . Los diputados y d iputadas tendrán derecho a solicitar licencia , en el ejercicio
del cargo por las sigu ientes causas:
l . Enfermedad que incapacite para el desempeño de l a fu nción;
1 1 . Optar por el desempeño de u n a comisión o empleo de l a Federación , de los
estados, del Distrito Federal y d e los mun icipios , por el que se disfrute de sueldo;
1 1 1 . Postula rse a otro cargo d e elección popula r , cuando tal licencia sea u n a con
dición esta blecida en las normas internas del p a rtido político o en las disposiciones
electorales correspondientes;
IV. Para desahogar trá mites o comparecencias a n te la autoridad competente, por
procesos judiciales o jurisdiccionales, y
V. Para ocupar un cargo dentro de su partido político.
2. Las diputadas tendrán derecho a solicitar licencia en el ejercicio del cargo por
estado de gravidez, por el mismo periodo previsto en la Ley d e la materi a , para la
incapacidad pre y post nata l , sin perj u icio de s u condición labora l .
Artículo 1 3
1 . L a solicitud de licencia se presentará a la consideración del Pleno, q u e resol
Í
verá si a acepta.
2. El d i putado o di putada deberá solicitar licencia ante la Mesa Directiva con un
escrito firmado y fundado. La Mesa Directiva verificará que la solicitud tenga como base
alguna de las causas establecidas en el a rtículo anterior.
3. La licencia s u rtirá efectos a pa rtir de la fecha que indique el Pleno.
72 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
Artículo 1 4
1. Las licencias n o s e concederán sim ultáneamente a más d e l a cuarta parte d e
l a tota l idad d e los integra ntes que componen l a Cámara .
Artículo 1 5
1. S i l a Mesa Directiva apreciara inconsistencias e n l a solicitud d e licenci a , suspen
derá el trámite parlamentario de a utorización y dará cuenta a l Grupo que integra el
d iputado o diputada solicitante.
Artículo 1 6
1. E l d iputado o d iputada con licencia q ue com u n i q u e l a reincorporación a l ejerci
cio de su cargo presentará escrito firmado y d i rigido al Presidente.
2 . El Presidente lo comunicará, de inmediato a l diputado o diputada suplente en fun
ciones y, a l Pleno de manera improrrogable en la siguiente sesión.
3. En los recesos, se estará a lo dispuesto por el a rtículo 78 , fracción VI I I d e la
Constitución .
Artículo 1 4
1. Aprobada l a licencia , e l Presidente d e l a Mesa llama a l suplente para que asu
ma el ejercicio d el cargo d e senador. U na vez que rinde la protesta constitucional ,
entra e n funciones hasta e n tanto e l propietario s e encuentre e n posibilidad d e reasu
mir el cargo.
2. Para reincorporarse a l ejercicio d e las actividades legislativas, el senador con
licencia lo informa por escrito al Presidente de la Mesa , quien toma la nota correspon
diente, notifica a l suplente para que cese en el ejercicio del cargo en la fecha q u e se
indique y lo hace del conocimiento del Pleno, para los efectos legales conducentes.
CAPÍTULO 2
DE LAS GARANTÍAS DE PROTECCIÓN DEL PODER
LEGISLATIVO FEDERAL Y DE DEFENSA
DE LA CONSTITUCIÓN
73
74 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
mantenimiento diario del orden interno, lo cual explica también que el Pre
sidente cameral posea el mando máximo policial siendo el caso que, por
un evento extraordinario, él mismo haya requerido el ingreso de corpo
raciones policiales en recintos parlamentarios.
En consecuencia, los congresistas y otros agentes internos o externos
de las cámaras tienen el deber de acatar cualquier orden o instrucción del
Presidente, en caso de estar en entredicho la intocabilidad de los recintos
camerales (por alteración del orden o menoscabo en sus instalaciones)
y dicho alto cargo hace uso de potestades que le confiere el artículo 6 1
constitucional.
1 . 3 . LA INMUNIDAD PARLAMENTARIA
(Y DE OTROS ALTOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS)
Hay un equívoco histórico del sistema constitucional mexicano (eles
de el siglo XIX y en el Texto de 1 9 1 7), por haber difuminado el medieval
vocablo de "fuero" sin preocuparse en décadas por adoptar una termi
nología más contemporánea que favorezca su correcta utilización con
ceptual.
Precisamente, para dejar al margen la polivalencia y conf·usiones atraí
das de ese vocablo incómodo, en adelante usaré únicamente el término
inmunidad pai.·a identificar bajo esa denominación a una tercera pero no
menos impmiaJJte garantía que se incardina en beneficio de variados órga
nos y poderes públicos. Entre los que se incluye el Congreso ele la Unión.
De entrada, debe decirse que la inmunidad supone cierta indemni
dad de detención o de procesamiento penal que el ordenamiento garan
tiza a un selecto grupo de funcionarios públicos (minúsculo en albores
constitucionales y creciente en la época pluralista) y en el que, señalada
n1ente, están incluidos tanto diputados como senadores del Congreso.
Como dato característico de esa inmunidad, destaca la potestad de
autorización que tiene el Poder Legislativo para suspenderla con previa
motivación y f1.mdamento acreditados en su seno, razón por lo cual se
incardinan procedimientos de trámite parlamentario como el Suplicato
rio en España o la Declaración de Procedencia en México
Sin embargo, una noción muy arraigada en la cultura política de este
lado del Atlántico erráticamente considera que dicha garantía es un de
recho personalísimo del servidor público (filia por una suerte de gracia
individualizable), lo que ha acarreado que esa inmunidad funcionarial
sea percibida entre la sociedad crítica como un privilegio injustificado, y
casi patente de impunidad delictiva. De forma especial, cada vez que tras
cienden en la opinión pública comportamientos fraudulentos y cínicos de
servidores "aforados" sin reproche ninguno.
Quizá sea esta la razón que explique el éxito del discurso descalifi
catorio que exige abolir dicha protección constitucional, el cual ha cun-
76 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
1 No está de más remarcar que el Poder Legislativo estaría llamado a dar celeridad
de trámite total a cualquier pedimento de autoridad (de investigación o de enjuiciamiento)
que at-roje constancias suficientes de la probable participación del servidor público.
2 Histórica es la mirada que el sistema mexicano de responsabilidades ha puesto en
modelos de Europa continental (Declaración de Procedencia específicamente); en principio
de forma directa (en el español) y otras veces de fomm indirecta (como en el francés). Como
se sabe, este último delineó su concepto de inviolabilité (inmunidad de detención ideado a
su vez del fí·eedom [i'Din arrest inglés de 1 543) dentm del Decreto de 26 de junio de 1 790.
Dichos ordenamientos sit·vieron más tarde al Reglamento del Congreso español de 24 de
noviembre de 1 8 10, y luego a sus leyes de Enjuiciamiento Criminal de 1 882 y sobre juris
dicción y procedimientos especiales en las causas contra senadores y diputados de 1 9 1 2 para
instituir el trámit� del Suplicatorio, a través del cual se efectivizó la garantía de inmunidad
de sus parlamentarios (y que se remasterizó en el capítulo II del Reglmnento del Congreso
espaüol vigente desde el 24 de febrero de 1 982). Precisamente, es de llamar todavía la aten
ción como la Declaración de Procedencia (intmducida nada casualmente aquí con la reforma
constitucional de 28 de diciembre de 1 982), hizo una adaptación fidedigna del Suplicato
rio español aunque introduciendo peculiaridades y términos propios, pem sin perder el
embrión institucional.
3 Por ejemplo, los criterios reiterados del TC espaüol con respecto a que la immmi
dad no puede concebirse como un det·echo personal o particular de los parlamentarios
(STC 243/1 988, de 1 9 de diciembre; STC 90/1 995, de 22 de julio; y STC 206/1992, de 27 de
noviembre). O el criterio de calificar la immmidad como una "prerrogativa institucional"
(STC 206/1 992, de 27 de noviembre. Para más detalle, véase J. A y A. L. Alonso de Antonio
(2000): Derecho Parlmnentario, J. M. Bosch Editor, Barcelona, pp. 89 y ss.
78 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
4 En un Estado constitucional, por ejemplo, nadie pondría en duda que a toda perso
na (incluido el funcionario de cualquier rango) les vinculan de forma directa el mandato de
los párrafos 5°, 6° y 7° del artículo 1 6 constitucional que prescriben: "Cualquier persona
puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un delito o inmediata
mente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad
más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio Público. Existirá un regis
tro inmediato de la detención.
Sólo en casos urgentes, cuando se trate de un delito grave así calificado por la ley y
ante el riesgo fundado ele que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siem
pre y cuando no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o
circunstancia, el Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su detención
fundando y expresando los indicios que motiven su proceder.
En casos ele urgencia y flagrancia, el juez que reciba la consignación del detenido de
berá inmediatamente ratificar la detención o decretar la libertad con las reservas de ley" . . .
PROTECCIÓN DEL PODER LEGISLATIVO FEDERAL Y DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN 79
S Las hipótesis podrían ser variadas: por causas de incapacitación diversas (enferme
dad, secuestro, etc.); por inasistencia a la sesión constitutiva de cámara; por impedimento
material para llegar a ésta o a la sesión de arranque formal de la Legislatura (en la que
debía tomarse posesión formal y material del escaño). En todo caso, lo trascedente es la
previa expresión de la voluntad popular en las urnas, la cual se ultima procedimentalmen
te cuando el nuevo legislador recibe la constancia particular de mayoría (o de asignación
de escaños a grupos), con resolución firme y definitiva en la jurisdiccional electoral res-
pectiva. .
6 Como afirmé anteriormente, al extravío del sistema constitucional contribuye la mi
tificación de esta garantía como patrimonio personal del funcionario aforado, lo que explica
la adición del pt'imer párrafo del artículo 1 1 2 (DOF de 28 de diciembre de 1 982) en términos
cuestionables: "No se requerirá de declaración de procedencia de la Cámara de Diputados,
cuando alguno de los servidores públicos a que hace referencia el párrafo primero del ar
tículo 1 1 cometa un delito durante el tiempo en que se encuentre separado de encargo" . . .
D e ahí vienen inferencias erróneas como que e l "fuero" (más correcto: la inmunidad)
sigue la suerte del funcionario beneficiado, lo cual es un error; piénsese, por ejemplo, en
un alto cargo que está enfermo y separado de sus funciones, más sigue tutelado con la
inmunidad. Y que gracias a su garantía se protege al órgano o al poder del que éste forme
parte integrante. Sin embargo, este tipo de confusiones son reversibles con una interpre
tación al día de la garantía de inmunidad.
80 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
7 Véanse las páginas 89-91 de este mismo texto. Y, por otro lado, revísense las adicio
nes anómalas e innecesarias (por confusión y entreveramiento de los institutos) que plan
tea la Minuta con proyecto de reformas a los artículos 6 1 , 1 1 1 , 1 1 2 y 1 1 4 de la Constitución,
que fc1e aprobada en la Cámara de Diputados el día S de marzo de 2013. En forma espe
cial, la reforma y adición del párrafo primero del artículo 6 1 .
PROTECCIÓN DEL PODER LEGISLATIVO FEDERAL Y DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN 81
diputados ele la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, el Jefe ele Gobierno
del Distrito Federal, el Procurador General ele la República y el Procurador
General ele Justicia del Distrito Federal, así como el consejero Presidente y
los consejeros electorales del Consej o General del Instituto Federal Electo
ral, no podrán ser privados ele su libertad durante el tiempo en que ejerzan
su cargo. Sin embargo, estos servidores públicos podrán ser sujetos ele pro
ceso penal, de conformidad con lo dispuesto en este artículo.
Cuando exista la comisión o probable participación en algún hecho que
la ley señale como delito, por parte de alguno de los servidores públicos
señalados en el párrafo anterior y una vez que se ejerza la acción penal por
el titular del Ministerio Público correspondiente, el juez deteni1inará si pro
cede dictar el auto ele vinculación a proceso penal. Tratándose de delitos del
fuero común el servidor público podrá solicitar en cualquier momento a las
autoridades federales, que se avoquen al conocimiento ele la investigación o
proceso correspondiente; debiendo éstas atraer de inmediato el asunto.
Durante el proceso penal, el servidor público podrá seguir en su cargo.
Las medidas cautelares que el juez determine no podrán consistir en priva
ción, restricción o limitación de la libertad.
Cuando se dicte sentencia condenatoria, el órgano jurisdiccional la noti
ficará al ente público del cual forme parte el servidor público sentenciado,
en un plazo ele diez días a partir de que ésta cause ejecutoria, para los efectos
legales a qüe haya lugar. En caso ele que la sanción impuesta haga incom
patible el ej �rcicio del cargo en términos ele la fracción III del artículo 3 8
ele esta Constitución, s e separará a l sentenciado ele sus f1mciones con suje
ción a lo establecido en la legislación aplicable, quedando a disposición ele
la autoridad correspondiente. La separación del cargo tendrá efectos mien
tras se extingue la pena.
graduarse ele acuerdo con el lucro obtenido y con la necesidad ele satisface r
los daños y pe1�juicios causados por su conducta ilícita.
Las sanciones económicas no podrán exceder de tres tantos de los bene
ficios obtenidos o ele los daños o pe1juicios causados.
No se revisará a detalle las anomalías implicadas en este proyecto
ele reordenación ele la inmunidad, sino en focalizar ciertas cuestiones a
manera de interrogantes dirigidas a los reformistas en extravío institu
cional:
• ¿En qué modelo comparado de inmunidad funcionarial se inspi
raron?
• ¿No les parece extraño y notoriamente discriminador, que mien
tras a un ciudadano se le privará de su libertad o de otros bienes
tras que un juez le dicte auto de vinculación a proceso penal,
dada la ininteligible inmunidad (de la Minuta) a los altos cargos
todavía les alcanzará para seguir libres (y en goce pleno del status
y presupuestos de Estado), en un lapso que va del inicio de la
instrucción a la sentencia firme? ¿No equivale esto a una prerro
gativa, personalísima e irracional, más beneficiosa que el denos
tado fuero?
• ¿No es una aberración torpedeante del principio de igualdad, que
un alto cargo impunizado por mandato constitucional instrumen
talice medios en su alcance competencia! (tribunas, comunicados,
foros, recursos, etc.), para que ele forma esquiva o cruda se le fa
cilite allegar "alegatos ele oído" que lo favorezcan en un enjuicia
miento penal a modo? O acaso se confía en que el funcionario
enjuiciado, y en libertad, esperará impasible a ver cómo se incli
na la balanza de la justicia.
• ¿ya se pensó, por ej emplo, qué tipo de relaciones habría entre un
Ministro o un Procurador de justicia (en pleno goce de inmuni
dad y [·unciones) que se encuentra impugnando diligencias proce
sales o de investigación afectantes de sí mismos, y los servidores
públicos que ej ecutan o revisan dichas diligencias se hallan den
tro de la misma institución en la que aquellos altos cargos son
mandamases?
Es tal la cadena ele yerros en la regulación anterior, que no habría
legislación de desarrollo capaz de una ordenación coherente y funcional
de este extraño modelo de inmunidad funcionarial. Que sólo simula su
adopción institucional, pero en realidad encierra otra cosa.
iv) La Declaración de Procedencia
En tanto que no se modifique de fondo el sistema constitucional (y
pese al mar de insuficiencias habidas en el orden normativo) en el llama
do Juicio de D esaf·uero sigue vigente el único procedimiento para garan-
PROTECCIÓN DEL PODER LEGISLATIVO FEDERAL Y DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN 83
durante el tiempo ele su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos
84 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
graves del orden común". Por tanto, se excluye al Presidente del listado potencial de suje
tos de JuiCio Político del artículo 1 1 O. En cambio, respecto al procedimiento de Declara
ción de Procedencia el artículo 1 1 1 dispone que: "Por lo que toca al Presidente de la
República, sólo habrá lugar a acusarlo ante la Cámara de Senadores en los términos del
artículo 1 1 0. En este supuesto, la Cámara de Senadores resolverá con base en la legisla
ción penal aplicable". Tales disposiciones perdieron todo su sentido cuando el artículo zo
ele la LFRSSP excluyó ele manera inaudita al Presidente de la República como sujeto ele
aplicación ele la mencionada Ley, con lo cual se consolida cierto blindaje impune para el
Ejecutivo bajo la argucia positivista ele no preverse un procedimiento subconstitucional.
Cuando menos algo queda ele esa normativa expresa, que sería muy contraproducente que
un procedimiento ele reformas constitucionales intentaré la clifuminación completa.
12 El profesor J. González Oropeza ha llamado la atención sobre la necesidad de
precisar el catálogo en leyes de desarrollo. Porque considera que dicha ausencia regulati
va obligaría a la interpretación del ordenamiento penal vigente, que ya ha identificado los
delitos graves que pueden cometerse por cualquier habitante ele la Federación a partir del
año de 1 993.
1 3 Como detenerse en estos temas rebasa el objeto ele este estudio, se sugiere consul
tar las agudas críticas respecto a la inoperancia y defectos del Título Cuarto constitucional
y ele la LFRSP. Véase VALDÉS S., Clemente (2000): El Juicio Político, Ediciones Coyoacán,
México.
14 Esto si se tiene en cuenta que su artículo 1 1 1 , ele manera expresa, dispone que la
acusación al Presidente se formule en los términos ele lo previsto en el artículo 1 1 0, cuyo
texto establece el procedimiento ele Juicio Político. .
1 5 Debido a la oscuridad del Texto constitucional y el silencio procedimental absoluto,
se inferiría que en este irregular caso el Senado funge ele órgano jurisdiccional material y
excepcionalísimo, porque le compete resolver una acusación "con base en la legislación
penal aplicable" (at·tículo 1 1 1 ). Es decir, la imposición ele penas al Presidente por la comi
sión ele delitos, aunque esto genera interpretaciones confrontadas en todo sentido.
PROTECCIÓN DEL PODER LEGISLATIVO FEDERAL Y DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN 85
1 6 Por ejemplo, precisar esos "delitos graves" por los cuales puede acusarse al Presi
dente de la República, considerando que la legislación penal vigente ha identificado como
"delitos graves" a un listado en las catorce fmcciones del artículo 1 94 vigente del Código
Federal de Procedimientos Penales. Como en estos delitos previstos en el Código penal
federal: homicidio, traición a la patria, espionaje, terrorismo, sabotaje, extorsión, genoci
dio, evasión de presos, delitos contra la salud (narcotráfico), falsificación y alteración de
moneda, contra el consumo y riqueza nacionales, robos en distintas vadantes, desapari
ción forzada de persona u otros delitos previstos en leyes especiales como el tráfico y po
sesión de armas de fuego, la tortura, defmudación fiscal y equiparables, delitos ele la ley
del mercado ele valores, etc.
1 7 En nada ayuda una definición escueta y anodina como la del artículo 3.1, fTacción VI,
del Reglamento de Diputados: "Dieta: es la remuneración irrenunciable por el desempeño
86 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
del cargo de Diputado federal". Sobre todo si no aclaran sus límites y características.
18 Véase SANDOVAL BALLESTEROS, Irma (20 1 0) : "El Principio ele acceso a la infor
Artículo 78
1. Los senadores que n o pertenezcan a u n grupo parlamentario serán conside
rados como senadores sin partido, tendrán las consideraciones que a todos los sena
dores corresponden y apoyos para que pueda n desempeñar con eficacia sus funciones ,
de acuerdo a las posibilidades presupuestales.
2 3 A decir verdad, el débito ele esta garantía tiene precedente en el sistema parlamen
tario inglés, que inclusive logró configuración expresa en el Bill o(Rights desde 1 689 bajo
la denominación ele Freedom o( Speech in Parliament.
90 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
24 Podría ser ocioso suponer que opiniones de un legislador federal hoy en día abran
la posibilidad de un enjuiciamiento penal (y tampoco debería de ocurrir en el orden esta
tal), si por un lado existe esta garantía expresa del artículo 6 1 constitucional que descarta
cualquier tipo de reconvención. Y en especial, porque desde el 1 3 ele abril ele 2007 la le
gislación penal federal abrogó una serie de delitos relacionados con las expresiones para
quedar sólo como reparaciones regulables por el derecho civil (es ilegítimo, por tanto que
más de 20 legislaciones estatales sigan sin armonizarse). Precisamente, una despenaliza
ción similar aconteció dentro del sistema normativo inglés desde el año de 1 838, lo cual
dio pie al desuso invocativo ele la secular garantía fi·eedom finm arrest.
PROTECCIÓN DEL PODER LEGISLATIVO FEDERAL Y DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN 91
neralizar el papel del legislador que esté siempre atento en su deber ele
no lesionar, a través de expresiones impropias, derechos de terceros au
sentes o de quienes no ejercen la representación directa.
De nueva cuenta, el Presidente de la Mesa se convierte en máxima
autoridad en el cuidado y protección dentro de la cámara, pero ahora
de esta garantía que tutela el estatuto individual de legislador. De mane
ra que si omite realizar dichas funciones o apoya una intromisión injus
tificada, podría llevarse ante el Pleno de cámara un juicio de remoción
contra él o algún integrante más de la Mesa directiva cameral.Zs
Al juez civil, por su lado, tocaría el refreno de excesos que, de forma
excepcional, puedan suscitarse en el ej ercicio malentendido de esta ga
rantía parlamentaria.
2 5 Véanse los vigentes artículos 1,9 y 65 de la Ley Orgánica del Congreso ele los EUM.
2 6 Me refiero a la Ley Federal ele Responsabilidades ele los Servidores Públicos
(LFRSP en adelante), publicada en el DOF ele 3 1 ele diciembre ele 1 982.
92 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
3 . 1 . CONCEPTO
El Juicio Político es un procedimiento de control congresual previs
to en la Constitución que se tramita dentro de ambas Cámaras, que ha
sido teóricamente diseñado para sancionar a un número identificable y
específico de altos funcionarios públicos de la Federación o de las enti
dades cuando, en el ejercicio propio de su cargo, empleo o comisión,
incurran en actos u omisiones con pe1juicio a los intereses públicos furzda
rnentales y al buen despacho de los asuntos estatales. Si el fallo camera!
sobre el Juicio Político fuere positivo, necesariamente implicará la des
titución del cargo y la prohibición simultánea del derecho para ocupar
otros dentro de un periodo determinado.n
Sin embargo, dichas sanciones dejarán de ser conjuntivas si el Jui
cio concluye después del periodo de vigencia del mandato del funciona
rio enjuiciado. O si el trámite del Juicio se realiza en el lapso de un año
posterior a la conclusión del cargo (posibilidad admitida en la letra del
artículo 1 1 4 constitucional). Esto sencillamente porque, en ambos su
puestos, la única sanción procedente y materialmente ejecutable sería la
de inhabilitación en el cargo.
De la misma manera, habría que valorar que no se trata de un juicio
ordinario como los que se resuelven en la jurisdicción del Estado sino
de un p1'ocedimiento parlamentario especial.Z s
En la hipótesis de que la forma de gobierno mexicano se insertare en
alguna modalidad genuina de formas parlamentarias, sin duda, este pro
cedimiento implicaría una configuración típica de la moción ele censura.
preceptos del mismo texto disponen después de tal posibilidad para otros
altos cargos de la Federación.3o
A manera de asegurar la vigencia del régimen federal, el artículo 1 1 O
teóricamente señala a los únicos altos cargos del ámbito de los Estados
políticamente enjuiciables ante el Congreso de la Unión.3I Descontado que
se trataría de una instancia excepcional, en estos casos el Juicio sólo
procede
por violaciones graves a esta Constitución y a las leyes federales que de ella
emanen, así como por el manejo indebido de fondos federales, pero en este
caso la resolución será únicamente declarativa y se comunicará a las Legis
laturas locales para que, en ejercicio de sus atribuciones, procedan como
corresponda.
Es de subrayarse el hecho de que dicho precepto nunca alude al Pre
sidente de la República como sujeto de Juicio Político, en tanto que sí lo
considera como sujeto de responsabilidad penal.
También, el caso de los altos cargos del Banco de México que, como
señalábamos con anterioridad, son sujetos potenciales de Juicio Político.
Sin embargo, la Ley del Banco de México introduj o cierto desmereci
miento del procedimiento congresual en la medida que también habilita
un procedimiento autónomo de remoción de los cinco miembros de la
Junta, bien coü la propia intervención de los miembros de ésta o del
Presidente de la República y con el sometimiento a la resolución final
del Senado o, en su caso, de la Conlisión Permanente.
Algo similar acontece con la Auditoría Superior de la Federación,
cuyo titular puede ser removido de conformidad con un procedimiento
especial previsto en su Ley, con total independencia ele que la Constitu
ción decrete el enjuiciamiento atendiéndose a las disposiciones ele su
Título Cuarto (es decir, mediante un Juicio Político) .
35 A través de la prescripción del artículo 40.5 de la LOCGEUM que dispone: "La Co
misión Jurisdiccional se integrará por un mínimo de 12 diputados y un máximo de 1 6, a
efecto de que entre ellos se designen a los que habrán ele conformar, cuando así se requie
ra, la sección instructora encargada de las funciones a que se refiere la ley reglamentaria
del Título Cuarto ele la Constitución en materia ele responsabilidades ele los servidores
públicos". En la Legislatura LXII, se tiene la siguiente composición: PRI: cinco miembros
(incluido el Presidente); PAN: tres miembros; PRD: dos miembros y PVEM y MC: un miem
bro cada uno de ellos.
36 El artículo 1 1 de la LFRSP establece que será de cuatro el número de integrantes.
3 7 De los m·tículos 13 al 1 9 de la LFRSP se encuentra detallado el procedimiento al
que deberá ajustarse la Sección Instructora, incluyendo plazos ele desahogo (y sus posibi-
98 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
da), sólo supone una graciosa concesión al Pleno de los Diputados, como reconocimiento
a que la denuncia de Juicio Político pudo traspasar múltiples valladares del procedimien
to. Bastaría con observar lo que sucede dentro del Senado, para ver que se trata sólo de
un espejismo.
41 Así lo prevé la LFRSP en su artículo 2 1 , que señala también la posibilidad de la ne
gativa en la aprobación de las conclusiones, lo cual permitiría al servidor público continuar
en el ejercicio de su cargo. De la misma manera que, si procede la acusación, proceda a
designarse una comisión ele tres diputados para que sostengan aquella ante el Senado.
PROTECCIÓN DEL PODER LEGISLATIVO FEDERAL Y DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN 99
l . LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
No es una Ley igual a las demás, sino que posee una singularidad
adquirida con la aprobación de la reforma del artículo 70 del Texto su-
1 02
DE LAS FUENTES NORMATIVAS DEL CONGRESO DE LA UNIÓN Y DE SUS CÁMARAS 1 03
premo, que concede la facultad para que "el Congreso expida la ley que
regule su estructura y funcionamiento internos", en su momento ej ercita
da por ambas cámaras mediante la formulación y adopción original de
la LOCGEUM . l
Tal obligación legal del Congreso de l a Unión proviene de l a reforma
constitucional de 6 de diciembre de 1 977, cuyo artículo 70 constitucio
nalizó tanto su autonomía reglamentaria como los propios grupos par
lamentarios de la Cámara de Diputados, de la siguiente forma:
El Congreso expedirá la ley que regulará su estructura y funcionamiento
interno. La ley determinará las formas y los procedimientos para la agrupa
ción de los diputados, según su afiliación de partido, a efecto ele garantizar
la libre expresión de las corrientes ideológicas representadas en la Cámara ele
Diputados. Esta ley no podrá ser vetada ni necesitará ele promulgación del
Ejecutivo federal para tener vigencia.
Aun cuando en las modificaciones tenidas por dicha ley se ha inten
tado respetar el principio de autonomía normativa de las cámaras, lo
cierto es que el proceso tuvo complicaciones variadas, tal como ocurrió
con la reelaboración integral de la LOCGEUM en el año de 1 999. 2
Aunque la vigencia inicial ele la LOCGEUM se remonta al 25 ele mayo de 1 979, suce
sivas reformas la han transformado de manera radical, hasta tener prácticamente una
Nueva Ley Orgánica, en vigor desde el 3 ele septiembre ele 1 999.
2 Con anterioridad he referido la importancia ele esta gran reforma de la LOCGEUM
hecha en 1 999. Ante la necesidad ele actualizar radicalmente la normativa parlamentaria
y ponerla en frecuencia con un modelo congresual pluralista, desde el inicio ele la Legis
latura LVII del Congreso (1 997-2000) se dieron prolongadas negociaciones entre los dis
tintos grupos parlamentarios. En una primera fase, sólo trabajaron diputados del PAN y del
PRD dentro de un Proyecto vertebrado comúnmente, el cual, por cierto, no atrajo la anuen
cia del PRI en el Pleno camera!, lo que valió a este último para presentar un amplio voto
particular con proyecto alternativo. En una segunda fase, PAN y PRI definieron un Proyec
to ele Ley integrador en lo relativo al Título Segundo dedicado a los diputados, sumándose
luego el PRD con sus aportaciones, aunque sólo en la parte general. Al mismo tiempo,
aparecieron complicaciones legislativas entre los Senadores inconformes con el trabajo de
los diputados y tanto senadores del PRI como del PAN, presentaron sendas y diferenciadas
Iniciativas ante la Comisión Permanente (sólo coincidentes en defender la propia regulación
del Senado, dentro del Título Tercero, sin la intervención de los Diputados). Más tarde, el
Proyecto se ordenó en la materia de un periodo extraordinario ele sesiones del Congreso.
Tras intensas negociaciones y trabajo en comisiones (incluyendo reuniones en Conferen
cia), y primando razones de "racionalidad legislativa" se logró impulsar, por una parte, al
Senado para formular único dictamen (y así incluir las partes revisadas del Proyecto co
rrespondientes a su actuación como cámara ele origen y cámara revisora); y por otro lado,
la utilización de una metodología parecida en la Cámara de Diputados con el mismo
efecto. Finalmente, se produjo la votación favorable a la Nueva ley en ambas Cámaras.
Para incidir en detalles, véase de un lado la Exposición ele motivos y el dictamen de la
LOCGEM, en: i\llarco jurídico del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos (2000),
edición del Senado ele la República, México, p. B-9 y ss.
104 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
3 Esto es, sus preceptos identifican las funciones y atribuciones de los diputados y
senadores en aquellos casos excepcionales en los que la Constitución prevé la interven
ción del Congt-eso de la Unión (por ejemplo, en el nombramiento o elección ele Presidente
constitucional interino, provisional o substituto, en caso ele su falta temporal o absoluta);
o en el funcionamiento y tareas ele la llamada Comisión Permanente del Congreso ele la
Unión.
4 También puede apreciarse cómo en el rediseii.o ele los órganos parlamentarios (la
Presidencia, la Mesa, la Junta de Coordinación Política) se ha recibido la especial influencia
del derecho parlamentario español. Sin embargo, temas como el estatuto ele los congresis
tas o parlamentarios, sus derechos y prerrogativas, los tipos y particularidades ele las se
siones, ele las votaciones, de los procedimientos de creación ele leyes o de las relaciones
camerales con otros órganos del Estado, tienen origen y articulación más antigua en la
Constitución ele 1 9 1 7 (y también en el viejo Reglamento, que enseguida se verá).
5 Su artículo Quinto Transitorio establece: "En tanto el Congreso expide las disposi
ciones correspondientes, seguirán siendo aplicables, en lo que no se opongan a la ley de
la materia del presente decreto, las disposiciones del Reglamento para el Gobierno I nte
rior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, en vigor".
DE LAS FUENTES NORMATIVAS DEL CONGRESO DE LA UNIÓN Y DE SUS CÁMARAS 105
calado, del año 1 999),6 sino e l hecho que finalmente y a s e han expedido
los Reglamentos particulares de cámara.
Por ejemplo, aun cuando el viejo Reglamento destina un apartado a
la sesión constitutiva ele las Cámaras (estableciendo una Junta instala
dora compuesta de congresistas salientes), sus disposiciones quedan en
obsolescencia completa desde que la LOCGEUM introdujo las funciones
de la Mesa de Decanos. 7
De la misma manera, las formalidades dispuestas para la elección y
organización ele la Mesa ele ambas cámaras quedaron sin efecto, al igual
que el funcionamiento ele las Comisiones en los términos dispuestos por
el Reglamento, en la medida que ahora debe ajustarse a lo preceptuado
en la vigente LOCGEUMB y los reglamentos camerales ya en vigor.
En sentido contrario, existen ciertas disposiciones del Reglamento
que todavía tendrían eficacia normativa como las contenidas en los
apartados "de las sesiones "9 o "de la fórmula de expedición de leyes " .
A pesar d e que todavía hay preceptos del Reglamento que sólo han
tenido ocasiones contadas de probar su eficacia práctica, existen otros
relacionados con aspectos parlamentarios del siglo XIX, como las reglas
de cortesía camerales, que aun siendo evidente su anacronía algunas
expresiones siguen al uso en la j erga y usos congresuales.
Situaciones que seguirán reproduciéndose en tanto que no ocurra
una revisión integral del sistema normativo del Congreso y de sus cámaras
con deslinde exacto del campo normativo de cada instrumento. Ya que
al padecerse la falta de integración reglamentaria por décadas, a la fe
cha sigue presente un importante grado ele desapego a la normativa aun
cuando ya existan nuevos reglamentos en sus cámaras.
Por ello es que este antiguo reglamento bicameral seguirá siendo de
invocación necesaria y subsidiaria, mientras no se expida un nuevo Re-
6 Además de que LOCGEUM ha tenido otras reformas como la publicada el 28 ele di
ciembre de 1 9 8 1 ; otra del 20 de julio de 1 994, que también f·ue concebida como reforma
integral, aunque en aquel momento sólo proyectó un tímido tratamiento del pluralismo
político del Congreso ele la Unión.
7 Véanse los arts. 1 4 - 1 6 en cuanto a la instalación de la Cámara de Diputados y
arts. 58-61 relativos al Senado ele la LOCGEUM, que precisan los procedimientos de cons
titución de ambos cámaras del Congreso ele la Unión.
8 Por ejemplo, la nueva LOCGEUM que dedica su Título Cuarto (arts. 1 1 6-1 29) a la re
gulación de la Comisión Permanente del Congreso de · ¡a Unión, ha anulado del todo la
vigencia de ese mismo epígrafe del viejo Reglamento congresual (arts. 1 7 1 -204).
9 Específicamente, el artículo que contempla las situaciones de emergencia constitu
cional para el nombramiento especial de Presidente de la República u otros supuestos
parlamentarios como la Declaración camera! de "urgente u obvia resolución", recaída en
una Proposición extraordinaria ele algún congresista y que hasta hace poco seguía funda
mentándose �n lo dispuesto por el Reglamento interior (arts. 59 y 60), a falta de otras
disposiciones normativas.
1 06 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
Precisamente, éste puede ser un lado virtuoso tanto del nuevo Regla
mento de la Cámara de Diputados (RD en adelante, publicado en DOF de
24 de diciembre de 20 1 0 y en vigor a partir del 1 de enero de 2 0 1 1 ) como
del Reglamento del Senado de la República (RS en adelante, publicado
en DOF de 4 de junio de 2 0 1 O y en vigor a partir del 1 ele septiembre ele
2 0 1 0) .
Sobre todo porque las cámaras han sumado una fuente normativa
ele primer orden y, por primera vez en la historia congresual/parlamenta
ria de México, se ha ejercido a cabalidacl la potestad de autonomía re
glamentaria por cada cuerpo cameral del CoÍ1greso; esto es, la autonomía
ele diputados y senadores de dotarse de reglas propias.
También, resalta el hecho que esos instrumentos compendian una
serie de rÍ6rmas y prácticas parlamentarias y consiguen hacerlo en (mi
co cuerpo reglamentario de cámara (valórese, por ejemplo, la subsun
ción ahí lograda de múltiples acuerdos dispersos).
Sin duda, eso otorga una mayor visibilidad a la preceptiva reglamen
taria lo que podrá facilitar más su grado de cumplimiento. Y eventual
mente, hasta podría esperarse una mej or a tanto en la gobernabilidad
como en la productividad del sistema en su conjunto.
También, podría reducirse ese déficit histórico que ha recreado es
pacios de institucionalidad democrática deficiente dentro del Congreso
de la Unión, como aminorarse ciertos comportamientos de incorrección
parlamentaria de algunos de sus miembros.
Por lo anterior, destaca el nuevo articulado relativo al estatuto del
legislador, ya que incluye el expreso enunciado de derechos, obligacio
nes o incompatibilidades parlamentarias; independientemente de que se
eche en falta un sistema clarificado y definitivo de responsabilidades pú
blicas que asimismo les aplica.
De la misma manera, hay aportaciones reglamentarias en numero
sos preceptos que facilitan la interacción de diputados y senadores dentro
l O Me refiero a los mandatos ele los artículos transitorios tercero y noveno del Regla
mento ele la Cámara ele Diputados y primero transitorio del Reglamento del Senado, a
través ele los cuales dejan sin efectos los estipulados del viejo Reglamento Interior del 24
ele diciembre ele 1 934 tanto en Cámara ele Diputados como en Cámara ele Senadores.
DE LAS FUENTES NORMATIVAS DEL CONGRESO DE LA UNIÓN Y DE SUS CÁMARAS 107
1 1 Lo cual les hace decantarse por una mayoría absoluta de sus miembros (en leyes
orgánicas o constitucionales) para transformar los reglamentos parlamentarios respecti
vos (España, Francia, Portugal, Italia, etc.).
1 08 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
Este hecho se repitió pese a que la LOCGEUM sólo otorga dicha potes
tad, de manera expresa, tanto a la Mesa directiva y la Junta de Coordina
ción Política de la Cámara de Diputados (art. 20.2, inciso b) como a los
propios órganos de la Cámara ele Senadores (art. 6 6 . 1 , inciso i, y 82 . 1 ) .
Esto es, l a capacidad ele proponer acuerdos que e l Pleno debe aprobar
·
en materias delimitadas .
Otra cuestión es que este tipo ele promociones se hubiere sometido
o no a la autorización de los integrantes ele pleno derecho de los órga
nos parlamentarios, pero lo que en realidad ahí se consigue son simples
decisiones orgánicas que no tienen carácter normativo ni efectos genera
les . En cambio, dichos elementos sí pueden obtenerse en aquellos acuer
dos que, con tales características, se planteen y resulten aprobados por
el Pleno de una u otra cámara. Siem.pre y que la propuesta provenga de
órganos realmente competentes, como los señalados con anterioridad.
A manera de ej emplo, la Mesa directiva de la Cámara alta fue autora
ele un importante número de Acuerdos para la ordenación de sus trabajos
camerales que, si bien hoy ya no están vigentes, conviene tenerles como
referente, en tanto que parte ele sus contenidos se ha traspasado a los re
glamentos de reciente expedición.
Éstas son las f11entes normativas más novedosas del Poder Legislativo
Federal, pero sólo tienen cabida en la Cámara de Diputados. Surgen con la
definición expresa que ha formulado su Reglamento ele reciente expedi
ción (artículo 260). Con las modalidades que describiré a continuación:
i) Las medidas ele carácter normativo que puede expedir el Presidente
de la Mesa directiva de la Cámara o el Presidente de la Junta directiva de
Comisión, con el objeto ele conseguir los fines del artículo 260.2 del RD,
como sería el propio aseguramiento del orden; el desarrollo ele las sesio
nes o reuniones (o de inhibir su interrupción), en aras de "promover la
libre discusión y decisión parlamentaria" .
Resalta el hecho que dichas medidas se aprueban de forma directa
por dichos presidentes, lo cual les otorga pleno efecto camera!.
ii) Las Resoluciones de carácter normativo propuestas por el Presiden
te (de Mesa directiva o de Junta de comisión) y aprobadas por el Pleno,
son aquellas que colman una situación ele la esfera de las propias atri
buciones del Presidente y que no se encuentra prevista en el RD . Tienen
carácter general y, necesariamente, deben aprobarse por una votación
de mayoría simple del Pleno ele cámara o de comisión, siempre y que no
haya habido la aprobación previa de la Mesa o ele la Junta ele la que for
ma parte el Presidente.
1 10 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
111
1 12 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNI CO
1 . 1 . EL QUÓRUM SIMPLE
El quórum simple es aquel que surge cuando el Ordenamiento parla
mentario ha delimitado un número legal mínimo ele miembros del órgano
legislativo cuya asistencia resulta indispensable para comenzar una reu
nión (esto es, el llamado quórum-constitución o el también llamado quó
nun de sesión constitutiva), lo mismo que para celebrar sin interrupción
los miembros de pleno derecho ele las cámaras, pero sin encerrar algún
tipo de quórum-votación.
1 Este ejercicio doctrinal, junto con el complejo análisis del quórum, se realiza en
ERAÑA SÁNCHEZ, Miguel (Coordinador) (20 1 0): Los principios parlamentarios, op. cit. ,
pp. 1 39- 1 67.
1 14
DEL QUÓRUM PARLAMENTARIO 1 15
1 . 2 . EL QUÓRUM COMPLEJO
El quórum complejo implica el perfeccionamiento previo del quórurn
simple (en cualquiera de las modalidades del quórum de asistencia des
critas con anterioridad), mas suele identificarse en cada ordenamiento
parlamentario por una o varias condiciones, como las que enseguida se
indican:
i) Condiciones de validez del quórum o del acuerdo parlamentario
Estas condiciones se hallan en reglamentos o normas parlamenta
rias que explicitan cuáles votos serán tomados en cuenta con referencias
expresas como: "la mayoría de los votos emitidos", "la mayoría ele los
votos válidos", "descontados los votos nulos" o igual con otras disposi
ciones que condicionan la validez del quórum con referencias como: "la
Cámara y sus órganos deberán estar reunidos reglamentariamente" o
"en escrutinio secreto " , etc.
ii) Condiciones de legitimidad del acuerdo parlamentario
Son las que se proyectan cuando la normativa parlamentaria expre
sa quiénes cuantitativa o cualitativamente tienen derecho al uso de las
prerrogativas camerales a través de alusiones como : "los miembros de
pleno derecho", " (X) partes de los presentes" , "la mayoría de los miem
bros del órgano" , "la mayoría de los presentes", "los presentes", "dos gru
pos parlamentarios" , " 1 5 diputados " . Cabe subrayar el hecho que, ante
la exigencia de estas condiciones de legitimidad, los titulares ele la re
presentación parlamentaria, por contraste de lo ocurrido en el quórum
simple, desempeúan ahora una clara posición activa en la correcta fun
cionalidad del quórum, ya que ahora les toca manifestar de forma expre
sa o tácita su consentimiento (con la emisión del voto).
iii) Condiciones de ultilnación de la decisión parlamentaria (a través
de los tipos de mayoría reconocidos en el sistema)
Dichas condiciones de manera frecuente y confusa se aluden en la
j erga parlamentaria como "quórum de votación" , pero que en este caso
opto por identificar aquí como quórum complejo, y que no es otra cosa que
las formas de otorgar la capacidad decisoria plena a cualquier órgano
parlamentario.
Estas últimas condiciones y sus tipo(s) de mayoría pueden apreciarse
al revisar las peculiaridades ele cada sistema parlamentario. El cómo pue
de constitucional o legalmente expresarse la regla de la mayoría dentro
1 16 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
2 Me refiero a que la mayoría simple puede igualmente conseguirse cuando los votos
negativos superan a los positivos (lo que no hace expreso el Reglamento catalán), indepen
dientemente de las abstenciones o de otros votos con nulidad de validez o legitimidad que
se hayan producido.
DEL QUÓRUM PARLAMENTARIO 1 17
b) Mayoría relativa:
De acuerdo con el maestro Felipe Tena Ramírez, "es la que decide
entre más de dos proposiciones; y de ella obtiene el triunfo la que alcan
za el mayor número de votos, aunque ese número no exceda de la mitad
del total de los votantes" .
É sta e s una variedad de la mayoría simple, con l a diferencia que ya
no existe único asunto en disputa, sino que ahora las proposiciones y/o
propuestas a dirimir se han multiplicado (más de dos en adelante). Tal
y como acontece en procedimientos de elección de cargos de Mesa di
rectiva o de los miembros de órganos diversos del Estado e, inclusive,
cuando se consulta a la Asamblea para asumir uno u otro(s) proyecto(s)
que se mantiene(n) hasta el final de un procedimiento en clara contra
posición.
Como la relativa es una modalidad de la mayoría simple, presenta
como característica común el cambiante umbral o el límite de votos que
precisan traspasar quienes aspiran a la obtención de la mayoría. Situa
ción que incluso sirve a la doctrina para calificarlas como mayorías dúc
tiles, flexibles o relativas, dada la graduación distinta de la votación.
Mas para evitar conf·usiones (aunque más adelante reaparezcan en la
normativa par;�amentaria) resulta muy importante dejar en claro que, den
tro de aquella mayoría simple (sin adjetivos), se está dirimiendo la deci
sión que recaerá sobre la única proposición parlamentaria sometida al
Pleno. A diferencia de la mayoría relativa aquí definida, cuya esencia es
la elección de una entre la pluralidad de propuestas que conoce el órga
no plenario.
e) Mayoría absoluta:
En cambio, la mayoría absoluta de impronta parlamentarista euro
pea se caracteriza por adoptar aquel umbral de votación de manera rígi
da y prácticamente invariable, en razón que se exige de referencia al total
de miembros del órgano involucrado. En este tipo de mayoría, es necesa
rio que se una a la moción la mitad más uno de los votos de los miembros
de pleno derecho del órgano parlamentario.
En términos técnicos, la mayoría absoluta es aquella que "se ha expre
sado, en el mismo sentido, el primer número entero que sigue al núme
ro resultante de dividir por dos el total de miembros de pleno derecho
de la Cámara", según dispone la letra del artículo 72 del Reglamento del
Parlamento autonómico de Cataluña citado con anterioridad.
En esta modalidad de mayoría absoluta se dota de valor decisorio
(en positivo o en negativo como en la mayoría simple) a quienes reúnen
la mayoría aritmética con la que se gana la expresión unitaria del órgano.
Pero, a diferencia de la simple, la mayoría absoluta revalúa el papel de
1 18 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNIC O
5 Mandato del artículo 1 23 ele la Ley Orgánica del Congi·eso General ele los Estados
Unidos Mexicanos, publicada el 3 ele septiembre ele 1 999.
DEL QUÓRUM PARLAMENTARIO 121
6 Situación que ha llevado a criterios paradójicos, como al hecho que en unas Legis
laturas (y hasta en cámaras distintas) se sumen las abstenciones de diputados o senadores
a favor o en contra de la decisión final ele la cámara involucrada. O que bien, no cuenten
para nada, acarreándose una problemática esquizoicle que será aludida más adelante.
7 No así la Constitución Política vigente que, aun sin aludir de forma expresa a la
mayoría simple como principio clecisor y ordinario de sus cámaras, en la ¡-edacción nada
taxativa de los incisos a, b y e de su original artículo 7 1 dejó abierta dicha posibilidad. En
sentido contrario y expreso, hizo la diferenciación de otro tipo ele votación cualificada
("mayoría absoluta ele los miembros presentes") en los incisos d y e del mismo precepto,
tratándose ele la adopción ele decisiones parlamentarias de más calado en donde se man
tienen las discrepancias institucionales.
122 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNI CO
2. La mayoría simple o relativa se constituye con la suma más alta ele votos
emitidos en un mismo sentido, cuando se opta entre más ele dos propuestas.
3. La mayoría absoluta se constituye con la suma ele más ele la mitad ele los
votos emitidos en un mismo sentido, cuando se opta entre dos propuestas.
4. Las mayorías calificadas o especiales se constituyen con la suma ele los
votos emitidos en un mismo sentido en número superior al del la mayoría
absoluta, conforme a lo dispuesto en la Constitución, la Ley, este Reglamen
to y demás disposiciones aplicables.
5. Las decisiones en el Pleno se acuerdan por mayoría absoluta ele votos
ele los senadores presentes en la sesión ele que se trate, salvo que los orde
namientos aplicables determinen otro tipo ele mayoría, referida ya sea a los
presentes o a la totalidad ele los integrantes del Senado.
Más que detenerse en definiciones de Perogrullo habidas en partes
de los numerales 1 y 2 del artículo 93; 4 y 5 del artículo 94 (que ya no
merecerán más comentarios), mejor resalto de ahí el descuido severo en
la redacción de los preceptos, ya que evidencia el desconocimiento del
parlamentarismo democrático y la improvisación técnica del legislador,
en cuestiones como las siguientes :
a ) El voto en abstención y su problemática
De forma gratuita se abre una problemática por esa concepcwn
anodina que áhora se imputa al voto de abstención camera! al despro
veerle de todo efecto y, otra más, con la imprudencia de admitir dicho
sistema en cualquier votacións.
Bastaba con estudiar los sistemas comparados y así regular la abs
tención parlamentaria, con suma claridad, sólo en el ejercicio de la ma
yoría simple y en asuntos de menor trascendencia camera!. Al no ser así,
con el tiempo y a causa de su interpretación conf·usa, habrá múltiples
efectos tanto en la Cámara de Senadores como en la de Diputados .9
b) La confusión entre mayoría simple y mayoría relativa
El error del Reglamento de la Cámara alta impidió distinguir el he
cho de que la mayoría relativa es una modalidad de connotaciones di
versas a las de la mayoría simple (de ahí que sin saberlo, el artículo 94.2
lo único que institucionalizó fue la mayoría relativa). Y por consiguiente,
terminó f·undiendo ambas modalidades en una única definición, con el
hecho grave que, por enesuna ocaswn, la mayoría simple no logró defi
nición certera en ninguna de las cámaras. 1 o
e) La mayoría absoluta del artículo 94.3 del RS
Un traspié más ele cierre es la definición errática que hace el nuevo
Reglamento senatorial, al afirmar que la mayoría absoluta se constituye
con la suina de 1nás de la rnitad de los votos emitidos en un mismo senti
do, cuando se opta entre dos propuestas. Esto sólo es parcialmente cierto
en la primera parte, pero yerra en la alusión a las dos propuestas (y por
eso la confunde con la mayoría relativa).
Quizá porque, de forma equívoca, se piensa que en este tipo de mayo
ría tiene cabida una dualidad de proposiciones: los que están a favor o
los que están en contra (aprobación o reprobación). Lo que ni es la esen
cia de su concepción y más bien sólo apunta a la confusión de su estatuto.
Lo que esta definición desconoce es que en el momento de ejercerse
la capacidad decisoria por el Pleno se cuenta, gracias a la función dic
taminadora de sus comisiones, con una única propuesta para ultimar la
decisión camera! (con dictamen en positivo o en negativo según fuere el
caso). Y que al exigirse la mayoría absoluta para la aprobación de éste,
es porque se compele a la mitad más uno de sus miembros a que vote
sobre esa, única proposición. Por tanto, resulta secundario que se pro
duzcan votos' nulos, inválidos o en abstención, etc., y menos que pueda
hablarse de dos propuestas.
Como expliqué con anterioridad, la adopción ele la mayoría absoluta
en México no ha tomado de referencia a los miembros de pleno derecho
de la cámara sino a los que se hallan "presentes" (ya salvado el quórum
constitucional del artículo 63). 1 1 En consecuencia, también resulta ociosa
10 Aunque el RD haya formulado un magro concepto (art. 3), sigue pendiente una
definición como la que indica: hay 1nayoría simple cuando los votos positivos superan a los
negativos, sin contar ni las abstenciones, los votos en blanco ni los votos nulos. Sobre todo,
puntualizar que en este tipo de mayoría cuentan los votos positivos (o los negativos), a
pesar ele que éstos puedan se1: menos de la mitad ele los emitidos o del órgano. Como igual
tener muy presente que con la nwyoría simple se imputa valor decisorio (en positivo o en
negativo) a quienes retinen la mayoría aritmética ganadora de la éxpresión unitaria del
órgano parlamentario (en tanto que sólo se dirime única propuesta ele fondo). Por consi
guiente, que el umbral o límite ele votos que debe traspasarse se fija con inclepenclencia de
los votos imperfectos (sea por nulidad, invalidez, disposición legal o práctica parlamenta
ria como sería el caso ele las abstenciones), lo que favorece sólo a la posición que ha cru
zado tal umbral, así lo haga sólo con un voto ele diferencia .
. 1 1 Hay un caso ele excepción que rompe esta regla, en el artículo 88 del viejo Regla
mento interior del Congreso, que dispone en su letra: "Para que haya dictamen ele Comi
sión, deberá éste presentarse firmado por la mayoría ele los individuos que la componen.
Si alguno algunos ele ellos disintiesen del parecer ele dicha mayoría, podrán presentar voto
particular". A pesar ele las eludas en su interpretación, ésta es una mayoría absoluta genui
na (de corte europeo), que supone que la legitimidad del dictamen se gane con la mitad
DEL QUÓRUM PARLAMENTARIO 125
mas uno ele votos ele los miembros ele pleno derecho ele las comisiones y no ele los que
estén presentes, tal y como en ocasiones ha tergiversado la realiclacl parlamentaria.
1 2 Basta con repasar la pobreza ele las definiciones del RD sobre la mayoría absoluta,
calificada y simple que se ofrecen en el artículo 3 . 1 , fracciones XI, XII y XIII, que ni cla
rifican los elementos ele los tipos ele votación ni mejoran la normativa del Senado, a pesar
ele que tuvieron tiempo ele revisar tantos errores.
126 DERECHO PARLAMENTARIO ORGANIC O
los Estados cuando han sido señalados como sujetos d e Juicio Político o
en la propia resolución de esa Cámara cuando actúa como órgano de
acusación en el Juicio Político (arts . 1 1 0 y 1 1 1 CM), en la elección de los
miembros de la Mesa y del Presidente del Senado prevista en el artículo 62
de Ley Orgánica del Congreso.
Existen otros procedimientos ele composición ele órganos externos,
donde se ha silenciado el tipo de mayoría pero que la interpretación y
práctica parlamentaria se reconducen a esa misma "mayoría absoluta de
los presentes". Los ejemplos: la ratificación del Senado o de la Comisión
Permanente ele Altos funcionarios ele la Federación (arts. 7 6, fracción II,
y 27, fracción XIX, CM); la remoción del Jefe ele Gobierno del Distrito
Federal en el Senado o la Comisión Permanente (art. 1 2 2 , base quinta,
inciso f, CM); la aprobación senatorial de las designaciones presidencia
les en el Banco de México (art. 28 CM) ; y la elección por el Senado de
dos integrantes del Consejo de la Judicatura Federal (artículo 1 0 0 CM) .
También, se tienen los expresos casos de las "dos terceras partes ele
los presentes" exigible para la erección de un nuevo Estado como poten
cial miembro de la Unión Federal (art. 73, fTacc. III, 5° CM); lo mismo que
en el nombramiento excepcional de un gobernador provisional cuando
el Senado ha declarado la desaparición de poderes de un Estado (art. 76,
fracción V, CM) . Asimismo, en la elección de ministros de la Suprema
Corte (de entre la terna que presenta el Presidente ele la República al Se
nado previsto en el art. 96 CM); o en la elección de magistrados del Tri
bunal Electoral del Poder Judicial ele la Federación o de los integrantes
de la Comisión Nacional de Derechos Humanos por parte del Senado o de
la Comisión Permanente del Congreso de la Unión (arts . 99 y 1 02 . B CM);
en la elección del consejero presidente y del Consejo General del Insti
tuto Federal Electoral y del Auditor Superior de la Federación por parte
de los Diputados (arts. 4 1 y 79 CM); en la designación senatorial de cinco
miembros de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Eva
luación Educativa (art. 3 CM); en la ratificación senatorial de 7 integrantes
del I nstituto Federal de Telecomunicación o de igual número de miem
bros de la Comisión Federal de Competencia Económica (art. 28 CM);
en la resolución del Senado como Jurado de sentencia del Juicio Políti
co (art. 1 1 0 CM); y en la aprobación bicameral de la reforma constitucio
nal (art. 1 3 5 CM, que además obliga a la aprobación por la mayoría de
Asambleas estatales).
Por último, destaca el único caso de mayoría cualificada de "dos ter
ceras partes de los presentes " previsto en toda la normativa parlamenta
ria secundaria: la elección de los integrantes de la Mesa de Diputados
(art. 1 9 .3 Ley Orgánica del Congreso).
128 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
1 Véase MUÑOZ ARMENTA, Aldo (20 1 0): "El principio de representación parlamenta
ria", en Los Principios Parlamentarios, op. cit., pp. 3 1 y ss.
129
1 30 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNIC O
4 Este límite legal (art. 26.2 LOCGEUM) apuesta por la conformación limitada del
pluralismo en las cámaras cuando impide la existencia de más ele un grupo por partido,
lo cual se apoya en la propia naturaleza de racionalización del trabajo parlamentario.
Cabría la posibilidad de que si los grupos formales se escindieren en múltiples formas
asociativas, esto se traduciría en inestabilidad o ingobernabiliclad orgánica.
5 Véase MEYENBERG, Y. (2000): "La Cámara de Diputados y la oposición política en
México", en La Cámara de Diputados en México (G. Pérez y A. Martínez), Porrúa-Cámara
ele Diputados, p. 128.
6 El art. 54 CM garantiza la distribución ele escaüos de representación proporcional
en la Cámara ele Diputados para cualquier partido que alcance, cuando menos, el 2% del
total ele votación nacional emitida, independientemente de sus escm1os de mayoría. Por otra
parte, reforma de gran calado ele la LOCGEUM ( 1 999) incorporó novedades en el procedi
miento ele formalización de los Grupos parlamentarios.
1 32 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
7 Con anterioridad, he subrayado como esto detonó la poderosa atribución que hoy
tienen los coordinadores ele proponer y comunicar a la Mesa todas las modificaciones ele
la composición ele sus respectivos Grupos (art. 79.2 LOCGEUM), que en la práctica, favore
ce su posición ele influencia. Sin embargo, no debe olvidarse también que hay una serie ele
contrapesos que toman cuerpo en la interacción ordinaria del Grupo, a tmvés del peso
ele liderazgos paralelos (y con poder ele facto). Tal como se manifiesta en los debates subi
dos ele tono y en la nada fácil conducción ele las reuniones privadas ele los grupos parla
mentarios.
DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS 1 33
8 En la realidad mexicana puede haber más conciencia de esta situación, para mejo
rar la funcionalidad del Congreso ele la Unión. En especial, si el Poder Ejecutivo en turno
afina la interlocución con los Grupos y sus líderes sin discriminación. Al final, se trata de
admitir el motor grupocrático del sistema camera! mexicano, que en este aspecto refleja
una mayor cercanía al modelo parlamentario europeo que al estadounidense.
9 Véase ÜÑATE, Pablo (2000): "Congreso, grupos parlamentarios y partidos", en El Con
greso de los Diputados en Espal"za: funciones y rendimiento, AA. VV., Madrid, p. 37, cuyas
observaciones hechas sobre el Parlamento espaüol, casi resultan extensivas a las inercias
hmcionales de las cámaras mexicanas.
CAPÍTULO 7
DE LA SESIÓN CONSTITUTIVA DE CÁMARA
1 A l igual que los demás convocados, los miembros d e la Mesa ele Decanos son dipu
tadas o diputados recién electos que en dicha sesión ¡-enclirán protesta del encargo ele legis
ladores (en cumplimiento del art. 1 2 8 constitucional). Casi ele inmediato, presenciarán
1 34
DE LA SESIÓN CONSTITUTIVA DE CÁMARA 135
que los demás integrantes de la respectiva cámara hagan lo propio. Cualquiera podría
preguntarse si esta toma de protesta adelantada del encargo no tiene apego en la Consti
tución, en virtud que la celebración de la sesión constitutiva se da tres días antes de em
pezar el mandato legítimo y constitucional del cargo de los representantes (1 de septiembre).
Mas como no se ha presentado ninguna impugnación en el sistema, sólo dejamos apunta
da aquí esta consideración y, en todo caso, la aconstilucionalielael o ilegalidad ele este
procedimiento podría revertirse ele programarse la sesión constitutiva en la medianoche
misma del día de arranque formal de la Legislatura.
2 Cuestión diferente es que una adición al art. 46.4 de la LOCGEUM -publicada en
DOF de 2 1 de abril de 2008- ha pervertido dicha naturaleza de la Mesa de Decanos de
diputados al convertirla también en Comité ele· consulta y opinión ele legislatura. Esto no es
más una mera distribución ele egos y presupuestos camerales, que resulta incompatible den
tro ele una cámara democrática que, en teoría, repele toda característica censitaria como
esa suerte ele representación patricia! por edad. El claro tufo conservador ele dicho comi
té, además suplanta hmciones legítimas y originales ele la Mesa de decanos a través del
reconocimiento cuestionable ele formas gerontocráticas ya superadas. Resulta más que re
comendable la supresión.
3 Art. 1 7.6 de la LOCGEUM.
PARTE TERCERA
139
1 40 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
l Hay que subrayar que los comportamientos desnaturalizadores del papel del Presi
dente como entidad suprapartes en la cámara, no han sido extrafíos en las legislaturas
pluralistas recientes; piénsese, por ejemplo, en una grave irregularidad de quien preside
la Cámara, cuando abandona su asiento directivo para tomar la palabra desde su escaño
como ocurrió reiteradamente con el Presidente de la Mesa en el primer año de la Legisla
tura LXI. Dicha confrontación discm·siva con sus pares, confirma no sólo la patrimoniali
zación partidaria de los cargos de la Mesa sino la propia incomprensión de las funciones
de neutralidad de la Presidencia por parte de ciertos actores del sistema congresual.
DE LOS ÓRGANOS DE GOBIERNO CAMERAL: MESA DIRECTIVA Y PRESi t ENCIA 141
1
cuaclo desarrollo ele las sesiones del Pleno ele la Cámara", exigiendo a sus
miembros la actuación baj o "los principios ele imparcialidad y objetivi
dad" (arts . 2 0 y 66 LOCGEUM) . En sentido parecido a otras Mesas ele
parlamentos comparados, la Ley mexicana asigna a la Mesa directiva la
función presupuesta! interna, la función ele formular y cumplir el orden
del día, la función ele cuidar la corrección ele dictámenes, mociones, co
municados y demás trámites legislativos, como el ele calificación ele los
trámites parlamentarios. Inclusive, la Mesa ele la Cámara baja tiene cla
rificada la función ele imponer sanciones disciplinarias por incumpli
miento ele los deberes parlamentarios (art. 20.2 LOCGEUM) .
En suma, la Mesa y la Presidencia encarnan órganos ele dirección y
gobierno parlamentario ele la mayor importancia para asegurar la bue
na marcha ele las cámaras.
Antes ele analizar los tipos ele mayoría exigidos por la LOCGEUM en
la elección del Presidente ele la Cámara ("mayoría absoluta ele los pre
sentes" en el Senado; "dos terceras partes ele los presentes" en la Cámara
ele Diputados), vale la pena subrayar que los procedimientos camerales
prevén la elecdón simultánea ele todos los miembros ele la Mesa, inclui
do el Presidente.
En ese orden, resalta cómo los Grupos parlamentarios influencian
fuertemente la elección ele la Mesa desde una posición condicionante, a
partir ele que la LOCGEUM determina que a través ele listas homogéneas
(ele Presidente, vicepresidentes y secretarios), los Grupos postulen sus
candidaturas ante el Pleno ele ambas Cámaras (arts. 1 7 y 82). 2
Tanto en la elección ele la Mesa directiva ele Diputados y del Senado
se comparten ciertas formas ele la elección: los miembros ele pleno dere
cho presentes en ese momento en el Pleno, expresan en cada Cámara su
voto a través ele única papeleta, llamada cédula, que contiene la lista pos
tulada, en teoría, por cada Grupo parlamentario (arts. 1 7 .4, 62 y 82. 1 ele
la LOCGEUM), pero ya es posible observar cómo la práctica parlamentaria
ele las últimas Legislaturas las ha convertido en listas únicas o comw1es,
que toman cuerpo tras concluirse las negociaciones entre los Coordina
dores ele los distintos Grupos parlamentarios.
La principal diferencia entre los procedimientos electivos ele cargos
ele Mesa ele Diputados y del Senado, resulta ele los tipos ele mayorías exi-
gibles a la lista ganadora: "dos terceras partes de los diputados presentes "
y "la mayoría absoluta de los senadores presentes ", correlativamente.
Cierta valoración más positiva encierra la agravación que realiza la
Ley del Congreso para la elección de Mesa directiva de Diputados, de
apreciarse el hecho que reunir dos terceras partes de votos, al menos en
teoría, configura una elección con garantías plenas de inclusión plura
lista.
Sin embargo, con la Mesa de Diputados elegida para el segundo y
tercer año de cada Legislatura se produce una valoración contraria, vis
to que una interpretación perversa de la LOCGEUM lleva al abandono de
las finalidades predicables del cargo de Presidente y de su procedimien
to cualificado de elección.3
El hecho de decretarse, por ley, que la presidencia de la cámara se
turne únicamente entre los tres grupos parlamentarios con mayor núme
ro de escaños, arroj a consecuencias negadoras del pluralismo y, en ca
sos más graves, provoca el abuso de los grupos dominantes. No sólo por
haberse producido una apropiación indebida del cargo a manos de los
tres principales partidos impulsores de esa reforma reglamentaria, sino
porque de forma ilegal e inconstitucional se cierra la posibilidad de acce
so a dicho cargo directivo para aquel legislador (con calificación even
tual pm:a ej ercerlo), por la única razón de su no pertenencia a los grupos
parlamentarios principales . Un recurso de protección jurisdiccional bien
articulado (resuelto con sentido garantista), podría decretar inaplicable
dicha normativa no sólo por su carácter inconstitucional sino porque
interfiere en el estatuto del legislador democrático y en sus derechos in
herentes.
Mientras esto no ocurra, la realidad parlamentaria seguirá eviden
ciando la instrumentalidad de los cargos de la Mesa, como también el
poderío irrefrenable de los Grupos parlamentarios dominantes . 4 De
paso, al vaciar de contenido ciertos preceptos legales y axiológicos que
145
1 46 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNI CO
1 Viene al caso diferenciar el tipo de mayoría absoluta que la Ley exige a cada cáma
ra. Para los diputados, el art. 3 1 .2 LOCGEUM indica que: "Será Presidente de la Junta, por
la duración de la Legislatura, el coordinador de aquel Grupo parlamentario que por sí
mismo cuente con la mayoría absoluta en la Cámara". En cambio, el art. 8 1 .4 dispone
para el Senado que: "Será Presidente de la Junta de Coordinación Política por el término
de una Legislatura el coordinador del Grupo parlamentario que, por sí mismo, cuente con
la mayoría absoluta del voto ponderado" . En definitiva, considero que este último precep
to abre la posibilidad de que un coordinador minoritario pueda hacerse con la presidencia
orgánica durante toda la legislatura, siempre y que lo acuerden de forma previa otros
grupos parlamentarios con el del coordinador en cuestión (lo cual habilitaría una suerte
de gobiemo parlamentario de coalición sin necesidad de reformas legales). No obstante,
dichas cuestiones merecerían el diseño de un sistema más clarificado no sólo en los regla
mentos sino al mornento de permearse una cultura parlamentaria más acabada, que es
precisamente un elemento ausente entre muchos actores del régimen político en vigor.
2 Reforma a la ley publicada en el DOF de 1 3 de septiembre de 2006. De aquí se han
derivado otros excesos como la repartición del periodo anual de gestión de la presidencia
de la JCP y de los cargos de la Mesa directiva en tres miniperiodos de cuatro meses cada
uno (en especial, durante el tercer año legislativo), para el efecto de turnarse los cargos
entre los tres grupos parlamentarios dominantes. Hechos no sólo directamente contrarios
de la ley y de los principios orgánicos, que como ya hemos visto con antelación, se dejan
sin sanción debido al sistema carente de controles en la materia.
DEL ÓRGANO DE DIRECCIÓN POLÍTICA: JUNTA DE COORDINACIÓN POLÍTICA 147
5 Si bien la tarea original de la elaboración del orden del día corresponde a la Mesa
del Senado, la ley indica que ésta "deberá tomar en cuenta las propuestas de la Junta de Coor
dinación Política" (art. 66. 1 LOCGEUM) Asimismo, la Junta deberá "realizar reuniones con
la Mesa directiva o con su Presidente, para dichos efectos" (art. 82.1 d). Por otro lado, aun
que en la Cámara de Diputados dicha programación se atribuye inicialmente a la Mesa
(art. 20.2 e), otro órgano es el que se arroga legal y prácticamente esa función: la denomi
nado Conferencia para la Dirección y Programación de los Trabajos Legislativos, que en
realidad es casi una réplica de la Junta de Coordinación Política, ya que está compuesto
por sus propios Portavoces y el Presidente de la Mesa (arts. 37 y 38 LOCGEUM) tal y como
se verá más adelante.
6 Véase la problemática que he analizado sobre el voto ponderado en ERAÑA SÁN
CHEZ, M. (2003): La protección constitucional de las minorías parlamentarias, op. cit.,
pp. 1 20 y SS.
DEL ÓRGANO DE DIRECCIÓN POLÍTICA: JUNTA DE COORDINACIÓN POLÍTICA 149
150
LA DIRECCIÓN Y PROGRAMACIÓN DE LOS TRABAJOS LEGISLATIVO (CDyPTL) 151
l . LAS COMISIONES
menes, informes, opiniones y resoluciones, contl"ibuyen a que la Cámara cumpla sus atri
buciones constitucionales y legales" (art. 39.1).
4 Cabe mencionar que de estas Comisiones ordinarias y permanentes, sólo 23 poseen
carácter legislativo (por ejemplo, Asuntos indígenas; Gobernación, población y seguridad
pública; Puntos constitucionales y sistema federal; Hacienda y Crédito Público). Hay cuatm
que tienen legalmente explicitado su estatuto, que no son ele control evaluatorio: Comisión
de Reglamento y Prácticas Parlamentarias; Comisión de Vigilancia; Comisión Jurisdiccio
nal; y Comisión del Distrito Federal, además ele otras constituidas en la presente Legislatura.
S El art. 90 de la LOCGEUM enlista las Comisiones ordinarias del Senado mezclando
1 . 3 . LA DESIGNACIÓN
DE LAS JUNTAS DIRECTIVAS DE COMISIÓN
Infortunadamente, el método elegido por la normativa congresual/
parlamentaria para definir las Juntas directivas ele las Comisiones no es
enteramente democrático, y sí en cambio, resulta bastante deficitario.
En ambas cámaras, la Junta ele Coordinación Política tiene la exclu
sividad para proponer al Pleno no sólo la lista ele integrantes ele las
8 Así, por ejemplo, el artículo 1 67.4 del RD alude un tipo devaluado de mayoría,
mientras el artículo 84. 1 , reformado el 20 de abril de 20 1 1 del mismo ordenamiento, ha
decretado la exigencia de la mayoría absoluta para la aprobación de dictámenes.
156 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
9 Aun cuando la letra de los arts. 43.2 y 1 04.2 de LOCGEUM exigen parecidamente
esta correspondencia entre la composición de las Comisiones y el Pleno, a continuación el
Legislador incardinó expresamente que: "Al proponer la integración de las Comisiones, la
Junta de Coordinación Política postulará a los diputados que deban presidirlas y fungir
como secretarios. Al hacerlo, cuidará que su propuesta incorpore a los diputados pertene
cientes a los distintos Grupos parlamentarios, ele tal suerte que se refleje la proporción
que representan en el Pleno y tome en cuenta los antecedentes y la experiencia legislativa
de los diputados (arts. 43.3 y 1 04.3 LOCGEUM)".
10 Por descontado, el quórum ele presencia debe cubrir la mitad más uno de los com
ponentes de cada cámara (exigencia del art. 63 constitucional). No obstante, la votación
del Pleno ratificatoria de las propuestas de la Junta en la realidad parlamentaria puede
obtenerse con la mayoría simple; cualificación mínima de un procedimiento parlamenta
rio que debería ser más agravado.
DE LOS ÓRGANOS DE PRODUCCIÓN LEGISLATIVA: COMISIONES Y PLENO 157
2. EL PLENO
13 GARCÍA PELAYO, M. ( 1 98 6): Estado de Partidos, Alianza Editorial, Madrid, pp. 95 y 96.
14 RUBIO LLORENTE, F. ( 1 986): "El procedimiento legislativo en España", Revista Es
pm1ola de Derecho Constitucional, Núm. 1 6 (monográfico), enero-abril, Madrid, p . 94.
1 60 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
1 63
1 64 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
1 Cualquier reforma de este tenor podría equilibrar ideas como las propuestas por el
profesor VALADÉS, Diego (en su obra El control del poder) : "la duración de las sesiones es
un buen indicador de la presencia activa de los congresos o parlamentos para desempeñar
las funciones de control que les asigna el sistema constitucional" y, por otro lado, que "en
previsión del desgaste político que representa gobernar y apoyar las acciones del gobier
no, cuando se está en mayoría se procura reducir cuanto sea posible el período de sesio
nes; pero en previsión de desempeñar la oposición y aprovechar los flancos vulnerables
del gobierno, se tiende a ampliar esos periodos al máximo".
PARTE CUARTA
DE LAS COMPETENCIAS
DEL PODER LEGISLATIVO FEDERAL
CAPÍTULO 1
DE LAS FACULTADES DEL CONGRESO GENERAL
Y DE SUS CÁMARAS
1 67
168 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
Artículo 84. E n caso de falta absol uta del Presidente de l a República, e n tanto e l
Congreso nombra al presidente interino o su bstituto, lo q u e deberá ocurrir e n u n término
n o mayor a sesenta día s , el Secretario d e Gobernación asumirá provisionalmente la
titularidad del Poder Ejecutivo. E n este caso no será aplicable lo esta blecido en las
fracciones 1 1 , 1 1 1 y VI del artículo 82 de esta Constitució n .
DE LAS FACULTADES DEL CONGRESO GENERAL Y DE SUS CÁMARAS 1 69
U n idos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamen
te el cargo de Presidente de la República q u e el pueblo me ha conferido, mirando en
todo por el bien y prosperidad de la U ni ó n ; y si así no lo hiciere que la Nación me lo
demande".
S i por cualquier circunstancia el Presidente no pudiere rendir la protesta en los
términos del pá rrafo anterior, lo hará de i n med iato ante las Mesas D i rectivas de las
Cámaras del Congreso de la U n i ó n .
E n caso de q u e el Presidente no pudiere rendir la protesta ante el Congreso d e
la U n i ó n , ante la Comisión Permanente o ante las Mesas D i rectivas de l a s Cáma ras
del Congreso de la U nión lo hará de i n med iato ante el Presidente de la Su prema Cor
te de Justicia de la Nación .
6 o . Que la resolución del Congreso sea ratificada por la mayoría d e las Legislatu
ras de los Estados, previo examen de la copia del exped iente, siempre que hayan dado
su consentimiento las Legislaturas de los Estados de cuyo territorio se trate.
7o. Si las Legislaturas de los Estados de cuyo territorio se trate , no hubieren dado
su consentimiento, la ratificación d e q u e habla la fracción anterior, deberá ser hecha
por las dos terceras partes del total de Legislaturas de los demás Estados.
IV. Derogada.
V. Para cambiar la residencia d e los Su premos Poderes d e la Federación .
V I . Derogada;
Vi l . Para imponer las contribuciones necesarias a cubrir el Presupuesto.
VI I I . Para dar bases sobre las cuales el Ejecutivo pueda celebrar em préstitos
sobre el crédito de la Nació n , para a probar esos mismos em préstitos y para reconocer
y mandar pagar la deuda nacion a l . Ningún empréstito podrá celebrarse sino para la
ejecución de obras que d i recta mente produzcan u n incremento en los ingresos p ú bli
cos, salvo los que se realicen con propósitos de regulación monetaria , las operaciones
de conversión y los que se contraten durante alguna emergencia declarada por el
Presidente de la República en los términos del artículo 29. Asimismo, aprobar a n u a l
mente l o s montos de endeuda miento q u e deberán incluirse en la l e y de ingresos, que
en su caso req uiera el Gobierno del Distrito Federal y las entidades de su sector pú
blico, conforme a las bases de la ley correspondiente. El Ejecutivo Federal informará
anualmente al Congreso de la Unión sobre el ejercicio de dicha deuda a cuyo efecto el
J efe del Distrito Federal le hará llegar el informe que sobre el ejercicio de los recursos
h
correspondientes u biere realizado. El J efe del Distrito Federal informará igualmente a
la Asamblea de Representantes del Distrito Federa l , al rendir la cuenta pública ;
IX. Para imped i r que en el comercio de Estado a Estado se establezcan restric
ciones .
X. Para legislar en toda la República sobre hidrocarburos, minería , sustancias quí
micas, explosivos, pirotecnia, industria cinematográfica, comercio, juegos con apuestas
y sorteos, intermediación y servicios financieros, energía eléctrica y nuclear y para
expedir las leyes del trabajo reglamentarias del artículo 1 2 3 ;
X I . Para crear y supri m i r empleos públicos de la Federación y señalar, a u mentar
o disminuir sus dotaciones .
X I I . Para declarar la g u erra , en vista de los datos q u e le presente el Ejecutivo .
XI I I . Para dictar leyes según las cuales deben declararse buenas o malas las presas
de mar y tierra , y para expedir leyes relativas al derecho m a rítimo de paz y guerra .
XIV. Para levantar y sostener a las instituciones armadas de la U n i ó n , a saber:
Ejército , Marina de Guerra y F uerza Aérea Nacionales , y para reglamentar su organi
zación y servicio.
XV. Para dar reglamentos con objeto de organizar, armar y disciplinar la Guardia Na
cional , reservándose a los ciudadanos que la forman , el nombramiento respectivo de jefes
y oficiales, y a los Estados la facultad de instruirla conforme a la disciplina prescrita por
dichos reglamentos.
XVI . Para dictar leyes sobre nacionalidad, condición jurídica de los extranjeros,
ciudadanía, naturalización , colonización , emigración e i n m i g ración y salubridad general
de la República .
1 a . El Consejo de Salu bridad General dependerá di rectamente del Presidente de
la República, sin intervención de ninguna Secretaría de Estado, y sus disposiciones gene
rales serán obligatorias en el país .
1 72 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNIC O
d ) Cerillos y fósforos;
e ) Aguamiel y productos d e su fermentación; y
f) Explotación forestal .
g ) Producción y consumo d e cerveza .
Las entidades federativas pa rticiparán en el rendimiento de estas contribuciones
especiales, en la proporción que la ley secundaria federal determine. Las legislaturas lo
cales fijarán el porcentaje correspondiente a los M u n icipios , en sus ingresos por con
cepto del impuesto sobre e nergía eléctrica .
XXIX-B . Para legislar sobre las características y uso de la Bandera , Escudo e Himno
Nacionales.
XXIX-C. Para expedir las leyes que establezcan la concurrencia del Gobierno Fe
deral, de los Estados y de los M unicipios, en el ámbito de sus respectivas competencias,
1 74 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
blecerán los mecanismos de participación de los sectores social y privado, con objeto
de cumplir los fines previstos en el pá rrafo noveno del a rtículo 4 o . de esta Constitución.
XXIX-O. Para legislar en materia d e protección de datos personales en posesión
de particulares.
XXIX-P . Expedir leyes que establezcan la concurrencia de la Federación, los Esta
dos, el Distrito Federal y los Municipios, en el ámbito de sus respectivas competencias, en
materia de derechos de niñas, niños y adolescentes , velando en todo momento por el inte
rés superior de los mismos y cumpl iendo con los tratados internacionales de la mate
ria , de los que México sea parte.
XXIX-Q . Para legislar sobre i niciativa ci udadana y consultas populares.
XXX. Para exped ir todas las leyes que sean necesarias , a objeto d e hacer efec
tivas las facultades anteriores, y todas las otras concedidas por esta Constitución a los
Poderes d e la U n ión .
cías de plena jurisdicción del Tribunal Electoral del PJF), un diseño ins
titucional tan precario como éste en nada ayuda a las funciones de
deliberación, propias de un Parlamento democrático, dadas las caracte
rísticas de dicha facultad en que está ausente toda discusión.
De suprimirse tal [·unción, seguramente nada ocurriría; y por el con
trario, su derogación libraría al Presidente cameral ele esa faceta de
heraldo descontinuado que ahí parece encarnarse, también equivalente
ele una función ele serigmfista en jefe impropia ele un speaker. '
e) Facultades relacionadas con el ejercicio de responsabilidades po
líticas
Están previstas en los artículos 7 4, fracción V, segundo párrafo y 1 08
y 1 1 O ele la Constitución, en tanto que la Cámara ele Diputados conoce
del Juicio Político; por tanto, puede erigirse en órgano de acusación lle
gado el caso ele fincar responsabilidades políticas a un alto cargo ele la
Federación o ele los estados.
el) Facultad de garantes en la protección ele la inmunidad funcionarial
Se hallan configuradas en los artículos 74, fracción V, primer párra
fo, y 1 08 y 1 1 1 ele la Constitución, en tanto que la Cámara ele Diputados
conoce del trámite de Declaración ele Procedencia; por consiguiente,
funge ele · órgano ele resolución sobre la suspensión o revalidación ele la
inmunidad (ele detención o procesamiento penal) ele la que goza un alto
cargo ele la Federación o de los estados.
e) Facultades ele control sobre la previsibilidad ele ingresos y de presu
puestos, así como la evaluación financiera ele la gestión del gasto público
ele la Federación
Son las facultades exclusivas ele la Cámara ele Diputados para ser
cámara ele origen en la iniciativa ele Ley ele ingresos; cámara única en la
aprobación ele los presupuestos ele la Federación o ele las retribuciones
para los empleos públicos; cámara única para la revisión a posteriori ele
ingresos y egresos ele la Federación y ele los entes públicos a través ele las
funciones que los diputados encomiendan a la ASF, junto con la aproba
ción del informe final sobre el estado ele la cuenta pública. Facultades,
por cierto, que están dispersas en preceptos constitucionales y legales
diversos, como las fracciones II, IV y VI del artículo 74 constitucional, o
en el contenido ele los artículos 75, 79, 89, 1 27, 1 3 1 , y ele sus respectivas
leyes y normativas ele desarrollo.
egresos, con relación a los conceptos y las partidas respectivas o no existiera exacti
tud o justificación en los ingresos obtenidos o en los gastos realizados, se determina
rán las responsabilidades d e acuerdo con la Ley. E n el caso de la revisión sobre el
cumplimiento de los objetivos d e los programas, dicha entidad sólo podrá emitir las
recomendaciones para la m ejora en el desempeño de los mismos, en los términos de
la Ley.
La Cuenta P ú b l ica del ejercicio fiscal correspondiente deberá ser presentada a la
Cámara de Diputados a más tardar el 3 0 de abril del año siguiente. Sólo se podrá am
pliar el plazo de presentación en los términos de la fracción IV, último párrafo, de este
artícu l o ; la prórroga no deberá exceder de 30 días naturales y, en tal s u puesto, la
entidad de fisca lización superior de la Federación contará con el mismo tiempo adicio
n a l para la presentación del i nforme del resultado de la revisión de la Cuenta Pública .
L a Cámara conclu irá la revisión de la Cuenta P ú blica a m á s tardar el 3 1 de octu
bre del año siguiente al d e su presentación, con base e n el aná lisis de s u contenido
y en las conclusiones técnicas del informe del resultado d e la entidad de fisca lización
superior de la Federación , a que se refiere el artículo 79 de esta Constitución, sin
menoscabo de que el trámite d e las observaciones , recomendaciones y acciones pro
movidas por la entidad de fiscalización s u perior de la Federació n , seguirá su curso en
términos de lo dispuesto en dicho a rtículo.
La Cámara de Diputados evaluará el desempeño d e la entidad de fiscalización
superior de la Federación y al efecto le podrá requerir que le i nforme sobre la evolución
d e sus trabajos d e fisca l ización;
Vil . (se deroga ) .
VI I I . Las demás q u e le confiere expresamente esta Constitución .
puesta del Presidente ele la República, tras ele haber sido removido el
Jefe de gobierno (arts . 76, fracc . IX, y 1 2 2 , bases segunda y quinta,
inciso f, de la Constitución) .
En un segundo supuesto, con las funciones potenciales de arbitraj e
orgánico constitucional que posee el Pleno senatorial, cuando se convier
te en instancia para resolver diferendos políticos suscitados entre pode
res ele una misma entidad (art. 76, fracc. VI) .
3 En este tema, se retoman partes del tratamiento sobre el tema, dado en PINA
REYNA, Uriel y ERAÑA SÁNCHEZ, Miguel: "Comentario al artículo 77 ele la Constitución
Política", en Los derechos del Pueblo Mexicano, México a través de sus
' constituciones,
Tomo XVIII, Miguel Ángel Porrúa, México, pp. 775 y ss.
DE LAS FACULTADES DEL CONGRESO GENERAL Y DE SUS CÁMARAS 1 85
CONSTITUCIÓN POlÍTICA
( e xtra ctos )
Artíc�lo 72. Todo proyecto de ley o decreto, cuya resolución no sea exclusiva de
alguna de las Cámaras, se discutirá sucesivamente en ambas, observándose la Ley del
Congreso y sus reg lamentos respectivos, sobre la form a , intervalos y modo de proce
der en las discusiones y votaciones:
Pá rrafo reformado DOF 17-08-2011
4 Que en su letra dispone: "inciso i) Las iniciativas de las leyes o decretos pueden
comenzar indistintamente en cualquiera de las dos Cámaras en que se presenten, a menos
que transcurra un mes desde que se pasen a la comisión dictaminadora sin que ésta rinda
dictamen, pues en tal caso el proyecto de ley o decreto, puede presentarse y discutirse en
la otra Cámara, y" . . .
DE LAS FACULTADES DEL CONGRESO GENERAL Y DE SUS CÁMARAS 1 93
1 95
1 96 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁN IC O
3 Con lucidez, el profesor indica que "la Comisión Permanente no podría delegar lo
que no tiene" (es decir, la potestad legislativa). Véase GONZÁLEZ SCHMAL, Raúl (2003):
Programa de Derecho Constitucional, Noriega Editores, México, p. 2 5 1 .
4 De ahí l a importancia d e la legislación reglamentaria del artículo 2 9 constitucional,
que deberá expedirse en los siguientes meses.
DE LAS FUNCIONES DEL CONGRESO O DE SUS CÁMARAS 1 99
6 Aunque la SCJN ha tenido · erráticos criterios con relación COJ1 el control formal y
material de las adiciones y reformas constitucionales, no sería para nada desestimable que
una temprana resolución de su renovado Pleno (de 30 de agosto de 1996, recaída sobre un
amparo en revisión del afamado "Caso Camacho"), podría seguir inspirando al sistema
constitucional por la preclaridad y entendimiento acotado de dicha [·unción constitucional.
Al menos cuando formula valoraciones como las siguientes: "En la legislación mexicana
no existe prohibición expresa que prohíbe el ejercicio de la acción de amparo en contra
del proceso de reforma de la Carta Magna. Es innegable que los tribunales de la Federa
ción están facultados para intervenir en el conocimiento de cualquier problema relativo a
la violación de los derechos fundamentales. Las entidades que intervienen en el proceso
legislativo de una reforma constitucional, que en el ejercicio de sus atribuciones secuen
ciales integran el órgano revisor, son autoridades constituidas, en tanto que se ha determi
nado que tiene tal carácter las que dictan, promulgan, publican, ejecutan o tratan de
ejecutar la ley o el acto reclamado. No obstante que el resultado del procedimiento recla
mado hubiere quedado formalmente a la categoría de norma suprema; dicho procedi
miento es impugnable a través del juicio de amparo . . . ".
DE LAS FUNCIONES DEL CONGRESO O DE SUS CÁMARAS 201
1 . 6 . FUNCIÓN PRESUPUESTARIA
El Congreso en lo general, y la Cámara baj a en particular, tienen
funciones presupuestarias de la mayor importancia que implican el lla
mado "poder de la bolsa " . s
Ya se ' infería en otra parte de este estudio que las facultades bicame
rales de expedición de la Ley de ingresos (y toda ley de corte fiscal), han
imputado cierto carácter de bicameralismo perfecto al sistema cameral
mexicano . Sin embargo, éste se imperfecciona cuando un número im
portante de otras funciones presupuestarias quedan en manos exclusi
vas de la Cámara de diputados .
Empezando por la potestad de aprobación anual del Decreto de pre
supuestos de la Federación, así como la evaluación financiera de la ges
tión de su gasto público.
De la misma manera, el sistema bicameral resulta imperfecto cuan
do sólo recaen las facultades exclusivas en los diputados para determi
nar retribuciones para los empleos públicos como cámara originaria; o
de cámara única para la revisión a posteriori de ingresos y egresos de la
Federación y de los entes públicos a través de las [-unciones que los
diputados encomiendan a la Auditoría Superior de la Federación, junto
con la aprobación del informe final sobre el estado de la cuenta pública.
Facultades, todas, que se hallan dispersas a través de preceptos cons
titucionales y legales diversos, como las fracciones II, IV y VI del artícu
lo 74; o también, en el contenido de los artículos 75, 79, 89, 1 27, 1 3 1 , y de
sus respectivas leyes de desarrollo.
1 . 8 . FUNCIONES ELECTORALES
Dejando de lado que la organización y administración de las eleccio
nes recae en un órgano autónomo denominado Instituto Federal Electo
ral y que, por cuanto se refiere al arbitraje jurisdiccional electoral, éste ha
sido conferido al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación,
en cambio puede afirmarse que el Poder Legislativo Federal todavía man
tiene determinadas funciones con incidencia electoral indirecta. Cuya im
portancia no es desestimable, tal como se verá a continuación:
a) Atribuciones de nombramiento de los artículos 41 y 99 ele la Cons
titución (consejeros del IFE y magistrados del TEPJF)
Tal como analizamos en las facultades constitucionales de carácter
exclusivo de las cámaras, vale recordar que la Cámara de diputados tiene
la función de elegir y, en su caso, reelegir al Presidente del IFE, lo mismo
que nombrar a ocho miem.bros más de su Consejo General. Por su par
te, al Senado compete el nombramiento de siete magistrados de la Sala
Superior y quince de las salas regionales del Tribunal Electoral del Po
der Judicial de la Federación, de entre las propuestas que le formule el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
2 04 DERECHO PARLAMENTARIO ORGÁNICO
1 . 1 0. FUNCIONES ADMINISTRATIVAS
Aquí se implican las funciones típicas de administración interior que
despliegan los órganos de auxilio cameral (Mesa, Presidencia de la Mesa,
Conferencia, Comisiones, Comités, Contralorías, Institutos), y que tienen
por objeto el cuidado, rendimiento, distribución, suministración y con
trol de elementos materiales que se ponen a disposición del Congreso y
sus cámaras, así como el gobierno administrativo de su personal de au
xilio técnico o de custodia, toda vez que al mismo Congreso y sus cámaras
se les vincula para profesionalizar tanto el reclutamiento, la adscripción,
la movilidad y el fincamiento de responsabilidades de sus funcionarios, lo
que debería realizarse a través de la administración cameral del respec
tivo Estatuto Civil de carrera.
Sin embargo, hacia el exterior de las cámaras también se vertebran
importantes funciones administrativas, como la confiada por el artícu
lo 1 0 0 constitt�cional al Senado de la República. Que encierra una suer
te de participaCión o cogobierno administrativo dentro del Poder Judicial
de la Federación, al poseer su Pleno la potestad de nombrar cada lustro
a dos de los siete integrantes del Consej o de la Judicatura Federal (CJF).
Mas habría de puntualizarse el hecho que todo integrante de este órga
no constitucional está amparado por un estatuto de prohibición de man
dato imperativo; lo cual significa que dichos consejeros no representan
interés ninguno de quienes los designan (como serían los dos consejeros
elegidos por el Senado) .
A consecuencia de ello, se diluye la función administrativa senato
rial de ejercicio, pero a cambio todavía subsiste la posibilidad de revisar
la correcta actuación de esos siete integrantes del CJF en sede congre
sual, llegado el caso de ejercer el control de responsabilidades políticas
por la afectación directa de intereses públicos fundamentales (artícu
los 1 00, 1 08 y 1 1 0 de la Constitución). Situación que sale de la órbita de
la función administrativa para ingresar en otra función de Control No
Legislativo.
mente de sus propios actos y decisiones congresuales, sino los ele otros
poderes y entidades públicas .
En un repaso panorámico del sistema constitucional vigente, en
cuentro al menos estas funciones con dicho impacto:
i) Atribuciones del artículo 1 05, f¡-acciórz I
En especial, la legitimación que tienen los Presidentes del Congreso,
ele cada cámara o de la Comisión Permanente para firmar, por acuerdo
mayoritario del respectivo Pleno cameral, una demanda ele controversia
constitucional que impugne actos o normas de carácter general cuya
validez y constitucionalidad se encuentren en cuestión a juicio del Poder
Legislativo ele la Unión. O en su caso, de sus cámaras o la Comisión
Permanente.
Aun cuando no hay espacio aquí para detalles ele procedimiento, esta
función podría valorarse mejor ele tenerse en cuenta que el Congreso y sus
cámaras (al igual que otros sujetos con legitimación previstos en el ar
tículo 1 05 constitucional), desempeñan un importante papel ante la jus
ticia constitucional: son entidades-correa de transnúsión y de coadyuvancia
con el principal intérprete j urisdiccional (la SCJN). Esto en la medida
que le acercan conceptos de invalidez y elementos variados de análisis, de
suma utilid�d cuando se revisan actos y normas de carácter general atri
buidas a los poderes públicos dentro del propio juicio de controversia
constitucional.
A grado tal que también surge la posibilidad para que el Departa
mento Jurídico de la Cámara o del Congreso (cuando ésta no sea parte
actora o demandada en la controversia), prepare escritos de alegatos y
ele tercer interesado que firme el Presidente (del Congreso, ele Cámara o de
la Permanente), a fin de allegar la argumentación más conveniente para la
defensa del orden constitucional y de las competencias implicadas. De
inmediato, ese alto cargo cameral debería rendir cuenta de esos hechos
al Pleno, pese a que ésta no sea la conducta recurrente en las últimas le
gislaturas. 9
De la misma manera, aparecen ciertas funciones de defensa y pro
tección del orden constitucional a través ele la legitimación que tienen
las minorías camerales (el 3 3 % de diputados o igual porcentaje de sena
dores) para firmar una demanda de acción de inconstitucionalidad; esto
cuando la duda de inconstitucionalidad afecte a una ley expedida por el
Congreso de la Unión, o a un tratado con aprobación senatorial. Vale
resaltar que, en el último supuesto, la posibilidad de impugnación por
esa vía sólo beneficia a las minorías de la Cámara alta.
1 . 1 2 . FUNCIÓN DE
COGOBIERNO DE LA CAPITAL FEDERAL
É sta, que ' es una función poco estudiada en el sistema constitucional
mexicano, se desprende del párrafo de apertura del artículo 1 22 : " Defi
nida por el artículo 44 de este ordenamiento la naturaleza jurídica del
Distrito Federal, su gobierno está a cargo de los Poderes Federales y de
los órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial de carácter local, en los tér
minos de este artículo . . . .
"
Artículo 27. El J efe de Gobierno del D istrito Federal podrá ser removido de su
cargo por la Cámara de Senadores, o en sus recesos por la Comisión Permanente,
por causas graves que afecten las relaciones con los Poderes de la Unión o el orden
públ ico en el Distrito Federal . La solicitud d e remoción deberá ser presentada por la
mitad d e los miem bros d e la Cámara de Senadores o de la Comisión Permanente, de
acuerdo con la Constitución Política de los Estados U nidos Mexicanos y el presente
Estatuto .
PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI
PRÓLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIII
PARTE PRIMERA
INTRODUCTORIA
CAPÍTULO 1
DEL ROL HISTÓRICO DE CONGRESOS
Y PARLAMENTOS EN EL MUNDO
CAPÍTULO 2
DE LA NUEVA IDENTIDAD DE CONGRESOS
Y PARLAMENTOS (SIGLOS XX Y XXI)
211
212 ÍNDICE
CAPÍTULO 3
DE LA EVOLUCIÓN DEL PLURALISMO POLÍTICO
Y DE SU INFLUENCIA EN EL CONGRESO MEXICANO
PARTE SEGUNDA
ELEMENTOS DE FUNCIONAMIENTO
DEL CONGRESO DE LA UNIÓN
CAPÍTULO 1
DEL CONGRESO DE LA UNIÓN
Y DE SUS ESPECIFICIDADES
CAPÍTULO 2
DE LAS GARANTÍAS
DE PROTECCIÓN DEL PODER LEGISLATIVO FEDERAL
Y DE DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN
CAPÍTULO 3
DE LAS FUENTES NORMATIVAS
DEL CONGRESO DE LA UNIÓN Y DE SUS CÁMARAS
CAPÍTULO 4
DE LAS SESIONES CAMERALES
CAPÍTULO 5
DEL QUÓRUM PARLAMENTARIO
CAPÍTULO 6
DE LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS
CAPÍTULO 7
DE LA SESIÓN CONSTITUTIVA DE CÁMARA
PARTE TERCERA
DE LOS ÓRGANOS PARLAMENTARIOS INTERNOS
CAPÍTULO 1
DE LOS ÓRGANOS DE GOBIERNO CAMERAL:
MESA DIRECTIVA Y PRESIDENCIA
CAPÍTULO 2
DEL ÓRGANO DE D IRECCIÓN POLÍTICA:
JUNTA DE COORDINACIÓN POLÍTICA
CAPÍTULO 3
DE LA CONFERENCIA PARA LA DIRECCIÓN
Y PROGRAMACIÓN DE LOS TRABAJOS LEGISLATIVOS
(CDyPTL)
CAPÍTULO 4
DE LOS ÓRGANOS DE PRODUCCIÓN LEGISLATIVA:
COMISIONES Y PLENO
l . Las Comisiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 52
l.l. los tipos de comisiones en las cámaras del congreso . . . . . . . . . . . . . 1 52
i) Comisiones Ordinarias o Permanentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
ii) Comisiones Especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . 153
iii) Comisiones de Investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
iv) Comisiones Bicamerales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 54
216 ÍNDICE
CAPÍTULO 5
EL ÓRGANO BICAMERAL DE LOS RECESOS:
C OMISIÓN PERMANENTE
PARTE CUARTA
DE LAS COMPETENCIAS
DEL PODER LEGISLATIVO FEDERAL
CAPÍTULO 1
DE LAS FACULTADES DEL CONGRESO GENERAL
Y DE SUS CÁMARAS
CAPÍTULO 2
DE LAS FUNCIONES DEL CONGRESO
O DE SUS CÁMARAS